Malba Puertos, la primera reserva abierta de un museo latinoamericano, combina arte y naturaleza

Fuente: La Nación – El museo inaugura sede en Escobar; con una inversión de US$12 millones, aloja las esculturas monumentales de Gabriel Chaile y una selección de obras de la colección permanente que necesitaban nuevo espacio de guardado.

“Caminar, la actividad más libre que conozco. Y si a caminar le sumamos la contemplación de obras de arte, la experiencia es imbatible”, dice María Gainza en el inicio de Paseos no obligatorios, el libro de edición limitada que el Malba le encargó a la escritora para acompañar el lanzamiento de su nueva sede en Escobar. Ubicada en el flamante pueblo Puertos, con varios barrios ya habitados y otros en desarrollo, donde en la actualidad viven unas cinco mil personas y la desarrolladora Consultatio proyecta que llegarán a sesenta mil, Malba Puertos es más que un museo en el sentido convencional. Es un proyecto cultural sustentado en tres ejes: naturaleza, arte y urbanismo. Solo la construcción del edificio transparente con paredes vidriadas y tres cuerpos requirió una inversión de siete millones de dólares. Y, tal como dijo Eduardo Costantini en el recorrido para prensa y artistas, sumando el valor de los terrenos, la inversión alcanzó los doce millones de dólares.

Con Malba Puertos, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires expande sus fronteras y se propone crear comunidad: llevar el arte a un público que no tenía hasta ahora esta clase de ofertas culturales en ese sector de zona norte, a unos cincuenta minutos de auto desde el centro porteño (si el tránsito de Panamericana lo permite, claro).

"Nave", de Marcela Sinclair, en el circuito Troncal de Malba Puertos
«Nave», de Marcela Sinclair, en el circuito Troncal de Malba PuertosPrensa Malba

Ese propósito, uno de los ejes del proyecto, se concretó con un circuito de obras site especific instaladas al aire libre. En realidad, no es un solo circuito, son tres y llevan los nombres de Bahía, Troncal y Reserva. Allí, se lucen 23 obras de artistas argentinos (esculturas e instalaciones), encargadas especialmente para interactuar con los habitantes, las visitas y el entorno donde fueron ubicadas. Así, por ejemplo, Bañistas, de Sebastián Mercado, sorprende a quienes caminan por la ribera de la laguna: son dos figuras de hierro enormes que parecen estar por sumergirse en el agua. Y El salto, de Hernán Marina, es un hombre colosal que está a punto de hacer un clavado perfecto para zambullirse en el lago. Ambas se encuentran en el circuito Bahía, que se sugiere recorrer a pie, entre el reflejo del agua y la gran variedad de vegetación que, en plena primavera, regala flores y perfumes.

"Carrefour", de Jorge Macchi, una especie de veleta que no se mueve con el viento sino que tiene movimiento propio
«Carrefour», de Jorge Macchi, una especie de veleta que no se mueve con el viento sino que tiene movimiento propio tuxo – Prensa Malba

Troncal está en la zona urbana, donde están los dos colegios de Puertos, los restaurantes y una librería. Para ese sector creó Mimi Laquidara un conjunto escultórico polideportivo, que es al mismo tiempo una obra de arte y un espacio de recreación para los vecinos. Sí, la mayoría de las piezas artísticas de los tres circuitos se pueden tocar y pisar; algunos ofrecen bancos y reposeras para sentarse al sol (como Moda playera, de Daniel Basso) y otros, como La paraeólica, de Irina Kirchuk (artista que fue convocada para seleccionar los proyectos de obra para el espacio público y ofició de guía durante la visita), juega con el viento con varias aspas pintadas de colores; está inspirada en las máquinas fabulosas de Da Vinci y Xul Solar.

Mimi Laquidara creó un conjunto escultórico polideportivo, que es al mismo tiempo una obra de arte y un espacio de recreación para los vecinos
Mimi Laquidara creó un conjunto escultórico polideportivo, que es al mismo tiempo una obra de arte y un espacio de recreación para los vecinostuxo – Prensa Malba

El tercer circuito, la Reserva, es especial para recorrer a pie, con tiempo, protector solar y repelente. Termo y mate, también, por qué no. Es que puede llevar aproximadamente una hora de caminata ver desde la primera obra (Deja que hable el viento, de Daniel Joglar, una especie de móvil colgante instalado en el último piso de un mirador) hasta la última, Espejo espectro, de Carolina Fusilier. “No es estrictamente un gong, pero su forma y materialidad están ligadas a ese instrumento ancestral”, describe Gainza en el apartado del libro dedicado a esa extraña obra.

"Moda playera", de Daniel Basso, reposeras para sentarse al sol
«Moda playera», de Daniel Basso, reposeras para sentarse al sol tuxo – Prensa Malba

La autora de El nervio óptico escribió un texto breve, que funciona como ensayo, para cada pieza. A partir de este domingo, cuando Malba Puertos abra las puertas al público, con entrada gratuita, se podrán leer los textos desde el sitio web del nuevo museo. La versión impresa, que trae una serie de postales de las obras, estará en venta más adelante en la tienda del museo. También se puede acceder a los textos de Gainza a través del código QR que figura en la placa de cada obra, donde está el nombre de la pieza y de su creador, y un video donde el artista habla sobre su trabajo.

"La araña", de Eugenia Calvo, creada con luminarias urbanas
«La araña», de Eugenia Calvo, creada con luminarias urbanasPrensa Malba

El circuito de arte público termina (o empieza) en el edificio del museo diseñado por el arquitecto español Juan Herreros, que durante la presentación a la prensa definió el sitio como un “no museo”, “un lugar abierto y cerrado, un espacio transparente que refleja la luz y la interacción con la reserva”.

Las cinco piezas monumentales de Gabriel Chaile que representan a los integrantes de la familia del artista tucumano, tienen una sala propia en Malba Puertos (el Pabellón Chaile) y forman parte de la colección permanente
Las cinco piezas monumentales de Gabriel Chaile que representan a los integrantes de la familia del artista tucumano, tienen una sala propia en Malba Puertos (el Pabellón Chaile) y forman parte de la colección permanenteAlejandro Guyot – LA NACION

Es que contar con un nuevo y más grande sitio de guardado de la colección permanente del Malba fue el disparador original de este proyecto, que nació en 2019 y que en un primer momento iba a alojar solo el colosal conjunto de piezas creadas por el artista tucumano Gabriel Chaile, que Costantini compró en la Bienal de Venecia en 2022 y luego fue creciendo hasta convertirse en este megaproyecto cultural. Finalmente, las cinco piezas monumentales de Chaile que representan a los integrantes de la familia del artista tienen una sala propia en Malba Puertos (el Pabellón Chaile) y forman parte de la colección permanente. Ahora y hasta el 2 de marzo de 2025, integran la muestra La vida que explota, que pone en diálogo esas creaciones de Chaile con las obras textiles de la artista wichi Claudia Alarcón y el colectivo de tejedoras Silät, bajo la curaduría de Andrei Fernández.

En la sala del Lago, el dúo Mondongo sorprende con doce obras de gran tamaño construidas con pedazos de troncos, raíces y otros elementos naturales que representan paisajes
En la sala del Lago, el dúo Mondongo sorprende con doce obras de gran tamaño construidas con pedazos de troncos, raíces y otros elementos naturales que representan paisajesAlejandro Guyot – LA NACION

En los otros dos cuerpos del edificio está la sala de exposiciones temporales y la reserva técnica abierta al público. “Es el primer museo de Latinoamérica que abre su reserva al público”, dijo Costantini a LA NACION. Todavía en proceso de traslado de buena parte del acervo del Malba, hoy allí se exhibe la muestra Acto reflejo, de Amadeo Azar, que creó una serie de acuarelas que relacionan algunas obras de la Colección Malba con la flora y fauna autóctonas de la zona. Hay a la vista una selección de esculturas y objetos y, todo el detrás de escena del guardado: paneles corredizos, planeras con originales, cuadros colgados en las paredes. Allí se organizarán actividades educativas para distintas edades, como adelantó Eleonora Jaureguiberry, coordinadora general de la nueva sede.

El edificio transparente, con tres cuerpos, de Malba Puertos
El edificio transparente, con tres cuerpos, de Malba PuertosMalba

En la sala del Lago, el dúo Mondongo (presente en la recorrida) sorprende con doce obras de gran tamaño construidas con pedazos de troncos, raíces y otros elementos naturales que representan paisajes y forman una instalación titulada Argentina (paisajes), 2009-13. Forman un recorrido en diálogo con doce pinturas de Luis Ouvrard (Rosario, 1899-1988) realizadas entre 1966 y 1986. Curada por Alejandra Aguado, Ensayos naturales I es el primer capítulo de esta exposición de Mondongo, que se podrá ver hasta el 8 de diciembre. Luego, llegará el capítulo dos del dúo integrado por Juliana Laffitte y Manuel Mendanha.

Costantini junto al dúo Mondongo y Herreros, el arquitecto responsable del edificio de Malba Puertos
Costantini junto al dúo Mondongo y Herreros, el arquitecto responsable del edificio de Malba PuertosAlejandro Guyot – LA NACION

Pero eso no es todo, amigos. Al aire libre, entre árboles recién plantados que prometen sombra, está la Sala del Bosque. Allí, las curadoras Cinthia Kazez y Lucila García de Onrubia presentan Mueble escultura, una investigación de piezas a mitad de camino entre obras de arte y objetos de uso cotidiano como mesas, bancos y otras obras sorprendentes.

“Caminar en contemplación es una actividad que no funciona con escépticos. Es necesario una pizca de credulidad, creer en el poder del arte y la potencia de la naturaleza”, observa Gainza en el libro-guía. Y tiene razón.

Para agendar

Malba Puertos queda en Puertos, nuevo pueblo de Escobar ubicado a la altura del km 45 de la Panamericana. El ingreso a Puertos es libre; solo requiere la presentación del DNI en el puesto de seguridad.

A partir de este domingo, el nuevo museo abrirá de martes a domingos de 12 a 19, con entrada gratuita. Más información en el sitio https://www.malbapuertos.org.ar/, que estará disponible desde el domingo.

Festejo por los 23 años

Este sábado, Malba cumple 23 años y lo festeja durante el fin de semana en su edificio de Avenida Figueroa Alcorta 3415 y, también, en su nueva sede de Escobar, Malba Puertos. El sábado, en Barrio Parque, se realizarán talleres para disfrutar en familia, con estaciones de creación a partir de la exposición Gyula Kosice. Intergaláctico y las obras de la Colección Malba, y una biblioteca musical para leer y compartir cuentos, libros e historietas para niños y niñas. Sabor a durazno –un espectáculo de narración y música– pondrá a los libros en el centro de la escena, para chicos de 0 a 5 años. Como cierre de la jornada, a las 18.30, tendrá lugar una nueva edición con invitados sorpresa de “Música a cielo abierto”, ciclo que desde 2018 convoca a artistas destacados de la escena indie y electrónica regional. Todo con entrada gratuita.

El lunes 23, a las 18.30, cierran las celebraciones de Malba con la conferencia “Leonora Carrington y Remedios Varo. Colaboraciones mágicas”, a cargo de la historiadora mexicana Tere Arcq. En su charla, explorará la colaboración entre Leonora Carrington y Remedios Varo, poniendo un énfasis especial en las obras de ambas pertenecientes a la Colección Malba.

Malba Puertos: museo transparente

Fuente: Clarín – Estos últimos días, unas 200 personas estuvieron trabajando coordinadas como en la coreografía de una compañía de ballet para que este fin de semana se abran las puertas de Malba Puertos, el nuevo espacio de exhibición que el coleccionista y desarrollador Eduardo Costantini construyó en Escobar, para albergar la reserva de su propia colección y también la del gran museo que creó hace 23 años. Y sin embargo, Malba Puertos no es un museo.

El concepto es novedoso, al punto de que los creadores de este megaespacio lanzan un ambicioso plan formativo para el público: aprenderemos a vincularnos con esos 5.500 metros cuadrados en los que se suceden jardines, bosques, salas y espacios públicos porque ya no se trata de encerrarse en un edificio en penumbras y circular entre obras. Aquí, el afuera es protagonista y las piezas pueden estar detrás de un vidrio pero también al aire libre, resignificándose cuando sopla el viento o cuando llueve.Eduardo Costantini, junto al artista Gabriel Chaile, y una de sus cinco nuevas piezas.Eduardo Costantini, junto al artista Gabriel Chaile, y una de sus cinco nuevas piezas.

Para llegar a Malba Puertos, los porteños tendrán que recorrer los 45 kilómetros que separan la capital de Escobar, pero quienes ya habitan en la zona norte tendrán a la mano (y sin dejarse atrapar por las cadenas del tránsito enloquecido de la urbe) la posibilidad de un lugar que es muchos lugares al mismo tiempo. Construido por la firma Consultatio, socio corporativo del Malba, con una inversión de 10 millones de dólares, el predio donde se ubica el museo y todo su entorno, tiene entrada libre y gratuita. “Hay que ir en zapatillas y llevar mantelito y merienda porque es un espacio para quedarse a pasar el día”, anticipa Eleonora Jaureguiberry, a cargo de la coordinación general de ese nuevo museo.

Hace un par de meses, Costantini explicó: “Malba Puertos nace del deseo de ampliar el impacto cultural y social del Museo en nuevas audiencias. También de la necesidad de albergar nuevas formas de expresión y exhibición, acordes al museo del siglo XXI en el que las disciplinas y formatos son cada vez más híbridos e interdisciplinarios y el visitante, un participante activo. El proyecto con salas de exhibición y una reserva técnica a la vista de los visitantes hace sinergia con la oferta cultural de Puertos, que da cuenta de su identidad a través del arte en su espacio público”.Las baldosas del espacio exterior es una obra abstracta del artista Fabián Burgos. Foto: Malba PuertosLas baldosas del espacio exterior es una obra abstracta del artista Fabián Burgos. Foto: Malba Puertos

El proyecto del edificio fue diseñado por el estudio español del arquitecto Juan Herreros, con el apoyo local de Torrado Arquitectos, Bulla en el paisajismo y Flora Estudio con quien compartió el desarrollo del mobiliario. La construcción y trazado del espacio demandó casi dos años y el resultado es disruptivo desde lo estilístico hasta lo conceptual. Aquí la arquitectura hace una apuesta por la transparencia, sin límites ni jerarquía, sin un manual prefijado de uso ni circulación establecida.

Además de desafiar las convenciones de las audiencias más habituadas a esta clase de consumo cultural, invita a quienes no suelen visitar museos a apropiarse del espacio siguiendo sus propias intuiciones y los dictados de su curiosidad. Todas las posibilidades están abiertas.

“El gran techo transparente y la construcción que parece no tener límites físicos expresa el deseo de Malba Puertos de constituirse en un lugar de encuentro alejado de la exclusividad de los museos tradicionales. El espacio público generado es también un lugar de arte, un regalo del Malba a la ciudadanía”, puntualizó el arquitecto Herreros al respecto.Varias de las obras en espacio público están en una reserva natural. Foto: Malba Puertos. Varias de las obras en espacio público están en una reserva natural. Foto: Malba Puertos.

Qué es la reserva técnica

Otra singularidad de Malba Puertos es que abrirá las puertas al detrás de escena de una colección como la de Costantini y la del Malba: la reserva técnica, todas las obras que no forman parte de una exposición y que esperan su momento. En este aspecto, tal como sucede con un puñado de instituciones en el mundo entre las que se cuentan el Museo Boymans Van Beuningen, de Holanda, y del Louvre, el Centre Pompidou y la Colección FRAC, en Francia, el público podrá asomarse a ese tesoro: “Un espacio que normalmente es invisible e inaccesible al público en un museo convencional, se convierte en este proyecto en el motor de una institución que es todo lo contrario: transparente y abierta”, explica Herreros.

De esta manera, quienes ingresen al inmenso predio presidido por el museo descubrirán, primero, el Circuito de Arte Público que ofrece 23 obras site specific distribuidos en diferentes espacios públicos del complejo y que fueron creadas por artistas modernos y contemporáneos como Matías Duville, Artur Lescher, Marcela Sinclair, Jorge Macchi, Florencia Almirón, Sebastián Mercado, Fabián Burgos, Gabriel Chaile, Martin Blaszko, Diego Bianchi y Daniel Joglar, entre otros.

Más allá, espera la singular Salas del Bosque, donde los árboles enmarcan un “museo vivo” formado por tres espacios abiertos implantados en una explanada cubierta de alisos interconectados por un sendero que conduce al sector semicubierto del museo. Se utiliza también como laboratorio para la observación y el estudio de plantas exóticas, para talleres con niños, estudiantes y adultos.Malba Puertos.Malba Puertos.

Ya en el edificio, la Sala de exposiciones interna está dedicada a la producción de proyectos artísticos contemporáneos con vista a los lagos, iluminación natural y con un sistema mecánico de control de luz y paneles según cada proyecto. Ahí al lado están también la recepción y una tienda de diseño.

El espacio tiene además una Sala de exposiciones externa, bajo una gran cubierta casetonada y con cúpulas traslúcidas que parece flotar por sobre los edificios generando un espacio flexible que los interconecta y los contiene. Permite un espacio de usos múltiples para performances, teatro, danza, conciertos y con proyecciones, sin perder la conexión con el entorno natural e integrándolo visualmente con el resto del conjunto arquitectónico.Obra de Claudia Alarcón, en el Pabellón Chaile de Malba Puertos. Obra de Claudia Alarcón, en el Pabellón Chaile de Malba Puertos.

Malba Puertos tiene un Pabellón Chaile, construido con muros vidriados que abrazan las enormes cinco esculturas de Gabriel Chaile, y la Reserva técnica, un depósito de obras de arte que puede albergar entre 800 y 900 piezas de diferentes formatos que se puede ver gracias a sus ventanales

Todos los espacios son públicos y de acceso gratuito, ya que para acceder solo hay que identificarse con DNI. De manera que, ya lo dijo la directora Eleonora Jaureguiberry, zapatillas, mantelito y merienda, y protector solar porque en Escobar nace una nueva manera de ir al museo.

  • Malba Puertos
  • Alisal, Puertos, Av. de la Bahía 160, B1625XAF Belén de Escobar, Provincia de Buenos Aires
  • Apertura al público: domingo 22 de septiembre de 12 a 19
  • Horario: mar a dom de 12 a 19 (lun cerrado).

Plagio de arte con IA: un dúo español denunció al Museo Moderno de Buenos Aires

Fuente: Infobae – Las hermanos Cardona, más conocidos como Boldtron, acusaron al argentino Martín Legón por usar su creación en la promoción de la muestra “Solo las piedras recuerdan”. El museo pidió disculpas y retiró el material.

“Necesitamos tu ayuda: nuestro trabajo de IA es robado y colocado en un museo de Buenos Aires”. Con ese epígrafe, ayer, Boldtron publicó un video en su cuenta explicando que una obra suya había sido expuesta en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.

Esa obra es un video que fue presentado por el artista Martín Legón para la promoción de la exposición Solo las piedras recuerdan.

Quien lo denuncia por plagio es Boldtron, seudónimo artístico de los hermanos Xavier y Daniel Cardona, dos creadores barceloneses especializados en diseño 3D, realidad virtual e inteligencia artificial.

El personaje en cuestión de Boldtron fue creado cuando ambos hermanos fueron de viaje a Japón. Se llama MibiEl personaje en cuestión de Boldtron fue creado cuando ambos hermanos fueron de viaje a Japón. Se llama Mibi

Uno de los hermanos contó cómo se enteró del extraño destino de su obra: que estaba en un destacado museo de este lado del Océano Atlántico: fue presentada por el artista Martín Legón y avalada por Francisco Lemus, curador de la muestra y jefe del departamento curatorial del Moderno.

El personaje en cuestión, cuenta en el video, fue creado cuando ambos hermanos fueron de viaje a Japón. Se llama Mibi.

Hoy el Museo publicó un comunicado donde dice que “en forma inmediata para evitar cualquier posible afectación” se comunicaron con los artistas y se “dio de baja de todas sus plataformas esas imágenes utilizadas por Legón”. A su vez, subrayaron que esas imágenes no hbían sido “incluidas dentro de la exposición presentada por el Museo”.

El artista Martín Legón, Francisco Lemus, curador de la muestra, y Victoria Noorthoorn, directora del museo. De fondo, la obra de BoldtronEl artista Martín Legón, Francisco Lemus, curador de la muestra, y Victoria Noorthoorn, directora del museo. De fondo, la obra de Boldtron

“Ofreciendo antes que nada las disculpas del caso por la utilización de dichas imágenes por parte del artista, y volviendo a destacar que nuestra primera medida fue dar de baja dichas imágenes de todas las plataformas, el Museo Moderno ratifica que está siempre comprometido con las nuevas exploraciones del arte contemporáneo, su difusión y las diferentes formas de innovación”, cierra el comunicado.

“Esto es muy humillante para mí”, sostuvo el artista español y apuntó contra Legón, Lemus y contra Victoria Noorthoorn, directora del Moderno. “Esto es lamentable”, concluyó.

Un jardín invade un museo cordobés, nuevo directorio del FNA y Premio Hebe Uhart de Novela

Fuente: Clarín – Una escultura infalble de colores flúo y grandes dimensiones invadió una sala del Museo Evita – Palacio Ferreyra, en Córdoba. Se ve desde afuera, porque está instalada en un cubo de vidrio en el segundo nivel del palacio decimonónico, pero los visitantes la pueden tocar y recorrer: es un jardín invertido que se convirtió en el selfie point del museo.

Se trata de El jardín de Darío, una instalación sensorial de estética pop del artista Pablo Curutchet, que invita a los visitantes a involucrarse.

“La flor es una metáfora de los ciclos de la vida”, señala el artista, quien se dedicó durante la pandemia a retratar unos floreros con las flores que recolectaba caminando por su barrio, en la capital cordobesa. “Porque nos conectan con la vitalidad y su belleza pero se marchitan. A la vez, un jardín remite al juego entre el hombre y la naturaleza, entre el control y el caos”, completa.El exterior del Palacio Ferreyra, en el centro de Córdoba. El exterior del Palacio Ferreyra, en el centro de Córdoba.

La intervención se podrá ver hasta noviembre en Córdoba, fecha que coincide con el Mercado de Arte, la feria de arte contemporáneo de esa provincia. Hasta entonces rotarán las piezas. El proyecto retoma las esculturas etéreas que Curutchet comenzó una década atrás. “Me interesa modificar el espacio, cambiar el dibujo del lugar, alterarlo o modelarlo con diferentes herramientas, en una operación en la que tanto la escala como el humor importan”.

El mayo, una intervención con otras esculturas de aire convocó a los visitantes de Casa FOA 2024, donde se presentó en el espacio del estudio Grupo CB de Arquitectos, que eligieron selfie point, escenario predilecto para tomar fotografías para redes sociales. A fines de julio, otra escultura inflable, un enorme chancho rosado, desconcertó a los visitantes de ConarteCBA/2024, una novedosa feria de arte múltiple que se realizó en una torre del Parque Empresarial Aeropuerto (PEA), en Córdoba.El escritor Fermín Eloy Acosta ganó el Premio Hebe Uhart de Novela.El escritor Fermín Eloy Acosta ganó el Premio Hebe Uhart de Novela.

Con el título Las visiones venenosas, Fermín Eloy Acosta (Olavarría, 1990) se quedó con el Premio Hebe Uhart de Novela 2024. El jurado compuesto por María Teresa Andruetto, Hernán Ronsino y Miguel Vitagliano eligió por unanimidad su obra, que concede $1.500.000 y la publicación en Ediciones Bonaerenses, sello editorial de la Provincia de Buenos Aires. Además, también otorgó una mención especial a La edad de la tarde, de Mauro Peverelli.

En esta segunda convocatoria del Premio Hebe Uhart de Novela, participaron 282 novelas originales e inéditas, que llegaron desde 62 localidades de la provincia. El premio, que queda en manos de Fermín Eloy Acosta consiste en una retribución monetaria de un millón y medio de pesos y la publicación del libro dentro de la colección Nuevas Narrativas de Ediciones Bonaerenses, el sello editorial público de la provincia.El nuevo directorio del Fondo Nacional de las Artes de izquierda a derecha: Juan Antonio Lázara (Letras), Miguel Pereira (Cine), Marcelo Griffi (en nombre del Banco Central), Tulio Andreussi Guzmán (presidente del FNA), Teresa Anchorena (Patrimonio), Gastón Pulero (por la Secretaría de Cultura), María Silvia Corcuera (Artes plásticas) y Marcelo Nougués (Arquitectura). Foto: prensa Secretaría de Cultura.El nuevo directorio del Fondo Nacional de las Artes de izquierda a derecha: Juan Antonio Lázara (Letras), Miguel Pereira (Cine), Marcelo Griffi (en nombre del Banco Central), Tulio Andreussi Guzmán (presidente del FNA), Teresa Anchorena (Patrimonio), Gastón Pulero (por la Secretaría de Cultura), María Silvia Corcuera (Artes plásticas) y Marcelo Nougués (Arquitectura). Foto: prensa Secretaría de Cultura.

FNA: Nuevo directorio y anuncios

En un acto en la Cúpula del Palacio Libertad (ex CCK) esta semana, se presentó el nuevo directorio del FNA y las Líneas de Fomento 2024. “El Fondo Nacional de las Artes debe ser entendido como una entidad financiera destinada a prestar apoyo y fomentar a las artes en todo el territorio argentino”, destacó su Presidente, Tulio Andreussi Guzmán, en un acto al que asistió el Secretario de Cultura, Leonardo Cifelli.

Allí se presentaron a los miembros del directorio, cuyos cargos son ad honorem y tendrán una duración de cuatro años, con la responsabilidad de contribuir a cumplir con los objetivos del organismo. Marcelo Eugenio Griffi como representante del Banco Central, Gastón Pulero, representante de la Secretaría de Cultura de la Nación, Mauricio Wainrot, de Artes Escénicas y Danza; María Silvia Corcuera, de Artes Plásticas; Juan Antonio Lázara, de Letras, Patrimonio, Radio y Televisión; Marcelo Nougués, de Arquitectura; Miguel Pereira, de Cine; Teresa Anchorena, de Patrimonio y Artesanías y Guillermo Scarabino, de Música. Se suman Laura Sarafolgu (gerencia de Operaciones); Inés Etchebarne (Relaciones Institucionales y Comunicación) y Santiago Valentino (Planeamiento y Servicios Culturales), quien dio a conocer las líneas de fomento para el segundo semestre.

Se pueden solicitar tres categorías de Préstamos de hasta 20 millones. Becas Creación, destinadas a financiar la producción de proyectos creativos de calidad, con alta factibilidad, impacto territorial y escalabilidad; y se lanzó el concurso de Letras (cuentos, novela, poesía, ensayo y no ficción), que estará abierto hasta el martes 10 de septiembre.

De la Patagonia a Misiones, el legado de los inmigrantes en 11 museos de la Argentina

Fuente: Clarín – La idea de añadir la visita a un museo en el marco de un viaje por el país para conocer el patrimonio histórico y cultural de la comunidad local tiene otras resonancias cuando se trata de una visita a una colección de objetos y documentos que remiten a la obra fundacional de los inmigrantes desembarcados en el puerto de Buenos Aires entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX.

Las marcas dejadas por esa corriente masiva de expatriados que buscaban un horizonte promisorio en Argentina reviven en las nutridas colecciones exhibidas en distintos museos creados en todo el país.

Nostalgia, recuerdos y emociones afloran en cada recorrido por las muestras permanentes y temporarias instaladas en las salas.

En este informe se consigna parte del contenido y los orígenes de once museos, desde el Noreste hasta la Patagonia, que ponen en valor, conservan y difunden las piezas esenciales del acervo local y la identidad comunitaria.

1) Museo Lituano Olgbrun (Esquel, Chubut)

En el barrio Villa Ayelén, un elegante apéndice de Esquel extendido a un costado de la salida hacia el sur por la ruta 259, la impronta de Bruno Lukosevicius revive en las salas de una casa atestada de objetos históricos. Museo Lituano Olgbrun, en Villa Ayelén.Museo Lituano Olgbrun, en Villa Ayelén.

El Museo Lituano Olgbrun -único en Sudamérica- resguarda más de 10 mil fotografías, dos mil libros de Prusia, la linotipo de 1886, la guillotina y la impresora de la imprenta de “Balsas” -el primer periódico lituano publicado en el país-, documentos y artesanías en madera.

Pese a ese inusual despliegue de piezas de colección, la mayor atracción reside en la interminable secuencia de recuerdos que hilvana en su relato Olga Ipolito -la viuda de Bruno, fallecido en enero de 2022-, para contar las apasionantes historias de su esposo -hijo de lituanos, nacido en un conventillo de inmigrantes del barrio porteño de Palermo y seducido por la belleza de Esquel hace cuarenta años- y de Lituania, un país de Europa del este extendido a orillas del mar Báltico.

Después del invierno, la voz de Olga amplificada entre las paredes del Salón de Ciencias Naturales suele contrastar con los trinos de los pájaros que sobrevuelan el jardín de la casa, donde las mariposas sucumben al perfume persistente de lavandas en flor. Recuerdos en el museo de Esquel.Recuerdos en el museo de Esquel.

A unos pasos, Luciano Lukosevicius -hijo de Olga y Bruno, un reconocido criador y domador de caballos en la zona- agrega datos sueltos al vasto recorrido por la cultura lituana.

  • Cómo llegar. Desde la ciudad de Buenos Aires hasta Esquel son 1.866 km por Riccheri, Autopista a Cañuelas, ruta 3 hasta Trelew, ruta 25 hasta Tecka y ruta 40.
  • Cuánto cuesta. Entrada, $ 8.000; hasta 6 años, gratis. Abre de lunes a sábados de 17 a 20.
  • Dónde informarse. (02945) 15692857 / (0221) 154549618 / infoturismo@esquel.gov.ar / www.esquel.tur.ar.

2) Museo Histórico Regional (Gaiman, Chubut)

La epopeya del desembarco de los primeros inmigrantes galeses en el Golfo Nuevo en 1865 y la fundación de colonias agrícolas por parte de esos primeros pobladores europeos a lo largo del Valle Inferior del Río Chubut (desde la costa atlántica hasta la Cordillera) es recreado al detalle en el Museo Histórico Regional de Gaiman, que funciona en la estación del Ferrocarril Central de Chubut, habilitada en 1909 y cerrada en 1961, cuando el ramal fue clausurado.Piano de la casa del pionero galés Lewis Jones exhibido en el Museo Histórico Regional de Gaiman.Piano de la casa del pionero galés Lewis Jones exhibido en el Museo Histórico Regional de Gaiman.

El público tiene la posibilidad de descubrir esa historia fundacional a través de más de 3 mil elementos expuestos, entre los que se destaca el mobiliario de la casa del pionero Lewis Jones, instrumentos musicales, periódicos, cálices de capillas de fines del siglo XIX, coronas y sillones bárdicos.

Este lugar resguardado por el municipio y la Asociación de Educación y Cultura Galesa cuenta también con una hemeroteca, una biblioteca (con una valiosa colección de libros originales en galés) y la réplica de una herrería.

  • Cómo llegar. Desde la ciudad de Buenos Aires hasta Gaiman son 1.374 km por Riccheri, Autopista a Cañuelas, ruta 3 hasta Trelew y ruta 25.
  • Cuánto cuesta. Bono contribución, $ 700; hasta 12 años, gratis. Abre todos los días, excepto los martes, de 15,30 a 19.
  • Dónde informarse. (0280) 154001263 / (0280) 154824263 / (0280) 449-1571 / turismogaiman@gmail.com / www.gaiman.tur.ar.

3) Museo y Centro Cultural Ucraniano (Apóstoles, Misiones)

Fundado en 1997 (al celebrarse el centenario de la llegada de los primeros emigrados de Ucrania a Apóstoles), el Museo Ucraniano sorprende a los visitantes con su colorido despliegue de vestimentas tradicionales, huevos de pascua artesanales, utensilios, cuadros, tejidos, cerámicas, instrumentos musicales, collares, tapices y piezas en madera.

La propia fundadora y directora de este muy completo museo étnico, la monja Miguela María Feyeka -de la orden de las misioneras basilianas, de la iglesia bizantina ucraniana, radicadas en la zona en 1939- se encarga de acompañar el recorrido y, de paso, revelar algunos secretos del pysanke, la milenaria técnica de escritura y dibujo en huevos. El museo se fundó en 1997.El museo se fundó en 1997.

La casa que cobija el museo, ubicada en el predio del colegio Cristo Rey, frente a la céntrica plaza Belgrano, había sido la sede de la primera cooperativa de inmigrantes ucranianos.

  • Cómo llegar. Desde la ciudad de Buenos Aires hasta Apóstoles son 950 km por ruta 9 (Panamericana ramal Campana), Zárate-Brazo Largo, ruta 12 hasta Ceibas, ruta 14 hasta San José (Misiones) y ruta 1.
  • Cuánto cuesta. Entrada gratuita. Abre de lunes a viernes de 10 a 12 y de 14 a 17.
  • Dónde informarse. (03758) 422-052/423-040 / (03758) 15456382 / info@apostoles.gov.ar / www.apostoles.gov.ar.

4) Casa Museo de la Colectividad Rusa y Bielorrusa (Oberá, Misiones)

Funciona en una casa de típica arquitectura rural rusa (con paredes de madera, techo a dos aguas y galería), que fue construida entre 1932 y 1937 por el inmigrante Basilio Mielnik. La construcción fue trasladada en 1938 al Parque de las Naciones de Oberá desde su emplazamiento original, en Colonia Guaraní, a 6 kilómetros.Casa Museo de la Colectividad Rusa y Bielorrusa de Oberá.Casa Museo de la Colectividad Rusa y Bielorrusa de Oberá.

La casa museo tomó un gran impulso a partir de la constitución de la colectividad local de inmigrantes rusos y bielorrusos y sus descendientes en 1987. Esas familias donaron muebles, artesanías, fotos, utensilios, carros, maquinaria agrícola, ejemplares de la Biblia, instrumentos musicales tradicionales como balalaikas, tapados, libros y videos, que engrosan la muestra permanente del museo.

  • Cómo llegar. Desde la ciudad de Buenos Aires hasta Oberá son 1.041 km por ruta 9 (Panamericana ramal Campana), Zárate-Brazo Largo, ruta 12 hasta Ceibas y ruta 14.
  • Cuánto cuesta. Entrada gratuita. Abre los sábados y domingos de 15 a 18.
  • Dónde informarse. (03755) 15404848/4 / colectividadrusamisiones@gmail.com / www.obera.tur.ar.

5) Museo de la Friulanidad Casa Copetti (Colonia Caroya, Córdoba)

En Colonia Caroya, un pueblo reconocido por sus vinos, conservas, quesos, embutidos y huellas jesuíticas, el Museo de la Friulanidad cuenta la historia de los colonos llegados de la región de Friuli -en el noreste de Italia- a esta zona del norte cordobés, desde 1878. El museo que representa a los colonos llegado de la región de Friuli.El museo que representa a los colonos llegado de la región de Friuli.

Esos pioneros crearon una colonia agrícola en la estancia Caroya, establecida en 1616 por la Compañía de Jesús.

La colección de ropa de época, utensilios de cocina, mobiliario, herramientas de labranza y fotos de época se exhibe en la casa de 1896 que perteneciera a los inmigrantes Juan Copetti y Mariana Migotti, desembarcados en Argentina desde Gemona del Friuli (en la provincia de Udine) y radicados aquí en 1880.

El edificio que alberga el museo fue adquirido en 1989 por el Centro Friulano de Caroya y declarado “Monumento Histórico” en 2005.

  • Cómo llegar. Desde la ciudad de Buenos Aires hasta Colonia Caroya son 751 km por ruta 9 (Panamericana ramal Campana) hasta Jesús María y ruta C45.
  • Cuánto cuesta. Entrada gratuita. Abre de martes a viernes de 8 a15 y los fines de semana y feriados entre las 9 y las 18.

6) Museo Regional de la Colonización Piamontesa (Colonia Marina, Córdoba)

Este espacio cultural creado en 2008 por la Municipalidad de Colonia Marina, al sur de la laguna Mar Chiquita (el nuevo Parque Nacional Ansenuza, en el noreste de Córdoba), visibiliza la gesta fundacional del inmigrante José Bertelli, el 8 de octubre de 1888.Museo Regional de la Colonización Piamontesa, creado en 2008.Museo Regional de la Colonización Piamontesa, creado en 2008.

El museo funciona en una vivienda construida a fines del siglo XIX por esos primeros pobladores llegados de la región del Piamonte, en el noroeste de Italia.

Además de la colección permanente de objetos familiares, instrumentos musicales, herramientas, documentos y fotografías se realizan exposiciones en la Sala de Muestras Temporarias.

El Museo Regional integra la Red de Museos de la Asociación de Amigos del Patrimonio Histórico de Ansenuza, Suquía y Xanaes.

  • Cómo llegar. Desde la ciudad de Buenos Aires hasta Colonia Marina son 588 km por ruta 9 (Panamericana ramal Campana) hasta Villa María, ruta 158 hasta San Francisco y ruta 19.
  • Cuánto cuesta. Entrada gratuita. Abre los sábados y domingos de 16 a 20.
  • Dónde informarse. (03564) 15335877 / (03564) 15613545 / (03564) 494-037 / marketing@coloniamarina.gob.ar.

7) Museo de la Inmigración Alemana (Capioví, Misiones)

En las salas Los Pioneros, Padre José Marx, El Dormitorio, El Comedor, La Cocina y Galería de Herramientas, el Museo de la Inmigración Alemana revive las experiencias de las familias fundadoras de Capioví a través de objetos de uso personal cotidiano, documentos y fotos. El museo está emplazado en una típica vivienda centroeuropeaEl museo está emplazado en una típica vivienda centroeuropea

Funciona desde 2006 en una típica vivienda de estilo centroeuropeo, construida en 1931 en base a la arquitectura dominante en esa región a principios del siglo XX y declarada «Monumento Histórico Municipal» en 2005.

En el parque lindero, el público puede disfrutar de un Paseo Cultural enmarcado por árboles nativos y flores de estación, entre las que resaltan ejemplares de camelia, «Flor Oficial de Capioví».

  • Cómo llegar. Desde la ciudad de Buenos Aires hasta Capioví son 1.106 km por ruta 9 (Panamericana ramal Campana), Autopista Rosario-Santa Fe, ruta 11 hasta Resistencia, puente a Corrientes y ruta 12.
  • Cuánto cuesta. Entrada gratuita. Abre todos los días, excepto los miércoles, de 8 a 11 y de 15 a 17.

8) Museo de la Colonización (Esperanza, Santa Fe)

Originarios pobladores mocovíes y abipones vivían en estas tierras de Santa Fe donde se asentaron los inmigrantes arribados en 1856 de Suiza, Alemania, Bélgica, Francia y Luxemburgo para crear la colonia agrícola Esperanza.

La historia de esas primeras 191 familias revive en las seis salas del museo, entre ellas el sector que recuerda al poeta José Pedroni, autor del libro de poemas «Monsieur Jaquin», que relata la gesta colonizadora.Herramientas de labranza, en el Museo de la Colonización, en Esperanza, Santa Fe.Herramientas de labranza, en el Museo de la Colonización, en Esperanza, Santa Fe.

El núcleo central del patrimonio del museo lo constituye la colección de Luis Grenón -donada a la comunidad local por su hermano, el cura Pedro Grenón-, luego ampliada por el aporte de los descendientes de los colonos.

Con una base inicial de documentos, fotos y documentos de 1853 a 1930, el museo fue inaugurado en 1956 por la Comisión del Centenario de la Fundación de Esperanza.

Ese primer paso en el antiguo correo duró poco por problemas edilicios y la muestra permanente fue reinaugurada en 1968 en la antigua Usina Municipal.

  • Cómo llegar. Desde la ciudad de Buenos Aires hasta Esperanza son 493 km por ruta 9 (Panamericana ramal Campana), autopista Rosario-Santa Fe y rutas 19 y 6.
  • Cuánto cuesta. Bono contribución, $ 400; jubilados y pensionados, $ 300. Abre de martes a viernes de 8 a 12 y de 15 a 18; fines de semana y feriados, de 16 a 18.
  • Dónde informarse. (03496) 15448106 / (03496) 427-383 / nuseoesperanza@esperanza.gov.ar.

9) Museo Histórico Regional (San José, Entre Ríos)

La fundación de la primera colonia agrícola de Entre Ríos fue concretada por un grupo de inmigrantes suizos, francesas e italianos en 1857 en San José.

Los orígenes y la evolución de este pueblo -ubicado a 11 km de Colón- se cuentan a través de herramientas, maquinarias, muebles, documentos, fotos, instrumentos musicales y autos antiguos en el Museo Histórico Regional, que abrió sus puertas en 1957 en el edificio de una antigua farmacia.

Son especialmente interesantes la muestra «Nuestros abuelos, los pioneros / Colonos europeos en la costa del río Uruguay» y la completa información personal y familiar que brinda un televisor táctil acerca de los inmigrantes fundadores, además de precisiones acerca de la fecha de su desembarco en Argentina.Un carro antiguo en el Museo Histórico Regional.Un carro antiguo en el Museo Histórico Regional.

  • Cómo llegar. Desde la ciudad de Buenos Aires hasta San José son 330 km por ruta 9 (Panamericana ramal Campana), Zárate-Brazo Largo, ruta 12 hasta Ceibas y ruta 14.
  • Cuánto cuesta. Entrada, $ 200; jubilados y pensionados, $ 100. Abre de martes a domingos de 9 a 12 y de 15 a 18.
  • Dónde informarse. (03447) 470-761/088/ (03447) 15648480 / museohistoricosj@gmail.com / www.sanjose.tur.ar .

10) Museo Histórico Comunal Judío (Moisés Ville, Santa Fe)

El Museo Histórico Comunal y de la Colonización Judía Rabino Goldman es el punto de partida de un circuito de unas cuatro horas de duración, que recorre varias referencias históricas de la inmigración judía en Moisés Ville.

Otras escalas imperdibles son el teatro de la colectividad, la sinagoga y el primer cementerio israelita del país.

Los primeros colonos judíos llegaron a esta zona del noroeste de Santa Fe (a 25 kilómetros al norte de Sunchales) en octubre de 1889 y crearon la «primera colonia judía agrícola organizada e independiente de Argentina». Sinagoga, parte del Circuito Histórico Judío de Moisés Ville, en Santa Fe.Sinagoga, parte del Circuito Histórico Judío de Moisés Ville, en Santa Fe.

La gesta fundacional de esos pobladores rurales y del rabino Aarón Goldman -el líder espiritual de ese grupo de adelantados- es relatada en cinco salas del museo, a través de los ejes temáticos “Orígenes”, “Colonias”, “Instituciones”, “Artesanos” y “Evolución tecnológica”.

También Villa María, en Córdoba, y Concordia cuentan con museos muy interesantes que relatan a través de sus colecciones de objetos, fotos y documentos el aporte de la cultura judía al país. Pero el de Entre Ríos cerró sus puertas durante la pandemia de Covid y todavía no fue reabierto.

  • Cómo llegar. Desde la ciudad de Buenos Aires hasta Moisés Ville son 600 km por ruta 9 (Panamericana ramal Campana) hasta Rosario y ruta 34.
  • Cuánto cuesta. Entrada, $ 8.000; hasta 12 años, gratis. Abre de lunes a viernes de 7 a 13 y los fines de semana y feriados desde las 8 hasta las 12.

11) Museo 1871 (Berisso)

Los saladeros de Juan Berisso, instalados en esta zona de la costa del Río de la Plata en 1871, marcan el punto de partido del muy completo recorrido histórico que propone este museo, adaptado en el imponente edificio Toma de Agua, construido en 1952 frente a la calle Montevideo de la «Capital Nacional del Inmigrante».

Vestimentas, fotos, valijas y documentos personales forman parte de la exposición permanente desplegada en el espacio Migraciones, una de las ocho salas del museo. También se organizan muestras transitorias.

El museo recrea la época dorada de Berisso, cuando la calle Nueva York convocaba a una multitud de trabajadores asalariados, empleados, cuentapropistas, comerciantes y profesionales, que ganaban el sustento en los frigoríficos Swift y Armour, una hilandería y la destilería de YPF.Muestras permanentes y transitorias en el Museo 1871, en Berisso.Muestras permanentes y transitorias en el Museo 1871, en Berisso.

La atracción de la ciudad como polo productivo había atraído a miles de miles de familias de todo el país, además de una masiva corriente de inmigrantes lituanos, albaneses, griegos, españoles, italianos, polacos, armenios, franceses, yugoslavos, ucranianos, portugueses y árabes.

El rescate de ese pasado a través del museo se debe a la iniciativa del vecino berissense Luis Guruciaga, con una experiencia de décadas como operario del frigorífico Swift.

  • Cómo llegar. Desde la ciudad de Buenos Aires hasta Berisso son 64 km por Autopista a La Plata, avenida 122, avenida 60 (ruta 10) y Génova.
  • Cuánto cuesta. La entrada es gratuita; abre los viernes y sábados de 15 a 18.

El Met prepara una gran celebración del arte latinoamericano

Fuente: Infobae – El Museo Metropolitano de Nueva York tendrá, en los próximos meses, muestras de arte mexicano de vanguardia y de arte antiguo de las Américas.

El Museo Metropolitano de Nueva York se prepara para hacer en los próximos meses una gran celebración de arte mexicano de vanguardia, de arte antiguo de las Américas, y de su influencia en tiempo y el espacio, según dijo su director y consejero delegado, Max Hollein.

“La cultura no es una historia lineal ni una calle de un solo sentido, y de eso trata el museo. Esto es lo que el Met va a celebrar aún más, y eso conectará con nuestras diferentes audiencias”, entre ellas la hispana, muy presente en Nueva York -su público clave- y en su plantilla, donde representa “un 17 %”, dice.

El director del Met desde hace seis años concede una entrevista enfocada en la importancia del arte latinoamericano en el museo, caminando con soltura por una sucesión de galerías excepcionalmente vacías en miércoles, día de cierre al público, y donde rebota el eco de los pasos y los saludos del personal.

Durante su liderazgo, Hollein (Viena, 1969), consejero delegado desde hace un año, ha incidido en que el museo debe ser “universal”, ha diversificado la plantilla y ha hecho destacar el “intercambio” entre culturas que alimenta el arte frente al “punto de vista eurocéntrico” habitual en las colecciones.

El ala Rockefeller acogerá unos 4.000 objetos en galerías dedicadas al arte antiguo de las Américas, de África y de OceaníaEl ala Rockefeller acogerá unos 4.000 objetos en galerías dedicadas al arte antiguo de las Américas, de África y de Oceanía

“En medio de lo que llamamos galerías de pinturas europeas, hay ejemplos sobresalientes de pinturas mexicanas”, señala Hollein en una sala sobre “las Américas españolas” que ejemplifica ese “entendimiento complejo” del cruce de culturas en siglos pasados.

Las galerías europeas reabrieron a finales de 2023, tras unas obras de cinco años y 150 millones de dólares, y ahora el Met apuntala la transformación de otra importante zona: el ala Michael C. Rockefeller, que volverá en la primavera de 2025 tras un proyecto de casi cuatro años y 70 millones de dólares.

El ala Rockefeller acogerá unos 4.000 objetos en galerías dedicadas al arte antiguo de las Américas, de África y de Oceanía, y a las primeras corresponde “un tercio”, incluyendo artes prehispánicas, fruto de décadas de coleccionismo y de “sólidas relaciones” con todos los países de la región, desgrana Hollein.

“Es un momento que refleja los intercambios, las colaboraciones y la celebración continua del arte mexicano y el arte latinoamericano aquí en el Met y en todas partes”, vaticina sobre ese estreno, para el que no se ha anunciado fecha concreta.

Grabado mexicano que se expondrá en septiembre con el nombre de "Carteles mexicanos de vanguardia" en el METGrabado mexicano que se expondrá en septiembre con el nombre de «Carteles mexicanos de vanguardia» en el MET

“Me gustaría que se vea como un intercambio tremendamente colegiado, que refleje la erudición de nuestros colegas, especialmente de Latinoamérica”, comenta.

A corto plazo, el museo ultima la exposición Grabados Mexicanos de Vanguardia que abrirá el 12 de septiembre con 130 objetos de su colección, de los siglos XVIII a XX, con artistas emblemáticos como José Guadalupe Posada, Diego Rivera, José Clemente Orozco y Leopoldo Méndez.

Hollein muestra un adelanto en una sala para investigadores y señala una pieza del ilustrador nacido en Francia Jean Charlot, iniciador del vasto “repositorio” del Met, y destaca la expresión artística de las obras y su discurso político, que conecta con los tiempos actuales “de activismo y gran división social”.

El museo también ha divulgado planes de exponer a principios de 2025, por separado, más grabados mexicanos que fueron donados por la familia Pinkowitz este año.

El director del Museo Metropolitano de Arte New York, Max HolleinEl director del Museo Metropolitano de Arte New York, Max HolleinEFE

El líder del Met asegura que la institución, equilibrada entre “legado” y “evolución”, va en una “buena trayectoria”, y aplaude también la labor de investigación sobre la procedencia de sus obras que realiza un grupo específico de 11 profesionales, el más grande de este tipo en un museo.

Hollein, que ha aludido en el pasado a un pequeño porcentaje de orígenes dudosos entre 1,5 millones de piezas, indica que esa labor abarca objetos de Latinoamérica y sigue “dando resultados”, desde restituciones si se confirma ilegalidad, hasta nueva información sobre las obras, becas o acuerdos con países.

Entre los planes a largo plazo para el Met, Hollein adelanta que en los próximos ocho años se “cambiará, replanteará y reinstalará un cuarto de la colección entera que está a la vista”, y agrega que “la primera gran manifestación de esto será la reapertura del ala Rockefeller”.

Fuente: EFE. Fotos: EFE/ Ángel Colmenares

Licitan la obra que permitirá reabrir el museo de Bellas Artes

Fuente: La Nueva – Se invertirán poco más de 150 millones de pesos para construir un depósito que permita conservar alrededor de 1.000 obras de arte.

Con un presupuesto oficial de 156 millones de pesos, el miércoles 7 de agosto tendrá lugar la apertura de ofertas para la construcción del depósito donde se ubicarán las obras del Museo de Bellas Artes, entidad que ocupa el edificio La María Luisa de calle Sarmiento 450 y que lleva un año cerrado por carecer precisamente de un espacio adecuado para el acopio de su colección.

El Museo de Bellas Artes –creado en 1931– ocupa el inmueble desde 1995, compartiendo desde ese año hasta 2004 las instalaciones con el Museo de Arte Contemporáneo (MAC).

Este último año el MAC se trasladó a un nuevo edificio, ubicado en el mismo predio, dando lugar al complejo que se denomina Dos Museos.

Cuando se construyó esa ampliación, hace 20 años, la misma incluía un local que serviría de depósito para el Museo de Bellas Artes, el cual sin embargo quedó pendiente hasta el presente. 

Cuando a fines de 2023 el actual intendente Federico Susbielles visitó el lugar se comprometió a construirlo, por considerarlo vital para el buen funcionamiento del museo.

La situación se agravó cuando, por esa falta de un espacio adecuado donde ubicar las cerca de 900 obras de la entidad, poco a poco las mismas se fueran repartiendo en las distintas salas del inmueble, buscando que no estuviesen apretadas y mal acopiadas, además de no tener las mejores malas condiciones en cuanto a humedad, ventilación y temperatura.

“Hemos tenido nuestra colección durante años en una sala de 20 metros cuadrados. Con el tiempo hemos dispuesto el resto de las salas para esa función, con lo cual la casona fue quedando inadecuada para las exposiciones”, manifestó Marcelo Díaz, responsable del museo.

Al utilizarse los ambientes con ese destino, finalmente se decidió cerrar el museo al público, por la imposibilidad de organizar muestras y para un mejor resguardo de los cuadros, esculturas e instalaciones.  

Lo que viene

El depósito a construirse se apoyará sobre la pared de fondo del patio trasero, contando con una superficie cubierta de 114,70 metros cuadrados. A ese edificio suman 16,80 m2 de unos escalones que funcionarán como gradas en la parte delantera.

El interior dispondrá de un sistema de guías corredizas adecuadas para el colgado de los cuadros y un espacio que servirá como taller para arreglos y otras labores propias del mantenimiento.

El edificio se desarrollará en una planta, con estructura de hormigón y mampostería de ladrillo hueco. Tendrá piso de cemento, un portón de acceso de dos hojas y contará con todos los servicios.

El plazo de obra fue establecido en 270 días corridos, con lo cual se puede pensar, considerando los debidos pasos burocráticos, que podría estar terminada para la primavera de 2025, con lo cual el museo estaría en condiciones de reabrir sus puertas a fin de ese año.  

Un bien relevante

Incluido en el inventario patrimonial, la vivienda que ocupa el museo de Bellas Artes es un diseño del arquitecto Guido Buffalini, construido en la década del 20. Se destaca por sus muchos detalles art nouveau, sobre todo en sus aberturas y en la marquesina de hierro y vidrio que marca el ingreso. Otro elemento característico es su mirador, el cual en su época serviría para tener visuales hasta del sector portuario.

El bien fue adquirido por la municipalidad en 1977 y destinado en principio al funcionamiento de un hogar adolescente. El nombre de la casona rinde tributo a María Luisa Parodi, mujer de Carlos Vitalini, integrantes de una tradicional familia cuyos primeros miembros llegaron a la ciudad mediados del siglo XIX, con la Legión Agrícola Militar.

Un camino

El Museo de Bellas Artes fue inaugurado el 2 de agosto de 1931, siendo su primer director el arquitecto Enrique Cabré Moré. Ocupó ese año el histórico edificio de calle Belgrano, “la parte de atrás del palacio municipal”, donde funcionara la primera comisaría de la ciudad y el servicio de enfermería municipal. 

Para la ocasión se presentó una colección de pinturas con temas regionales realizadas por los artistas Domingo Pronsato, Ezio Maldini Rovere y Alfredo Massera, con temas como “Cangrejales de Puerto Galván”, “Salinas Chicas”, “Muelle de Galván” y “Tarde en el puerto de White”. 

A eso se sumó una variada muestra con pinturas aportadas en calidad de préstamo por distintos vecinos, entre ellos Juan Carlos Miraglia, Jorge Duarte, Florentino Ayestarán, Francisco Cervini, Eduardo Palavecino, Luis Dumortier, Adrián Morado Veres y Eduardo González.

En 1933 el museo se mudó al salón de esquina del club Argentino, en avenida Colón y Vicente López, luego de que se descartara la propuesta de instalarlo en el foyer el Teatro Municipal, lugar que por entonces ocupaba la confitería. 

En 1937 tuvo un nuevo traslado a la planta alta de una vivienda de calle O’Higgins 162 y, finalmente, en 1942 se instaló en el subsuelo del palacio municipal, donde estuvo hasta su mudanza a la María Luisa en 1995.

Quién fue el Almirante Brown: el padre de la patria en el mar que tendrá museo propio

Fuente: Clarín – Al pensar en «Almirante Brown» la mayoría lo relaciona con un distrito del sur, una avenida porteña o un equipo que el fin de semana empató sin goles ante Colón. Pero quien le dio nombre a todo eso es nada menos que el «padre de la Patria en el mar», un Almirante de origen irlandés pero argentino por adopción y héroe indiscutido por la Independencia de nuestro país.

Con el objetivo de elevar aún más su historia de prócer, desde el Municipio que lleva su nombre anunciaron que habrá un museo en Adrogué dedicado íntegramente al Almirante William Brown. O Guillermo Brown, en estas latitudes.

Hace unos pocos días, el Municipio cedió en comodato al Instituto Nacional Browniano línea Fundadora el paseo ubicado entre las calles Amenedo y la Avenida Espora lindante a las vías del ferrocarril Roca, que fue inaugurado en 2014 precisamente en homenaje al Almirante Brown.En este lugar funcionará el museo enfocado en el Almirante William Brown.En este lugar funcionará el museo enfocado en el Almirante William Brown.

A partir de la firma del acuerdo, la institución podrá hacer uso del lugar para la instalación no solo de su nueva sede (oficinas y otras dependencias) sino de un museo. Está previsto que en ese espacio se continúe con la exposición de la vida y la obra del Almirante Brown, junto a la exhibición permanente de maquetas navales, cuadros y estandartes.

De esta forma, el Instituto -que no tiene sede propia y desde hace tres años funciona en el Edificio Histórico la Cucaracha- tendrá un lugar más cómodo para desarrollar su trabajo de investigación y recuperación de estas historias locales tan vinculadas con el nacimiento del país.

La historia de Guillermo Brown parece, sin dudas, salida de una película… pero mucho antes de que surgiera el cine como invento. Nacido la ciudad irlandesa de Foxford en 1777, emigró a los nueve años a Filadelfia junto a su padre, pero rápidamente quedó huérfano y a la deriva. En los primeros años del 1800, el joven probó suerte como marinero y se embarcó a las órdenes de un capitán norteamericano. En alta mar descubrió su pasión por los barcos, pero el contexto histórico lo llevaría a involucrarse, también, en la guerra.

En 1809, Brown desembarcó en las costas rioplatenses y se estableció en Montevideo pocos meses antes de que estallara la Revolución de Mayo en Buenos Aires. Pero pasaría a tener un rol central en 1814, en el proceso previo a la Independencia, cuando fue nombrado Teniente Coronel y Jefe de Escuadra.El intendente Mariano Cascallares en el anuncio del museo. El intendente Mariano Cascallares en el anuncio del museo.

Tuvo un papel clave en varios hitos de ese proceso independentista como la toma de Martín García y los combates de El Buceo, Arroyo de la China y Montevideo. Mientras San Martín llevaba por tierra las ideas independentistas, Brown hizo lo propio por el mar. Navegó por aguas de Chile, Perú, Ecuador y Colombia y habló con todos sobre ese nuevo aire que ya soplaba en el continente.

Defendió las fronteras en batallas como Los Pozos, Sarandí, Quilmes, Juncal y Monte Santiago a lo largo de tres largos años y se distinguió por su ingenio y estrategia.

El carismático Brown, ciertamente, tuvo hazañas que pasaron a la historia, como su primer gran triunfo en 1815, con la toma de la Isla Martín García. Tras un combate naval encabezado por él, las Provincias Unidas pudieron asegurarse el control de los ríos y se consideró uno de los triunfos decisivos a nivel marítimo de cara a la Independencia. Ese mismo año, además, nació una hija de Brown, a la que el prócer llamó Martina, en honor a su notable triunfo.

En menos de 100 días, Brown logró despejar el río de naves realistas y sus logros llegaron a tierra, donde el combate también era feroz. Según el General José de San Martín, quien ya estaba en Cuyo, la victoria de Brown en aguas del Plata fue «lo más importante hecho por la revolución americana hasta el momento”.

Pero además de todos sus honores militares, sin dudas cimentó una simpatía que atraviesa los mares y une a Argentina e Irlanda: la lucha contra los imperios. Y de ese vínculo dio cuenta una canción del mítico grupo irlandés The Wolfe Tones, escrita en 1983, y que les valió ser prohibidos de por vida en las radios inglesas.

En aquel tema, llamado justamente «Admiral William Brown», la banda elevaba la figura del Almirante y se posicionaba del lado argentino en la Guerra de Malvinas, ocurrida apenas un año antes. Y, para redoblar la apuesta, nombraba a las islas por su nombre en español en el estribillo de la canción. Pero no solo en Argentina se recuerda a Brown, sino que en su Irlanda natal es recordado como un héroe. Así lo contó a Clarín el vocalista de The Wolfe Tones, Brian Warfield: «En los viejos tiempos tocamos muchísimas veces en O’Hara’s, en Foxford, en el condado de Mayo, donde William Brown nació y fue criado. Nos enteramos de él por la gente del pueblo, que estaba muy orgullosa de su famoso hijo«.

Por primera vez en Sudamérica una exposición panorámica de John Baldessari, pionero del arte conceptual

Fuente: Perfil – A partir del 16 de julio se pueden ver en el MALBA 45 obras reunidas del californiano. Las piezas pertenecen al coleccionista y responsable del Design District Miami, Craig Robins.

John Baldessari decidió cremar sus obras cuando descubrió que su apuesta era por el arte conceptual. Hubo un antes y un después de Marcel Duchamp y de Jean-Luc Godard del que aseguraba que era más importante que Andy Warhol. Sus amigos lo usaban como referencia en los eventos: “Nos encontramos en Baldessari”, decían porque el artista era un gigante, un faro que se divisaba desde todos lados. También fue un faro para estudiantes que lo tuvieron como profesor y miles que fueron influenciados por sus creaciones.

A partir del 16 de julio se pueden ver 45 de sus obras en el Museo de Arte Latinoamericano Contemporáneo (MALBA) en una exposición denominada “The end of the Line”. Se trata de la primera vez que se exhibe la obra retrospectiva del artista en Sudamérica. Esta propuesta fue posible gracias al diálogo entre el fundador del Museo, Eduardo Costantini y el empresario inmobiliario y coleccionista de arte, CEO y responsable del Design District de Miami, Craig Robins, dueño de las piezas expuestas.

The end of the line John Baldessari en el MALBA 20240715
John Baldessari. Double Vision: Duchamp, 2011

La muestra repasa cincuenta años de la producción del artista y ofrece una lectura en cuatro grupos temáticos organizados por Karen Grimson, curadora de la Colección Craig Robins. 

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Robins, a principios de los noventa, ya poseía obras de arte y fueron alumnos de Baldessari quienes le recomendaron acercarse al artista. Se conocieron en 1993 y fue entonces que le pudo comprar tres obras, entre ellas la pintura titulada Clement Greenberg (1966/68), que consiste en una cita del crítico estampada en letras negras mandadas a hacer, sobre un lienzo verde, jugando con el nombre del citado y el color que se usaba para pintar las casas baratas construidas en serie. 

The end of the line John Baldessari en el MALBA 20240715
John Baldessari. Goodbye to Boats (Sailing In), 1972 – 1973

“Desde que nos conocimos nos hicimos amigos”, contó Robins a PERFIL. A aquella primera compra le siguieron muchas más que hoy integran su extensa colección.

Baldessari tenía un gran sentido del humor volcado en sus obras atravesadas por el cine, la fotografía y la pintura. Una de sus declaraciones más potentes, convertida en obra, es la afirmación “I will not make any boring art” (No haré ninguna obra de arte aburrida). Sin embargo, él hace visible su contradicción o la burla de sí mismo al escribir esa oración en blanco y negro, interminablemente repetitiva. 


“Él seguía trabajando las mismas cosas siempre, pero en nuevas maneras”, destacó Robins. “Fue muy importante como maestro también -recordó- y por eso yo le pregunté cómo creía que debería ser el espacio para una escuela de arte de posgrado, cuando quería armar una en Miami, y me dijo ‘no hagas nada más que las paredes, porque nunca sabés lo que van a hacer los artistas, lo que tenés que darles es un espacio para inventar lo que quieran inventar’”.

The end of the line John Baldessari en el MALBA 20240715
Marita García, Craig Robins y Karen Grimson.

La muestra del MALBA incluye la última obra que realizó meses antes de morir, en 2020, a los 88 años. Allí se recrean las siluetas de dos muebles y una de sus patas sobre la frase: “El espacio entre dos patas de mesa”

El fuego mata todo

Cunado Baldessari decide comprometerse con el arte conceptual, crea el proyecto cremación en el que quema más de 120 pinturas que había realizado entre 1953 y 1966 por considerarlas insignificantes. Baldessari publicó una declaración jurada en el periódico local en la que anunciaba la cremación y guardó los restos en una urna con forma de libro.
 

La relación de Craig Robins con el arte

La colección de arte y diseño de Robin, The Craig Robins Collection, comprende más de 1300 piezas de arte contemporáneo y diseño innovador, y se exhibe en la sede de su empresa Dacra en el Miami Design District de forma rotativa. Entre sus colecciones tiene obra de los argentinos Guillermo Kuitca, Jorge Macchi y Rirkrit Tiravanija.

The end of the line John Baldessari en el MALBA 20240715
John Baldessari. Three Types of Light, 1984

“Cuando pienso en las décadas de amistad que compartí con John Baldessari, lo primero que me viene a la mente es la yuxtaposición tan única de su sabiduría personal y profesional”, detalló Craig Robins. “Alguien puede ser extraordinario en su trabajo, sin por ello ser necesariamente una buena persona. John era un símbolo de ambas cosas: un genio creativo de nuestro tiempo y un buen amigo. Por estos motivos, fui un asiduo coleccionista de su obra por más de treinta años”, aseguró.

The end of the line John Baldessari en el MALBA 20240715
John Baldessari, What Was Seen, 1999.

Su flechazo con el arte plástico fue durante la universidad, en España, donde fue a estudiar. Allí conoció la obra de Goya y quedó “flechado” para siempre. “Después conocí la obra de Dalí, Miró, Picasso y ahí fue cuando ya no hubo vuelta atrás con esa enfermedad y, aunque tenía poco dinero, porque era estudiante, comencé a coleccionar y después a trabajar con artistas y así el arte ya era una parte de mi vida”, repasó Robins.

Actividades vinculadas a Baldessari en el MALBA

El miércoles 17 de julio a las 18, en el marco de la exposición John Baldessari, la artista Analía Saban conversará con Karen Grimson, curadora de la Colección Craig Robins, sobre el legado y la influencia de Baldessari en su obra. Nacida en Buenos Aires y residente en Los Ángeles, Saban fue alumna y amiga del artista californiano, e integra la John Baldessari Family Foundation. Se trata de una actividad gratuita sin inscripción previa.

El jueves 22 a las 18 se presenta “Baldessari para piano”, por Lucas Urdampilleta que interpretará “Throwing a Ball Once to Get Three Melodies and Fifteen Chords” de John Baldessari, junto a obras de John Cage, Christian Wolff y Morton Feldman. Para esta actividad es necesaria la inscripción previa.

Cuándo se puede visitar la obra de Baldessari

John Baldessari «El fin de la línea”, se puede visitar desde el miércoles 17 de julio hasta el 18 de noviembre de 2024, en la Sala 3, nivel 1, del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Av. Figueroa Alcorta 3415).

Las visitas son de Jueves a lunes de 12:00 a 20:00 y miércoles de 11:00 a 20:00. Martes cerrado. Entrada general, $6000; estudiantes, docentes y jubilados con acreditación, $ 3000; menores de 5 años y personas con discapacidad, sin cargo.

El museo porteño, como una gran nave con arte

Fuente: Página12 – Un día en la tierra fue el primer programa de exposiciones pospandémico del Museo de Arte Moderno porteño, que publicará un volumen en el que reúne imágenes de aquellas muestras junto a una antología literaria.

Un día en la tierra supuso el primer programa de exposiciones pospandémico para el Museo de Arte Moderno, que incluyó la exhibición de una parte significativa de su colección ‒con importante presencia de adquisiciones recientes‒, combinada con obras contemporáneas de artistas invitados. La articulación en varios ejes estuvo a cargo de elaborados guiones, curadurías y montajes: una enorme red de sentidos ‒casi todos resultado de la traumática experiencia pandémica vivida a partir de 2020‒, trabajados por los equipos del museo para interactuar con la comunidad.

La antología de textos incluidos en este libro, que tuve el placer de haber seleccionado por invitación del museo, se compone, en parte, de citas de libros leídos o releídos durante la pandemia y se relaciona tanto con los temas y las obras de los núcleos expositivos como con otra serie de ideas, sentidos, preguntas y reflexiones que consideré profundamente ligados al conjunto de las exhibiciones. La primera metáfora abarcadora que pensé a partir de este despliegue del museo fue la de una gran nave madre que aterriza en el corazón histórico de Buenos Aires para ofrecernos arte.

Para explicar estas derivaciones de sentidos, retrocedo un poco hasta la segunda semana de enero de 2020, cuando los medios de comunicación del mundo informaban que el contagio de una nueva enfermedad, el covid 19, se transmitía a través del aire y por la cercanía relativamente estrecha con personas infectadas. Nos enteramos también de que el paciente cero estaba en la ciudad china de Wuhan, provincia de Hubei, donde se estaba produciendo un exponencial efecto contagio, por entonces epidémico.

En esos días, junto con mi pareja, Cecilia Ivanchevich, estábamos recién aterrizados en Beijing, provenientes de una larga estadía en Chongqing y Dazhou, provincia de Sichuán, por cuestiones de trabajo. También habíamos recorrido, entre otras, la ciudades de Lijiang y Kunming, en la provincia de Yunnan. Difundida la noticia del modo de contagio de la enfermedad, nuestros anfitriones en Beijing nos recibieron en el aeropuerto con paquetes de barbijos y frascos de alcohol en gel que a partir de entonces deberíamos llevar siempre con nosotros.

Los días iniciales de la epidemia ‒aún no había sido caracterizada como pandemia‒ resultaron fantasmales, porque la ciudad de Beijing estaba desierta. Eran días límbicos, dado que el gobierno chino aún no había decidido tomar medidas drásticas sino sólo dar recomendaciones que la gran mayoría de la población cumplía. Pudimos recorrer, con barbijos y alcohol a cuestas, el impactante sector imperial de la ciudad. Tomamos subtes y ómnibus vacíos, visitando lugares que en nuestros viajes de años anteriores a esa ciudad no habíamos podido recorrer, debido a las interminables multitudes que intentaban hacer lo mismo: la ciudad prohibida o el palacio y parque de verano, por ejemplo, estaban casi desiertos por aquellos días de enero de 2020. Nuestra temporada en China se estaba terminando: teníamos tickets áreos de vuelta para fin de mes y los días avanzaban cada vez más enrarecidos, porque se iba imponiendo un paisaje de patrullas policiales y paramédicos, enfundados de pies a cabeza en sus respectivas vestimentas de protección sanitaria. El paisaje se completaba, por una parte, con enormes máquinas rociadoras que, a marcha lenta, avanzaban esparciendo desinfectante en las calles. Y por la otra, con puestos de control callejeros en ubicaciones estratégicas, para la revisión de documentos y la formulación de breves interrogatorios respecto de los motivos de los transeúntes para estar en la calle. Un paisaje y un conjunto de circunstancias que serían frecuentes en el futuro inmediato, en todo el mundo, pero que nosotros estábamos experimentando avant la lettre, a modo de intenso prólogo. Ese prólogo, entre otras cosas, anticipaba la sensación de extrañeza del contexto pandémico que se venía. La sensación de otro mundo, la condensación y fugacidad del tiempo que nos imponía la condición viajera; el estatuto de precariedad que caracteriza a todo visitante, eso era China para nosotros, a lo que se sumó que el mundo propio se convirtió en ajeno. Bajo tales circunstancias emergieron preguntas que tenían un horizonte común: la radicalidad. Cuestionamientos de todo lo que nos rodeaba, de nosotros mismos, del mundo en general, nuestras prioridades e intereses particulares. En esa lista de preguntas, por supuesto, también surgían las que nos hacíamos respecto del lugar del arte, los museos, las exposiciones.

A su modo, el programa de exposiciones Un día en la tierra concentró también esas ideas, esas cuestiones: los efectos problemáticos de la pandemia, que marcaron un antes y un después; la hipótesis viajera, la formulación de preguntas fundamentales sobre el mundo, sobre la nave/museo cargada de arte, la sensación de distancia (¿real?, ¿ficcional?) que permite ver todo como por primera vez.

Es por esto que la antología de este libro busca suscitar lecturas y miradas al mismo tiempo amplias y profundas. Ninguno de los textos aquí incluidos son resultado de ‘sugerencias’ estadísticas aportadas por los algoritmos de los buscadores de internet, sino que surgen de la experiencia continua de la lectura y la observación.

Hay heterogeneidad de materiales, de registros, aunque siempre literarios: zonas de ficción, núcleos poéticos, escritura ensayística, citas teóricas.

Como sucede con la música, si a una lectura se le cambia la clave, el texto muestra nuevos tonos, tesituras, aspectos, relaciones. Pone en primer plano cuestiones que tal vez no habíamos notado antes. Los efectos de lectura pueden ser sorprendentes. No se busca que las imágenes funcionen como ilustración, ni los textos como explicación: entonces aparecen nuevas conexiones aportadas por las imágenes y los textos. Una nueva aproximación puede tomar la forma de un (re)descubrimiento. Esto es en parte lo que subyace en la selección.

No se trata de armar un continuo de citas, sino un montaje de escenas textuales, de collages literarios, de recorridos y mapas posibles, en los que el punto de partida fue la exposición y sus capítulos. Efectos de lectura, incitaciones en torno de imágenes y textos. No hay un hilo conductor, sino más bien una trama, un armado de fragmentos muy propio de la lectura contemporánea.

Esto es así, porque las exposiciones y sus núcleos lo pedían, dada su vastedad y multiplicidad de lecturas. Por supuesto, hay textos en relación directa con las imágenes, pero los hay también tangenciales: citas que apuntan al centro, otras que funcionan como aproximaciones desde el margen. Tanto se incluyen textos que buscan la nitidez del foco en las obras, como citas que eligen rodear las piezas.

Así como una gran exposición puede ser una guía para profundizar en las obras de determinados artistas, una buena antología de textos puede convertirse en una guía de acceso a una biblioteca.

* Introducción del libro Un día en la tierra, de próxima aparición, que contiene una antología literaria seleccionada por F.L., para acompañar las imágenes de las obras del programa de exposiciones homónimo, que llevó a cabo el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, en su primer programa pospandémico (2022-2023).