Giacomo Lo Bue: historia de un exquisito del arte

Fuente: Perfil ~ En su vasta colección nada está librado al azar. En la composición de todas las obras que pueden verse en exhibición en su casa –y que son una pequeña muestra de su acervo– puede leerse cierta simetría. La única premisa en los objetos que colecciona es que sean ‘arte’. Entre esas obras, “una mezcla que a veces puede resultar un poco desorientadora”, dirá, asoman desde unos candelabros traídos en el mismo barco en el que venía Jerónimo Luis de Cabrera hasta una pintura holandesa del 1600, pintada en una lámina de cobre tan finita como una hoja de papel.

Giacomo Lo Bue tiene 75 años. Nació en Sicilia (Italia) y llegó a nuestro país en 1951, cuando apenas tenía cuatro. Único varón entre tres hermanas mujeres, se instaló en Mendoza con su familia y a los cinco años vendía hilos y agujas en la calle para ayudar económicamente en su casa. “Nunca supe que era pobre, para mí siempre fue natural trabajar”, dirá a lo largo de la charla.

Hasta los 15 años no tuvo noción de lo que era el arte. Pero un hermano de su padre que se dedicaba a la decoración de iglesias en Italia reclamó a su sobrino y en 1963 Giacomo volvió a Milán. Allí se abrió un mundo nuevo bajo sus pies: entró en el universo del arte y su vida cambió para siempre, pasó de la ignorancia extrema a una casa  llena de libros en una de las ciudades más importantes del mundo. Empezó a leer vorazmente y logró recomponer su historia de la mano de su tío a quien reconocerá como a “un genio”.

A finales de 1969 vuelve al país y abre una empresa de pintura y decoración. “Empecé solo y al año siguiente ya tenía empleados a mi cargo. En Mendoza cada cincuenta metros hay una casa pintada por mí; como pintor soy muy bueno”, dice a sabiendas de pecar de vanidoso.

Pero en 1982, Giacomo deja los pinceles. La Guerra de Malvinas le provoca una crisis que lo impulsa a abrir su primera galería de arte como respuesta al absurdo de la guerra. Bajo su atenta mirada, concentrado en pocas exposiciones y con el foco puesto en lo inédito, lo exclusivo y la novedad, Giacomo Lo Bue Galería de Arte se convierte rápidamente en la más importante de Mendoza y lo nombran Joven del Año.

Cuando esa ciudad cuyana empieza a quedarle chica, emprende un viaje a Córdoba. Es el año 1987 y aunque su objetivo final es Buenos Aires (en 1997 comprará la galería de Federico Klemm pero nunca llegará a poseerla), decide abrir una galería en la Docta, que durante 10 años albergará a los artistas más importantes del arte contemporáneo. “Cada galerista se mueve por criterio propio, el mío fue trabajar siempre con artistas de primerísima línea. A mis dos galerías las abrí con muestras de Raquel Forner”, recuerda Lo Bue, quien dentro de su patrimonio tiene una obra de Enrique Larrañaga que fue presentada en la primera Bienal de Venecia.

Lo Bue dice que es un analfabeto porque no continuó sus estudios más allá de la primaria, pero su formación corrió por andariveles paralelos al ámbito académico, consumiendo muestras, aprendiendo de los grandes maestros universales y codeándose con ellos en las galerías del mundo. “Para mí es natural estar cerca del arte. ¿Qué es el arte?, yo no lo sé. De lo que sí estoy seguro es que el hombre sin fe no puede crear nada. No me imagino a Miguel Ángel sin fe. Lo que comúnmente se llama pasión, tiene que llegar y arrasar. Me los imagino a Picasso y Rembrandt en una conversación y de repente en esa mesa de café se está haciendo arte”.

Con el tiempo, Lo Bue se convirtió en un experto y aún hoy lo buscan por asesorías. En su colección se pueden encontrar objetos de lo más disímiles, desde arte precolombino y pinturas griegas neoclásicas hasta objetos hechos en la Mesopotamia. “Todo está conectado. Abrí mis galerías porque tenía algo que decir y acá (dice en referencia al espacio que habita desde 2000) he tratado de exponer lo más noble, sin ningún tipo de especulaciones”, señala.

Dueño de un perfil extremadamente bajo, contagia la pasión con la que Lo Bue relata. Habla de Renato Guttuso, creador de la pintura social; dice que su sueño es no hablar, “muestro a lo que he podido acercarme para que los objetos hablen por mí” y confiesa que el arte que más le interesa es aquel en el que se ve reflejada la vida del artista: “Imagina un pintor perseguido por Hitler que de repente se ve amenazado y emigra escapando mientras matan a su familia; imagina la vida de ese artista, su drama”, enfatiza

Cuando vuelve a Córdoba, en 1997, se sumerge en una crisis profunda, “llamale autodestrucción positiva y consciente” y se concentra en su proyecto en Cerro Colorado donde construye una casa. Lo Bue desaparece durante 13 años, “muchos pensaron que había muerto”, reconoce entre risas.

Pero de a poco va volviendo a la escena y crea una fundación “para difundir cosas que a mi criterio resultan importantes, desde el trabajo de un artesano hasta la realización de una muestra en el Neuropsiquiátrico”, se entusiasma.

Hoy trabaja en el armado de su taller con la intención de poner en pie una marquería moderna. “Necesito una marquería para mí, porque las que hay no entienden lo que yo quiero. Ahora estoy inventando marcos nuevos, contemporáneos”.

En la casa de Giacomo Lo Bue el arte se respira, la historia asoma en forma de pinturas, esculturas, grabados, dibujos y afiches que va desparramando en las mesas o en el piso mientras corre detrás de ideas que le brotan al son de una infinidad de anécdotas. La casa de Lo Bue es una verdadera casa de arte que logra su cometido: es didáctica, informativa, cultural. Y desnuda al hombre que habita en ella.


Su acervo
Entre los artistas que se encuentran dentro de la colección de Giacomo Lo Bue, asoman José Malanca, Fernando Fader, Lino Enea Spilimbergo, Quinquela Martín, Emilio Caraffa y Juan Del Prete. En materia de escultura, hay piezas de Selva Vega, César Carrizo, Curatella Manes, Auguste Rodin y el alemán Karl Hofer. Aparecen también obras de Guillermo Kuitca, Rómulo Macció, Felipe Noé, Fabián Liguori, José Pizarro y Juan Longhini, entre otros; así como también grabados de Facio Hebequer, Antonio Pujía y Lucio Fontana.


“Mi compromiso ha sido mostrar obras que evolucionan”
Giacomo Lo Bue vio crecer a la mayoría de los galeristas actuales y ha seguido el crecimiento de todas las obras argentinas desde la década de 1960.

Crítico de la escena local, Lo Bue señala que él no puede hacer una muestra en la que haya sido testigo de la desintegración del artista. “Si el artista no crece más, dejo de exponerlo. Ese es mi compromiso con la sociedad”.

En este sentido, reconoce que en las casi 70 galerías que trabajan hoy en la escena local, aparecen cada tanto cosas nuevas y que “sólo hay que estar atentos”.

Alec Oxenford: arte rumbo a la vereda tropical

Fuente: Clarín ~ Mientras prepara tres muestras de su colección en Brasil, responde a todas las preguntas: pondera el destino de su acervo y su larga impronta en arteba, resistida por algunas galerías emblemáticas.

Desde este piso alto de una torre de Palermo Chico quizás se consiga la mejor vista de Buenos Aires, en todas direcciones. Una franja del Río de la Plata, la profusa vegetación que avanza entre las avenidas, accesibles por un inmenso ventanal. Pero el paisaje es tanto más cautivante de este lado, en las habitaciones del piso que Alec Oxenford conserva en la ciudad, aunque desde 2020 viva en Río de Janeiro. Pionero de los emprendimientos puntocom de la primera ola de los 90, desde 2008 y por los avatares del universo, según dirá, el fundador de DeRemate.com y OLX, entre otras compañías tecno, reunió la mayor colección de arte contemporáneo argentino, que asciende a 527 piezas. Todo hecho en el siglo XXI. Para eso se asesora con curadores, compra obra a artistas vivos para que sigan creando y las documenta (pronto estará disponible una publicación financiada por él sobre esos artistas).

Ahora está embarcado en una gran exposición en Brasil, en tres capítulos, con 140 obras de unos 85 artistas, según anotó a mano en una libreta flexible, destino de cualquier esbozo de idea. Curada por el argentino Mariano Mayer, “Un lento venir viniendo”, título inspirado en la teoría de la siesta de Macedonio Fernández, llevará un panorama de la escena actual del arte argentino, que tiene la delicadeza de generar interés a partir de temas vinculados a los contextos de exposición. En Río de Janeiro, en San Pablo y en Porto Alegre habrá muestras de la Colección Oxenford, que al cierre de esta edición salen de viaje desde su casa en un country de Pilar, donde comenzó a coleccionar, en una aventura que lo obsesionó al ritmo de una obra por semana.

–¿Cómo te vinculaste con el arte?

–Un poco como los orientales, cada vez creo más que el universo tiene su manera de influirnos. Yo tenía unos 26 años cuando una amiga me invita a una reunión en lo que iba a ser el Malba, todavía no inaugurado. Éramos unas 60 personas y ahí me entero de que pergeñaban la Asociación de Amigos de Malba. Y me invitan a ser el primer presidente.

–¿Ya eras coleccionista?

–No. Siempre me gustó el arte pero nunca me había propuesto seriamente coleccionar. Soy curioso y, por deformación profesional, tengo el hábito de tratar de entender las cosas. En Malba el curador era Marcelo Pacheco y un poco aprendí de él y de Inés Katzenstein –hoy responsable del área de estudios del arte latinoamericano–. Con el tiempo nos hicimos bastante amigos y le pedí ayuda para una casa que yo construía en Pilar. Inés era la persona que yo entendía que más sabía y me dijo: yo te ayudo. Pasó una cosa genial en la primera galería a la que fuimos. No sé cuántas obras vimos; entre un montón, elegí una fucsia de Marina de Caro. Inés me advierte: es tu primera obra, no te apures. A los cuatro días sigo convencido y llamo: me dicen que se vendió. No lo podía creer, estaba enojadísimo. Meses después entro en la galería Ruth Benzacar, todavía en Florida, y la veo apoyada en el piso. Alguien la había comprado pero estaba de vuelta y todavía no la habían colgado. Dos episodios del universo metiendo la cuchara. Mi primera obra, todavía la tengo, está en el cuarto de mi hija.Alex Oxenford junto a obra de Valentina Liernur, en Buenos Aires. Foto: Emmanuel Fernández. Alex Oxenford junto a obra de Valentina Liernur, en Buenos Aires. Foto: Emmanuel Fernández.

–¿Qué fue lo que te decidió por coleccionar solo siglo XXI?

–Cuando terminamos la casa yo estaba divertido en el proceso de ir a estudios, galerías y muestras, aprendiendo tanto. Se acabaron las paredes pero no quise parar. Fue un proceso orgánico y temprano nos dimos cuenta que lo contemporáneo era lo que más nos gustaba. Ahí empezamos con las definiciones: solamente compraríamos obra de artistas vivos para apoyar la escena. Y además, solo en el mercado primario, a través de las galerías, para que la plata vaya al artista y nunca a otro coleccionista. Aparte, el 90 por ciento de las obras son de este siglo, es lo que pasa hoy. La colección arranca en 2008, con obras del 2001, 2002, lo más contemporáneo que había. Ese fue el quiebre. Advertimos que lo más divertido es lo que está pasando hoy. Es mi vida y no otra vida; además, esto tiene una relación directa con la tecnología, mi actividad profesional. Desde los veintipico he sido CEO y quien tiene que dar respuestas; del arte me gusta que me genera preguntas para las cuales no tengo respuestas. Eso es un equilibrio y te transforma. Vivo muy en el hoy; en la tecnología y el arte contemporáneo. Hay mucha correlación. Y otro punto importante de la colección es que si quiero apoyar la escena, no podemos coleccionar a cinco artistas en profundidad y cada seis meses comprar una obra…. La manera de amplificar el impacto es una aproximación panorámica. Muy abierta. Hoy son 527 obras de 145 artistas, con un promedio de 3,5 obras por artista. De algunos tengo 10 ó 15, y de otros, una nomás.

–¿Y cuántas son las que viajan a Brasil?

–Estas 140 obras que van a Brasil, repartidas en los tres museos, pertenecen a entre 80 y 90 artistas. En general las muestras en un museo son de un creador, a veces un dúo, como Leda Catunda y Alejandra Seeber en el Malba. Y si es una muestra colectiva, son cinco. Por eso 85 artistas es algo muy inusual… Lo lindo de esta panorámica, que por supuesto es imperfecta –porque no hay tiempo ni presupuesto– es que cubre una parte muy representativa de la escena. Eso fue lo que llamó la atención y por lo que nos invitaron a hacer la muestra en Brasil. Allí hay curiosidad sobre América Latina; allí las muestras en los museos vienen de Europa o Estados Unidos, y no hay tanto cruce regional. Y les interesa que tenga todos los lenguajes – esculturas, pinturas, performance, videos, fotos, muy abierta–. Nunca mostré la colección en ningún museo. Les gustó también que esté muy bien documentada. Hay registro de todas las obras, con trabajos escritos, y obras prestadas a museos como el MoMA. La fundación ACT propuso el proyecto a mecenazgo en Brasil y ya está 100% cubierto por espónsors muy premium.

–¿Además de comprar, vendés obra?

–Todavía no vendí ninguna, no hay ningún placer en vender.

–¿Tampoco para hacer lugar y seguir en la renovación perpetua?

–No me pasó, pero es un poco sorprendente. Pero por otro lado pienso en el artista; si lo quiero ayudar, no encaja.Florencia Bohtlingk, “Flora misionera”, 2016. Óleo sobre tela. 240 x 670 cm. Una de las dos obras de la artista que participa de la exposición. Florencia Bohtlingk, “Flora misionera”, 2016. Óleo sobre tela. 240 x 670 cm. Una de las dos obras de la artista que participa de la exposición.

Los días de arteba

–Presidiste arteba entre 2013 y 2019. ¿Cuál dirías que fue tu impronta y cuánto de tu gusto por ciertos galeristas y artistas se impuso? Esto se escuchó por años como queja o incluso denuncia.

–Dejé de ser presidente y salí del directorio en 2020. Creo que la continuidad de arteba es ejemplar y, te diría, es una ong única en este país. Cada presidente que llega agrega un poquito de su estilo. A mí siempre me pareció clave la conexión internacional, llevar el arte argentino al exterior. Nuestro programa de adquisiciones de museos no tiene paralelo en el mundo, ni siquiera en ferias grandes como San Pablo. Esa es una clara impronta mía. Otra fue la revista, que durante seis años documentó la escena. Otro problema del arte argentino es que no hay registro de la escena; era una fiesta que pasaba a oscuras y la revista de arteba hizo visibles los happenings. Ahora, si me preguntan respecto de qué galerías eran elegidas o rechazadas en arteba, eso es un mito. Eso no lo hace el directorio; desde hace 25 años, un comité de galeristas selecciona a las que participarán. Es deliberado que el directorio no se meta en eso, porque de lo contrario, tendrías 365 días de lobby por año. Nunca participé de una reunión que eligiera galerías.

–Recuerdo que en ARCOmadrid 2016, dedicado a Argentina, no fue invitada ninguna galería de provincias. Fue una exclusión que sembró enconos. Hoy arteba busca activamente federalizar e incluye a varias.

–Eso también obedece a un discurso más general en el mundo. Ahora es muy fácil hacer lo que hay que hacer hoy… Hace años arteba viene invirtiendo energía y recursos en desarrollar el coleccionismo en el interior, porque si no tenés coleccionistas, no tenés galerías… No abrís una galería para que nadie te compre. ¿Quién puede no querer que haya más diversidad? Hay que destrabar todos los obstáculos para que todo el arte esté expuesto.

–Hoy además, arteba tiene el desafío concreto de Mapa, la feria del interior.

–Favorezco la libertad de ideas, que cada uno pueda decir lo que piensa. Pero uno tiene que elegir sus causas. Por varios años, con mi asesora, Inés Katzenstein, compramos una obra por semana (exceptuando los meses de verano). Esto influye en el mercado porque tenemos una escena chiquita. Además de nuestras becas de viaje, activamos las interpretación académica. Elegimos 60 obras y a 40 investigadores que escribieron sobre ellas. Es decir, una cantidad significativa de creadores tienen hoy lecturas críticas, que ahora se van a traducir al portugués…

Y de lo que estoy muy orgulloso es de las becas de emergencia, cuando vino la crisis grande de la pandemia y los artistas la pasaron muy mal. Armamos una beca con la que solventamos por un tiempo los gastos más indispensables de 60 artistas. Un jurado de 15 artistas, también pagos, identificó a los otros 60. Fue una linda experiencia de ayudar al sector.
Alejandra Seeber, “Cuidado con la pintura”, 2010. Óleo sobre tela. Alejandra Seeber, “Cuidado con la pintura”, 2010. Óleo sobre tela.

–Existe una crónica dificultad en constituir un mercado genuino de arte argentino. Primero, los jugadores fuertes no superan la docena. Intervienen en esto tanto las crisis cíclicas, la cuestión de la moneda, como también el vicio de comprar en negro. ¿Cómo consensuar el valor si el precio no se fija? ¿No es básico?

–Mercado es gente comprando y gente vendiendo. Y compré 527 obras. Coincido con Mariano en que es un mercado más chico y débil que en el resto del mundo, no se compara en volumen con el de Brasil. Y quizá en esto resida su diversidad. Hay grandes galerías, como Gagossian, que ofrecen a los artistas proyectos de sus clientes por 15 ó 20 millones de dólares. Tenés que ser un creador muy disciplinado para seguir nomás con lo tuyo y rechazar esas cantidades por un proyecto ofrecido. Esas son grandes fuerzas que uniforman mucho el arte. Acá eso no existe. El segundo factor –tristísimo– es que nuestros artistas más reconocidos ya no venden a través de galerías locales. Viven acá, crean acá pero si querés comprar obra, tenés que contactar a un galerista del exterior. Una porción representativa de mis obras no las compré acá. Le Parc compré en Madrid, Tomás Saraceno en Berlín, Marcelo Pombo en Los Ángeles, Eduardo Navarro en San Pablo; Diego Bianchi tenés que comprarlo en París, Adrián Villar Rojas en Nueva York o México, y siguen las firmas… Empieza a ser un problema porque nuestro arte ni siquiera se vende en el país, se está desparramando rápidamente.

Cambia, todo cambia

–¿Por qué emigraste a Río? Fue en el momento del éxodo de empresarios, con la pandemia.

–Tengo una relación con Brasil de muchos años. Sin mucho detalle, cuando tenía 11 ó 12 años, era la dictadura, y nos fuimos a vivir a San Pablo. Después, con Deremate.com, mi primera compañía de tecno, en el 99, Brasil era el mercado más importante para nosotros. Del 2005 al 2015, con OLX todo el tiempo tuvimos oficina en San Pablo, después en Río. Me acostumbré mucho a estar ahí…Alberto Goldenstein, “En el Metropolitan Museum I”, 2011. Impresión inkjet sobre papel. Alberto Goldenstein, “En el Metropolitan Museum I”, 2011. Impresión inkjet sobre papel.

–¿Te fuiste enojado de la Argentina?

–No, me fui triste… Después de OLX abrimos Alpha Capital, una compañía de inversión en empresas tecnológicas. Y no las hay en Argentina del tamaño que busca Alpha. Y además hubo un tema personal: mi pareja es carioca. Nada tuvo que ver el impuesto a la riqueza. Muchos se fueron asustados, los cambios de reglas asustan. Pero nadie que quiera evitar impuestos se va a Brasil porque son altísimos. Pero Brasil es súper estable, siempre igual.

–¿Por qué la tristeza? Hay un anhelo de posteridad en el coleccionar; generosidad, obsesión, supone un horizonte de nación…

–¡Cómo no me va a dar tristeza! Es un país tan lindo. Al recorrer los cafés, es una gloria la sofisticación y profundidad de las conversaciones, muy por arriba de la media de la región y de Europa. Pero como colectivo no pegamos la vuelta. Es una gran decadencia. Esta arquitectura, la alegría de la gente, el compañerismo, el apoyo en la familia y los amigos están. Eso no es natural en el resto del mundo. Pero al final las oportunidades, tristemente, no están.

–¿Dónde identificás, como empresario, el origen de esa decadencia?

–Mirá, no sé, no soy politólogo. Pero veo algo de priorizar los símbolos y las ideologías sobre la realidad. Te caés en un pozo pero como no creés que esto exista, no lo ves… Me rompí una pierna pero no existen los pozos. Hay algo seguro, no funcionamos juntos y eso es malo. La mentira también reina, es un problema grande; hay mentira en los medios, en los discursos, por todas partes. Como les conté, mi empresa Alpha Capital se dedica a mercados latinoamericanos; en los hechos, solo nos servía abrirla en México y Brasil. Les cuento por qué con una cifra. En 1994 el. Merval argentino reunía el 40%, por debajo del Bovespa, el mercado de Brasil, que tenía el 60%; Hoy el Merval representa apenas 1,8 %. Quiere decir que 30 años después, la totalidad de los activos empresarios argentinos valen menos del 2 % de los brasileros. El nivel de destrucción de valor es pavorosa. Y este es apenas un ejemplo de lo real extremo; toda la acumulación de valor se repartió así en la región. Nosotros tardamos un segundo en decidir que nuestra empresa tenía que abrir en Brasil y no acá. Me encantaría haberla hecho en mi país, donde tengo a mi familia y mis hijos. Pero era inviable.Marcelo Pombo. Hoy con galerísta en Los Ángeles Marcelo Pombo. Hoy con galerísta en Los Ángeles

–En el campo del arte, esperamos que sea lo más global posible, y por el otro, se estimula lo argentino. ¿No es contradictorio?

–Buena pregunta. He trabajado siempre con innovación. En mi práctica, veo que se trata de no tener fronteras. Hoy siempre tenés que adelantarte al futuro y esto tiene mucho que ver con el arte. ¿Qué es el arte?, hacer de la nada algo correlacionado. A mí me gusta que mi colección salga a jugar en el mundo pero solo comprando arte argentino. Cada quien colecciona lo que le gusta y le da la gana pero yo prefiero el arte argentino. Yo tengo algunas piezas de otras nacionalidades pero no están en el sistema; en cambio, este es mi metro cuadrado y acá tengo más responsabilidad. Hay que empezar por casa. Además, hay tanto para hacer y es tan especial el arte nuestro. Imposible aburrirse como coleccionista porque hay muchísimo que está pasando siempre…

–¿Y qué es lo que te guía?

–Tengo un asesor japonés, filósofo, Yasuhiko Genku Kimura, un tipo genial; hablábamos de la importancia de lo diverso en las empresas. Él me hacía una apología de la diversidad y me decía: “tenés que darte cuenta de que un clon tuyo no te suma nada. Lo único que te suma es lo diferente, lo igual a vos ya lo tenés. Cuando te diferenciás de tu clon, tenés la posibilidad de sumar”. Si lo mirás en la escena mundial, el arte argentino es muy diferente. No sé por qué será, quizá porque siempre estuvimos lejos de todo o porque el país estuvo aislado o porque la conversación es diferente. Pero se advierte claramente y esa distinción aporta singularidad a la conversación global. Esa es mi visión, por eso siento que hay que empezar por casa.

–¿No es una distorsión esa excepcionalidad?

–En absoluto. Una gran galerista neoyorquina me contaba hace poco que va a las mansiones y ve las mismas obras, cinco o seis artistas colgados por todos lados. Eso no pasa acá. Por el contrario, me apena que mucho de lo mejor nuestro no se conozca bien. Nosotros hemos hecho un programa de becas y viajes internacionales, suspendido por la pandemia pero que estamos retomando; creo muchísimo en aprender de los otros. Me pareció siempre buenísimo llevar arte argentino al mundo; han sido 9 años de becas de estudio y familiarización. Cada año unos 15 artistas viajan por todo el mundo, los elige un jurado internacional y ya van 88 viajeros. Hablamos del mundo en serio, a Estados Unidos pero también a Noruega y China. Este apoyo encaja muy bien con el actual proyecto de Brasil. Me conmoví mirando la lista de artistas y obras que estamos llevando a Río en noviembre, ¡los vamos a impresionar! Y sé de qué hablo porque conozco los museos de Brasil y lo que se hace aquí; lo nuestro no se ve allá, es otra cosa, llamará la atención.Marcelo Alzetta, “Tornado en el desierto”, 2019. 60 x 70 cm. Marcelo Alzetta, “Tornado en el desierto”, 2019. 60 x 70 cm.

–Te dedicás a la innovación en tecnología; ¿la emparentás con el arte emergente? ¿Apostás por él?

–Están relacionados. Me gusta experimentar siempre; uno debe estar en la frontera, probando, viendo lo que funciona y lo que no. El arte contemporáneo más joven es muy experimental, es divertido, lindo de ver, cuestionan todo, están jugando… Emociona comprarles.

–¿Te interesa el NFT? Casi fue inventado para un coleccionista con tu perfil.

–Mmm, no… Di dos charlas sobre NFT pero no me engancha, esa es la verdad. Tuve la siguiente experiencia hace un tiempo: por ser argentino y estar en tecnología, me invitaron a un proyecto de la Santa Sede para universalizar el acervo del Vaticano y acercarlo a la gente. Allá fuimos con gente de Microsoft y Google, los sospechosos de siempre. Pasé una semana en el Consejo de Arte y Tecnología del Vaticano. En un momento uno de los responsables del patrimonio me cuenta que algunas veces por año llega un visitante, empieza a mirar los frescos de la Capilla Sixtina y le pasa algo; hace años que ocurre. Entran en éxtasis, se desmayan, tienen un trance. No sabemos qué es, nos explica; incluso hay una teoría cuántica sobre este fenómeno: quizá la energía de Miguel Ángel acumulada en sus horas de trabajo, un misterio… Y ocurre lo mismo con el David de Donatello en la Galería de los Oficios, en Florencia. Nunca vi que le pase algo así a nadie mirando una pantalla. A mí no me conmueve una pantalla de led ni aunque tenga tres metros. Yo me siento a almorzar acá, con las dos obras de Juan José Cambre a mi lado, cambiantes con la luz del exterior a lo largo del día. Y sonrío. Me encanta que todos prueben todo, pero no me engancho con el NFT. A mí el arte me hace sonreír; mirar una pantalla, no.

–Comenzaste tu colección en 2008; habitualmente prestás tus piezas para muestras en todo el mundo. A tus 54 años y con tu primera exposición en Río, ¿cuál imaginás sería un destino posible de tu colección? ¿Tenés en la cabeza el modelo Costantini, hacer un museo? ¿O el de la familia Guerrico, que donó su colección al Bellas Artes?

–Me lo pregunto, imagino… Por el momento, hay un acceso, aunque limitado, a parte de la colección en mi casa de Pilar. Pienso en mis hijos y en cómo fueron entrando en ella. Cuando compré la obra de Le Parc, me creyeron un loco, esa cosa gigante que ocupa de la pared al techo (ahora en ese espacio está la nariz blanquísima de Osías Yanov). Pero ahora que la quitamos para mandarla a Río, están desolados, la extrañan. Que en un futuro las obras como conjunto terminen en un museo me parece algo muy pensable. Sería una linda manera de entender cierto momento muy preciso del arte argentino.Alfredo Londaibere, Sin título, 2003. 46 x 39 cm. Alfredo Londaibere, Sin título, 2003. 46 x 39 cm.

“Un lento venir viniendo”: La obsesión se despliega

Unas 140 obras, entre las más de 500 piezas que posee, serán expuestas en tres espacios de Brasil. Cita de noviembre en Río.

El edificio del Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Niterói, en las afueras de Río, verá venir ese lote inédito de arte argentino. Algo de otro planeta. El despliegue de la Colección Oxenford, en la exposición Un lento venir viniendo, título inspirado en un pasaje de Macedonio Fernández, inaugura el 19 de noviembre su primer capítulo en esta mole diseñada por Oscar Niemeyer; para agosto de 2023 están previstas sendas inauguraciones en el Instituto Ohtake, de San Pablo, y en la Fundación Iberé Camargo, de Porto Alegre.

Un abordaje poético plantea Mariano Mayer, el curador, en la muestra que integrarán 83 artistas. Comprende un arco singular, desde León Ferrari a Diego Bianchi, de Mirtha Dermisache y Liv Schulman, y de Liliana Porter a Jimena Croceri.

Un grupo de artistas, cuyas obras conforman la Colección Oxenford e integran este proyecto, harán intervenciones en los espacios. Entre ellos, Sofia Bohtlingk, Paula Castro, Mariana Ferrari, Sebastián Gordín, Valentina Liernur, Miguel Mitlag, Gastón Pérsico, Cecilia Szalkowicz y Julieta García Vázquez.

Arte: 5 artistas argentinos del grabado exponen sus obras en Nueva York

Fuente: Ámbito ~ Alicia Candiani, Gustavo Amenedo, Julieta Warman, Silvia Rocca y Luciano Pozo representan al país en la muestra que cuenta con la participación de 60 artistas latinoamericanos.

5 artistas argentinos del Grabado exponen hasta el 5 de noviembre en la muestra ABYA Yala Structural Origins, Nueva York, Estados Unidos. Representan al país entre 60 artistas latinoamericanos participantes.

Alicia Candiani, de Buenos Aires; Gustavo Amenedo, de Buenos Aires; Julieta Warman, de La Plata; Silvia Rocca, de Avellaneda, Buenos Aires; y Luciano Pozo, de Junín, presentan sus obras en el evento New York latinoamerican art Trienal. La exhibición está ubicada en Bronca Art Space: 700 Manda St. Bronx.

Obra de Gustavo Amenedo.

Obra de Gustavo Amenedo.

Gustavo Amenedo

La muestra está organizada por Nylaat_org y está enfocada en mostrar producciones contemporáneas de artistas que fueron seleccionados para promover nuestra cultura latinoamericana, por el análisis en sus obras de temas ambientales, políticos sociales y migratorios.

ABYA Yala Structural Origins

«Abya Yala: orígenes estructurales» examina los diversos procesos y formas de creación inspirados en metodologías, materiales y conceptos tradicionales que se implementaron durante las diferentes etapas de crecimiento cultural e intelectual en el continente americano.

El proyecto explora la inevitable repercusión que tuvieron las generaciones pasadas en los valores estéticos, culturales o sociales presentes en el arte contemporáneo latinoamericano de hoy.

Se viene arteba 2022: una edición con sede nueva para 400 artistas, 71 galerías y proyectos

Fuente: TN ~ El encuentro se llevará a cabo entre el 7 y el 9 de octubre, en el Centro Costa Salguero. Todas las novedades. de la nueva edición.

Se acerca una nueva edición de arteba que se desarrollará del 7 al 9 de octubre en el Centro Costa Salguero de laCiudad de Buenos Aires, y de la que participarán más de 400 artistas representados por 71 galerías y proyectos artísticos. En esta oportunidad, el evento abandona el sur de la ciudad hacia el complejo de Costanera Norte, en la que será su cuarta casa luego del Centro Cultural Recoleta y La Rural.

La feria, que se propone mostrar lo mejor del arte argentino moderno y contemporáneo, se desarrollará en torno a tres grandes ejes. Por un lado, las galerías y proyectos artísticos de las categorías Sección Principal (galerías establecidas y de reconocida trayectoria),Stage(galerías de menos de 5 años de apertura y que representan artistas de joven trayectoria) yUtopía (categoría orientada a las más recientes producciones que agrupa galerías, espacios gestionados por artistas, organizaciones con y sin fines de lucro y otras plataformas experimentales de comercialización).

Este año, la feria, que se propone mostrar lo mejor del arte argentino moderno y contemporáneo, se desarrollará en torno a tres grandes ejes.
Este año, la feria, que se propone mostrar lo mejor del arte argentino moderno y contemporáneo, se desarrollará en torno a tres grandes ejes.

Además de una amplia mayoría de galerías de la Ciudad de Buenos Aires, también habrá participarán espacios de las provincias de Buenos Aires, Salta, Córdoba, Tucumán, Mendoza y Santa Fe y del exterior, con representaciones de Brasil, Chile, Uruguay y Perú.

Asimismo, habrá una programación que ingresará en la “diversidad de formatos existentes para la producción contemporánea, que bajo la curaduría de profesionales seleccionados y seleccionadas trabajará diferentes temáticas muy actuales como la sustentabilidad, el cuerpo, la experiencia y la tecnología”.

En relación a ello, el ingreso a la feria contará con una obra de gran escala curada por Florencia Qualina, Además, los espacios clásicos de arteba como la Isla de Ediciones curada por Alejo Ponce de León, un Programa de Videos curado por Lolo y Lauti, un Programa de Performance curado por Carlos Herrera y un Programa de Arte y Sustentabilidad curado por Sofía Dourron. En tanto que, el Programa de Auditorio compuesto por tres ciclos se repetirán cada día en las mismas franjas horarias: el Ciclo Isla de Ediciones, el Ciclo Arte y Cultura Digital.

Al frente de la presentación estuvieron Larisa Andreani y Eduardo Mallea, presidenta y vicepresidente de la Fundación arteba, en representación de los miembros de su Consejo de Administración. Ambos expresaron la alegría e importancia de contar con una feria que pone nuevamente al arte en agenda y moviliza a la ciudad entera. “En esta feria, esperamos también que nos visite gente de todo el país aprovechando que es un feriado largo”, destacó Mallea.

El ingreso a la feria contará con una obra de gran escala curada por Florencia Qualina,
El ingreso a la feria contará con una obra de gran escala curada por Florencia Qualina,Por: tonylopezfotografia@gmail.com

Por su parte, Andreani hizo hincapié en el diálogo fluido que la Fundación mantiene con diversas galerías e instituciones de todo el país con el fin de perseguir los objetivos comunes: promover la circulación de obras, fortalecer las condiciones de la producción y el desarrollo artístico y fomentar el crecimiento de la calidad de vida del sistema de arte nacional.

Se anunció también que instituciones internacionales como el Museo Pompidou, el Museo de Arte de Dallas, el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago y el Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M) participarán del programa de adquisiciones, que incluirá a varios de los principales museos argentinos.

Entradas disponibles en www.arteba.org:

  • Entrada general: $1000
  • Jubilados y estudiantes: $500 (con la presentación de una constancia)
  • Menores de 10 años y personas con discapacidad (presentando certificado): sin cargo.

El Teatro Colón exhibirá por primera vez una obra NFT

Fuente: Ámbito ~ El Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y artbag, la compañía de soluciones blochain y NFTs, auspician la obra «Machine Hallucinations: coral» de  Refik Anadol, el artista digital más influyente del mundo, se presentará por primera vez y de forma gratuita en América Latina.

El Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y artbag, la compañía de soluciones blochain y NFTs, auspician la obra «Machine Hallucinations: coral» de Refik Anadol, el artista digital más influyente del mundo, se presentará por primera vez y de forma gratuita en América Latina. El evento, con el apoyo de Borderless Capital y Ripio, tendrá lugar el 3 de octubre en el Teatro Colón en el marco de la Experiencia artbag Buenos Aires como parte de la Semana del Arte.

La obra NFT del artista turco-americano está compuesta por una sucesión de 1.742.772 de imágenes de corales intervenidas digitalmente que en esta oportunidad estarán acompañadas por la Orquesta Académica Superior del Teatro Colón como parte de su puesta en escena proponiéndole al público una experiencia inmersiva.

Bajo la dirección del Maestro Pablo Bocchimuzzi, se podrá disfrutar de una selección de piezas musicales que buscan abrir un diálogo atemporal e interdisciplinario entre grandes maestros compositores del siglo XX. La elección de estas piezas reflejan el espíritu rupturista y vanguardista de la propuesta, el vínculo interactivo entre las diferentes disciplinas y la marcación de un quiebre para las distintas épocas en las que fueron compuestas.

Las entradas para vivir “Experiencia artbag Buenos Aires” serán gratuitas, se podrán adquirir a través de Boti (1150500147) con un máximo de dos entradas por persona, también a través de las redes sociales de artbag y a través de la sección Destacados de la web www.buenosaires.gob.ar/semanadelarte

Además, los días posteriores al evento, la obra de Refik se podrá disfrutar en un espacio público de la Ciudad de Buenos Aires (que prontamente será develado) para que todas las personas puedan experimentar en directo una obra de arte NFT inmersiva y a gran escala.

De qué se trata la obra

Machine Hallucinations: Coral” es una de las obras más importantes de la historia del arte digital. En el cruce entre arte, ciencia y tecnología esta obra tridimensional presentada por primera vez en la playa del Faena Hotel durante la Art Basel Week 2021, en Miami, combina data science, pintura digital, audio, performance e instalación inmersiva.

Es el resultado de una investigación en curso sobre la estética de la información, basada en la memoria visual colectiva del ambiente urbano y natural. Refik Anadol y su equipo, recolectaron 300 millones de datos centrados en temas de la naturaleza, usaron 1.742.772 imágenes de coral de plataformas de redes sociales disponibles públicamente y las procesaron con modelos de clasificación de aprendizaje automático.

A medida que la mente-máquina comienza a hacer sus propias conexiones entre los puntos de datos y «alucina» sobre formas y colores de coral alternativos, el universo de datos se expande en un cosmos latente en el que la dinámica de fluidos se convierte en la principal inspiración de la creatividad artística de Anadol. “Machine Hallucinations: Coral” representa la labor que realiza la organización de TheReefLine que intenta proteger todas las especies de barreras coralinas alrededor del mundo. Además, es la primera obra del artista creada sobre la blockchain de Algorand, la cual cuenta con emisión de carbono negativa.

«Estamos muy entusiasmados de poder apoyar a artbag y al Gobierno de la Ciudad en esta experiencia inmersiva y única que comienza en el Teatro Colón. La Ciudad de Buenos Aires es el epicentro de la innovación digital y la capital del arte al mismo tiempo, es por eso que no podemos pensar en un mejor lugar para exhibir la obra maestra de un artista tan prestigioso como Refik», mencionó David García, CEO del fondo de inversión Borderless Capital, coleccionista de la obra de Refik y principal sponsor del evento.

“Ser parte de este evento histórico y colaborar junto con artbag, Gobierno de la Ciudad y Borderless para que el público pueda disfrutar del artista digital más influyente del mundo es un honor para nosotros. Desde Ripio tenemos la misión de ser la puerta de acceso al mundo cripto, y sin dudas esta experiencia refleja exactamente eso. En nuestra esencia está la visión de que la tecnología Blockchain trae alternativas y herramientas innovadoras para todas las personas, ampliando las posibilidades de inclusión. Por eso, estamos muy entusiasmados con apoyar esta acción única en Latam”, Sebastián Serrano, CEO y co-founder de Ripio.

Arrancó el Filba con un recorrido por la historia natural del deseo en el arte y la literatura

Fuente: La Nación ~ Con María Negroni a cargo de las palabras inaugurales, el primer día del festival ofreció lecturas compartidas, talleres, un recorrido por la muestra “Tercer Ojo” de Malba y una “eco performance”.

Con palabras inaugurales a cargo de María Negroni, en el auditorio colmado de Malba, empezó esta noche el Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires (FILBA), que este año tiene como invitada especial a la estadounidense Laurie Anderson. Participaron del acto, Eugenia Zicavo, que presentó a Negroni, y Pablo Braun, presidente de Fundación Filba, que subió al escenario con una planta. Ante la sorpresa de los presentes, explicó: “Queremos que todos se llevan una planta a su casa como un gesto simbólico, como un granito de arena” para alertar sobre el problema del medio ambiente.

"Historia natural del deseo", el título de la conferencia inaugural de Negroni
«Historia natural del deseo», el título de la conferencia inaugural de NegroniAlejandro Guyot / Gza Malba

En su conferencia, “Historia natural del deseo: 6 fragmentos a favor de lo indócil”, que se transmitió en vivo por el canal de YouTube de Malba, Negroni recorrió escenas del cine, del arte, del universo de la ficción y de la poesía con referencias a la vida y la obra de artistas, cineastas, poetas, narradores. “Como el deseo, la poesía es díscola por naturaleza. No se deja encuadrar, gobernar, restringir. Se niega a la madurez. Hace que estalle la diferencia en el centro mismo de lo homogéneo. Entre la ley y el desacato, elige siempre el desacato. Quizá esto explique por qué es tan difícil, de leer y de escribir. En ella, todo se trastoca: la emoción piensa, la sintaxis se emociona, la obsesión se hace forma, la forma defiende la soledad en que estamos, y el silencio alcanza el difícil estatuto de la palabra muda”, escribió en uno de los seis puntos en los que fragmentó su discurso.

El auditorio de Malba, repleto, para la charla de María Negroni
El auditorio de Malba, repleto, para la charla de María NegroniAlejandro Guyot / Gza Malba

Más adelante, en la “parada” tres, “El discreto encanto de los activismos”, planteó: “Toqué el tema en El corazón del daño. La poesía pertenece a la política de un modo singular. Esa pertenencia consiste en sostener una no pertenencia. ¿Y en qué consiste esa no pertenencia? En producir un cortocircuito entre el sentido y las palabras, para que el ruido de lo convencional, siempre repetitivo y asfixiante, pueda ser puesto en silencio. La poesía es un inutensilio, escribió Paulo Leminski. El neologismo es un hallazgo y una provocación. La poesía, tiene razón Leminski, se niega a servir para algo. Aparte de eso, es una casa o un aula o un cofre que aspira a la inadhesión, a mostrar lo incompleto, lo fuera de lugar de nuestra condición en el mundo. Eso, en sí, ya es altamente volátil. No conozco mejor antídoto contra el autoritarismo”.

Más temprano, Julia Armfield, Giovanna Rivero, Dolores Reyes, Marina Mariasch y Diego Zúñiga, moderados por Zicavo, participaron de “Manifiestos”, “una declaración de intenciones, una hoja de ruta, una convicción que busca seguidores”. Cada uno reveló sus “pequeñas luchas cotidianas” con la literatura y la vida en general. Zúñiga, por ejemplo, reivindicó el resentimiento como una vía para otorgar un “resentido” a determinadas acciones o pensamientos, “como un ejercicio de memoria”. Mariasch, por su parte, aseguró: “Creo en la marcha, en las cosas que están en marcha, en lo que se hace sobre la marcha”.

El primer día se completó con la eco performance “Ruge el bosque”, en el marco del Foro Traducción expandida: activismo y práctica de co-creación literaria. Muchos siguieron la presentación con la planta de regalo en la mano.

La Municipalidad y la Cámara de galerías de arte de Santa Fe firmaron un convenio para fortalecer la cultura local

Fuente: Rosario Noticias ~ La iniciativa tiene como motivo el acompañamiento a los espacios locales que participarán en la feria internacional arteBA a realizarse entre el 7 y el 9 de octubre en Buenos Aires.

Este miércoles 28 de septiembre en el macro (Museo de Arte Contemporáneo de Rosario) se firmó un acuerdo entre la Municipalidad de Rosario y la Cámara de galerías de arte de la provincia de Santa Fe (GIRO), en el marco de un plan de apoyo a sectores culturales independientes y fomento de las economías creativas de la ciudad. La iniciativa busca contribuir al sostenimiento, desarrollo y crecimiento de las manifestaciones y proyectos culturales independientes de la ciudad, en tanto la ampliación de los espacios de circulación y de desarrollo del mercado de arte local es un eje fundamental.

La rúbrica se produce en favor de un intercambio simbólico, de alentar el circuito comercial, y de la profesionalización de proyectos artísticos, aportando a su crecimiento y sostenibilidad en el tiempo.

En esta oportunidad, el convenio suscripto tiene como propósito acompañar a las galerías de arte de Rosario que participarán en la feria internacional ‘arteba’ a realizarse entre el 7 y el 9 de octubre en el Centro Costa Salguero en Buenos Aires.

“Nos enorgullece la conformación de GIRO como Cámara de galerías de arte de la provincia de Santa Fe. Hemos tenido la oportunidad de ver el crecimiento de esta red de galerías rosarinas que trabaja fuertemente en el fortalecimiento de un mercado de arte local, hecho que también acompañamos a través de acciones como la organización de MicroFeria de Arte Contemporáneo, que se viene realizando desde hace seis años”, destacó Federico Valentini, subsecretario de Industrias Culturales y Creativas.

Las galerías rosarinas que participarán en esta edición de ‘arteba’ son: Crudo, Studio Galassi, Diego Obligado, Desmayo y Gabelich Contemporáneo. Además, dirán presente más de treinta artistas locales, quienes tendrán la posibilidad de visibilizar y comercializar su obra en un evento internacional.

Se trata de estudioG: Alejandra Tavolini/ Sol Marinozzi/ Sol Quirincich.Gabelich Contemporáneo: Cecilia Lenardón, Patricio Escobedo y Maximiliano peralta Rodriguez/Cintia Clara Romero. En trastienda Rosario Farías Desmayo Galeria: Lucas Tibaldi, Sdk, Bernardita Ayub Sgrosso, Belen Romero Gunset, Crudo Arte Contemporáneo: Nicole Mazza y Natacha Tellez. Y en trastienda Ariel Costa, Julia Levstein, Hernán Camoletto, Candela Rosello y Facundo Díaz.. Diego Obligado: Anselmo Picoli / Leandro Comba/ Andrea Ostera / Mariana De Matteis. Luego (Rafaela): Julia Romano, Sebastian Bona, Daiana Martinello, Luciano León Liguori, Lucila Palladino y Germán González Holc.

“Para los artistas locales es una oportunidad valiosa participar de una feria como ‘arteba’, ya que significa una posibilidad de visibilizar y comercializar su trabajo a nivel nacional e internacional. En este sentido, venimos trabajando en una muy buen articulación para alentar estos núcleos que consolidan a Rosario como ciudad cultural”, sumó Federico Valentini.

Acerca de GIRO

Es la Cámara de galerías de arte de la provincia de Santa Fe y tiene por objeto nuclear a las galerías de arte santafesinas -entendiendo por tales a los espacios dedicados a la producción, a la exhibición y a la comercialización de obras de arte, cualquiera sea su forma de organización jurídica-, a efectos de promover y consolidar el mercado local del arte, lo que incluye, el dibujo, la pintura, el collage, la escultura, el grabado, las instalaciones artísticas, la fotografía, el videoarte, el arte digital, entre otras expresiones estéticas. El objeto se desarrolla sin fines de lucro y no reporta ventajas económicas para los asociados e integrantes de los órganos de administración y de fiscalización.

Aperitivo de arteBA: subastan dos piezas de una obra de De la Vega

Fuente: Ámbito ~ Corresponden a “Rompecabezas”, un ícono del Malba, y saldrán a subasta el próximo viernes, una semana antes de que se inaugure la gran feria.

Cuando aparece una obra cumbre del arte, los conocedores saben que surge el deseo de poseerla y, a partir de allí, el dinero para acceder a ella siempre sale de algún lado. Durante un almuerzo en el Hotel Duhau, la presidenta de la Fundación arteBA, Larisa Andreani, la directora, Lucrecia Palacios Hidalgo, y la gerenta de comunicación, Maia Güemes, señalaron que, este año, más que nunca, dada la situación económica del país, deberían presentar obras sumamente atractivas para tentar a los compradores. En este sentido, todavía está fresco el recuerdo de la batalla librada y perdida en arteBA por Eduardo Costantini, cuando todavía presidía el Malba, por una pintura excepcional de Jorge de la Vega que durante años estuvo enrollada, en manos de alguien que, es evidente, no la valoraba. Y justamente, dos piezas del “Rompecabezas” de De la Vega, un ícono del Malba, se rematarán el viernes 30, una semana antes de que arteBA estrene el escenario del Centro Costa Salguero. Desde luego, teniendo en cuenta de que el Malba tiene 17 piezas y el “Rompecabezas” original contaba con 30, no es aventurado deducir que los Amigos del Museo o su ex presidente estarán atentos a lo que pase en Christie’s con las pinturas provenientes de la colección de Guido y Nelly Di Tella. El precio estimado, entre 250.000 dólares y 350.000, es bajo. Marca la durísima realidad de nuestro arte: la cotización es pobre si se coteja con el mercado de Uruguay o Brasil, entre otros, en permanente suba.

El 7 de octubre en arteBA, institución que además de sortear la crisis económica remontó la catástrofe institucional que significó en 2020 la renuncia del casi todos sus miembros, se develarán muchas dudas. Un día antes, los museos que además de resguardar y exhibir sus tesoros, cumplen con la función de legitimar y consagrar el arte, realizarán las primeras compras con los fondos que aportan los donantes. Hoy, los galeristas y los artistas no viven en el mejor de los mundos y, la importancia de esta Feria, reside en convalidar el mercado.

El domingo pasado, con un fuerte aplauso, se cerró la 18° edición de la feria Buenos Aires Photo en la Casa Basavilbaso. Los galeristas estaban eufóricos; si bien la casona, con sus escaleras y recovecos, no es un espacio ideal para exposiciones, a la hora del balance a la mayoría le cerraban los números y no es poca cosa. La argentina Manuela Hansen, una de las dos integrantes del equipo curatorial de la Bienal de Venecia de Cecilia Alemani, admiró: “El booth de Del Infinito con la obra de Esteban Pastorino y especialmente los negativos pintados a mano de la serie Panorámicas, y el video de Julia Padilla en la sección curada por Irene Gelfman”. En el stand de AG Studio, destacó “la preciosa cualidad pictórica de la serie de flores de Graciana Piaggio”. Diego Costa Peuser, presidente de Buenos Aires Photo, buscará sin duda su destino en otro territorio y los galeristas, al menos Marina Pellegrini y Roberto Vega, anunciaron que lo seguirán a donde vaya.

La novedad este año fueron las visitas de los jóvenes de las instituciones de amigos de los museos. Los jóvenes del Malba, después de participar de una visita guiada en la feria de fotografía, se fueron a recorrer galerías. En el Museo Moderno, la presidenta de la Asociación Amigos, Inés Echebarne, organizó una comida para reunir fondos con el fin de preservar el valioso patrimonio de la institución, departamento a cargo de la crítica y curadora Alejandra Aguado. Allí, los jóvenes realizaron una tarea crucial para orientar a la gente. El MAMBA, un museo que nació sin sede y mantuvo durante un tiempo prolongado sus puertas cerradas, justo cuando a fines del siglo XX y los comienzos del XXI, el circuito global incorporaba artistas ajenos a los centros del arte. El Moderno recupera ahora el tiempo perdido y los artistas saben que su obra debe estar allí. La Asociación Amigos presentó la Campaña de Valorización del Patrimonio 2.0, con “Noches Modernas en el Moderno”. Artistas, curadores y amigos, descubrieron “Enlaces Querandí: Mónica Girón”, de la mano de la artista, y “Delcy Morelos: El lugar del alma” con su curadora Clarisa Appendino. Durante la cena todos estuvieron rodeados por obras del Patrimonio del Moderno, por los vistosos trabajos de Sergio De Loof.

Pequeño Picasso: el chico de quinto grado que vende sus cuadros por cientos de miles de dólares

Fuente: La Nación ~ Las pinturas de Andrés Valencia, de 10 años, generaron repercusión en Nueva York, Miami, Hong Kong y Capri; ya expuso en Art Basel y celebridades de todo el mundo compraron sus obras.

NUEVA YORK.- El mundo del arte contemporáneo ha tenido una buena cuota de jóvenes talentos, pero cuesta recordar algún artista cuyos primeros pasos hayan recibido tanto reconocimiento como los de Andrés Valencia.

En el último año, Valencia pasó de ser prácticamente ignoto a convertirse en un auténtico fenómeno del arte con todas las de la ley. Durante la feria Art Basel Miami del año pasado, el estilo de sus pinturas hizo que megamillonarios como Tommy Mottola y Jessica Goldman Srebnick hurgaran en sus abultadas billeteras. Y en junio el artista tuvo su muestra individual en la galería Chase Contemporary del Soho neoyorquino, donde vendió las 35 obras exhibidas por entre 50.000 y 125.000 dólares cada una, según informó la galería. Una de sus pinturas alcanzó 159.000 dólares (con comisión incluida) en una subasta de Phillips de Pury en Hong Kong, y otra se subastó por 230.000 dólares durante una gala benéfica en la isla de Capri, Italia.

Andrés Valencia, de origen mexicano, vive en Nueva York y tiene 10 años; la última feria Art Basel de Miami, en diciembre pasado, fue un trampolín para la venta de sus obras en diferentes ciudades del mundo
Andrés Valencia, de origen mexicano, vive en Nueva York y tiene 10 años; la última feria Art Basel de Miami, en diciembre pasado, fue un trampolín para la venta de sus obras en diferentes ciudades del mundoElliott Jerome Brown Jr. – NYTNS

“Me alegra que mi arte haga feliz a la gente y que puedan colgar mis cuadros en sus hogares”, dice Valencia desde la galería Chase, parado frente a The Professor, una pintura de gran formato estilo cubista en acrílico y óleo, tan alta como el propio artista. “Esta la hice cuando era más chico, a los 8″, agrega con timidez. Cabe destacar que Andrés Valencia, que ha sido calificado de “niño prodigio” y “pequeño Picasso”, tiene apenas 10 años.

La galería está cerrada y a la charla se suman su madre, Elsa Valencia, de 48 años, que cuando no está acompañando a su hijo a las exposiciones se dedica al diseño de joyas, y el galerista Bernie Chase. Con su remera polo blanca, jeans azules y un flamante par de zapatillas Nike que lo hacen parecer un alumno de primer año de la secundaria, Andrés Valencia nos ofrece una visita guiada de su exhibición.

“Los payasos son un clásico”, dice al presentar una obra titulada Max the Clown. Otra, titulada The Godfather, fue un encargo de una familia de Florida y muestra a unos matones de la mafia.

Detalle de un dibujo que Valencia realiza a mano alzada y firmó en menos de 10 minutos
Detalle de un dibujo que Valencia realiza a mano alzada y firmó en menos de 10 minutosElliott Jerome Brown Jr. – NYTNS

Como un estudiante precoz que no es consciente de su propia madurez, Valencia pasa revista a sus referentes y fuentes de inspiración: Jean-Michel Basquiat, George Condo, Pokémon, el Guernica de Picasso, y los muñecos de acción coleccionables Click N’ Play.

“Hace 20 años que estoy en el negocio del arte y he trabajado con artistas de la talla de Peter Beard y Kenny Scharf”, dice Chase mientras sobrevuela orgullosamente la muestra. “Y estoy seguro de que Andrés tiene el mismo potencial, o incluso más.”

Andrés podría estar solazándose en todos esos elogios, pero en casa lo esperan los deberes de matemática de quinto grado. “Mi hijo es un artista, pero primero es un niño”, dice su madre. “Es eso, un niño: no una celebridad.” Eso no quiere decir que ella y su esposo, Lupe Valencia, abogado y representante del boxeador cubano Frank Sánchez, no hayan influido mucho para que su hijo se convierta en un éxito de la noche a la mañana.

Primero contrataron brevemente los servicios de Nadine Johnson, una experimentada publicista neoyorquina, y ahora trabajan con el publicista de arte y espectáculos Sam Morris. Los diarios The Miami Herald, The New York Post, la revista Forbes, y el diario londinense The Times han publicado artículos boquiabiertos sobre el artista con cara de bebé, y la cadena ABC le dedicó un segmento en su programa World News Tonight.

Su madre dice que las extraordinarias ganancias de su hijo les dan la oportunidad de enseñarle “a retribuirle” a la sociedad. De los ingresos por venta de obra, una parte que según los Valencia “ya superó los 300.000 dólares” fue donada a la Fundación amfAR de investigación contra el Sida, y a la organización benéfica infantil Box of Hope.

La carrera artística de Andrés Valencia comenzó a los 4 años, cuando sus padres notaron que se pasaba horas en el comedor de su casa de San Diego, tratando de copiar una pintura de Retna, grafitero y viejo cliente de su padre. “Me sentaba ahí con el papel para tratar de copiarlo, pero tardé años hasta que me salió bien”, dice. La confianza artística creció rápidamente y empezó a venderles sus acuarelas por 20 dólares a los amigos de la familia. Entre ellos estaba Chase, que cada vez que visitaba la casa de los Valencia le ofrecía 100 dólares por cada pintura. Andrés demostró ser tan buen vendedor como artista, y le aumentó el precio a 5000 dólares. “Le dije que OK, que por ese le iba a pagar 5000″, dice Chase, riendo. “Le pedí que me acompañara hasta el auto para firmarle un cheque, pero Elsa salió corriendo por la puerta y me gritó: “¡Ni se te ocurra!”

Chase compró tantas pinturas que los Valencia se convencieron de dejar que su hijo “compartiera sus talentos con el mundo”, dice el galerista, quien se contactó a Nick Korniloff, director de la edición de la feria Art Basel que se realiza en Miami, para presentar en sociedad al joven artista.

Korniloff reconoce que al principio se mostró muy escéptico “cuando Chase me pidió que trabajara con un niño de 10 años”. Pero también se le ocurrió que después de la pandemia habría una demanda reprimida de “algo esperanzador, como la historia de un talentoso pintor de 10 años”.

De todos modos, Korniloff temía “poner en riesgo mi reputación por un alumno de quinto grado”, así que no divulgó la edad en ninguno de los materiales promocionales de la feria. Pero durante los recorridos que se realizan antes de la inauguración para los invitados VIP, Korniloff les preguntaba tímidamente a los coleccionistas: “¿Y si les dijera que estas obras las hizo un chico de 10 años, y que parte de ellas las hizo cuando tenía apenas 8?”

La noticia del niño pintor se difundió rápidamente. Celebridades como Sofia Vergara y Channing Tatum compraron piezas y el periodismo se abocó a verificar si efectivamente eran obra de una persona de tan corta edad . Entonces Korniloff invitó a Valencia a pintar en vivo junto a Bradley Theodore, un popular artista callejero varias décadas mayor que él. El espectáculo terminó de capturar la atención de los medios.

Y sus seguidores no paran de aumentar. A principios de este mes, el vocalista de la banda surcoreana BTS, conocido como V, compartió con sus 50 millones de seguidores de Instagram una de las obras de Andrés.

“Me alegro de poder hacer feliz a la gente con mi arte y que puedan colgarlo en sus casas”, dijo Andrés a The New York Times
“Me alegro de poder hacer feliz a la gente con mi arte y que puedan colgarlo en sus casas”, dijo Andrés a The New York TimesElliott Jerome Brown Jr. – NYTNS

¿Artistas menores?

Los artistas menores de edad son inusuales pero existen en el mundo del arte. Hace varios años, los coleccionistas pagaban entre 250 y 1500 dólares por los garabatos expresionistas de Lola June, estrella del arte de apenas 2 años de vida. Y algunas jóvenes estrellas del arte, como Alexandra Nechita, que a los 12 años fue considerada “la Mozart del pincel” y ganó millones en ventas, siguen trabajando en la actualidad. Con otros, el estrellato infantil ha sido menos benigno. Cuando solo tenía 4 años, Marla Olmstead vendía sus pinturas abstractas por miles de dólares, pero años después, una segmento del programa 60 Minutos y un documental de investigación plantearon que era su padre quien manejaba el pincel.

Los propietarios de otras galerías de arte contemporáneo advierten que el frenesí especulativo por la obra de Andrés Valencia podría ser efímero. “Mucha gente piensa en la obra de los nuevos artistas como una reserva de valor que los protege de la inflación”, dice Alexander Shulan, propietario de Lomex, una galería del centro de Manhattan que se enfoca en artistas emergentes. “Pero la vida de cualquier artista joven cambia drásticamente con el tiempo, así que es bastante ridículo pensar que una inversión a perpetuidad en un artista de 24 años, y menos aún en este caso, donde se trata literalmente de un niño.”

De vuelta en la galería, Andrés agarra un bloc de dibujo y empieza a bocetar un retrato. “Muchos piensan que los bocetos de un niño hechos con marcador sobre una hoja no deberían estar en una galería”, dice Valencia sin levantar la vista del papel. “A veces los adultos no entienden nada.”

(Traducción de Jaime Arrambide)

Primer Encuentro Provincial de Cultura, Arte y Tecnologías

Fuente: GBA ~ La jornada, organizada por el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires, se realizará el sábado 22 de octubre en el Planetario de la Universidad Nacional de La Plata.

Proyecciones de videos 360, conversatorios y una feria de experiencias formarán parte del Primer Encuentro Provincial de Cultura, Arte y Tecnologías, que se realizará el 22 de octubre de 10 a 16 en el Planetario de la Universidad Nacional de La Plata (Av. Iraola y calle 118, Paseo del Bosque).

Convocados por el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, desarrolladores, diseñadores, artistas e investigadores bonaerenses que estén produciendo plataformas, dispositivos, obras e instalaciones inmersivas, interactivas, digitales y artísticas podrán participar completando el siguiente formulario antes del 6 de octubre.

En particular esta convocatoria apunta a equipos interdisciplinarios que estén creando instalaciones interactivas, entornos inmersivos, nuevas aplicaciones creativas, programación, sistemas y servicios digitales, inteligencia artificial, visualización de datos, realidad virtual y aumentada, metaverso, criptoarte, espacialidad sonora, internet de las cosas, robótica y conectividad, entre otras.

El Primer Encuentro Provincial de Cultura, Arte y Tecnologías busca impulsar el desarrollo de proyectos creativos digitales bonaerenses, generar oportunidades de creación y de promoción, reconocer demandas y situaciones emergentes locales o regionales respecto de la producción, el uso de las tecnologías y las plataformas digitales.

Este encuentro potenciará el entramado entre tecnología, cultura y arte desde una mirada vanguardista y de reconocimiento de la identidad y la diversidad bonaerense. Se puede solicitar más información o realizar consultas a la siguiente dirección electrónica culturainmersiva@gmail.com.