Arte y surrealismo en un ciclo especial en el Malba

Fuente: Télam ~ Dirigido a todo público, la actividad invita a discutir la actualidad de ese movimiento tanto en Argentina como en otras regiones. Habrá conferencias de especialistas, propuestas de artistas, proyecciones y mesas de debates. 

La jornada será el martes 29 y miércoles 30 de junio de 15.30 a 21.
Con conferencias de especialistas, propuestas de artistas, proyecciones y mesas de debates, se realizará los próximos martes y miércoles, en modo virtual, el encuentro «Estados de ánimo del surrealismo», que en el marco de la exposición «Terapia» que presenta el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) busca incursionar en la actualidad del surrealismo en Argentina y otras regiones.

Como parte de sus programas públicos y de acceso gratuito, la institución programó este ciclo, cuya apertura estará a cargo de Gabriela Rangel, exdirectora artística del museo y curadora de la muestra junto a Verónica Rossi y Santiago Villanueva, coordinadores del evento.

La actividad, dirigida a todo público, invita a discutir la actualidad del surrealismo o los surrealismos, tanto en Argentina como en otras regiones a partir de la exhibición «Terapia», inaugurada en marzo de este año y disponible hasta agosto en el museo, cuyo foco es la relación entre arte y psicoanálisis desde una nueva óptica.

En ese marco se presentará la escena histórica del surrealismo en Chile y el Caribe en dos conferencias, una cada día, y en las mesas de debate posteriores se desarrollará el tema del movimiento en sus inicios, los vínculos con la literatura y la presencia en el arte contemporáneo.

También se mostrarán propuestas de artistas como Tótem Tabú (Laura Códega, Hernán Soriano y Malena Pizani), Orkgotik, Mónica Heller y El Pelele, que se proyectarán en video como intervenciones en acción.

Y al final de cada día, se proyectará un corto de cine (Argentino) de comienzos de la década del 50, que conectan al surrealismo con el psicoanálisis, en coincidencia con el momento de auge y difusión de ambos.

Participarán del evento Soledad Novoa Donoso, Andrés Allegroni, Pedro Azara, María Clara Bernal, Nicolás Cuello, Gabby De Cicco, Gabriela Francone, Marita García, entre otros.

El título del encuentro se referencia en el libro «Estados de ánimo del psicoanálisis» del filósofo francés Jacques Derrida a partir de una conferencia del 2000 sobre los estados generales del psicoanálisis, sobre la problemática de la resistencia de esta práctica -vigente al día de hoy-, con interrogantes que pueden ser aplicados también al movimiento surrealista.

Para agendar
La jornada será el martes 29 y miércoles 30 de junio de 15.30 a 21 y podrá seguirse por el canal de Youtube del museo https://www.youtube.com/user/museomalba, y se puede consultar la programación detallada en https://www.malba.org.ar/evento/congreso-estados-de-animo-del-surrealismo/

Con TikTok podés visitar museos en todo el mundo

Fuente: Ámbito ~ Una veintena de museos internacionales, como el Museo del Prado de España o la Galería Uffizi de Italia, encontraron en la red social TikTok un nuevo canal de comunicación con las generaciones más jóvenes, ya que el 60 por ciento de usuarios de esa plataforma tiene menos de 18 años, donde además la visualización de contenidos culturales -como #ArtOnTikTok- creció 3.000 por ciento en el último año a nivel global.

Son solo 23 los museos de 12 países los que abrieron una cuenta en TikTok, desde que la app china se lanzó a Occidente hace cuatro años, período en el que se convirtió en la red social con más descargas para crear y editar videos cortos, cómicos o musicales, con 800 millones de usuarios activos, un boom que se viralizó en pandemia con la posibilidad de las canciones o frases sincronizadas con labios.

Días atrás, se volvió tendencia una de los filtros que ofrecía Versalles para poder correr con el atuendo de María Antonieta -y la cara de cada usuario- por los salones del famoso palacio parisino que alojó a la monarquía de Francia y que hoy es un destino cultural por excelencia, un tour inmersivo y entretenido en el que cualquiera podía participar.

La Galería Uffizi, el museo florentino con una de las más antiguas y famosas colecciones de arte, desde Leonardo da Vinci hasta Sandro Botticelli, fue uno de los primeros en desembarcar en TikTok, una cuenta manejada justamente por una argentina, Alejandra Micheli, quien contó a Télam que desde ese entonces «la visita de menores de 25 años al museo aumentó exponencialmente.

«Sabemos, por los tickets de ingreso, que con nuestra llegada a TikTok aumentó un 134 por ciento la visita de menores de 25 años al museo. Son números grandes», cuenta Micheli.

Para esta argentina radicada en Italia, «lo que ofrece TikTok es poder entablar comunicación directamente con chicos que tienen menos de 18 años. El público de Facebook, de Instagram, de Twitter, es adulto. El de TikTok en cambio es un público de chicos y nos emociona mucho tener respuestas tan frecuentes, tan rápidas, de parte de una generación con la que solo podemos contactar a través de ese canal».

Un recorrido por la cuenta de TikTok de este templo italiano permite ver cómo han puesto a bailar, al ritmo de las canciones de moda (los trend o tendencia) a algunas de sus más clásicas obras de arte, con música electrónica o de pachanga, mientras que la voz de la ex Spice Girl, Victoria Beckham, da vida por ejemplo a un famoso retrato pintado por Tiziano.

«Los contenidos los pensamos con la observación. Nosotros observamos mucho TikTok, muy seguido. Observamos continuamente los videos que los chicos suben, el tipo de lenguaje que utilizan, eso que llamamos ‘trend’, y así tratamos de pensar en una obra de la colección que se relacione con eso, que tenga un significado similar, para que llegue claramente a los chicos. Comunicar con el lenguaje que utilizan ellos, a través de las pinturas», sintetiza Micheli.

La red social propone un código de expresión propio, plagado de sonidos, canciones o frases, que rápidamente se convierten en tendencia, y en donde los contenidos artísticos también van encontrando de a poco su lugar, un canal de llegada a un público cada vez más amplio y curioso, probablemente potenciado por la cuarentena.

«Es una red en donde las publicaciones obtienen mucho alcance entre una audiencia muy joven a la que hubiera sido difícil llegar de otra forma. El público es muy participativo, tiene ganas de pasarlo bien y de aprender cosas nuevas. Implica más esfuerzo que el resto de redes, pero también hay más posibilidades de que el contenido se vuelva viral», explicó a Télam el español Javier Sainz de los Terreros, community manager del Museo del Prado.

Este museo madrileño, uno de los más visitados en el mundo, desembarcó en TikTok hace un año con un video que recorría una de sus principales obras maestras, «El jardín de las Delicias», y desde entonces no ha parado de sumar audiencia, además de contenidos sobre datos curiosos o rarezas vinculadas a su patrimonio que alberga además a Velázquez, Goya, Tiziano, Rubens, Rafael, el Greco y más.

«Es la red social que más está creciendo en los últimos años y en donde se encuentra una audiencia más joven. Por eso pensamos que era nuestra obligación explorar las posibilidades que ofrecía y ver cómo poder adaptar nuestro contenido a ese lenguaje», añadió Sainz de los Terreros.

Qué es lo que sostiene la infanta Margarita en su mano, en las famosas Meninas, secretos del taller de restauración o los personajes de una obra del pintor Denis van Alsloot al ritmo de las canciones de la rapera estadounidense Lizzo conforman el itinerario por la cuenta @museodelprado.

«Hemos comprobado que es un público al que también le interesa el arte y la historia, siempre que se transmita de una forma cercana y amena. Los contenidos tienen que ser más directos y visuales, con un lenguaje sencillo, y que sirvan como punto de partida para descubrir nuevas obras, artistas o épocas», dijo el CM del Prado, al ser consultado acerca de cómo se piensan los contenidos para ese público.

Y agregó: «También estamos pendientes de los comentarios para ir adaptando los contenidos a sus intereses. Por ejemplo, cada vez que publicamos vídeos sobre temas relacionados con la restauración recibimos muchas más preguntas que con otro tipo de contenido. También funcionan muy bien las anécdotas y las claves para disfrutar de una obra».

En el último año, en TikTok, se registró un increíble crecimiento en la visualización de contenidos ligados a la cultura, donde rankearon alto los hashtag #FineArt, #ArtHistory y #ArtOnTikTok, con más de 2.000 millones de visualizaciones al mes en todo el mundo, es decir, una suba del 3.000% en el último año, según las cifras difundidas por la propia plataforma.

Por su parte, el hashtag #Museo aumentó la cantidad de contenidos en un casi un 200 por ciento desde mayo de 2020, según difundió TikTok desde su sala de prensa, en coincidencia con el primer año de la pandemia por coronavirus.

«Cada vez son más las instituciones culturales que encuentran su espacio en la plataforma y que, al abrir digitalmente las puertas de sus valiosos tesoros, han conectado de forma inédita con un público heterogéneo y global», había dicho Normanno Pisani, responsable de asociaciones con los medios de comunicación, del staff de TikTok, en coincidencia con la celebración por el Día Internacional de los Museos, en mayo pasado.

En aquel entonces, bajo el hashtag MuseumMoment, se realizó una carrera de relevos por los 23 museos presentes en la red, un Live que concatenó transmisiones desde la National Gallery de Singapur, pasando por Israel, Japón, Brasil, Francia, Italia, Países Bajos, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos, hasta el Museo de Arte Popular de México, donde finalizó la maratón museística.

Para algunos, la clave de TikTok está en la fusión de creatividad y entretenimiento, en videos de pocos segundos, y donde el conocimiento adquiere su perfil más democratizador, ya que se comparte de manera transversal entre usuarios, ya sean personas o instituciones.

María Magdalena. “Testigo, pecadora y feminista”, cómo cambió la imagen de la discípula en el arte

Fuente: La Nación ~ De la más clásica al más contemporánea, un museo de Holanda revisa diferentes representaciones que la pintura, la fotografía y la música hizo de la mujer que el Papa Francisco declaró “Apóstola de apóstoles”

Pocas mujeres son reconocibles de inmediato solo por su nombre en la historia, y mucho menos en el plano religioso. María Magdalena aparece en los cuatro Evangelios, fue la primera que vio a Cristo resucitado, y recibió el encargo de decírselo a los demás. Representada por los artistas como una joven de largos cabellos sueltos, ha protagonizado incluso la denominada Leyenda Áurea, según la cual emigró a Francia gracias a la divina providencia. Su imagen se ha ido adaptando a la doctrina y la mentalidad de la época, y ha llegado hasta la cultura popular, con reinterpretaciones tan llamativas como la de la televisiva Kim Kardashian, paloma blanca en mano y profusión de maquillaje. O la de la cantante Lady Gaga, en el video de su tema “Judas”. Fuerte y doliente, en éxtasis y cercana a la vez, Magdalena vertebra la muestra que se inaugura hoy en el Museo Catharijneconvent, un antiguo monasterio de la Orden de Malta, en la ciudad holandesa de Utrecht. La exposición subraya por primera vez la huella contemporánea de una santa cuya fiesta litúrgica -el 22 de julio- es de memoria obligatoria desde 2016 en el calendario romano por orden del Papa Francisco.

"Lamentación de la agonizante María Magdalena" (1620-1629), por el pintor flamenco Melchior de la Mars
«Lamentación de la agonizante María Magdalena» (1620-1629), por el pintor flamenco Melchior de la MarsTHE PHOEBUS FOUNDATION

Hay un atributo que no ha abandonado las representaciones de María Magdalena hasta nuestros días: su cabello, rubio o rojizo, cubre su cuerpo desnudo en algunos momentos. Hasta Lady Gaga se rinde a una melena milenaria -en su caso platino- cuando canta que “Jesús es mi virtud, y Judas el demonio al que me aferro”. Su música acompaña el título de la exposición, María Magdalena, testigo principal, pecadora, feminista, que reúne esculturas, casullas sacerdotales ricamente bordadas, lienzos, tablas, pasajes de los cuatro Evangelios, adaptaciones fotográficas y al cine de la relación entre ella y Cristo, y un altar turbador. Está formado por delantales como los de las internas de las Lavanderías de la Magdalena, en Irlanda, donde miles de mujeres fueron sometidas a trabajos forzados entre los siglos XVIII y XX para redimir sus supuestos pecados. Magdalena era una mujer caída para las religiosas que dirigían dichos centros, y el altar incluido en Utrecht es de la artista estadounidense Patricia Cronin. El museo lo ha colocado junto al cuadro Magdalena (1994), de la pintora holandesa Marlene Dumas, que la sienta con la falda levantada para reflexionar sobre la belleza aceptada de las modelos de las revistas de moda, y la belleza casi inaceptable de las prostitutas.

“Hemos querido presentar esta dualidad: María Magdalena en parte como ejemplo de fe, porque se arrepiente de sus pecados, y también como la víctima de la etiqueta de pecadora, una condición que hoy no está bien vista. Son dos enfoques que coexisten y me gusta el debate que generan”, dice Lieke Wijnia, conservadora del museo Catharijneconvent. Hay un óleo que ilustra bien dicha dualidad. Es el retrato de una mujer adinerada que posa como Magdalena para perpetuar su propia devoción religiosa. Firmado en 1520 por Tommaso di Stefano Lunetti, presentarse como un santo era muy popular en los siglos XVI y XVII, y la modelo porta una vasija de ungüento como el usado para perfumar los pies de Cristo. “Es reconocida por unos artistas como una mujer bella y rica, y también como una ermitaña vestida de harapos que pena sus culpas. Tratamos de ilustrar el contraste, porque con sus aportes, Lady Gaga o Kim Kardashian reivindican también su sexualidad como algo de lo que puedes enorgullecerte como mujeres actuales”, añade.

María Magdalena es nombrada por los cuatro Evangelistas, Mateo, Marcos, Juan y Lucas, y este último dice que [María de Magdala] contribuyó con sus bienes a los tres años de prédicas de Cristo en Palestina. Poseída, de ella “fueron expulsados los siete demonios”. Marcos la menciona como una de las mujeres en la Crucifixión. Los cuatro apóstoles coinciden en que descubrió la tumba vacía, y Juan dice que ella le vio después de resucitar y le llamó Rabboni, maestro. Hay otra María, de Betania, hermana de Marta y de Lázaro, resucitado por Jesús, que se identifica también con Magdalena. Y aún una tercera, llamada pecadora por el evangelista Lucas que “unge los pies del Señor” y los seca con sus cabellos. En la liturgia romana, las tres mujeres convergen en una sola en el año 591 de la mano del papa Gregorio Magno. “Qué significan esos siete demonios, sino todos los vicios”, dijo. La liturgia griega, sin embargo, las reconoce por separado.

Todas sus caras han llegado al arte, y en la muestra hay también una María Magdalena en el desierto, pintada en 1869 por Pierre Puvis de Chavannes. Otra que deja atrás lujos y joyas y cuyo cuerpo desnudo simboliza la pureza espiritual del arrepentimiento, obra de Godfried Schalcken (1654-1706). Una figurita de cerámica como ermitaña, con el cabello que parece formar una unidad con el bosque, de la artista Kiki Lamers (2020). O un retrato de una joven vestida de blanco que mira de frente al espectador, ejecutado en 2019 por Egbert Modderman. Al final del recorrido, aparece con lágrimas y cabellera esplendorosa, pintada por Alfred Stevens en 1887. Todos ilustran la larga marcha de una mujer declarada por el papa Francisco “apóstol de los apóstoles” por el ejemplo de su amor a Cristo. Y a la que otro pontífice, Pablo VI, retiró el apelativo de mujer caída en 1969. Casi 14 siglos después de los demonios de Gregorio Magno.

Arte contemporáneo: una polémica antigua que siempre vuelve

Fuente: La Nación ~ Dos escándalos menores trajeron recientemente a la discusión temas que parecían clausurados desde hace más o menos medio siglo cuando empezó a conformarse la idea de algo amorfo a lo que se llamó y se sigue llamando “arte contemporáneo”. Que no quiere decir exactamente el arte que se está haciendo ahora, aunque también, sino ese arte para “después del fin del arte” como intentó definir el filósofo Arthur Danto en su esencial libro llamado, claro, Después del fin del arte: El arte contemporáneo y el linde de la historia(1997).

Primero, en 2020, fue el premio otorgado en el Museo Franklin Rawson de San Juan a una pintura (Tiempos de confinamiento, covid-19) que reproducía la imagen de una fotografía de Nora Lezano, conocida por sus retratos a estrellas y grupos de rock. La denuncia contra la artista Mariana Esquivel por “infringir derechos de autor y propiedad intelectual” llevó a que esta renunciara finalmente al premio. Esta semana, en tanto, otra pintora llamada Fátima Pecci Carou fue denunciada por exhibir en el Museo Evita una obra que extrapolaba un personaje de animación japonesa manga en una pintura. Quien se adjudicaba la autoría era un artista de fan-art, una forma subalterna de la cultura visual que parte justamente de una forma preexistente (el equivalente al fanfiction de la literatura). Pecci Carou tuvo más suerte que la sanjuanina Esquivel: el tout del arte contemporáneo salió en su defensa al detectar que era, sobre todo, víctima de un ataque machista. La agenda de género es una preocupación central de la escena y la historiadora feminista Andrea Giunta (Contra el canon, 2020) se vio obligada a tener que explicar en su muro de Facebook el arte de Roy Lichtenstein (que sesenta años atrás reproducía imágenes del cómic en obras de arte pop) para sostener la estrategia de la artista (si su obra es más o menos interesante es otra discusión). La publicación casi simultánea de dos libros ayuda a entender la raíz por detrás de estos escándalos menores: El robo es visión, de Bob Nickas, yEn la sombra del sueño americano, de David Wojnarowicz.https://imasdk.googleapis.com/js/core/bridge3.469.0_es.html#goog_1583416205Ads by

El título del volumen que reúne ensayos y entrevistas de Bob Nickas, un agitador de la escena neoyorquina también como curador, resulta muy adecuado en este contexto en que esa entelequia llamada “arte contemporáneo” se vuelve víctima (la fotografía que denuncia a la pintura) y victimario (la pintura que vampiriza al fan-art) de ideas centrales a su esencia, como la originalidad y la apropiación.

En la sombra del sueño americano, en tanto, reúne los diarios de David Wojnarowicz (un artista polifacético que tuvo un paso fugaz por Argentina en 1984) entre 1971 y 1991, un año antes de que la epidemia de HIV lo condenase a una muerte joven.

«Nadie pensó entonces que su trabajo fuera un plagio a los creativos que alguna vez convirtieron la leyenda del jockey Leguizamo en sinónimo de un licor recio»

El período es formativo para esta idea de “arte contemporáneo” que no ha encontrado una denominación superadora tras el lento fade out de las neovanguardias. Si bien los artículos de Nickas, alejados del academicismo pero no por eso superficiales o faltos de rigor, están fechados entre la segunda mitad de los años 80 y la primera década del siglo XXI, eligen –al igual que Wojnarowicz– 1971 como año cero. Es cuando tiene 14 años, asiste por primera vez a un concierto de Black Sabbath y define “todo lo que sé sobre arte lo aprendí de Andy Warhol y On Kawara”.

Las escaramuzas descriptas más arriba tienen que ver con que las ideas de estos dos artistas (On Kawara era un japonés que residió en Nueva York desde 1965) parecen fatalmente vigentes, puestas en práctica a veces como cliché y, aún así, no del todo asimiladas. Nickas hace una valoración indistinta de su experiencia en la escena punk y el arte de museos y galerías al punto que su libro está dedicado a Mark E. Smith, el iconoclasta líder del grupo inglés The Fall, muerto en 2020.

Wojnarowicz también fue atravesado por esa línea interdisciplinaria y su lugar en la escena neoexpresionista del Lower East Side (“bad painting”) se superpone con su participación en una banda postpunk llamada 3 Teens Kill 4. Su diario no incluye ninguna entrada dedicada al raro episodio argentino cuando, acompañando al pintor Luis Frangella (1944-1990), llegó a exponer en junio de 1984 en el CAyC (Centro de Arte y Comunicación) desde donde Jorge Glusberg buscó dar forma a la escena conceptual de Buenos Aires. Aquella muestra se llamó “Desde Nueva York: 37 pintores del East Village” y coincidió con el momento más creativo del underground porteño donde teatro, pintura, performance y rock formaban un todo que estuvo en la raíz de la versión local de la internacional contemporánea. La galería Cosmocosa reconstruyó ese paso en 2018 en una muestra donde se exhibía un catálogo del Whitney Museum que mostraba una obra de Wojnarowicz realizada sobre un aviso publicitario de caña Legui llamada Una pintura para reemplazar el monumento a los ingleses en Buenos Aires. Nadie pensó entonces que su trabajo fuera un plagio a los creativos que alguna vez convirtieron la leyenda del jockey Leguizamo en sinónimo de un licor recio.

El libro recopilatorio de Nickas y los diarios de Wojnarowicz muestran la trama íntima y pública de todo esto que se sigue discutiendo. La utilización de la bandera estadounidense que hace Cady Noland siguiendo a Jasper Johns es motivo de un ensayo de Nickas, “El robo es visión”, que resulta tan clarificador de todas estas cuestiones como volver a leer a César Aira en Sobre el arte contemporáneo (2013), otra reflexión indispensable de un escritor que es, sobre todo, un artista de nuestro tiempo.

El robo es visión

Por Bob Nickas

Ripio

Trad.: Lea Maríe Uría

297 páginas / $ 1050

En la sombra del sueño americano

Por David Wojnarowicz

Caja Negra

Trad.: J. P. Manzanares y C. De Nápoli

320 páginas / $ 1200

De la casa de Sarmiento a la Curutchet. Cuatro casas museo que merecen la visita

Fuente: La Nación ~ La casa natal de Sarmiento, el Palacio San José, la Casa Curutchet y la casa del pionero Juan Szychowski, ofrecen diferentes recorridos para conocer la intimidad de sus habitantes, ya sean próceres o inmigrantes pioneros.

Las casas esconden fragmentos de aquellos que las habitaron por eso resulta tan seductor llegar hasta sus puertas y adentrarse por las diferentes estancias.

La casa donde nació Domingo F Sarmiento en San Juan, el Palacio San José en Entre Ríos, residencia magnífica de Justo José de Urquiza o la casa y taller de Juan Szychowski, un famoso pionero polaco que creo una pujante empresa en Misiones a principios de 1900, son algunas de las muchas abiertas al visitante. En otros casos, la casa misma es una suerte de obra de arte para recorrer, una de ellas es la residencia Curutchet en La Plata, obra del archifamoso arquitecto Le Corbusier. Todas ofrecen la posibilidad de emprender un pequeño viaje hacia la vida doméstica de sus habitantes o de aquellos que las imaginaron.

La Plata

Casa Curutchet

En la ciudad de La Plata, la casa Curutchet plasma los postulados racionalistas mixturados con las formas orgánicas.
En la ciudad de La Plata, la casa Curutchet plasma los postulados racionalistas mixturados con las formas orgánicas.Guillermo Llamos

Es la única casa diseñada por el arquitecto Le Corbusier en toda Latinoamérica. Ubicada a metros del Paseo del Bosque, La Casa Curutchet se construyó en 1955 y hoy es Patrimonio de la Humanidad según UNESCO.

Le Corbusier, uno de los padres de la arquitectura moderna, proyectó la casa para el médico argentino Pedro Curuchet. Reconocido cirujano, inventor de un instrumental quirúrgico específico para operaciones de pulmón, Curutchet le encargó el proyecto de su casa platense. Le Corbusier era entonces el arquitecto del momento y puso como única condición que su discípulo Amancio Williams (autor de La Casa del Puente, Mar del Plata) dirigiese las obras, y así fue.

La casa se imaginó en dos volúmenes, vivienda familiar y consultorio, que se articulan por un patio central y una rampa de acceso. En ella se puede observar la convivencia del espíritu racionalista y las formas orgánicas.

La rampa de la casa Curutchet funciona a modo de paseo arquitectónico y puerta de acceso a la obra de Le Corbusier.
La rampa de la casa Curutchet funciona a modo de paseo arquitectónico y puerta de acceso a la obra de Le Corbusier.Santiago Hafford – LA NACION

Actualmente es la sede del Colegio de Arquitectos de la provincia de Buenos Aires y puede visitarse. Luego de una charla introductoria es posible recorrer los espacios diseñados por el genio franco suizo, cuya vigencia resulta sorprendente. Quizá muchos la conozcan sin saberlo ya que ella fue el escenario elegido para filmar la película El hombre de al lado.

Apóstoles

Museo histórico Juan Szychowski

La casa museo Juan Szychowski recorre la  trayectoria de este pionero polaco, figura clave de la economía misionera en el siglo pasado.
La casa museo Juan Szychowski recorre la trayectoria de este pionero polaco, figura clave de la economía misionera en el siglo pasado.

En la ciudad de Apóstoles, unos 70 km al sur de Posadas, se encuentra la casa y el taller de este pionero polaco que de la nada fundó La Cachuera, una empresa dedicada al fraccionamiento y envasado de yerba mate y otros cereales que, con el tiempo, se trasformó en una de las más importantes de la región.

Juan Szychowski llegó a Misiones unos años antes de la Primera Guerra Mundial. Apenas tendría unos 11 años cuando su familia dejó Polonia en busca de una nueva vida. En un principio todo fue dificultad, pero con el tiempo los recién llegados se adaptaron a esta geografía tórrida tan diferente de su suelo natal.

El Museo Juan Szychowski en Apósteles conserva los objetos de este pionero de la yerba mate.
El Museo Juan Szychowski en Apósteles conserva los objetos de este pionero de la yerba mate.Jade Sívori

Juan aprendió herrería en Buenos Aires y de regreso instaló aquí su taller con un torno de madera construido por el mismo que trabajaba traccionado a sangre. Luego consiguió armar pieza por pieza un torno de precisión enteramente de metal, que se presume fue el primero construido en nuestro país. Hoy, son muchos los que llegan hasta aquí solo para ver esta obra maestra. Con el tiempo armó una complicada maquinaria para molienda y envasado de yerba mate, un molino de arroz y mandioca y una fábrica de almidón de mandioca.

Juan Szychowski junto al increíble torno que construyó en su taller de Apóstoles.
Juan Szychowski junto al increíble torno que construyó en su taller de Apóstoles.

A finales de la década de ’20 edificó una represa sobre el arroyo Chimiray a fin de generar la energía necesaria para mover los molinos.

Aquellos que lleguen hasta Apóstoles podrán admirar las increíbles maquinarias diseñadas por Szychowski, el tajamar, espiar su casa de entonces y también recorrer las instalaciones de La Cachuera.

San Juan

Casa natal de Sarmiento

Quizá fue la pura suerte o quizá algún conjuro del más allá. La cuestión es que la Casa Natal de Sarmiento, una simple casita de paredes de adobe y techos de caña donde Domingo Faustino Sarmiento pasó su infancia se conservó intacta luego del terremoto de 1944. Hoy puede visitarse. Las diferentes estancias conservan objetos originales que recrean la vida cotidiana del prócer y es posible verlas como él las describió en su libro Recuerdos de Provincia.

Casa natal de Sarmiento. San Juan.
Casa natal de Sarmiento. San Juan.Guillermo Llamos

Ubicada en el microcentro de la ciudad de San Juan, la casa fue construida inicialmente por Doña Paula Albarracín, la madre de Sarmiento, cuando era soltera, con el dinero de sus famosos tejidos. Luego, al casarse con José Clemente Sarmiento, la vivienda sufrió sucesivas ampliaciones para albergar a toda la familia. Incluso, muchos años después, cuando Sarmiento fue gobernador de la provincia, mando construir el ala norte donde instaló su despacho.

Telar original donde tejió Doña Paula Albarracín, la madre de Sarmiento.
Telar original donde tejió Doña Paula Albarracín, la madre de Sarmiento.

Allí se encuentra la higuera, bajo cuya sombra tejía Doña Paula y una recreación de la huerta familiar. En el espacio donde se encontraba la sala de lectura familiar, el museo organizó una biblioteca de 5.000 ejemplares dedicados a la vida y la obra de Sarmiento.

Concepción de Uruguay

Palacio San José

Es el edificio histórico más importante de Entre Ríos y fue la residencia de Justo José de Urquiza, primer presidente constitucional de nuestro país. En su factura confluyen el estilo criollo derivado el colonial español y una línea italianizante, de moda por aquellos años. En su época fue todo un hit, no solo porque el edificio resultó magnífico, sino también porque puso en evidencia el protagonismo político de proyección nacional que asumió Urquiza.

Palacio San José, en Concepción del Uruguay, Entre Ríos.
Palacio San José, en Concepción del Uruguay, Entre Ríos.

Hoy convertido en el Museo Urquiza con categoría de Monumento Nacional, sorprende al visitante con sus 38 habitaciones, 7 dependencias de servicios, dos jardines y dos patios que se suman a la capilla cuya cúpula fue decorada por el pintor Juan Manuel Blanes. Después, está el lago artificial y las 40 hectáreas de parque alrededor.

Un salón del palacio exhibe la riqueza criolla de la ambientación interior muy similar a las casas nobles europeas.
Un salón del palacio exhibe la riqueza criolla de la ambientación interior muy similar a las casas nobles europeas.Xavier Martín

Además del uso familiar, la residencia fue escenario de importantes encuentros que determinaron la vida política Argentina en la segunda mitad del siglo XIX, incluso el asesinato de Urquiza en 1870. Hoy el sitio muestra la opulencia de aquellos años en cada uno de sus espacios, así como documentos históricos y objetos de la vida cotidiana.

Galaxia y Mar: innovadora conexión con el arte

Fuente: Clarín ~ El coleccionista Gustavo Bruzzone nos pasó el dato. “¿Qué te interesa de lo nuevo?”, le preguntamos la galerista Clara Martínez y yo una tarde en su casa abarrotada de arte. Así oímos sobre Galaxia y Mar por primera vez.

Galaxia y Mar son un dúo de artistas (según sus palabras, Galaxia es actor y actriz, y Mar, abogado y experta en el arte de coser); mucho antes de trabajar juntas ya eran pareja. Su obra es ecléctica: bordan, intervienen objetos, incursionan en la fotografía, hacen videoarte y performances y construyen piezas icónicas de vestuario. El modo de relacionarse con sus compradores es la verdadera novedad. Inventaron un sistema que llaman “Membresías 1111”, que devuelve al coleccionista al centro de la escena.

Con ganas de conocerlas, empezamos un diálogo por Whatsapp amable, como de ensueño. Finalmente agendamos un encuentro y allí fuimos Clara, Teresa Tedín y yo a tomar el té con Galaxia y Mar, en un espacio coqueto y prestado sobre la Avenida Figueroa Alcorta.

Conocedoras del poder de la primera impresión, nos recibieron en lo alto de la ondulante escalera; del balcón superior colgaban dos tules bordados en lentejuelas con aves, sirenas y animales fantásticos en diversos y pensados tonos de rosa. Pero la obra más deslumbrante es el dúo mismo: dos altísimas bellezas de melena y vestidos largos del mismo corte y distinta tela, la barba y la postura de danza de Galaxia y la simpatía caribeña de Mar.

Galaxia contó su derrotero de modelo de varios fotógrafos, entre ellos Marcos López, y su experiencia en la performance. Mar contó que nació en Venezuela, que allí terminó la universidad y que heredó de su abuela humilde que cosía para otros y de su otra abuela, la burguesa, que cosía para sí, su pasión por el diseño y la realización de vestuario. Ambas contaron que son pareja hace 10 años y que hace dos decidieron trabajar juntas en la búsqueda de un lenguaje que las describiera y las contuviera, y que en su caso es sobre todo una mirada sobre el mundo y una manera de estar en él.

Su obra se despliega en piezas de vestuario, videoarte, fotografía y objetos. (Cote Bonavia).
Su obra se despliega en piezas de vestuario, videoarte, fotografía y objetos. (Cote Bonavia).

La estrechez económica y los vericuetos del muy reducido mercado del arte local las impulsaron a imaginarse una instancia de contacto directo con potenciales compradores. Buscaban un sistema que les permitiera financiar el proceso de obra y comprar materiales. En el camino se encontraron con la posibilidad de un diálogo directo con los “apasionados” coleccionistas, que “entienden y se juegan”. Solas y a pura intuición, se plantearon saltear el sistema de galerías, ferias y expertos apelando a la empatía y complicidad del último eslabón de la cadena: los compradores.

Así nació “Membresías 1111”. El contrato se despliega en un folleto casero. Se trata de un abono de suma fija que dura 11 meses, que las compromete a producir 11 piezas (una por mes para cada abonado, de formato fijo, originales y únicas), y que pretenden vender a un total de 11 compradores. El primero en arriesgarse fue el juez Bruzzone.

La lista incluye un tul bordado, un dibujo, dos fotos polaroids, guantes a medida, una performance en la que además se puede elegir participar, un link por un mes a videos ya producidos, un retrato del abonado con producción, vestuario y maquillaje, una foto sublimada bordada con lentejuelas (¡una belleza!), un objeto intervenido, una bata bordada, y una sorpresa. Artistas y compradores conversan cada mes sobre la obra de turno, que se realiza a medida de los intereses de los comitentes.

Largas cabelleras y barbas, tules bordados en lentejuelas: el estilo Galaxia y Mar. (Pablo Gómez Samela).
Largas cabelleras y barbas, tules bordados en lentejuelas: el estilo Galaxia y Mar. (Pablo Gómez Samela).

Galaxia y Mar cuentan que ya vendieron dos membresías más, a una coleccionista de perfil muy alto, y a una naciente colección de tres amigos menores de 30 años. Y que se sienten profundamente agradecidas del feedback de todos ellos, que les sugieren lecturas y muestras para ver y que las acompañan en una espiral de crecimiento que se acelera y las tiene felices y agradecidas.

Entre las tres compramos la cuarta membresía. Salimos de allí decididas, más que a poseer una obra, a apoyar estas cosas para que existan. Tenemos la esperanza de que nadar en el mismo magma de Galaxia y Mar por 11 meses nos contagie la mirada encantada y la idea de belleza que ellas comparten; sus obras serán para nosotras la evidencia de que el mundo es también el modo en que lo miramos, y la vida es sobre todo la dignidad con que la afrontamos. Mientras tanto, ya nos estamos repartiendo el botín: Clara quiere la bata, Teresa la foto sublimada y yo me le animo al retrato.

Cabaio, el artista argentino convocado para pintar las calles de Nueva York

Fuente: Télam ~ El artista argentino Santiago «Cabaio» Spirito, que ha realizado murales desde la Bombonera en La Boca hasta el restaurante Tegui, en Palermo, fue invitado a pintar las calles del barrio The Bushwick, en Nueva York, donde inmortalizó con sus stencils retratos de «inmigrantes, desplazados, refugiados», aquellos grupos que «las ciudades quieren esconder».

No es la primera vez que Spirito (quien firma sus obras con el apodo Cabaio) es invitado al festival urbano de The Bushwick Collective, que se realiza cada junio en uno de los vecindarios más prolíficos de Nueva York en lo que respecta a street art y graffiti, organizado por este colectivo de artistas urbanos que desde 2011 toman las calles de la ciudad como una galería a cielo abierto.

Cabaio ya viajó en cuatro oportunidades a la zona de Bushwick, las dos últimas en 2018 y en 2021 como parte del festival, e incluso, una de sus obras previas forma parte del recorrido virtual «Street Art Project», que reúne 5.000 obras de arte urbano del mundo digitalizadas y compartidas en la plataforma Google Arts and Culture.

Desde la aparición del primer mural, en el año 2011, y la consecuente transformación de la imagen de este barrio de trabajadores, esta antigua zona industrial de Brooklyn no ha parado de atraer la atención de bares, cafeterías y restaurantes de moda, con su consecuente gentrificación.

«Los artistas callejeros somos actores esenciales de lo urbano. Un ‘muralito’ te hace cool un barrio. Lamentablemente, muchos de los festivales que se hacen en el mundo son para impulsar proyectos inmobiliarios en barrios que están medio medio. Ponen tres murales y eso empieza a cambiar la cara del barrio. Está bien que mejoren una zona pero a la identidad, a la gente del barrio, déjenla ahí», manifiesta Santiago Spirito en una entrevista con Télam.

«Los artistas callejeros somos parte de eso, no podemos escaparle -reflexiona el artista- pero de mi parte, la artística, al menos voy a tratar de denunciar. Eso no va a cambiar algo pero es lo que me pasa y lo digo. No siempre pero en general, cuando te invitan a pintar un mural, está pasando algo por el estilo; hay otro interés de fondo», dispara el artista que con sus stencils combina mensajes, imágenes y formas geométricas.

«En The Bushwick, busqué representar lo que ciertas ciudades quieren esconder: inmigrantes, desplazados, refugiados. Por eso combiné diferentes rostros que reflejan las comunidades excluidas, con texturas de la ciudad», explica Cabaio, que intervino también el Centro Cultural Recoleta, bares, cervecerías, estaciones de subte y espacios públicos de Buenos Aires, San Pablo, México, Valencia, Barcelona y Salvador de Bahía.

– Télam: ¿Cómo te enfrentas a la pared en blanco? ¿Cómo nace la imaginería que llevás al mural?

– Santiago Cabaio Spirito:
Es bastante obvio lo que te voy a decir pero lo que me inspira es el contexto que me rodea, lo que me pasa, las cosas que veo y me afectan. Lo que traté de mostrar es lo que las ciudades en general tratan de esconder. Por ejemplo las minorías. Algo parecido, muy de lejos, es familiar a que «a los locos los encierran también, los esconden en loqueros». Hay ciertas ciudades que tienden a invisibilizar. Toda esa invisibilización conlleva movimientos, la gente se tiene que mover de los lugares donde viven. Y la especulación inmobiliaria hace que suban los precios. Hay miles de estrategias para ir corriéndolos del centro de la escena. Yo traté de mostrar la maquinaria de las ciudades que invisibiliza a las personas. No es la ciudad quien decide, la ciudad es el objeto, que manejan personas que deciden. Y bueno, esas personas obviamente son inmigrantes, minorías, marginados. La imagen central es de fragmentos de inmigrantes, con los que hice una cara nueva, la nariz de una persona, la boca de otra, etcétera.

– T: Los rostros que aparecen, ¿son personas reales?

– SCS:
Una es una foto familiar, son amigas de mi madre que se instalaron en Concordia. Otras son de mi abuelo, que fue inmigrante en Colombia. Están mi abuelo y mi tío caminando. Hay una que hice con distintas imágenes y hay una de un japonés que saqué de una revista antigua por Internet. Los orientales y asiáticos también tienen un tema ahí con Estados Unidos, de odio y racismo.

– T: ¿Cuáles son las cualidades de pintar con stencil, una plantilla calada?

– SCS:
Cuando empecé a pintar salía de noche a la calle con un amigo, con una sola plantilla y un aerosol. Hacíamos un recorrido e íbamos pintando. Era muy bueno porque lo hacías muy rápido y podías repetir la imagen, eso genera una fuerza muy grande, ver una imagen una vez no es lo mismo que verla 50 veces. Me gusta el stencil porque es simple de hacer, y sobre todo por la rapidez de ejecución y la síntesis que tiene la imagen. Pero la mirada de la gente cambió desde entonces. Antes llamaban a la policía, ahora te sacan una foto, te piden si les haces un muralito en sus casas. Ahora te ven como un artista, pero estas haciendo prácticamente la misma acción que antes, solo que ahora todo cambió alrededor, te vende de una manera positiva. Eso es bueno, ayuda.

«Antes llamaban a la policía, ahora te sacan una foto, te piden si les haces un muralito en sus casas».

Santiago «Cabaio» Spirito

– T: Previo a este trabajo, estuviste en el restaurant de Tegui y en la Bombonera pintando stencils.

– SCS:
Lo de Tegui fue en 2008, yo era otra persona y él nos pidió algo en especial. German Martitegui quería que pareciera que en esa paredes habían sido pintadas durante varios años por mucha gente, podríamos pintar cualquier cosa sin pensar prácticamente. Teníamos stencils cortados. En esa época yo trabajaba de mozo, entonces lo hice de hobbie y ganamos plata, estuvo buenísimo. En la Bombonera fue otra cosa porque yo soy hincha de Boca. Me encantó hacer ese mural. Propuse algunos personajes, ídolos de Boca, jugadores, algunos símbolos como el estadio, la hinchada o alguna bandera, alguna frase. Depende del lugar veo qué me surge.

– T: Si bien el mural es propiamente del espacio público, de alguna manera el muralismo se está equiparando con otras disciplinas artísticas, entrando a los museos ¿Estás de acuerdo?

– SCS:
No está equiparado al resto de ramas del arte o las más corrientes, pero sí que en muy poco tiempo encontró su lugar en galerías, exposiciones, las marcas. Todo eso ayudó a que la gente lo acepte, lo estandarizó o lo mostró como algo «cool», positivo. No es «estandarizó» la palabra, pero le dio una entidad positiva, y ahora «claro, si está en galerías…». Si lo usa Coca Cola o Puma, por ejemplo, es cool, está bueno. Creo que si tienen lugar pero me parece que se va a valorar mucho más en unos años, 20 o 30 años quizás. Cuando ya haya otras nuevas corrientes, esta ya esté más afianzada y por ahí la gente vaya a buscar a los de años anteriores. Si vos seguís teniendo una carrera, lo que hiciste años atrás cobra mayor valor. Ponele Basquiat cuando lo hacía en los 80, sus cuadros tenían un valor y hoy día se venden a millones de dólares. Todo el arte urbano se va a valorar más en unos años.

¿Cómo se transporta un fresco de Diego Rivera de 30 toneladas? Con mucho cuidado

Fuente: New York Times ~ Durante décadas, el monumental fresco de 10 paneles de Diego Rivera que representa un continente unido por la creatividad ha estado montado en el vestíbulo de un teatro del City College de San Francisco. Allí, un poco apartado del mundo del arte, ha sido cuidado como un acto de amor por un guardián que durante mucho tiempo ha soñado con encontrar una manera de permitir que más gente lo disfrute.

Ahora, después de cuatro años de un trabajo multimillonario en el que han participado ingenieros mecánicos, arquitectos, historiadores del arte, expertos en frescos, asistentes y aparejadores de Estados Unidos y México, el mural de 30 toneladas y 22,5 metros de ancho por 6,7 metros ha sido cuidadosamente extraído y trasladado al otro lado de la ciudad, al Museo de Arte Moderno de San Francisco, donde se expondrá el 28 de junio.

Rivera pintó el fresco en la Exposición Internacional del Golden Gate de 1940 en Treasure Island, ante la mirada de miles de personas. Paco Link, director del proyecto, comparó la obra con “una cáscara de huevo de 22,5 metros”.
Rivera pintó el fresco en la Exposición Internacional del Golden Gate de 1940 en Treasure Island, ante la mirada de miles de personas. Paco Link, director del proyecto, comparó la obra con “una cáscara de huevo de 22,5 metros”.Credit…Banco de México Diego Rivera y Frida Kahlo Museums Trust, México D. F./Artist Rights Society (ARS), New York vía City College of San Francisco

“Diego estaba construyendo un puente metafórico entre la cultura mexicana y la cultura tecnológica de Estados Unidos”, dijo Will Maynez, antiguo director de laboratorio del Departamento de Física del City College, que se convirtió en el improbable guardián de la obra, que es propiedad de la universidad.

Maynez, que es mexicanoestadounidense, “habla Rivera” con fluidez y ha pasado 25 años investigando y promocionando el fresco, “Unidad Panamericana”. Sus paneles son un caleidoscopio de los pensamientos de Rivera: la amenazante diosa de la tierra, Coatlicue, los artesanos mexicanos, los industriales estadounidenses, los líderes históricos de ambas naciones, los dictadores, la esposa de Rivera, Frida Kahlo, y él mismo. Su título completo es “El matrimonio de la expresión artística del norte y el sur del continente”.

El traslado del fresco al SFMOMA fue una proeza descomunal.

Esteban Granados, jefe de montaje de Atthowe Fine Art Services, instalando el mural en el SFMOMA
Esteban Granados, jefe de montaje de Atthowe Fine Art Services, instalando el mural en el SFMOMACredit…Cayce Clifford para The New York Times
Roberto Martínez, aparejador, en el lugar de la extracción, en el teatro del City College de San Francisco.
Roberto Martínez, aparejador, en el lugar de la extracción, en el teatro del City College de San Francisco.Credit…Cayce Clifford para The New York Times
Cada parte del proceso se pensó con antelación para trasladar los paneles al museo. Uno de los primeros viajes consistió en que un camión especial con un panel recubierto de amortiguadores hechos a la medida atravesara la ciudad a ocho kilómetros por hora. 
Cada parte del proceso se pensó con antelación para trasladar los paneles al museo. Uno de los primeros viajes consistió en que un camión especial con un panel recubierto de amortiguadores hechos a la medida atravesara la ciudad a ocho kilómetros por hora. Credit…Cayce Clifford para The New York Times

“Es una de las cosas más ambiciosas que ha hecho este museo: trasladar algo tan grande, tan frágil y tan importante”, dijo Neal Benezra, director del museo. Paco Link, responsable de frescos del museo para este proyecto, comparó el fresco con “una cáscara de huevo de 22 metros”. (La obra se expondrá en una galería gratuita en la primera planta del museo mientras se prepara la exposición La América de Diego Rivera, que se inaugurará el próximo año; el mural permanecerá en el museo hasta algún momento de 2023 y entonces se devolverá a la universidad. Un nuevo centro de artes escénicas, financiado por una emisión de bonos aprobada por votantes, albergará el fresco. Sin embargo, no está claro cuándo estará listo el nuevo edificio).

No es la primera vez que se traslada el fresco gigantesco.

Miles de personas vieron a Rivera pintarlo en la Exposición Internacional del Golden Gate de 1940 en Treasure Island. Los planes para ampliar el mural y convertirlo en la pieza central de una biblioteca en la universidad se vieron obstaculizados por la Segunda Guerra Mundial. Durante años, estuvo guardado en un cobertizo del centro de estudios. En 1961 fue trasladado al edificio del teatro del campus, ahora llamado Teatro Diego Rivera (en el número 50 de Frida Kahlo Way), donde quedó encajado en un espacio demasiado pequeño.

Cada mes, unos 100 estudiantes de arte y turistas en busca de Rivera podrían haberlo visto en la universidad, calculó Maynez. Ha establecido una relación simbiótica con el mural. Hace años, cuando su mujer se enfermó de Alzheimer, la obra le sirvió de apoyo. Y cuando ella murió en mayo de 2020, dijo: “Me salvó la vida”.

Maynez, de 74 años, es autodidacta. Viajando por todo el mundo, él (junto con Julia Bergman, una bibliotecaria universitaria que murió en 2017) desenterró cartas, diarios, historias orales e incluso algunas de las notas de Rivera para su autobiografía, Mi arte, mi vida. Maynez tradujo algunos de los textos de Rivera, construyó un sólido sitio web con un blog y ha trabajado en la preservación del legado del mural con imágenes en 3D en línea.

Puede decir por qué Samuel Morse, el inventor del telégrafo, y Robert Fulton, que diseñó el barco de vapor, están en el primer plano de una parte del mural: porque ambos hombres también eran pintores, dijo Maynez, “establecieron el tema de la reconciliación del arte y la ciencia”.

Al dar un paso atrás, destaca el arco de personas que atraviesa el fresco. Observa que se asemeja al arco del puente Golden Gate, dijo. ¿Y la madre que se cierne sobre un niño muerto? Es un homenaje de Rivera al “Guernica”, pintado por su amigo Picasso.

Diego Rivera y un asistente trabajando en “Unidad Panamericana” en Treasure Island, en 1940.
Diego Rivera y un asistente trabajando en “Unidad Panamericana” en Treasure Island, en 1940.Credit…San Francisco History Center, San Francisco Public Library
El mural, en el City College antes de ser trasladado al SFMOMA. Había estado en el edificio del teatro del campus desde 1961.
El mural, en el City College antes de ser trasladado al SFMOMA. Había estado en el edificio del teatro del campus desde 1961.Credit…Barry Chin

Desde que se jubiló hace nueve años, Maynez va a pie o en transporte público al City College para cuidar del fresco casi todos los días de la semana. Cuando recibía honorarios por charlas, donaba el dinero a la restauración del mural; el City College no le ha pagado por su trabajo con el mural.

“Siempre que alguien tiene una pregunta, le dicen: ‘Oh, Will lo ha de saber’”, dijo Michelle Barger, jefa de conservación del SFMOMA. “Es el guardián de todo lo relacionado con ‘Unidad Panamericana’”, añadió.

Benezra, director del SFMOMA, dijo que veía la obra como “el alegato pictórico de Rivera a favor de una especie de unidad de las Américas”.

“Vivimos en una época de tremendo resurgimiento del nacionalismo en todo el mundo”, continuó, “y esta es una forma antinacionalista de ver las cosas”.

“Diego estaba construyendo un puente metafórico entre la cultura mexicana y la cultura tecnológica de Estados Unidos”, dijo Will Maynez, el guardián de facto del fresco, cuya misión ha sido que la gente vea la obra. Lleva 25 años investigándola y promocionándola.
“Diego estaba construyendo un puente metafórico entre la cultura mexicana y la cultura tecnológica de Estados Unidos”, dijo Will Maynez, el guardián de facto del fresco, cuya misión ha sido que la gente vea la obra. Lleva 25 años investigándola y promocionándola.Credit…Cayce Clifford para The New York Times

En 2011, queriendo que más gente viera el mural y esperando poder encontrar una mejor ubicación en el campus, Maynez, con la aprobación de los administradores, utilizó fondos de una cuenta de Rivera en la fundación de la universidad para pagar un estudio sobre la viabilidad de trasladar el mural. Cuando la respuesta fue que costaría mucho dinero y sería casi imposible, Maynez lo tomó como un sí.

En una reunión en el museo, una vez que este se involucró en el proyecto, Maynez recuerda que Benezra le dijo: “El mural no volverá a ser poco conocido”.

En una entrevista, Maynez dijo: “Eso es todo lo que siempre he querido”.

El museo tomó la ruta minuciosa: contrató a ingenieros del centro de diseño multidisciplinar de la Universidad Nacional Autónoma de México, que es conocido por abordar lo casi imposible.Video00:000:09CreditCredit…Cayce Clifford for The New York Times

Alejandro Ramirez Reivich, profesor de diseño de ingeniería en la universidad, dirigió la investigación sobre cómo se podrían trasladar los murales de forma segura y describió el proyecto como “una oportunidad para tratar de unir a estos dos países”.

Reivich dijo que le fascinaba el arte de Rivera desde que era un niño, y que su madre, una artista nacida en Estados Unidos, lo llevó al estudio de Rivera.

Rivera, que pretendía que el fresco se trasladara al City College, no pintaba directamente sobre una pared, sino sobre yeso con marcos de acero. Pero cuando los paneles se colocaron en el edificio del teatro, los pernos fijados en la parte posterior se empotraron en el muro de hormigón sin pensar aparentemente en que se volverían a trasladar.

Rivera, sosteniendo los planos del mural que se iba a pintar en la Exposición Internacional del Golden Gate de 1940. Su título completo es “El matrimonio de la expresión artística del norte y el Sur del continente”.
Rivera, sosteniendo los planos del mural que se iba a pintar en la Exposición Internacional del Golden Gate de 1940. Su título completo es “El matrimonio de la expresión artística del norte y el Sur del continente”.Credit…San Francisco History Center, San Francisco Public Library

Hace dos veranos, mientras los ingenieros investigaban el mural, perforaron agujeros de 45 centímetros de ancho que hicieron que las paredes exteriores del teatro de la universidad se vieran como un queso suizo. Con un casco de ciclista, Reivich se metió dentro para ver cómo estaban fijados los paneles. “Era como el científico loco”, dijo Barger.

Sabiendo que la mayor amenaza para el fresco serían las vibraciones, el equipo de Reivich hizo pruebas con maquetas. Tres artistas universitarios pintaron réplicas casi exactas de dos paneles, utilizando el mismo tipo de cal y pinceles que Rivera. Los estudiantes de Reivich construyeron un muro como el del City College, colocando pernos y soldaduras en los mismos lugares. Experimentaron con herramientas para determinar cómo extraer los paneles con vibraciones mínimas. Luego los sacudieron, doblaron y martillaron, dijo Reivich, para conocer la máxima resistencia que podían soportar.

Antes de la reciente mudanza del mural, el SFMOMA contrató a ingenieros del centro de diseño multidisciplinario de la Universidad Nacional Autónoma de México para que ayudaran a resolver cómo ejecutarla con seguridad.
Antes de la reciente mudanza del mural, el SFMOMA contrató a ingenieros del centro de diseño multidisciplinario de la Universidad Nacional Autónoma de México para que ayudaran a resolver cómo ejecutarla con seguridad.Credit…Cayce Clifford para The New York Times
El mural, que se expondrá en una galería gratuita en la primera planta del museo, permanecerá a la vista hasta 2023 y luego será devuelto a la universidad.
El mural, que se expondrá en una galería gratuita en la primera planta del museo, permanecerá a la vista hasta 2023 y luego será devuelto a la universidad.Credit…Banco de México Diego Rivera y Frida Kahlo Museums Trust, México D. F./Artist Rights Society (ARS), New York; City College of San Francisco y SFMOMA; Don Ross

Esta primavera, los operarios comenzaron la tarea de extraer los paneles del muro de hormigón. Los equipos de mudanzas, situados dentro y fuera del edificio, giraron lentamente varillas con roscas por encima y por debajo del mural, usando auriculares para sincronizar sus acciones mientras giraban simultáneamente las varillas, 0,15 centímetros cada vez. Tardaron dos horas para mover 15 centímetros un panel.

Entonces, antes del amanecer de un domingo del mes pasado, un camión con un panel revestido con amortiguadores hechos a la medida atravesó la ciudad a ocho kilómetros por hora y lo llevó al museo, donde fue izado en su lugar. (Fue el primero de siete viajes).

Maynez estaba allí cuando llegó. “Es uno de los mejores días de mi vida”, dijo.

Julián Astelarra: «Olor a pintura podrida»

Fuente: Perfil ~ Instalado en el orden de los misterios cotidianos, las maneras en las que el pasado se inmiscuye en el presente de formas imprevistas parece devolvernos —con gestos, técnicas o materiales específicos— el imaginario de determinadas atmósferas, espacios para recorrer siguiendo mapas improbables (parecido a lo que exploró Werner Herzog con La caverna de los sueños olvidados, señalando un punto de contacto entre el animal, la humanidad prehistórica y la representación figurativa ante las pinturas rupestres de la cueva de Chauvet, en Francia). 

Algo en ese tenor despliega Olor a pintura podrida de Julián Astelarra (1983), o al menos, coincido en ello con el curador, Alfredo Aracil, quien señala en el texto que acompaña la muestra: “continuando con una inquietud arqueológica ya presente en trabajos anteriores, Astelarra propone un viaje no falto de ausencias y olvidos, hacia atrás en el tiempo siguiendo una línea de materialidad que se pregunta por la continuidad de la pintura prehistórica en nuestro mundo contemporáneo.” Resulta imposible no pensar en esas cuevas y esas representaciones frente a la materialidad con que trabaja el artista y las superficies que interviene: primero y principal el piso de la sala —formato explorado también por Astelarra en Mundos Propios (2019-2021), la muestra final del programa de Artistas del Di Tella en marzo pasado— epicentro a partir del cual se articula un sentido expansivo que se condensa en una suerte de montículos amorfos sobre el piso, como mojones de diversos derelictos, rastros de una hecatombe sucedida en territorio marciano (la tonalidad rojiza es a causa del ferrite rojo, es decir, el óxido de hierro), que le imprime su índole la muestra, trepa por las paredes, dibuja formas animales y se disuelve en sombras elusivas, ligeramente infernales.

Empero, el centro de gravedad no puede ser otro que el piso, que a la manera de un fresco romano (técnica que Astelarra corteja, aplica, subvierte y pervierte) recuerda tiempos más remotos, acaso jamás sucedidos pero que se atisban, ficcionales, como fundantes de la conciencia de la especie: es como si otro homínido, pariente nuestro pero distinto, se hubiera puesto a dibujar en su caverna, trazando los vestigios de una civilización paralela, pero no a la manera de la imitación de una figura asiria o prehispánica (por decir algo), sino más bien como una consciencia actuante, una razón que en el momento de la creación presente comunica de manera evidente con todo lo que la técnica del fresco ha dado a través de la historia: pintar sobre lo pintado. Escribir sobre lo escrito: alimento para la ruina y sus escombros.

Uno de los hallazgos de Olor a pintura podrida radica en la secreta simetría que da forma a la instalación entera, efímera por naturaleza y que apuntala su esplendor: las piezas de Astelarra son también una toma de partido por la fugacidad de la vida, por esa vanitas que nos recuerda —sobre todo en un contexto pandémico, inmersos en la zozobra planetaria, con la muerte respirando muy cerca de la nuca y la incertidumbre en prácticamente todos los órdenes de la existencia como única garantía— que la vida dura poco y además no importa; o para decirlo en palabras del Eclesiastés, en la hermosa versión de Casiodoro de Reina corregida por Cipriano de Valera, mejor conocida como Biblia del Oso: “¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará: y nada hay nuevo debajo del sol/ ¿Hay algo de que se pueda decir: veis aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido/ No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después. Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo vanidad”. 

Otra referencia que apuntala la muestra, con nitidez, es el Ejercicio plástico de David Alfaro Siqueiros, aquel mítico mural pintado en un sótano de la quinta Los Granados de Natalio Botana, en Don Torcuato, y exhibido hace tiempo (luego de una historia de película), en el Museo de la Casa Rosada, y eso también es un rasgo propio de Astelarra, quien no teme a las alturas ni a pasearse, al mismo tiempo, entre lo grandioso y lo grandote: incluso en sus piezas más discretas se adivina la vocación de muralista, una apuesta a contrapelo de los usos actuales que, a título personal, encuentro estimulante por la promesa de misterios manuales por venir: otros seres pintando otras cavernas, configurando pretéritos tan imperfectos como los nuestros.

Hay algo profundamente perturbador en el imaginario de Julián Astelarra, y la muestra que ahora puede verse en Acéfala da cuenta de esa perturbación, desplegada como una fascinación sensible, efímera y extraña.

“La ronda nocturna” de Rembrandt: reconstruyen con inteligencia artificial la obra maestra del pintor holandés

Fuente: La Nación ~ La ronda nocturnaha sido un ícono nacional de los Países Bajos desde que Rembrandt la pintó, en 1642, pero ni eso alcanzó para proteger esa obra maestra.

En 1715, al inmenso lienzo fue recortado en sus cuatro lados para que entrara en una pared, entre dos puertas del ayuntamiento de Ámsterdam. Los pedazos cercenados se perdieron. Desde el siglo XIX, el cuadro está colgado en el Rijksmuseum, donde es exhibido como la pieza central, en el punto focal de la Galería de Honor. Pero a partir de hoy, y por primera vez en más de tres siglos, el público podría ver la pintura “casi como fue pintada”, dice el director del museo, Taco Dibbits.

Gracias a métodos de última generación, que incluye tecnología de escaneado e inteligencia artificial, el museo reconstruyó esas partes faltantes y las colgó junto al original, para dar una idea de La ronda nocturna tal como Rembrandt la imaginó y realizó.

El cuadro recortado mide unos 4,60 metros de ancho por 3,90 metros de alto. Al lienzo le rebanaron 60 cm del lado izquierdo y otros 23 cm del borde superior. Menos daño sufrió el borde inferior, que perdió alrededor de 12 cm, y el costado derecho, que perdió casi 8 cm.

La restauración de "La ronda nocturna" de Rembrandt se realizó en el Rijksmuseum Museum durante la llamada "Operation Night Watch", la mayor investigación sobre una pintura del maestro holandés. Utilizando tecnología avanzada, pudieron determinar la mejor manera de preservar la pieza para generaciones futuras
La restauración de «La ronda nocturna» de Rembrandt se realizó en el Rijksmuseum Museum durante la llamada «Operation Night Watch», la mayor investigación sobre una pintura del maestro holandés. Utilizando tecnología avanzada, pudieron determinar la mejor manera de preservar la pieza para generaciones futurasREMKO DE WAAL – ANP

La restauración temporaria de esas partes les dará a los visitantes la oportunidad de asomarse a lo que se perdió: a la izquierda del cuadro, tres personajes —dos hombres y un niño—, y lo que es más importante, la sensación de haber recuperado la meticulosa composición de la obra de Rembrandt. Con las piezas faltantes, la obra maestra recupera su dinamismo compositivo original.

“Es una ventana a la verdadera composición imaginada por Rembrandt”, dice Dibbits.

En vez de contratar a un pintor para que reconstruyera los fragmentos perdidos, el director científico del museo, Robert Erdmann, programó una computadora para que recreara, píxel por píxel, el estilo de Rembrandt. Un proyecto de semejante grado de complejidad solo fue posible gracias a una tecnología relativamente nueva conocida como “red neuronal convolucional”, un tipo de algoritmo de inteligencia artificial elaborados para ayudar a las computadoras a descifrar imágenes, señala Erdmann.la restauración del Rembrandt

“Hasta hace poco tiempo, no existían computadoras con potencia suficiente para encarar un proyecto como este.”

Afortunadamente, se tenía una idea de la composición completa original de La ronda nocturna gracias a una copia realizada por Gerrit Lundens, otro pintor holandés del siglo XVII, que pintó su réplica doce años después de que Rembrandt hiciera el original, o sea antes de que fuese mutilado.

La réplica tiene menos de un quinto del tamaño del monumental lienzo de Rembrandt, pero se la considera la copia más fiel al original, y fue de extrema utilidad como modelo para los fragmentos faltantes, por más que el estilo de Ludens no fuese ni remotamente tan detallado como el de Rembrandt. La composición de Ludens es mucho más abierta, con los personajes desparramados de manera más azarosa sobre el lienzo, de modo que no habría servido para realizar una reconstrucción punto por punto.

Como parte de un multimillonario proyecto de restauraciones que arrancó en 2019 y llevará vario años, el Rijksmuseum ya había encargado escaneos de alta resolución de La ronda nocturna. Gracias a ello, Erdmann contó con información precisa sobre los detalles y colores del original de Rembrandt, que los algoritmos luego utilizaron para recrear las secciones faltantes, utilizando como guía la copia de Ludens. A continuación, esas imágenes “recompuestas” fueron impresas sobre tela, sujetadas a placas de metal para darle mayor estabilidad, y finalmente, barnizadas para terminar de darle el aspecto de una pintura al óleo.

El momento en que agregan el marco a la reconstrucción de la obra maestra del pintor holandés
El momento en que agregan el marco a la reconstrucción de la obra maestra del pintor holandésREMKO DE WAAL – ANP

La composición de Rembrandt muestra a un gran grupo de guardias civiles de Ámsterdam, encabezados por el capitán Frans Banning Cocq y su lugarteniente, Willem van Ruytenburch. El original era asimétrico: el gran arco que se encuentra detrás de la multitud estaba en el medio y los líderes del grupo estaban situados a la derecha. Así los pintó Rembrandt para crear una sensación dinámica, de recorrido a través del lienzo.

Dibbits dice que al reponer estos fragmentos, también se recuperó el equilibrio del cuadro. “Uno tiene realmente la sensación física de que Banning Cocq y sus compañeros realmente avanzan hacia el espectador”, agrega el director del museo. Si observamos al grupo de milicianos que se encuentran justo encima del hombro de aquél, parece asomar la parte superior de la cabeza de alguien: un sombrero, una nariz, y un ojo que mira al espectador. La figura se parece sospechosamente al artista. “Eso era algo típico de Rembrandt: pintarse a sí mismo justo en el centro de todo”, dice Dibbits.