Pablo Bernasconi: “Era el típico que dibujaba todo el día, pero mal”

Fuente: La Nación – Artista de la imagen y de la palabra, el ilustrador y diseñador gráfico revisa su carrera y pide que “nunca dejemos de jugar”.

El placer de jugar y el desafío de enfrentar el aburrimiento. La curiosidad por aprender y combinar distintas disciplinas. Animarse a experimentar y a equivocarse sin temor al fracaso. Esos son los caminos creativos que le gustan transitar a Pablo Bernasconi, autor, ilustrador, artista y diseñador gráfico, tanto cuando crea un libro para chicos, cuando pinta cuadros en su estudio de Bariloche o cuando pega un salto al vacío y decide fundar una galería de arte en plena pandemia para exhibir y vender sus trabajos y de colegas emergentes. También, cuando explora temas que primero lo desconciertan y, luego, lo apasionan.

Algo así le sucedió hace unos años con el infinito, un concepto tan fascinante como inasible que lo llevó a internarse en materias como la física cuántica y la filosofía. De ese recorrido surgió uno de sus libros más complejos y exquisitos (El infinito, publicado por Sudamericana) y una muestra itinerante con ilustraciones originales y objetos curiosos, que ya se presentó en Buenos Aires, Córdoba y Mendoza.

Uno de sus juegos creativos preferidos es inventar personajes con piezas de uso cotidiano: con una tapa de un cesto de basura, una pluma y un serrucho representa a Don Quijote y con un rallador de verduras le da forma a un cohete. Bernasconi es mucho más que un ilustrador: es un creador de un universo lúdico fantástico, un artista de la imagen y la palabra. Y esas creaciones se pueden descubrir en el magnífico álbum de colección Retratos, editado por Edhasa.

Hijo de científicos (su madre era química y su padre, ingeniero nuclear), creció en un ambiente de estudio y experimentación, rodeado de libros y fórmulas matemáticas. Nació en Buenos Aires en 1975, pero a los cinco años se mudó con su familia a Bariloche. En 1978, su madre, que trabajaba en la Comisión Nacional de Energía Atómica, en Ezeiza, pidió el traslado a Bariloche. En la ciudad patagónica, donde Bernasconi volvió a vivir en plena crisis de 2001 y formó su propia familia, cursó la primaria y la secundaria. Allá, entre lagos, cerros y paisajes nevados, empezó su relación con la lectura, el arte, el cine y la ciencia.

“La búsqueda creativa siempre pasa por jugar”, dice el ilustrador
“La búsqueda creativa siempre pasa por jugar”, dice el ilustradorMarcelo Martinez

Un recuerdo (“una imagen”, según sus propias palabras) de la infancia que permanece indeleble es el “desordenado orden” de la biblioteca de sus padres. En los estantes de abajo, su madre ubicaba los libros “aptos” para chicos (María Elena Walsh, Mafalda); en los más altos estaban los otros, los de “grandes”. Como, por su estatura de niño, no llegaba a los de arriba, él se las ingeniaba para alcanzar algún ejemplar que le despertaba curiosidad. “Los estantes, a medida que estaban más altos, se ponían más ásperos. Entonces, yo recuerdo las alturas de la biblioteca como una experiencia ‘escalable’. Me trepaba para alcanzar un ejemplar y descubrir por qué estaba ahí arriba. Por supuesto que, cuando lo abría, no lo entendía. Me llamaban la atención esos signos, que parecían jeroglíficos. Era muy seductora la idea de pensar qué decía ahí y un verdadero desafío asomarse a lo incomprensible, a la abstracción total”, recuerda.

En aquella altísima biblioteca familiar que se desafiaba a escalar había libros de física, de matemática, de química mezclados con títulos de Wilde, Camus, Miller, Borges. De aquellos años proviene un hábito, que mantuvo siempre: empezar a leer por el final. No importa si se trata de un texto breve o de varias páginas: empieza, siempre, por el último párrafo. Lo hacía, también de niño, con el diario que compraban todos los días en su casa. Lo primero que leía era la página de atrás, la de las historietas.

El ritual de leer primero el final lo impulsó hace unos años a imaginar escenas que narran con palabras e ilustraciones la trama de las historias que más lo conmueven. Esas obras dieron lugar al libro Finales (Edhasa) y a una muestra integrada por gigantografías de las ilustraciones originales y también construcciones metafóricas alrededor de la literatura y los autores.

Fue su primera exhibición itinerante y estuvo de gira durante diez años. Ahora, mientras su muestra El infinito, una interesante ampliación de su libro homónimo publicado por Sudamericana en su colección infantil, se presenta en Mendoza, Bernasconi está sumergido en otro universo que lo desvela: el arte abstracto.

La ilustración de tapa de su libro "Recíproco"
La ilustración de tapa de su libro «Recíproco»

Por todas las búsquedas creativas que emprendió a lo largo de su carrera que dieron frutos como los libros, las muestras, las obras que vende en el país y en el exterior, entre otros desafíos, fue premiado este año con el Konex de Platino a las Letras, en la categoría literatura infantil. Compartió distinción con la prestigiosa autora patagónica María Cristina Ramos. Ya había sido nominado como candidato argentino a los dos premios internacionales más importantes del género infantil: el Andersen, conocido como el “Pequeño Nobel” y el Astrid Lindgren Memorial Award (ALMA). “Ayer estaba ordenando mi estudio y encontré un premio que me dieron hace unos años y me parece hermoso: amigo de las bibliotecas populares. Hay ciertos galardones, como el Konex, que distingue la trayectoria, que te reafirman la idea de seguir arriesgando o seguir fracasando, que es toda una rareza. Que te permitan seguir equivocándote me parece que es lo mejor de los premios”, dice muy convencido mientras desayuna en un café de Núñez, recién llegado del aeropuerto Jorge Newbery. Bernasconi viajó en noviembre a Buenos Aires para recibir su estatuilla en un acto a sala llena en Ciudad Cultural Konex, donde agradeció el reconocimiento y pidió (casi como un niño grande) que “nunca dejemos de jugar”.

–¿Eras el típico tímido que se “escondía” de los demás dibujando todo el día?

–Sí, era el típico que dibujaba todo el día, pero mal. No tenía ningún don extra frente a mis amigos en ese momento, solo que me pasaba más tiempo haciendo dibujos y, obviamente, tenía más práctica. Me pasaba mucho más tiempo mirando también libros, cómics, todo lo que fuese visual. También, todo lo que fuese literario. Le dediqué mucho tiempo a todo eso en mi infancia. Y así, a medida que mis amigos fueron dejando de dibujar, yo seguía y seguía. Mis dotes seguían iguales, pero me generaba más confianza, me sentía cómodo con el dibujo. Dibujaba solo, nunca fui a un curso. Me hubiera gustado, pero en esa época no era común o, al menos, no donde yo vivía, en las afueras de Bariloche.

–A los 18 años viniste a Buenos Aires a estudiar Diseño Gráfico en la UBA. ¿Cómo fue el encuentro con la gran ciudad?

–Vine a esta ciudad porque quería estudiar algo que era infrecuente; de hecho, prácticamente no existía la carrera de Diseño Gráfico en ese momento. Existía, pero no había egresados. En Buenos Aires vivía mi abuela, así que tenía dónde parar y me vine a los 18. La Universidad de Buenos Aires me pareció un lugar faraónico. Me acuerdo que la vinimos a conocer con mi mamá y esas aulas, donde después di clases, eran gigantes. Todo acá me parecía exacerbado.

En su galería de arte La ridícula idea, en Bariloche
En su galería de arte La ridícula idea, en Bariloche Martinez Marcelo

–¿Y cómo fue que volvió a aparecer Bariloche como lugar para vivir?

–Bariloche volvió a mi vida en 2001 por el corralito. En Buenos Aires trabajaba en el diario (era ilustrador y diseñador de Clarín) y daba clases en la facultad. Tenía un dinero para comprarme un departamento, pero me agarró el corralito y perdí todo. Había recibido ofertas para irme a trabajar a otros países y era muy tentador, pero también era muy triste la situación, muy angustiante. Me daba la impresión de que me iba a costar volver si me iba. Entonces, decidí renunciar a todo acá y volver a empezar de cero en Bariloche. Dije: “Me voy, pero no del país”. Mi familia vivía allá y eso me facilitaba mucho la logística. Fue lo mejor que me pudo pasar.

–¿Por qué?

–Hoy yo lo agradezco. Creo que, si no hubiera sido un momento tan trágico, probablemente no hubiese vuelto a Bariloche. Yo estaba bien en Buenos Aires, tenía trabajo, pero por una cuestión de sanar decidí irme y todo lo que vino después fue genial.

–¿Vivir en las afueras de una ciudad patagónica, rodeado de esos paisajes, te inspiró a crear?

–Me parece que, en lo personal, lo emocional, lo madurativo, en la salud y en mi mente, la construcción de mi carrera en Bariloche me llevó a ver las cosas con perspectiva: físicamente me alejo y lo veo mejor. Y entendí que eso me funcionaba más que estar en el ojo de la tormenta. En Buenos Aires me sentía como agredido por tanto estímulo y comprendí que alejándome podía disfrutarlo más, observar todo con otra contextura.

–¿Cuál fue el primer trabajo profesional que te encargaron, ese que recuerdes como “mi primer sueldo”?

–Todavía estudiaba en la facultad cuando me empezaron a pedir logos para algunas marcas, que era lo peor que yo podía hacer. Cosas muy chiquitas y yo, ilusionado con pertenecer un poco al mundo del diseño gráfico pago, aceptaba. Y después entré por un brevísimo período en una agencia de publicidad. Huí enseguida porque me di cuenta que eso no era lo mío. Fue a mediados de los 90. Por esa época, empecé en el diario en diagramación, infografía e ilustraciones. Como en todo medio, siempre había urgencias. Venían los jefes a pedir ilustraciones urgentes y si no llegaba la foto, me ponía a hacer collages con imágenes de archivo. Así empecé a tener muchísima práctica porque otros me empezaron a usar también como bombero para apagar incendios de inmediato. Fue una práctica salvaje.

Una mirada distinta para mover el mundo
Una mirada distinta para mover el mundoGentileza Pablo Bernasconi

–¿Y cuándo pasaste de “bombero que apaga incendios con ilustraciones” a crear una obra de arte, un libro álbum?

–Cuando me empezaron a convocar para trabajos como diseñador, me pedían lo mismo: solucionar problemas. Empecé a ilustrar libros, manuales, revistas de distintas clases, a expandir ese universo. Y los libros tomaron un cuerpo más parecido a lo que yo había aprendido y ahora estaba enseñando en la facultad, que era lo proyectual: tengo más tiempo, más páginas; tengo un criterio, un estilo. Tengo una relación con la narrativa y tengo que contar algo. Claro que todo eso era diferente a una tapa de un suplemento o a la urgencia del cierre de un diario: era otra cosa, otro tiempo, y me empecé a fascinar con ese proceso de trabajo.

–¿Cuál es el primer libro que contenía todos esos elementos?

–Cuando empecé a ilustrar, ya empecé a narrar. Era jugar, siempre la búsqueda fue jugar. El primer libro que ilustré profesionalmente fue uno de Cecilia Pisos que se llama Un cuento por donde pasa el tiempo, de la colección Los caminadores de Sudamericana. Me convocó la editora Mariana Vera, que acababa de ingresar a la editorial en el lugar de Canela. Era su primer proyecto también. Y ahí nomás me ofrecieron otros y le presenté a Mariana un proyecto que ya había presentado (me lo habían rebotado y ella me lo publicó). Era El diario del capitán Arsenio.

Dedicado a su padre, que le “enseñó a volar”; y a su madre, que le “enseñó a aterrizar”, el primer libro de Bernasconi como autor integral fue relanzado en 2023 dentro de la colección del sello Sudamericana que lleva el apellido del ilustrador y está integrada por diez títulos. Este año, en una edición de tapa dura, salió una “precuela” y una continuación: El joven capitán Arsenio y la máquina imposible y El sueño del pequeño capitán Arsenio. Todos están protagonizados por Manuel J. Arsenio, un “maestro quesero, herrero, buzo y, sobre todo, un precario capitán de navío, al que se le asignaban las tareas más sencillas, que aun así arruinaba”. La historia de Arsenio llega a las manos de los lectores gracias a un diario que escribió en 1780 y pico, cuando el capitán se retira de los mares para dedicarse a su verdadera pasión: crear una máquina de volar.

Pablo Bernasconi en su lugar en el mundo
Pablo Bernasconi en su lugar en el mundo

Su primer libro infantil se publicó en el país a fines de la década de los 90. Pero (con Bernasconi siempre hay sorpresas), unos años antes había salido en el exterior. “Es paradójico, pero publiqué primero afuera que en la Argentina: en Inglaterra y en los Estados Unidos. Los proyectos que acá no me querían publicar, los presentaba a editores extranjeros. Así que El diario del capitán Arsenio salió primero en los Estados Unidos y el segundo libro, El brujo, el horrible y el libro rojo de los hechizos, en Inglaterra”, cuenta.

Con el humor que caracteriza sus historias y juegos de sentido, está protagonizado por Leitmeritz, un brujo que resuelve los problemas de todo el mundo gracias a su libro de hechizos, pero no logra alegrarle la vida a su asistente, Chancery, un hombre azul y triste a quien le dicen el Horrible. Es el único título argentino que integró en 2020 la lista de recomendados del jurado del premio Hans Christian Andersen. Además de elegir a los ganadores del “Pequeño Nobel”, la prestigiosa asociación sueca selecciona veinte libros para chicos y jóvenes de los autores nominados en cada categoría. También en 2020, Bernasconi (junto con María Wernicke) fue propuesto por Alija (Asociación de Literatura infantil y Juvenil de la Argentina) como candidato de la Argentina al premio Alma, organizado por el Consejo de Cultura de Suecia.

Los relatos de Bernasconi son simples y, al mismo tiempo, muy profundos. En Mentiras y moretones reunió veinticuatro historias ilustradas y se animó por primera vez a escribir textos más largos y más personales demostrando así su madurez como autor. Siempre con el recurso del humor y los juegos de palabras, en los cuentos aparecen miedos, golpes, preguntas filosóficas, historias y leyendas de personajes entrañables. “Quería abordar un libro sobre los golpes, el fracaso, las desventuras, las pérdidas, la desilusión. Sucedió que me tocaron vivir muchas de esas cosas mientras el libro fue tomando forma. Los cuentos reflejan en parte estos procesos de forma metafórica. Lo que propongo, como eje temático, es que la relación entre los golpes, el dolor y la memoria, tiene un componente enorme de imaginación, de interpretación posterior, de digestión anímica”, declaró a LA NACION en agosto de 2016, cuando se publicó el libro. Por entonces ya hacía seis años que publicaba sus ilustraciones en este diario, que pueden “leerse” todos los domingos en la contratapa.

Ilustración del libro "Mentiras y moretones"
Ilustración del libro «Mentiras y moretones»Ilustraciones de Pablo Bernasconi

De Mentiras y moretones surgió otro libro magnífico, Recíproco, protagonizado por Lucía, una nena que “no quiere dormir si antes no le leen un libro. Siempre el mismo. Lo sabe de memoria, lo recita palabra por palabra y de principio a fin”. También de allí surgió un “salto” (que él llama “desafío”) que se impuso como método creativo: animarse a subir a un escenario para jugar con las metáforas y los dibujos de Mentiras y moretones y vencer, así, su aversión al teatro.

“Ese libro incluye muchas historias de golpes que yo me había dado: la muerte de mi madre, la enfermedad de mi hija (tiene diabetes), mi separación. Todo eso sucedió más o menos en la misma época y, claro, el libro se ve afectado por la catarsis. Una vez que salió, se me ocurrió hacer una obra de teatro que me gustara como los libros que me gustan a mí. Yo tenía un problema con el teatro: la pasaba muy mal, pero muy mal, como espectador. Me daba vergüenza ajena. Me agarraba un ataque en plena función y me tenía que ir. De hecho, siempre buscaba las butacas de los costados para salir sin molestar. Más allá de si la obra fuese buena o no, yo sentía mucha incomodidad. Y la manera de resolverlo, que no me siguiera pasando, fue hacer una obra que me gustara y subirme al escenario así no me podía ir porque iba a ser yo el que estaría ahí arriba”.

La idea resultó. Bernasconi convocó a un grupo de amigos (un abogado que también es actor y un músico) y empezaron a jugar. Por entonces pensaba: “No sé qué va a pasar con esto, no sé si va a ser una obra de teatro o si lo vamos a presentar en el living de mi casa, pero vamos a jugar con los textos, con las imágenes y con los objetos”. El juego entre amigos comenzó a crecer y a tomar forma de espectáculo. “Aprendí a querer el teatro y a disfrutar del escenario. Me pareció realmente maravilloso. Descubrí que es cierto eso que dicen los actores que no hay una función igual a la otra, no hay un público igual al otro. Aprendí a ver lo orgánico del teatro y me encantó”.

Una ilustración, de "El infinito", por Pablo Bernasconi
Una ilustración, de «El infinito», por Pablo Bernasconi

Además del escenario, donde se animó a bailar y a cantar, Bernasconi da conferencias estilo TED y este año fue el elegido por la Fundación El Libro para dar el discurso inaugural de la Feria del Libro Infantil y Juvenil. En todos los casos prepara antes unos apuntes y listo. No le gusta leer en público, prefiere improvisar.

–Hace unos años, en una charla en el espacio cultural de la Biblioteca del Congreso contaste que te da cierto pudor enfrentar a un auditorio. Pero recuerdo que empezaste a hablar y no paraste durante dos horas.

–Hay algo de una timidez puesta en escena. Es como decir: “Esto también es un desafío”. Siendo autor e ilustrador podría estar tranquilamente refugiado dentro de mi propia cabeza, pero creo que exponerse requiere un nivel de clarificación del pensamiento que me parece importantísimo. Eso lo aprendí en la universidad también: entender que lo que sabía no lo sabía hasta que lo podía explicar a los demás. Tengo una charla que se llama “Un dibujo chiquitito”, que resume mi idea sobre la creatividad: yo dibujo en cuadernos y empiezo con dibujos muy chiquitos y voy explorando hasta desarrollar un proyecto, una idea. En el camino, puedo equivocarme un montón de veces y eso es, justamente, lo que interesa.

–Este verano, en Bariloche, presentaste un “maridaje” original con una bartender que creó cócteles a partir de tus personajes. Fue como dar todavía un paso más en la interdisciplina.

–Sí, es que yo adoro esos cruces. Me gusta combinar lo literario con la ciencia, el teatro, el cine, la filosofía. Me parece que enriquece. Creamos tragos a partir de obras y de personajes. Fue muy divertido. Por ejemplo, “El viejo y el mar” tenía espuma de sal y ron por Hemingway y “El Principito” era un whisky clásico con un hielo hecho con agua de rosas y pétalos.

–Tu galería de arte La ridícula idea nació en plena pandemia. Cuando todo cerraba, vos decidiste abrir un espacio para artistas.

–Era un momento en donde lo tangible estaba en crisis. Cualquier proyecto que no fuera virtual parecía ridículo en ese contexto. Yo recibía consultas de mucha gente que quería ir a mi estudio, que está en mi casa, donde tenía mis obras. Pero no quería que la gente que no conocía fuera a mi casa. Entonces dije: “Voy a armarme un estudio en otro lado para exhibir mis obras y dar espacio a los artistas de la zona”. Así surgió la galería. Lo de “ridícula idea” nació porque me parecía que en la pandemia poder encontrarnos, compartir, era algo ridículo.

En la actualidad, la galería (una casita de madera ubicada sobre la avenida Bustillo, frente al lago) abre al público los sábados por la tarde. Además, organizan visitas a muestras, charlas y presentaciones. Todo, siempre, con una invitación a jugar, a sorprenderse. “Estoy convencido de que el juego es lo último que se va a extinguir en el planeta”.

Pablo Ríos pinta los personajes de historietas en pequeño formato

Fuente: La Gaceta – La muestra se inaugurará esta noche en Fausto Galería, en Muñecas 713. Más de 40 pinturas se exhibirán con sus propias historias.

Más de 40 obras de pequeño formato, en su inmensa mayoría, contarán grandes historias. Pablo Iván Ríos, “de colección”, se inaugurará esta noche a las 20 en Fausto Galería, en Muñecas 713.  

El artista, que se autodefine como “figurativo contemporáneo”, se presenta en el único texto del catálogo.

“Nunca gané una beca, pero obtuve premios nacionales. Hice muchas muestras en lugares impensados y participé en infinidad de salones; en el Salón de París gané la medalla de bronce en 2015 y la de plata en 2016”, indica.  

La exposición tiene la curaduría de María Lilia Peña y Segundo Ramos.

En estas piezas, el pasado diferido de Ríos lo persigue y se hace presente: la decisiva influencia del comic, de la historieta (fue uno de los fundadores la revista Papalú), y con nuevos (viejos) personajes rescatados de los 70 y 80 que aparecen en la Casa Histórica o cruzando la avenida Mate de Luna; con esa conducta tan tucumana de no respetar las normas de tránsito, mientras el auto de los Dukes de Hazzard parece sobrevolar en el cruce, en el Monumento al Bicentenario (la pintura se llama “El origen del universo”).

Los autos y camionetas clásicas del artista están ausentes, obras con las cuales  pudo vivir; sí están presentes la radio a transistores y los casetes, soportes sobre los que se plantean algunas de los relatos. 

Desde el rápido correcaminos, Batman, Betty Boop, el profesor Neurus y la Casa Histórica, pasando por Isidoro Cañones y el zorro; el Mercado Persia y la Pantera Rosa, Popeye, la imagen de la casa Salvic y Condorito.  

 “Los inadaptados de siempre”, está protagonizada por Neurus Pucho.

También participan Clemente, Hijitus, Popeye y Olivia y Speedy Gonzales, entre muchos otros. En otro trabajo el Cristo de Iramain se eleva sobre un paisaje.

Así, de “Los inadapatados de siempre”, con el profesor Neurus y Pucho (de la serie televisiva “Hijitus”, 1967), a la más “moderna”,  “Transformers y transformados”. Y Betty Boop recorre la ruta 38 montando un  zorro.

“Crecí leyendo toneladas de revistas Anteojito, D´artagnan, Gilgamesh, Savaresse, Patoruzú, Capicúa, Popeye y un montón más”, reconoce el artista.

Dibujo

Cuando  LA GACETA lo  entrevistó durante la pandemia, contó su alternancia entre el dibujo y la pintura: “cuando paro de pintar, dibujo, y después vuelvo a pintar. Con cada una de las dos técnicas la cabeza trabaja diferente. A los encargos que tengo los voy llevando a piñas. Agarro uno y le doy con todo, después paro y agarro otro. Pinto dos o tres cuadros a la vez, porque al ir alternando entre uno y otro, se va refrescando la mirada”.

Por sus méritos artísticos fue nombrado Miembro Asociado de la Sociedad Nacional de Bellas Artes de Francia, y es el único argentino en ostentar tales distinciones en toda la historia de la plástica del país.

La artista argentina que dibujó a Harry Potter volvió a ilustrarlo por los 25 años del primer libro

Fuente: Clarín – En julio de 1990, dos hechos aparentemente desconectados tendrían un elemento en común: Harry Potter. En Escocia, a una escritora sin experiencia la asaltaba la idea de un niño hechicero mientras viajaba en tren. Durante el mismo mes del mismo año, pero en Estados Unidos, una joven argentina decidía que, a pesar de algunos comentarios escépticos de sus profesores, estudiaría ilustración.

La británica era J. K. Rowling y la argentina, Dolores Avendaño. Ella es la artista detrás de todas las portadas de los siete libros en español de la saga Harry Potter. Esas ilustraciones que fueron la carta de presentación de un fenómeno sin precedentes.

Ahora, en su casa de Escobar, Dolores rememora su carrera a 25 años de la publicación del primer libro, Harry Potter y la Piedra Filosofal. Ese que la llevó a dibujarlo por primera vez y le abrió las puertas a un mundo que, para ella, estuvo cargado de magia desde mucho antes. Hace poco, en colaboración con el coleccionista Patricio Tarantino (@coleccionistaharrypotter), ilustró una pequeña tirada especial, en honor al aniversario. Un nuevo dibujo salido de su pluma muestra otra vez a Harry con su lechuza Hedwig en 10 primeras ediciones del libro que Patricio fue juntando para orquestar este reencuentro entre la artista y su obra. Su Harry.La imaginación de Dolores Avendaño, la ilustradora argentina de Harry Potter.La imaginación de Dolores Avendaño, la ilustradora argentina de Harry Potter.

¿Cómo fue el camino que la llevó a ser elegida para dibujarlo? «Me recibí de diseñadora gráfica en la UBA, pero cuando me dieron el título yo ya estaba en Estados Unidos. Siempre supe que quería estudiar ilustración, pero en ese momento acá no existía la carrera», cuenta Dolores en el estudio que tiene en su casa y donde atesora todos los libros que pasaron por sus lápices y acuarelas.

Investigando qué universidades enseñaban ilustración, dio con una que tenía como materia «cuentos de hadas». La magia ya la convocaba. «Mi madre tenía una colección de cuentos donde cada tomo era de un país distinto: Rusia, China, India. Yo leía el cuento, pero lo que me encantaban eran las ilustraciones. Ni siquiera sabía que se llamaba así pero yo quería hacer eso», recuerda.

En 1990, apostó a todo o nada por la universidad que parecía llevarla por ese camino. Envió tres dibujos y, a contrarreloj y corriendo camino al correo, redactó una carta contando por qué quería asistir a esa institución. Mucho antes de internet, debió insistir por llamadas de larga distancia hasta que le confirmaron que había sido aceptada.Dolores Avendaño es la autora de la versión de Harry Potter que ilustró todas las tapas de los libros en español.
Foto: Diego Waldmann.Dolores Avendaño es la autora de la versión de Harry Potter que ilustró todas las tapas de los libros en español. Foto: Diego Waldmann.

Así, se embarcó sola y por primera vez en su vida al hemisferio norte. Con algunas materias homologadas, debió hacer un curso de verano para ponerse a tiro. «En mi clase había un grupo de estudiantes que eran unos fenómenos, se llamaban ‘el regalo de Dios a la ilustración’. Hubo dos profesores que me recomendaron estudiar otra cosa, que era un ambiente competitivo y que iba a ser muy difícil para mí. Les agradecí, y seguí», confía.

Dolores estaba segura de que allí estaba su futuro. En dos años y medio completó la carrera, sola y sin contactos, y recibió su primer trabajo: On Halloween Night, un libro que le permitía desplegar toda su imaginación en páginas completas y con libertad absoluta. «Fue algo extraordinario, me dieron el trabajo en la entrevista misma. Puse mi alma en él, y fue como si a un atleta le dieran como primera competencia las Olimpíadas. Es el mejor libro que un artista puede tener, todo está en tus manos», agrega.

Era, a su vez, la llave maestra para lo que vino después. La editorial Emecé la contactó para «Sufridor: el caballito criollo que llegó a Alaska» y, poco después, para el proyecto de un ignoto niño mago que venía desde Gran Bretaña. Para ese entonces Dolores ya estaba de vuelta en la Argentina y preguntándose si lograría conseguir nuevos proyectos, a tantos kilómetros de distancia.Otra imagen de Harry Potter, luchando contra el basilisco, un monstruo con forma de serpiente gigante.Otra imagen de Harry Potter, luchando contra el basilisco, un monstruo con forma de serpiente gigante.

«La portada de Harry la tenía que entregar en una semana. Eso incluía leer el libro, hacer los bocetos y el original. Sentí que era el libro para mí», afirma, como recordando una corazonada. Así como la editorial Bloomsbury aceptó publicar el manuscrito de J.K. Rowling que otras habían rechazado, Dolores dio el salto de fe hacia esa historia que terminaría rompiendo todos los récords y marcando a fuego a una generación que hoy ronda los 40 años.

«Es muy importante cuando es algo que sentís adentro tuyo. Hay una frase que me encanta: ‘la vida se expande en proporción al coraje'», afirma. Ante la hoja en blanco, Dolores tenía algunas directivas: el director de arte le había pedido a Harry en la escoba, el unicornio y el castillo. Lo más difícil fue cómo resolver, estéticamente, la imagen del protagonista sentado en la escoba. Después de tres bocetos llegó la imagen que, unos meses después, inundaría las góndolas de todas las librerías del mundo hispano.

El fenómeno editorial se anticipó al boom del estreno de la primera película. Lo demás es historia. Las ilustraciones de Dolores acompañaron cada entrega de la saga literaria, cada vigilia previa al lanzamiento de un nuevo libro y están todavía en millones de casas alrededor del mundo. En paralelo al éxito, cuando Dolores empezó a transitar la década de los 30, comenzó a sentir la presión. Junto al coleccionista Patricio Tarantino, con quien lanzó una tirada especial en aniversario a los 25 años de La Piedra Filosofal.Junto al coleccionista Patricio Tarantino, con quien lanzó una tirada especial en aniversario a los 25 años de La Piedra Filosofal.

«Confluyeron varias cosas. Hubo un cambio en la portada y me pedían a Harry en primer plano, pero yo siempre preferí mostrar el universo. También me cayó la ficha de que tenía un sueño inconcluso que era correr larga distancia», confiesa. Fue en ese momento cuando el deporte apareció como un bálsamo. Aunque las redes sociales todavía no existían, la expectativa del público se sentía y también las exigencias de la editorial. Dolores, entonces, empezó a entrenar para correr ultramaratones. Lejos de escapar, le sirvió para volver a centrarse.

«La ilustración y el deporte para mí siempre se complementaron. El tablero, el estudio, siempre son algo cerrado, solitario. Corriendo también estás solo, pero afuera. Ese contacto me sirvió cuando estaba trabada», asegura. Poco a poco le fue volviendo a encontrar el gusto a la ilustración. Mientras Dolores viajaba a diferentes países a correr megamaratones que pueden llegar a demorar días, Harry Potter también llegaba a su fin.

El séptimo libro se publicó en 2007, y ya no hubo más. «Harry Potter nunca se cierra. En un momento dije ‘ya está, quiero otras cosas’, pero es difícil porque es algo sumamente icónico. Aunque, nunca se sabe tampoco…», aventura Dolores, quien sigue muy activa y sus obras pueden encontrarse incluso en libros de lectura, productos alimenticios o hasta reglas para medir la altura de los chicos. En su taller, incluso, tiene una mesa repleta de huevos de ñandú pintados por ella y donde la temática fantástica sigue muy presente, como en toda su vida.

Si algo destaca de su obra, es que sigue siendo tan analógica y artesanal como siempre. Si bien hace algunos retoques con la PC, sigue usando el tablero que usaba que tenía cuando estudiaba Diseño. «La sensación del pincel en la mano, el ritual me encanta. Mi elección es seguir trabajando así», agrega. Sobre un escritorio despliega algunas de sus antiguas ilustraciones de Harry Potter: aparecen Hagrid, Dumbledore, los dragones. Pasaron 25 años pero no hay mejor excusa para volver a encontrarlos.

Cómo son los dibujos de Michael Jackson que se rematan con un precio base de un millón de dólares

Fuente: Clarín – En agosto, en una casa de remates de Los Ángeles, los fans y coleccionistas tendrán la oportunidad de comprar dibujos firmados por el mismísimo Michael Jackson, ya que varias docenas de sus obras se subastarán al mejor postor.

El sábado 3 de agosto, la firma mundial de subastas King’s Auctions venderá 78 dibujos del difunto Rey del Pop. Cada ilustración fue firmada personalmente por el astro.

Jackson, que murió en 2009 a la edad de 50 años por una intoxicación aguda por propofol, fue un fanático de las artes plásticas durante toda su vida y comenzó a dibujar a una edad temprana. A lo largo de su carrera, mientras estaba de gira, recurría con frecuencia al dibujo y pronto se convirtió en su gran pasatiempo y hobby.Michael Jackson murió en 2009, a los 50 años de edad. Se preparaba para volver a los escenarios. Michael Jackson murió en 2009, a los 50 años de edad. Se preparaba para volver a los escenarios.

“Fue influenciado por muchos géneros artísticos, desde el clásico y el arquitectónico hasta el pop art e incluso el retrato formal. También tenía un gran cariño por las costumbres londinenses y británicas”, dijo la gente de King’s Auctions en un comunicado de prensa.

Los detalles

Esta amplia colección de obras de arte originales de Michael Jackson incluyen imágenes dibujadas a mano de Marilyn Monroe, Andy Warhol, el David de Miguel Ángel y el propio Jackson vestido con una túnica estilo Jedi.Uno de los dibujos de Michael Jackson que se subastarán el sábado 3 de agosto. Uno de los dibujos de Michael Jackson que se subastarán el sábado 3 de agosto.

Otros artículos dignos de mención de la colección incluyen representaciones de Jackson de la reina Isabel II, Peter Pan, Walt Disney, Ronald Reagan, el general Armstrong Custer, George Washington, Thomas Jefferson y John Quincy Abrams.

La mayoría están dibujados a mano con lápices de colores encerados y algunas fueron hecha en papel con membrete presidencial que Jackson recibió durante una visita a la Casa Blanca. Dibujo de Michael Jackson como Caballero Jedi.Dibujo de Michael Jackson como Caballero Jedi.

Según se lee en el comunicado, “Estas obras de arte de Jackson tienen la mayor intimidad posible. Su inspiración se comunican claramente en cada pieza, y por eso cada una es única y refleja las distintas épocas de la vida del artista… Los fanáticos y coleccionistas pueden apreciar la oportunidad de poseer una pieza del legado único e impresionante de Michael Jackson… estos dibujos ofrecen un vistazo a la mente de una de las figuras más creativas y célebres de la historia reciente”.

Antes de que los artículos se vendan por separado, la casa de subastas dará la oportunidad de comprar la colección completa por el precio base de un millón de dólares.

Si no se presenta ningún postor, se venderán individualmente. En ese caso, la oferta inicial para cada obra de arte individual es de $9,999.

Una polémica

Una declaración en el sitio web de Kings señala que la subasta es “autorizada por el Tribunal de Santa Mónica” y no cuenta con el respaldo de los herederos de Jackson.

https://c6e435fa7528d4c332c2b48183c6b11e.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.htmlUna ilustración de Michael Jackson bailando. Una ilustración de Michael Jackson bailando.

Justamente, un representante del patrimonio Jackson declaró que no aceptan estos bocetos como auténticos, y señaló que examinaron la obra de arte hace años y, tras una inspección más exhaustiva, sintieron aún más dudas. Dicen que han transmitido esto a la casa de subastas desde entonces e insisten en que no han obtenido ninguna evidencia que, para ellos, sugiera que estos dibujos fueron hechos por el difunto ícono.El David de Miguel Angel, dibujado por Michael Jackson. El David de Miguel Angel, dibujado por Michael Jackson.

Kings Auction tomó posesión de las obras de arte a través de procedimientos judiciales recientes. Antes de su adquisición, se almacenaron en un espacio de arte privado en Santa Mónica, California, que Michael visitaba con frecuencia para trabajar mientras se recuperaba de procedimientos de cirugía plástica. Dibujos de Michael Jackson. Subasta 2024Dibujos de Michael Jackson. Subasta 2024

La firma en los dibujos ha sido autenticada por Roger Epperson, quien también confirmó que los bocetos no eran impresiones sino originales.

Hermenegildo “Menchi” Sábat, el artista de todos los públicos

Fuente: Clarín – Su obra es de todos hace tiempo: de sus colegas, editores prestigiosos y miembros de la Academia Nacional de Periodismo que ayer lo recordaron, en un encuentro muy emotivo en el hall central del Museo Nacional de Arte Decorativo (MNAD), de sus compañeros de redacción, con quienes compartió experiencias, y de sus lectores. Incluso de aquellos caricaturizados que, más de una vez, pese a la ironía de sus ilustraciones, le pedían los originales de sus trabajos.

La muestra “Hermenegildo Sábat, maestro del retrato” concluirá el próximo domingo, luego de cuatro meses exitosos. Pasaron por el MNAD más de 120 mil personas. Un récord para un artista, dibujante, periodista, autor de libros maravillosos, que partió hace casi seis años, a los 85 años.

En una charla impulsada por la Academia Nacional de Periodismo que Sábat presidió, se reunieron los académicos José Ignacio Nacho López (quien hoy ocupa el sillón Manuel Belgrano); Ricardo Kirschbaum, secretario general de la Redacción de Clarín; Joaquín Morales Solá (hoy analista político de La Nación pero que recibía sus ilustraciones durante la guerra de Malvinas en este diario); Eduardo Van der Kooy, editor y secretario de Redacción de Clarín, coordinados por el periodista Pablo Sirvén. La idea del encuentro, titulado “Memoria periodística”, fue recordar a Sábat en su trabajo como caricaturista, pero también como compañero del espacio profesional.

https://92c572389323b0fc0baa48f912c95c53.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.htmlTributo a Hermenegildo Sábat, de der. a izq. José Ignacio López, Ricardo Kirschbaum, Joaquín Morales Solá, E. van der Kooy y, en el extremo izquierdo, Pablo Sirvén. Fotos de Ariel Grinberg Tributo a Hermenegildo Sábat, de der. a izq. José Ignacio López, Ricardo Kirschbaum, Joaquín Morales Solá, E. van der Kooy y, en el extremo izquierdo, Pablo Sirvén. Fotos de Ariel Grinberg

Reconocido hace un mes como Personalidad Destacada de la Cultura y, sin duda, el mejor vocero presidencial en 40 años de democracia (lo fue del Presidente Raúl Alfonsín, en los primeros años de una democracia en vilo), José Ignacio López hizo –tal vez sin querer- un anuncio: está en proyecto la realización de un documental sobre Menchi Sábat. Y si, como le cuenta a Cultura el director del Museo Decorativo, Hugo Pontoriero, la expo fue visitada por mucha gente joven, es un proyecto muy auspicioso que exista un registro audiovisual del inolvidable artista.Tributo a Hermenegildo Menchi Saáat en el Museo de Arte Decorativo. Fotos de Ariel GrinbergTributo a Hermenegildo Menchi Saáat en el Museo de Arte Decorativo. Fotos de Ariel Grinberg

Tras agradecer a su viuda Blanca, y a sus hijos Rafael y Alfredo Sábat (quien heredó el gen y el oficio paterno), López dijo luego haber prestado tanta obra inédita para la muestra, que “nadie como Menchi retrató mejor nuestra larga decadencia, nuestra inestabilidad permanente, la crisis moral de las dirigencias, el derrumbe económico y social, la tragedia de la dictadura. Nadie como él nos interpeló con toda esa historia que está sobre los hombros de todos nosotros”. Y agregó: “Menchi no se fue. Está entre nosotros, interpelándonos a través de sus dibujos. Es un «Imprescindible», y lo es en este tiempo. Pocos como él contribuyeron de tal manera al ejercicio de la libertad de expresión en todos los tiempos y a la recuperación de la democracia. Según Nacho López, la exhibición de Sábat es el mejor exponente de “una memoria para construir” y no para dividir.Registros de video que alimentarán un documental. Fotos de Ariel Grinberg Registros de video que alimentarán un documental. Fotos de Ariel Grinberg

Tras mencionar a sus compañeros de mesa, Kirschbaum, Morales Solá y Van der Kooy, que compartieron horas intensas de redacción con Sábat, el académico anunció el video que se proyectó seguidamente, donde se pudo ver a Sábat conversando primero con Hugo Alconada Mon, durante una entrevista, y luego con Graciela Fernández Meijide, en los que cuenta con pocas palabras su proceso de creación: “El asunto es dibujar las ideas que vos tenés. Cuando me preguntan qué pensaba cuando hice determinado dibujo, creo que tiene que ver con el momento que vivía en ese instante. Y por otro lado sé que hay límites, lo que no significa que un dibujo mío no vaya a publicarse. No es un juego ver un dibujo publicado”, dice Sábat en el video.

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Con varios de sus retratados, Sábat tuvo luego una amistad. Por ejemplo, con Dante Caputo y Juan Sourrouille, Canciller y Ministro de Economía respectivamente durante el gobierno del presidente Alfonsín. Con su sentido del humor austero dice Sábat, amante del jazz y del tango, en el video: “Dormir es lo que mejor hago y nadie me felicita por eso”.

Sirvén, quien coordinó a los participantes, acotó que “con Menchi se terminaba esa tensión entre la palabra y la imagen que existe en las redacciones, quizá por esa franqueza y esa simplicidad con que se expresaba”. La pregunta fue si era un humanista quien dibujaba, teniendo en cuenta que también se abrió al mundo de la música, del arte y de la literatura.Autoeretrato de Menchi Sábat, eterno habitante de la redacción.Autoeretrato de Menchi Sábat, eterno habitante de la redacción.Viudas de la dictadura; los generales en procesión a su propio velorio. Una histórica caricatura del dibujante. Viudas de la dictadura; los generales en procesión a su propio velorio. Una histórica caricatura del dibujante.

Recogió el guante Morales Solá, quien subrayó: “En primer lugar, con Menchi nunca hubo tensiones. Fue el mejor analista político de su tiempo. No recuerdo haberle pedido algo en particular. Tenía una singularidad y es que con pocos trazos y ninguna palabra decía muchas cosas. Sin dudas de aquella época (en la que Morales Solá era el segundo hombre a la cabeza de la Redacción de Clarín). Recuerdo el dibujo titulado “Las viudas”, en la época en que terminaba la dictadura militar y empezaban las impugnaciones por los derechos humanos; todo eso se expresaba en ese grupo de altos jefes militares. Desde el poder nadie se quejaba”.

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Morales Solá recordó luego la cantidad de gente “importante que pedía los dibujos de Menchi. Pero no las copias, sino los originales en los que los había dibujado”. Y agregó que su aspecto de “hombre duro” era para esconder su timidez», “no recuerdo haberlo visto enojado.

Cómo lo recordaron sus compañeros

De inmediato Ricardo Kirschbaum se refirió al famoso dibujo de Hermenegildo Sábat que causó un gran revuelo en el país: Sábat dibujó a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner con dos tiritas cruzadas sobre la boca, en medio del conflicto con el campo por el frustrado proyecto de retenciones móviles, ideado por el entonces Ministro de Economía kirchnerista, Martín Lousteau.Ricardo Kirschbaum, al recordar al maestro Sábat. Fotos de Ariel Grinberg Ricardo Kirschbaum, al recordar al maestro Sábat. Fotos de Ariel Grinberg

El hecho ocurrió en 2008 y la presidenta usó por primera vez el atril público, durante un acto en Plaza de Mayo, para atacar a un periodista a quien acusó de enviar “un mensaje cuasimafioso”. Así lo recordó Ricardo Kirschbaum. Un año antes lo había acusado de “machista”.

Kirschbaum recordó el momento como “algo muy particular. Fue el famoso dibujo donde esa Cristina, con las tiritas en la boca, aludían a que hablaba demasiado. Y ella había dicho que la querían censurar. Pero Menchi nunca contestó. Salvo una vez que escribió un texto que tengo guardado, citando a un músico de jazz que hablaba sobre los códigos no escritos de la mafia. Es la única referencia que hizo sobre el hecho. Nunca quiso hablar sobre el tema”.Cristina Fernández en medio del conflicto con el campo, en 2008. Ésta y otras caricaturas de ese año beligerante enfurecieron a la presidenta. Cristina Fernández en medio del conflicto con el campo, en 2008. Ésta y otras caricaturas de ese año beligerante enfurecieron a la presidenta.

El secretario general de Clarín agregó un recuerdo: un general muy prominente hizo llegar a la redacción un mensaje y era que si Sábat lo seguía dibujando, iba “a aparecer flotando en el Río de la Plata”. Kirschbaum continuó: “El periodista que en ese momento cubría Ejército trajo esta recomendación al diario. Y Menchi respondió: ‘Bueno, yo soy rioplantese‘”. Lo que provocó sonrisas perplejas en la audiencia, que colmó ayer el hall del MNAD.

“Quiero aclarar algo y es que Menchi era un periodista que iba a la Redacción todos los días porque necesitaba un contacto más cercano con lo que se estaba cocinando –compartió Kirschbaum–. Uno hablaba con él sobre lo que iba a escribir y él hacía lo que quería, pero se adaptaba a los espacios del periodismo. No era un artista que hacía su obra con independencia del vehículo donde sería publicado. El sabía de qué se trataba y dónde se iba a publicar su dibujo”.Desde el comienzo del segundo período de Carlos Menem, no volvió a dibujarlo sino pegado a su sillón presidencial. Desde el comienzo del segundo período de Carlos Menem, no volvió a dibujarlo sino pegado a su sillón presidencial.

Y contó que en la redacción de Clarín hay un dibujo de Sábat, al estilo de un retablo, que retrata desde la presidencia de Roca hasta Menem, sentado en el sillón de Rivadavia.

Kirchsbaum rindió un sentido homenaje a Sábat al señalar que el dibujante “dijo muchas más cosas que nosotros en épocas muy difíciles. El se animaba a decirlo de una manera mucho más sutil. No era directo, sino simbólico”.R. Kirschbaum y el columnista dominical Alejandro Borensztein, en la inauguración de la muestra en el Museo Arte Decorativo.
Foto de Emmanuel Fernández. R. Kirschbaum y el columnista dominical Alejandro Borensztein, en la inauguración de la muestra en el Museo Arte Decorativo. Foto de Emmanuel Fernández.

Luego lo recordó Van der Kooy, quien recordó algo entrañable y es que “a veces en la redacción, uno lo veía de espalda en posición de meditación profunda. En verdad, estaba cabeceando. Pero había un aspecto de Menchi para destacar y es que desmistifica con su forma de ser, con su imaginación y con su arte, eso de asociar la rutina como algo burocrático, poco creativo, Menchi era muy rutinario. Iba a la Redacción incluso los feriados, pero esa relación con ese mundo para él era imprescindible y consiguió convertirlo en algo creativo. Demuestra que la creación también requiere disciplina”.

Del encuentro, cálido y colmado de recuerdos, surgieron calificaciones para Sábat como “un clásico”, “un hombre de cultura erudita”, “un maestro” reelegido por unanimidad como presidente de la Academia Nacional de Periodismo, lo que habla de su empatía y de la admiración que se le tenía.

https://92c572389323b0fc0baa48f912c95c53.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.htmlRetratos de J.L. Borges y Julio Cortázar; la literatura, siempre. Foto de Emmanuel Fernández Retratos de J.L. Borges y Julio Cortázar; la literatura, siempre. Foto de Emmanuel Fernández

Fue interesante un concepto que compartieron los expositores: Menchi Sábat, un defensor de la libertad de expresión, no necesitaba que nadie le pusiera límites “porque los conocía. Y ampliaba esos límites, lo que nos daba más posibilidades en el periodismo”.

También hubo un comentario jocoso sobre su carácter y sus pocas pulgas. Si había que decirle algo que podía no gustarle, había que pensarlo y enviar en todo caso a quien se atreviera. Pero en todos los casos, se subrayó que buscando nuevos recursos narrativos y nuevas técnicas, Menchi Sábat tuvo un modo singular de relacionarse con el mundo.Aníbal Troilo, "Pichuco", visto por Sábat. Foto de Emmanuel Fernández Aníbal Troilo, «Pichuco», visto por Sábat. Foto de Emmanuel Fernández

Quizá su dimensión, que cruzó fronteras, quede sintetizada en esta anécdota contada por Kirschbaum: “El despacho de Menchi en la Redacción quedó como estaba, intacto. Hace poco vino un dibujante español y se lo mostramos. Y apenas entró se puso a llorar”.

Luis Scafati, desmesura y virtuosismo en un documental sobre su carrera

Fuente: Clarín – Ese hombre, tan apacible que hasta podría pasar por un beatífico monje zen, asegura que el rasgo principal de su estilo es la desmesura. Cuesta empatar esa autopercepción de desequilibrio por exceso con su aspecto sereno y su mirada cálida, pero es una descripción certera. Si uno se acerca demasiado a algunas de las ilustraciones de Luis Scafati es posible que experimente el mismo vértigo que da mirar hacia lo profundo de un abismo.

En ese sentido, siempre ha trabajado al borde de lo comunicable, sondeando la parte oscura de la existencia con una pluma de una sensibilidad exquisita y una técnica cuyo virtuosismo amplifica el asombro del observador. ¿Cómo puede alguien dibujar así y contagiar ese sentimiento incómodo de que en el horror subyace una fascinación que nos hace sentir culpables?

“Creo que lo primero que nos impulsó al guionista Ciro Novelli y a mí a realizar un documental sobre Luis fue la cercanía con su mundo, con su casa-taller y la amistad que nos une –sostuvo en charla con Ñ la realizadora Silvana Díaz Coppoletta, al frente del documental Scafati. Palabra pintada–. Esa proximidad nos permitió conocer no sólo al gran artista que es, sino también a una persona profunda y comprometida. Sentimos que su universo merecía ser mostrado por él mismo, narrado por él mismo”.

https://5df6fc7adcfd74e4b8bc42ffd33954c4.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.htmlScafati siempre ha trabajado en la parte oscura de la existencia. Scafati siempre ha trabajado en la parte oscura de la existencia.

El proyecto fue aprobado por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) a finales de 2019, pero el proceso de realización sufrió las demoras que impuso la pandemia de Covid-19 en 2020. Diaz Coppoletta hilvana imágenes de una potencia visual notable –el arranque de la película lleva al espectador hasta una suerte de remake de la cueva de Altamira donde Scafati, iluminando la oscuridad con una antorcha, se dispone a ser el primer hombre que tradujo lo real con sus trazos sobre un muro– que acompañan la propia presencia de Scafati contando su derrotero artístico, con el contrapunto de las versiones y visiones de su pareja, la ilustradora Marta Vicente y las de su hija Florencia que, genética obliga, también es artista plástica.

Desde Mendoza, vía videollamada, Scafati también conversó con revista Ñ sobre el documental que lo tiene por protagonista: un hipnótico recorrido por la vida y obra de un artista que ha sido y es, a lo largo de más de cinco décadas, ilustrador de revistas, libros de literatura y, en sus años de juventud, también autor de viñetas humorísticas. El documental está disponible en la plataforma Cine.ar, que es de acceso gratuito aunque Scafati. Palabra pintada requiere, momentáneamente, el pago de un arancel módico (400 pesos) por su status de estreno.Documental "Luis Scafati. Palabra dibujada".Documental «Luis Scafati. Palabra dibujada».

–¿Cómo fue verse retratado en un documental, revisitando en primera persona la propia trayectoria vital?

–Fue una especie de golpe, porque yo no lo había visto. Vi la película recién cuando se estrenó en el cine Gaumont, en abril de este año. Además, ver los trabajos tan ampliados –son trabajos relativamente pequeños, y la medida más grande puede ser 50 x 70 cm, no mucho más– es algo que te moviliza mucho, del mismo modo que las animaciones que aparecen sobre mis dibujos. Todo aquello que circula alrededor de mi trabajo me hace verlo de otra manera.

–No se habla demasiado del tópico «influencias» en el documental. ¿Hay algún prurito en los artistas a la hora de reconocer el impacto y la gravitación de otros colegas sobre la propia obra?

–Si tengo que mencionar influencias, tengo que armar una guía telefónica. Soy muy influenciable, y no sólo por la cosa plástica, porque la literatura ha incidido terriblemente en mi trabajo. La música también. Entre los plásticos, mi maestro fue Roberto Páez. Fue un auténtico formador de artistas, además de ser una persona extraordinaria. Me ayudó a comprender un montón de cosas del dibujo, y llegué a ser su ayudante. Lo conocí en Mendoza, pero cuando me instalé en Buenos Aires fui a su taller y me convertí en ayudante, que en esa época era servir el té o el café.

Páez manejaba mucho todo lo que era la plástica pura, a pesar de que se dedicaba a ilustrar: ilustró el Martín Fierro, el Quijote, cosas maravillosas de un grande reconocido internacionalmente. Él me enseñó que no hay un límite entre la plástica y la ilustración; tenía una formación profunda y comento esto porque por entonces existía un prejuicio arraigado, sobre todo en los que nos habíamos formado en la facultad de Artes, respecto de la ilustración. Ilustrar era una cosa peyorativa: si algo era muy ilustrativo, te decían que era malo. Fue un tipo muy divertido, con mucho humor. Un maestro.Scafati menciona a Roberto Páez como su gran maestro.Scafati menciona a Roberto Páez como su gran maestro.

–Has ilustrado autores decisivos como Kafka, Melville, Poe, entre otros. ¿Tenés algún proyecto literario en proceso?

–En este momento estoy trabajando con Los detectives salvajes, el libro de Roberto Bolaño. Pero mi interés más profundo está orientado a inventar mis propias historias, y dibujarlas, o dibujar las historias y luego escribirlas. Lo de Bolaño surgió como un pedido editorial de España, y yo ya había leído ese libro, pero en mi vida imaginé que iba a terminar ilustrando una novela de esa densidad.

Y sucede algo extraño: lo estoy volviendo a leer, ya desde la mirada del ilustrador, y cambia totalmente en relación a lo percibido en la primera lectura. No imaginé nunca que terminaría dibujando este texto porque es una novela densa, coral, gruesa como para encima agregarle dibujos, pero ahora que estoy inmerso en ella la propuesta me resulta muy interesante, es algo así como un desafío ver hacia dónde la llevo desde lo visual.

–¿Te exigís el mismo rigor estilístico que ponés en la ilustración a la hora de escribir los textos que acompañan algunos de tus libros como Sálvese quien pueda y Bestiario?

–A mí me gusta mucho escribir. Y lo hago con total irresponsabilidad, y esa libertad me parece que es piola. Y no tengo necesidad de mostrarlo, salvo cuando he hecho algún trabajo puntual. Y me siento cómodo. En cuanto al dibujo, son años ya que estoy con tintas, plumas, lápices, y todo eso es parte de mi vida, como si fuera una tercera mano. Necesito seguir eso, casi como una compulsión, seguir desentrañando esa energía que me lleva no sé adónde.La directora Silvana Díaz Coppoletta.La directora Silvana Díaz Coppoletta.

–¿Tenés alguna anécdota que te permita medir cómo es recibido tu trabajo por parte del lector?

–Hoy, con las redes sociales, la devolución de lo que la gente recibe con tu laburo te llega muy rápido, casi de manera instantánea. Pero, siendo muy joven, dibujaba en una revista que se llamó Mengano, y todavía vivía en Mendoza y cada tanto viajaba a Buenos Aires, y a la redacción alguien había enviado una carta por un laburo mío, una tira que se llamaba Barrio viejo.

Eran historias de un barrio mendocino, que sospecho que era como cualquier otro barrio en este planeta. Era una familia que me invitó a comer. En Mendoza todo queda acá nomás, pero en Buenos Aires no: yo paraba en el Centro y esta gente estaba en, no sé, Liniers. Pregunté, me tomé el colectivo y llegué muy tarde, ya habían comido. Un bochorno. Deben haber pensado “este no va a venir”.

Scafati Básico

  • Mendoza, 1947. Se formó en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Cuyo, donde fue expulsado en 1976 por su activismo político en el Centro de Estudiantes.
  • Instalado en Buenos Aires, a partir de 1977, desarrolló una carrera de ilustrador en revistas prestigiosas como Humor, Tía Vicenta, Hortensia, Fierro, Noticias, El Periodista, El Péndulo y en los diarios Página 12, Sur, La Nación y El País de Uruguay, entre otros medios.
  • Ha ilustrado obras de clásicos de la literatura universal como George Orwell, Pablo Neruda, Roberto Arlt, Ricardo Piglia, Herman Melville, Franz Kafka, Robert Louis Stevenson, Edgar Allan Poe, Ray Bradbury y Kurt Vonnegut, entre otros autores.

Es autor de los libros Sálvense quien pueda y Bestiario, ambos publicados por Loco Rabia Editores.

Del papel al formato digital: tres dibujantes juninenses cuentan las ventajas y los desafíos

Fuente: Diario Democracia – Democracia conversó con artistas locales, quienes se refirieron a los trabajos por computadoras y sus cuidados para no perder la esencia artística. Además, comentaron sus experiencias, entre el dictado de clases, los trabajos freelance y las exposiciones en ferias y muestras.

El dibujo es una expresión artística que se comienza a adquirir a temprana edad. Pero realizar un dibujo en formato digital implica, además de habilidades artísticas, ciertos conocimientos técnicos. Es que, a diferencia del dibujo tradicional en papel, la ilustración digital se lleva a cabo utilizando una tableta gráfica y un lápiz óptico. Además, se requiere un programa de dibujo o una aplicación digital específica.

Ante ese panorama, y a medida que la tecnología avanza, los artistas se enfrentan a la elección de qué método utilizar para expresar su creatividad. Al respecto, Democracia conversó con tres dibujantes juninenses quienes han sabido cómo traspasar los límites del dibujo tradicional y volcarse a lo digital, sin perder la esencia de lo artesanal. 

En el caso de Florencia Paccela, ella comenzó con el dibujo desde muy pequeña, “copiando personajes animados de revistas y luego de historietas, como Patoruzito o Dragon Ball”, según relató. “Tomé clases de dibujo y pintura cuando iba a la escuela y luego en la universidad estudié diseño de historieta y comencé a realizar producciones propias para publicar de manera digital como física”, aseguró.

Para ella, el dibujo, la ilustración y las historietas “son sus hobbies”, porque lo disfruta más de esa manera. “En lo laboral, siempre me he dedicado al diseño gráfico y web”, explicó.

Con llegada de la era digital, los artistas han sido testigos de un salto en las posibilidades creativas. La capacidad de corregir y modificar rápidamente, la variedad de pinceles y efectos digitales, y la posibilidad de compartir y recibir retroalimentación instantánea son solo algunas de las ventajas que la tecnología ofrece.

Sin embargo, es verdad que la elección entre el dibujo tradicional y el digital es una decisión personal y depende del estilo y preferencias de cada artista. En tal sentido, el juninense Esteban Ocampo rememora sus inicios y brinda un consejo para los principiantes. “Yo empecé en el papel y es lo que voy a recomendar. Pero está bueno saber las dos cosas: tener un equilibrio entre ambas opciones. Porque si bien hay muy buena tecnología, que te permite realizar muy buenos trabajos, también está bueno ensuciarse las manos y renegar un poco. Es decir, la responsabilidad de empezar una obra en una hoja y no saber cómo terminará”, resaltó. 

Por su parte, para Blas Rodríguez, alias Bongo, “estar entre las dos vertientes es muy nutritivo también”. “Hasta el día de hoy dibujo, pinto y me gusta ir mezclando; por ahí hacer un dibujo, tirarlo en la computadora, continuarlo ahí y después sacarlo”, remarcó.

Rodríguez cursó sus estudios en la Escuela de Artes Visuales de Mar del Plata “cuando recién comenzaba a incorporarse la computadora en tal área y todo lo digital”. “La promoción anterior no usaban nada de eso, era un trabajo muy a mano; con pinturas, acrílicos. A mí me agarró justo en el quiebre, donde los profesores también estaban aprendiendo sobre eso. Así que hubo mucha exploración y puedo decir que me sirvió muchísimo”, aseguró. 

En ese sentido, Internet también ha cambiado la forma en que nos relacionamos y experimentamos lo artístico; dado que permite el intercambio horizontal de información entre artistas, espacios relacionados al tema, y aquellos interesados por el arte. “El dibujo ya no es algo que está arraigado tanto al museo o a las ferias. O sea, es una parte muy importante, pero también te podés hacer muy reconocido por las redes”, indicó Ocampo. 

Y agregó: “En el taller, con mis alumnos hacemos trabajos relacionados con lo tradicional, es decir, con hoja y lápiz y quizás después lo terminamos en alguna tablet”. 

Sus experiencias con el dibujo

Paccela define su estilo como “expresivo, espontáneo, pero a la vez detallista”. “Me gusta que se note el trazo y la tinta en la hoja”, subrayó. Actualmente está trabajando en una historieta ambientada en Japón medieval. “Allí intervienen samuráis, criaturas del folklore japonés y muchos paisajes naturales”, detalló. 

En el caso de Blas Rodríguez, fue un profesor de la secundaria quien lo condujo a sus futuros estudios, basándose en el interés que, desde chiquito, tenía por el dibujo. “Fue Horacio Alonso, de la Escuela Comercial, quien me abrió los ojos: a mí no me gustaba diseño gráfico, sino más que nada la ilustración’”. 

Así fue que, tras un par de años, se recibió de Ilustrador profesional. “El estudio me sirvió muchísimo porque aprendí de ilustración aplicada, comercial y editorial. Así que me incliné por ese lado”. 

“Tengo un estilo medio pop y un poquito japonés, pero no del lado del manga, sino un japonés más tradicional, más cartoon” explicó. Remarcó, además, que le interesa mucho “la mezcla de estilos y temáticas”. 

Por su parte, tras recibirse en la Escuela de Arte Xul Solar de Junín, Ocampo trabaja, desde hace tiempo, con la manga; un estilo conectado con la animación japonesa. “Manga vendría a ser la historieta. Actualmente estoy dedicado a mis talleres presenciales de dibujo, los cuales están destinados a todas las edades”, relató. 

Junín y el dibujo

Los tres coinciden en que Junín ha sabido brindar espacios e iniciativas artísticas para todas las edades. “Yo pude tomar clases de dibujo y pintura desde los 10 años. Di clases de historietas en Dadá Club de Arte. Presenté mi libro en Tono Local y, además, conocí muchos colegas en la Escuela de Arte”, detalló Paccela.

También destacó la Feria Yeso, “donde conoció y compartió con personas de distintos lugares”. Se trata del evento cultural que reúne a dibujantes, ilustradores, diseñadores y artistas visuales, de todo el país. “La idea surgió luego de ver que había muchos colegas, diseñadores que también estaban interesados en el dibujo y que hacían distintos productos, como una remera y un fanzine”, explicó Rodríguez. 

Según contó, la feria tiene, entre sus reglas, que la mayoría de la producción que cada uno lleve, sea de su propia autoría. “Empezó siendo algo de Junín, pero después creció un montón y se hizo conocida. Así que abrimos una convocatoria, donde de tal día a tal día se manda un proyecto, lo que se quiera presentar, y de ahí hacemos una selección y se arma en base a eso; pero hemos tenido participantes de Mar del Plata, La Plata, Rosario y Capital. Estamos muy contentos”.

Muestra en el MUMA 

Blas Rodríguez presentó ayer su primera muestra individual en el Museo Municipal de Arte “Ángel María de Rosa” (MUMA), situado en Roque Sáenz Peña 141. “Se trata de mi proyecto personal que es Bongolandia, desde donde empecé a armar como una historia, diseñando personajes, y empezando a aplicarlo en diferentes objetos. He diseñado tazas de cerámica y remeras”. 

Bongo nació hace ya 14 años. “Y ahora que cumplí 40 años decidí hacer la muestra con todo lo que he armado durante este tiempo”, indicó.  

Y añadió: “Casi 15 años de bocetos, objetos, productos e ilustraciones estarán expuestos. La muestra permanecerá en el museo durante todo el mes de julio”.

Homenaje a los dibujantes de Humor, la revista que anticipaba la democracia

Fuente: Clarín – Una muestra homenajea a los dibujantes de la revista de la risa política editada entre 1978 y 1999. Humor, también reunió a los grandes escritores y periodistas de fines del siglo XX.

“Vos tenés un talento muy raro, ¿y qué más tenés?” -le dice Andrés Cascioli al ver unas páginas de Artó-. “Entonces le doy esto, ‘La historia general del cerebro’: es una historia de Dios, al que no le gusta cómo le salió el mundo, tira una bomba atómica y después se ahorca. Le gusta y me dice ‘yo te lo voy a publicar con el cuadrito a color’, y hace algo inusual porque poner cuatricromía, en los setenta, para un único cuadrito… ahí me di cuenta de que me tomaba en serio. Yo le afanaba a Blechman. Así que me di rienda suelta e hice unas diez páginas más […]”, testimonia Eduardo Ojeda Ortiz -Artó, su seudónimo-, sobre su desembarco en la redacción de Chaupinela, desde su Chile natal. Otra, de Meiji: “Comencé a publicar en la 4° edición de Humor y lo hice hasta su cierre en 1999. Estar ahí era como jugar en la Selección, aunque sea con uno o dos chistes por número. Todos queríamos estar […].Martínez de Hoz, por Cascioli. Muestra de la Revista Humor.Martínez de Hoz, por Cascioli. Muestra de la Revista Humor.

Ambas anécdotas entre otras joyitas orientadas al deleite visual, ofrece Nada se pierde: dibujantes de Humor, muestra sobre la emblemática y masivamente popular revista publicada entre 1978 y 1999 por Ediciones de la Urraca, que abarca Humor registrado y más ediciones aledañas. Una inmersión a cierto mundo fantástico sucede al ingresar a la Galería Circular del patio de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (BNMM). “Es una muestra de arte, periodismo, historia de la prensa gráfica, del humorismo; de historia del arte en una mirada amplia, como debe ser además, por lo menos del arte contemporáneo. Es conocido que el gran cambio de Picasso fue influenciado por historietas que Gertrude Stein -recibía comics dominicales del Chicago Tribune, cuenta ella en sus memorias- le dio en 1906 y él del dibujo naturalista (pasó el periodo rosa y azul) ‘saltó’ a ‘Las señoritas de Avignon’”, la presenta su curador, José María Gutiérrez.El Señor López, presente en la Muestra de la Revista Humor.El Señor López, presente en la Muestra de la Revista Humor.

“Del grito pelado al mensaje velado, puede describir el derrotero de la prensa gráfica y su humorismo, y también la producción cultural relevante de entonces, teatro y rock etcétera, que atraviesa los setentas. La revista Humor corre el velo a finales de los setentas y por eso es tan significativa, al correrlo habilita que prorrumpan los ochenta”, señala el experto. Entre las enmarcadas y en vitrinas 70 piezas componen la imponente expo junto a menos de una decena de portadas, entre las de Humor, SuperHumor, Péndulo y Minotauro. Hay sillas alrededor y hay gente que se sienta, permite asimilar lo visto. En plena dictadura, ser dibujantes críticos a nivel recalcitrante y hacer de las suyas, era jugarse la vida pero se evidencia: Humor les dio libertad.

“#Gracioso! Me parece muy cool ver cómo eran los memes antes, jaja” -Vicky. Esa y otras cosas geniales o desopilantes surgen entre los comentarios del libro de visitantes a la muestra. “La reacción de una piba nacida en la era digital, de redes y dispositivos electrónicos; el cartoon o lo que llamamos viñeta que es el dibujo autoconclusivo, de una sola imagen; por ejemplo lo que publica Crist en Clarín, para ella es un meme: es impresionante. El cuaderno está lleno de notitas que deja la gente, lo que más se repite: ‘Parece que 40 años no hubieran sido nada de tiempo’, porque los temas son los mismos; la deuda externa, la discusión sobre los desaparecidos, la corrupción, tarifazos… Lo otro, es ‘Qué grossos artistas eran y qué necesidad hay de que exista un medio que los publique: la falta que hace una Humor, hoy”, relata su curador.

Fati, un dibujante descomunal o Sergio Izquierdo Brown un autodidacta: está su Menotti escupiendo a Bilardo en birome azul Bic sobre el papel de máquina de escribir, “agarra y trabaja con lo que sea, era tan bueno que dibujaba con cualquier cosa; eran algo extraordinario”, destaca Gutiérrez. En muchos casos, hasta implicaba que uno hacía el guion y otro el dibujo, o uno ilustraba y otro coloreaba.Menotti según Izquierdo Brown.Menotti según Izquierdo Brown.

Un Leopoldo Marechal fumando su pipa (carbonilla), por Cascioli y entre las imágenes más impactantes se ve a la Libertad crucificada de fondo y delante festejan Videla, Massera y más dictadores ridiculizados. Además, músicos interpretados con lírica bohemia poética, con las mejores plumas en letras y dibujos es lo que dio aquella revista desde sus portadas e interiores, por su espectacular contenido las hace obras de arte desde paneles con obras y ploteados, vitrinas verticales repletas de revistas u otras rectangulares con dibujos originales y herramientas de trabajo de los propios artistas: pinturas, pinceles, plumines, plumas, estilógrafos. “Para que se vea la materialidad, ahora la mayoría trabajan sobre iPad; es algo que inevitablemente se va a ir perdiendo», subraya su curador, José María Gutiérrez.

Un Charly García hippie -por Cascioli- indica la siguiente etapa con el primer número de revista Hurra que edita la Urraca; tras el éxito de cuando Humor pasa de vender 40 mil ejemplares a 140 mil en un año: tal apogeo es donde arranca la muestra. “Hay decisiones que podrían observarse incluso críticamente, como a Nine haciendo portadas de la revista Humi; medio se debían julepear los niños, aunque genial quizá son un poco aterradoras…”, cuenta el curador. Competía con Billiken y Anteojito.Un Charly García hippie -por Cascioli- indica la siguiente etapa con el primer número de revista Hurra que editaba la Urraca.Un Charly García hippie -por Cascioli- indica la siguiente etapa con el primer número de revista Hurra que editaba la Urraca.

Explica: “No quise centrarla toda en Humor, sino ‘A partir de Humor’ porque suceden otros fenómenos muy interesantes eso que no pasan con otras publicaciones también emblemáticas: siempre con los mismos equipos dibujando abarcó distintos géneros de revistas de publicación periódica; algo interesante de la muestra que los originales más exhibidos han sido los de Cascioli (alma máter de la publicación) pero justamente acá trato de mostrar algo no expuesto antes”.

Engloba creaciones de 35 artistas: María Alcobre, Patricia Breccia, Claire Bretécher, Maitena Burundarena, Max Cachimba, Andrés Cascioli, Ceo, Oscar Chichoni, Cilencio, Dany Duel, Fontanarrosa, Raúl Fortín, Carlos Garaycochea, Alfredo Grondona White, Petisuí, Néstor Ibañez, Sergio Izquierdo Brown, Carlos Killian, Sergio Langer, Lawry, Jorge Limura, Lizán, Eduardo Maicas, Jorge Meiji, Eduardo “Artó” Ojeda Ortiz, Daniel Paz, Peni, Miguel Rep, Tomás Sanz, Jorge Sanzol, Jeremías Sanyú, Luis “Fati” Scafati, Tabaré, Tacho y Viuti.Bosquivia, según Raúl Fortín.Bosquivia, según Raúl Fortín.

Su enfoque es mostrar las otras producciones, las ilustraciones de artículos, las historietas publicadas. “En base a esa exhibición de dibujos creo que quizás logré demostrar la enormísima calidad artística de los artistas gráficos que colaboraron allí, los argentinos tenemos profesionales en la Argentina de enorme calidad, cantidad de artistas gráficos que han sido de avanzadas a nivel mundial, en cuanto a estilo, formas y concepciones”, subraya Gutiérrez.

Esta publicación logró hacerlos convivir, eso es un fenómeno realmente notable, para su curador “es sorprendente la amplitud de formas, estilos, lenguajes e imaginarios tan contrapuestos incluso que no se ven en ninguna otra publicación. Fue un producto y su efecto está ahí además, cómo transforma a una cultura una sociedad y se convierte en algo superlativo, trasciende los sentidos de lo que puede ser cualquier producto que se vende y se compra. Son ese tipo de artistas formados en la academia editorial”.

Algunas de las cosas más valiosas: “La recuperación de algunos artistas perdidos que nuevas generaciones no los conocen y quizás es difícil que los hayan olvidado aquellos que pudieron ver sus obras el tiempo que fueron publicadas porque la publicación periódica es un tema extraordinario, no son libros; se escribe de otra manera, es la inmediatez: recuperás el pasado cuando revisitás los diarios y las revistas de antaño”, resalta.

El curador, agrega: “Con esas tapas -sus ‘máscaras’, fundamentales para entender los mensajes e íconos históricos del presente, componen una iconografía para describir esa época- encuentra una fórmula en la que va a conformarse con un medio opositor al gobierno militar hasta convertirse en esa figura emblemática de resistencia e inclusive de ofensiva, contra que la convierte en una publicación exitosísima. El otro aspecto importante es que fue la última gran publicación periódica masiva de humor gráfico; luego de esa no hubo más basada en dibujos”.Eustaquio, por Tabaré.Eustaquio, por Tabaré.

“Al final de la muestra es Sex Humor y Juan Pablo González, firmaba Max Cachimba, en Fierro; ‘Lo que vendrá’ y ese jovencito, su antecedente: sin él, no habría muchísimo de lo que tenemos hoy. Me interesó cerrar con eso, porque ya es un producto de la democracia, ahí estoy diciendo algo con la muestra. Busqué aquello que las hizo significativas, por ejemplo los discursos tremendos en la ya clásica Boogie, el aceitoso. Estamos viendo los períodos oscuros, los de la metáfora, censura y autocensura donde los temas son siempre la libertad, la libertad de expresión estamos hablando de plena dictadura del año 79, etcétera y para ya terminar con un producto de plena apertura democrática: SexHumor es una revista que nunca podría haber salido durante el período militar por eso termina la muestra ahí con esta irrupción de las mujeres dibujantes profesionales que comienzan a publicar regularmente; es un nuevo lenguaje, una nueva sensibilidad y que está manifiesta en esos inicios, además, lo que hoy están publicando muchísimas extraordinarias artistas la raíz está ahí: puedo verla claramente en los dibujos de pioneras como Patricia Breccia, María Alcobre, la primera Maitena, entre otras.

https://www.instagram.com/p/C8XtnVQMsc_/embed/captioned/?cr=1&v=14&wp=675&rd=https%3A%2F%2Fwww.clarin.com&rp=%2Frevista-n%2Fhomenaje-dibujantes-humor-revista-anticipaba-democracia_0_P0ymWhvwz6.html#%7B%22ci%22%3A0%2C%22os%22%3A2889%2C%22ls%22%3A98%2C%22le%22%3A2857%7D

Enmarcada entre las celebraciones extendidas por los 40 años del retorno democrático, lo central de la exhibición son los originales: pinturas, dibujos, materiales gráficos, obras de arte todos originales de artistas y acompañados por las revistas que integran la muestra son parte de su acervo, en perfecto estado de conservación. Pues el archivo del Centro de Historieta y Humor Gráfico Argentino de la BNMM tiene una colección de museo, de originales de arte con más de 60.000 dibujos; desde el año 2012 cuando comenzaron a reunir toda esa documentación.

“La puesta moviliza reflexiones: el fin de los originales, la última publicación periódica; es el fin de una era de comunicación, el fin de las publicaciones periódicas tal como las conocíamos -impresas, las gráficas; la materialidad, el papel-. Es un cambio muy grande, no sé si lo estamos mensurando pero ya estamos metidos ahí, sin terminar de entenderlo: un cambio total en las comunicaciones”, concluye Gutiérrez.

  • Nada se pierde, dibujantes de Humor
  • Lugar: BNMM, Agüero 2502
  • Horario: mar a dom, 14 a 19
  • Fecha: hasta el 31/6
  • Entrada: libre y gratuita

Fontanarrosa: la revolución de la risa y la inmortalidad de los cuentos

Fuente: Clarín – Es 2004. III Congreso Internacional de la Lengua Española en Rosario. Roberto Fontanarrosa está invitado. Su participación tiene que ver con el uso de ciertas palabras que la RAE considera “malas”. Su conferencia resulta memorable –la recordada sonoridad de algunos términos bien argentinos, que no sería lo mismo si no se los usara–. Hoy, aquella ponencia llena de comicidad se puede revivir en YouTube, donde cuenta con millones de visualizaciones.“Fontanarrosa: influencia en las nuevas generaciones de historietistas”.Fotos: Enrique García Medina“Fontanarrosa: influencia en las nuevas generaciones de historietistas”.Fotos: Enrique García Medina

Así es como Fontanarrosa se metió en cierto imaginario cultural del siglo XXI: de alguien que comprende, desde muchos niveles (la lengua, la narración, reconocer la carnalidad de ciertas palabras, el encantamiento de masas) que el humor es la forma más elevada de la inteligencia y la sensibilidad.

Pero Roberto “el Negro” Fontanarrosa, historietista, escritor, humorista, dibujante, hincha ferviente de Rosario Central, ya hacía tiempo que estaba en la historia grande de la cultura en Argentina.

Por esto mismo que nos demuestra que su figura se mira desde esta parte del almanaque pero se vive su obra en pleno presente, en el espacio cultura de Clarín en la Feria del Libro de Buenos Aires se decidió recordarlo organizando esta noche una mesa llamada “Fontanarrosa: influencia en las nuevas generaciones de historietistas”.

Un universo para el Negro

Moderada por el periodista Diego Marinelli, la actividad contó con los reconocidos Max Aguirre, El Niño Rodríguez, Miguel Rep y Flor Balestra. ¿Cómo ingresar en el universo vasto de Fontanarrosa?“Fontanarrosa: influencia en las nuevas generaciones de historietistas”.Fotos: Enrique García Medina“Fontanarrosa: influencia en las nuevas generaciones de historietistas”.Fotos: Enrique García Medina

Balestra comezó por recordar su figura: “Yo era la única mujer que dibujaba dentro de un círculo propio de varones. Sin embargo, el Negro a mí me habilitó un montón, me presentaba dónde podía, me dio un espacio de reconocimiento. Yo, que soy de Rosario, lo veía en el mítico bar El Cairo con su grupo de amigos con los que solo hablaba de fútbol, política y mujeres y veía que el también le prestaba atención a los que ocurría afuera de la mesa. Creo que los cuentos, disparatados y hermosos, los saco de ahí, de tener esa actitud de estar adentro y afuera. Por eso creo que el bar le daba material de laburo. Cuando enfermó, todos sus amigos lo siguieron viendo hasta el final. De todas maneras, nunca lo recuerdo mal, siempre lo pienso contento. Debo ser la única que no tiene un dibujo del Negro.”

Autor de Clarín desde 1973, Fontanarrosa hizo de Rosario (y su amor por Central) un territorio que lo volvió un personaje reconocible. En ese aspecto siempre se mantuvo fiel a sus orígenes, y de ahí fue hacia el resto del mundo. Eso le dio un lugar extraño (por nuevo) en la historieta argentina.“Fontanarrosa: influencia en las nuevas generaciones de historietistas”.Fotos: Enrique García Medina“Fontanarrosa: influencia en las nuevas generaciones de historietistas”.Fotos: Enrique García Medina

Opinó Rep: “Tengo sensaciones alrededor del Negro. Yo era lector de cosas infantiles y recuerdo que de ahí pude pasar a cosas de adultos. Él aparece en ese pasaje. También está Crist. Entonces creo que Crist y Fontanarrosa construían algo nuevo. Eso es producto de un boom argentino en la historieta de ese momento. Los dos la renuevan desde un lado extraño, deudor de la historieta sería. Fontanarrosa en realidad quería ser Pratt pero no le salió. Le salió lo grotesco, la parodia, con una gran deuda al cine y la literatura. Algo novedoso y a la vez tenía un poco de chanta, lo digo en el mejor sentido de la palabra”.

Humor novedoso, fresco y que provenía de las provincias: la trilogía de la reinvención de un territorio que ya estaba mirando hacia el futuro y estaban naciendo Boogie, el aceitoso, por ejemplo. Y continuó Rep: “Eso a mí me rompió. Fontanarrosa me parecía algo de nosotros, de los nuestros”.“Fontanarrosa: influencia en las nuevas generaciones de historietistas”.Fotos: Enrique García Medina“Fontanarrosa: influencia en las nuevas generaciones de historietistas”.Fotos: Enrique García Medina

Un trabajo posible

Esa sensación de cercanía fue muy vital para que la historieta pareciese un trabajo posible.

Aportó Max Aguirre: “Yo soy de conurbano. Y lo descubro en la Skorpio Extra. Lo que Fontanarrosa hacía no tenía nada que ver con lo que yo leía. Y metía muchos chistes. Me hacía reír mucho, no podía creer que se pudiese hacer eso .Y es un lujo increíble generar eso. También me voló la cabeza. De ahí me hice fanático. Por otra parte descubrí sus cuentos y comprendí otra manera de mirar el mundo. Fui muy lector de él, muy fiel. Y eso estaba en consonancia con la cultura popular que siempre disfruté”.

Esa mixtura de unir alta y baja cultura, cuando pocos lo hacía, ya sea en sus historietas o en su narrativa, hacían de Fontanarrosa un animal complejo.

Contó El Niño Rodríguez: “El mecanismo es el chiste. Siempre laburás con eso. Fontanarrosa laburaba mucho con los géneros. Le tiraba hacer la sátira. Y en ese sentido es interesante ver sus distintas décadas de sus dibujos. Son piezas de una evolución muy clara y atractiva”.“Fontanarrosa: influencia en las nuevas generaciones de historietistas”.Fotos: Enrique García Medina“Fontanarrosa: influencia en las nuevas generaciones de historietistas”.Fotos: Enrique García Medina

Evocar a Fontanarrosa se percibe como poner en relieve la existencia de un clásico, y que también se puede ver como un ícono de la Feria del Libro de Buenos Aires. El legado de la historieta y el humor gráfico están en su figura de autor, sus innovaciones y su estela en sus lectores (que siguen creciendo).

Además, Fontanarrosa es sinónimo de humor gráfico a lo argentino, desde este país. Y de poner a la risa (tanto como el fútbol) en un sitio de privilegio de los materiales literarios. ¿Qué le espera a Fontanarrosa hacia el futuro con todo el trabajo que dejó? Rep se arriesgó con un pronóstico: «Para la inmortalidad, el Negro quedará por sus cuentos y no por sus historietas.”

A los 91 años, murió el dibujante y escritor Ziraldo, un clásico de la literatura infantil y la historieta

Fuente: La Nación – El presidente Lula da Silva, Xuxa, Laerte Coutinho, Ivan Lins, Liniers, Ariel Tarico, María Teresa Andruetto y Rep, entre otros, despidieron en redes sociales al querido humorista y escritor brasileño, que falleció este sábado en Río de Janeiro.

Causó consternación en América del Sur la muerte del escritor, dibujante, caricaturista y periodista brasileño Ziraldo Alves Pinto (conocido como Ziraldo), anteayer, a los 91 años en su casa en Río de Janeiro, según informó su familia. Desde el presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva hasta la cantante y conductora Xuxa, pasando por la historietista Laerte Coutinho, el músico Ivan Lins, la escritora María Teresa Andruetto, el dibujante Liniers, el humorista Ariel Tarico y la editora Mercedes Güiraldes, de Emecé, donde se habían publicado algunas de las obras más conocidas del escritor, lamentaron la muerte de Ziraldo, el inolvidable creador de El gusanito de la manzana, Una maestra macanuda y El Pibe Piola. Su primer libro, de 1969, fue Flicts, la historia de un color raro y diferente. Había nacido el 24 de octubre de 1932 en Caratinga, en el estado de Minas Gerais en donde pasó su infancia. Toda su carrera artística se desarrolló en Río de Janeiro. Publicó más de cien libros y vendió más de diez millones de ejemplares.

Libros para chicos de Ziraldo publicados en la Argentina: "El Polilla", "Las flores de primavera" y "El gusanito de la manzana"
Libros para chicos de Ziraldo publicados en la Argentina: «El Polilla», «Las flores de primavera» y «El gusanito de la manzana»Archivo

Brasil perdió este sábado a uno de los mayores exponentes de la cultura, la prensa, la literatura infantil y el imaginario del país -escribió ayer el primer mandatario brasileño en su cuenta de X-. Caricaturista, historietista, escritor y periodista, Ziraldo es nombre omnipresente en la cultura popular brasileña”. Ziraldo obtuvo el prestigioso Premio Iberoamericano de Humor Gráfico Quevedos en 2008. “O Menino Maluquinho [el Pibe Piola en la Argentina, el Polilla en España], su personaje más conocido, pobló mentes y la imaginación de niños de todas las edades en todas las regiones. Es un libro que se convirtió en película y obras de teatro, inspiró canciones y viene siendo transmitido de padres a hijos como sinónimo de inocencia, curiosidad y belleza”, agregó Lula da Silva.

Fue famoso por sus obras clásicas de la literatura infantil y, en su país, un referente (al nivel de Quino en la Argentina) de la historieta y las artes gráficas. Como periodista y humorista, integró el equipo de O Pasquim (El Pasquín), un semanario de prensa alternativa fundado en la década de 1960 que denunciaba los atropellos de la dictadura militar brasileña, y condujo el programa televisivo Etcétera.

“Lo conocí en 1991 cuando Emecé lo invitó para promocionar El Pibe Piola, con traducción de Juan Forn, en coincidencia con que Xuxa tenía su exitoso programa de televisión El show de Xuxa, al que lo invitó-dice a LA NACION Güiraldes, que tradujo El chico de la historieta, de Ziraldo-. Eran amigos y ella lo reconocía como uno de sus descubridores. Vino para tratar de conseguir que El Pibe Piola se conociera en el país tan bien como en otros países de América Latina. Iba a estar una semana en Buenos Aires pero tuvo un neumotórax, por lo que debió operarse acá, en la Clínica del Sol, y se quedó más de un mes. Vinieron su mujer y sus hijos a visitarlo, nos vimos muy seguido y nos hicimos amigos. Era divertídisimo, amaba el fútbol y Buenos Aires, y era muy querido. Era amigo de muchos dibujantes argentinos como Quino, Rep, Fontanarrosa y Crist. Decía que los dibujantes del mundo entero formaban una comunidad mucho más unida que la de los escritores”. También, que todos los dibujantes latinoamericanos se habían formado mirando los dibujos e historietas de José Antonio Guillermo Divito.

“Fue en tu programa, Etcétera, que mi vida en televisión comenzó… -escribió Xuxa en su cuenta de Instagram-. Desde entonces siempre has sido parte de mi vida, de mi historia, de la historia de la Fundación y de tantos niños. Gracias por todo lo que has sembrado y un beso en tu corazón. Vaya con Dios”.

“Fui su amigo y lo veía cada vez que iba a Río, algo que en una época hacía con frecuencia -cuenta el editor Daniel Divinsky a este diario-. Almorzábamos en el hotel Ouro Verde, en Copacabana, que a él le gustaba mucho. Lo había conocido por mi relación con la gente de O Pasquim, un semanario humorístico contestatario que desafiaba a la dictadura brasileña: él lo codirigía con Jaguar, otro humorista gráfico, que estaba casado con la escritora Olga Savary, a cuya casa fui varias veces. Ziraldo era muy amigo de Quino; los dos habían el mismo año”. Además de libros para chicos, publicó libros humorísticos.

“Siempre escribir es más difícil -dijo en una entrevista con la Universidad de Alcalá, al recibir el Premio Iberoamericano de Humor Gráfico Quevedos-. Todos los escritores del mundo, si tuvieran un poco de tiempo, mejorarían su texto, por eso yo nunca releo lo que escribo. El dibujo es y está terminado. Lo mejor, en todos los casos, es tener una buena idea. El dibujante tiene una idea simple, la decodifica y se emociona en un instante. Hay quien dice que un buen dibujo salva cualquier idea, yo no, creo que es lo contrario, una buena idea es capaz de salvar cualquier dibujo”.

Se destacó como promotor de la lectura en su país y en América del Sur, y como un gran defensor de la educación pública y los programas de alfabetización, en los que colaboró a lo largo del tiempo. La editora Daniela Azulay despidió a Ziraldo en su cuenta de Facebook con un fragmento de El chico de la historieta (que forma parte del catálogo deEdiciones Continente): “Entonces una voz le dijo: ‘Tomá la palabra ‘palabra’. Podés descomponerla en otras dos: ‘pala’ y ‘abra’. Pala es una herramienta, un instrumento. Abra es una forma del verbo abrir. Por lo tanto, la palabra es, al mismo tiempo, instrumento y puerta. Ahí está la salida que buscabas’”.