Milei reestructura Bellas Artes y Tecnópolis por decreto: dejan de ser organismos autónomos y pasan a Cultura

Fuente: Perfil – Lo oficializó mediante el Decreto 346/2025, publicado este miércoles 21 de mayo con el argumento de reducir el gasto público. También se dispuso la disolución de otros institutos culturales.

El Gobierno nacional oficializó este miércoles la transformación del Museo Nacional de Bellas Artes y del Parque Tecnópolis del Bicentenario, Ciencia, Tecnología, Cultura y Arte, que dejarán de ser organismos desconcentrados y pasarán a integrar la estructura organizativa de la Secretaría de Cultura, a cargo de Leonardo Cifell.

Así se estableció en el Decreto 346/2025, firmado por el presidente Javier Milei y publicado en el Boletín Oficial.

El artículo 1º del decreto dispone expresamente: “Transfórmase el Museo Nacional de Bellas Artes, organismo desconcentrado actuante en el ámbito de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación, como unidad organizativa integrante de la estructura organizativa de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación.”

Del mismo modo, el artículo 3º establece: “Transfórmase el Palacio Libertad, Centro Cultural Domingo Faustino Sarmiento y el parque Tecnópolis del Bicentenario, Ciencia, Tecnología, Cultura y Arte como unidades organizativas integrantes de la estructura organizativa de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación.”

El Museo Nacional de Bellas Artes pasará a depender de la Secretaría de Cultura, hoy bajo la órbita de la Secretaría General de la Presidencia, encabezada por Karina Milei. Tecnópolis, por su parte, también permanecerá activo y bajo gestión estatal de Cultura, aunque con un esquema de administración reconfigurado.

Según el texto oficial, “se estima conveniente adoptar esa misma estructura para el referido museo, llevándose adelante su transformación”. El Ejecutivo justificó la medida al señalar que actualmente 22 museos funcionan bajo la órbita de la Secretaría de Cultura sin perjuicio de su “funcionamiento y cumplimiento de sus competencias de forma eficaz y eficiente”.

En el caso de Tecnópolis, el decreto señala que el parque fue creado en 2017 “como organismo desconcentrado de la ex-Secretaría de Contenidos Públicos del entonces Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos” y que su objetivo era “impulsar la organización de eventos de promoción, difusión, desarrollo e innovación de la ciencia, la tecnología y el arte como contribución y apoyo al conocimiento”.

Tecnopolis

A partir de ahora, tanto el Museo Nacional de Bellas Artes como Tecnópolis serán unidades organizativas dentro de la Secretaría de Cultura. La medida se enmarca en un proceso más amplio de “reorganización de las estructuras de la Administración Pública Nacional”, según el decreto, que tiene como objetivo “reducir el gasto público sin que ello resienta el cumplimiento de las obligaciones asignadas al Poder Ejecutivo Nacional”.

En los considerandos, el Gobierno afirmó que “la magnitud de la estructura de la Administración Pública Nacional y su excesiva injerencia en diversos sectores resultan contrarios a la consecución de un Estado eficiente”, y añadió que “resulta necesario reducir unidades organizativas y organismos que conforman la Administración Pública Nacional con el fin de garantizar una mayor coordinación en las políticas” y “una mejor administración de los recursos públicos”.

El Gobierno eliminó institutos culturales y entidades históricas

Creado en 1895, el Museo Nacional de Bellas Artes es uno de los principales espacios de conservación, investigación y exhibición artística de América Latina. Su conversión en una dependencia administrativa lo ubica en la misma situación que otros 22 museos nacionales, aunque hasta ahora gozaba de un régimen de mayor independencia funcional.

Por su parte, Tecnópolis, inaugurado en 2011, cumplía un rol estratégico en la divulgación científica y tecnológica, con fuerte impronta federal y educativa. Su reestructuración lo transforma en una oficina más de Cultura, sin autonomía ni presupuesto propio.

En el mismo decreto, se dispuso la disolución de los institutos nacionales Browniano, Newberiano y Belgraniano. Estas entidades históricas, dedicadas a preservar y difundir el legado de figuras como Guillermo Brown, Jorge Newbery y Manuel Belgrano, dejarán de existir como organismos autónomos. En su reemplazo, el Poder Ejecutivo dispuso la creación de una nueva unidad que absorberá sus funciones, denominada «Unidad Gabinete de Asesores – Asuntos Históricos«.

Además, se determinó la eliminación de otras dependencias como el Observatorio Nacional de la Dinámica del Cambio Social, el Consejo Nacional de Investigaciones Técnicas y Científicas (CONICET) en su carácter de organismo desconcentrado, y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) como organismo descentralizado. En estos casos, el Gobierno precisó que sus funciones serán reasignadas o absorbidas por otras áreas de la administración pública, aunque no aclaró a cuáles.

El decreto lleva las firmas del presidente Javier Milei, del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y de todos los ministros del gabinete nacional. Según se argumentó en los considerandos, la decisión busca “evitar la duplicación de estructuras” y “concentrar funciones en áreas más eficientes”.

Silvina Martínez, la gran ganadora

Fuente: Diario de Cuyo – Ayer, la Cámara de Diputados de San Juan entregó la Mención de Honor Maestro Mario Pérez edición 2024, en la Sala Emar Acosta de la Legislatura provincial con el objetivo de homenajear la figura y el legado del reconocido artista sanjuanino, además de inaugurar la galería virtual en la página online diputadossanjuan.gob.ar. En esta oportunidad, la consagración fue para Silvina Martínez por su obra Fisuras, seguida de Alberto Álvarez y su creación Arrímese que hay lugar y Pablo Henríquez Micheletti por Cabot; las 3 producciones estarán montadas y se podrán recorrer en el edificio anexo, lunes a viernes de 7:30 a 13:30 hs.

En el marco de este concurso, que tiene por finalidad distinguir a artistas plásticos y visuales por su mérito, trayectoria y compromiso con el arte y la cultura, y también destacar la labor de los creadores emergentes, en el rubro amateur consiguió el primer premio Felipe Lloveras Quiroga por Pintura para no comer solo y Emiliano Vargas Reus obtuvo el segundo por Carrera en la Pampa El Leoncito, en tanto que el tercero fue para Marco Antonio Carrizo Dávila por Cazadores.

Por otro lado, en la categoría de fotografía que se incorporó este año al certamen, se coronó en primero lugar a Jorge Luis Mereles Cortez por su obra Experiencia laboral, en tanto que el hacedor Pablo Yamamoto resultó segundo por su pieza Real y/o mágico y Guillermina Cortés Sarasúa fue distinguida con el tercero por su trabajo Santa Teresita.

Apareció el busto robado de la tumba de Jim Morrison tras 37 años: lo hallaron por casualidad

Fuente: ámbito – La escultura del líder de The Doors fue encontrada durante un operativo policial en medio de una causa por fraude.

Una de las reliquias más buscadas del rock fue recuperada. El busto de Jim Morrison, robado hace 37 años de su tumba en el cementerio parisino de Père Lachaise, fue encontrado de forma inesperada por la policía francesa durante un allanamiento vinculado a una investigación por fraude.

La figura había sido colocada en 1981 como homenaje al cantante de The Doors, una década después de su muerte. La obra, esculpida por el artista croata Mladen Mikulin, fue robada en 1988 y desde entonces se convirtió en un objeto mítico para los fanáticos del rock y de la contracultura de los años 60 y 70.

El busto fue hallado por las brigadas financiera y anticorrupción de la policía judicial de París. Fuentes citadas por medios locales aseguran que el hallazgo fue completamente fortuito. Las imágenes difundidas muestran que la escultura, aunque dañada (ya le faltaban la nariz y la boca cuando fue sustraída), se mantiene en condiciones aceptables y conserva los grafitis que los fans habían dejado a lo largo de los años.

El robo del busto de Jim Morrison: un misterio de tres décadas

El busto de Morrison fue colocado sin autorización oficial por su autor, Mladen Mikulin, como tributo personal al cantante. La tumba del músico en Père Lachaise, donde también descansan figuras como Oscar Wilde, Edith Piaf y Marcel Proust, se volvió desde el principio un lugar de peregrinación.

En 1988, el busto fue robado sin dejar rastros. En ese momento, las autoridades del cementerio optaron por no reponerlo y comenzaron a implementar medidas de protección ante los constantes actos vandálicos. Con el tiempo, se colocaron barreras para evitar nuevos ataques al sitio.

Durante años circularon teorías sobre su destino: desde coleccionistas obsesionados hasta fanáticos que habrían querido llevárselo como recuerdo. Pero nunca hubo pruebas firmes. La recuperación del busto en 2025, como parte de un operativo sin conexión con el caso, cerró un capítulo histórico del mito en torno al ídolo del rock.

Jim Morrison: el poeta maldito del rock que entró al “club de los 27”

James Douglas Morrison murió en París el 3 de julio de 1971, con apenas 27 años. Ícono de la contracultura, líder carismático y poeta oscuro, dejó una huella imborrable con su banda The Doors, con la que grabó seis discos de estudio hasta su muerte.

La causa oficial de su fallecimiento fue un paro cardíaco, aunque nunca se realizó una autopsia, lo que alimentó todo tipo de teorías. Una de las versiones más difundidas sostiene que murió por una sobredosis en un club nocturno, y que su pareja, Pamela Courson, trasladó el cuerpo a su departamento y lo mantuvo durante días con hielo para evitar la descomposición antes de reportar su muerte.

Morrison fue enterrado en el Père Lachaise, y su tumba rápidamente se convirtió en lugar de culto. En su epitafio puede leerse, en griego antiguo, la frase: «Kata ton daimona eaytoy», que se traduce como «Fiel a su propio espíritu», o, según otras versiones, «Contra el demonio dentro de ti mismo».

Con nueve discos en total junto a The Doors y millones de álbumes vendidos, su figura fue llevada al cine en numerosas oportunidades, aunque sus amigos y familiares han criticado reiteradamente las representaciones exageradas y caricaturescas que se hicieron de su personalidad.

En febrero de 2025, como parte de un homenaje oficial, la ciudad de París anunció que una pasarela cercana a la Plaza de la Bastilla llevará el nombre de Jim Morrison, cerrando un ciclo que comenzó hace más de cinco décadas con su llegada a la capital francesa.

Del papel al mural: el arte que llegó a las grandes marcas

Fuente: Clarín – Mechu Diamante es artista visual y diseñadora gráfica.se dedica al muralismo, el lettering y la ilustración. Dibuja y pinta a gran escala para marcas como Poett, Farmacity, La Serenísima y Jazmín Chebar.

Mechu Diamante es artista visual y diseñadora gráfica. Nació y vive en Ituzaingó, y aunque tuvo la posibilidad de mudarse a la Ciudad de Buenos Aires, nunca quiso alejarse del barrio. Lo que hay en su lugar de origen, su familia, sus amigos, no lo encuentra en otro lado. Ese apego también se traduce en su trabajo: su identidad y su obra llevan impresa la huella del barrio.

Caminar por las calles del barrio es para ella una forma de pensar, crear y encontrar disparadores visuales. “Ituzaingó está en mi inconsciente y en mi obra. Moverme por el barrio es un recurso para despejarme y buscar nuevas ideas. Siempre me encuentro con algo nuevo, jardines o casas que no había visto. Es una herramienta que siempre usé para pintar.”

Mechu se dedica al muralismo, el lettering y la ilustración. Dibuja y pinta a gran escala para marcas como Poett, Farmacity, Filgo, La Serenísima y Jazmín Chebar, y también interviene espacios públicos: hospitales, escuelas y estaciones saludables. Su historia comienza en casa, haciendo manualidades con sus padres, en una familia de cultura “hágalo usted mismo”.

El mural que pintó sobre la calle Zapiola, en Castelar.El mural que pintó sobre la calle Zapiola, en Castelar.

Cuando empezó diseño gráfico, quiso mantener lo manual. No le interesaba que sus trabajos fueran solo digitales, quería trazar a mano, evitar la frialdad del vector. Sintió la necesidad de construir una identidad propia. Su nombre real es María Mercedes Galcerán, pero desde siempre fue Mechu en casa. Quiso conservar ese apodo y sumarle algo. Así nació Mechu Diamante, material símbolo de fuerza, transparencia y color, que conecta con su visión del arte: múltiple y luminosa.

El lettering apareció como herramienta expresiva. Tomó talleres, investigó y empezó a incorporar letras hechas a mano. Pero el papel le quedó chico, necesitaba algo más grande. Así llegó el muralismo. El cambio de escala transformó su relación con la obra. Pintar una pared es un desafío técnico, físico y emocional. “El muralismo fue amor a primera vista. Cambiar la hoja de papel por una pared más grande que uno mismo es una sensación inexplicable de ser uno con el entorno o de lo insignificante que uno es frente a una pared.”Mural y lettering en el corredor central de las oficinas de Visa en Buenos Aires.Mural y lettering en el corredor central de las oficinas de Visa en Buenos Aires.

Mechu dice que en esa experiencia el cuerpo se vuelve herramienta: el brazo, la mirada, el movimiento y el entorno entran en juego. Cada mural representa un nuevo desafío. No es lo mismo, aclara, pintar una pared lisa que una rugosa o acanalada, y las condiciones también varían: algunos se hacen bajo el sol del verano, otros en altura. Recuerda especialmente uno que hizo en una escuela de Merlo: 12 metros de alto, tres pisos. El más grande hasta entonces.

Pero más allá de lo técnico, lo que le interesa es la relación con la gente. Pintar en la calle implica exponerse. Al principio, los trazos sueltos generan dudas, no se entiende qué va a aparecer. A medida que el dibujo avanza, surgen reconocimiento, preguntas y sorpresa. “Los primeros momentos son confusos para el observador, hay líneas, trazos, guías. Hay duda o desconfianza. Pero cuando el mural toma forma, empieza el feedback de vecinos y transeúntes, que es divertido y enriquecedor. Se sorprenden de que sea una mujer pintando en la calle.”Mural en una de las sucursales de Farmacity.Mural en una de las sucursales de Farmacity.

Su estilo tiene un sello particular: trazos simples, delicados, formas esenciales y colores vivos. Esa estética está relacionada con su infancia y cómo interpretaba el mundo. “Voy a lo esencial y básico. Los colores vivos transmiten alegría, como cuando era niña y un color te despierta emociones.”

En los últimos años volvió a pintar en su barrio y alrededores, en Ituzaingó y Castelar, lugares conocidos para ella y para quienes se cruzan con su obra. Le gusta que la gente se encuentre con sus trabajos. Dejar una marca en la calle es compartir. “Pintar un mural es expresarme y salir de mí para dejar un mensaje. Generar un pensamiento en quien ve mi arte es un montón, y me encanta.”

El arte rosarino salió del suburbio al mundo

Página 12 – La muestra curada por Guillermo Fantoni da cuenta de la transmisión de saberes entre artistas. Puede verse hasta el 26 de junio en la Fundación San Cristóbal.

El aniversario 120 del nacimiento de Antonio Berni dio pie a múltiples exposiciones en su homenaje, algunas muy vistas y otras que merecen ser descubiertas. Tal es el caso de Travesías: Berni, Gambartes, Grela en la colección Neuman. Con curaduría de Guillermo Fantoni, la muestra puede visitarse hasta el 26 de junio, de lunes a viernes de 11 a 19 en el Espacio Multicultural de la Fundación San Cristóbal (Italia 646, Rosario). 

Doctor en Humanidades y Artes  por la UNR, investigador y profesor titular de Arte Argentino, autor de libros sobre Berni y otros artistas de su tiempo, Fantoni cuenta con una reconocida e impecable trayectoria como historiador del arte, curador y editor, y es especialista en la obra del pintor y grabador rosarino. Cada producción que lleva la firma de Fantoni garantiza un recorrido de lectura sobre cómo lo sensible artístico de la obra se articula con las condiciones culturales de su época. Esto se plasma una vez más en su nuevo y excelente texto de catálogo. 

La decisión curatorial de acompañar las obras de Berni con producciones datadas en períodos cercanos por dos pares jóvenes muy destacados, Juan Grela y Leónidas Gambartes, da cuenta de una sociabilidad entre pintores y de una transmisión de saberes entre tres artistas modernos. El curador cita en su texto de catálogo una entrevista a Berni por José Viñals publicada por una galería de arte porteña en 1975. Ante la pregunta por sus pares pintores, Berni menciona a dos de sus colegas en el mural de Siqueiros de 1933; luego, a los dos que lo acompañan aquí. «Spilimbergo, [Juan Carlos] Castagnino, han sido buenos amigos; muchachos jóvenes también, como Grela y Gambartes en Rosario, gente con la que nos veíamos cotidianamente y compartíamos los mismos o parecidos intereses», responde a sus 70 años; el «muchacho» Grela tenía 61. 

Son, no obstante, ricamente diversas estas «Travesías». Si algo tienen en común los tres artistas es la decisión de emprender cada cual un camino propio, novedoso, fiel a una búsqueda personal. De esta diversidad, de esta «tradición de ruptura» (término de Fantoni) se nutre el arte rosarino, que en el tercer cuarto del siglo XX albergó personalidades poderosas y singulares como estas. Las obras reunidas en las salas de la exposición, seleccionadas por el curador, pertenecen todas a la colección del médico psiquiatra Mauricio Isaac Neuman, quien logró reunir más de 3000 piezas en Buenos Aires, de cuya escena cultural y artística fue un actor clave. A raíz del encuentro de Fantoni con Eliseo Neuman, hijo del coleccionista, surgió la posibilidad de esta muestra, lograda con el vital apoyo de Alfredo Cherara, gestor de las salas de la Fundación San Cristóbal.

En la sala que da a la calle, ocho grabados de Berni, realizados en una original técnica mixta gráfica de gofrado combinado con xilocollage, lo revelan en un aspecto excéntrico, muy poco visitado: no como el creador de Juanito Laguna o Ramona Montiel (personajes situados en escenas urbanas cuyas matrices hechas con desechos se pueden apreciar como parte de la muestra en su homenaje en el Museo Castagnino de Rosario) sino como un viajero que juega con un tema ibérico: la tauromaquia. Del Mediterráneo se trae a Buenos Aires unos exóticos toreros, obispos y damiselas, figuras de ojos hieráticos que sirven de excusa para desplegar una sensual pasión por exhibir lo real del volumen de la materia del papel. También se pueden ver retratos de precisión realista, combinados con diversas materias con las que experimentaba. Estas obras están fechadas a fines de la década de 1960 o a comienzos de la de 1970.

Si Berni, para lograr unos trajes de luces recargados de ornamentos, toma como punto de partida unos materiales encontrados y se pone a jugar con ellos resignificándolos (son estas unas obras muy lúdicas, alejadas del tono grave y hasta trágico de la muestra municipal), Grela por su parte geometriza la figura humana haciendo un uso único de la técnica de la témpera, mientras que Gambartes inventa la fórmula del cromo al yeso para lograr sus «Mitoformas», inspiradas en mitologías de los pueblos aborígenes del territorio. Sus figuras fantásticas, visiones de leyenda, recrean en una técnica experimental y en un lenguaje moderno un acervo precolombino en peligro. Los colores mate evocan la tierra, y las figuras zoomorfas aluden a las que aparecen en el antiguo arte de la cerámica que esas culturas practicaban. Se incluyen en la primera sala, junto a unas tres pinturas en cromo al yeso, dos tintas sígnicas: formas firmes dibujadas a pincel que remiten al arte de su tiempo y a las raíces.

Por su parte, Juan Grela explora los arrabales de la zona sur de la ciudad para conocer a sus habitantes, cuyos rostros mestizos representa con la dignidad humana y la síntesis plástica lograda luego de formarse como autodidacta en el «universalismo constructivo» de Joaquín Torres García. Pero no se queda en el cómodo lugar de discípulo del maestro moderno uruguayo, sino que elabora su propio lenguaje visual y poético, en el que deviene maestro de maestros a su vez. La geometrización, en las cuatro pinturas de Grela que se exponen en la antesala, parte de una imagen figurativa reconocible pero no la enfría ni la diluye, sino que intensifica su carácter y expresión, llevándolo a un nuevo mundo de fantasía. La boina de un personaje de perfil semeja un pájaro echado en su cabeza; una mujer menuda parece comprimirse en un rectángulo. Un caballo junto a un árbol irradian una gracia cercana a lo «ingenuo», como si Grela tratara de desandar el camino académico. Es bajo una especie de llovizna de colores quebrados (tierras o violetas oscuros, penumbrosos verdes) como condensa la vida en los barrios del sur de Rosario allá por 1958. 

«Esta exposición homenajea al artista, pero también es un tributo a Rosario, a la ciudad que albergó, entre 1920 y 1936, su primer ciclo creativo», afirma el curador en referencia a Antonio Berni. Adentrarse en las otras salas de la muestra permite acceder a tesoros pictóricos de aquella época, a sus vistas metafísicas de los arrabales que serían luego eclipsadas por el surrealismo del viaje a Europa. Lo que vemos aquí es un Berni joven, antes del giro copernicano europeo; al Berni paisajista por quien expresó admiración (H)Erminio Blotta en su artículo de 1925. El rosa de un rancho, la materia de la maleza, prefiguran gestos posteriores y contrastan con la mirada tan distinta de Juan Grela sobre los confines, plasmada en un biombo casi abstracto con una paleta reducida a tres colores. Grela condensa rostros en una témpera de 1968 con una línea que es casi una escritura. Y hay otro Grela más, surrealista y casi final, como si los caminos de él y de Berni se cruzaran en las travesías por su siglo. Es fascinante seguir a Gambartes, quien pasa de retratar en un registro realista el suburbio de Rosario a zambullirse en un mundo rural y aborigen. Se asemejan el color y la composición, pero él es otro. De nuevo el exquisito trazo a tinta deja huella genuina de su exploración. Son tres aventuras, tres hombres de su tiempo. Y son de acá.  

Sobrevivió a un terremoto devastador, perdió todo y transformó el dolor en arte

Fuente: Clarín – La historia del colombiano Jorman Gutiérrez es un ejemplo de superación. El reconocido artista argentino Guillermo Roux impulsó su carrera. Hoy el pintor, de 30 años, exhibe sus obras en la Casa del Bicentenario.

El día que la tierra tembló, él agarró un lápiz. El 25 de enero de 1999, un terremoto de 6.2 grados sacudió Armenia, en el corazón del eje cafetero colombiano. Tenía apenas cinco años, pero ese día algo se movió también por dentro. Mientras afuera se contaban muertos y se levantaban escombros, Jorman Gutiérrez (30) agarró un ladrillo y comenzó a dibujar en el suelo de lo que antes era su casa. “Era mi forma de entender lo que pasaba”, diría años después. Hoy, sus obras cuelgan en la Casa del Bicentenario, en Buenos Aires. En ellas, aún vibra el eco de ese primer temblor.

A los tres años, Jorman y su hermano menor tuvieron que vivir su primer temblor: fueron abandonados por su madre en un basurero. “Yo abrazaba una mochila celeste con la carita del Pato Donald. Era donde tenía mis cosas. Mi abuela nos encuentra. Y ve a mi hermano comiendo de la basura. Nos lleva a su casa y llama a mi papá, que vivía en otro lugar porque iba a trabajar para poder darnos de comer”, recuerda. Un año después, en 1999, el terremoto de Armenia, Colombia, sacudió su vida para siempre.

“El terremoto vino cuando tenía cuatro años. En un minuto se destruyó por completo toda la ciudad. No hubo tiempo de reacción, ni ayuda, ni hospitales, nada. Quedamos completamente solos. Mi abuela sobrevivió muy golpeada. Mi hermanito perdió los dedos de la mano. Mi papá se entera de casualidad. Vivía en otro pueblo para poder mandarnos comida. Cuando se entera, viene corriendo y se lo lleva. Se suben al primer helicóptero que llega, que estaba cubriendo un partido de fútbol”, revive.

Jorman quedó con su abuela, a la intemperie. Vivían en la calle. Estuvo varios días ciego: “El polvo me invadió los ojos. Mi abuela me vendaba con una tela y me ponía gotas de agua de panela, un té muy común con caña de azúcar que se suele hacer en Colombia. Así me fue limpiando los ojos de a poco”.

Ese polvo, que le impidió ver durante días, también lo protegió. “Creo que tuve suerte porque no vi el dolor, la sangre. Recuerdo que lo vi borrosamente a mi hermano cuando mi padre lo levanta. Incluso hice una reconstrucción de eso en Buenos Aires”.Jorman con los retratos de Alicia en el País de Las Maravillas, en los que plasmó el rostro de sus sobrinas. Foto Juano Tesone Jorman con los retratos de Alicia en el País de Las Maravillas, en los que plasmó el rostro de sus sobrinas. Foto Juano Tesone

En medio del caos, apareció el dibujo. “Cuando me recupero, empiezo a dibujar en el suelo con pedazos de ladrillo rojo. Dibujaba con lo que quedara. Así me supe meter en un mundo propio. No sé si era para ignorar el drama, pero nació algo intuitivo en mí”, dice. No recuerda qué fue lo primero que dibujó. “Mi abuela decía que me la pasaba rayando. No lo sé. Monigotes, tal vez”, agrega.

Cuando la ciudad se fue reconstruyendo, las casas que quedaban en pie se usaban como escuelas. “Iba con muy poco a tomar clases alrededor de todas las ruinas. Tiempo después, mi papá nos lleva a la ciudad de Ibagué. Ahí crecí un poco más. Todo ese tiempo del terremoto vivimos en la calle”, remarca.Las mujeres de la vida de Jorman aparecen en su obra. Foto Juano Tesone Las mujeres de la vida de Jorman aparecen en su obra. Foto Juano Tesone

En Ibagué, Jorman y su padre trabajaban. “Mi papá empieza vendiendo limones, después mangueras a crédito. Me llevaba con él. Más adelante, mi abuela me regala unos lápices. Empiezo a dibujar. Tengo muchos recuerdos de eso. Una anécdota que me marcó fue que en la escuela le pidieron óleo para pintar. Pero yo no tenía nada porque no teníamos plata, entonces todos mis compañeros me dieron un poco de sus colores. Así armé una paleta y pinté unos loros muy coloridos. Se perdieron, pero los hice gracias a ellos”, explica a Clarín.

El entorno de su infancia fue clave: “Crecí en un lugar completamente mágico. Colombia es selvática, con montañas, orquídeas, flores, animales por todas partes. Eso me marcó. De ahí viene el color de mis pinturas».Su padre y su hermano, en una obra que recuerda el terremoto. Su padre y su hermano, en una obra que recuerda el terremoto.

A los 19 años llegó a Buenos Aires. El reconocido artista plástico Guillermo Roux vio sus acuarelas y lo invitó. “Fue un cambio de universo. De un pueblo con una iglesia, un museo y un hospital, a una ciudad con millones de personas. Roux tenía un taller. Me decía que dibuje, que use modelo vivo, y que le muestre lo que hacía. Y eso hice. Iba a los museos. Conozco casi todo el patrimonio nacional”, afirma.

Nunca dejó de estudiar. “Siempre fue intuitivo. Me iba a la biblioteca. Leía sobre Rembrandt, Rubens, Caravaggio. Me di cuenta de que pintar era un trabajo, y me lo tomé en serio. Nunca descansé. Todos los días dibujo. Hago sesiones de 16, 18 horas. Siempre tengo una libreta a mano. Lo que veo, lo que me inspira”, explica intentando buscar la libreta que había dejado en un banco durante la charla con este diario.Desbordante de color. La obra del artista. Foto Juano Tesone Desbordante de color. La obra del artista. Foto Juano Tesone

Cuando le dijo a su padre que quería ser pintor, José Gutiérrez García, un hombre del campo, le respondió: “Yo apoyo lo que hace y que sea lo que usted quiera”. Ese sostén fue todo. “Mi papá confió en mí. Se sorprendía con lo que hacía. Y así, de a poco, ocurrió todo y terminé aquí”, se enorgullece.

Y también conoció el amor. Cristina. “Cuando la vi por primera vez, me di cuenta de que sus ojos eran muy grandes y su cabello muy ondulado. Me hablaba y yo solo miraba sus ojos y su cabello. En un momento me dice: ‘¿Me estás escuchando?’. Y le digo: ‘No, es que tu cabello es para pintar como un cuadro de Boldini’”.El entorno exuberante en que creció se refleja en su colorida obra. Foto Juano Tesone El entorno exuberante en que creció se refleja en su colorida obra. Foto Juano Tesone

Desde entonces, no se separaron. “Tenemos muchas cosas en común. Amamos el arte. Tenemos una parte filantrópica donde ayudamos a instituciones, becamos muchos niños en nuestra academia. Cuando tuvimos la posibilidad, decidimos ayudar”, cuenta.

Las figuras femeninas que habitan los cuadros de Jorman Gutiérrez miran al espectador con una intensidad que interrumpe cualquier distracción. Son personajes históricos, mitológicos o literarios, pero también son presencias transformadas: no son retratos, son ficciones donde pone los rostros de las mujeres de su vida.

“No me encargo de retratar como algo copiado, sino de transformar en un personaje, como que trascienda, que sea alguien más”, dice Jorman. En su exposición actual, Pandora es uno de los rostros que más lo representa. “Pandora fue creada por Zeus como una especie de venganza para la Tierra… cuando abre la caja, salen los males: la enfermedad, el odio, la vejez. Lo último que había era la esperanza. Este cuadro lo terminé a fines de 2019, justo cuando comienza la pandemia”, rememora.Gutiérrez llegó a la Argentina a los 19 años. Foto Juano Tesone Gutiérrez llegó a la Argentina a los 19 años. Foto Juano Tesone

Su última exposición, «Eternas: Rostros del Mito, la Historia y la Imaginación», seguirá en la Casa del Bicentenario hasta el 15 de junio. En la muestra también se exhiben Ophelia, pintada en 2018, y Madame Butterfly, de 2021. Cada una representa una figura del imaginario colectivo, ficcionalizada por Jorman.

“Parte de la importancia del arte es comunicar, enseñar. Todas tienen miradas distintas. Algunas están perdidas. Ophelia, por ejemplo, está suspendida entre las flores, en el momento en el que la posee una locura serena. Ella se va al bosque, canta, recoge flores, cae a un río y muere. Es el drama de Shakespeare. Pero yo creo que ese dramatismo también se puede tornar hermoso”.

La mirada, para él, es clave. “Yo tengo en mi mente cómo quiero que la figura mire al espectador. Hoy el tiempo frente a una obra de arte es muy valioso. Nuestro tiempo de atención es cada vez más corto. Pero si te interceptan estas miradas, vas a querer dedicarles más tiempo. Por eso me interesa”, reflexiona. Cuando se le menciona si esta obsesión puede tener que ver con una vivencia infantil, responde: “Es fuerte. Mirá, yo creo que es un buen paralelismo”.

Hoy, en cada mirada de sus cuadros, hay algo más que belleza o dramatismo. Hay memoria. Hay infancia. Hay polvo, esperanza, y ese instante fugaz en el que el dolor también puede transformarse en arte. Pasaron más de dos décadas desde aquel dibujo hecho tras el terremoto. Y sin embargo, algo late igual en cada obra de Jorman: la necesidad de narrarse para no perderse. Porque hay historias que vale la pena contarlas otra vez.

Los ojos de Alejandra Fenochio y la mirada de lo urgente, en el Bellas Artes

Fuente: infobae – La artista porteña presenta la muestra “Ahora”, una serie de pinturas realizadas desde 2001 que ponen el foco en la realidad social de las calles porteñas, un paisaje urbano no siempre cómodo para visibilizar

“Las personas que viven en la calle nunca son anónimas. Son su familia, sus vecinos, sus amigos artistas”, dijo Ana Longoni, curadora junto a Carlos Herrera, de la muestra pictórica Ahora, que presenta obras que Alejandro Fenochio realizó desde 2001, en el segundo piso del Museo Nacional de Bellas Artes.

Ahora es un espejo de estos tiempos, que representa un fenómeno social que busca ser invisibilizado en pos de mantener limpia y ordenada a la Ciudad, una representación del paisaje urbano que incomoda. En sus cuadros, Fenochio (Buenos Aires, 1962), por ejemplo, se sitúa en esquinas reconocibles de Constitución o Retiro, barrios plenos de no-lugares, que son transitados por miles cada día.

Ese devenir constante de humanidades genera que lo que sucede allí solo sea registrado por aquellos que se detienen para observar y en eso, la artista, se destaca al componer de manera sensible un estado de crueldad.

Algunos protagonistas observan de frenteAlgunos protagonistas observan de frente al espectador, atestiguan su existencia, otros se evaden hacia distintas direcciones o, incluso, lucen perdidos, ensimismados

Hay en las piezas una constelación de miradas perturbadoras, el temor y la angustia, la desconfianza y el vacío. En esos ojos abismales que refulgen se encuentra el corazón de cada obra, ya que de esos puntos se desprende las emociones y la escenografía que los rodean.

Algunos protagonistas observan de frente al espectador, atestiguan su existencia, otros se evaden hacia distintas direcciones o, incluso, lucen perdidos, ensimismados. En los ojos que representa Fenochio están los suyos propios.

La artista utiliza la pintura acrílica, quizá por cuestiones presupuestarias, pero también, por qué no, políticas, para estas producciones que evidencian las problemáticas sociales y humanas en lo urbano.Visitantes observan "La belleza delVisitantes observan «La belleza del reflejo de la luna llena en un tacho de helado vacío» (2012)

Fisuras, les dicen. Una palabra que en sí define a una grieta, una ruptura en un espacio físico, y que tuvo, sincrónicamente, un cambio léxico-semántico. Ya no es en sí esa rotura, sino los rotos, las personas que, ante la descomposición social, se vieron obligadas a ocupar el espacio público.

La práctica no es nueva. A finales del XIX, aquellos que no tenían hogar dormían en los caños pluviales de la empresa francesa A-Torrant, y popularmente se los llamó “atorrantes”, como también “irse a los caños” era estar en la quiebra económica. Pero en fisura hay una descripción aún más cruel, porque se invisibilizan las razones, se omite la variable causa-consecuencia, para operar sobre los sujetos. Estos fisuras, parece, no es que no tienen donde dormir, sino que toman el territorio que no les pertenece por motu propio y, en ese acto, tienen la osadía de desenmascarar la destrucción de un tejido social que no sería tal y, por ende, deben ser borrados del paisaje.

Esos fisuras, que son utilizados por políticos en redes sociales y propaganda en sus campañas legislativas para revelar el abandono de la ciudad, componen el corazón de la muestra de Fenochio, quien en su trabajo es discursivamente directo.Frente a la sala principal,Frente a la sala principal, una serie de obras de obras en pequeño formato

El título de la exhibición no podría ser más oportuno y, en tiempos de muestras, en museos y galerías, sobregiradas en otras agendas sociales, el gesto de evidenciar la emergencia de un hoy, urgente, de ahora, es una señal de que el arte tiene aún, ahora, posee el poder de seguir generando sentidos, miradas, no solo desde lo conceptual sino también como objeto comunicacional, como elemento integrador de una sociedad.

Desde lo curatorial, la muestra está comprendida por cuatro espacios; tres de ellos dialogan sobre el pasillo que da acceso a la sala principal que se encuentra a oscuras y que está compuesta por grandes pinturas callejeras nocturnas que previamente fueron exhibidas en un lugar nada convencional: el puente transbordador Nicolás Avellaneda, que une La Boca con la Isla Maciel.

Fenochio colgó estas telas en julio de 2023 con la intención de dejarlas allí unas pocas semanas, pero permanecieron casi dos años. Durante ese tiempo, las obras ingresaron en la vida del barrio, generaron conversaciones y adquirieron un carácter casi sacro para quienes cruzaban el puente diariamente. En marzo de 2025, al desmontarlas, los vecinos expresaron su apego por las obras: “Se habían ‘aquerenciado’ de mis pinturas. Me abrazaban y se quedaban conmigo hasta el final”, relató la artista.En la muestra también seEn la muestra también se presentan una serie de retratos con una fuerte presencia de lo natural

En esa sala, la casi oscuridad se ve interrumpida por fogonazos lumínicos, como el que se produce cuando los faros de un auto o un colectivo, de golpe, se encuentran con las retinas en las calles. Un instante enceguecedor, como metáfora de esta invisibilidad de los no-lugares, pero que al desaparecer desvelan que el paisaje urba-humano está allí.

Hay también una gran presencia de perros, enojados algunos en la lucha por la comida, compañeros otros de las personas que descansan en veredas, algunos que corretean como custodios junto al carrito de un cartero, la mayoría sin raza reconocible o raza argentina callejera.

Unos pocos, como en “El gato y el ratón” (2015), tienen pedigree. Allí, un pequeño caniche le gruñe a un hombre que intentaba dormir en un colchón sobre el piso, a un costado de un supermercado, mientras otro mea sobre la pared, siendo llevado el primero con una correa por una propietaria sin rostro reconocible, sin ojos.“El gato y el ratón”“El gato y el ratón” (2015)

En el pasillo previo a la sala principal pueden observarse una serie de retratos coloridos, desnudeces rodeadas por la naturaleza, como pequeños cuadros florales y frutales; también una serie de pinturas en pequeño formato que temáticamente dialogan con la serie principal y, sobre uno de los costados, la serie de las “Naipas”.

En estas, la artista propone un juego de cartas feminista que creó durante 2016, mientras cuidaba a su padre hospitalizado. Estas naipas, impresas por primera vez para la muestra, representan una política feminista del cuidado y la creación en el tiempo disponible.De la serie "Naipas" De la serie «Naipas»

Fenochio se formó en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y como discípula de grandes referentes como Luis Felipe Noé, desarrolló su carrera entre la escena artística del under porteño de los 80 y la colaboración en proyectos de arte político junto a figuras como León Ferrari y colectivos como el grupo Etcétera. Desde su casa-taller en La Boca, donde vive desde hace 30 años, consolidó un enfoque en el que la práctica artística se enlaza con un fuerte compromiso social y comunitario.

La exposición no es solo una muestra de décadas de trabajo, sino también un desplazamiento que coloca en el centro de la escena a lo cotidiano y social, un tema con una extensa tradición en el arte argentino, desde Sin pan y sin trabajo (1894), de Ernesto de la Cárcova, pasando por Los Artistas del Pueblo, en la década del 20 y 30 del siglo pasado, y las derivas de la Mutualidad de Estudiantes y Artistas Plásticos rosarina, con Antonio Berni a la cabeza, del 30 para adelante.

*“Ahora”, de Alejandra Fenochio hasta el 8 de junio, en el MNBA, Av. del Libertador 1473. De martes a viernes, de 11 a 19:30, y sábados y domingos, de 10 a 19:30. Entrada gratuita, pero se puede contribuir de manera voluntaria para su mantenimiento con un dispositivo de autogestión ubicado en el hall de acceso. También se puede visitar, las temporarias Porter-Camnitzer. Los años del New York Graphic Workshop; Benveniste/Rodríguez. Percepción e ilusión y Museo secreto.

arteCo celebra siete años: Un recorrido por la feria que une tradición y modernidad

Fuente: Clarín – La feria celebra siete años con una propuesta renovada en la Galería Colón de Corrientes. Con 27 galerías, 36 artistas y la participación de Brasil y Paraguay, el evento promete ser un hito cultural. La feria no solo muestra arte, sino que impulsa el desarrollo económico y creativo en la provincia.

Corrientes tiene chipá, payé, chamamé y una feria de arte que este año cumple siete años de vida y que, pese a su corta edad, ya se consagró como una de las fechas obligadas en el calendario de coleccionistas, galeristas y artistas. arteCo se llevará a cabo entre el 22 y el 25 de mayo en el restaurado edificio de la Galería Colón, donde funcionó el Gran Cine Colón, en el corazón de la capital provincial.

Para la séptima edición confirmaron su participación 27 galerías, que exhibirán a 36 artistas individuales, y 23 proyectos y colectivos de Argentina, Brasil y Paraguay. A diferencia de otras ferias que se sostienen a través de fundaciones u organizaciones privadas, arteCO es realizada y solventada por el Instituto de Cultura de Corrientes, a cargo de Beatriz Kunin.

arteCO es realizada y solventada por el Instituto de Cultura de Corrientes, a cargo de Beatriz Kunin. Foto: Guillermo Rodríguez Adami.arteCO es realizada y solventada por el Instituto de Cultura de Corrientes, a cargo de Beatriz Kunin. Foto: Guillermo Rodríguez Adami.

Sentada en una oficina de la sucursal porteña del Banco de Corrientes, conversó con Clarín sobre la inminente feria, que el pasado 5 de mayo fue presentada en la Ciudad de Buenos Aires.

–Es la primera feria que organizas desde que estas al frente del Instituto de Cultura de Corrientes. ¿Cómo llevas el proceso?

–Bien, yo hace muchos años estoy en contacto con el Instituto porque mi marido estuvo al frente hasta el 2008. Entonces yo siempre lo viví de cerca, y el arte siempre me atrajo. Nosotros, desde que llegamos a Corrientes comenzamos a comprar obras sin considerar el valor que tenían en sí mismas, sino que nos gustaban para convivir, que esa era la condición. Viene mucho trabajo, son muchas acciones, muchas frentes, muchas áreas, porque el Instituto tiene casi 300 personas trabajando. Tenemos las orquestas, los ballets, 16 museos a nuestro cargo en la capital y en el interior. Trabajo por una política más federal dentro de la provincia. Hago, por ahí, menos acciones en capital, pero trabajamos mucho en el interior provincial.

–¿Y a arteCo le pudiste también poner esa mirada federal hacia dentro de la provincia?

–Sí, también. Pero también viajamos a Curitiba, hicimos un convenio, recibimos una donación superimportante de una gran artista, directora del Museo de Bellas Artes de Curitiba, para el nuevo Museo de Arte Contemporáneo que vamos a abrir. Y, hasta ahora, siempre nos acompañaban en la feria galerías de Paraugay y este año vienen de Brasil y también de Uruguay.En solo seis ediciones ArteCo consiguió posicionarse como de las mejores del país. Foto: gentileza ArteCO.En solo seis ediciones ArteCo consiguió posicionarse como de las mejores del país. Foto: gentileza ArteCO.

–La novedad que también tenemos este año en arteCo es la locación, que viene cambiando todos los años.

–Este año tenemos un cine. Es un viejo cine, muy tradicional, que estuvo cerrado muchísimos años, que después la propiedad la adquirió una empresa y la reformó para hacer un shopping, una galería, ubicada en el centro de la ciudad, a una cuadra de la peatonal, a diferencia de los otros shoppings que son alejados del centro. La locación la tuvimos que buscar este año y fue muy difícil conseguirla, porque el año pasado fue el puerto, que era un lugar muy lindo, pero por suerte este año el puerto está lleno de contenedores, hay muchísimo trabajo, así que no se podía usar y de ninguna manera yo pretendía que movieran eso, porque es una actividad comercial muy importante. Y el año anterior, que fue en la ex usina, también hacía falta muchísimo trabajo para ponerla en valor; es un edificio divino, pero lleno de vidrios, hay que reponer toda la electricidad. Este año es una galería que tiene cinco plantas, que estaba sin terminar, con muchísimas comodidades, porque hasta tiene un ascensor camillero, por si pasará algo, tiene todas las cosas, escalera mecánica, que va a ser una novedad en Corrientes para la gente, y que tiene sanitario en todos los pisos. Venimos trabajando hace más de un mes en ponerla a punto porque eso estaba cerrada. Pero la empresa dueña, con muchísimo compromiso, está terminando lo que es su parte y nosotros trabajando en el resto, porque tenemos 4000 m2 ahí.

–¿Cómo trabajaron la selección de galerías, la curaduría? Las últimas ediciones se vio un fuerte arraigo en los temas locales

–Eso es de acuerdo a la presentación de cada uno. Existe siempre un arte regional en esto y, sobre todo, las galerías paraguayas tienen una impronta muy regional. El resto es diverso, porque las galerías del Chaco, que tienen mucha gente joven, es diferente. Así que hay un mix de todo un poco.

–Hablaste de las galerías paraguayas, que ya son un clásico, y se suman Brasil y Uruguay. ¿Qué puedes adelantar de esas propuestas?

–De Uruguay es una artista que se llama a Paloma Szkope, que originariamente es correntina y vive allá en La Paloma y que hace mosaiquismo. También tenemos una galería argentina que viene de San Juan, que también tiene una galería en Punta del Este. Así que son dos, de alguna manera, que vienen de Uruguay. Y después Brasil y muchas provincias argentinas.arteCO es realizada y solventada por el Instituto de Cultura de Corrientes, a cargo de Beatriz Kunin. Foto: Guillermo Rodríguez Adami.arteCO es realizada y solventada por el Instituto de Cultura de Corrientes, a cargo de Beatriz Kunin. Foto: Guillermo Rodríguez Adami.

–¿Ustedes dan alguna indicación a las galerías de precios como, por ejemplo, que tienen que tener obra a precios accesibles?

–Siempre tratamos de aconsejar, para que puedan vender, que los valores estén relacionados con el poder adquisitivo de quienes concurren. Y creo que la intención de las galerías o de los artistas es hacerse conocer, poder movilizar su patrimonio, su acervo, de alguna manera. Y que por eso se vende mucho. El año pasado se vendieron más de 350 obras durante la feria. Después de eso se siguió vendiendo, porque hay quienes se habían quedado sin obras y vendieron después. Así que es una actividad que genera una circulación económica importante, es un generador de ingresos para la ciudad, para la provincia, y para los artistas, por supuesto. Nosotros no cobramos ningún tipo de porcentaje por estar ahí. Al contrario, les proveemos el espacio gratuitamente, la energía gratuitamente y hemos armado absolutamente todo como para que todos vengan y su único costo sea su traslado y traer su obra, nada más.

–¿De qué otra manera está incidiendo arteCo en la escena artística local? Esta es la séptima edición, ¿cómo vos viste que haya cambiado?

–Creo que tenemos ya un nombre nacional. Porque de los últimos años que estuve en la feria de Salta, por ejemplo, Corrientes tiene un nombre instalado. Muchos artistas que se presentaron no los pudimos aceptar porque no teníamos más espacio físico. Hubo mucha más demanda que otros años. Había una limitación que estaba dada por lo físico y también por la seguridad de los espacios. Porque podemos seguir sumando muchos más, pero todos requieren de una preparación del espacio y de una seguridad para que estén.

–¿Y hay mercado de arte local? ¿Hay coleccionistas?

–Hay muchos coleccionistas. Tenemos el grandísimo honor que nos visiten grandes coleccionistas argentinos con mucho nombre y que también han sido grandes aportantes a nuestros artistas locales, grandes adquirentes. Ellos mismos han generado un movimiento importante y traen también gente, es un modo que tenemos también de colocar obras de nuestra región en Buenos Aires, donde el mercado es totalmente diferente. Pero al mismo tiempo en Corrientes existen muchísimos coleccionistas. Tal vez tapados hasta que empezó esto de la feria. Pero todos somos coleccionistas de alguna manera. La pequeña obra que vos te compres y tengas en tu casa, también te hace ser un coleccionista. Algo que no sabemos si tiene un valor económico importante o no, pero es una obra con la que vos compartís y vivís tu vida diariamente. Pero sí, tenemos grandes coleccionistas de obra muy valiosa.

–¿Habrá alguna sorpresa que imaginás que va a hacer ruido este año?

–Vamos a tener un artista nacional muy conocido el día viernes 23, que va a actuar para todos en el Museo Bonpland, ubicado en la costanera de Corrientes. Y el cierre de la feria vamos a hacer un espectáculo gratuito.En solo seis ediciones ArteCo consiguió posicionarse como de las mejores del país. Foto: gentileza ArteCO.En solo seis ediciones ArteCo consiguió posicionarse como de las mejores del país. Foto: gentileza ArteCO.

–¿Cómo vienen las obras del Teatro Vera y del Museo de Arte Contemporáneo?

–El Teatro Vera tiene fecha para su inauguración oficial el 8 de julio. Estuvimos un poquito atrasados con el tema de la parte de iluminación y sonido, pero producto de los cambios arancelarios de Trump y ahí se nos demoró el despacho. Tendrá su velada de gala el 8 de julio. Y el Museo de Arte Contemporáneo, la obra civil está sumamente avanzada. Estamos en este momento en la curaduría de las obras.

–¿Qué colección va a exhibir?

–Es una colección de arte contemporáneo que va a contener parte de obra donada por un pintor que es Luis Niveiro, que es obra propia y obra que recibió en canje con otros artistas. Parte de la colección del Museo de Bellas Artes de Corrientes, que es arte contemporáneo y que tenemos que mandar ahí porque como todos los museos, la mayor parte de las obras está guardada.

Día Internacional de los Museos en Buenos Aires: la programación completa de visitas y exposiciones

Fuente: La Nación – El Ministerio de Cultura de la Ciudad concentrará la conmemoración el sábado 17 de mayo, ya que los museos permanecerán cerrados el domingo 18 por las Elecciones Legislativas porteñas


Cada 18 de mayo de celebra el Día Internacional de los Museos, y en la edición de 2025 el Consejo Internacional de Museos (ICOM) propone reflexionar sobre el presente y el futuro del quehacer museístico bajo un lema distinto. En 2025, “El futuro de los museos en comunidades en constante cambio” convoca a recorrer pasillos, talleres y salas que ponen en diálogo arte, patrimonio y público en un mismo espacio.

El Ministerio de Cultura de la Ciudad reagendó la conmemoración el sábado 17 de mayo, ya que los museos permanecerán cerrados el domingo 18 por las Elecciones Legislativas porteñas.

Museo Fernández Blanco sede Palacio Noel
Museo Fernández Blanco sede Palacio Noel

Recorrer un museo porteño en este es una excelente oportunidad para celebrar el arte implica, también, reconocer su poder para unir comunidades y proyectar el patrimonio hacia futuros inciertos, pero siempre compartidos.

Recorridos guiados y talleres (sábado 17 de mayo)

Museo Sívori (Av. Infanta Isabel 555, Parque Tres de Febrero)

  • 14 – Sábados creativos: recorrido guiado y taller (con inscripción previa)
  • 17 – Visita guiada para todo público

Museo Saavedra (Crisólogo Larralde 6309)

  • 12 y 17 – Visitas guiadas

Casa Fernández Blanco (Av. Hipólito Yrigoyen 1420)

  • 14 y 17 – Recorridos con mediación
Museo Larreta. Azulejos. Nicolás Rodríguez
Museo Larreta. Azulejos. Nicolás Rodríguez

Museo del Cine (Agustín R. Caffarena 51)

  • 16 – Visita comentada a la colección permanente

Museo Larreta (Av. Juramento 2291)

  • 15 y 17 – Recorridos temáticos

Museo Fernández Blanco. Sede Palacio Noel (Suipacha 1422)

  • 16 – Visita a espacios históricos

Museo Esculturas Luis Perlotti (Pujol 644)

  • 17 – Recorrido guiado por la colección permanente
Museo del Cine
Museo del Cine

Exposiciones destacadas

Museo Larreta

  • Nicolás Rodríguez y la colección de azulejos que dialogan con el patrimonio porteño, resaltando técnicas centenarias y diseños vanguardistas.
  • Intervenciones mínimas IV. Obras de Laura Echenique, Florencia Echevarría y María del Rosario Farías que se funden con la arquitectura original para cuestionar la forma de exhibir arte.

Museo de Arte Popular José Hernández

  • Platería argentina, una pasión. Un siglo de coleccionismo. Selección de piezas clave de Carlos Daws y Oscar Collazo, desde el Virreinato hasta el diseño actual. Dirección: Av. del Libertador 2373.
Museo de Arte Popular
Museo de Arte Popular

Museo Sívori

  • La lucidez geométrica: grabados y monocopias de Alicia Orlandi. Una mirada intensa al informalismo y el arte cinético a través de grabados precisos.
  • El aire vacilaba a su alrededor. Once artistas latinoamericanas proponen instalaciones que cuestionan nuestra percepción del espacio.

Museo de Esculturas Luis Perlotti

  • Luba Lisenberg: encuentro entre dos dimensiones. Esculturas y collages que combinan lo pictórico con la tridimensionalidad en clave psicológica.

Datos útiles

  • Horarios generales (Museos BA): lunes, miércoles, jueves y viernes 11–19; sábados, domingos y feriados 11–20; martes cerrado.
  • Entrada: general $1500; extranjeros no residentes $7500 (Museo Sívori: $2500/$9000). Miércoles gratuito. Jubilados, estudiantes, personas con discapacidad y menores de 12 años sin cargo.
  • Detalles del ICOM sobre el Día Internacional de los Museos: icom.museum.
  • Sitio oficial Museos BA: buenosaires.gob.ar/museos.

La sudafricana Marlene Dumas se convirtió en la artista mejor paga del mundo: US$13,6 millones por una pintura

Fuente: TN – En la subasta de Christie’s, en Nueva York, se pagaron 13,6 millones de dólares por una pintura suya de 1997.

Temporada alta de noticias en las principales subastas de arte del mundo, y dos que se destacan hasta ahora por su singularidad. La primera, el fracaso de la escultura de Giacometti, Gran cabeza delgada, valuada en 70 millones, que se quedó sin comprador el martes pasado en Sotheby’s.

La segunda, más feliz, tuvo lugar en el remate de Christie’s, en el Rockefeller Center de Nueva York, donde la obra Miss January, pintada al óleo en 1997 por Marlene Dumas, se vendió por 13.635.000 dólares, convirtiéndola en la artista viva más cotizada del mundo.

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En el mismo remate se pagaron más de 23 millones por un precioso tríptico de Jean-Michel Basquiat, Baby Boom, más de 47 millones por un raro Mondrian de 1922 y más de 40 por un Monet. Con Miss January, Marlene Dumas corrió del podio a Jenny Saville, la artista que había obtenido el precio más alto hasta ahora.

El tríptico "Baby Boom", de Jean-Michel Basquiat es exhibido en Christie's en New York, en la previa de la subasta. (Foto: REUTERS/Kylie Cooper)
El tríptico «Baby Boom», de Jean-Michel Basquiat es exhibido en Christie’s en New York, en la previa de la subasta. (Foto: REUTERS/Kylie Cooper)

El récord anterior de Dumas había sido de 6.3 millones por su obra The Visitor, vendida en la competidora Sotheby’s en Londres, en 2008. Miss January llegó a remate desde la colección de la familia Rubell, creada en 1964 en Nueva York. Es la colección que construyeron los hermanos de Steve Rubell, dueño de la legendaria discoteca Studio 54.

Dumas tiene 71 años y es sudafricana, aunque vive y trabaja en Ámsterdam. Desde allí construyó una obra célebre por sus retratos turbulentos, muchos inspirados en fotografías encontradas. Retratos de vivos y muertos, desnudos de cuerpo entero, embarazadas, bebés, mujeres, parejas. Su entrada en el catálogo del MoMa cuenta sobre la organización de su trabajo, en cuadernos de imágenes que guardan años de investigación. Fotos periodísticas, noticias recortadas, imágenes de amigos y familiares, fotogramas de películas. Dice que la decisión de pintar a partir de fotografías es política: quiere que sus imágenes estén arraigadas en la realidad. “La pintura trata del rastro del tacto humano”, ha dicho la artista que hoy ocupa los titulares por su sacudón en el mercado del arte.

Dumas es conocida por sus retratos psicológicamente complejos, a menudo basados en fotografías encontradas, que exploran temas como la sexualidad, raza, duelo, maternidad y el cuerpo.