¿Puede la máquina ser creativa?

Fuente: Infobae – La popularización de la inteligencia artificial y su capacidad de aprender datos a gran escala, de correlacionar y extrapolar información con resultados sorprendentes está moldeando un nuevo tipo de cultura

La masificación de herramientas que exhiben habilidades cognitivas está transformando el presente. La inteligencia, tan propia de los Homo sapiens, ha sido automatizada y está migrando de manera evidente hacia las máquinas. Estas pueden organizar una agenda, proponer el argumento de una obra de ficción y también inventar una bibliografía de libros inexistentes con nombres de autores reales.

Este proceso se viene configurando desde hace algunas décadas. Sin embargo, se ha ido colando en la cotidianidad enmascarado como un simple corrector ortográfico, como un traductor automático y como un asistente para completar frases en un correo electrónico.

Hoy por hoy, se están manifestando las capacidades de la inteligencia artificial (IA) de aprender de datos a gran escala, de correlacionar y extrapolar información con resultados sorprendentes. Estamos ante el surgimiento de una serie de servicios cognitivos automáticos en línea que tienen un efecto transformador en casi todos los campos de la vida, desde la educación hasta la seguridad. Y, por supuesto, las artes no se quedan fuera.

La máquina quiere ser artista

Las noticias sobre la presencia de la inteligencia artificial y del aprendizaje de máquina en el mundo del arte han aparecido en los medios de comunicación de manera recurrente en los últimos años.

En 2018 fue noticia el tema económico: Christie’s vendió por poco menos de medio millón de dólares “la primera” pintura creada por una inteligencia artificial. Pero en el 2023, la cuestión tuvo que ver con la originalidad de la obra. Boris Eldagsen ganó un prestigioso concurso de fotografía con una imagen creada con inteligencia artificial generativa, algo que admitió posteriormente.

En 2024, todo apunta a que la novedad será el acceso. Microsoft distribuirá con Office una aplicación basada en inteligencia artificial generativa para producir en segundos imágenes “nunca antes vistas”.

La máquina es matemática

Todo lo anterior es sobrecogedoramente cierto, excepto por el argumento recurrente de que se trata de algo nuevo. Artistas como Harold Cohen crearon pinturas con algoritmos de inteligencia artificial ya en los años setenta. Sus obras se han vendido y comprado en el pasado y dichas pinturas son parte de colecciones de prestigiosos museos.Colección histórica de obras de arte de Harold Cohen producidas por AARON, un programa diseñado para crear obras de forma autónoma. Años 2004-2010

Aunque imprecisa, el aura de novedad es explicable y sintomática de un cambio cultural profundo. Plantear una pregunta simple como “si algo es inteligente, ¿debería ser creativo?” nos enfrenta a nuestras preconcepciones sobre la inteligencia y la creatividad.

No resulta sorprendente que la inteligencia pueda ser definida, dado que usualmente se describe como un proceso racional. Pero no sucede lo mismo con la creatividad, a pesar que nos resulte fácil, por ejemplo, decir que un niño es creativo.

Existen múltiples maneras de entender la creatividad. Muchas se refieren, por ejemplo, a la capacidad de proponer asociaciones nuevas, de ofrecer soluciones originales o de explorar las múltiples maneras de relacionarse con el entorno.

También se puede expresar la creatividad de manera matemática. En ella, sus componentes –las asociaciones, la originalidad, el impacto, la relación con el entorno– adquieren valores numéricos que pueden interactuar entre sí.

Y por supuesto, si esto es posible, se puede crear algoritmos con esos modelos de la creatividad para hacer aplicaciones computacionales.

En otras palabras, una manera de entender la creatividad a nivel abstracto se puede formalizar y volver performativa a través del software en las manos de los usuarios.

La creatividad como algoritmo

Ese es, por ejemplo, el recorrido que ha transitado el científico de la computación Ahmed Elgamal de la Universidad de Rutgers. Elgamal propuso un sistema algorítmico para explicar la creatividad y la originalidad en la historia del arte. Posteriormente, desarrolló la plataforma Playform, que ofrece a artistas visuales la posibilidad de utilizar diferentes tipos de métodos de inteligencia artificial y aprendizaje de máquina para generar imágenes y videos.

Con Playform, y otras aplicaciones similares, se puede deducir el estilo visual de un grupo de imágenes y aplicarlo a una imagen nueva. Este proceso ya es un clásico en el área.

La IA que analiza la IA

Por otro lado, varios artistas se ha anticipado a la explosión de los usos de la inteligencia artificial generativa. Sus obras han sido las encargadas de mostrar cómo las bases de datos de las que aprenden los algoritmos encarnan sesgos complejos (Kate Crawford y Trevor Paglen), cómo la creatividad puede ser disociada de los humanos (Varvara & Mar) y cómo se puede reentender la realidad a partir de la visión algorítmica (Memo Akten).Training Humans, concebida por Kate Crawford y Trevor Paglen, es una exposición fotográfica dedicada a las imágenes de entrenamiento: las colecciones de fotos que utilizan los científicos para entrenar a los sistemas de inteligencia artificial en cómo “ver” y categorizar el mundo.

Lastimosamente, sus obras no han llegado a tener la visibilidad de los ejemplos mencionados anteriormente.

Este conjunto de obras opera como una alarma despertador a una cultura visual que está cambiando el realismo capitalista de Photoshop por el surrealismo computacional de Dall-E. Nunca antes habíamos tenido acceso a tantas herramientas generativas de imagen, sonido y texto como lo tenemos ahora.

El uso extendido de dichas herramientas combinado con la exhaustiva recolección de datos en la que están basadas las redes sociales contemporáneas, constituyen la base para la construcción de una nueva cultura visual que desconoce fronteras geográficas.

Esa cultura está sesgada –así lo percibimos y así lo aprendemos– y se despliega a la medida de las búsquedas de cada cual, siendo profundamente global y personalizada a la vez.

La pregunta es si estaremos tan ocupados con la brillante superficie que olvidaremos el complejo sistema que hace que el engranaje funcione. El arte que explora este tipo de tecnologías ofrece una alternativa reflexiva, imaginativa y crítica ante este panorama.

*Andrés Burbano Valdés es profesor adjunto de Arte y tecnología en UOC – Universitat Oberta de Catalunya.

Publicado originalmente en The Conversation.

El caso Rafael: expertos rechazaron el uso de la inteligencia artificial para determinar la autenticidad de una obra

Fuente: La Nación – Diferentes historiadores refutaron que una pintura que fue atribuida al genio de Renacimiento por una IA haya sido efectivamente realizada por el pintor; creen que puede ser una copia

Historiadores y expertos en arte cuestionaron que una pintura que a principio de este año fue atribuida a Rafael (1483-1520) mediante un programa de inteligencia artificial haya sido realizada por el artista renacentista, al considerar que se trata de una copia del siglo XIX. Los análisis que ahora se cuestionan fueron realizados por dos universidades del Reino Unido (de Bradford y de Nottingham) que utilizaron reconocimiento facial asistido por computadora e IA, que mostró que el rostro de la virgen y el niño que aparecen en la obra conocida como The de Brécy Tondo eran idénticos a los de la obra maestra de Rafael, La Madonna Sixtina, que data de alrededor de 1513.

Se trata de una pintura que se exhibe por primera vez al público, en la Galería de Arte Cartwright Hall de Bradford en el Reino Unido.

Las vírgenes representadas en cada pintura tenían una similitud del 97%, mientras que el niño tenía una similitud del 86%; una calificación superior al 75% se considera idéntica, consigna The Art Newspaper.

La investigadora de dibujos italianos en el Museo Ashmolean de Oxford, Angelamaria Aceto, manifestó sus dudas respecto a los resultados que brinda la inteligencia artificial en este caso. “Nunca he visto la pieza en persona, pero a juzgar por la fotografía, parecería ser una copia posterior a Rafael. Si bien siempre estoy abierta al uso de nuevas tecnologías y enfoques, no apoyaría una evaluación de la autenticidad que se base en la IA. El verdadero conocimiento se relaciona con el juicio experto del ojo entrenado y es mucho más que combinar mecánicamente pinceladas e imágenes”, consideró.

En tanto, el historiador de arte Bendor Grosvenor, sostuvo: “No se puede saber si es real o no, y tampoco lo saben los medios de comunicación que lo informan. Necesitan llamar a cualquier experto en Rafael. La única forma en que nosotros, es decir, la humanidad, podremos competir con la IA es pensar críticamente”.

En tanto, otro especialista de Rafael que prefirió permanecer en el anonimato aseguró que “la imagen es claramente una copia del siglo XIX” y dijo que “no es extraño que los rasgos faciales coincidan con el original porque fue copiado después”.

En respuesta a las críticas, Hassan Ugail, director del centro de computación visual de la universidad de Bradford, manifestó a The Guardian que al examinar el Tondo con IA habían obtenido resultados sorprendentes. “Lo más probable es que sea de Rafael. En base a mi trabajo anterior usando reconocimiento facial e investigaciones previas de mis colegas investigadores, hemos concluido que el Tondo y La Madonna Sixtina son, sin duda, del mismo artista”.

Además, sostuvo que “la moderna tecnología de inteligencia artificial asistida por el método de aprendizaje profundo ha logrado avances significativos en los últimos años, lo que le permite analizar imágenes, incluso obras de arte, con un nivel de detalle sin precedentes”, sigue Ugail.

“La IA no solo identifica y compara similitudes, sino que puede examinar diferencias sutiles, por ejemplo, patrones de pinceladas, colores, matices y valores tonales. Esta capacidad le permite observar detalles en las obras de arte que escapan al ojo desnudo, revelando matices que pueden ser pasados por alto por la percepción humana”, completó. Si bien reconoció que “la experiencia de los historiadores y académicos sigue siendo invaluable para comprender el contexto histórico y cultural de las obras de arte, la incorporación de IA en el proceso puede proporcionar conocimientos adicionales e información complementaria que enriquece la evaluación general”. “Además, la IA puede aportar un mayor grado de transparencia al proceso, contribuyendo a un enfoque más claro y responsable de la autenticación”, sumó.

El coleccionista y empresario George Lester Winward compró Thede Brécy Tondo en 1981 creyendo que era una copia de una obra de Rafael realizada en la época victoriana. En 1995, Winward transfirió la propiedad de su colección de pinturas al nuevo de Brécy Trust que fundó él mismo, para seguir investigando sobre el Tondo antes de morir en 1997.

Pinturas famosas reinterpretadas por la inteligencia artificial: Me parece que he visto un lindo gatito

Funete: Pagina 12 – Ya es moneda corriente enterarse que tal y cual obra de arte han sido “reinterpretadas” por programas de Inteligencia Artificial (IA) que -por pedido o comando de terrícolas- ofrecen reversiones de cuadros más y menos famosos con algún giro peculiar. Sucede con tanta frecuencia, de hecho, que actualmente generadores de imágenes como DALL-E y MidJourney reciben duras críticas de artistas (humanos) de distintas partes del mundo que entienden que sus derechos están siendo vulnerados por el creciente, imparable avance de una tecnología que, a su consideración, parasita sus laburos. Aún más: en algunos casos están recurriendo a la Justicia para que determine si existe afano de propiedad intelectual, si hay plagio.

Frente a este panorama, resulta cuanto menos curioso que sea la Secretaría de Turismo de una ciudad europea la que aproveche la mentada herramienta virtual para un propósito que, a priori, puede sonar contradictorio: con imágenes generadas por IA, las autoridades vienesas buscan incentivar que más personas visiten museos como el Palacio Belvedere o el Museo de Historia del Arte de Viena. Es decir, para que el público vea cuadros que antaño pintaron personas de carne y hueso, a la vieja usanza. ¿Y cómo han llevado a cabo esta idea? Pidiéndole a una IA que reversione célebres piezas como La Torre de Babel (1563), de Brueguel el Viejo, poniendo como protagonistas a… gatitos.

Egon Schiele original y versionado en clave felina por IA

Adorables mininos resultan los aliados ideales para esta llamativa campaña de la Secretaría de Turismo, que propone al público “descubrir el arte que hace posible el arte de la IA”, sembrando la intriga entre aficionadas y aficionados a felinos -que son legión, como bien se sabe-. A modo de bonus track, además de estas obras virales generadas con programas, sumaron un video donde especialistas en Historia del Arte reflexionan el significado de ciertos intrincados detalles de la reinterpretación de las pinturas con micifuces, con un punto de humor delirante. “Por un lado representan el desenfreno, pero a la vez están castrados y viven en nuestros apartamentos. Entre ambos fenómenos, el equilibrio: la suavidad y la dulzura, y un salvajismo indómito. ¿No son ambas fuerzas impulsoras de la creatividad y el arte? ¡Qué estupenda metáfora!”, ofrecen sobre El Beso de Klimt donde, en vez de humanos, hay -¡claro que sí!- gatitos.   

Utilizaron Inteligencia Artificial para expandir pinturas clásicas

Fuente: Ámbito – Un hilo viral en Twitter de un especialista en IA, que realizó versiones «fuera del marco» despertó polémica en la red.

Un hilo viral en Twitter de un especialista en Inteligencia Artificial, que realizó versiones «fuera del marco» despertó polémica en la red.

El creador digital tomó algunas de las pinturas más famosas del mundo, de artistas como Leonardo Da Vinci, Miguel Angel, El Bosco, Botticcelli, Vincent van Gogh, Jean-Honoré Fragonard, Edward Hopper y Piet Mondrian y las llevó “más allá del marco”.

Los debates son varios. Uno de ellos, sino el principal hasta ahora, refiere a los derechos de autor, sobre si es lícito que un individuo o una empresa, tome una creación humana anterior como base para una nueva propuesta estética.

La críticas no tardaron en llegar por los errores estéticos y conceptuales de las nuevas obras. Por ahora, la IA puede repetir e interpretar patrones, pero se encuentra lejos de simular la pincelada del artista.

Esta semana, el artista japonés Takashi Murakami, estrella mundial del arte contemporáneo, dijo desconfiar de la inteligencia artificial, pero que considera que la IA “no será capaz de contrarrestar nuestras ideas”, aunque “las más extravagantes se convertirán en valiosas”.

Un fotógrafo alemán ganó un concurso con una imagen creada por inteligencia artificial y se autodenunció

Fuente: TN – El artista dijo que lo hizo para generar un debate sobre el avance de la tecnología en el arte.

Un fotógrafo alemán ganó un importante premio con una imagen creada por inteligencia artificial y se denunció a sí mismo para generar un debate sobre el avance de este nuevo fenómeno global.

El artista alemán Boris Eldagsen obtuvo el Sony World Photography Awards, dotado con 5000 dólares de premio, con su obra Pseudomnesia/La Electricidad.

Es una imagen que parece extraída de la estética de los años ‘40, en blanco y negro, de dos mujeres. Una, la más joven, se encuentra en primer plano, mientras la mayor, se ubica detrás con la mirada perdida. El montaje ganó el primer premio en la categoría de fotografía creativa.

Por qué el fotógrafo alemán presentó una foto creada con inteligencia artificial en un importante concurso fotográfico

Eldagsen dijo que quería comprobar si era posible engañar a un jurado de un prestigioso premio fotográfico con una imagen creada por inteligencia artificial. El objetivo, según dijo, era poner sobre la mesa un debate urgente en torno a las imágenes generadas mediante esta tecnología, escribió el diario español La Vanguardia.

“La inteligencia artificial no es fotografía. Me presenté para averiguar si los concursos están preparados para encontrarse con imágenes hechas por IA. No lo están”, dijo Eldagsen.

La foto de Boris Eldagsen ganó el Sony World Photography Awards (Foto: Boris Eldagsen)
La foto de Boris Eldagsen ganó el Sony World Photography Awards (Foto: Boris Eldagsen)

El artista reveló el engaño antes que la World Photography Organisation divulgara a los ganadores del premio.

Según contó, ofreció autodescalificarse para que le entregaran la distinción a otro colega o generar una discusión abierta sobre la compleja relación entre la fotografía y la inteligencia artificial. Pero no tuvo respuesta de los organizadores del premio, escribió el periódico.

El avance de la tecnología sobre el arte viene generando fuertes controversias en el mundo. En los últimos tiempos se han viralizado imágenes generadas por inteligencia artificial que parecen absolutamente reales. El ejemplo más claro fue la imagen del papa Francisco con un enorme camperón blanco que se viralizó en todo el mundo.

Otra imagen viralizada fue la del expresidente Donald Trump arrestado poco antes de presentarse ante la justicia de Nueva York.

La inteligencia artificial desata nuevos debates sobre la creación y la autonomía de las máquinas


Fuente: Telaam – La aparición de obras basadas en «La joven de la perla» del artista barroco Johannes Vermeer que adquieren nueva apariencia con la inteligencia artificial, la creación del primer manga japonés ilustrado por esta tecnología o un reciente concurso que consagró ganador a un trabajo realizado con un programa de generación de imágenes, son hitos recientes que ponen en crisis las nociones de creación y autoría en un arte atravesado por plataformas que agilizan la creación artística o la escritura, como la resonante aparición del chatGPT.

El debate sobre los riesgos y alcances que involucran el uso masivo de la IA se disparó entre otras cuestiones en noviembre pasado cuando la empresa estadounidense OpenAI lanzó ChatGPT, un programa de escritura automática que masivamente pasó a ser usado por usuarios asombrados por su capacidad para responder preguntas con claridad, escribir sonetos y expedirse sobre temas complicados como ensayos, lo que alertó a las instituciones académicas.

En este caso, el tema relevante se centró en la pérdida de trabajo, algo que se respalda en el reciente estudio publicado por la empresa sobre los alcances de los GPT (Generative Pre-trained Transformer) y el potencial impacto de los grandes modelos lingüísticos automatizados en el mercado laboral de Estados Unidos. Entre las conclusiones preliminares observan que los trabajos más amenazados son los de mayor capacitación y retribución: matemáticos, escritores, diseñadores de interfaces web y digitales, programadores, periodistas, contadores, entre otros.

«No es de extrañar que la IA produzca rechazo. Fue así siempre que irrumpieron grandes cambios en la historia -dice en diálogo con Télam la ensayista Elena Oliveras-. Podemos imaginarnos cómo habrán vivido los griegos del siglo V a.C. el tránsito de la oralidad a la escritura, cómo habrán sentido el reemplazo de esa especie de actor-educador que fue el rapsoda, por una tediosa letra muda. Asimismo, la invención de la imprenta con Gutenberg, hacia 1450, contó con detractores que veían como peligroso el acceso del pueblo al conocimiento», ejemplifica.

Y acota: «Hoy queremos saber si la irrupción masiva de programas de generación de imágenes, como Midjourney, o de textos como ChatGPT, puede competir con la creatividad artística de las personas. Y muchos preguntan: «¿qué quedará finalmente del ‘factor humano’ en tiempos de las nuevas tecnologías?»

Las discusiones en torno a los cambios decisivos que generará la asimilación de esta tecnología en los procesos de creación de textos y obras de arte tuvieron en agosto de 2022 uno de sus hitos: el concurso de la Feria Estatal de Colorado (Estados Unidos) consagró ganadora en la categoría artes digitales a la obra «Teatro de ópera espacial» , realizada por Jason Allen con la asistencia de la plataforma Midjourney, una de las nuevas herramientas de IA que en el último año, junto a Dall-E o Stable Diffusion, entre otras, viene impactando sobre la escena artística.

Para Oliveras, el ejemplo del artista premiado por la obra realizada con la plataforma Midjourney, sirve para matizar las lecturas totalizantes sobre la incidencia de la IA: «(Allen) aclaró que no se limitó a lo que el cuerpo de datos espontáneamente le brindaba sino que trabajó durante 80 horas hasta encontrar buenas entradas que mezclaran el estilo vida victoriano con las escafandras de unos astronautas. Buscó detalles de iluminación y color generando 900 imágenes de las que retuvo tres que fueron retocadas luego con Photoshop. Y para mejorar la definición, antes de hacerlas imprimir sobre tela, utilizó Gigapixel AI».

«Lo que hizo Jason fue un trabajo de co-autoría y post producción, algo que muchos artistas contemporáneos hacen», afirma Oliveras. Porque «reunió, seleccionó, introdujo variantes, acomodando imágenes» algo que se encuentra en «las antípodas de la inspiración genial de autores como Víctor Hugo», y aún está por verse como importante «si su obra es capaz de ´hacer mundo´, de dar imágenes de nuestro mundo haciéndolo visible».

Otros casos más recientes aunque menos resonantes sobre los alcances de esta herramienta se inscriben en la misma línea de cuestionamiento al uso de las IA para la creación. Entre ellos se encuentran las críticas a una obra basada en el cuadro de Vermeer que el artista digital Julian van Dieken presentó con el título «Mi chica de la perla» y fue expuesta en el museo Mauritshuis de La Haya; o el primer manga japonés de ciencia ficción creado con IA bajo el nombre de «Cyberpunk: Peach John», que representó toda una oportunidad para su autor, Rootport, que no dibuja gracias al uso de Midjourney y en seis semanas confeccionó las 100 páginas del manga que a un ilustrador le demandaría un año.

La historiadora del arte Jazmin Adler señala que estás obras «producidas por inteligencias artificiales participan del amplio espectro del arte contemporáneo», en particular del «protagonizado por las confluencias entre arte y tecnología», y que «sus prácticas son portadoras de la misma validez que otras manifestaciones artísticas contemporáneas».

Adler advierte que «es un campo que está desplegando bastante controversia en relación con diferentes prácticas artísticas» sean visuales, sonoras o en literatura, generando «bastante resistencia por distintos motivos».

Foto Prensa
Foto: Prensa.

«Una cuestión tiene que ver con el cuestionamiento sobre el verdadero nivel de creatividad de las IA y si ésta puede ser comparable o no con la creatividad e imaginación humana, que históricamente han sido concebidas como aspectos centrales en la creación artística por parte de artistas humanes, algo que estas IA vienen a poner en jaque», explica.

Uno de los aspectos discutidos es «hasta qué punto estas inteligencias aprenden, pero también cuánto de esos procesos de aprendizaje no involucran copias, imitaciones o emulaciones de diferentes procesos artísticos», lo que «restaría algún carácter inventivo o creativo» en la producción de obras, indica.

Para la especialista un elemento interesante son precisamente «los límites entre el aprendizaje basado en fuentes previas y el plagio». Porque, indica, «sabemos que que existen muchas críticas a plataformas como Stable Diffusion o DALL-E, entrenadas a partir de bancos de imágenes sin tener derechos de uso, que no están reguladas legalmente», lo que impulsa un debate «con bastante intensidad en nuestro contexto por el temor a que se produzcan plagios de forma automática, incluso involuntarios, generados por el software».

Pero al mismo, están aquellos proyectos cuyas obras realizadas por IA no se agotan en la herramienta, sino que la investigan «sin tomar imágenes preexistentes o usando imágenes con permiso de sus autores o bien producidas «por los mismos artistas que programan las IA para desplegar las obras», donde cobra valor la dimensión humana en estos procesos creativos.

«También hay obras que no se agotan en ser aliadas de los sistemas políticos y económicos actuales sustentados en la gubernamentalidad algorítmica o en los procesos de automatización y análisis de datos y predicciones de nuestros hábitos y comportamientos cotidianos, sino que muchas de estas obras en relación con las IA buscan justamente cuestionar y poner en jaque el propio funcionamiento de las IA y pensar posibilidades diversas a la hora de aplicarlas en el ámbito de las artes desde perspectivas críticas, enfoques decoloniales, feministas, dependiendo el caso», reflexiona Adler.

Tal vez esta ingesta de programación e imágenes propias esté en consonancia con la mirada entusiasta del periodista y crítico Sebastian Smee, del The Washington Post, para quien el uso de la IA tiene un «emocionante porvenir», lectura que ejemplifica con el trabajo del artista de origen turco Refik Anadol y la obra generativa «Unsupervised», expuesta en el MoMA.

«Uno de los valores de la IA es que obliga a pensar la producción artística más allá del paradigma tradicional. Suma nuevos interrogantes a los ya conocidos: ¿El arte es fruto de la inspiración o del trabajo, del tanteo o de la construcción? ¿Depende del inconsciente o de la «locura» del artista, de una amabilis insania», apunta Oliveras.

Debates y cuestionamientos sobre los derechos de autor y la autoría de las obras

El arte contemporáneo digital como generador de obra, nueva o derivada, parece encontrarse en una nueva encrucijada: una miríada de imágenes que escapan a mundos fantásticos y retratos hiperrealistas de imaginarios globalizados a diseños al estilo de grandes maestros disparan las alarmas sobre derechos de autor y el uso de imágenes sin permiso, y también la pérdida de status del artista.

Pero, si la creación artística que acude a la herramienta digital transforma, metafóricamente, ese pincel en manos humanas que dibuja sobre una tela en acto de complejas instrucciones y variables sintetizadas «aprendidas» resultando en una imagen, lo que se modifica es el medio, no la intención humana, lo que se quiere transmitir, crear, al menos, por el momento.

Así como los programas de edición de fotografía surgidos no hace tanto se tornaron indispensables para muchas prácticas artísticas y de diseño, un nuevo capítulo se escribe en los últimos meses con la inteligencia artificial (IA) aplicada al arte y su expansión.

«La IA es un modo democrático de hacer arte que ayudaría a hacer realidad la utopía de Joseph Beuys: ´Todo ser humano es un artista´. Pero si todos pueden hacer arte nos encontramos con un problema: ya no habría quien mire a los «artistas» (aquellos que la institución arte reconoce como tales)».

Es que nunca fue tan fácil recrear el mundo en un instante con solo unas pocas palabras claves y ajustes de parámetros como ofrecen plataformas como Dall-E (desarrollada por la empresa OpenAI), Midjourney o la de código libre Stable Diffusion, entre otras.

Herramientas que devuelven activamente como obra la proyección de una idea, una búsqueda. Aunque también puede pensarse que permiten resguardar, en esa interacción hombre-máquina, la dimensión de juego tan propio de los procesos creativos.

«Más allá de su masividad, la IA no compite con el artista. Es una herramienta y no un reemplazo. Una herramienta que puede incentivar la experimentación y la creatividad», dice Elena Oliveras y comparte «en la sinergia autor-programa el artista podría encontrar situaciones sugerentes, formas y contenidos que nunca se le hubieran presentado antes».

Pero, «los modelos de la IA trabajan sobre ´lo dado´ -un cuerpo de datos preexistentes- no sobre lo por venir», y ese futuro «justamente en lo indeterminado, en el rumor secreto de lo aún no dado, donde podrá ejercer su libertad», destaca la ensayista.

«Con las inteligencias artificiales no desaparece la figura del artista, sino que se reconfigura radicalmente, porque las obras producidas con estas IA reclaman otro tipo de artista que va perdiendo cierto control sobre el resultado final de la obra», explica la investigadora Jazmín Adler.

«Porque el artista tiene control hasta cierto punto» pero «gran parte del proceso creativo queda en manos del algoritmo», aunque aclara que es importante establecer que las disputas de autoría de obra sino que surgen privativamente por el uso de la IA o «las obras tecnológicas, sino que la pregunta acerca de quién es el autor, si quien ejecuta la obra o el que formula la idea, está presente desde hace siglos». Y agrega: «esto se pone de relieve fuertemente de mediados del siglo XX con la emergencia del arte conceptual y todas sus derivas más contemporáneas donde los artistas formulan la idea y luego son sus asistentes u otros artistas quienes la ejecutan».

«En el caso de las artes tecnológicas o de las convergencias del arte la ciencia y la tecnología, este proceso se viene dando en distintos proyectos», concluye.

Elegida el año pasado como la palabra del 2022 por la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), la expresión «inteligencia artificial» y sus aplicaciones en el mundo cotidiano se afianzan cada vez más en todas las áreas críticas, desde las infraestructuras a la medicina o la elección de qué comprar o pensar y el seguimiento de cada ciudadano devenido consumidor.

Incluso la IEEE Standards Association (organización internacional para la creación de estándares tecnológicos) ofrece desde enero un programa de los elementos básicos vitales para las «Normas de ética y gobernanza de la IA» como contribución «a crear sistemas de inteligencia artificial más confiables», como ayuda «a los desarrolladores de IA a incorporar principios de diseño centrados en el ser humano en sus estrategias de producto y estructuras organizativas y de gobernanza», aplicado a todo tipo y destino de desarrollos.

Sin embargo, entre las voces críticas disparadas desde las redes sociales se indica que utilizar la IA se asemeja a realizar una búsqueda en el navegador para encontrar algo realizado por otros que «no es tu trabajo», ejemplifican. Y si bien por el momento, la IA no suplanta el trabajo del artista, uno de los problemas es el ético por el uso de imágenes utilizadas para el aprendizaje de estás tecnologías, a lo que se suman los imaginarios introducidos para ser procesados, aprendidos por las IA que pueden devenir en estereotipos sexistas y racializados, entre otras cuestiones

Ante «la reconfiguración de la figura del artista en tiempos de la IA » surge la del ´demiurgo -un principio ordenador de elementos preexistentes- que participa en el acto de creación», señala, y acota que «se subraya el hecho de que no hay producción ex nihilo, de la nada», por lo cual el «artista será entonces aquel que sabe combinar bien los elementos preexistentes aportados por el ´demiurgo´».

«En consecuencia, el artista como creador aurático pasa a ser un co-creador, un post productor que juega con un conjunto de ready mades», un trabajo que lleva más de un siglo siendo desarrollado. Y si no, explica, «pensemos en el Secador de botellas de 1914, comprado por Duchamp», o «Fuente» (1917), el mingitorio que fue considerado la obra más influyente del siglo XX», explica. Y sin embargo «el ready made no ha sido hoy totalmente aceptado como ´arte´».

Sin considerarse «una entusiasta sin límites» y «reconociendo que no podemos excluir a las tecnologías de nuestras vidas», Oliveras dice que habrá que «esperar para ver qué camino recorre la IA».

Este fenómeno puede pensarse «como parte de una ecología de diferentes inteligencias que van más allá de la humana, que obligan a corrernos del enfoque fuertemente antropocéntrico que prima desde hace tantos siglos, y podemos pensar en estas convivencias sin jerarquías entre materialidades humanas, nohumanas o más que humanas», dice por su parte Adler. Y afirma su creencia de que esto puede «abrir un camino sugestivo, interesante, para pensar y comprender estas obras alternativas o al menos obras diferentes a las que habían existido hasta el momento».

¿Arte o algoritmo? Crecen el debate y las represalias por las creaciones de la IA

Fuente: Télam ~ Como correlato de la aplastante recepción que alcanzan los programas de inteligencia artificial (IA), desde que una compañía asociada a Microsoft permitiera el uso público de la plataforma ChatGPT en noviembre pasado y Google lanzara al mercado su programa Bard, los textos y obras de arte generados con estas aplicaciones se multiplican por estos días con reacciones dispares: mientras una publicación de ciencia ficción anunció que vetó a centenares de autores después de verse inundada con textos redactados por robots, acaba de trascender que la obra ganadora de un tradicional concurso de arte fue realizada con asistencia de esta tecnología.

Neil Clarke, redactor en jefe de la revista estadounidense de ciencia ficción y fantasía Clarkesworld Magazine, posteó en Twitter que había vetado a más de 500 autores en febrero como consecuencia de sus envíos «generados por máquinas».

Antes de la aparición de robots conversacionales como ChatGPT, capaces de redactar textos en un lenguaje fluido y en diferentes estilos, Clarkesworld Magazine se limitaba a rechazar a un puñado de autores cada mes, generalmente por indicios de plagio, explicó Clarke. «Nuestro reglamento estipula que no queremos obras escritas o hechas con la ayuda de IA -aseguró el periodista en declaraciones que reprodujo la agencia de noticias AFP-. Pero a ellos les da igual. Simplemente mienten».

Aunque se intuía que su asimilación iba a ser rápida, no deja de sorprender la habilidad con que los usuarios empezaron a darle múltiples usos a los chatbots -un software que simula una conversación real con una persona por texto o por voz-, que dan muestras de que pueden revolucionar áreas como el trabajo y la educación gracias a la precisión de sus respuestas y a la capacidad de realizar múltiples y complejas tareas, como escribir un texto reproduciendo las «marcas de escritura» de quien lo encarga.

La IA ya escribe códigos de programación pero también ensayos universitarios que ponen en jaque a la pedagogía de las casas de altos estudios, compone videos, imágenes, poesías y relatos y obliga a una pregunta problemática y urgente: ¿La masificación y democratización del acceso -que irrumpió en la escena pública con el ChatGTP pero que tiene tantas variantes como usos- puede competir con la creatividad artística de las personas?

«Estamos viendo cómo tiene lugar la muerte del arte frente a nuestros ojos. Si los trabajos creativos ya no están seguros frente a las máquinas, incluso los trabajos que necesitan más cualificación corren peligro de convertirse en obsoletos. ¿Qué nos quedará?», se preguntaba hace unos días un tuitero al descubrir que la obra ganadora de la tradicional competición artística de la Colorado State Fair había sido generada por una inteligencia artificial.

La obra, titulada «Teatro de ópera espacial», fue presentada al concurso por un creador de videojuegos, Jason Allen sin ocultar que para lograrla había recurrido a la inteligencia artificial de generación de imágenes Midjourney, una de las nuevas herramientas que en el último año, junto a Dall-E o Stable Diffusion, han impactado en el mundo de la creación.

Gracias a enormes bases de datos de imágenes, el programa Midjourney puede cruzar estilos de distintos autores y hacerlos confluir en una obra en común: basta introducir en su base un texto -por ejemplo pedirle que muestre cómo sería la película de ciencia-ficción «Blade Runner» rodada con el estilo del cineasta y psicomago chileno Alejandro Jodorowski- para obtener impactantes fotogramas que mezclan ambos estilos.

Lo que instala este nuevo panorama respecto a las nociones de creación y autoría es que las capacidades de la inteligencia artificial son enormes, pero se trata de un trabajo de cocreación: se le suministran textos a los que la herramienta responde sugiriendo imágenes, que el artista va seleccionando, afinando, perfeccionando con Photoshop y con continuas nuevas búsquedas. Una sinergia similar entre usuario y máquina que la que requiere la plataforma ChatGPT y otros emprendimientos semejantes.

Fancy Monas: el gran Edgardo Giménez lanza 80 obras de arte digital para celebrar sus 80 años

Fuente: Copyright Clarín by Susana Reinoso ~ El artista argentino, que cuenta con creaciones en los museos más importantes del mundo, presenta su proyecto más ambicioso: una serie de sus clásicas monas por primera vez en formato virtual.

Ya lo hizo la obra de Gyula Kosice y ahora llegará al mercado de los NFTs nada menos que una leyenda: Edgardo Giménez.

Un lanzamiento de 80 Fancy Monas para celebrar los 80 años de vida del artista argentino tendrá lugar a partir del 7 de enero en Punta del Este en la plataforma algorítmica Artbag, que Refik Anadol presentó el año pasado en el Teatro Colón de Buenos Aires.

La obra en formato digital también tendrá soporte físico. Precisamente en esta propuesta trabajó Edgardo Giménez estos meses on la que busca “festejar la alegría de estar vivo, aportar alegría al planeta que está harto de tantas complicaciones y tensiones. Por eso el humor tiene que estar siempre presente en la obra. Para mí el arte es un salvavidas”, dice el artista que se ríe de puro entusiasmo.Una mona con bananas, obra de Edgardo Giménez. Gentileza Una mona con bananas, obra de Edgardo Giménez. Gentileza

Sobre 30.625.245 combinaciones posibles que facilitó el algoritmo, Giménez seleccionó 80 Fancy Monas a las que viste a imagen y semejanza de las personalidades más excéntricas y multifacéticas que caracterizan su trabajo.

Del 7 al 10 de enero en José Ignacio habrá una exhibición presencial en la 9ª edición de la Feria “Este Arte” (https://fancymonas.io). Como nexo entre el mundo digital y analógico, el artista diseñó impresiones fine art de las monas que estarán firmadas y acompañadas de un código QR que las vinculará con su universo digital y los NFTs.

El trabajo de Edgardo Giménez con sus Fancy Monas ha sido detallista. Cada una de ellas tiene una sonrisa, un peinado, un vestuario o un accesorio que la hace única y a su vez hay una referencia histórica peculiar en cada una de las 80.Edgardo Giménez, siempre sonriente. Gentileza Edgardo Giménez, siempre sonriente. Gentileza

A punto de viajar a Uruguay, Edgardo Giménez le contó a Clarín Cultura cómo llegaron sus monas al mercado de arte digital: “Fui convocado y cuando me contaron el proyecto me resultó muy interesante porque siempre pensé que el arte tiene que llegar a más gente».

«Cuando en la década del 80 –continúa– hice el afiche institucional de las obras del Teatro San Martín, en un solo punto de venta se adquirieron 560.000 copiasen tres años. Algo rarísimo. Eso me hizo pensar en lo positivo de que el arte llegara a mucha gente. Y cuando hice la mona en la fachada del Centro Cultural Recoleta la repercusión fue enorme. Hubo gente que me decía que la única sonrisa que había esbozado en un día se la había arrancado la mona de la fachada.”

Comenzó trabajando un modelo y empezó a agregarle distintos “disfraces con los que me divertí mucho. Para este lanzamiento no tengo expectativas porque espero que la realidad me sorprenda con más de lo que podría imaginar”, dice siempre optimista el artista autodidacta, que tanto trabaja en el área de las artes plásticas, como en el diseño gráfico y la arquitectura.Una de los monos digitales de Edgardo Giménez. Gentileza Una de los monos digitales de Edgardo Giménez. Gentileza

Pop y vanguardista

Edgardo Giménez es multifacético y obras de su firma integran las colecciones del MoMA, el MET y el Museo del Barrio de Nueva York, a la vez que también se encuentra en el acervo del LACMA en Los Angeles, y el Museo Paul Getty de California, entre otras destacadas instituciones extranjeras.

En Argentina, sus trabajos integran también las colecciones permanentes del Museo Nacional de Bellas Artes y el Moderno de Buenos Aires. El año último tuvo una exhibición retrospectiva en la Galería MCMC (María Calcaterra). Como parte de esa exposición presentó Casa Neptuna, una obra diseñada para la Fundación Amalia Amoedo en Uruguay.

“En su Fundación, Ama Amoedo tiene un mueble diseñado por mí que tiene un cielo estrellado y un arco iris por encima. A mi primera retrospectiva en el Moderno, donde esa obra estaba, vinieron unos estudiantes de colegio y uno de ellos le dijo a su maestra que si tuviera que hacerle un regalo a Dios sería ese mueble. Quedó escrito en un artículo que se publicó”, cuenta con orgullo Giménez que a partir de junio de este año estará con una exhibición de obra histórica y contemporánea de arte y diseño en el Museo Nacional de Arte Decorativo.

“Creo que todas las cosas que te provocan una emoción especial dejan de ser un diseño para ser algo artístico, porque si te aporta algo especial entonces tiene la capacidad para llamarse arte. La muestra se titulará No habrá ninguno igual”, señala y se ríe como un chico.Edgardo Giménez y sus creaciones. Gentileza Edgardo Giménez y sus creaciones. Gentileza

Estética pop y sesentista pero a su vez vanguardista, la obra de Giménez no deja a nadie indiferente, sobre todo porque siempre le busca el costado positivo a la vida y lo expresa en sus creaciones: “No creo en la distancia entre arte mayor y arte menor. La única diferencia es que al primero lo crean los grandes artistas y al menor, artistas que tienen menos vuelo o menor trayectoria”.

Este año también, Edgardo Giménez publicará un libro antológico con materiales inéditos. Como diseñador participó en proyectos en países tan distantes como Japón y Alemania, Polonia y Suiza.

Pero cabe la pregunta central: ¿por qué lo acompañan los monos desde hace tantas décadas?

“Yo veo a los monos muy parecidos a los humanos pero un poco menos en lo salvaje. Creo que nosotros somos más salvajes que ellos. Cuando era chico, mi abuela tenía una vecina con un mono. Un día en que mi abuela se cepillaba los dientes vio al mono vecino hacer lo mismo. Esa actitud espontánea y divertida es lo que me cautiva de los monos. Pero al margen de eso, de niño disfruté mucho las historias de Tarzán y la mona Chita que transformaba el cuento en algo muy simpático”, recuerda Edgardo Giménez, que quiso ser artista a los 4 años deslumbrado por el mundo de fantasía de Walt Disney.

Dice el artista que desde niño estuvo “muy conectado con historias de la selva y la naturaleza. Hay un autorretrato de 1965, titulado Edgardo Giménez en la jungla, donde estoy con un chimpancé gigante y un león en una escenografía bastante idílica. Una obra muy colorida y armoniosa».

«A lo largo de toda mi vida –asegura Edgardo– he tratado de promover la parte positiva del ser humano, aunque el hombre se encarga de sumar horror detrás del horror. Pero yo no quiero sintonizar con eso. A través de estas obras quiero rescatar la parte positiva de la naturaleza y a fuerza de mostrar lo positivo a lo mejor alguien se copia y no seguimos avanzando hacia la oscuridad y el mal”.

Dice que esta faceta en su carrera lo divierte mucho porque no quiere “hacerle el juego a lo nefasto. Esa es mi característica más clara: buscar lo positivo de las cosas porque eso nos ayuda a vivir mejor”.

Artbag, la plataforma que alojará los NFTs de Edgardo Giménez, ofrece herramientas diseñadas especialmente para el arte y la cultura.

Para Giménez, padre de 80 Fancy Monas recién nacidas, “el arte tiene que servir para hacerte feliz. Si no cumple una función importante en tu vida es porque no estás frente a una obra de arte».

De la mano de Imagine Van Gogh , el arte inmersivo llegó para quedarse

Fuente: Télam ~ «Imagine Van Gogh», que inauguró en febrero en La Rural y visitaron más de 300.000 personas, significó el desembarco en Argentina de una tecnología de avanzada que permite ver las obras magnificadas, coreografiadas y en movimiento, un fenómeno ya consolidado en otras partes del mundo que finalmente encontró su correlato en estas latitudes y se propagó luego a muestras como las de Piazzolla y Leonardo Favio en el Centro Cultural Kirchner.

Sin dudas, el 2022 será recordado como el comienzo de un tipo de exposiciones que parece haber llegado para quedarse: las inmersivas permiten acercarse al arte desde una perspectiva completamente distinta, poniendo todos los sentidos en juego. Hasta la llegada de Van Gogh ninguna muestra de ese estilo se había visto antes en el país.

Una selección de 200 obras del pintor neerlandés Vincent van Gogh (1853-1890) se pudieron ver desmenuzadas en más de 3.000 imágenes en simultáneo, en formato de gran tamaño gracias a 48 proyectores de video láser de alta definición sobre las paredes, el suelo y los lienzos de ocho metros de altura distribuidos en el predio de mil metros cuadrados.

Pero estos números son lo primero que uno olvida apenas se ingresa a esta exposición: porque «Imagine Van Gogh» es una muestra que invita a sentir, que potencia los sentidos, que deja de lado lo racional para poner en primer plano lo emocional. Los visitantes recorren la exposición en oscuridad total, sólo iluminados por las proyecciones gigantescas de las pinturas más reconocidas del artista, acompañadas por la música de grandes compositores como Camille Saint-Saens, Mozart, Bach, Delibes y Satie. Hay que pensar en cada obra de Van Gogh como una pantalla de cine, inmensa, en una danza coreografiada de imágenes, además de la música clásica envolvente que se desprende desde los parlantes.

El empresario y productor argentino Daniel Grinbank decidi traer la muestra a la Argentina
El empresario y productor argentino Daniel Grinbank decidió traer la muestra a la Argentina.

La muestra que el empresario y productor argentino Daniel Grinbank decidió traer a la Argentina fue presentada por primera vez en La Cathédrale d’Images, en Francia, en 2008. Desde entonces, ha itinerado por 50 ciudades del mundo y la han visto un millón de personas.

Las obras más famosas de Van Gogh realizadas hace cientos de años cautivaron la atención del público en La Rural a lo largo de cinco meses, de febrero a julio, extendiendo su permanencia debido al éxito de convocatoria: 300.000 espectadores, una cifra que nada tiene que envidiar a los 263.373 visitantes que tuvo en el Museo Nacional de Bellas Artes por Joan Miró (2017) o los 252.000 que pasaron por Malba para la muestra «Liminal» de Leandro Erlich en 2019, si se piensa en las más convocantes de la historia.

Pero el gran acierto de «Imagine Van Gogh» fue sin dudas convocar a toda clase de público, a ese que, muchas veces, no suele acudir a museos de arte ni a espacios o instituciones de este tipo. La muestra atrae a niños, jóvenes y adultos por igual por su capacidad de ver magnificadas y, por ende, desde nuevos puntos de vista, estas famosas obras. Sin contar con la posibilidad de apreciarlas todas juntas en una única oportunidad.

«La noche estrellada», «Los girasoles», «Los Lirios», o «Dormitorio en Arles», entre otras, forman parte de prestigiosas colecciones como el Museo d’Orsay de París, la Galería Nacional de Arte de Londres, el Museo Van Gogh de Ámsterdam, el Museo de Arte Moderno y el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Una impresionante selección que, sencillamente, no podría coincidir físicamente en el mismo lugar y al mismo tiempo.

Además, este tipo de exposiciones posee el espacio adecuado para el distanciamiento social preestablecido que nos dejó la pandemia, y entradas que se venden en bloques de media hora, lo que conduce a un aforo limitado, otra enseñanza post Covid. De todos modos, la permanencia en este tipo de exhibiciones no tiene un tiempo preestablecido.

Hay que pensar en cada obra de Van Gogh como una pantalla de cine inmensa en una danza coreografiada de imgenes
Hay que pensar en cada obra de Van Gogh como una pantalla de cine, inmensa, en una danza coreografiada de imágenes.

De la mano de la tecnología, y con la posibilidad de fotografiarse con las obras -en la era de las redes sociales- el efecto contagio «hashtag Van Gogh» se propagó enseguida a la agenda nacional local con la inauguración en el mes de marzo en el Centro Cultural Kirchner de la sala inmersiva dedicada al compositor y bandoneonista Astor Piazzolla, el primer espacio de su tipo emplazado en una institución cultural del país, con entrada libre y gratuita.

En la segunda planta del edificio del antiguo Palacio de Correos, equipada con catorce proyectores, un sistema de sonido de 24 parlantes y un revestimiento acústico especialmente diseñado, la sala de 200 metros cuadrados y seis de altura, logró generar una sensación de inmersión en un entorno envolvente a través de las proyecciones en todo el espacio y de la utilización de técnicas de espacialización sonora.

En paredes, piso y techo se pudieron ver reproducciones de animaciones, fotografías, videos, material de archivo y obras de arte inspiradas en momentos, ciudades y piezas fundamentales en la vida de Piazzolla. La experiencia sensorial fue acompañada de grabaciones originales de clásicos como «Otoño porteño», «Fuga y misterio» o «Adiós Nonino».

La experiencia inmersiva Vida y obra de Frida Kahlo se inaugurar el 20 de enero en el CEC
La experiencia inmersiva «Vida y obra de Frida Kahlo» se inaugurará el 20 de enero en el CEC.

En noviembre fue el turno de dedicar la sala inmersiva del CCK a la figura de Leonardo Favio (1938-2012), a diez años de la partida de este popular artista, referente indiscutible del cine y la música local, cuyo repertorio de canciones y de películas son de culto, incluido su primer disco, «Fuiste mía un verano».

La sala inmersiva en honor a Favio -todavía sigue en exposición- propone un recorrido por su obra como director, cantante y actor, por medio de fragmentos de imágenes y sonidos que recrean un universo a través de archivos muy diversos, películas («Juan Moreira», «Nazareno Cruz y el lobo», «Gatica», «Aniceto»), fotografías, entrevistas, guiones y material de rodaje inédito, para ofrecer un recorrido dinámico de su vida y su obra.

Frida Kahlo y Da Vinci, lo que viene en 2023

El efecto rebote ya es palpable de cara al 2023 cuando lleguen a la Argentina -por lo pronto- tres exposiciones inmersivas aunque podrían sumarse más: en enero Frida Kahlo, en febrero Van Gogh y, en marzo, Leonardo da Vinci.

La experiencia inmersiva «Vida y obra de Frida Kahlo» inaugura el 20 de enero en el CEC, Centro Convenciones de Buenos Aires (Figueroa Alcorta 2099) y propone adentrarse en la icónica figura de la pintora mexicana desde la narración tomada de su fascinante y casi desconocido diario personal, un libro de vida que fue custodiado bajo llave durante décadas.

Más de un centenar de obras plásticas, literarias y fotográficas prometen cobrar vida en un espectáculo que fusiona arte, tecnología y una narrativa emocionante -una producción de Move Concert y Ozono Producciones, creada por Acciona Cultura-, donde no faltan sus famosos autorretratos, piezas como «La venada herida» o el dedicado al «Doctor Eloesser» y otras menos conocidas como «El suicidio de Dorothy Hale», o «Lo que el agua me dio». Se incluye además la recreación de la famosa Casa Azul, el hogar donde Frida Kahlo nació, vivió, pintó y murió. 

Foto Eliana Obregn
Foto: Eliana Obregón.

La muestra «Meet Vincent van Gogh», la exposición oficial creada por los expertos del Museo Van Gogh de Amsterdam, llegará a Buenos Aires a partir del 24 de febrero, al Campo Argentino de Polo, donde se verán seis escenarios distintos que permitirán adentrarse, literalmente, en la obra del artista a través de escenificaciones en 3D de sus paisajes, junto a proyecciones y réplicas a gran escala.

En este itinerario habrá salas inmersivas, reproducciones que el visitante podrá tocar, fragmentos de cartas, recreaciones de paisajes e incluso escenificaciones de pinturas icónicas donde ingresar, como por ejemplo poder sentarse en la famosa cama de la habitación de Arles.

Curada por Willem Van Gogh, bisnieto de Theo (el hermano de Van Gogh), la exposición -basada justamente en las casi 800 cartas que el artista dejó a su familia- se presentó por primera vez en el 2016 en Beijing y desde entonces ha itinerado por numerosas ciudades del mundo, convocando a más de un millón de visitantes.

En el mes de marzo llegar a la provincia de Crdoba Da Vinci Il Genio
En el mes de marzo llegará a la provincia de Córdoba «Da Vinci: Il Genio».

Finalmente, en el mes de marzo llegará a la provincia de Córdoba «Da Vinci: Il Genio», una muestra inmersiva que honra la vida, obra y pensamiento del genio italiano, padre del renacimiento italiano, en el Centro de Convenciones Complejo Ferial de la ciudad de Córdoba, del 11 de marzo al 22 de abril.

Las muestras inmersivas, una nueva concepción del arte tal como lo conocemos, ya son un éxito de taquilla en todo el mundo. Y en Argentina, esto recién comienza.

Las ilustraciones de Luis Alberto Spinetta se vuelcan al mundo del arte digital y los NFT

Fuente: Télam ~ Los dibujos del mítico cantante, poeta y guitarrista Luis Alberto Spinetta se transmutan en NFT con «Retratos», la primera etapa del proyecto denominado «Figuración» que los lleva al mundo digital coleccionable de la mano de la plataforma Enigma y muestran otra dimensión de la obra y personalidad del autor de «Muchacha ojos de papel», «Durazno sangrando» o «Barro tal vez», entre otros, o su disco Almendra que lleva como portada su impronta dibujada.

La serie «Retratos», primera etapa de la colección bajo el nombre de «Figuraciones», fue presentada en una breve reunión de preventa por Catarina Spinetta, una de las hijas del músico en representación de la familia, quien presentó las obras y contó algunos detalles de la vida del artista referidas a sus obras visuales.

Desde la plataforma Enigma invitaron a ser parte de la «Comunidad Spinetta» adquiriendo las obras NFT (token non fungibles, certificados no intercambiables que otorgan autenticidad a una obra digital) para uso personal. Pero un uso que permite tenerlos como avatar certificado, plasmarlo en remeras o tazas o imprimirlo porque «la calidad de la imagen digital es «megagigante», pero sin permiso de uso comercial.

«Luis Alberto era un dibujante nato y lo hacía de forma casi compulsiva en sobres, servilletas, diarios o cualquier papel que tuviera frente suyo»Catarina Spinetta

La ventaja de la preventa es que los que adquieran los NFT recibirán un vinilo de los álbumes, que pueden ser «Almendra», «Kamikaze» o «Artaud», y serán parte del sorteo de un original con fecha, firma y nombre, dibujado detrás de una liquidación de Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (Sadaic) que tiene parte de un tracklist, aunque no está seleccionado aún, «porque hay un montón», explicó la hija.

«Luis Alberto era un dibujante nato y lo hacía de forma casi compulsiva en sobres, servilletas, diarios o cualquier papel que tuviera frente suyo», describieron los organizadores del evento lanzado este jueves. Una cita bastante íntima, ante poco más de 30 personas, en línea de Argentina, Chile y México; porque para Spinetta, dibujar «era algo como respirar», explicaba Catarina.

El nombre elegido para la colección de dibujos, «Figuración», es un homenaje y una invitación a redescubrir a Spinetta y «una extensión de su legado, su mensaje y su sensibilidad». «Figuración es el nombre que le dimos a su arte, a su arte digital dentro de Enigma, lo que significa ese sello es una letra que hizo para el primer disco de Almendra y me pareció que cerraba para esto por las figuras y porque vuela, es un tema que te vuela la cabeza, como todos», explicó Catarina.

Para la DJ, «Figuración es el comienzo de un camino interesante» e incluso «nuevo para muchos» como es el mundo de los NFT que se abre de mano del mundo ampliado de las criptodivisas y una concepción descentralizada, horizontal, para quien la propuesta es interesante «porque hay tanto material, tantos dibujos de él como artista plástico, dibujante».

El Flaco es autor de las ilustraciones del primer disco de Almendra del 2de Pescado Rabioso de El tiempo es veloz de su amigo David Lebn y otros Foto Alejandro Belvedere
«El Flaco» es autor de las ilustraciones del primer disco de Almendra, del 2°de Pescado Rabioso, de «El tiempo es veloz» de su amigo David Lebón y otros. Foto: Alejandro Belvedere

Spinetta «guardaba todo», dijo su hija, quien reconoció que esta primera colección representó un desafío para entender y elegir dentro de las obras existentes e implicó un trabajo de catalogación de todos los papeles.

El lanzamiento oficial será el 23 de enero con esta primera serie de pequeños retratos realizados en pequeños papeles de colores, de 8 por 8 centímetros, que no tienen fecha ni otro dato disponible, salvo uno de ellos que tiene un epígrafe: «el gringo».

Las 12 piezas dibujadas a mano y convertidas en coleccionables digitales, los personajes con sus seis distintos fondos de colores que las elevan a un total de 72, son obras únicas, puestas a disposición en la plataforma que invita a descubrir la faceta menos conocida de Spinetta.

Sin embargo, salidas del cúmulo de dibujos del músico y curadas por Catarina, se incluirán más adelante a la colección una serie sobre autos realizados a mano o digitales, otra de sus seres y criaturas y el autorretrato titulado «Man Walk».

Sobre los autos, su hija cuenta que Spinetta era loco por ellos, que desde chico los dibujaba y estaba obsesionado con los autos futuristas. Y aclara, los dibujos digitales de los autos traen ese «upgrade tecnológico» como característica para el compositor que dibujó después con una tableta y un lápiz digital.

Salidas del cúmulo de dibujos del músico y curadas por Catarina, se incluirán más adelante a la colección una serie sobre autos realizados a mano o digitales, otra de sus seres y criaturas y el autorretrato titulado «Man Walk»

En ese sentido señaló: «Ya era súper profesional su forma de encarar con la tecnología también, por eso nos interesó hacer los NFT, porque es un avance tecnológico y él estaba totalmente a favor de eso, iba con eso».

También refirió que están «los personajes re deformes como varios que se hicieron públicos» con una presentación y nombre, con título, «y son geniales, cómicos, es como su genialidad de una forma irónica, son espectaculares».

La elección de los retratos como punto inicial de la colección surgió a partir de pensar «cómo uno se puede sentir identificado con estos retratos», explicó la DJ, y detalló: «Es la pregunta por ¿cómo me siento identificado con este personaje que eran unos dibujitos hechos con marcador rojo, y distintas distintas fibras, biromes?».

«Usaba lo que sea, birome de colores, mucha birome roja, uno de sus colores preferidos, pero sobre todo, él dibujaba todo el tiempo, en donde sea, y de allí que haya tanto material como artista plástico», destacó, porque fue aseguró que el músico fue «dibujante desde siempre, desde chico».

«Nunca dejó de dibujar y tenía noción de que era muy bueno en esto, no solamente hizo el arte de tantos discos como el primero de Almendra, que lo perdieron y volvió a hacerlo, el de Pescado Rabioso y los folletos de los shows»Catarina Spinetta

«Nunca dejó de dibujar y tenía noción de que era muy bueno en esto, no solamente hizo el arte de tantos discos como el primero de Almendra, que lo perdieron y volvió a hacerlo, el de Pescado Rabioso y los folletos de los shows», relató Catarina.

Además graficó: «Él podía aportarlo dentro de su arte acompañando su arte musical, eso está claro con el primer disco, ‘Almendra’, y después cuando él se va, encontré un libro que había armado», y describió que el músico había «recortado un montón de dibujos seleccionados, muchísimos, muy viejos, de los 70, los 80 en adelante».

Pero los grafismos de Spinetta se colaban en cuadernos repletos de prosas varias, poesías, cuentos, en una mezcla entretejida de dibujos y textos, un material más complejo que obligó al proyecto a comenzar desde lo más sencillo visualmente para abordar luego otras complejidades curatoriales.

«Estudié un año de Bellas Artes», afirmaba el propio Spinetta en una entrevista citada por su hija mayor. Esa frase corresponde al documental dirigido por Pablo Perel donde también contaba que había dejado un arte por otro porque le había ganado la música, a pesar de que nunca dejó de crear obras gráficas a las que describía a sus 35 años, edad al momento de la entrevista, como «una mezcla de Heavy metal con diseño».

La centralidad de la figura de Spinetta suma un espacio interesante a la plataforma -primer marketplace de NFT de Hispanoamérica inaugurado a finales de 2021-, promocionada como comunidad creativa bajo la web 3.0, descentralizada, que provee herramientas para creadores, coleccionistas, entre otros

El Luis Alberto Spinetta (1950-2012) ampliado, el artista, poeta y músico, cobró plena vigencia en el homenaje que le dedicó en 2012, tras su fallecimiento, la Biblioteca Nacional, con la muestra curada por Eduardo Martí en tiempos en que Horacio González estaba a cargo de la institución. Precisamente, la exposición contenía testimonios de su vida y obra con manuscritos inéditos entre los que se hallaban poesías, dibujos y letras de canciones condensados en «Spinetta: los libros de la buena memoria».

Desde su aparición pública en 1969, al frente de bandas como Almendra, Pescado Rabioso, Invisible o Spinetta Jade, o en su etapa solista, con 35 discos editados, logró posicionarse como el máximo referente del rock argentino, junto a otros artistas como Charly García o Pappo y construyó una obra influenciada por pensadores como Friedrich Nietzche, Michel Foucault, Carlos Castaneda y Carl Gustav Jung, y artistas como Vincent Van Gogh, Arthur Rimbaud y Antonin Artaud.

La centralidad de la figura de Spinetta suma un espacio interesante a la plataforma -primer marketplace de NFT de Hispanoamérica inaugurado a finales de 2021-, promocionada como comunidad creativa bajo la web 3.0, descentralizada, que provee herramientas para creadores, coleccionistas, entre otros, como un paso para «reinventar la música y el arte».

Con esta nueva propuesta lanzada por Enigma.art para coleccionar dibujos, se abre una perspectiva novedosa de atesoramiento y creación de una «comunidad común» -como gran sello distintivo- que más allá de los NFT y la digitalidad de la obra y esos pequeños retratos que inician un consumo, vuelve a traer al Flaco y sus imágenes al ruedo cotidiano.