Dolores Cáceres: Mi arte no es un panfleto

Fuente: La Voz – Es una de las más reconocidas y polémicas artistas argentinas. Le disparó con escopeta al Cucú de Carlos Paz. Sembró soja frente a la plaza España. Puso a discutir al país con su muestra de tres salas vacías en el museo Caraffa.

– Por qué te gusta tanto hacer lío, Dolores?

–No hago lío. Yo lo que hago es arte. Mi obra es siempre una reflexión. Parece que en la mesa de negociación de época no estoy en los planes de nadie: cuestiono, provoco, salgo de lo dado. Es mi resistencia.

–¿Cómo nació tu vocación callejera, de elegir siempre espacios públicos para tu obra?

–Se llama arte público. Empecé con los túneles de los subterráneos de Buenos Aires. Fue una metáfora del pasaje del final de siglo hacia el siglo 21. Experimenté con la velocidad y el movimiento. Más tarde, se convirtió en una manera de ampliar el público del arte hacia la ciudad entera. Además, el arte público tiene esa gran exposición en los medios que potencian la obra, la desnudan, la vuelven polémica, en algunos casos.

–La leyenda urbana dice que al gobernador Schiaretti casi le da un ACV cuando se enteró de que te dejaron plantar soja en el jardín del museo Caraffa, en 2008. Era como una crítica al campo, que él defendía.

–Mi obra no es un panfleto. Toma posición, no partido. El arte no está para tranquilizar, sino para renovar la inquietud y el asombro del mundo, para impedir que las significaciones sociales se estanquen y se apague la magia del sobresalto, la sorpresa, y aun de la alarma y de la maravilla de lo que no tiene una sola respuesta ni una sola lectura. Lo que se afirma más allá de cualquier dogma. Eso escribió Ticio Escobar cuando sembré soja en Brasil.

–¿Cómo sigue hoy tu vocación agrícola? ¿Dónde seguirás arando?

–Soy artista y no tengo otra vocación. El proyecto Que Soy tiene compromiso social y medioambiental. Sembré y coseché soja en los jardines del Caraffa y en los jardines del museo Oscar Niemeyer, en Curitiba, Brasil. Trasladé las semillas desde el Puerto de Rosario hacia el Gran Canal en Venecia para la tercera Bienal de Performance de Buenos Aires en el marco de la Bienal de Venecia. Ahora voy a seguir el camino de la seda. Dejo Occidente para ingresar a Oriente. El país que sigue es Turquía, y por el mar Rojo iré a Arabia Saudita, India, Singapur hasta llegar a Hong Kong y, finalmente, Shanghái, en China.

–Fuiste la artista “más odiada” de Argentina en 2015. En una exhibición dejaste vacías tres salas del Museo Caraffa.

–Decir que fui la artista más odiada reafirma la intolerancia con la que fui tratada. Soy disidente y Las Salas Vacías fue una obra inmaterial que reflexionó sobre el entorno y sus significados. Fue una obra desafiante, abierta, contextual y transitiva que utilizó el vacío como herramienta y se conectó con el espacio virtual a través del hashtag que permitió que la discusión continuara en las redes, convirtiéndose en un fenómeno de comunicación. Me pregunto si poner de relieve cortocircuitos entre las expectativas de un público anestesiado, enunciar los usos de lo estatal y los espacios de exhibición no son acciones que merecen respeto. Fue una máquina de guerra conceptual, es verdad, pero también generó un enorme debate y fue tapa de todos los medios de comunicación del país. Fue elegida como una de las 10 exposiciones más importantes de 2015, un año electoral y complejo, con campañas políticas muy agresivas. Yo trabajo con la realidad y sus temas. Durante semanas, todos los medios locales y nacionales tomaron la exposición de manera obsesiva. Las actitudes reaccionarias y de tanta hostilidad manifestaron que no terminamos de entender cuándo una acción es arte y cuándo no lo es. Ahí es donde quiero comportarme como un experimentador, un analista o un activista.

–¡Y, además, hubo que pagarte por eso!

–¿Les pagan a los artistas por exponer en Córdoba? ¡Qué novedad me estás dando!

Artista Dolores Cáceres (Facundo Luque / La Voz)
Artista Dolores Cáceres (Facundo Luque / La Voz)

–¿No tenías formas más honestas de ganarte la vida, Dolores?

–Las Salas Vacías como proyecto tuvo impacto nacional e internacional. Nunca una exposición de un museo de provincia llegó tan lejos. Aun hoy, años más tarde, la obra puede ser pensada una y otra vez. Al eliminar certezas, hubo quienes se sintieron incómodos o interpelados. Para hablar sobre la muestra, La Voz utilizó la palabra “escatológico” en un texto de crítica de arte. #SinLimite567 fue un gesto de honestidad y las reacciones tuvieron la misma intensidad e incomprensión que la idea de grado cero.

–A casi 10 años de aquella obra en blanco, te pido un breve mensaje para los miles que te putearon a granel en redes sociales y en los medios.

–Me queda una pregunta. ¿Qué nervio toqué para semejante reacción? Con esa obra, fui capaz de contradecir los aparatos del Estado. El museo y la institución, que son aparatos del Estado, no pueden prescindir de conceptos como colección u obra maestra, y asumen un rol legitimador. Una exposición puede ser un dispositivo que rompe ese poder desde su potencia, y lo hice. Renuncié a todas las expectativas y me atreví a caminar por el borde de un abismo. Fue difícil en lo personal porque hasta llegaron a hackear mis cuentas en las redes. Hoy es obra de investigación. Me escriben desde Chile, España, EE. UU. El catálogo, también vacío, ingresó a los archivos del Moma de Nueva York.

–Ya has puesto neones en el cementerio de Recoleta, hiciste fogatas frente al canal de Beagle, marchaste por La Habana enfundada en un vestido de luto, has desaparecido monumentos en ciudades argentinas, participaste en muestras por todo el mundo… ¿para dónde van tus futuros proyectos?

–Quiero hacer una muestra en el Museo Nacional de Bellas Artes. Quiero escribir y publicar un libro con mis trabajos. Quiero pensar, mirar la sociedad desde una distancia crítica, seguir haciendo obras en el espacio público. Apelar siempre a la participación del que mira. También quiero construir un jardín.

–Me gustó cuando le disparaste con una escopeta al Cucú de Carlos Paz, creo que ese artefacto se lo merece. ¿Tenés planeados más atentados de ese tipo?

–Lo mejor de esa performance fue la participación de la Brigada de Explosivos de la Provincia. Ellos llevaron bombas para que los disparos parecieran verdaderos. Tuve que avisar a la Policía de Carlos Paz que mi acción era un simulacro. Si no, seguramente, terminaba presa.

–Seguís en rebelión. ¿No querés madurar, Dolores?

–Mi trabajo no tiene que ver con caprichos ni ocurrencias. No es pueril. Quien lo ve así tiene un problema grave de comprensión del arte contemporáneo. Y yo te pregunto a vos, ¿rebelión es antónimo de madurez?

–Te autodenominás “Dolores de Argentina”. ¿Sos como la Marianne francesa en versión local?

–Dolores de Argentina es un cuerpo de obra con el que comencé a elaborar la tragedia de terrorismo de Estado que sufrió mi familia durante la dictadura. Ese fue el punto de partida. Yo crecí en uno de los momentos más trágicos del país y, como muchas otras familias, la mía vivió la tragedia de aquellos años. Recién en el 2000, usando mi nombre y mi cuerpo como soporte de obra, pude elaborar mi dolor. Borges sentencia que “sólo una cosa no hay, es el olvido”. En ese desenterrar y recordar, utilicé el lenguaje de la memoria no como instrumento para inspeccionar el pasado, sino como el medio por el que esa inspección acontece. Actualmente estoy tramitando la legalidad del cambio de nombre, utilizando la denominación como un derecho y una acción de arte.

El día que Dolores Cáceres le disparó al Cu-cú de Carlos Paz, para reflexionar sobre la caza de aves en las sierras de Córdoba.
El día que Dolores Cáceres le disparó al Cu-cú de Carlos Paz, para reflexionar sobre la caza de aves en las sierras de Córdoba.

–Leí críticas de arte en la que te llaman “narcisista”.

–Las únicas críticas que me enriquecen son aquellas que refieren a la obra. Las críticas personales ni me interesan.

–¿Por qué un artista cordobés se quedaría en Córdoba, existiendo Turismo City? 🙂

–¿Por qué un artista cordobés tiene que sentir que es expulsado de Córdoba?

–¿Cómo se rompe la lógica de satélite con respecto a Buenos Aires?

–Empieza a gustarme ser periférica y trabajar desde la periferia.

–¿Uno se puede enamorar también de las periferias y los rincones?

–Siempre existe el remordimiento de estar en el error, de ser señalado por no haber hecho lo suficiente.

–Tres palabras que definan quién sos como artista.

–DOLORES DE ARGENTINA.

–Tu biografía dice que naciste en una “familia tradicional de Córdoba”. ¡Qué horror!

–Mi familia está formada por intelectuales: sociólogos, abogados, periodistas, publicistas, fotógrafos. Esa estructura me mostró el lugar desde donde salir y volverme libre hasta donde pude serlo. (Toda mi adolescencia y primera juventud transcurrieron durante la dictadura). Conocí a grandes personalidades del mundo del arte, de la moda, directores de cine, artistas de todo el mundo. Ahora, a la distancia, pienso que no estuvo mal y siento muchísimo orgullo de mi familia.

–No sabía que eras abogada. O sea que ya antes buscabas formas non sanctas de vivir. 🙂

–Fue tan rápido mi paso por la Facultad de Derecho que casi no le di importancia porque simultáneamente estudiaba literatura en la Facultad de Filosofía de la UNC. Todo el día entre una universidad y otra. Nunca me interesó ejercer, solo me demoró en mi verdadera vocación, que es el arte en cualquiera de sus formas. Fue imposible romper el mandato familiar.

Dolores Cáceres, cuando presentó en Córdoba la obra "MONEMENTUM Tus ojos". (Archivo La Voz)
Dolores Cáceres, cuando presentó en Córdoba la obra «MONEMENTUM Tus ojos». (Archivo La Voz)

–Destruiste toda la obra que hiciste mientras estudiaste Artes en la UNC. ¿Qué pasó?

–Era un fracaso. No encontraba mi verdadera imagen y no me alcanzaba la pintura como lenguaje. No me gustó la Academia ni la forma de pensar para impartir nociones de arte.

–Tus obras en las que cubrís monumentos para invisibilizarlos y después volver a mostrarlos. ¿Qué sentido último guardan?

–Todo comenzó con la pregunta: ¿qué hacer con el pasado en un presente como este?, y cubrí las musas de la plaza Colón. Dos meses después, propuse invisibilizar el monumento de la plaza San Martin de Buenos Aires. Bajo la denominación La Estrategia del Eclipse y la curaduría de Guillermo Alonso, volví extraño el monumento que se había naturalizado y quedó cubierto por una tela negra durante tres días. Al descubrirse, recuperó su presencia, y traigo con este gesto la acción de visibilizar los valores simbólicos de heroicidad, libertad, gloria, valor y padre de la patria que buscamos en quienes nos dirigen desde los espacios de poder. La intervención se realizó en homenaje a los 40 años ininterrumpidos de la democracia y funcionó como un señalamiento y una protección al héroe enfrentado a este tiempo. Fue un mapa poético y conceptual de la decadencia, como un grito de malestar de época del año 2023.

–¿A cuáles figuras públicas argentinas cubrirías para que no tengamos que verlas?

–Si Hitler fuera argentino, lo taparía para siempre. Con el resto, puedo sobrevivir civilizadamente. De eso se trata.

–Al ser tu obra principalmente conceptual, no dejás “mercancía artística”,

–Algunos gestos son efímeros, pero los archivos y la documentación son de gran valor para los museos y el coleccionismo internacional. El Malba, por ejemplo, compró las fotografías de la acción en Venecia, de Nicolás García Uriburu. Pero aclaro, no todo el arte conceptual y posconceptual es efímero.

–No habrá obras de Dolores de Argentina para poner en el living y mostrar a las visitas.

–Mi obra forma parte de grandes colecciones y estoy trabajando en este momento en reforzar ese aspecto que nunca me preocupó demasiado. Puse mucha energía en la producción. Ahora estoy buscando ese rumbo.

–Cuando murió tu amigo Antonio Seguí, les agregaste lágrimas a las esculturas de la Familia Urbana. ¿Qué habría que hacer cuando mueras?

–Esa acción fue un homenaje a un querido amigo que provocó que la ciudad se movilizara frente a la muerte de uno de sus mejores artistas. Yo tampoco.

Artista Dolores Cáceres (Facundo Luque / La Voz)
Artista Dolores Cáceres (Facundo Luque / La Voz)

–¿Te interesa “dejar un mensaje”?

–El Arte es un mensaje que se transmite como un secreto entre conspiradores, dijo Marcel Duchamp. El mensaje es mi obra. El arte es hacer, y yo quiero dejar obras.

–Artísticamente hablando, ¿qué es lo mejor y lo peor que tiene Córdoba?

–Los cordobeses y las peleas de todos contra todos. Su aislamiento.

–Te llama el papa Francisco y te pide una obra para el Vaticano. ¿Qué le hacés?

–Le pediría que me regale un Fra Angélico, que es uno de mis pintores preferidos.

–¿Qué gesto hacés cuando te dicen que sos la Marta Minujín cordobesa?

–Nadie me llama así, ¿o si? Si lo hicieran, no haría ningún gesto. La conozco bien a Marta. Viajamos juntas a NYC hace años y me mostró la rama del árbol en la que vivió junto a una comunidad hippie en el Central Park. Ella es de una genialidad irrepetible.

Artista Dolores Cáceres (Facundo Luque / La Voz)
Artista Dolores Cáceres (Facundo Luque / La Voz)

–¿Alguna vez pasaste hambre?

–Seguramente sí. Y sed también.

–¿El arte que no molesta es arte?

–El buen arte nunca molesta.

–¿Qué descubriste en la pandemia?

–Descubrí con certeza que pueden parar el mundo.

–¿Cuál es el sentido de la vida?

–La libertad de vivirla.

–¿Estamos solos en el universo?

–Es difícil pensar que estamos solos.

–¿Qué es lo último que va a sobrevivir en el mundo?

–Una idea.

Custodiada por un perro de raza y 39 cipreses

La artista plástica Dolores Cáceres vive en la ciudad de Villa Allende en compañía de “39 cipreses y un perro de raza” que la cuida. Además, tiene dos hijos “maravillosos” y cinco nietos también “maravillosos”. Dice que su mamá, con alzhéimer, vive “entre lo finito y lo infinito”. Ella y toda su familia son nacidos en Córdoba capital. Actualmente, está leyendo al filósofo surcoreano Byung–Chul Han y cuenta que su director de cine favorito es Sorrentino, pero “después de Godard”.

Luciana Lamothe y su credo no binario

Fuente: Clarín – La artista conceptual que representa al país en la 60° Bienal de Venecia cuenta sobre su instalación: emplea materiales reciclados, que lleva al extremo, y la flexibilidad como principio constructivo.

Ojalá se derrumben las puertas, la obra de Lamothe en un pabellón argentino que creció con la luz. Por primera vez no se tapiaron las ventanas.

La Luciana Lamothe (1975) que allá por 2003 desafiaba al mundo del arte con obras como Meadas, un registro del dibujo que su propia orina trazaba al deslizarse por la vereda, es la misma que hoy representa al país en la 60° Bienal Internacional de Arte de Venecia, sólo que amplificada. Cual cirujana de la materia, para su instalación Ojalá se derrumben las puertas –estructuras construidas con andamios de hierro, cintas de fenólico curvado y maderas descartadas intervenidas– examinó a fondo cada elemento y descubrió así su capacidad de cambio.

Nacida en Mercedes, provincia de Buenos Aires, Lamothe comenzó a mostrar performances nacidas en recorridos callejeros, como parte de una escena que batallaba por sus ilusiones recién llegado el siglo XXI, en un escenario de máxima crisis. Estuvo en el programa de artistas conocido como Beca Kuitca, y fue fichada por Appetite, una de las galerías insignia de aquellos primeros dosmil. Una década después, ya participaba de residencias internacionales, bienales y exposiciones, como Spit on the cement floor (2012), en la Galería Alberta Pane de París, donde invitaba a los visitantes a escupir sobre polvo para convertirlo en cemento. Recibió premios, como el de la Fundación Pollock-Krasner, en Estados Unidos en 2019. Y como representante de su generación, en 2023 fue curadora invitada en la exposición Cien caminos en un solo día, en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, donde se pudo ver una de sus estructuras de maderas industrializadas y andamios que extravían la arquitectura de su función, en un ejercicio de extrañamiento.Luciana Lamothe. Foto: Juano Tesone.Luciana Lamothe. Foto: Juano Tesone.

Hasta el 24 de noviembre, con la curaduría de Sofía Dourron, un pabellón argentino totalmente iluminado exhibe el resultado de un trabajo arduo de construcción que la artista primero ensayó en su taller de Quilmes, y luego montó en la ciudad italiana sobre materiales reciclados de otras bienales y rescatados de un pequeño bosque de Eslovenia. Como consecuencia, en la exposición todo parece posible: elementos como la madera se ondulan, simulando la misma suavidad de una tela –por increíble que suene–, jugando a la vez el papel de pared, techo y piso. El público está invitado a perderse en ese espacio, cuyo adentro y afuera no están claros, y donde se pone a prueba el vínculo del visitante con la fragilidad a su alrededor.

En entrevista con Ñ, Lamothe habla de lo que la inspira e inquieta, del valor de la identidad y la relación entre arte y sociedad; mientras repasa su trayectoria desde la inserción, hasta el trasfondo político de su puesta, que hoy representa al país en la más importante de las bienales.

–¿Era para vos una meta, un hito en tu carrera la Bienal de Venecia?

–Definitivamente, un hito. Para todo artista es un momento importante, no fundamental pero sí es un objetivo muy estimulante. Después, el desafío es que el trabajo esté a la altura, que tenga repercusión y provoque. Tiene que ser muy completo y, al mismo tiempo, sentís un compromiso. Es extraño porque el arte es con nombre propio y acá representás a tu país. Pero logré la profundidad, la contundencia y la potencia que quería.Para su instalación, Luciana Lamothe recicló maderas de otras bienales y recogió troncos en un bosque cercano. Para su instalación, Luciana Lamothe recicló maderas de otras bienales y recogió troncos en un bosque cercano.

–Los materiales que usás son siempre protagónicos. En este caso maderas industriales, tubos para andamios, troncos quemados. ¿Qué historia contienen?

–En los últimos años fui reformulando el objeto andamio para entender su sistema constructivo. Empecé a replantearme qué pasa con una herramienta como es (que es de sostén) cuando pierde su función. A la vez, empecé a preguntarme qué les pasa a los materiales de los que está hecho, supuestamente duros, del mundo de la construcción, y llegué a la conclusión de que no existen materiales duros. Todo material es blando. Lo duro o blando está ligado al punto de vista, una mirada si querés antropocéntrica, y hasta te diría patriarcal, porque lo duro está ligado a lo masculino y lo blando a lo femenino. Desarrollé una idea de la elasticidad de los materiales, la resistencia o tenacidad (la capacidad de un material de administrar la energía externa para no romperse). Me interesa generar estructuras grandes y monumentales pero que planteen esa blandura de la estructura, la posibilidad de movimiento y transformación. A partir de estas ideas, me interesé en las identidades: cómo llega el material a ser lo que es. La madera terciada es madera, pero es más que eso; viene del universo natural y de golpe nos llega de esta manera, cortada, feteada, con aglutinantes industriales para que se pegue una capa con otra. Entonces es un híbrido: es natural e industrial a la vez.

–¿Cómo elegiste los materiales?

-En la previa en Buenos Aires, en el taller de Quilmes, trabajé con guatambú, una madera dura del norte argentino que en Europa no existe. Llevarla era carísimo; tuvimos que adaptarnos, y ese ejercicio se volvió parte del concepto. Allá conseguimos maderas de todo tipo para investigar la vida útil del material: desde el tronco hasta que se convierte en mueble, que luego se vuelve desecho, se pudre o se quema. Quise reflejar esos momentos. Fuimos a un bosque de Eslovenia a buscar ramas, también a los bosques alrededor de Venecia donde hay árboles centenarios y uno justo se estaba muriendo. Además, recuperamos maderas de pabellones de Argentina, Finlandia y Alemania, que habían reciclado madera de bienales anteriores. Y espero que alguien me pida maderas en la próxima Bienal para seguir reciclándolas. Mientras recorrés la instalación vas viendo qué le pasa al material, sus distintas identidades. Esa es mi idea de identidad: no es fija ni estática. La identidad se va transformando, es dinámica.Propone cambios sobre el entorno construido. 
Propone cambios sobre el entorno construido.

–La instalación afirma la flexibilidad de todo, puesta a prueba. Como si dijera: “se puede ser esto y a la vez esto otro”. Y a la vez los materiales exhiben rasguños, imperfecciones, algunos están rotos. ¿Hablas de la humanidad?

–No me gusta decir que mi trabajo es metáfora de determinada cosa, pero son inevitables. Me quiero alejar cada vez más de las ideas antropocéntricas. El discurso tiene que ser más amplio, no solamente hablar de lo que nos pasa como humanidad, mirarnos cada vez menos el ombligo. El material tiene mucho para enseñarnos. Obviamente quiero que cada quien se sienta interpelado con la obra, si te pasa es porque está hablando de vos también. Al principio trabajaba con la idea de que un proceso destructivo también puede ser constructivo y viceversa, se retroalimentan. Luego desarrollé la idea de la transformación porque sale de ese binarismo construcción-destrucción abriéndote mucho más las posibilidades y cambios que le pueden suceder a un material o a su destino. Hay algo en la queeridad de los materiales que me interesa plantear porque si empezamos a ver esas cosas en la naturaleza, es que realmente es así la vida. Y las cosas no son de una manera tan determinante que se resuelve en los opuestos. Cuando trabajo en esta narrativa pienso en el punto medio entre la naturaleza y lo industrial, porque justamente en el punto medio es donde hay mayor tensión, la balanza no se va para un lado ni para el otro.

–La posibilidad del derrumbe está en el título, casi en forma de anhelo. También aparecía en otros de tus trabajos. ¿Pensas en la destrucción, o “liberación de la estructura”, como algo a veces tentador? ¿O necesario?

–En la instalación todo cuelga, todo está en tensión. Tiene un peso y está en equilibrio y al mismo tiempo es bastante frágil. El título es una provocación para generar un poco más de tensión en el cuerpo que atraviesa un espacio donde está todo suspendido. Está también el video de una acción en la calle, donde voy quebrando ramas con diferentes puertas del espacio público que uso de palanca. Ese quiebre que se genera contradice todo lo que viene pasando antes en la instalación, con un material muy flexible que estiro pero no se quiebra, y al final te digo: mirá, también se quiebra. Me gusta mostrar las dos opciones: la elasticidad extrema y la no resistencia. Lo siento como una identidad argentina en algún punto, de la tenacidad. Hay un momento en que ya no hay más resistencia y aparece una crisis, un quiebre. El material se trauma y colapsa.Detalle de la instalación, con maderas.  Detalle de la instalación, con maderas.

–En la misma línea, los conceptos de inestabilidad, transformación y límites también están muy presentes en toda tu obra. ¿Cómo se vinculan con el mundo actual?

–Hay un aspecto de la sociedad contemporánea que está ligado a las libertades individuales, que por suerte tienen cada vez más espacio, pero al mismo tiempo la intolerancia avanza con muchísima fuerza. Es un fenómeno dentro del capitalismo global. Nos seguimos peleando pero estamos todos ahí dentro. Además, estamos presos de las redes, una matrix cada vez más claustrofóbica. Parece no haber una salida muy clara, estamos dentro de la misma caja de zapatos discutiendo por la libertad.Otra vista del pabellón argentino. Otra vista del pabellón argentino.

–En este sentido anti jerárquico de que las puertas se derrumben, ¿te inquieta la posibilidad de que el arte contemporáneo no pueda ser leído por todos?

–Me gustaría que mi obra sea leída por un público bien amplio. Hay quienes me dicen que mi trabajo es para entendidos, pero creo que no. Me interesa mucho trabajar con las emociones y sensaciones. No hace falta demasiada especialización para que un espacio te afecte emocionalmente. Todos tienen algo para decir y es lindo cuando el movimiento es de ambas partes, cuando el arte trata de tener más llegada y la gente tiene acceso a la educación para entenderlo.

–Tu trabajo fue y volvió de la escultura a otras manifestaciones, como las acciones vandálicas en la calle, pero sin perder el espíritu provocador. ¿Cómo es el paso de una forma a la otra?

–No es lo mismo trabajar siendo NN en la calle a la noche, haciendo algo que nadie sabe que es arte y que tampoco te interesa que lo vean como arte, que cuando presentás algo en una galería. Lo que vuelve arte a esa acción vandálica es lo que viene después: el registro, la circulación dentro del sistema del arte. En cambio, si muestro en una institución o pienso obra para una galería, ya está mediatizado lo que estoy mostrando.

–¿Cómo te insertaste en la institución del arte, o en el mercado? ¿Qué le dirías a un artista que se quiere insertar?

–Estaba en el proyecto Venus, de Roberto Jacoby, donde pude empezar a relacionarme con artistas y a mostrar mis cosas. Después la galería Appetite; ahí hacíamos de todo, era un espacio de contención y creación. También a través de las clínicas, hice con Pablo Siquier y Ernesto Ballesteros; allí conocí a un montón de artistas y colegas con quienes después fui creciendo a la par. En el certamen Curriculum Cero, que organizaba Ruth Benzacar, me dieron un premio y ahí empezó un recorrido más institucional. Es un camino muy, muy difícil. Y en ese momento, claramente más para las mujeres. Era raro plantearlo pero fue así.

–¿Qué cosas te inspiran actualmente?

–Aunque la ciudad también me inspira, salir a las afueras. Me inspiran las relaciones humanas, su complejidad; es tan difícil relacionarse y comunicarse que ahí veo mucho jugo. Me inspira la arquitectura, el desarrollo tecnológico. La precariedad me genera preguntas. Me inspira preguntarme sobre la comodidad, si es necesaria o lo es más bien escaparle, si es un destino interesante, digamos. ¿Es realmente a lo que todos queremos llegar, la comodidad? ¿No es un poco el comienzo de la muerte? Mi trabajo se hace esa pregunta en las tensiones, en la inestabilidad. En la verdad de los materiales, en su rusticidad. En eso de mostrarlo así, tal cual es.

Las mil maneras de ser Marcia Schvartz

Fuente: Clarín – Una muestra sumerge al visitante en el mundo Marcia Schvartz 360°. Más de 40 años de trayectoria de la artista multipremiada, que representó al país en bienales y exposiciones de todo el mundo.Desde retratos melancólicos, instalaciones rockeras hasta cerámicas y paisajes místicos y archivos de distintas épocas.

Exasperada, en su autorretrato «Déjenme pintar» Marcia Schvartz le grita al mundo que se detenga. Pilas y pilas de facturas de AySA, Edesur o Metrogas, la sofocan a ella y su paleta de colores. La obra, que actualmente cuelga del techo en el piso más alto de W-galería, fue hecha por la artista el año pasado y se exhibe al público por primera vez en contexto de la muestra Soy otras, que abarca más de 40 años de su trayectoria y casi –sino todas– sus facetas artísticas. Hasta el 14 de septiembre, ocupará la totalidad del enorme espacio ubicado en San Telmo.

“Trabajamos con Roberto Amigo y organizamos la exposición por temáticas. Soy otras busca mostrar a todas las Marcia, de distintas épocas y disciplinas”, sugiere el actual co-director de la galería, Federico Curutchet, quien recibe junto a Schvartz a Viva para una recorrida alrededor de la muestra. Piezas de los 80 que la artista hizo al regresar al país, después del exilio en Barcelona durante la dictadura, se intercalan con otras más recientes en las distintas salas.

Un poco más atrás en la misma sala que el mencionado autorretrato está «Boquita, el origen del mal». Fiel al estilo anti establishment de la artista, esta instalación de 2019 parodia al mundo del fútbol, especialmente a los barrabravas como vehículos –o herramientas– de la política en los años 90.Marcia Schvartz, La reina del Bambo, 1982. Carta pesta, guata, tela, lentejuelas, bijuterie y zapatos, 157 x 73 x 90 cm. Foto: gentileza W—galería.Marcia Schvartz, La reina del Bambo, 1982. Carta pesta, guata, tela, lentejuelas, bijuterie y zapatos, 157 x 73 x 90 cm. Foto: gentileza W—galería.

El protagonista de la escena es un barrabrava grotesco que se masturba desnudo dentro de la cama mientras mira revistas con mujeres en tetas y escucha el mismo partido de fútbol una y otra vez desde una televisión rayada que manipula con un palo de escoba. Mauricio Macri, cuyo primer acercamiento al poder político fue la dirección del Club Atlético Boca Juniors, aparece en fotos que este tiene colgadas cual vírgenes en la pared del cuarto. Acumulados alrededor hay rollos de papel higiénico, preservativos usados, cajas con fármacos, una piedra de porro prensado, un cenicero a punto de rebalsar y un gran número de botellas.

Pinceladas desfachatadas

A solo unos pasos está «Preparándose para arteva», donde pintó sobre un cartón a una mujer que se mira en el espejo como gritando, con la cara irritada, quizás por el exceso de productos de desconocida procedencia que unas pinceladas desfachatadas delatan, lleva puestos. Los afiches de modelos de publicidades se intercalan en este baño con billetes.Marcia Schvartz, Soy otras. Foto: Santiago Ortí,  gentileza W—galería.Marcia Schvartz, Soy otras. Foto: Santiago Ortí, gentileza W—galería.

A tono con esta sátira del mundo del arte, está «Beauty & Arts», donde otra mujer se hace los pies y las manos en una peluquería mientras lee chismes de figuras de la alta sociedad argentina en revistas que Schvartz tomó del consultorio de su oculista. Así, el personaje espera que un bodoque caótico de decolorantes y pelos se convierta en la anhelada cabellera rubia de tigresa despampanante.

“Esta obra refleja el panorama de la crítica malvada o cierto sector del periodismo cultural convertido en mundo de business y relaciones públicas, que no tiene nada que ver con el mío”, sentencia.Marcia Schvartz. Preparándose para Arteva, 2011, ensamblaje. Caja de madera, impresiones a color de dólares, tarjeta black VIP, artículos de tocador y espejo, 110 x 165 x 60 cm. Foto: gentileza W—galería.Marcia Schvartz. Preparándose para Arteva, 2011, ensamblaje. Caja de madera, impresiones a color de dólares, tarjeta black VIP, artículos de tocador y espejo, 110 x 165 x 60 cm. Foto: gentileza W—galería.

Pese a que ser honesta y arriesgada le haya costado “muchos quilombos”, según cuenta, y que varios espacios artísticos –sobre todo de fines comerciales– en distintos momentos de su carrera hayan rechazado exhibir sus obras, nada alteró, afortunadamente, sus principios. O su forma de convertir a estos en ese arte fresco, descarado y rockero, que se mantiene eternamente joven. Ese que se ríe a carcajadas de los caprichos del poder y que dio, así, la vuelta al mundo, pasando por muchísimas bienales y exposiciones internacionales.

“En mis retratos siempre están melancólicos los personajes, pero no lo manejo yo”, asegura, mientras recorre la planta baja de la exposición que reúne sus retratos de distintas épocas. En los que hizo en el último tiempo, que se muestran acá por primera vez, los pintados son familiares, jóvenes alumnos de sus clases y otros de la Escuela de Arte Manuel Belgrano que hizo al visitar la institución cuando estuvo tomada por los estudiantes.Marcia Schvartz, Soy otras. Foto: Santiago Ortí,  gentileza W—galería.Marcia Schvartz, Soy otras. Foto: Santiago Ortí, gentileza W—galería.

La relación afectiva con cada uno de ellos, dice, es lo que la hace pintarlos. “No me gusta trabajar con modelos profesionales, no me pasa nada con eso”, cuenta, “me gusta cuando se crea algo con la persona, cuando hablan de la pintura, cebas un mate o lo ceban ellos y no están indiferentes, sino presentes y súper comprometidos con lo que están haciendo”.

Es una tarde de semana y en lo que va del recorrido ya la frenaron más de tres veces visitantes emocionados para saludarla y preguntarle sobre las piezas. “La gente es tan amorosa”, exclama. En el subsuelo de la sede hay obras que tienen más que ver con la naturaleza. Cerámicas con esmaltados brillantes, que hizo en su época viviendo en Tigre, y otras más opacas y terrosas inspiradas en el paisaje del norte.Marcia Schvartz, Soy otras. Foto: Santiago Ortí,  gentileza W—galería.Marcia Schvartz, Soy otras. Foto: Santiago Ortí, gentileza W—galería.

El norte se refleja también en una serie de cactus sedosos que hizo con algodón, por donde unas arañas aterciopeladas caminan y en los cuales mariposas seducidas se introducen y estancan. Los cactus experimentan, incluso en este piso, sus propias historias de amor apasionadas: se besan con lengua bajo la luz de la luna sobre escenarios místicos y abismales donde el tiempo parece detenido.

Los materiales que utilizó desafían la canonicidad: un norte más nocturno es evocado en cuadros hechos con lanas, que tiñó y pegó con poxiran, barro, tierra y troncos que trajo en cajas de estos territorios.

Hay obras en cada rincón de la galería, incluso en los entrepisos y camufladas con las plantas que hay en el patio. Atravesando este, una sala más pequeña con archivo exhibe, entre otros registros, un video donde ella y su hermana juegan con una de sus esculturas en la unidad básica del Abasto en el 83.

Allí se ve cómo se metían dentro de la muñeca llamada «La reina del Bambo» para bailar y cantar con la gente a la hora de la merienda, como hicieron también con la recordada «Doña Concha»; que pertenece ahora a la colección del Museo Reina Sofía de Madrid.

Vivir con Arte, curaduría para incluir obras en tu casa: la iniciativa que presentó Zonaprop en colaboración con Fundación arteba

Fuente: La Nación – Arteba 2024 volvió a ser el epicentro del arte contemporáneo en Buenos Aires. Dentro de las novedades que marcaron esta edición, se encuentra el proyecto que cocrearon con Zonaprop, de asesorías personalizadas y gratuitas para incorporar el arte en los espacios personales.


La feria arteba, uno de los eventos más esperados del año en el calendario artístico de la Ciudad, se llevó a cabo la semana pasada en el Centro Costa Salguero.

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«Con esta iniciativa, buscamos materializar la fusión que existe entre el arte y el real estate, ya que desde hace tiempo veníamos observando una conexión muy orgánica entre ambos mundos. Asimismo, este programa refleja el propósito del Grupo QuintoAndar: ayudar a las personas a amar el lugar donde viven»

Julieta Vilá, directora global de Marketing para Clasificados, Fintech y SaaS del Grupo QuintoAndar, del cual forma parte Zonaprop.

Este innovador proyecto busca democratizar el acceso al arte, ofreciendo asesoramiento personalizado y gratuito para quienes deseen incorporar obras en sus hogares. A lo largo de los tres días de la feria, dos curadoras guiaron a los interesados en la selección de piezas que se adapten a su estilo, espacio y presupuesto. El programa continúa vigente durante todo el año, por lo que quienes quieran acceder, pueden hacerlo desde la sección Novedades en el portal de Zonaprop.

El arte como inversión

Una de las ideas centrales de esta edición es la revalorización del arte como una forma de inversión, una perspectiva que cobra especial relevancia.

Las piezas artísticas no siguen el camino de la oferta y la demanda porque, en muchos casos, se trata de obras completamente únicas y originales realizadas por artistas que, con el paso del tiempo, toman mayor reconocimiento. De hecho, este último punto es uno de los cuales permite que una obra esté en constante revalorización.

Los destacados de la edición

Arteba 2024 se organizó en varias secciones, destacando la Sección Principal, donde se presentaron galerías de trayectoria reconocida como Aldo de Sousa, Alejandro Faggioni-ESTUDIO DE ARTE y Barro, todas ellas de Buenos Aires. Estas galerías ofrecieron una selección de obras que van desde el arte moderno hasta el contemporáneo, brindando un recorrido visual por lo mejor de la escena artística actual.

Por otro lado, el sector Utopía mostró una ventana a los proyectos más recientes y experimentales. Este espacio fue un punto de encuentro para galerías gestionadas por artistas y organizaciones sin fines de lucro, como Atocha, Aura Gallery y Casa Proyecto. Aquí, la vanguardia y la innovación fueron protagonistas, invitando a los visitantes a explorar nuevas formas de expresión artística.

Larisa Andreani, presidenta de la Fundación arteba, resaltó la importancia de la feria como un espacio que no solo promueve la adquisición de obras, sino que también fomenta el conocimiento y el crecimiento de colecciones tanto personales como institucionales. “La feria es un lugar de confianza y calidad, fundamental para el crecimiento de colecciones institucionales y personales”, afirmó Andreani.

La libre circulación de las obras potencia el mercado de arte

Fuente: La Nación – La decisión del Gobierno de avanzar con una desregulación le dará nuevo impulso al negocio


Nada nuevo bajo el sol. Se impone la lógica y la necesidad de expandir el mercado de arte local y lograr que los artistas argentinos tengan una cotización internacional, como sucede en Brasil, por ejemplo. La ecuación es simple. Salvo el sonado ejemplo de Desocupados, de Berni, que alcanzó el millón de dólares en una venta privada a dos millonarios de la industria farmacéutica, no hay en la Argentina artistas que alcancen esa cima, mientras en Brasil hay por lo menos diez. Ahora, el ministro Federico Sturzenegger; el director general de la Aduana, Eduardo Mallea, y el secretario de Cultura, Lisandro Cifelli, cierran detalles para dar forma a la regulatoria que definitivamente facilitará la circulación de obras arte.

Cero trabas para las obras de artistas en producción y para todas las obras que no sean consideradas patrimonio. Léase, por ejemplo, El gaucho federal, de Monvoisin, una de las obras más poderosas de los precursores, pintores viajeros, que fue exhibida años atrás en calidad de préstamo en el Museo Nacional de Bellas Artes y tiene calificación de patrimonio cultural.

Si mañana, una artista como La Chola Poblete quiere salir con diez obras suyas bajo el brazo puede hacerlo sin problemas, y por supuesto venderlas en el exterior. “Queremos que el Estado sea un facilitador de sueños y no una barrera”, dice Cifelli.

Menem lo hizo. La ley 24633 de 1996 estableció un marco legal para liberar la circulación de obras de arte. El anuncio fue hecho entonces en la Casa Rosada por el entonces presidente Carlos Menem en compañía de Cristina del Campo, que era la representante de Christie’s Argentina. Del Campo puso su energía y talento para acelerar la resolución, hasta llegó a un acuerdo con la casa Naón de la calle Guido para organizar subastas conjuntas.

Aquella apertura global permitió la salida de importantes obras de Antonio Berni, luego subastadas a precios récords en las rematadoras neoyorquinas. Fueron adquiridas por Amalita Fortabat y por Eduardo F. Costantini. Hoy esos cuadros antológicos se exhiben en los museos fundados por ambos.

Lo que viene es claro y contundente, sin vueltas y sin trabas. Otro ejemplo: si un extranjero compra una pintura argentina en arteba, sale con ella sin problemas y sin impuestos.

En diálogo con Eduardo Mallea, abogado con años de experiencia en derecho aduanero, que conoce las dos caras del tema porque fue vicepresidente de arteba, cree que hay que terminar con el temor a no poder usar y hacer lo que cada uno quiera con el patrimonio propio. “Ese miedo es letal para que un mercado crezca, no ingresan obras a un país que prohíbe, o limita, la salida”, afirma. La libertad es buena consejera, los controles, no. Y, hay que aclarar, sin ley y sin libre circulación lo mismo salieron obras calidad museo de Modigliani, Van Gogh, Sorolla, Boldini, Munnings, Mongrell, Benlliure… y más.

Antonio Berni es uno de los contados pintores argentinos que cotizan por encima del millón de dólares
Antonio Berni es uno de los contados pintores argentinos que cotizan por encima del millón de dólaresGentileza Malba

Los franceses, muy chauvinistas como son, abrieron sus fronteras años atrás, cuando comprobaron que Londres remataba los mejores cuadros y tenía un mercado más potente. Hoy, París es un gran centro de ventas con locales de Christie’s y Sotheby’s a la par del tradicional Hotel Drouot. Es más, Francia cedió la conducción y organización de la FIAC, la feria de arte más importante de París al team de Art Basel, el relojito suizo del arte que este año celebrará la tercera edición París-Art Basel. Será en octubre y en el renovado Gran Palais, puesto cero kilómetro para las Olimpíadas París 2024.

En cuanto a las obras que son patrimonio cultural, no habrá cambios. Si la Secretaría de Cultura determina que una obra es patrimonial no sale del país y punto. Queda la opción para una obra calidad museo que el Estado, o un particular, la compre al precio que el propietario recibiría en el exterior. Opción difícil porque no hay plata.

Dato no menor: si mañana una persona quiere ingresar obras para exhibir acá, tendrá, de acuerdo con las nuevas regulaciones, hasta cinco años para exhibirlas en el país. Hoy es un año, con opción a dos.

Se trata de un cambio de paradigma que derriba el concepto: “todo está prohibido hasta que la autoridad de turno lo autorice”.

Restauraron “La Primera Procesión” de Arístene Papi y la expondrán durante septiembre en el Arzobispado

Fuente: Aries On Line – La emblemática obra que representa la primera procesión del Milagro fue sometida a un proceso de restauración y estará disponible para su visita por las mañanas.

La obra “La Primera Procesión”, del artista italiano Arístene Papi, fue restaurada y estará expuesta durante todo septiembre en el Arzobispado, en el horario de 9 a 12 horas.

Esta pintura, que representa la primera procesión del Milagro y cuya creación data de 1939, es un óleo sobre tela que forma parte del patrimonio cultural de la provincia. La iconografía de la obra nos remonta al siglo XVII y es considerada una pieza clave en la historia religiosa y cultural de Salta.

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La directora del departamento de Restauración y Conservación, Gabriela Doña, encargada del proyecto, explicó en diálogo con Aries, que la obra presentaba “un estado de conservación deficiente, con deterioros en varios aspectos”.

Entre los daños más graves se encontraba la deformación del soporte debido a la falta de travesaños en el bastidor original y la presencia de humedad, que había provocado craquelados y desprendimientos de la capa pictórica. Además, la obra había sufrido intervenciones anteriores que alteraron la capa original de pintura, exacerbando el deterioro.

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Finalmente, la obra fue tensada en un nuevo bastidor, adecuado a sus grandes dimensiones (2,5 metros por 2 metros), y se le aplicó un barnizado final.

“La Primera Procesión” estará disponible para ser apreciada por el público durante septiembre, y todavía no se definió su ubicación permanente. 

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La feria como hito: arteba, una lupa de talentos y una puerta hacia museos y colecciones

Fuente: La Nación – Para muchos artistas, este encuentro anual marca cada año un antes y un después en sus carreras; hay quienes con sus obras ingresan por primera vez al acervo de una institución o cruzan fronteras, o ganan notoriedad por la gran demanda que despierta su trabajo.

Días después del cierre de la reciente edición de arteba, el domingo último en el Centro Costa Salguero, la acción parecía lejos de haber terminado. “Estamos trabajando todavía, no doy más”, reconoció una galerista ayer, mientras seguía entregando obras y concretando operaciones. Para muchos artistas, en tanto, algo recién se iniciaba: varios pasaron a integrar los acervos de importantes museos o colecciones, de la Argentina y del exterior, o fueron noticia por la gran cantidad de obras vendidas.

Un ejemplo de este fenómeno fue Dana Ferrari, nacida en 1988, que protagonizó un solo show presentado por Grasa en la sección Utopia. Por un valor que iba de los 400 a los 3000 dólares se vendieron allí 33 de sus coloridas pinturas, que se exhibieron camufladas sobre una instalación de tela también creada por ella con tramas similares. “Todavía no se vendió, estamos en negociaciones por eso”, dijo a LA NACION Torcuato González Agote, codirector de la galería.

Verónica Gómez con su obra en la muestra actual en Cott
Verónica Gómez con su obra en la muestra actual en Cott

Otros nombres que se hicieron escuchar fueron los de Verónica Gómez, Trinidad Metz Brea y Amanda Tejo Viviani. Mientras la primera vendió 16 obras en la galería Cott, una de las cuales entró en la colección del Malba (donde también ingresaron por primera vez Anselmo Piccoli, Florencia Böhtlingk, y Manuel Brandazza), las otras dos entraron a la del Moderno. Y no sólo eso: en NN se agotaron casi de inmediato las pinturas de Tejo Viviani (varias de ellas fueron compradas por la colección Balanz,que también incorporó obras de otros seis artistas), y Valerie’s Factory vendió catorce piezas realizadas por Metz Brea, que además ingresó a la colección de la Usina Rhodia, en Quilmes.

Trinidad Metz Brea con Florencia Perotti, Victoria Noorthoorn y la obra adquirida por el Moderno gracias al apoyo de su Asociación de Amigos
Trinidad Metz Brea con Florencia Perotti, Victoria Noorthoorn y la obra adquirida por el Moderno gracias al apoyo de su Asociación de AmigosFabian Marelli

“Es muy emocionante –dijo a LA NACION esta última, nacida en 1994 -. Siento como un gran hito pasar a ser parte de colecciones tan importantes con obras de artistas históricos y que admiro. Es un reconocimiento increíble y me pone muy feliz”. También Gómez, de 46 años, habló de felicidad y gratitud: “Creo que es la culminación de una trama virtuosa compuesta no sólo por mi obra o mi trabajo –señaló-, sino por todos aquellos que colaboran en la circulación y difusión, galería, curadoras, comité, museo, colegas… Son más de veinte años de trabajo continuado y es hermoso saber que la obra será cuidada y disfrutada”.

Obra de Julia Padilla adquirida por el Moderno en Aldo de Sousa, gracias al apoyo de su Asociación de Amigos
Obra de Julia Padilla adquirida por el Moderno en Aldo de Sousa, gracias al apoyo de su Asociación de AmigosGentileza Moderno

Otra artista que subió un escalón más en su ascendente carrera fue Julia Padilla. Artista nacida en 1991, ingresó por primera vez en la colección del Moderno (junto con las dos artistas mencionadas, además de Carrie Bencardino, Nikolai Kasak y Florencia Levy) gracias a la compra de una obra suya ofrecida en el stand de Aldo de Sousa. Como si esto fuera poco, está participando de muestras colectivas en las sedes de ambos espacios y en la flamante galería Linse, y también protagoniza hasta mediados de noviembre una individual en el Centro Cultural Recoleta.

En NN se agotaron casi de inmediato las pinturas de Amanda Tejo Viviani, varias de las cuales fueron compradas por la colección Balanz y otra por el Moderno
En NN se agotaron casi de inmediato las pinturas de Amanda Tejo Viviani, varias de las cuales fueron compradas por la colección Balanz y otra por el ModernoSantiago Cichero/AFV

Hasta el acervo del MAC de Salta llegaron por primera vez obras de Lucila Gradin (Cott), Clara Johnston (Remota), Ana Clara Soler (Quimera) y Santiago Gasquet (Piedras). Y hubo otras que cruzaron fronteras aún más lejanas, para ingresar en museos de Estados Unidos o Europa. Fue el caso de una pintura de Santiago García Sáenz, que partió desde Hache hacia el Guggenheim de Nueva York; otra de Alfredo Londaibere, elegida en Nora Fisch por el español Reina Sofía; una instalación de Rosario Zorraquín, seleccionada por el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) en Isla Flotante, y otra de Verónica Meloni, exhibida en Rolf Art, que se fue hacia el Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M).

Los mártires del Ocean (2000), obra de Santiago García Sáenz comprada en Hache por el Guggenheim de Nueva York
Los mártires del Ocean (2000), obra de Santiago García Sáenz comprada en Hache por el Guggenheim de Nueva YorkGentileza Hache/Ignacio Ias

Por otra parte, varios destacados coleccionistas sumaron integrantes a sus acervos. Nueve de los creadores de las doce obras que compró Alec Oxenford no estaban aún representados: García Sáenz, Alfredo Prior, Osvaldo Lamborghini, Santiago O. Rey, Maruki Nowacki, Alejandro Kuropatwa, Ruy Krygier, Elian Chali y Carlos Cima. Eduardo Costantini compró por primera vez una obra de Juan Grela en Diego Obligado, la misma galería donde Aldo Rubino adquirió otra de María Suardi.

Manuel Segade, director del Reina Sofía, Nora Fisch y la obra de Alfredo Londaibere comprada por el museo español
Manuel Segade, director del Reina Sofía, Nora Fisch y la obra de Alfredo Londaibere comprada por el museo españolGentileza arteba

El fundador del Macba se llevó además otras de Edgardo Giménez (MC), Alicia Orlandi (Roldán Moderno) y Stella Ticera (Ruth Benzacar); a esta artista santafesina nacida en 1999 le dedicará una muestra desde el mes próximo en su museo. En Fundación Klemm entró Valentina Liernur (Isla Flotante) y la Fundación Azcuy incorporó a Joaquín Boz (Barro) y Benjamín Felice (Tomás Redrado). Esta última es una galería que también abre puertas para los artistas argentinos en Estados Unidos. Pasen y vean.

Final feliz para la segunda edición de AFFAIR

Fuente: Arte por Excelencias – Como de exitosa califican los organizadores a la segunda edición de AFFAIR. Con entrada gratuita y transporte que la conectó con arteba, dejó un buen criterio entre galeristas y creadores, y movilizó a numeroso público. 

Fue la semana más importante para el arte en Buenos Aires. Y si algo predominó en todas las ferias que se realizaron fue el disfrute de artistas ya conocidos y el descubrimiento de artistas nuevos de distintos puntos del país. AFFAIR, en su segunda edición en las Galerías Larreta de la calle Florida, tuvo muy buenas ventas. 

“Concretamos más de 100 operaciones, con una repercusión importante, en un rango de precios que van de los 200 dólares hasta los 7.000. Más allá de las ventas puntuales, las 9.000 personas que pasaron por la feria se llevaron muchísima información, datos de artistas y de galeristas, conocieron obras que no habían visto antes, estamos felizmente sorprendidos”, comienza contando Sasha Dávila, co-organizador y galerista. 

Es que esta edición de AFFAIR se realizó en pleno microcentro porteño, pero tuvo participación de varios puntos del país. Las galerías fueron 17, con la organización de Oli Martínez, de TokonOMa; Bárbara Echevarría, de Acéfala y Nacho Meroni de Wunsch,de la Ciudad de Buenos Aires; Gab Gabelich de Gabelich Contemporáneo de Rosario; y Sasha Dávila, que tiene galerías en Córdoba y en Buenos Aires.

“Nos dimos cuenta en estos días que esa apuesta que hicimos el año pasado, con mucho entusiasmo, terminó de consolidarse en esta edición. Nos estamos posicionando y tenemos ya un rol importante dentro del mercado y el interés en general. Además, se sumó muchísima gente joven y esto es realmente muy interesante”, agrega Bárbara Echevarría, otra de las organizadoras. 

Pero también, hubo coleccionistas, artistas, galeristas y gestores culturales, curadores y críticos de arte. 

“Las galerías a las que convocamos están muy contentas, venían con ciertas inquietudes porque es lo que sucede cuando uno realiza un cambio y una nueva apuesta, pero el resultado ha sido inmejorable. Por otro lado, el apoyo del Centro Cultural de España en Buenos Aires y el transporte gratuito del gobierno de la ciudad han sido de mucha ayuda. El móvil gratuito fue usado por más de 400 personas que visitaron arteba y AFFAIR, de una punta a la otra de Buenos Aires, en jornadas frías y lluviosas, totalmente gratis”, cuenta Oli Martínez. 

Sasha Dávila finaliza con un comentario importante sobre el espíritu de esta feria, que es colaborativa y autogestionada: “Esa idea ha sido muy bien aceptada y llevada a cabo por todos. Todas las visitas guiadas han sido dirigidas a todas las galerías sin distinción y eso hace que entre todos trabajemos comunitariamente. Todos nos ayudamos en las ventas y todos queremos y deseamos que nuestros colegas vendan porque en definitiva las Ferias de arte están hechas para que se pueda vender, difundir y que los artistas puedan vender ya que de eso viven, es su profesión. Y hacia eso apuntamos, con calidad y con esfuerzo y comunitariamente”. 

Galerías que fueron parte de AFFAIR: 

  • Acéfala (CABA) – Bárbara Echevarría 
  • Almacén |arte contemporáneo| (San Nicolás, Prov. de Buenos Aires) – Leo Mayer
  • Ankara (Colonia Caroya, Córdoba) 
  • Centro de Edición (Villa Lynch, San Martín, Buenos Aires) – Natalia Giacchetta 
  • Crudo (Rosario) – Yuyo Gardiol y Fepi Farina 
  • La Cúpula (Córdoba) – Jorge Castro
  • Futbolitis (CABA) – Ezequiel Suranyi 
  • Gabelich contemporáneo (Rosario) – Gab Gabelich 
  • Julia Baitalá (CABA) 
  • Local 15 (Rosario) 
  • María Wonda (Córdoba) – María Belén Wonda 
  • Sasha D. (Buenos Aires|Córdoba) –  Sasha Dávila 
  • Tiempo (San Isidro, Buenos Aires) – Maggie Espósito
  • Tierra (Córdoba) – Fernando Ferreyra
  • TokonOMa (CABA) – Oli Martínez 
  • Wunsch (CABA) – Nacho Meroni 
  • Zona (San Isidro, Buenos Aires) – Paula Bladimirsquy 

Un nuevo comienzo, desde fines de mes queda abierta CENTRAL AFFAIR 

Para la segunda edición de AFFAIR, se puso en valor el entrepiso de las Galerías Larreta, en Florida 971, pleno centro porteño. De reojo a la Plaza San Martín, este lugar abarca 800 m2 y tiene uno de los primeros murales abstractos realizado por el artista Luis Seoane en 1958. 

En este lugar, a fines de septiembre, quedarán quince galerías y proyectos, que tendrán inauguraciones simultáneas. A gran parte de las galerías participantes en la feria, se sumará Antena, proyecto sonoro de Nicolás Varchausky, Guadalupe Chirotarrab, Julia Rossetti y Julián Teubal, la galería Camarones de Lola Silberman, Casa Equis de Josefina Hagelstrom (con sede en México), el espacio editorial FAN de Sol Echevarría, y un espacio expositivo y de comercialización de la residencia URRA-HIPHip. 

“Compartiremos un espacio central, habilitado como centro cultural independiente, donde habrá gastronomía, un lugar de encuentro, performance, presentaciones de libros y conciertos”, detalla una de las organizadoras de la feria y que se instalará allí con TokonOMa, Oli Martínez. 

Fuente: Mariana Rolandi Perandones/ Prensa y Comunicaciones

Un Rembrandt descubierto en un altillo se subastó en una cifra millonaria

Fuente: Infobae – La obra “Portrait of a Girl” del célebre artista barroco neerlandés, encontrada en una casa rural del noreste de los Estados Unidos, fue vendida a un coleccionista por 1,41 millones de dólares.

La pintura del siglo XVII titulada "Portrait of a Girl", del artista neerlandés Rembrandt, vendida en una subasta por 1,4 millones de dólares (Foto: Thomaston Place Auction Galleries vÍa AP)La pintura del siglo XVII titulada «Portrait of a Girl», del artista neerlandés Rembrandt, vendida en una subasta por 1,4 millones de dólares (Foto: Thomaston Place Auction Galleries vÍa AP)

La pintura del siglo XVII, Portrait of a Girl, del artista neerlandés Rembrandt Harmenszoon van Rijn, fue descubierta por el tasador de arte y subastador Kaja Veilleux en un altillo de una finca en Camden, Maine, en el extremo noreste de los Estados Unidos. Una etiqueta en la parte posterior del marco señalaba que fue prestada al Museo de Arte de Filadelfia para una exposición en 1970.

“En las visitas a domicilio, a menudo vamos a ciegas, sin saber lo que encontraremos”, dijo en un comunicado. “La casa estaba llena de piezas maravillosas, pero fue en el altillo, entre pilas de cuadros, donde encontramos este notable retrato.”

Rembrandt, nacido en 1606, fue un artista prolífico que se enfocó en una variedad de temas, desde retratos hasta paisajes y escenas históricas y bíblicas. Portrait of a Girl fue pintado sobre un panel de roble y montado en un marco holandés tallado a mano en oro, dijo Veilleux.

Una subasta por Thomaston Place Auction Galleries resultó en una competencia feroz el 24 de agosto, dijo. Al final, un coleccionista europeo pagó 1,41 millones de dólares por la pintura.