Fuente: Clarín – Su casa es su museo, devenido showroom, donde exhibe su arte en cada rincón: piezas únicas de vidrio soplado, baldosas decoradas y cuadros, muchos cuadros, que pintó a lo largo de su carrera. Porque Ana Manghi, su autora, reconocida por sus diseños en vidrio, es ante todo artista plástica.
Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y en la Cárcova. “Pinto y creo desde los 6 años, cuando me anotaron en la Escuela de Bellas Artes. Desde muy chica tuve habilidad para dibujar, para pintar, para las manualidades. Hice talleres, clínicas. Mi formación me habilitó a saltar de una especialidad a la otra. Y aunque podría haber trabajado como profesora, nunca me dediqué a la docencia”, aclara.
Ana llama “piezas” a sus diseños escultóricos, de vidrio soplado. Odia la palabra “florero” y se refiere a su obra por su singularidad, más que por la utilidad que puede llegar a tener. “El vacío es más hermoso que cumplir una función. Estas son piezas fulgurantes. Completan el espacio. Quedan lindas solas, despojadas. No necesitan tener una flor adentro. Es mejor vacía que rellenada con algo que distorsione la imagen. El vidrio siempre fue lujo, desde sus orígenes. Refleja, transforma la visión.”Diseños de vidrio soplado de la artista plástica, Ana Manghi. Foto: Gentileza Ana Manghi.
Una colección de candelabros “soplados también” y una serie de piezas pintadas al fuego y objetos decorativos, realizados artesanalmente con la técnica de vitrofusión, que funde vidrio en un horno mediante diferentes tipos de programas, completan su trabajo.
Hace 20 años hacía baldosas de vidrio, guardas, ventanas y revestimientos para baños y cocinas que vendía en vidrierías y casas de deco. Ahora se especializa en esta técnica milenaria, famosa de la artesanía en vidrio, que ha evolucionado al punto de permitir crear las formas más exóticas.Piezas sopladas de Ana Manghi. Foto: Gentileza Ana Manghi.
El soplado es un trabajo meticuloso, que consiste en soplar e inyectar aire a través de un tubo metálico, para generar burbujas interiores y dar volumen. Así se consiguen realizar desde lámparas hasta objetos de decoración que pasan por varios talleres. Después del soplado viene el cortado, luego el pulido y por último, el graneado, donde se graba la firma, ya que se trata de diseños de autor. “No es fácil el proceso. No es soplar y hacer botellas. Es prueba y error”, admite Ana.
¿Resultado? “Busco lo más provocador, lo más bizarro. No todo lo que hago es tendencia. Surge la idea y la plasmo. Con vidrio se pueden realizar objetos con mucha personalidad, fuertes, que se distinguen, trascienden y le dan carácter al lugar donde se habita. No pasan inadvertidos. Interpelan al que los ve. Marcan presencia e imponen su sello. La tendencia hoy es tener cosas distintivas, que se diferencien”, asegura la artista.La diseñadora Ana Manghi con sus creaciones. Foto: Gentileza Ana Manghi.