Arte contemporáneo: una polémica antigua que siempre vuelve

Fuente: La Nación ~ Dos escándalos menores trajeron recientemente a la discusión temas que parecían clausurados desde hace más o menos medio siglo cuando empezó a conformarse la idea de algo amorfo a lo que se llamó y se sigue llamando “arte contemporáneo”. Que no quiere decir exactamente el arte que se está haciendo ahora, aunque también, sino ese arte para “después del fin del arte” como intentó definir el filósofo Arthur Danto en su esencial libro llamado, claro, Después del fin del arte: El arte contemporáneo y el linde de la historia(1997).

Primero, en 2020, fue el premio otorgado en el Museo Franklin Rawson de San Juan a una pintura (Tiempos de confinamiento, covid-19) que reproducía la imagen de una fotografía de Nora Lezano, conocida por sus retratos a estrellas y grupos de rock. La denuncia contra la artista Mariana Esquivel por “infringir derechos de autor y propiedad intelectual” llevó a que esta renunciara finalmente al premio. Esta semana, en tanto, otra pintora llamada Fátima Pecci Carou fue denunciada por exhibir en el Museo Evita una obra que extrapolaba un personaje de animación japonesa manga en una pintura. Quien se adjudicaba la autoría era un artista de fan-art, una forma subalterna de la cultura visual que parte justamente de una forma preexistente (el equivalente al fanfiction de la literatura). Pecci Carou tuvo más suerte que la sanjuanina Esquivel: el tout del arte contemporáneo salió en su defensa al detectar que era, sobre todo, víctima de un ataque machista. La agenda de género es una preocupación central de la escena y la historiadora feminista Andrea Giunta (Contra el canon, 2020) se vio obligada a tener que explicar en su muro de Facebook el arte de Roy Lichtenstein (que sesenta años atrás reproducía imágenes del cómic en obras de arte pop) para sostener la estrategia de la artista (si su obra es más o menos interesante es otra discusión). La publicación casi simultánea de dos libros ayuda a entender la raíz por detrás de estos escándalos menores: El robo es visión, de Bob Nickas, yEn la sombra del sueño americano, de David Wojnarowicz.https://imasdk.googleapis.com/js/core/bridge3.469.0_es.html#goog_1583416205Ads by

El título del volumen que reúne ensayos y entrevistas de Bob Nickas, un agitador de la escena neoyorquina también como curador, resulta muy adecuado en este contexto en que esa entelequia llamada “arte contemporáneo” se vuelve víctima (la fotografía que denuncia a la pintura) y victimario (la pintura que vampiriza al fan-art) de ideas centrales a su esencia, como la originalidad y la apropiación.

En la sombra del sueño americano, en tanto, reúne los diarios de David Wojnarowicz (un artista polifacético que tuvo un paso fugaz por Argentina en 1984) entre 1971 y 1991, un año antes de que la epidemia de HIV lo condenase a una muerte joven.

«Nadie pensó entonces que su trabajo fuera un plagio a los creativos que alguna vez convirtieron la leyenda del jockey Leguizamo en sinónimo de un licor recio»

El período es formativo para esta idea de “arte contemporáneo” que no ha encontrado una denominación superadora tras el lento fade out de las neovanguardias. Si bien los artículos de Nickas, alejados del academicismo pero no por eso superficiales o faltos de rigor, están fechados entre la segunda mitad de los años 80 y la primera década del siglo XXI, eligen –al igual que Wojnarowicz– 1971 como año cero. Es cuando tiene 14 años, asiste por primera vez a un concierto de Black Sabbath y define “todo lo que sé sobre arte lo aprendí de Andy Warhol y On Kawara”.

Las escaramuzas descriptas más arriba tienen que ver con que las ideas de estos dos artistas (On Kawara era un japonés que residió en Nueva York desde 1965) parecen fatalmente vigentes, puestas en práctica a veces como cliché y, aún así, no del todo asimiladas. Nickas hace una valoración indistinta de su experiencia en la escena punk y el arte de museos y galerías al punto que su libro está dedicado a Mark E. Smith, el iconoclasta líder del grupo inglés The Fall, muerto en 2020.

Wojnarowicz también fue atravesado por esa línea interdisciplinaria y su lugar en la escena neoexpresionista del Lower East Side (“bad painting”) se superpone con su participación en una banda postpunk llamada 3 Teens Kill 4. Su diario no incluye ninguna entrada dedicada al raro episodio argentino cuando, acompañando al pintor Luis Frangella (1944-1990), llegó a exponer en junio de 1984 en el CAyC (Centro de Arte y Comunicación) desde donde Jorge Glusberg buscó dar forma a la escena conceptual de Buenos Aires. Aquella muestra se llamó “Desde Nueva York: 37 pintores del East Village” y coincidió con el momento más creativo del underground porteño donde teatro, pintura, performance y rock formaban un todo que estuvo en la raíz de la versión local de la internacional contemporánea. La galería Cosmocosa reconstruyó ese paso en 2018 en una muestra donde se exhibía un catálogo del Whitney Museum que mostraba una obra de Wojnarowicz realizada sobre un aviso publicitario de caña Legui llamada Una pintura para reemplazar el monumento a los ingleses en Buenos Aires. Nadie pensó entonces que su trabajo fuera un plagio a los creativos que alguna vez convirtieron la leyenda del jockey Leguizamo en sinónimo de un licor recio.

El libro recopilatorio de Nickas y los diarios de Wojnarowicz muestran la trama íntima y pública de todo esto que se sigue discutiendo. La utilización de la bandera estadounidense que hace Cady Noland siguiendo a Jasper Johns es motivo de un ensayo de Nickas, “El robo es visión”, que resulta tan clarificador de todas estas cuestiones como volver a leer a César Aira en Sobre el arte contemporáneo (2013), otra reflexión indispensable de un escritor que es, sobre todo, un artista de nuestro tiempo.

El robo es visión

Por Bob Nickas

Ripio

Trad.: Lea Maríe Uría

297 páginas / $ 1050

En la sombra del sueño americano

Por David Wojnarowicz

Caja Negra

Trad.: J. P. Manzanares y C. De Nápoli

320 páginas / $ 1200

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *