Imponente mural del padre de Carlos Tevez en Fuerte Apache

Fuente: Popular ~ La familia de Carlos Tevez y el ídolo de Boca compartieron en sus redes la obra realizada en honor a Segundo Tevez, el papá de Carlitos que falleció en febrero.

Segundo Tevez partió hace casi cuatro meses a causa de una serie de complicaciones que le causó el coronavirus, pero su figura quedó inmortalizada en una de las paredes de Fuerte Apache, el barrio en el que crio a Carlos Tevez y donde el último ídolo de Boca Juniors tiró sus primeras gambetas.

El impresionante mural se dio a conocer a través de las redes sociales, en las que el propio Carlitos, su hija, el hermano y su empresa de merchandising compartieron la imagen donde aparece el rostro de segundo con una remera azul que lleva la leyenda «Apache» con letras amarillas.

La obra fue realizada por Martín Ron y quedó estampada en en la casa de Diego, el hermano de Carlitos, en Fuerte Apache. En la publicación de Instagram, la cuenta de indumentaria oficial de Tevez agradeció al dibujante: «Gracias de toda la familia Tevez a este crack», escribió.

Segundo Tevez fue el esposo de Adriana, la tía de Carlitos que lo crio desde pequeño. El 21 de febrero pasado, tras permanecer seis meses internado, Segundo falleció a causa de un triple cuadro de diabetes, neumonía y Covid-19.

Esta fue una de las razones que llevó al jugador a alejarse de Boca, ya que expresó no haber atravesado el duelo y manifestó su deseo de acompañar a su madre y a su familia a cuatro meses de la partida de su papá.

Como la de Belgrano: la escultura de Güemes que une Salta y Rosario

Fuente: Rosario3 ~ Emplazada en la Plaza España de Salta, el rostro del general Güemes mira a los salteños como Belgrano a los rosarinos. La obra, donada por el ministerio de Defensa a propósito del bicentenario de la muerte del prócer, también fue forjada por los obreros del astillero Tandanor. Similitudes y diferencias

La escultura de Belgrano fue inaugurada el 27 de febrero del año pasado.
Ya es parte del paisaje y la cotidianidad de Rosario.

Este jueves se cumplen 200 años de la muerte del general Martín Miguel de Güemes, héroe nacional. La provincia de Salta  y el gobierno nacional preparó varios festejos para homenajearlo, entre ellos, una escultura que recuerda mucho a otro prócer a orillas del río Paraná.

Como la escultura de Manuel Belgrano frente al Monumento Nacional a la Bandera, Güemes también tiene la suya, en la salteña plaza España, donada por el Ministerio de Defensa y mandada a hacer a los obreros del astillero Tandanor, en acero naval pero en otro color. La de Belgrano fue descubierta el 27 de febrero del año pasado por los 208 años de la creación de la Bandera.

Mientras que la de Belgrano emula el verde del cobre del Monumento, la escultura de Guemes es roja como el poncho de los gauchos que pelearon con él y que mantuvieron vigilia en sus horas finales, aquel 17 de junio de 1821.

Güemes, a quien la historiografía no le hizo justicia, detuvo a las invasiones realistas que llegaban desde el Alto Perú con una milicia formada por gauchos y nativos de la tierra y fue una figura clave en los planes libertarios del general José de San Martín. Falleció tras recibir un balazo defendiendo a la ciudad de Salta a los 36 años.

La escultura roja con su rostro se encuentra emplazada en plaza España, también conocida como el fogón de los trabajadores.

Nuevas pistas sobre los últimos días de Van Gogh en un mercado de pulgas de EE.UU.

Fuente: La Nación ~ Edmund Walpole Brooke fue compañero de excursiones del artista holandés, y una acuarela suya descubierta insólitamente podría ser la punta de un ovillo

El pintor decimonónico Edmund Walpole Brooke tiene un papel pequeño pero perdurable en la historia del arte, y no por su propia obra, sino por la relación que entabló con Vincent van Gogh en los trágicos días que precedieron a su suicidio, en julio de 1890. Esa especie de amistad que los unió brevemente ya es de por sí digna de mención, dada la inclinación de Van Gogh al aislamiento durante su estadía definitiva en Auvers-sur-oise, una aldea al noroeste de París. Pero Brooke había crecido en Japón, lugar que al pintor holandés le resultaba fascinante. Así que Brooke y Van Gogh se embarcaban en excursiones de pintura al aire libre, y la crónica de esa relación quedó plasmada en unas pocas cartas que despertaron la curiosidad de un estudioso de la obra de Van Gogh que sigue tratando de entender qué lo llevó a darse un tiro en el pecho.

“Brooke es un enigma”, dice Tsukasa Kodera, curador y profesor de historia del arte de la Universidad de Osaka, Japón, que está investigando al ignoto pintor. “Quién sabe, podría haber recibido cartas de Van Gogh, o haber recibido dibujos o pinturas de regalo, o tal vez intercambiaron obras”. Desde hace casi una década, Kodera se ha dedicado sin demasiado éxito a recabar información sobre Brooke. Visitó su tumba en Japón y encontró registros de la participación de Brooke en exposiciones en la Real Academia de Artes de Londres y en el Salón de París de 1891. También encontró pruebas de dos muestras individuales de Brooke en Japón.

Pero encontrar una pintura de Brooke venía siendo una quimera, al menos hasta ahora. En abril, Katherine Matthews, una fanática de las ferias americanas y los puestos de antigüedades, se cruzó con una acuarela firmada por un tal E. W. Brooke mientras hurgaba en un local llamado Warehouse 839, en la localidad de Saco, Maine, Estados Unidos, donde venden todo tipo de chucherías. Matthews pagó 45 dólares por esa imagen de una mujer japonesa con un bebé. De camino a su casa con el cuadro, y con curiosidad por saber qué había comprado, se detuvo en la playa de estacionamiento de un supermercado y buscó en internet quién era ese tal Brooke. Rápidamente encontró la conexión con Van Gogh y, ya en su casa, con ayuda de su esposo, John, se pusieron en contacto con Kodera. El investigador japonés cree muy probable que Katherine haya descubierto una rareza: un Brooke original. “¿Cuántos pintores puede haber con ese nombre y que pinten ese tema de una mujer japonesa con un bebé?”, dice Kodera. “Imposible pensar en nadie más”. La acuarela en cuestión es pequeña, de 32×48 cm, y la mujer carga al bebé en su espalda. En el fondo, se ve una vivienda rural rodeada de un follaje exuberante.

Kevin Kereghan, dueño del negocio de Maine, dice que el cuadro lo compró hace unos 15 años, en el remate de los bienes de una familia de New Hampshire. La familia era originaria de California, detalle que Kodera considera una buena señal, ya que ahí vivían los dos hermanos de Brooke. Kereghan tuvo colgada la acuarela en el living de su casa durante diez años, hasta que un día decidió ponerla en venta y la llevó a su negocio. “Mi gusto fue cambiando”, dice el comerciante.

Matthews cuenta que el cuadro le llamó de inmediato la atención. Fue el último objeto que eligió ese día. “La carita de esa beba asomando sobre el hombro de su madre me capturó”, recuerda.

Hay pocos destellos de luz sobre los últimos días de Van Gogh, apenas esos momentos que plasmó en sus intercambios epistolares con su hermano Theo; su madre, Anna, su hermana Willemien, y un par de personas más. Y Brooke es justamente una de las pocas personas que Van Gogh menciona en sus cartas de esos días, en los que trabajaba a un ritmo febril y que redundaría en obras como Campo de trigo con cuervos y La iglesia de Auvers.

De las cartas se desprende que Van Gogh consideraba a Brooke un buen compañero, aunque, a los 24 años, todavía un artista mediocre. “Es probable que quiera mostrarte algunos de sus estudios, bastante sin vida, aunque él es un buen observador de la naturaleza”, le escribió el 2 de julio a su hermano Theo. “Está acá en Auvers desde hace meses, y a veces salimos juntos. Creció en Japón, pero al ver su pintura, nadie lo diría”.

Una historia triste

Brooke había nacido en Australia, pero se mudó de muy chico con su familia a Japón, donde su padre, John Henry, trabajó como periodista y luego director del Japan Daily Herald, un periódico en inglés con sede en Yokohama. “El padre en su momento llegó a ocupar un lugar destacado en la sociedad de expatriados de Yokohama”, escribió Kodera en el catálogo de la exposición Van Gogh y Japón.

Pero reconstruir el resto de la biografía de Brooke resultó ser un gran desafío. Después de dos años de investigación, Kodera logró encontrar la tumba del artista en el Cementerio Extranjero Municipal de Kobe. “No tenía nada y se mudó a Kobe a los 58 años. Es una historia triste”.

Igual de difícil fue dar con rastros de su obra. Hace unos años, Kodara encontró un registro que consignaba que la Galería Redfern, de Laguna Beach, California, había vendido un cuadro de un artista llamado E.W. Brooke, pero el dueño de la galería no recordaba quién lo había comprado. En una subasta de propiedades en 2014 en Los Ángeles también apareció una obra de E.W. Brooke, pero no hay más señales del cuadro.

Kodera se quedó helado al recibir ese mail desde el estado de Maine, que aseguraba que tal vez había una pintura de Brooke en un lugar sin conexión aparente con el artista. Aunque la obra aún no ha sido autenticada –una tarea complicada, ya que no hay otras obras de Brooke con las que compararla–, las evidencias preliminares son prometedoras.

Uno de los objetivos de la búsqueda de Brooke es la posibilidad de que alrededor de la vida de Brooke haya más evidencia de Van Gogh, tal vez incluso una obra oculta sin descubrir, regalo de un artista a otro. Pero las esperanzas de un hallazgo de ese tipo, o incluso de encontrar algún otro ejemplo del trabajo de Brooke, se desvanecieron cuando Kodera descubrió que la casa de Brooke en Yokohama había sido devorada por las llamas durante el catastrófico terremoto de 1923. El descubrimiento de esta acuarela en un negocio de cosas viejas en Estados Unidos avala cierto optimismo. Si un cuadro de Brooke puede aparecer en un improbable local de Maine, tal vez haya otros que no se perdieron, ni por el paso del tiempo ni por ninguna catástrofe. “Puede convertirse en un descubrimiento importante, que eche luz sobre las últimas semanas de vida de Van Gogh”, concluye Kodera, esperanzado.

Video: el impresionante dibujo de tiza más grande del mundo está en California

Fuente: La Nación ~ El dibujo de la Tierra con lemas de causas sociales y políticas, que incluye una serie de animales, desde dinosaurios hasta búfalos o mariposas, rompió un nuevo récord mundial

Después de seis días y alrededor de 45 horas de trabajo, el artista Mark Lewis Wagner, de 61 años, completó el que está considerado como el mural de tiza más grande del mundo, con una dimensión aproximada de 18.500 pies cuadrados (más 1.700 metros cuadrados), según la World Record Academy.

Con esta gigantesca creación inspirada en el arte callejero, Lewis Wagner, de Alameda, California (EE.UU.) destronó el anterior récord mundial en la misma categoría que el artista Federico Delgado Heredia, de Motevideo, Uruguay, estableció en febrero de 2019 y que tenía unas dimensiones aproximadas de 1.800 pies cuadrados.

La obra del californiano se titula Earth Blessings from the Creative Spirit (Bendiciones de la Tierra del Espíritu Creativo) e incluye un dibujo de la Tierra y lemas que representan causas sociales y políticas. El dibujo de tiza también incluye una serie de animales, desde dinosaurios hasta búfalos o mariposas.

Wagner espera que su trabajo sirva como recordatorio a las personas que deben intentar cambiar el mundo, especialmente para poner fin a lacras sociales como la violencia contra las mujeres, así como apoyar las luchas de los pueblos indígenas sin importar donde puedan vivir.

Vicente Walter, el albañil que dejó sus obras en las calles de La Boca

Fuente: Télam ~ El muralista que esculpía relieves bajos en cemento a cambio de un plato de comida, dejó un legado artístico invaluable de más de 400 frisos que custodian los populares caminos que lindan con el Riachuelo.

Encuentro en Caminino de los vecinos que quieren preservar la obra del artista fallecido en 2004.
La ciudad de Buenos Aires es dueña de una cantidad ingente de escenarios turísticos para quienes deciden caminar sus calles, múltiples muestras de una sociedad visiblemente forjada por un crisol cultural que dejó su huella.

El barrio de La Boca, reconocido nacional e internacionalmente como una meca de la cultura y el arte popular callejero, conserva una constante impronta prevalente de aquellos años en los que fue primeramente habitada por inmigrantes italianos, mayormente genoveses, los «xeneizes».

Uno de los grabados de Vicente Walter realizado con instrumentos no convencionales. Por ejemplo, tenedores.Uno de los grabados de Vicente Walter realizado con instrumentos no convencionales. Por ejemplo, tenedores.

Sin embargo, los estragos del tiempo y la falta de regulación normativa desencadenaron un ineludible resultado negativo para el estado de conservación de las obras de Vicente Walter (1940-2004), un albañil, muralista y escultor que ponderaba su amor hacia los relieves de cemento que realizaba en la vía pública. Como, por ejemplo, el friso ubicado en la fachada de lo que supo ser “La Barca de Bachicha” de 10 metros de largo por 2 de alto. Además, hay trabajos de Walter en el interior de algunas cantinas, bodegones y hasta incluso en la casa de velatorios Cichero. Todas las obras -unas 400- las concretó entre los años ’70 y ’90.

Vicente trabajaba por encargos, por pedidos, y la verdad que las obras eran maravillosas, eran de una técnica absolutamente singular, nunca vista”, relató entusiasmado Omar Gasparini, un artista plástico de gran trayectoria y vecino del barrio, que conoció a Vicente y que lo describió como una persona solitaria, simple e introvertida, de pocas palabras, reflexivo y muy querido por quienes compartían con él algún rato en la cantina “Los Amigos”, en Olavarría y Necochea, lugar donde era habitúe.

«Las obras de Walter eran maravillosas, eran de una técnica absolutamente singular, nunca vista”.Omar Gaspàrini

Lo curioso, además del talento que desplegaba en las paredes, eran sus herramientas de trabajo. Vicente, fiel al oficio de la albañilería y condicionado por una realidad económica que lo atravesaba, usaba como instrumento aquello que tenía más a mano, esos utensilios que lo acompañaban en la cotidianeidad y que estaban al alcance de su bolsillo: el canto de un tenedor, una espátula y un balde donde producía la mezcla que le servía para, una vez subido al andamio, comenzar con su arte.

Otro grabado de Walter, quien hizo sus obras entre los años Otro grabado de Walter, quien hizo sus obras entre los años

“Yo me pasaba horas mirándolo, completamente absorto, cómo plasmaba casi de memoria a la tercera dimensión, la tenía incorporada. Una cosa es dibujar algo en el plano, que es chato, pero otra cosa es llevarlo a que tenga alto, largo y profundidad”, recuerda Gasparini.

Una bohemia que lo cautivó para siempre
Vicente Walter vivía en Mataderos, pero no contento con su barrio, partió hacia La Boca atraído por la bohemia característica de un barrio que representa el paisaje urbano de antaño. Allí conoció amigos que supieron contenerlo como persona y como artista. Walter llevó consigo la impronta de un artista emergente que estaba decidido a recuperar los valores del maestro Quinquela, mostrándolos desde su particular mirada.

Se enamoró de los puertos, se identificó con los marinos, los navegantes y las mujeres que vendían su mercadería, que trabajaban a orillas del río y que terminaron de encantar al artista que se encargó de eternizar en sus obras la identidad de un barrio que hoy lucha por el mantenimiento de sus grabados.

De perfil popular, alejado de los límites de la academia y por convicción autodidacta, Vicente Walter jamás monetizó sus obras. Quienes lo conocieron relatan que todos los trabajos que realizaba los ofrecía a cambio de un plato de comida para él y sus 18 gatos. Su perfil ideológico y su postura política siempre sostuvieron que la forma de hacer arte era en la calle, sin que nadie tenga que pagar para ver sus grabados y que todos los trabajos estén expuestos al público.

Maggi Persincola, quien se define como “artivista” de La Boca cuenta: “Vicente era un anti-sistema, no tenía acceso ni le interesaba que su obra fuese reconocida por la academia ni por los poderes hegemónicos y artísticos del momento” y, según relata, no estaba interesado en darle un valor económico a sus obras. Vicente “no transaba» y eso no le permitía entrar en las leyes del mercado.

Un bandoneón, símbolo del tango y de Caminito. Un bandoneón, símbolo del tango y de Caminito.

“Su obra no se podía vender, estaba pegada a una pared, él le ponía un valor material a su trabajo, no a la obra, por eso lo cambiaba por comida, cultivaba el trueque”, enfatiza Maggi, al momento que aclara que eso no le permitió que sea lo suficientemente reconocido como para obtener la atención de los medios de comunicación.

Surgimiento del colectivo Vicente Walter Presente y la gestión de ACUMAR
Una tarde, Persincola supo de una posible demolición de una de las cantinas que contiene a la obra más imponente de Vicente, la antigua «Barca de Bachicha». Frente a esto, no dudó, y rápidamente tomo la iniciativa de divulgar entre vecinos del barrio y algunos artistas la triste noticia. Les propuso encontrarse en la Plaza de los Suspiros (Magallanes al 800), en el mes de septiembre.Un grupo de siete personas decidieron entonces, y después de varias reuniones, darle vida al colectivo “Vicente Walter Presente”.

La iniciativa tiene una noble misión: que todos los relieves bajos y altos trabajados en cemento de Vicente Walter sean reconocidos por la Legislatura de la Ciudad como Patrimonio Cultural para la preservación y señalización de las más de 400 obras que, si bien algunas están deterioradas por el paso del tiempo, todavía pueden ser recuperadas. De esta manera, se evitarían vandalizaciónes, se protegerían ante una posible desaparición del lugar físico que las contiene y estarían sujetas a un proceso de restauración y manutención del cual carece actualmente.

Para ello, el 20 de abril del 2021 se dio inicio a una audiencia pública donde expusieron los vecinos y artistas a favor del proyecto de ley impulsado por iniciativa del colectivo Vicente Walter Presente para que la Legislatura de la Ciudad, como Estado, asuma la responsabilidad de preservarlo, catalogarlo y difundirlo.

La medida de reconocimiento de las obras de Vicente puesta en agenda por los vecinos, estuvo acompañada en todo momento por la Coordinación de Cultura y Patrimonio de ACUMAR (Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo), encabezada por Lorena Suárez, quien tambien expuso sus argumentos en la audiencia pública sobre la importancia del proyecto de ley.

Esta área específica esta bajo la dirección de Fortalecimiento Comunitario y Promoción del Desarrollo y se encarga de abastecer de cultura al barrio que linda con la Cuenca Matanza. En este sentido, Suárez detalla que “es una falsa dicotomía pensar el rol desde el binomio saniamiento o cultura”, además, refuerza la idea de que “la transformacion de ciertos hábitos, la revalorización de todas las expresiones culturales y las miradas respecto del río van de la mano del saniamiento, es una contribución”.

El vecino albañil, digno sucesor de Quinquela Martín, dejó infinidad de obras.El vecino albañil, digno sucesor de Quinquela Martín, dejó infinidad de obras.

La esperanza de una generación a la espera de la ley
El proyecto de ley consta de seis articulos que esperan a la vanguardia ser declarados para comenzar con la protección de tamaño patrimonio cultural. A su lado, la custodia de una larga lista de fundamentos que pregonan a gritos la calidad muralistica de Vicente Walter, que nuclean como idea medular el estrecho vínculo entre el artista y la identidad cultural del barrio.

Por último, existe una ley, la N° 1227, que establece las pautas para “la investigación, preservación, salvaguarda, protección, restauración, promoción, acrecentamiento y transmisión a las generaciones futuras del Patrimonio Cultural”. En su artículo 4 inciso J, este mandato declara que “busca preservar Expresiones y Manifestaciones Intangibles de la cultura ciudadana, que estén conformadas por las tradiciones, las costumbres y los hábitos de la comunidad, así como espacios o formas de expresión de la cultura popular y tradicional de valor histórico, artístico, antropológico o lingüístico, vigentes y/o en riesgo de desaparición”.

Tanto quienes integran el colectivo Vicente Walter Presente, como toda la escena artística de La Boca, definen sus trabajos como obras majestuosas e irrepetibles, cargadas de una energía identitaria que acopla, nutre, enriquece y divulga los valores estéticos y los principios barriales enaltecidos en su momento por el gran maestro Benito Quinquela Martín.

Walter dejó unas 400 obras en el barrio que adoptó y en el que murió, en 2004. Hasta el último de sus días vivió en una piecita en los fondos de una cantina, con sus 18 gatos.

El Museo de Arte Mural cumplió ayer dos años

Fuente: La Opinión ~ Este martes se cumplieron dos años de la inauguración del Museo de Arte Mural, que lleva el nombre del reconocido artista plástico y muralista Rodolfo Campodónico, y que es sin dudas una de las iniciativas por las que se distingue a Trenque Lauquen como la “Ciudad de los Murales”.

Este espacio está ubicado en el cuadro ferroviario, a la altura de Rivadavia y Dorrego, y contiene una de las principales obras del reconocido artista plástico: la monumental serie de 28 murales de 2 metros de alto por 3,60 de ancho que narra de una manera distinta y conmovedora la historia de la provincia de Buenos Aires.

Además de la inmensa obra estática de Campodónico, un verdadero hijo adoptivo de Trenque Lauquen que durante años gestó estrechos lazos afectivos con la ciudad, el Museo de Arte Mural alberga en su interior un sector auditorio destinado a charlas, conferencias y muestras itinerantes auditorio que lleva el nombre del ex intendente Juan Carlos Font.

Cabe recordar que de la ceremonia de inauguración, que estuvo encabezada por el intendente municipal, Miguel Fernández, participaron especialmente la hija del artista, Silvana, su esposo, Agustín, y los nietos de Campodónico, Santiago y Julieta.

Para la concreción del viejo anhelo del Museo de Arte Mural, el Municipio procedió a la puesta en valor del galpón n°2 del ferrocarril, armado de paneles donde están los murales, con aporte de luz natural a través de un sistema de claraboyas e iluminación artificial renovada.

También se construyó un cuerpo de sanitarios y office, previendo una futura ampliación, porque en la segunda etapa se contempla la creación de la Escuela de Arte Mural, en articulación con instituciones educativas especializadas en artística para llevar este objetivo adelante.

De hecho, en abril de este año, se firmó un convenio entre la Municipalidad de Trenque Lauquen y la Dirección de Cultura y Educación de la Provincia para que la Escuela Secundaria de Educación Artística n° 1, ex Polivalente de Arte, dicte talleres artísticos en instalaciones del Museo.

Si bien por el momento las actividades y visitas están suspendidas por la situación sanitaria provocada por la pandemia de Covid-19, todo está preparado y esperando la tan ansiada vuelta a la normalidad para poder disfrutar de este espacio cultural.

Una exposición interactiva para celebrar la vida de Frida Kahlo

Fuente: Infobae ~ La experiencia inmersiva fusionará video, música e imágenes para que los fanáticos de la pintora puedan disfrutar sus obras mediante elementos fuera de lo común

“Pensaron que yo era surrealista, pero no lo fui. Nunca pinté mis sueños, sólo pinté mi propia realidad”, fueron las palabras con las que la artista mexicana,Frida Kahlo, quiso explicar el origen y esencia de su obra ante los ojos de críticos y de la sociedad en general.

La popularidad de su arte ha traspasado las fronteras de México, volviéndola una de las artistas más reconocidas. Ahora los fanáticos de Frida podrán ver su obra desde otra perspectiva, bajo el formato de experiencia inmersiva.

Este tipo de presentaciones de obras artísticas se están volviendo populares alrededor del mundo, en la Ciudad de México ya se han presentado otros espectáculos como el de Van Gogh Alive o Da Vinci.La exposición comenzará el mismo día que se conmemora el natalicio de la artista, el 6 de julio (Foto: tomada de Facebook "Frida Inmersiva").La exposición comenzará el mismo día que se conmemora el natalicio de la artista, el 6 de julio (Foto: tomada de Facebook «Frida Inmersiva»).

La empresa Ocesa, organizadora del evento, señaló que la peculiar experiencia de la exposición será mediante majestuosas proyecciones animadas sobre muros y pisos, lo cual hará que el público se transporte al maravilloso y fascinante mundo de la artista.

Ante diferentes ojos, las obras y la vida de Frida son conocidos y se les ha dado las características de ser rebeldes, valientes, revolucionarios para la época en la que se desarrollaron, pero con toques de empatía y resiliencia. Frente a todo lo anterior, la experiencia tratará de representar los mundos que plasmó la pintora, permitiendo interactuar con las obras desde lo “lúdico y único”.

Durante el recorrido se pondrán apreciar más de 26 piezas de arte, que van desde la Columna Rota hasta Niña con más de muerte; se combinará el interactuar con las obras mediante elementos gráficos y digitales con la forma habitual.

Los espacios interactivos estarán basados en Criaturas fantásticas, inspirado en la dinámica surrealista de Cadáver Exquisito. Por último, mediante el Trazo Libre, los visitantes podrán jugar con el color, pintar y expresar su ser libremente.El legado de la artista ha traspasado las fronteras de su país (Foto: exhibición en New York de Frida Kahlo).El legado de la artista ha traspasado las fronteras de su país (Foto: exhibición en New York de Frida Kahlo).

Algo que hará única la vivencia será el diseño sonoro, ya que está pensado para que la música acompañe a los visitantes, enfatizando la sensación de inmersividad por más de un sentido y permitirá que la percepción sea completamente diferente por el mundo que creó Kahlo.

De acuerdo a los organizadores, la duración del recorrido se estimó en aproximadamente 45 minutos. En ese tiempo, los visitantes podrán escuchar composiciones de música original, realizadas por mujeres intérpretes de música regional y tradicional mexicana, procedentes de Oaxaca, Chiapas, Toluca y la Ciudad de México.El legado de Khalo ha sido reconocido en todo el mundo (Foto: tomada de Facebook "Frida Inmesiva").El legado de Khalo ha sido reconocido en todo el mundo (Foto: tomada de Facebook «Frida Inmesiva»).

La exposición iniciará el próximo 6 de junio en el Frontón México de la capital del país y, al momento, se sabe que durará hasta el jueves 15 de julio, el horario de los recorridos será de 10 de la mañana a las 5 de la tarde.

La fecha de estreno coincide con la conmemoración de los 114 años del nacimiento de la artista, así que el evento servirá para celebrar el cumpleaños de Kahlo y recordar lo majestuoso de sus obras a la par de señalar el impacto que cimbró en la cultura popular mexicana.

El costo de los boletos va desde los 280 hasta los 360 pesos y los boletos deben de ser reservados, vía electrónica, con anticipación para poder visitar la muestra, ya que no se venderán en la entrada del recinto debido a las medidas impuestas por el gobierno de la Ciudad de México tras la pandemia por Covid-19.

Un libro recorre la inédita concentración de museos y escuelas de arte en el noroeste argentino

Fuente: Télam ~ «Del taller al altiplano. Museos y academias artísticas en el Noroeste argentino», publicado por Unsam Edita, se adentra en la historia de esas instituciones artísticas durante la primera mitad del siglo XX para integrar esta geografía a los debates sobre la historiografía del arte argentino.

El imaginario visual del noroeste argentino, impregnado de paisajes telúricos, colores sublimes, tradiciones indígenas y ritos ancestrales, atraviesa el espíritu del inmenso conjunto de instituciones artísticas que en esa región surgieron entre 1910 y 1955, una concentración de museos y escuelas como en ninguna otra región del país -a excepción de Buenos Aires-, tal como aborda el libro «Del taller al altiplano», de Pablo Fasce.

«Museos y academias artísticas en el Noroeste argentino» lleva por subtítulo el volumen publicado por Unsam Edita, que se adentra en la historia de esas instituciones artísticas durante la primera mitad del siglo XX con el objetivo de saldar una deuda pendiente: integrar esta geografía a los debates sobre la historiografía del arte argentino.

Frente a la ausencia de iniciativas estatales, un grupo de artistas como Ramón Gómez Cornet, Laureano Brizuela y Francisco Ramoneda optaron -en las décadas de 1930 y 1940- por transformarse en gestores culturales para dotar de plataformas al arte de sus provincias, entre ellas Tucumán, Salta, Catamarca, Santiago del Estero y La Rioja.

«Luego de los contactos con las vanguardias europeas y cautivados por las manifestaciones estéticas de las culturas precolombinas, muchos artistas emprendieron su camino hacia el norte, en busca de una tradición estética de raíz americana», explica en el volumen el autor, licenciado en Artes, docente de la UBA y la UNSAM.

– Télam: ¿Qué características confluyeron para que esta apertura de museos e institucionalización se haya dado con mayor intensidad en esta región del país y no en otra?

– Pablo Fasce:
En el inicio de esta historia se dio la confluencia de dos procesos, que marcan una continuidad y una ruptura con distintos temas y discusiones del ámbito de las artes en Argentina en ese entonces. Por un lado, la creación de museos en las provincias era una consecuencia lógica de una iniciativa que había comenzado en Buenos Aires a finales del siglo XIX: luego de la creación de instituciones como la Academia y el museo Nacional de Bellas Artes en la capital del país, los artistas e intelectuales entendieron que el siguiente paso era extender esas plataformas culturales hacia las provincias y para lograr una profesionalización de su actividad en todo el territorio. Por otra parte, durante las primeras décadas del siglo XX el concepto liberal de nación deja paso a una mirada romántica centrada en la cultura: desde esa perspectiva, los artistas comenzaron a buscar las bases para crear una «escuela argentina» en la representación de los paisajes, los pobladores y las costumbres de las provincias, áreas en las que el noroeste tenía mucho para ofrecer.

– T: ¿Por qué crees que no se integró esta geografía a la historiografía del arte argentino?

– PF:
Creo que el borramiento de esta historia responde al modo en el que el mapa global de las artes se reconfiguró luego de la Segunda Guerra Mundial. Con el final del conflicto armado y el ascenso de Estados Unidos como primera potencia política y económica, el «centro» del mundo de las artes se trasladó de París a Nueva York y desde allí se instaló una lectura sobre el desarrollo del arte del siglo XX en la que el concepto de lo «moderno» se refería a un proceso de evolución de los estilos que desemboca en el arte abstracto; desde ese punto de vista concentrado en las formas y en la idea de un «arte puro», todas las obras y movimientos que se salían de esa senda eran atrasadas o anacrónicas. Esa perspectiva fue permeando paulatinamente en todo el mundo y en el caso de Argentina, irrumpió con más fuerza a partir del golpe de Estado que depuso al gobierno de Juan Domingo Perón; esa concepción también impuso una mirada internacionalista que hizo que los artistas fueran perdiendo parte de su interés por el interior del territorio nacional y del continente americano, para concentrar sus esfuerzos en conquistar la escena artística de los países centrales.

– T: ¿En qué medida estas instituciones emplazadas en el noroeste argentino tomaron elementos autóctonos y en qué medida, influencias europeas?

– PF:
En sí misma, la idea de fundar museos y academias como pasos necesarios para profesionalizar la actividad artística responde a un modelo que viene desde Europa, dado que el museo y la academia son en buena medida las plataformas sobre las que se construyó la autonomía del arte respecto de otras actividades o procesos sociales, lo cual es un fenómeno propio de la modernidad occidental. No obstante, la gran importancia que tuvo la reflexión sobre la identidad nacional, el paisaje y la tradición cultural en todas estas instituciones le dio una impronta propia al desarrollo de todo este proceso y en algunos casos posibilitó el surgimiento de propuestas sumamente originales: un ejemplo de esto es la propuesta de la escuela de Bellas Artes fundada al interior de la Universidad de Tucumán en 1916, cuyo proyecto educativo giraba exclusivamente alrededor del desarrollo de las artes decorativas y de la creación de un vocabulario ornamental basado en los diseños de la alfarería y los textiles precolombinos, con el objetivo de aportar desde las artes a una naciente industria nacional.

– T: ¿Cómo definirías el espíritu, la impronta, de este conjunto de instituciones artísticas del noroeste?

– PF:
Si bien esas instituciones son producto de distintos procesos que se desarrollaron en distintos tiempos y momentos sociales y políticos, creo que todas ellas comparten un aspecto fundamental: desde la perspectiva de los artistas, intelectuales y políticos que las crearon, los museos y academias servirían para ampliar la oferta de actividad artística en sus provincias y de ese modo, garantizar un acceso a la cultura que era concebido como un aspecto fundamental de una sociedad en vías de modernización. Este concepto se hizo aún más importante durante los gobiernos radicales y peronistas, para los que el acceso a la cultura era parte fundamental de una sociedad democrática.

– T: Un capítulo del libro está dedicado al emblemático Monumento a los héroes de la independencia ubicado en Humahuaca, de Ernesto Soto Avendaño, una obra de gran valor cultural y patrimonial pero también turístico. ¿Cómo fue recibida la obra por las clases populares?

– PF:
La recepción de las clases populares suele ser un tema problemático para todas las ramas de la historia, dado que solemos trabajar con fuentes escritas que casi siempre son producidas por personas que provienen de las capas medias o altas. En ese sentido, creo que cuando investigamos obras de arte que tomaron como tema a las clases populares, es muy importante tener en cuenta que se trata de representaciones construidas por otras personas y que no necesariamente coincidieron con las miradas y opiniones tenían sobre si esos modelos. En el caso del Monumento a los Héroes de la Independencia, me llamó especialmente la atención como esa idea de que la obra es un «monumento al indio» que hoy se difunde de manera espontánea tiene un origen remoto, que logré rastrear hasta finales de los años sesenta en una carta del hijo de Ernesto Padilla, el diputado tucumano que propuso la ley de creación del monumento. En esa carta, el hijo de Padilla le recrimina a la dirección del diario La Gaceta el haber difundido ese nombre erróneo; no obstante, creo que esa manifestación de malestar también puede ser interpretada como el signo de una apropiación popular sobre la figura del monumento, a partir de la cual podemos detectar la construcción de otro sentido para la obra, gestado desde abajo hacia arriba y que se sumaba a la larga cadena de interpretaciones que se produjeron (y se siguen produciendo) sobre el monumento.

Tiempo Tormentoso, como si Berni nos hablara hoy

Fuente: La Nación ~ Pintada en 1956, la obra fue directo del taller del artista a las manos de una pareja que quería un regalo para un hijo; él la vende en el remate anual del Museo Sívori.

“El arte es un reloj roto que cada tanto da la hora”, decía en mayo de 2020 el artista rosarino Daniel García, que adelantó 25 años un retrato universal de la pandemia con la obra No abras tu boca al mal (1996): una cabeza de perfil con lo que hoy llamaríamos “tapabocas” de uso obligatorio. En el caso de Antonio Berni, también rosarino, el reloj parece intacto, preciso, suizo, como la rama materna de su familia. Su obra desplegada en una producción incesante que fue de 1920 a 1981 pareciera hecha para confrontar la realidad más allá de su tiempo y estilo. Así, en el remate de la Asociación de Amigos del Museo Sívori que comienza hoy la estrella es una obra suya de formato pequeño cuyo nombre resuena con singularidad: Tiempo tormentoso. Da cuenta de un cielo ominoso cargado de materia, esos de la pampa gringa que Berni llevaba grabados en su disco rígido, pero cómo no pensarlo en este contexto de pandemia global. Parte de un cuerpo de obra de transición que se conoce como “serie del Chaco”, la pintura de 43 x 60 cm sale con una base de un millón y medio de pesos en una modalidad de remate virtual.

Tiempo tormentoso fue realizada por Berni en 1956 durante un período en el que el artista exploró una alternativa a la abstracción trasladando la gestualidad informalista al concepto de paisaje formulado desde una absoluta economía iconográfica. Muchas de estas obras fueron hechas o bocetadas durante sus estadías en Santiago del Estero, donde visitaba las Termas de Río Hondo y se reunía con sus compañeros de ruta Lino Enea Spilimbergo y el más joven Carlos Alonso. Este tipo de paisaje en el límite de lo figurativo y lo abstracto siguió inmediatamente a la serie de Santiago del Estero, una suerte de reportaje visual sobre la deforestación y sus forzadas migraciones que, con la mirada puesta en Santa Fe, Fernando Birri llevaría al cine en 1959 con la seminal Tire Dié. Obras de esta etapa se vieron en una gira que Berni, patrocinado por el Partido Comunista francés, realizó por Berlín, Varsovia y Bucarest y que de regreso a Ezeiza le costó una detención de veinte horas en diciembre del 56. Como lo dejó escrito entonces en la revista Propósitos: “Se me encerró en un cuarto junto con delincuentes comunes. Mis maletas fueron violadas y mi correspondencia y papeles, revisados. Se me dejó en libertad sin darme explicación alguna sobre la causa de mi detención”. Claro, en plena Guerra Fría y bajo el ojo de la así llamada Revolución Libertadora, el paseo por la Cortina de Hierro se había vuelto sospechoso, conspirador.

Pero Tiempo tormentoso (lote 46 del remate) no formó parte de esas muestras en capitales bajo influencia soviética ni tampoco de una muestra en el Museo de Bellas Artes de Bahía Blanca en 1961, cuando expuso muchas obras de esta serie. Una pareja amante del arte se la arrancó de su taller de Almagro como regalo para uno de sus tres hijos, a quienes se habían acostumbrado a recibir en el mundo con la compañía de un cuadro.

“Al mayor le tocó un Castagnino, al menor un Policastro y a mí este Berni que en realidad compraron para mi primer cumpleaños”, cuenta el hombre, llamado Hugo, que decidió ahora que el remate a beneficio del Sívori era la oportunidad para dejar una obra que había acompañado a su familia desde entonces, hace 66 años. Psicoanalista y amante de la literatura, el propietario de Tiempo tormentoso detalla que la obra estuvo hasta hace algunos años en la casa familiar, un departamento en la esquina de Aráoz y Beruti, Palermo, y que cuando sus padres (un abogado y una contadora) se la compraron al maestro ni siquiera eran propietarios. El amor por el arte argentino de esta pareja era tal que invirtieron antes en cuadros que en paredes propias donde colgarlos y la elección de los regalos revela también una afinidad ideológica: Berni, Castagnino y Enrique Policastro estaban más o menos relacionados con el PC. Hugo –cuyo apellido se reserva en usual anonimato para las ventas de arte– asegura que la obra nunca antes fue exhibida y así parece, porque no figura en ningún catálogo del archivo Berni y, además, porque sus padres vivían pendientes de esos cuadros. “Era todo un tema. Hasta salir de vacaciones se volvía difícil por el miedo a dejar la casa sola y que las obras pudieran ser robadas o dañadas”. Sus padres, aporta Hugo, tenían relación con Castagnino pero no con Berni más allá de esta transacción realizada en 1956. Entonces el pintor vivía en el petit hotel propiedad de su segunda mujer, Nélida Gerino, en cuyos fondos había instalado un taller que se revolucionaría hacia 1960, cuando empezó a trabajar en la serie “Juanito Laguna”.

Tiempo tormentoso forma parte ahora de la edición 20 de este remate, que se ha vuelto un imperdible en la agenda artística de Buenos Aires. Son 108 obras de artistas entre los que se cuentan León Ferrari, Guillermo Roux, Marta Minujín y Gyula Kosice, entre muchos otros. La modalidad de la subasta será virtual, en la web del museo, desde hoy al mediodía y hasta el martes 22.

Arte latinoamericano: más obras de artistas argentinos en el Reina Sofía

Fuente: La Nación ~ El museo más visitado de España reordena su colección permanente y pone en primer plano las “Resistencias en América Latina”; un recorrido que integra, entre otros, trabajos de Marta Minujín, Oscar Masotta, Sara Facio y Roberto Jacoby, que adquirió o recibió como donación recientemente

Los museos exhiben al público solo una pequeña parte de toda su colección, la punta del iceberg de tesoros variados en temática, técnica, época de producción, estilos, escuelas y un largo etcétera. Existen diversos modos y consignas a la hora de organizar las obras de arte. Este es el caso del Museo Reina Sofía, el más visitado de España con 4,5 millones de personas en 2019,que trabaja desde hace meses en una nueva disposición de su riquísimo acervo de más de 30 mil piezas. Con esta distribución, desde mañana podrá ser visitado por el público Los enemigos de la poesía: Resistencias en América Latina, un recorrido que dedica una sala entera al arte argentino y, en particular, a Mayo de 1968.

El protagonismo de las piezas latinoamericanas es ahora mayor. A lo largo de diez salas, se exhibirán más de 100 obras, la mayoría nunca exhibidas previamente, pertenecientes al período 1964-1987. En la sala “Itinerario del 68”, dedicada a la Argentina, obras de Marta Minujín, Roberto Jacoby, Edgardo Vigo, Horacio Zabala, David Lamelas y Oscar Masotta, entre otros creadores argentinos, serán expuestas permanentemente. Allí se albergan trabajos de “artistas imbuidos por el espíritu de mayo del 68 (… ) cuya práctica empezó, poco a poco, a chocar con la oficialidad”, explica la institución sobre la época que coincide con el régimen de Juan Carlos Onganía.

"El helicóptero", de Oscar Masotta, es una de las piezas que serán exhibidas en la sala argentina
«El helicóptero», de Oscar Masotta, es una de las piezas que serán exhibidas en la sala argentinaMuseo Reina Sofía

Vinculados tanto al Instituto Di Tella como al Centro de Arte y Comunicación en Argentina (CAyC) de Buenos Aires, promovido por fue Jorge Glusberg, estos artistas tendrán un nuevo lugar en el Reina Sofía. “Son trabajos que sin renunciar a esa carga de experimentación artística caminan también hacia un mayor compromiso social, que va creciendo a lo largo de la década”. Así aparece Contempla y vota (1971), de Edgardo Vigo, El helicóptero (1967), de Oscar Masotta, y Mensaje en el Di Tella, de Roberto Jacoby, una obra presentada en el célebre Instituto, integrada por un cartel-manifiesto y una teletipo que, conectado con la agencia France-Presse, acercaba las noticias sobre el Mayo francés. También se exhibirá el colchón Amor a primera vista (2007), de Marta Minujín, donación del empresario inmobiliario argentino Jorge Pérez al museo español en 2020.

Durante los últimos 8 años, gracias a la Fundación Museo Reina Sofía, creada en 2012, y a sus integrantes, el museo ha recibido donaciones de Jorge Pérez, la Patricia Phelps de Cisneros y de otros coleccionistas como María Amalia León de Jorge, Gustavo Nóbrega, Marga Sánchez, Diana López y Herman Sifontes, Ricardo y Susana Steinbruch o Juan Carlos Verme. Por ejemplo, el matrimonio de Silvia Gold y Hugo Sigman donó 8 fotografías de la serie Humanario, de Sara Facio y Alicia D’Amico; Asesinato de Kennedy (1963-1964), de Alberto Greco [junto con otros miembros de la Fundación] y un conjunto de 7 fotolibros. Entre ellos se encuentra Autocríticas (Santiago, Editora Gramnizo, 1980), de Marcela Serrano.

“Vemos en este nuevo recorrido la importancia del espacio público y, sobre todo, la importancia de entender que incluso el propio término Latinoamérica es un término europeo. Aquí aparece la necesidad de descolonizar, de cambiar nuestra mirada, de replantear el territorio. No hay una sino varias latinoamericas, de ahí que la hayamos divido esta colección por países, zonas y ambientes”, explicó Manuel Borja-Villel, director del Museo.

"Amor a primera vista", de Marta Minujín, se incorporó al museo gracias a una donación realizada en 2020
«Amor a primera vista», de Marta Minujín, se incorporó al museo gracias a una donación realizada en 2020Museo Reina Sofía

Brasil está presente en la sala “De la sequía a las palmeras”, con obras de Hélio Oiticica, los hermanos Augusto y Haroldo de Campos, Analívia Cordeiro y Regina Silveira, entre otros, y con la exhibición de piezas del movimiento del arte postal, como Identidade do artista, de Angelo de Aquino. En la sala “Reticulárea” se exhibe la obra de venezolanos, como Jesús Soto, o que vivieron en Venezuela, como Gertrud Goldschmidt. Perú estará presente con Represión (1985) y Violencia estructural (1988), de Herbert Rodríguez. Fotolibros confeccionados por Paolo Gasparini, Enrique Bostelmann, Fernell Franco y Bárbara Brändli, o videoinstalaciones, como es el caso de Video Trans Americas, del chileno Juan Downey, serán exhibidas por primera vez. El recorrido concluye con una sala dedicada a la represión en Chile, con la obra de Nelly Richard, expuesta en la Bienal de París de 1982, y Muda y desnuda, la libertad contra la opresión (1986), de Roberto Matta. Chile también, y en un periodo previo a Augusto Pinochet, aparece retratado en Masacre de Puerto Montt (1969), de Luis Camnitzer.

Queda a la vista entonces, como decía la argentina Ana Longoni, directora de Actividades Públicas del Reina Sofía en 2019, que el museo busca alejarse de una mirada eurocéntrica y cada año, cada temporada, con cada exhibición, revela que esa meta es posible, derribando muros y fronteras.