Fuente: Perfil- Milo Lockett relata cómo perdió todo durante la crisis económica y encontró su verdadera pasión en la pintura.
Milo Lockett brindó una reveladora entrevista en +Caras (Caras TV), donde recorrió su trayectoria en el mundo del arte y su historia personal. En diálogo con Héctor Maugeri, el pintor chaqueño contó cómo su vida dio un giro inesperado antes de dedicarse de lleno al arte.
De la industria textil al mundo del arte
A los 56 años, Milo Lockett es hoy uno de los artistas más prolíficos y reconocidos de Argentina. Sin embargo, antes de consagrarse en la pintura, era dueño de una cadena de locales comerciales y fabricaba remeras impresas. Fue la crisis económica de 2001 la que lo obligó a cerrar su fábrica, marcando un antes y un después en su vida.
“El artista aparece por una crisis”, expresó Lockett al referirse a ese momento decisivo que lo llevó a cambiar de rumbo. “Yo pensé que iba a ser industrial textil. Me gustaba la fabricación, podría haber producido cualquier cosa”, confesó.
A pesar del esfuerzo que había invertido en su pyme, la crisis económica impactó con fuerza. “La crisis del ‘00 fue muy dura para la industria. Decidí cerrar la fábrica y los locales. No tenía nada claro, pero apareció un camino y lo seguí. Fue la mejor decisión que tomé en mi vida”, afirmó. Aunque muchos dudaban de su futuro, él eligió apostar por su pasión.
Según explicó, lo que lo motivó a seguir adelante fue el reconocimiento de la gente. Lockett recordó un momento clave: “Inauguré una muestra en el Centro Cultural de la Universidad del Nordeste. Esa noche, las personas me decían: ‘no sabía que dibujabas, qué lindo lo que hacés’. Al otro día, me levanté para abrir la fábrica, pensé y dije: hasta acá llegué”. Ese fue el impulso final que lo llevó a dedicarse de lleno a su arte.
Cuando Maugeri le consultó cómo atravesó ese momento, contó: “Lo viví con mucho dolor porque había hecho una apuesta grande y perdí todo”.
Sin embargo, Milo Lockett valoró esa experiencia que lo llevó a dar un volantazo en su vida. “Fueron años durísimos, pero aprendí mucho de la pérdida. Lo material es efímero, hoy está y mañana no. Aprendí a enfrentar el miedo y lo desconocido. No tenía nada que perder, tenía todo por ganar. Estaba listo para empezar un nuevo camino”.