Cómo es el nuevo Malba en Escobar

Fuente: Perfil – Con una gran inversión económica y la naturaleza como elemento esencial de la exhibición, se inauguró la nueve sede de Malba en Escobar.

Como parte de los festejos del 23 aniversario del nacimiento del Museo Malba de Buenos Aires, se inauguró uno de los proyectos más importantes de la institución: Malba Puertos. Se trata de un nuevo espacio de exhibición, en el partido de Escobar, que mantendrá una agenda diferenciada de actividades y programas.

El flamante museo, gratuito y de entrada libre, está ubicado dentro de Puertos, un desarrollo inmobiliario de la constructora de Eduardo Costantini, Consultatio, iniciado hace casi dos décadas, que apuesta a convertirse en una ciudad para 70.000 personas (hoy viven allí 5000). A solo 4 km. de la Panamericana (kilómetro 45 del ramal Escobar) el Museo será una de las principales atracciones culturales de la zona.

El edificio, instalado en el centro neurálgico del pueblo, frente al lago central, tiene la forma de una estructura de aire y luz que se integra perfectamente con el paisaje circundante. El Estudio Herreros de España estuvo al frente del proyecto con el apoyo de Torrado Arquitectos. Bulla se encargó del paisajismo y Flora Estudio, del diseño del mobiliario. El conjunto tiene 5500 m2, entre espacios cerrados y jardines circundantes y requirió una inversión de alrededor de 12 millones de dólares.

Malba Puertos

“Malba Puertos nace del deseo de ampliar el impacto cultural y social del Museo en nuevas audiencias. También de la necesidad de albergar nuevas formas de expresión y exhibición, acordes al museo del siglo XXI, en el que las disciplinas y formatos son cada vez más híbridos e interdisciplinarios y donde el visitante es un participante activo”, explicó Eduardo Costantini al presentar Malba Puertos.

También destacó que en su ejecución y montaje participaron durante varios años cientos de personas (arquitectos, desarrolladores, personal de Malba y de Puertos) y más de 60 artistas vivos, los creadores contemporáneos que serán el alma y el motor del proyecto artístico del nuevo museo.

La coordinación general del espacio estará en manos de Eleonora Jaureguiberry, ex Secretaria de Cultura y Ciudad de San Isidro. Su tarea será generar los lazos con la comunidad para que la institución se inserte vitalmente en la zona en que está emplazada.

Lo que hay que ver

Capitalizando la excelente experiencia internacional en materia de creación de museos y centros culturales en zonas que no contaban con este tipo de ofertas, Malba Puertos seguramente (como en otras partes del mundo) será el motor de una actividad social y comercial diversa (desde la construcción hasta la gastronomía) impulsada por el empuje de la cultura.

Dividida en dos zonas diferenciadas, dentro y fuera de los límites del museo, la nueva institución propone un programa ideal para pasarla bien por muchas horas. A las muestras temporarias en las tres salas internas, se suman en el edificio una tienda y una cafetería-restaurante con vista privilegiada al lago. El lugar esta a cargo del chef Alejandro Féraud, responsable en Buenos Aires de Alo’s, con la compañía de la chocolatería Las Romeas. Todo el espacio que rodea al museo se constituye, además, en una plaza amplia y cómoda para pasar la tarde, leer, reunirse o solo mirar el cielo.

Malba Puertos

El entorno natural es parte esencial de este proyecto, que extiende la exhibición a cada uno de los rincones de la ciudad, incluso a la reserva de 6 kilómetros sobre el Río Luján, que se encuentra en los límites del pueblo. La visita de las salas se puede combinar con una larga caminata para recorrer la muestra permanente a cielo abierto, que reúne la obra de 23 artistas.

Este recorrido, llamado “Circuito de Arte Público”, está dividido en tres zonas. La primera está organizada alrededor de las principales vías de comunicación del pueblo. La segunda interviene toda la costa del lago central. Y la tercera se interna en la reserva natural. Irina Kirchuk, Pablo Accinelli, Florencia Almirón, Daniel Basso, Diego Bianchi, Daniel Joglar e Irene Kopelman son algunos de los autores de las esculturas “site-specífic” en exhibición.

Malba Puertos

“Podemos empezar a cualquier hora del día, podemos ir en pijama si se nos antoja, el recorrido lo decidiremos en el momento, según lo que nos dicte la intuición o la pereza”, propone la crítica y narradora María Gainza en “Paseos no obligatorios”, una suerte de catálogo literario que escribió para acompañar cada una de las obras del circuito público. Para leer sus textos, hay que descargarlos en el teléfono desde el QR que se encuentra en el emplazamiento de cada trabajo.

Malba Puertos

Contemplación

Las esculturas del artista tucumano Gabriel Chaile, que Costantini adquiriera en Venecia en 2022, son piezas fundamentales del nuevo museo; no solo porque estarán allí en forma permanente, sino también porque fueron uno de los motores de la concreción del proyecto. En esta primera exhibición, entablarán un diálogo con la obra textil de Claudia Alarcón y el colectivo de tejedoras wichis, Silät, y sus piezas de hilado de chaguar. Los enormes totems de arcilla de Chaile llevan los nombres de los miembros de su familia y trazan junto a los hilados un paisaje de tonos tierra que remiten a las tradiciones más antiguas de nuestro territorio.

Gabriel Chaile

También de la naturaleza se nutre la segunda muestra, basada en otra obra monumental que estará emplazada en forma permanente en Malba Puertos. Se trata de la instalación “Argentina (paisajes), 2009-13” del dúo Mondongo, integrado por Juliana Laffitte y Manuel Mendanha, que está compuesta por 12 paneles gigantes. El conjunto retrata la experiencia de la pareja en un bosque de Entre Ríos y su mirada sobre las variaciones de muerte y resurrección del paisaje. La curadora Alejandra Aguado combinó la obra de Mondongo con los mínimos cuadros de Luis Ouvrard, un artista rosarino que murió en 1988, autor de sutiles naturalezas muertas que replican la quietud de las frutas y las flores vivas.

Malba Puertos

La tercera muestra tiene lugar a pocos pasos de la puerta del museo, en las llamadas “Salas del bosque”, al aire libre. Allí se exhibe “Mueble escultura”, un proyecto que se cuestiona el límite entre funcionalidad y estética y que convocó a importantes artistas y arquitectos para realizar obras que exploraran esa frontera.

Pioneros

Dando el puntapié inicial en Argentina a una tendencia que hace furor en el mundo, Malba Puertos presenta aquí su Reserva Técnica, un espacio de depósito de las colecciones de Malba central y la personal de Costantini. Las piezas que no están colgadas o las que esperan su traslado a otras instituciones del mundo estarán almacenadas en este espacio.

Y los depósitos de los museos siempre esconden maravillas. En este caso, la idea es mostrarlas parcialmente a partir del diálogo con importantes artistas. En la exhibición inaugural, Amadeo Azar eligió obras de Alejandra Seeber, Jorge Gumier Maier, Magdalena Jitrik y Liliana Maresca (entre otros) para dialogar con sus acuarelas, inpiradas en el entorno natural de la zona. “Si el fin del mundo humano ya ocurrió, ellas parecen haber sobrevivido en todo su esplendor”, escribe la artista Leticia Obeid, sobre la muestra.

Con la naturaleza como principal motivo, el nuevo Malba propone una experiencia integral de aire, luz y color, para vivir un momento de conexión con el arte, muy lejos del ruido y de la confusión de la ciudad.

Fabián Bercic y el pathos del constructor

Fuente: Clarín – Con una instalación que ocupa toda la sala de la planta baja, Fabián Bercic (1969, Lanús, Buenos Aires) sorprende con una exhibición en la que los objetos son de escala doméstica y uso incierto, de madera enchapada en caoba, con partes metálicas cromadas. Tal como describe la nota de prensa , una mezcla donde esa familiaridad cotidiana descansa en sendas plataformas y paredes, de azulejos vintage de 15 x 15 centímetros en un rosa salmonado y blanco.

La primera impresión que transmite Océano de Néctar, como se titula la muestra, es el gran oficio invertido en cada pieza individual, en el acabado de las bases y la perfecta coordinación de unas esculturas que van del volumen positivo al negativo, sin demostrar una funcionalidad específica. Pero sí hay un aire de época en el uso de materiales combinados que ya no son usuales; en las formas, que señalan esos caprichos y ángulos que fueron parte de los años 60, cuando la carrera espacial y la aerodinamia marcaron una tendencia futurista en el diseño de automóviles, electrodomésticos y vestuario. En diálogo con Ñ, Bercic devela las claves de sus producciones.El resultado: cierto anacronismo desconcertante.El resultado: cierto anacronismo desconcertante.

“El título refiere a un texto donde la visión profunda de Buda sobre la vacuidad, la naturaleza última de la realidad, se explicita. Y mantiene una referencia que ya fue parte de mis preocupaciones cuando realizo obra, que implica cierto grado de meditación propia de una compenetración profunda entre la manualidad y el uso correcto de los materiales”, cuenta. Y añade: “El oficio me lleva a otros estados, hacia lo cósmico, lo que me supera”. La invitación, inesperada para él, surgió al presentar el Premio Azcuy que ganó en 2021, cuando Laura Buccellato le propuso armar un proyecto para la Fundación Andreani. “Me pareció que no tenía el perfil, pero ella me convenció que había algo que conectaba. De hecho, todas mis obras parten de un dibujo que luego llevo al programa que lo transforma en 3D. Una vez definido eso, sólo resta lograr lo que queda proyectado. Tengo que decir que, ninguna pieza tiene curvaturas estándar, para eso me armé un torno casero con un ventilador de techo para producir esas curvaturas que son enteramente producidas por mí. No hay acrílicos que tengan estas elipses. La herrería la mando a hacer porque mi taller no es muy grande pero el enchapado hace años que lo vengo trabajando. Me gusta porque su terminación incluso sirve para cubrir una pieza de resina y fibra. En el enchapado de una de ellas hay círculos que representan una conjunción planetaria, con un gran agujero negro que pasa de un plano a otro, como una reflexión cósmica”.Objetos enchapados en caoba ensamblan con partes metálicas cromadas. Objetos enchapados en caoba ensamblan con partes metálicas cromadas.

-Usaste mucho la angularidad, el corte y la cuña en las piezas empotradas.

-Eso tiene que ver con el render, ya que trabajar en la computadora es completamente distinto. Hoy la carpintería no necesita complejidades; el mobiliario es muy básico y los carpinteros casi no reciben encargos. Jugando con el programa llego a esta definición y la respeto, ahí es donde se manifiesta el oficio. Voy a hacer lo necesario para que ese juego se vea intacto. En mi infancia uno de mis tíos era imprentero y nos armaba unos blocks para dibujar, cosa que hacíamos en las cocinas mientras nuestras madres y tías hacían sus tareas. Ahí descubrí algo llamativo, mientras en el mundo masculino los hombres trabajaban sin hablar, el mundo femenino tocaba todos los temas mientras cocinaban o hacían sus vestidos, eso nos daba un nivel de información que circulaba en lo cotidiano. Los azulejos hacen referencia a ese mundo.

-¿Las piezas se desarman?

-En algunos casos uso imanes neodimio, el tipo de imán más potente que existe. Pueden servir, por ejemplo, para sujetar una pizarra de cristal magnética, para que encajen perfectamente. Estas obras no las ví armadas antes de traerlas a la sala. Me pasó que al armar una de las más bajas entendí que no se sostendría y tres o cuatro días antes estaba medio desesperado y lo hablé con Laura. Ella me motivó a que ninguna pieza debería vencerme por una cuestión técnica y conseguí que me ayudaran a resolver el mismo proceso: corte de metal en láser, cromados y luego ensamblados para que quede bien, es el único caso donde desde el proyecto inicial al final he tenido que agregar otro sostén.

-Desde el momento en que planificás hasta que la ves construida, ¿abandonás en algo el plan inicial?

-No, y te diría que el error no es posible en mi proceso, como les pasa a otros artistas que ven un potencial inesperado. No es mi caso. No tengo formación académica, pero sí formación práctica pues hice la escuela técnica, más tarde pasé por la Facultad de Diseño. Luego, siete años en la fábrica Ford donde fui operario de planta, soldando en la línea de producción, luego en las oficinas de producción y finalmente en Control de calidad de soldaduras y seguimientos específicos. Esa experiencia me dio muchas herramientas para auditar y rastrear un problema, cosa que aplico al construir arte."Océano de néctar", de Fabián Bercic.«Océano de néctar», de Fabián Bercic.

Fabián Bercic narra su trayecto formativo con sus dos maestros: Héctor Médici en pintura y Betina Sor, en escultura. Con el estallido del 2001 apareció el retiro voluntario y sopesó que podía dedicarse de lleno a ser artista. Participó en la Beca Kuitca del 2003 al 2004 y pudo verbalizar las ideas para organizar mejor la obra, ya que al hablarlo se fijan las ideas de otro modo. “Hacía unos juguetes pseudo chinos donde reproducía por un lado lo industrial, que es de donde venía, mezclado con el taller medieval de donde sacaba mi inspiración, estaba como escondido detrás de esa superficie tan pulida e impersonal que representaban la iconografía cristiana de manuscritos medievales. Unía dos tiempos diferentes en el relato, podía hablar de lo que estaba pasando usando cualquiera de esas piezas donde se mantiene su dinámica interna. Obtuve la Beca del Fondo Nacional de las Artes dos veces y gané el Premio Klemm. Si bien mis obras pueden ir perfectamente al espacio privado hay otras que son menos expresivas. Aprendí que sólo cuando tenés cierta visibilidad lográs invitaciones a espacios, como me ha pasado a mí”.

  • Océano de Néctar – Fabián Bercic
  • Lugar: Fundación Andreani, Av. Don Pedro de Mendoza 1987
  • Horario: mié a dom de 11 a 18.
  • Fecha: hasta el 5 de octubre
  • Entrada: libre y gratuita.

Del arte a la moda: la nueva colección de Marta Minujín

Fuente: Clarín «Soy una artista en el aire, con el overol puesto, vuelo”, dijo Marta Minujín. No fue casual el comentario de esta joven histriónica de 81 años. Este martes presentó en su estudio del barrio de San Cristóbal su primera colección cápsula que tiene a su prenda fetiche, el overol, como protagonista.Marta Minujín en su estudio, en el año 2015.
Foto: Gentileza Sudestada.Marta Minujín en su estudio, en el año 2015. Foto: Gentileza Sudestada.

La icónica artista pop argentina atraviesa un momento muy fashionista: además de lanzar su propia línea, protagoniza la última tapa de la edición mexicana de Vogue, la Biblia de la moda, donde por supuesto, posa con los modelos que llevan su nombre.

Arte y moda se unen cada vez más y con esta propuesta que lleva el sello de Minujín la regla no hace más que confirmarse. Ya se sabe que desde hace tiempo los museos exhiben colecciones de diseñadores que son parte de la historia de la moda o son escenografía de los desfiles más virales. Basta con mencionar la revolución que se produce todos los primeros lunes de mayo cuando el MET de Nueva York inaugura su exposición anual dedicada a un tema de moda.Gimena Garmendia, de Sudestada. 
Foto:Gentileza Sudestada.Gimena Garmendia, de Sudestada. Foto:Gentileza Sudestada.

La colección cápsula de Marta Minujín, presentada ante un muy selecto grupo de amigos y algunos periodistas, está realizada en colaboración con el estudio multidisciplinario con base en Nueva York, Sudestada, fundado en 2020 por Gimena Garmendia,

con experiencia en marketing, moda y diseño textil, quien participó de todo el proceso creativo. Y, según se comunicó allí mismo, la cápsula reinterpreta tres de sus llamativos collages psicodélicos

de finas tiras de tela pintada en los tres exclusivos overoles realizados en seda: los modelos Soliloquio de emociones encontradas, Volcán metafísico en recorrido de la percepción y Pandemia. La propuesta, además, es más amplia: hay pañuelos y fulares gigantes con las mismas estampas, todo un sello de la artista de fama mundial.

Cápsula de arte y moda

Modelo de overol ”Soliloquio de emociones encontradas”. 
Foto: Gentileza Sudestada.Modelo de overol ”Soliloquio de emociones encontradas”. Foto: Gentileza Sudestada.Pañuelo de la nueva colección.
Foto: Gentileza Sudestada.Pañuelo de la nueva colección. Foto: Gentileza Sudestada.

Los tres modelos de overol que llevan las coloridas estampas by Minujín ya pueden encontrarse en la pre venta y hay un dato que no es menor: los modelos están realizados siguiendo los diseños originales de los uniformes de trabajo que el abuelo de la artista solía producir en la casa del siglo XIX, donde ella nació y donde hoy tiene su estudio y galería en Buenos Aires. “Vivo con el arte desde los diez años. Si no trabajo o no invento o no hago nada, no existo“,

es una de las frases que más repite la creadora de La Menesunda.Instalación con los nuevos diseños en su estudio de la calle Humberto Primo. 
Foto: Gentileza Sudestada.Instalación con los nuevos diseños en su estudio de la calle Humberto Primo. Foto: Gentileza Sudestada.

Quizás la relación con la moda no es casual. Y más allá de haber tenido siempre un sello personal con su ropa, su corte de pelo y sus originales accesorios (tuvo su línea de carteras con la diseñadora Min Agostini), la artista creció rodeada de hilos, sastres y máquinas de coser. Su abuelo, Salvador Minujín, dirigía Casa Minujín, una prestigiosa fábrica de trajes y uniformes de trabajo, que colaboraba con reconocidas instituciones nacionales argentinas como el Teatro Colón.

Edición limitada

Con su primer overol dorado en “Simultaneidad en Simultaneidad”, en 1966.
Foto: Gentileza Sudestada. Con su primer overol dorado en “Simultaneidad en Simultaneidad”, en 1966. Foto: Gentileza Sudestada.

Hace casi 60 años, en el mismo lugar donde se diseñó esta colección de edición limitada,

Marta le pidió́ al sastre de su abuelo que le diseñara un mono con raso dorado para lucir en la presentación de Simultaneidad en Simultaneidad.

Quería modernizar su guardarropa y desarrollar prendas en consonancia con su visión artística, que en ese momento se había vuelto pop después de comprar su primera minifalda en Milán mientras asistía a la Bienal de Venecia de 1964, donde Robert Rauschenberg ganó el León de Oro, consolidando el dominio internacional del arte pop americano.La artista en la tapa de Vogue México.
La artista en la tapa de Vogue México.

“Ese año mi vida cambió por completo. A través de los colores descubrí la alegría, el humor, la diversión y eso impactó completamente en mi forma de empezar a vivir y vestir también.

Siempre digo que hay que vivir del arte. Al principio yo era como un existencialista, todo era negro y horrible. Luego me hice pop y creé un mundo multicolor en el que soy feliz y quiero que todos lo experimenten”, comenta.

Lo cierto es que aquel overol de raso dorado sería su primera interpretación de la prenda que ya es sinónimo de su nombre, su uniforme de cabecera y eje de su primera colección. Además, es la primera imagen de diseño que surge cuando se piensa en ella.Minujín, en los ‘90, con uno de los 50 modelos de overoles que tiene. 
Foto: Gentileza Sudestada.Minujín, en los ‘90, con uno de los 50 modelos de overoles que tiene. Foto: Gentileza Sudestada.

¿El dato? En su guardarropas cuenta con más de 50 diseños en infinitos colores y texturas a los que hoy se suman los de su colección que invitan a todos sus seguidores a experimentar la libertad, diversión y comodidad que ella siente cuando viste en overoles.

“Mi armario se ha convertido en todo overoles; de noche, de día, de mañana, de tarde. Te moves de otra manera, te sentís más libre. Mi propuesta es que la gente vista con arte, que viva en arte”, resume la artista.

Luis Felipe Noé: «La Inteligencia Artificial me produce espanto»

Fuente: Clarín – En una de las puntas de la mesa del living de su casa está sentado uno de los pintores más importantes de la historia artística en la Argentina de los últimos años. Un hombre de 91 años. Un hombre que se siente, aun a esa edad, ensayando su propia forma de ser. Su nombre es Luis Felipe Noé. Pero prefiere que lo llamen Yuyo, como le decían sus padres cuando era chico.

Desde la cabecera, Yuyo recuerda una fecha: 5 de octubre de 1959. Un punto de partida. Piensa que, en la vida de toda persona, tal como escribió Jorge Luis Borges sobre Tadeo Isidoro Cruz, hay un día en el que uno sabe para siempre quién se es. Fue ese día de octubre el día en el que Noé sintió por primera vez y para siempre que era pintor.

Pero no es cualquier pintor, no. Luis Felipe Noé es una eminencia del arte plástico en nuestro país, con innumerables exposiciones en la Argentina y en todo el mundo, con más de veinte libros publicados y más de una decena de premios: Premio Nacional Di Tella (1963), Beca Guggenheim (1965 y 1966), Gran Premio Fondo Nacional de las Artes (1997) y Premio a la trayectoria del Salón Nacional de Artes Visuales (2019), entre otros. También, fue integrante del reconocido grupo artístico La Nueva Figuración.

El 5 de octubre de 1959, Noé hizo su primera exposición. Fue en la galería Witcomb en Buenos Aires. Se animó a montarla siete años después de la última clase en el taller del único profesor que tuvo. Se encontró en la galería con tres pintores a los que no conocía mucho hasta ese momento: Alberto Greco, Rómulo Macció y Jorge de la Vega. Los tres le dirían a Noé que su pintura había despertado en ellos un profundo interés. Nacería allí una amistad, y con dos de ellos tiempo después formaría un grupo artístico de vanguardia con los que compartiría viajes, exposiciones y pensamientos acerca de la pintura.

El grupo, La Nueva Figuración, llamado así más por los críticos que por ellos, estaba integrado, además de Noé, por Ernesto Deira, Rómulo Macció y Jorge de la Vega. Surgió en 1961, en la exposición que hicieron en la galería Peuser en Buenos Aires, en tiempos de vanguardias, de crisis del concepto de obra y de manifestaciones de nuevos modos de comprender los fenómenos artísticos.

Eran un conjunto de artistas que buscaban la creación de una nueva imagen del ser humano a través de la pintura gestual y chorreada, el dibujo, el collage de papeles y objetos, los marcos vacíos, las figuras y los bastidores recortados. Es decir, una nueva figuración de lo humano en los años ‘60 del Instituto Di Tella.Su nuevo libro. Se llama "El ojo que escribe" y es un poco un balance de su recorrido.Su nuevo libro. Se llama «El ojo que escribe» y es un poco un balance de su recorrido.

Yuyo 2024

Hace treinta y siete años que Yuyo vive en su casa de calle Tacuarí en el barrio de San Telmo. Se mudó allí en 1987, junto a su esposa Nora Murphy, tras regresar a Buenos Aires, después de haber vivido once años en Francia, país donde aún vive su hijo, Gaspar, cineasta consagrado internacionalmente.

Es un edificio de tres plantas, dos entradas desde la calle: una a la casa, la otra al taller. Entrar a la casa de Noé es ingresar en un mundo al que se accede por capas. Primero una escalera de madera con pinturas y cuadros a un lado. Arriba del descanso de la escalera, una imagen de varios colores que en el centro en amarillo está escrito: NOÉ.

Aquella imagen es como el cartel de bienvenida a una ciudad. Después la escalera dobla a la derecha. Al subir y a la derecha también, una nueva imagen cuelga de la pared: de fondo negro, líneas fucsias y verdes dibujan un río, un muelle, unos árboles y una casita más atrás; debajo de la imagen, un epígrafe: UNA VEZ MI MADRE HIZO UN DIBUJO.

En la casa encontramos a dos asistentes personales. Una de ellas, antes de que nos sentáramos en la mesa del living, dice que Noé está en su escritorio, un piso más arriba. Se acerca al pintor y le avisa que vinieron de Viva, para hacer primero unas fotos. Él responde que lo mejor es hacerlas en el taller, con sus pinturas. Noé mira a la cámara que lo retrata, su cara se divide en dos. Por un lado, la mirada seria, precisa. Por el otro, una sonrisa pícara, infantil.

Noé también es escritor. Entre sus manos, sentado en la punta de la mesa del living, tiene ahora el último libro que acaba de publicar por la editorial Ampersand: El ojo que escribe. Allí reúne, en cuatro partes, referencias literarias, otros libros publicados, un recorrido por su biografía, su pensamiento acerca del quehacer artístico, de la lectura. El libro es también un homenaje a su padre, Julio Noé, quien fuera un gran lector.Siempre trabajar. Noé en su lugar de trabajo desde hace más de 30 años. Foto: A. GrinbergSiempre trabajar. Noé en su lugar de trabajo desde hace más de 30 años. Foto: A. Grinberg

Yuyo hojea el libro, se detiene en el comienzo de la segunda parte; en el centro de la página una foto. Está su padre atrás de un escritorio en el que hay apilados a los lados casi una decena de libros; detrás de él, una biblioteca repleta de libros, todos de tapa dura, que su papá mandaba especialmente a encuadernar. Esa imagen es de los primeros recuerdos de Yuyo. Punto de partida es el título con el que inicia esa segunda parte. El libro es a la vez una excusa para charlar de su historia, su punto de partida en la pintura y de su mirada siempre importante acerca del arte en la actualidad.

Punto de partida

Recuerda que sus padres le regalaban ensayos sobre la creación artística o sobre la pintura, con imágenes en blanco y negro. Él les daba el color con los ojos y las leía como si fuesen relatos. “Había que penetrar en ellas como si fuesen mundos secretos (es que lo son) que exigían ser descifrados”, cuenta.

De chico, había que penetrar en las imágenes de las pinturas como si fuesen mundos secretos que exigían ser descifrados

Luego, estaban los días en los que su padre lo llevaba al Salón Nacional. “Para mí en esa época el Salón Nacional era todo un evento”, dice. Por los pasillos del mítico certamen, Yuyo se detenía a mirar las pinturas, los colores, y le iba comentando a su padre de quién era cada obra. Aquella experiencia se trasladaba después al momento de la lectura, y relacionaba por lo tanto esas imágenes en blanco y negro de los libros con sus experiencias en color.

Noé nació en 1933, año en que Hitler subió al poder. De niño, escuchaba en casa cómo hablaban de la Guerra Civil Española y de la Segunda Guerra Mundial, y a los doce años oyó sobre la bomba atómica e Hiroshima. En ese contexto bélico y catastrófico, las imágenes eran un refugio, un lugar en el que se sentía en paz.

“El amor por la pintura me entró viéndola, no pintándola”, dice, y recuerda las clases de Dibujo en el colegio: “Era una materia que, más que ayudar a amar el dibujo, servía para odiarlo”. La exigencia de que pintara un yeso. Eso le salía mal: “No había, como sí hay en la actualidad, buenos profesores de arte para los chicos. No había la menor idea de cómo se trataba a un chico al enseñarle”, afirma Noé. Recién a los 18 años decidió tomar clases con un profesor.

Piensa en la riqueza que trae la observación de la vida cotidiana y que siempre eso le interesó. Cuenta que está fascinado leyendo un libro. “¿Has leído ese libro?”, pregunta. “Ah… es un libro maravilloso, maravilloso… De una gran riqueza. Es un relato de vida en el que se intercalan mil aspectos.” Está hablando de Una excursión a los indios ranqueles, publicado por Lucio V. Mansilla en 1870.

“Siempre supe que quería ser pintor”, confiesa. Cuando terminó el bachillerato, habló con su padre y le dijo que quería entrar en la Escuela Superior de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. Su padre, abogado, le dijo que eligiera una carrera que le permitiera vivir, y que además buscara el profesor de pintura que quisiera. “Hubiera dicho Filosofía”, bromea Noé. “Pero era lo mismo”, y finalmente se decidió por Abogacía. Eligió después el pintor con el que quería aprender.

Siempre supe que quería ser pintor

Entre los pintores del Salón Nacional eligió a Horacio Butler: “Me gustaba su propuesta estética, aquellos paisajes del Tigre que me atraían por los colores y las composiciones”. En la Facultad de Derecho duró unos años; la pintura en el taller de Butler sería, sin embargo, el punto de partida de su carrera. Estuvo en el taller un año y medio, desconcertándose ante las propuestas didácticas post-cubistas de su profesor. Intentando entender los motivos por los que su profesor le sugería tal idea para sus dibujos. Aquello desembocaría en que su maestro lo invitara a retirarse.EL grupo de la Nueva Figuración, en 1963. De izquierda a derecha: Rómulo Macció, Ernesto Deira, Luis Felipe Noé, Jorge De la Vega. /Foto: Sameer MakariusEL grupo de la Nueva Figuración, en 1963. De izquierda a derecha: Rómulo Macció, Ernesto Deira, Luis Felipe Noé, Jorge De la Vega. /Foto: Sameer Makarius

“A mis dieciocho años tenía una forma de preguntar que es propia de los adolescentes”, dice Noé. “Pero a veces los adultos lo sienten como una intención de pelear.” Un día su profesor le dijo que ya no tenía nada más para enseñarle, que podía irse. Y Yuyo, al oír esas palabras, no sentiría -como sí le pasaría siete años después- que le estaban dando un título, sino que le estaban indicando dónde estaba la puerta.

Aparece una mujer

Antes de su primera exposición fue periodista. Eso fue durante un tiempo de transformación al que Noé denominó: Preparación para ser como persona. Entró a trabajar en el diario El Mundo. “Observé que el periódico carecía de crítica de arte”, dice. “Así, con mi audacia de veintitrés años, solicité que me permitieran encargarme de ella.” Tras algunas pruebas que le hicieron, terminó escribiendo en la sección. “Escribía sobre los artistas que apreciaba y lo hacía con el respeto que merecían, dado que, en el fondo, los envidiaba porque era lo que yo quería hacer.”

En ese tiempo apareció una mujer. “Después de mi padre, ella fue una influencia fundamental en mi vida” confiesa. Nora Murphy sería su gran compañera. “Ella era dos años y medio mayor que ese adolescente confundido que era yo.”

Se casarían en 1957, compartirían 55 años y tendrían dos hijos: Paula y Gaspar (el reconocido director de cine).

Antes de vivir en esta casa de la calle Tacuarí y antes de tener que emigrar a París, a los meses del golpe de estado de 1976, Yuyo y Nora vivieron en uno de los edificios de departamentos de la cooperativa socialista El Hogar Obrero, en el barrio de Caballito (hoy es un gran shopping). Fue en 1957, después de casarse.

Existiría en esos años un tiempo de reuniones con escritores, humoristas e intelectuales. En aquel barrio de Caballito conocerían y entablarían relación con Pirí Lugones, nieta del poeta Leopoldo Lugones, y Carlos Peralta, su pareja.

En el departamento de ellos, varias noches a la semana, participarían de las reuniones que se organizaban junto a Rodolfo Walsh, Paco Urondo, Andrés Rivera, Roberto Cossa, Quino y Ricardo Piglia, entre otros. “Nora y yo participábamos con frecuencia en esas reuniones que fueron para mí una etapa de formación intelectualmente importante”, confiesa Noé.

¡Soy pintor!

La noche de su primera exposición, alguien lo esperaba en la puerta de la galería Witcomb. Habían pasado siete años desde que había dejado de tomar clases con su profesor, Horacio Butler. “Cuando llego a la puerta tengo una sorpresa muy grande”, recuerda. “Me encuentro a Horacio Butler, y me dice: ‘Llegué temprano por si no me gustaba, pero lo estoy esperando para decirle que, haciendo lo contrario a lo que yo le enseñé, ha logrado un gran resultado’.

Noé hace una pausa, luego agrega: “Hay que ser honesto para decir eso, hay que ser una persona magnífica”. Aquel día de octubre, Noé al escuchar las palabras del que había sido su profesor sintió como si ganase el premio Nobel y, por primera vez y para siempre, se gritaría a sí mismo: “¡Soy pintor!”.Una primera vez. Su primera exposición tuvo lugar a fines de los '50 y fue bendecido por su maestro, Horacio Butler.Una primera vez. Su primera exposición tuvo lugar a fines de los ’50 y fue bendecido por su maestro, Horacio Butler.

Yuyo solo parece atento al trazado de las líneas de su relato. Todavía, en casi una hora de conversación, el vaso con agua que la asistente le dejó sigue intacto sobre la mesa. La mano derecha descansa en el bastón. Habla y sus dedos acompañan lo que dice; la mirada a la derecha, por momentos cambia, levanta la vista, la enfoca ahora en otro punto, y sigue relatando.

Reflexiona acerca de la libertad en el arte, de las condiciones que tuvieron él y los artistas de su generación allá por los años sesenta, setenta. “En la actualidad hay un juego libre de posibilidades”, una de las características de lo que se llama arte contemporáneo, y que a la vez es un camino abierto general. Frente a eso, Noé siente curiosidad, extrañeza; plantea que los seres humanos se desconciertan frente al juego libre.

“¿Y qué hago yo con la libertad?”, se apresura. Es una pregunta que escucha mucho, que las personas hacen frente a ese campo grande de posibilidades. Luego agrega: “La libertad que uno más aprecia es aquella que se conquista. Si te la regalan, ¿qué hacés con ella?”. Repite que lo que se ve en la actualidad es un gran campo de potencialidades y libertades, y que en esa situación quienes tienen más talento lo saben encarar. Pero los otros están desorientados.

La libertad que uno más aprecia es aquella que se conquista.

La vanguardia fue así

En los ’60 me consideraba de vanguardia, pero ahora ya no existe esa vanguardia”, asegura. Se refiere a la idea de combatir, que de ahí viene el concepto de “vanguardia” como parte adelantada de un ejército. Un sentimiento del arte vivo en aquel entonces: la lucha frente a la estética establecida, frente a la presencia de normatividades (“Ya no hay normatividades”, afirma). Por ejemplo, una normatividad es la idea de unidad de la obra. A la que él interroga: “¿Qué unidad podía tener una obra en un mundo desunido?”.

Esas normas o estéticas establecidas lo llevarían, como reacción, a hablar o formular las teorías de cuadro dividido, visión quebrada y a hacer instalaciones múltiples. Se considera un analfabeto tecnológico: “Pero sé que es uno de los tantos caminos que se abren en el campo artístico”.

-¿Y cómo ve en ese sentido la Inteligencia Artificial?

– A mí la frase inteligencia artificial me produce espanto. La inteligencia por excelencia es la humana.

Desde su primera exposición en 1959, pasó casi una vida. Pero hay cosas que nunca se olvidan. “Se había vendido la mayoría de las pinturas”, recuerda. Al terminar la muestra, ese 5 de octubre, Yuyo habló con su padre. En ese momento, la fábrica de sombreros Noelis, fundada por su abuelo, estaba por cerrar y había varios espacios vacíos. Su padre, después de ver el éxito de la muestra, le dijo que en la fábrica tenía espacio de sobra, que si quería podía ir ahí a pintar.

¿Qué sintió cuando su padre se lo dijo? La respuesta se demora. Mira al suelo, levanta la mirada y dice: “¡Eureka!”, abriendo grande los ojos. “De pintar chiquito, pasé a pintar grande.”

Paola Vega: la apacible levedad de sus grandes obras al óleo

Fuente: Ámbito – La artista argentina, que esta semana ingresó en la colección Molaa de Los Angeles, acaba de inaugurar en galería Calvaresi su muestra «Sustracciones», que revela una nueva faceta de su estilo.

La galería Calvaresi exhibe “Sustracciones”, la última serie de pinturas de Paola Vega (1977). En esta nueva muestra, curada por Sonia Becce, la obra de Vega hasta ayer plenamente abstracta, revela una cuestión formal. En las pinturas anteriores, esos inmensos campos de color puro donde predominaba el vacío, las formas estaban ausentes.

Hoy, por el contrario, los cuadros de la exhibición ostentan formas borrosas, como si la artista quisiera expresar los impulsos primarios que la inspiran. Acaso esas visiones desdibujadas representan imágenes que se cruzan por su imaginación mientras pinta. Y allí están, como fantasmas, en medio de los colores dominantes, rosa, amarillo, verde manzana y hasta turquesa, siempre aplacados con el blanco. Las formas esfumadas que apenas se divisan, surgen en esa colorida niebla y plantean abiertamente las cualidades espacio temporales de las obras.

La propia artista menciona la lentitud de las pinceladas cargadas con la levedad casi acuosa del óleo muy diluido. De este modo, la superficie tersa de las telas se convierte en un estímulo óptico, en la perfecta Invitación para detener la mirada y contemplarla.

Cuando se silencia el discurso, mientras la mirada vagabundea por los cuadros, la obra facilita el ingreso del espectador en esos espacios. Kandinsky hablaba del arte como “un nutriente para el espíritu” y amaba la música de Schumann, quien, a su vez, creía cumplir un cometido. Y así lo afirmó: “La misión del artista es echar luz sobre las tinieblas del corazón humano”.

Mientras el espectador bucea con placer en las aguas de la contemplación meditativa, Paola Vega observa: “Cada día me parece más misterioso todo, la vida, la muerte, los días, nosotros, y claro, la pintura”. Con esta reflexión, el ruido del mundo se aleja. Y, de más está decirlo, también se alejan las obras del barroco americano, estilo que viene ganando visibilidad y espacio en estos últimos años.

En el montaje inusual de la exposición, hay varias pinturas de diversos tamaños colgadas una junto a la otra. Pero la transición resulta fluida y el ojo se desliza sin interferencias. Becce, suma a su formación como curadora (conocida mayormente por las muestras que presentó de Guillermo Kuitca y Félix González Torres) la de psicóloga. Y en el texto de presentación de la muestra brinda prueba del dominio de ambos oficios.

Primero, descubre a través de una entrevista, la influencia que ejercieron los maestros Tulio de Sagastizábal, Jorge Gumier Maier, Diana Aisenberg, Pablo Siquier y Jorge Macchi. Cada uno en especial. Además, subraya la vocación investigadora de la artista, su interés por reivindicar a las mujeres ya olvidadas por la historia del arte argentino. La recopilación del arduo trabajo de encontrar fotografías “inhallables” de poco menos de un centenar de ellas en sus talleres, desde Léonie Matthis con vestido largo en Mar del Plata a Delia Cancela y otras que pertenecen a la década del 60, fue publicada en un libro por la editorial Iván Rosado.

En la presentación de la muestra, la curadora concluye: “Si la obra de Paola Vega se puede mirar como un lienzo continuo, es en los cambios dramáticos en las dimensiones de sus cuadros, donde se encuentran las variaciones y los pulsos. Mantiene al mismo tiempo cuatro o cinco pinturas, que progresan todas juntas casi imperceptiblemente de un día para el otro. Así pasa de pintar una obra de 200 x 230 centímetros a otra contigua, de 20 x 30. Recorre -pincel en mano- las paredes de su taller de donde cuelgan las pinturas haciendo toques y retoques, pero es quizás en la exigencia -y la novedad- del formato pequeño donde encuentra los desafíos más importantes y donde paradójicamente se siente más expuesta. Hay un efecto halo, una bruma que se posa sobre los óleos de su última producción, imágenes borrosas que sólo se advierten después de acostumbrar al ojo. En el tránsito, en el ida y vuelta, se ve algo, pero ¿qué es? Paola dice: ‘Al final, no es nada”’.

Consultada sobre sus referentes en el mundo del arte, Vega, que esta semana ingresó en la colección del Molaa de Los Ángeles, nombra pintores abstractos, como Agnes Martin, Robert Ryman, Blinky Palermo y Raoul de Keyser. Acaso decidió volver a la más pura abstracción.

La oportunidad de disfrutar 36 obras de arte de dos importantes colecciones privadas

Fuente: Clarín – Brand Studio para Fundación OSDE

Fundación OSDE y Colección Balanz se unieron para presentar la exposición «La mirada encendida». Se trata de una muestra de arte contemporáneo que da a conocer al público el valioso acervo de las dos instituciones, con producciones de 31 artistas latinoamericanos.

Ambos espacios coinciden en la importancia del arte como una herramienta capaz de contribuir al pensamiento crítico y el despertar de la mirada. En esta oportunidad trabajaron en conjunto para realizar una muestra que reúne trabajos que abordan desde sus premisas o desde indagaciones técnicas —fotografía, heliografía, cronografía, video, entre otras— la compleja trama del tiempo.Isabel Pita, de Colección Balanz, Victoria Palacios, miembro del Consejo de administración de Fundación 
OSDE, Juliana Fontalva y Carolina Cuervo.
Isabel Pita, de Colección Balanz, Victoria Palacios, miembro del Consejo de administración de Fundación OSDE, Juliana Fontalva y Carolina Cuervo.

“Esta exposición surge del interés tanto de colección Balanz como de Fundación OSDE de exhibir a un público ampliado el acervo de dos colecciones privadas, que unieron esfuerzos para que esto sea posible”, indicó Carolina Cuervo, curadora de la muestra. “Las obras tienen que ver con el tema el tiempo. La mirada encendida funciona como una simbología, la dualidad del fuego como la del tiempo, que tiene que ver con la finitud. Me gusta pensar la exposición como una posibilidad de reunión de imágenes y obras distantes alrededor de un fuego, que enciende la mirada”, agregó.Carolina Cuervo, curadora de la muestra.Carolina Cuervo, curadora de la muestra.

En el paseo por la galería se pueden disfrutar 36 obras de 31 artistas latinoamericanos con diversos recorridos y distintas generaciones. Argentinos, de provincias como Córdoba, Tucumán, Formosa, Santa Fe, Mendoza, San Juan y Buenos Aires, y también artistas provenientes de Bolivia, Chile, Brasil, Colombia, Guatemala, México y Cuba. Ellos son Arturo Aguiar, Esteban Álvarez, María José Arjona, Hugo Aveta, Belkis Ayón, Nicolás Bacal, Andrés Bedoya, Gala Berger, Adriana Bustos, Nicola Costantino, Santiago De Paoli, Ile Dell’Unti, Matías Duville, Clara Esborraz, Regina José Galindo, Tamara Goldenberg, Carmela Gross, Daniel Guzmán, Fabiana Ímola, Guillermo Kuitca, Rosalba Mirabella, Mariano Molina, Oscar Muñoz, Paulo Nimer Pjota, Fernando Ortega, Liliana Parra, Andrés Piña, Gerardo Repetto, Mauro Restiffe, Catalina Swinburn y Gabriel Valansi.Se pueden ver obras de artistas argentinos y de Bolivia, Chile, Brasil, Colombia, Guatemala, México y Cuba.Se pueden ver obras de artistas argentinos y de Bolivia, Chile, Brasil, Colombia, Guatemala, México y Cuba.

“Estas obras reunidas encienden una tras la otra un movimiento o una pregunta, se avivan o se extinguen, se sofocan, se funden, se mitigan, arden. Incitan a una contemplación hipnótica, alumbran ideas revolucionarias y poéticas, echan luz sobre zonas oscuras de la historia, apelan a la memoria e inducen a la imaginación”, indicó Cuervo.La muestra se puede visitar hasta el 7 de diciembre.La muestra se puede visitar hasta el 7 de diciembre.

Balanz es una empresa que se dedica a las finanzas y tiene un gran interés por el arte. “Es la manera que tiene la compañía de dar cuenta de los intereses, de las pasiones, de las preocupaciones, de los campos de exploración que queremos dar cuenta como seres humanos. Hay personas detrás de esta compañía, y el arte es la manera que tenemos de hacerlo. Queremos dar cuenta de lo que nos pasa como seres humanos”, explicó Juliana Fontalva, curadora de Colección Balanz. Para Fundación OSDE el arte también es fundamental, ya que lo consideran como parte del bienestar integral de una persona.Juliana Fontalva, curadora Colección Balanz.Juliana Fontalva, curadora Colección Balanz.

“Es la primera vez que dos colecciones privadas se encuentran para dar cuenta del estado de situación no solamente del arte contemporáneo sino también de artistas tanto emergentes como consagrados. Creo que es muy interesante cómo fuimos encontrando juntos los contactos, porque son colecciones que fueron formadas de manera diferente”, indicó Fontalva.Las obras tienen una temática relacionada con el tiempo.Las obras tienen una temática relacionada con el tiempo.

La exposición puede visitarse hasta el 7 de diciembre en Espacio de Arte Fundación OSDE, ubicado en Arroyo 807, CABA.La muestra está abierta a todo el Público.La muestra está abierta a todo el Público.

“Esta muestra es muy interesante para cualquier apasionado del arte. Puede ser disfrutada por chicos y grandes. Tiene un eje muy interesante en cuanto a la pasión y al amor que tienen estas dos colecciones. Espero que sea disfrutada por muchísimo público”, expresó Fontalva. En el mismo sentido se expresó Cuervo, entusiasmada con la idea de que un público ampliado pueda aprovechar la oportunidad de ver obras de colecciones privadas. “La idea es que todos puedan disfrutar de la muestra y llevarse algo que los haga pensar y despertar su mirada”, concluyó.La exposición se puede recorrer en el Espacio de Arte Fundación OSDE.La exposición se puede recorrer en el Espacio de Arte Fundación OSDE.

La increíble historia de Milo Lockett: de tener una fábrica a ser artista

Fuente: Perfil- Milo Lockett relata cómo perdió todo durante la crisis económica y encontró su verdadera pasión en la pintura.

Milo Lockett brindó una reveladora entrevista en +Caras (Caras TV), donde recorrió su trayectoria en el mundo del arte y su historia personal. En diálogo con Héctor Maugeri, el pintor chaqueño contó cómo su vida dio un giro inesperado antes de dedicarse de lleno al arte.

De la industria textil al mundo del arte 

A los 56 años, Milo Lockett es hoy uno de los artistas más prolíficos y reconocidos de Argentina. Sin embargo, antes de consagrarse en la pintura, era dueño de una cadena de locales comerciales y fabricaba remeras impresas. Fue la crisis económica de 2001 la que lo obligó a cerrar su fábrica, marcando un antes y un después en su vida.

“El artista aparece por una crisis”, expresó Lockett al referirse a ese momento decisivo que lo llevó a cambiar de rumbo. “Yo pensé que iba a ser industrial textil. Me gustaba la fabricación, podría haber producido cualquier cosa”, confesó.

Milo Lockett en +CARAS
Milo Lockett en +CARAS

A pesar del esfuerzo que había invertido en su pyme, la crisis económica impactó con fuerza. “La crisis del ‘00 fue muy dura para la industria. Decidí cerrar la fábrica y los locales. No tenía nada claro, pero apareció un camino y lo seguí. Fue la mejor decisión que tomé en mi vida”, afirmó. Aunque muchos dudaban de su futuro, él eligió apostar por su pasión.

Según explicó, lo que lo motivó a seguir adelante fue el reconocimiento de la gente. Lockett recordó un momento clave: “Inauguré una muestra en el Centro Cultural de la Universidad del Nordeste. Esa noche, las personas me decían: ‘no sabía que dibujabas, qué lindo lo que hacés’. Al otro día, me levanté para abrir la fábrica, pensé y dije: hasta acá llegué”. Ese fue el impulso final que lo llevó a dedicarse de lleno a su arte.

Milo Lockett en +CARAS

Cuando Maugeri le consultó cómo atravesó ese momento, contó: “Lo viví con mucho dolor porque había hecho una apuesta grande y perdí todo”. 

Sin embargo, Milo Lockett valoró esa experiencia que lo llevó a dar un volantazo en su vida. “Fueron años durísimos, pero aprendí mucho de la pérdida. Lo material es efímero, hoy está y mañana no. Aprendí a enfrentar el miedo y lo desconocido. No tenía nada que perder, tenía todo por ganar. Estaba listo para empezar un nuevo camino”.

Malambo, dragones y grafitis: un viaje por Argentina a través de una red de arte

Fuente: Clarín – Facundo Ferrero Piriz nació en Bariloche en 1997. De chico, viajaba con la familia a Buenos Aires todos los veranos a pasar las vacaciones en la casa de su abuela Genoveva, que era pianista. Uno de aquellos días, cuando tenía 7 años, descubrió una guitarra en un armario y se quedó paralizado mirándola. “Fue amor a primera vista”, recuerda.

“¿La querés?”, le preguntó la abuela. “Te la llevás a Bariloche pero tomás clases”, le dijeron los padres. Y ahí empezó una relación que sigue creciendo. “Dejé de estudiar guitarra unos dos o tres años. ¡Lo mal que hice! Nunca dejen de estudiar lo que les gusta”, señala.

Facundo (27) es hoy docente de Electrónica y Diseño en una escuela secundaria. Se mudó a La Plata desde el Sur para cursar Diseño Industrial en la Universidad de Avellaneda. “Me gusta mi trabajo. Pero, para mí, la música es principalmente disfrute. Si sale un laburo, bienvenido. Sin embargo, aunque suene a frase hecha, toco la guitarra y canto, sobre todo, por amor al arte”, agrega.Payador. Facundo con Nicolás Membriani, "rapero de 1810". Gentileza: CamuzziPayador. Facundo con Nicolás Membriani, «rapero de 1810». Gentileza: Camuzzi

Pero el amor y el trabajo se encuentran muchas veces. Le pasa a Facundo en los shows que da los fines de semana y con la realización de Huella Creativa, un documental para el que recorrió siete provincias argentinas conectadas por una red de más de 20 murales, entrevistando artistas y artesanos de cada lugar: desde una bailarina de malambo hasta mapuches que viven montaña arriba casi en solitario.

Los murales en cuestión integran la Red Natural de Arte y fueron pintados desde fines 2021 por artistas también de cada espacio sobre las paredes que rodean las plantas de la distribuidora de gas Camuzzi, la empresa que financió la movida de arte callejero y Huella Creativa, que este mes se estrenó por Flow.Tejido artesanal. Leticia Tripailaf heredó el oficio y lo sigue en familia, en Neuquén. Foto: CamuzziTejido artesanal. Leticia Tripailaf heredó el oficio y lo sigue en familia, en Neuquén. Foto: Camuzzi

¿Por qué la red de murales y el documental? En el interior de la provincia de Buenos Aires, La Pampa, Neuquén, Chubut, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego, todas las paredes de las plantas de Camuzzi estaban vandalizadas. “La idea fue recuperarlas, promoviendo artistas de cada zona y fortaleciendo los lazos de la comunidad”, explica Facundo a Clarín.

¿Si funcionó? “Estamos en 7 provincias -más de 360 localidades-. Te diría que conceptualmente es el mural más grande del mundo”, suma Andrés Rotundo, curador de la Red Natural de Arte.Santa Cruz. Sofía Videla, quien firma como Topaia, con su obra. Foto: CamuzziSanta Cruz. Sofía Videla, quien firma como Topaia, con su obra. Foto: Camuzzi

Rodrigo Espinosa, gerente de Comunicaciones de Camuzzi, precisa: “En 2021 la compañía se propuso crear la galería de arte a cielo abierto más extensa del país: la Red Natural de Arte. Logró transformar los muros perimetrales de las estaciones reguladoras de presión en lienzos para murales que no solo embellecieron estos espacios sino que también celebraron la diversidad cultural y artística de cada región”.Cuchillero. Henán Munro, de Río Negro, con Facundo. Foto: CamuzziCuchillero. Henán Munro, de Río Negro, con Facundo. Foto: Camuzzi

Así que donde antes había paredes que nadie quería mirar, hoy hay pinturas que evocan características naturales y culturales. Puentes con tradiciones entre paisajes naturales majestuosos. Unainvitación a reconocer, valorar y preservar la naturaleza y lo urbano.Y una oportunidad de alegrarse el día con sólo pasar y mirar.

A fin de año habrá 23 obras en la Red Natural de Arte. Todas distintas. ¿Un ejemplo? Cerca del puerto de Santa Cruz, Sofía Videla, quien firma como Topaia, le sumó al mar sus colores y su estética con aires de cómic, con un róbalo -pez protagonista de una fiesta local-, un pez arcoíris y un Macá Tobiano, ave endémica en la zona.Fuego. El dragón que homenajea a los dragones galeses, en Trevelin. Foto: CamuzziFuego. El dragón que homenajea a los dragones galeses, en Trevelin. Foto: Camuzzi

Mauricio Iuliano, empleado de Camuzzi en Ushuaia, resume otro efecto clave de la red: el mural “nos cambió la oficina” y “lo tenemos que cuidar”.

Tan lejos, tan cerca

Como él dice, empezó por el principio: la localidad de Roberto Cano, en Rojas, la provincia de Buenos Aires, donde vivían sus abuelos, con una guitarra y mates. Es que allí entrevistó a Nicolás Membriani, destacado payador, quien suele describirse como “un rapero de 1810”, dada la improvisación para contar historias con música.Malambo. Pity Mossman, de La Pampa, y sus "caricias" piso. Foto: CamuzziMalambo. Pity Mossman, de La Pampa, y sus «caricias» piso. Foto: Camuzzi

Facundo también charló en La Pampa con Pity Mossman, figura del malambo “sureño” (el que acaricia con elegancia el suelo) y en Neuquén, con Leticia Tripailaf, tejedora, en familia, de maravillas con técnicas tradicionales de esquila, hilado, lavado y teñido de lana.

En Río Negro, visitó a Hernán Munro, cuchillero artesanal; en Trevelin, Chubut, al escultor Tomás Schinelli, quien creó un dragón de metal que escupe -literalmente- fuego para honrar la tradición de los inmigrantes galeses. En Río Negro, estuvo con Verónica Corvalán, ceramista que homenajea con sus diseños al arte rupestre que es imán de la provincia. Y en Tierra del Fuego, habló con Mariela Castillo y Mauro Barrios, lutieres, especializados en crear guitarras con madera de las lengas.Cerámica. Verónica Corvalán homenaje al arte rupestre. Foto: CamuzziCerámica. Verónica Corvalán homenaje al arte rupestre. Foto: Camuzzi

Facundo cuenta que en ese mes en la ruta vivió de todo. Tardes de calor insoportable con baños en ríos y lagos. Una nevada, en febrero, en Ushuaia. “Estuve en lugares maravillosos, como el Kilómetro 0 de la Ruta 40. Soy de la Patagonia, sé de viento, tierra, bosques, acantilados, pero ese paisaje, por darte un ejemplo, es de otro planeta”, señala.Luthieres. Mariela Castillo y Mauro Barrios crean guitarras de madera de lenga en Tierra del Fuego. Foto: Camuzzi Luthieres. Mariela Castillo y Mauro Barrios crean guitarras de madera de lenga en Tierra del Fuego. Foto: Camuzzi

“¿Lo que más me impresionó? Además de los paisajes tan distintos, los artistas y la calidad de lo que hacen. Aprendí. Eso me cambió la vida. También me impactó el hecho de charlar con ellos de sus historias, sus viejos, sus abuelos, como si nos conociéramos desde siempre”, indica. Tomás Schinelli. Esculpió un dragón para homenajear a los  galeses en Trevelin. Foto: CamuzziTomás Schinelli. Esculpió un dragón para homenajear a los galeses en Trevelin. Foto: Camuzzi

“Todos los lugares y los artistas que visité para Huella Creativa son distintos y con cada uno me sentí como en casa. Soy más bien un tipo de ciudad y los mapuches que viven en la montaña me esperaban con el mate en la mano. Será por la guitarra, por el arte, que siempre estuve cobijado. Ésa es la palabra”, cierra.

Como dice un dicho popular entre los viajeros, cuánto más lejos me voy, más me acerco a mí mismo. Sobre todo, si es con amor al arte.

JS

Impresionismo y tecnología: la inteligencia artificial anima la obra “Pont Neuf, París”, de Renoir

Fuente: Infobae – La National Gallery of Art en Washington DC alberga “Paris 1874: The Impressionist Moment”, una exhibición con más de 125 obras de los impresionistas franceses, y suma la interpretación inmersiva de Andrey Zakirzyanov, quien ya hizo esto con Van Gogh.

El uso de la inteligencia artificial (IA) ha transformado la manera en que se perciben las obras de arte. Un ejemplo reciente de este fenómeno es la animación de una pintura de Vincent van Gogh, donde elementos como las olas del mar cobran vida gracias a sofisticados algoritmos de aprendizaje automático y procesamiento de imágenes y generan una experiencia inmersiva para los espectadores. Este tipo de proyectos ofrecen nuevas formas de interacción visual y reabren el debate sobre la autenticidad y la percepción del arte en la era digital.

Uno de los artistas más destacados en este campo es Andrey Zakirzyanov, cuya experiencia en la animación de obras de arte tradicionales ha sido reconocida en múltiples proyectos. Según su enfoque, las técnicas contemporáneas de animación permiten respetar los elementos originales de las pinturas mientras se introduce un dinamismo visual sin alterar la esencia de las mismas. Un ejemplo significativo de esta colaboración entre IA y arte tradicional tuvo lugar en el Museo D’Orsay, donde una imagen animada de Van Gogh interactuaba con los visitantes, basada en un algoritmo entrenado con las cartas del propio artista.

Ahora, Zakirzyanov lleva su arte a la National Gallery of Art de Washington, DC, Estados Unidos. Allí participa en la exposiciónParis 1874: The Impressionist Moment. Esta muestra, que abrió el 8 de septiembre y se extiende hasta el 19 de enero de 2025, incluye su interpretación inmersiva de la obra de Pierre-Auguste Renoir titulada “Pont Neuf, Paris”. La exhibición, tal como informó el museo, celebra el movimiento impresionista al reunir más de 125 obras de artistas como Claude Monet, Berthe Morisot y Renoir. Esta retrospectiva profundiza en la histórica primera exposición impresionista organizada por la Société Anonyme en 1874, un evento que transformó el curso del arte moderno.

El nacimiento del movimiento impresionista

La muestra incluye una versión animada de "Pont Neuf, Paris" de Pierre-Auguste Renoir, creada por Zakirzyanov, que lleva la innovación tecnológica al corazón del arte impresionistaLa muestra incluye una versión animada de «Pont Neuf, Paris» de Pierre-Auguste Renoir, creada por Zakirzyanov, que lleva la innovación tecnológica al corazón del arte impresionista

El movimiento impresionista surgió como una respuesta rebelde a las rígidas normas académicas que dominaban el arte en el siglo XIX. Un grupo de artistas, entre los que se encontraban Claude Monet, Edgar Degas, Berthe Morisot y Renoir se lanzó a capturar el mundo de una manera más espontánea y subjetiva. El primer hito de este movimiento se dio en 1874 con la exposición organizada por la Société Anonyme des Artistes Peintres, Sculpteurs et Graveurs, donde estos artistas mostraron su obra fuera del Salón de París, el evento más importante del arte en esa época.

Esta primera exhibición impresionista, que fue duramente criticada por su estilo “inacabado” y sus técnicas innovadoras, marcaría el comienzo de un cambio en la forma de entender el arte. Los impresionistas buscaban capturar los efectos fugaces de la luz, las sombras y el color, en lugar de centrarse en los detalles precisos y las composiciones formales. Para lograrlo, trabajaban a menudo al aire libre, utilizando pinceladas rápidas y sueltas que sugerían las formas en lugar de definirlas con exactitud.

Renoir: la figura humana en el impresionismo

Dentro del grupo impresionista, Renoir se destacó por su enfoque único. Mientras que muchos de sus colegas se centraban en los paisajes, Renoir hizo de la figura humana, especialmente la femenina, su tema principal. Sus pinturas son un reflejo de su fascinación por la belleza del cuerpo humano, que representaba con pinceladas ligeras y colores cálidos, creando una sensación de vitalidad y movimiento en cada obra.

Renoir es uno de los impresionistas reunidos en la National Gallery of Art de Washington DC, de Estados Unidos, que presenta la exposición “Paris 1874: The Impressionist Moment”.Renoir es uno de los impresionistas reunidos en la National Gallery of Art de Washington DC, de Estados Unidos, que presenta la exposición “Paris 1874: The Impressionist Moment”.

Renoir también se sintió profundamente influenciado por el arte del rococó, un estilo del siglo XVIII conocido por su tono ligero, hedonista y decorativo. Esta influencia se refleja en la atmósfera sensual y ornamental de muchas de sus obras, donde los cuerpos desnudos femeninos se integran en paisajes naturales llenos de luz y color. Además, Renoir admiraba a maestros como Paul Rubens, cuyas figuras voluptuosas y llenas de vida influyeron en su forma de representar la anatomía, y Jean-Baptiste-Camille Corot, de quien aprendió aspectos técnicos que marcaron su carrera.

La relación de Renoir con otros impresionistas

Renoir fue parte de una generación de artistas que compartían una visión común sobre cómo debía representarse el mundo, lo que los llevó a desafiar las normas establecidas del arte académico en Francia. Entre sus compañeros de movimiento destacaban figuras como Claude Monet, Frédéric Bazille y Alfred Sisley, con quienes Renoir no solo compartía ideales artísticos, sino también una profunda amistad.

Estos artistas formaban un grupo unido, caracterizado por su espíritu colaborativo y la pasión por la pintura al aire libre. A menudo se reunían para trabajar juntos, aprovechando las bondades de la naturaleza y capturando la luz cambiante del día en sus lienzos. Este enfoque era una ruptura radical con el método tradicional de trabajar en estudios, lo que les permitía experimentar con colores más vivos y captar momentos efímeros con mayor espontaneidad. Renoir, al igual que sus colegas, encontró en la pintura al aire libre una fuente constante de inspiración, aunque su inclinación hacia la figura humana lo distinguía de sus compañeros, que tendían a enfocarse más en paisajes.

A diferencia de sus contemporáneos que se centraban en los paisajes, Pierre-Auguste Renoir dedicó gran parte de su obra a la representación de la figura humana, especialmente femeninaA diferencia de sus contemporáneos que se centraban en los paisajes, Pierre-Auguste Renoir dedicó gran parte de su obra a la representación de la figura humana, especialmente femenina

No obstante, los primeros años del impresionismo no fueron fáciles. El grupo luchaba contra el rechazo de las instituciones artísticas más tradicionales, como el Salón de París, que dominaba la escena cultural. Renoir y sus amigos pasaron por tiempos de miseria, ya que a menudo no conseguían vender sus obras, y en algunos casos, ni siquiera contaban con los medios para adquirir los materiales necesarios para pintar. A pesar de estas dificultades, el apoyo mutuo fue clave para mantenerse en el camino artístico. En esos años de precariedad, Renoir contó con la ayuda constante de amigos como Monet, quienes compartían los pocos recursos que tenían.

La apertura del Salón de los Rechazados en 1863, una exposición creada para dar cabida a las obras rechazadas por el Salón oficial, brindó a estos artistas una plataforma para mostrar su trabajo. Este evento marcó un punto crucial en la carrera de Renoir, ya que su pintura comenzó a ganar visibilidad y reconocimiento, allanando el camino hacia el éxito que alcanzaría en los años posteriores.

“Encuentro de sentidos: Lectores y Creadores” en Galería Palermo H.

Fuente: Galería Palermo H by Aylen Cappelletti. – Desde mi rol como Organizadora del evento y, además, como Gestora Cultural, me siento profundamente orgullosa del impacto cultural que este proyecto está generando. Cuando Adelmo Piazza, director de la Galería Palermo H, nos propuso a mí y a todo el equipo del staff diseñar y llevar adelante este proyecto desde cero, me invadió una gran emoción y el deseo de crear algo innovador. Un espacio donde los participantes no solo van a interactuar con el arte literario y visual, sino que entenderán ambos lenguajes como un todo. Lograran percibir la importancia de la sinergia entre los sentidos en esta gran obra colectiva que es el evento.

Nuestro proyecto fue muy bien recibido por la Fundación Leer, las palabras de Patricia Mejalelaty lo reflejan: “Estamos muy entusiasmados con la propuesta de la Galería Palermo H, que se suma por primera vez a nuestra Maratón Nacional de Lectura a través de un programa enriquecedor que vincula la lectura con las artes visuales.  Enfoques disruptivos y creativos como el que nos propone Palermo H contribuyen a amplificar el alcance de nuestra Maratón, aportando abordajes diferentes en la promoción de la lectura como un medio para construir un futuro y una sociedad mejor”.

Desde hace 22 años el Maratón Nacional de Lectura de la Fundación Leer es una celebración en la que participan más de cuatro millones de niños, niñas y jóvenes de todos los rincones de la Argentina. Incorporada a las agendas escolares de los ministerios de educación provinciales y municipales de todo el país, el propósito fundamental es comunicar a la sociedad el valor de la lectura para promover un futuro mejor para chicos y chicas. La Maratón ya es parte de la vida de escuelas, bibliotecas, centros comunitarios y otras instituciones que se preparan durante todo el año para ser parte de esta gran celebración nacional.  Me hace mucha ilusión formar parte de un proyecto en apoyo a una causa tan grande e importante como la que lleva adelante cada día la ONG Fundación Leer.

Creo firmemente que, como educadores, gestores y ciudadanos, tenemos un papel activo en enseñar cómo habitar nuestra cultura, nuestro entorno y nuestra historia. Este aprendizaje no es solo para los más chicos, sino también para nosotros mismos, invitándonos a reconectar con esos valores y a redescubrir nuestro rol dentro de la sociedad.

Es por eso que todas las actividades de este evento están concebidas para que todos seamos creadores. No se trata solo de “escuchar un cuento” o “ver una pintura”, sino de conectarse con lo que vemos, escuchamos y percibimos, para luego apropiarse de esas experiencias y transformarlas en nuevas creaciones. Queremos promover un arte y una cultura inclusiva y democrática, donde todos puedan participar en la producción artística y representar su propia esencia individual y colectiva.

Nuestro objetivo es que tanto los más jóvenes como los mayores exploren y desarrollen su creatividad a través de sus sentidos, en un espacio donde la cultura y el arte sean accesibles para todos.

  Tanto las artes literarias como las visuales son un valioso patrimonio histórico y cultural en nuestro país. Aprender a entenderlas, familiarizarnos con ellas y reconocernos como poseedores de las habilidades necesarias para ser los autores de nuestras propias obras es parte del impacto cultural que buscamos generar. Tanto la Galería Palermo H como Fundación Leer —según palabras de su directora, Patricia Mejalelaty— comparten este objetivo de fomentar la curiosidad, el aprendizaje y la creación en cada uno de nosotros.

  Después de un largo camino de trabajo, con altibajos y momentos de intenso esfuerzo, sentimos, y hablo en nombre de todo el equipo, que estamos realmente satisfechos con el resultado alcanzado. La tenacidad con la que superamos cada obstáculo y la sinergia que logramos entre las actividades y sus moderadores aportan un valor añadido que, sin duda, quienes asistan podrán percibir en cada propuesta. Cada uno de ellos añade su toque de magia, lo que convierte cada actividad en una experiencia mucho más enriquecedora.

Sabemos que desde la Fundación Leer comparten nuestra alegría y entusiasmo por el desarrollo de este gran evento, lo cual nos llena de satisfacción. En una charla con Patricia Mejalelaty, Directora Ejecutiva de la Fundación Leer, ella expresó: “Agradecemos muy especialmente a Adelmo Piazza, Director de la Galería Palermo H, y a su equipo, liderado por Katherine Jauarpeña Chumpitaz (coordinadora de Galería Palermo H) y Aylen Capeletti (gestora cultural), quienes han puesto tanto entusiasmo y dedicación al evento Encuentro de Sentidos: Lectores y Creadores”.

Es así que la Galería Palermo H, en apoyo a la Fundación Leer, tiene el agrado de invitarte a «Encuentro de Sentidos: Lectores y Creadores», un evento único que entrelaza la literatura y las artes visuales a través de la temática que reúne las maratones de lectura de este año: humor. El encuentro tendrá lugar el próximo viernes 27 de septiembre, de 10:00 a 19:00 hs, en nuestro espacio ubicado en Tucumán 712 (Microcentro, CABA).

A lo largo de la jornada, las actividades explorarán el universo literario y artístico en diferentes bloques, comenzando por propuestas dedicadas a las infancias,  sesiones de lectura participativa dada por la cuentista Cecilia Ara y visitas guiadas para los más pequeños, organizada y moderada por la gestora del arte y la cultura Katherine Jauarpeña, en conjunto con el acompañamiento de la gestora cultural Aylen Cappelletti .

Más tarde, los jóvenes y adolescentes serán protagonistas de una Jam de Lectura y Pintura moderada por la artista visual Silvina Fiamingo, una experiencia colectiva donde las palabras se convertirán en imágenes sobre un gran lienzo.

Cerramos el día con una Mesa Literaria, un espacio de intercambio para todos aquellos que quieran compartir su libro favorito y reflexionar juntos sobre el papel del humor en la literatura. Además, como finalización de la actividad invitaremos a los participantes a generar su propia producción literaria satírica, con la moderación del editor Dan Villar.

Este encuentro no solo busca celebrar lo risible en la literatura, sino también crear puentes entre el arte visual y la palabra escrita, ofreciendo a los asistentes la oportunidad de sumergirse en una experiencia creativa en la que el acto de leer se socializa, dejando de ser por un momento una actividad solitaria. Desde las primeras infancias hasta los adultos, cada etapa del evento está pensada para inspirar la observación, la imaginación y el diálogo, en un entorno accesible y dinámico.

La Galería Palermo H te espera para vivir una jornada que promete abrir nuevos caminos entre lectores y creadores, donde el humor será el hilo conductor. ¡No te lo pierdas!

  • Viernes 27 de septiembre
  • De 10 a 19 horas
  • Galería de Arte Palermo H – Tucumán 712 esq. Maipú (CABA)
  • Entrada libre y gratuita. Para inscribirse : https://forms.gle/uHNaE23JYWSd2mMj6

Conoce a los moderadores de las actividades: Info Moderadores.pdf         

Fotografía de Marcelo F. Madroñal (@madrofotos)
Descripción de obras:
Derecha: «Amuletos» de Mariana Duek. 2024. Acrilico sobre Fibrofacil. 109 x 109 cm
Izquierda:»Inspiración» de Salomé Chayo. 2024. Acrilico sobre Fibrofacil. 109 x 109cm

«Nota: Las obras expuestas en la fotografía de portada de este artículo es con créditos a la obra de la artista Eva Mezzano.»

Aylen Cappelletti

Galería Palermo H.

Entrada libre y gratuita.

Dirección: Tucumán 712, casi esquina Maipú (C.A.B.A)

Contacto: 011 4583-1369 / wpp: +54 9 11 3561-6375 / info@galeriadeartepalermoh.com

Página web: www.galeriadeartepalermoh.com