Fuente: Aries On Line – La emblemática obra que representa la primera procesión del Milagro fue sometida a un proceso de restauración y estará disponible para su visita por las mañanas.
La obra “La Primera Procesión”, del artista italiano Arístene Papi, fue restaurada y estará expuesta durante todo septiembre en el Arzobispado, en el horario de 9 a 12 horas.
Esta pintura, que representa la primera procesión del Milagro y cuya creación data de 1939, es un óleo sobre tela que forma parte del patrimonio cultural de la provincia. La iconografía de la obra nos remonta al siglo XVII y es considerada una pieza clave en la historia religiosa y cultural de Salta.
La directora del departamento de Restauración y Conservación, Gabriela Doña, encargada del proyecto, explicó en diálogo con Aries, que la obra presentaba “un estado de conservación deficiente, con deterioros en varios aspectos”.
Entre los daños más graves se encontraba la deformación del soporte debido a la falta de travesaños en el bastidor original y la presencia de humedad, que había provocado craquelados y desprendimientos de la capa pictórica. Además, la obra había sufrido intervenciones anteriores que alteraron la capa original de pintura, exacerbando el deterioro.
Finalmente, la obra fue tensada en un nuevo bastidor, adecuado a sus grandes dimensiones (2,5 metros por 2 metros), y se le aplicó un barnizado final.
“La Primera Procesión” estará disponible para ser apreciada por el público durante septiembre, y todavía no se definió su ubicación permanente.
Fuente: 0221 – La Municipalidad de La Plata dio a conocer los trabajos que se realizarán para poner en valor los monumentos en las plazas más emblemáticas de la ciudad.
Las autoridades municipales informaron que el objetivo de actuación apunta a la preservación, conservación y traslado de monumentos y obras de arte, «concibiendo una necesidad social» en vistas al proyecto de puesta en valor de Plaza San Martín y Plaza Italia.
Al mismo tiempo, remarcaron que»las tareas se realizarán siguiendo los más altos estándares patrimoniales para que la intervención sea completa y no queden elementos ni componentes fuera de la misma». Y agregaron que «los trabajos se desarrollarán en forma respetuosa, de acuerdo a las normas internacionales de actuación sobre bienes».
La restauración de los monumentos de Plaza San Martín
En la plaza que va de 50 a 54 y de 6 a 7, los monumentos a José San Martín, a la ingeniería (Obelisco), Federico Della Croce, Rodolfo Walsh y Alfredo Palacios serán puestos en valor, conservando su posición original en la plaza.
Mientras que el grupo escultórico Los Púgiles, con cada una de las piezas escultóricas (Creugas y Damóxenos), se retirará y trasladará al Pasaje Dardo Rocha luego de su puesta en valor. Además, el monumento y la placa conmemorativa a José Luis Cabezas serán puestos en valor y se reubicarán en el sector sobre esquina 6 y 54, donde se creará un sector dedicado a la memoria y homenaje a la libertad de expresión.
Los monumentos de Plaza San Martín serán restaurados en el marco de las obras que llevará adelante la Municipalidad de La Plata.
Por otra parte, el monumento a Abuelas y Madres de Plaza de Mayo será reubicado, posterior a su puesta en valor, en el paseo de las esculturas, frente al pasaje Dardo Rocha.
En tanto que el monumento y la placa conmemorativa a Julio López, el reconocimiento a la lucha contra el cáncer de mama y el monumento de la Cruz Roja, serán retirados y acopiados donde la Comuna considere pertinente a fin de procurar la conservación de su integridad y su relocalización posterior en otros espacios públicos de la ciudad.
¿Qué sucederá con los monumentos de Plaza Italia?
En la emblemática plaza de 7 y 44, el monumento Alla Fratellanza será desmontado cuidadosamente para ser relocalizado en su totalidad en el eje central de la plaza, siendo esta su implantación original, respetando su orientación y posición de origen. Todos los componentes del mismo, incluyendo estatua, columna y piezas de revestimiento del basamento en sus distintos niveles, serán sometidos a tareas de restauración tendientes a su puesta en valor.
También se recolocará la placa conmemorativa histórica de 1895, obsequiada por el gobierno italiano al Municipio en alusión al nombramiento de la plaza. La misma se encuentra actualmente en depósito y también será sometida a tareas de restauración.
El monumento Alla Fratellanza será desmontado para ser relocalizado en el eje central de Plaza Italia.
Por otro lado, el monumento «El trabajador» será relocalizado dentro de la nueva propuesta de recorrido escultórico que desarrollara sobre el eje de avenida 7. Su basamento será de nueva factura, ejecutada en mampostería revestida en granito fiamatado y el componente escultórico será restaurado.
El monumento «Inmigrante italiano» se mantendrá en su localización actual, pero su soporte será modificado para adaptarse a la nueva propuesta de intervención. Para ello, se desmontaran basamento, talud y fuente, y se ejecutara una nueva fuente con diseño según plano sobre la que se recolocara la pieza escultórica una vez restaurada.
Por último, la placa en referencia al levantamiento del monumento a don Luis Monteverde respetará su localización actual, incorporándose a la nueva propuesta de intervención.
Fuente: Infobae – Para celebrar este aniversario, se inauguró la muestra “La mirada del restaurador”, que permitirá apreciar con un detalle inédito el trabajo sobre una treintena de obras de Miguel Ángel, Rafael o Leonado da Vinci gracias a un recorrido de códigos QR.
El laboratorio de restauraciones de los Museos Vaticanos, fundado en 1923 por Pío XI, ha cumplido su primer siglo de historia como un “hospital” que vela por el enorme patrimonio artístico de los papas. En este taller, los restauradores, ataviados con batas blancas, se convierten en auténticos médicos para devolver su esplendor original a obras de diversos períodos históricos y técnicas, desde cuadros, esculturas, frescos y materiales de todo tipo.
Ahora, para celebrar esta efeméride, se ha abierto la muestra La mirada del restaurador, que permitirá apreciar con un detalle inédito el trabajo sobre una treintena de obras de Miguel Ángel, Rafael o Leonado da Vinci, gracias a un recorrido de códigos QR.
“Se trata del Laboratorio de tradición más antigua que tenemos en los Museos Vaticanos”, dijo la directora de los Museos Vaticanos, Barbara Jatta, que aseguró que, además, es “el más numeroso” en cuanto a trabajadores. Un taller, indicó, en el que “la evolución del concepto de restauración y conservación” ha sido la máxima que ha asegurado el cuidado de los 5.300 cuadros y otros cientos de frescos que abarrotan los casi ocho kilómetros de galerías en los Museos Vaticanos.
Además de ser el laboratorio de restauración más antiguo fundado dentro de los Museos Vaticanos, el Laboratorio de Restauración de Pinturas y Materiales de Madera representa una entidad operativa y organizativa de importancia primordial para la protección del patrimonio artístico de los Museos del Papa (Franco Origlia/Getty Images)
El equipo de restauradores, historiadores y científicos está compuesto por 26 personas con un contrato fijo en los talleres a las que se suman otros 10 trabajadores “externos” que van y vienen en función de los trabajos que se estén acometiendo en los 350 metros cuadrados de unas instalaciones dotadas con la última tecnología.
Arte y evangelización
Situado bajo la pinacoteca de los Museos Vaticanos, el grueso de estos talleres se divide en siete “estudios” donde se trabajan las distintas técnicas, desde la restauración de pinturas, el dorado, la policromía o la estructura en madera de las obras, hasta el mantenimiento y prevención de posibles daños.
En 1923, el papa Pío XI, un papa “culto, que fue prefecto de la biblioteca Ambrosiana y archivero de Milán”, al llegar al papado, entendió “el valor de la cultura, el arte y la historia para la evangelización”, aseguró Jatta. Aunque esta preocupación de la Iglesia por la conservación de las obras de arte se remonta a siglos atrás.
El laboratorio de restauraciones se extiende a lo largo de 350 metros cuadrados y sus instalaciones están dotadas con la última tecnología (Franco Origlia/Getty Images)
Durante los siglos XV y XVI, se promulgaron edictos para “proteger los edificios de los empobrecimientos” e incluso “la prohibición de enajenación de bienes privados”, señaló la responsable del laboratorio, Francesca Persegati.
El germen de este ente que mantiene sanas y salvas las obras de arte se remonta al año 1543 con la Oficina del Mundator, que se encargaba de limpiar el polvo de la superficie de pinturas propiedad de los Estados Pontificios.
Desde entonces, y especialmente desde 1923, se han llevado a cabo importantes actuaciones, como la limpieza de los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina en 1984, un hito que se produjo por primera vez con un enfoque “científico, tecnológico y multidisciplinar”, que marcó un antes y después en la forma de restaurar.
El equipo de restauradores, historiadores y científicos está compuesto por 26 personas con un contrato fijo en los talleres a las que eventualmente se suman otros 10 trabajadores “externos” (Franco Origlia/Getty Images)
La “mirada” del restaurador
Las técnicas de restauración que se llevan a cabo en estos talleres varían “en función del tipo de problemas” que presentan las obras y del “estudio del caso” llevado a cabo por el laboratorio científico, señaló la maestra restauradora del laboratorio de pintura, Angela Cerreti. Este trabajo en equipo con los científicos e historiadores es esencial para utilizar “los materiales menos invasivos para la obra y menos tóxicos para el operador” en lo que es un equilibrio necesario para no alterar el espíritu original de cada pintura.
Cerreti llegó al laboratorio tras el atentado mafioso contra la basílica de San Juan de Letrán en 1993, un hecho “dramático” que impulsó la contratación de un equipo formado en su mayoría por mujeres y que no deja de “ponerse al día” para buscar “metodologías cada vez menos invasivas”.
Fuente: La Nación – Están diplomadas e Integran el Instituto de Investigación, Conservación y Restauración de Arte Moderno y Contemporáneo (IICRAMC).
Frente al Parque Independencia, el Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino ostenta la segunda colección pública de arte más importante del país, después de la del Museo Nacional de Bellas Artes. Aquí la directora es Melania Toia y, antes de llevarnos a ver cómo trabajan en restauración, nos guía por las salas de la planta baja, que están centradas en grandes artistas rosarinos. Hay obras de Emilia Bertolé, Julio Vanzo y Lucio Fontana, entre otros. Y de Antonio Berni, con sus discípulos contemporáneos. Las obras están agrupadas alrededor de cuestiones conceptuales –“Presentimientos”, por ejemplo– y no por cronología o artista, aunque muchas veces un concepto tiene mucho de un artista.
La directora comenta que la novedad del museo es la apertura, para ocasiones puntuales, de una sala “de reserva, no depósito”, con esculturas que no están expuestas. Cuando entramos a esta sala, vemos esculturas de diferentes tamaños que están prolijamente acomodadas, con sus etiquetas, a la espera de ser expuestas. La sensación de estar en el backstage del museo se vive como un privilegio y será para buena parte del público general.
Pero hay más, porque la magia de entrar al detrás de escena del museo se completa cuando pasamos al área de restauración. Está comandada por el Instituto de Investigación, Conservación y Restauración de Arte Moderno y Contemporáneo (IICRAMC). “Es todo un desafío cuidar las obras en esta ciudad tan húmeda y fluctuante en temperatura, más ahora con el cambio climático”, comenta Toia mientras subimos al piso donde trabajan en restauración.
En la sala, sobre una mesa está “La chola”, de Alfredo Guido, con una serie de papelitos que marcan su mapa de deterioro. Y sobre un atril está “La costurera”, de Alberto Mario Rossi, en proceso de observación. Sobre las obras trabajan tres rosarinas, egresadas en Bellas Artes y especialistas en restauración: Ana Mellano, Jimena Atilio y Carolina Ramírez. “Funcionamos de forma coordinada con el área de conservación, que son quienes nos traen las obras que necesitan ser restauradas. La mayoría de las veces la restauración se hace antes de una muestra. Porque este museo es muy grande: conserva más de 5.000 obras de arte”, señala Jimena Atilio antes de detenerse en este óleo de 1924 que pintó Alfredo Guido, hermano de Ángel Guido que es el autor del Monumento a la Bandera.
“Aquí lo primero que hicimos fue ver con luz ultravioleta los repintes de restauraciones anteriores, que fueron hace 26 años. Estudiamos esas intervenciones que están anotadas en una ficha e hicimos un mapa de deterioro sobre la obra, y una nueva ficha. Los papelitos rosas marcan las grietas que hay que reforzar; los celestes marcan grietas con levantamiento de capa pictórica; y los amarillos, el faltante de la capa pictórica”, detalla la restauradora, mientras recurre a una lupa para que veamos cómo a simple vista el levantamiento se puede confundir con brillo.
“Es difícil consolidar las grietas y bajar las que están levantadas, sin que se quiebren. Esta obra es complicada en ese sentido porque tiene mucha carga pictórica y empaste”, comenta Carolina Ramírez. Entonces Jimena agrega: “Para consolidar las grietas usamos cola de esturión, que se obtiene de la vejiga del pez, y un termocauterio. Recurrimos a productos naturales e importados que son de gran calidad. Si hay faltantes de pintura, se estuca y se hace una restauración cromática mimética que puede ser con acuarela, que es al agua, y que se sella con un barniz acrílico que es especial y no envejece con el tiempo”.
En pleno proceso de consolidación de grietas, Ana Mellano reflexiona: “Uno tiene que ser respetuoso con la obra e intervenirla lo menos posible. El trabajo de restauración requiere paciencia y observación. Porque antes de intervenir hay que tomarse un tiempo para vincularse visualmente con el cuadro. Hay que entender el lenguaje pictórico del artista. Cada obra presenta sus propios límites y te dice “hasta dónde”. No hay una técnica que vaya para todas las obras”. Comenta que usan materiales reversibles, para que, de ser necesario, el próximo restaurador pueda retirarlos. “Lo que hacemos es frenar el deterioro para devolverle a la obra la lectura global. No se trata de volverla al original. Eso sería imposible y no es el objetivo”, resume Ana Mellano para que yo me entere que para restaurar hay que tener paciencia y criterio para saber hasta dónde intervenir o no. Como en la vida.
Datos útiles
Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino. Como parte del núcleo que integran el Macro y Casa Vanzo, el Castagnino vela por la segunda colección pública de arte más importante de nuestro país. En la planta baja exponen artistas rosarinos. La novedad es que abren al público una sala de reserva en la que pueden apreciarse esculturas que no están expuestas. De miércoles a sábado y feriados de 13 a 19; domingos de 11 a 19 horas. Visitas guiadas, a las 17, sin inscripción previa. Gratis. Av. Pellegrini 2202. T: (341) 334-6397. IG: @castagninomacro
Fuente: Perfil – La sede centro del histórico club, ubicada en la intersección de las avenidas Colón y General Paz, abrirá sus puertas al público el próximo viernes 3 de noviembre para mostrar su acervo pictórico y parte de su mobiliario histórico. El Jockey posee unas 200 obras –entre pinturas, grabados y dibujos– de los artistas más importantes del país y conserva muebles que datan de 1940.
Por estos días se observa un movimiento inusual en la sede del centro del Jockey Club Córdoba: andamios, tachos de pintura y trabajadores que entran y salen a paso apurado se entremezclan con los socios que asisten al tercer y cuarto piso, donde se ubica el gimnasio que administra Megatlon, única actividad que se realiza aquí ya que el resto se reparte entre el country deportivo y el club náutico de Carlos Paz.
Sucede que este año, por primera vez, el Jockey Club Córdoba participará de La Noche de los Museos, abriendo sus puertas al público para mostrar parte de las obras y el mobiliario que conserva la institución. “El club posee unas 200 obras entre pinturas, grabados y dibujos de los artistas argentinos más importan-tes y algunos europeos. José Malanca, Antonio Pedone, Manuel Cardeñosa, López Cabrera, Fausto Coppini, Francisco Vidal, Roberto Viola, Emilio Cerrito, Lino Spilimbergo, Benito Quinquela Martín, Luis Tessandori, Luigi Zago y Rosa Ferreyra de Roca forman parte de la gran colección que tiene el Jockey”, detalla Susana Verde, quien desde hace más de 20 días está instalada en un área del club con un equipo de trabajo dedicado a la restauración de las obras.
Además de las pinturas, el acervo cultural contempla grabados de Oscar Meyer, Alberto Nicasio, Mauricio Lazanski y Pedro Pont Vergez, entre otros. “También hay esculturas en bronce de José Fioravanti, Alessandro Vittoria, Carlos de la Carcova, Alfredo Negrito (mármol) y Renti, y dos relieves de Primitivo Icardi. Y por supuesto la fuente Hipocampos, de Alberto Barral”, explica.
Este acervo fue incrementándose a partir de los salones que se realizaban en nuestra ciudad en la década de 1950. “El Jockey tuvo una época de mucho glamour, acá se hacían grandes fiestas, muestras de arte, presentaciones de libros. Y había socios que compraban y donaban obras o los mismos artistas que exponían acá, dejaban obras que hoy son parte del patrimonio”, dice Verde.
La gestora cultural señala que la restauración de las obras que serán expuestas se está llevando a cabo con la colaboración de alumnos de la Diplomatura en Restauración dictada en el Colegio Nacional de Monserrat y que ésta es solo “una limpieza superficial y una intervención no definitiva de las obras de arte, que deberán ser evaluadas y restauradas en un futuro próximo”.
SUSANA VERDE. Abocada a la restauración, como parte de la Comisión Directiva también se ocupa de relevar, controlar e inventariar las obras.
El recorrido. Una serie de fotografías de los distintos presidentes de la comisión directiva del club desde sus inicios serán los encargados de dar inicio al recorrido. Luego se podrá avanzar por un pasillo habitado por fotografías antiguas que darán cuenta de las diferentes actividades socioculturales de la época de oro de la institución, cuando se practicaba esgrima, waterpolo, polo, hipismo, boxeo, artes marciales y hasta actividades lúdicas como el ajedrez, el bridge o el billar.
“Queremos revivir el Jockey de aquellas épocas, reflejar de alguna manera la intensa actividad social que tenía y por eso también vamos a mostrar mobiliario. Vamos a ambientar con los muebles más importantes de aquellas épocas: mesas de ajedrez con el tablero incorporado en la mesa, un sillón de barbería, una mesa de billar, mesas de bridge redondas con tapete verde, como si fueran escenas que los espectadores pueden ir transitando a medida que avanzan en el recorrido”.
El entrepiso será ocupado por esculturas, en el primer piso podrá verse La Fuente de Hipocampos, de Alberto Barral, y en el segundo piso se desplegarán las pinturas, los grabados y obras en papel. “Vamos a colgar alrededor de 70 obras. Como el patrimonio es muy variado la intención es mostrar toda la obra que está en condiciones de ser mostrada”, finaliza la gestora cultural a cargo de la puesta.
JORGE BETTOLLI. El arquitecto y magíster en patrimonio trabaja en la restauración de una de las obras que se exhibirán en La Noche de los Museos.
Música, performances y danza Ocho grupos de distintas disciplinas amenizarán la velada en el Jockey Club Córdoba: La Troupe Salusso Performance, El Tropel Coro, Julián Heredia (piano), Román Carballo (guitarra), la soprano Cecilia Leunda, Vento Quinteto, Nueve Octavos grupo vocal, Jorge Luis Reales y Geo Broggini, Danza Viva, Alborotando y La Camorra trío de cuerdas.
AJEDREZ. En la edad de oro del club eran habituales las actividades lúdicas como el ajedrez, el bridge o el billar.
Se viene una nueva edición de La Noche de los Museos Con el lema ‘Ciudad y democracia’, este viernes 3 de noviembre, entre las 20 y la 1, tendrá lugar una nueva edición de la ya tradicional Noche de los Museos, que año tras año abre sus puertas al público de manera gratuita durante cinco horas.
Así, museos de la Universidad Nacional Córdoba, del Gobierno provincial, de la Municipalidad y espacios invitados de la capital e interior provincial, podrán ser visitados por la comunidad, que podrá ver muestras y colecciones como así también disfrutar de las propuestas artísticas que cada espacio tiene preparadas.
Se firmó un convenio El ministro que adjudica al Bellas Artes un predio frente a la Plaza de los dos Congresos donde se erigirá el nuevo Centro Nacional de Conservación y Reservas del Museo.
El ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, y el presidente de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), Eduardo Albanese, firmaron este mediodía el acta que adjudica al Bellas Artes un predio de 1.700 m2 de superficie ubicado frente a la Plaza de los dos Congresos, donde se erigirá el nuevo Centro Nacional de Conservación y Reservas del Museo.
“Hoy hemos firmado con el AABE un acuerdo por el cual nos ceden un predio realmente extraordinario en la Ciudad de Buenos Aires ‒explicó Bauer‒. Desde que asumimos, vimos esta necesidad de contar con un espacio para desarrollar el Centro Nacional de Conservación y Reservas del Museo Nacional de Bellas Artes. Un espacio que nos permita, por un lado, cobijar el patrimonio extraordinario que tiene este Museo y, por otro, ofrecer un lugar de visitas, de recorrido, de acercamiento a la obra, en el que el Bellas Artes podrá crecer y multiplicar sus propuestas para nuestra comunidad”.
“Estamos felices por este proyecto, que resolverá de una vez y para siempre el tema de las reservas y la accesibilidad a la colección del Museo”, afirmó el director del Bellas Artes, Andrés Duprat, durante el acto, celebrado en la sede de la institución. “Será un espacio que dará servicio a otros museos; tendrá reservas visitables con actividades, exposiciones y un sector gastronómico. Es un proyecto muy importante, que realmente será una referencia a nivel continental”, agregó.
En los últimos años ‒señaló Duprat‒ cambió el paradigma respecto a las reservas de los museos. “Ya existen en el mundo varios ejemplos de museos cuyas colecciones se encuentran en edificios específicos y abiertos al público. En esa línea, con este proyecto queremos mostrar los tesoros que custodia el Bellas Artes, un patrimonio público de incalculable valor”, añadió.
El terreno cedido, ubicado en Av. Rivadavia al 1600, permitirá edificar en la zona céntrica de la Ciudad de Buenos Aires unos 10.000 m2 de modernas instalaciones destinadas a usos específicos, como reservas de obras de arte visitables, talleres de restauración, laboratorio fotográfico y de rayos, salas de exposiciones, auditorio, oficinas y ámbitos para servicios educativos, terraza panorámica, un jardín de esculturas, y espacios de restaurante, cafetería y tienda. También habrá oficinas administrativas y áreas destinadas a consultas de investigadores y a tareas de documentación y registro.
Por su parte, Albanese sostuvo: “Esta iniciativa nos pone muy felices porque se trata de un terreno que dará nuevas posibilidades no solo al Museo, sino también a la Ciudad de Buenos Aires en términos de equipamiento para la cultura. Es un proyecto que venimos trabajando desde Nación, y hoy logramos consolidarlo con la firma de este acuerdo”.
“Frente a la preocupación urbana en la Ciudad, la falta de vitalidad y visibilidad de su centro y su casco histórico, realizar un programa de estas características generará una sinergia con el Cine Gaumont en términos de las actividades y de punto de convocatoria”, agregó el presidente de ABBE.
En la actualidad, las reservas del Museo están ubicadas en el subsuelo de la sede de Av. del Libertador 1473.
Este novedoso Centro Nacional de Conservación y Reservas resolverá la necesidad de contar con espacios adecuados y acondicionados para la guarda, el estudio y la conservación de las 13.000 piezas que integran el patrimonio institucional. Los nuevos laboratorios científico y de restauración permitirán al Bellas Artes mejorar la calidad de las intervenciones en su patrimonio y brindar servicios a otros museos.
Estuvieron presentes en la firma del acta de entrega y recepción del inmueble propiedad del Estado la directora artística y el delegado administrativo y jurídico del Museo, Mariana Marchesi y Mariano D’Andrea; el jefe de Gabinete de Asesores del Ministerio de Cultura, Esteban Falcón; Daniel Salvatore y María Katz, por ABBE; y el presidente de la Asociación Amigos del Bellas Artes, Julio Crivelli.
Fuente: ámbito – Fue desarrollado en el King’s College de Londres, la nueva tecnología aporta una «claridad sin precedentes» al proceso de conservación.
Un equipo de científicos del King’s College de Londres desarrolló una tecnología de avanzada para la restauración de obras de arte antiguas, se trata de una cámara que utiliza la fluorescencia para identificar y permitir la eliminación del barniz envejecido con total precisión.
La nueva tecnología aporta una «claridad sin precedentes» al proceso de conservación, según el profesor Klaus Suhling, de la universidad de Londres, ya que permite a los expertos distinguir entre el barniz y otros componentes de una obra de arte, como pinturas y aglutinantes.
El equipo del King’s College desarrolló una cámara sensible a los fotones de 25.000 píxeles que utiliza una técnica de imágenes macroscópicas -llamada FLIM- para aprovechar la fluorescencia natural en un barniz antiquísimo.
Cada píxel tiene un cronómetro que mide cuándo entra la luz de una superficie, de modo que «al comparar la fluorescencia del barniz con estos otros componentes, podemos trazar dónde se asienta el barniz con un nivel de precisión nunca antes alcanzado», argumentó Suhling al periódico The Guardian.
La fluorescencia se usa sobre todo en medicina para estudiar, rastrear e identificar células cancerosas. También se utiliza en billetes de polímero como medida de seguridad.
«La mayoría de las pinturas creadas antes de fines del siglo XIX han sido barnizadas muchas veces, lo que las hace parecer opacas o amarillentas a medida que el barniz se degrada. Para que la imagen vuelva a ser visible, puede ser necesario quitar ese barniz, pero puede ser un gran desafío diferenciarlo de la pintura subyacente y otros componentes dentro de la pintura», destacó el científico.
«La conservación de pinturas es vital para proteger nuestro patrimonio cultural para las generaciones venideras», subrayó el científico, quien anticipó que la cámara no sería costosa de producir en el futuro.
Por su parte, la profesora Aviva Burnstock dijo que la nueva técnica «proporcionó información más detallada sobre la pintura y el barniz durante las pruebas de eliminación que cualquier otro método anterior, allanando el camino para obtener imágenes de la pintura completa durante la eliminación del barniz».
Fuente: Clarín by Gisela Daus – En el Museo del Cabildo, una muestra recorre las diversas imágenes que conocemos del Libertador a partir del trabajo del artista Ramiro Ghigliazza, que recrea con «identikits» la cara del mítico general en distintos momentos de su vida.
De bebé hasta anciano, dieciocho caras del mismísimo José de San Martín: ya sea lampiño, con barba o bigotudo, de tupida cabellera o pelo corto, patilludo, canoso, de nariz aguileña más o menos prominente, vestido de civil o uniforme, con su clásico sombrero falucho. Inquieta, ¿cómo se pasa de una imagen mínima en blanco y negro, a tantos retratos veraces en color y alta calidad? Aunque nunca fue del todo anónimo, el rostro de este prócer hasta ahora solía ser demasiado inexacto o más bien incierto si de una imagen 100% fiel se trata, salvo la de 1848. Con 70 años y una ceguera en ciernes, dos años antes de fallecer, captaron su imagen: acompañado por su única hija, Mercedes, posó en un mercado parisino. Para la posteridad quedaba aquel famoso daguerrotipo suyo –técnica fotográfica primitiva, tardaba un minuto en registrarse sobre una plancha metálica– del cuadro oval en blanco y negro, casi tan miniatura (mide 12×10 cm) como invaluable.
Una respuesta se halla en la exposición itinerante San Martín: la reconstrucción y el enigma de su rostro, del artista Ramiro Ghigliazza y su curador, instalada en el Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo (MNCRM). A través de su puesta artística conceptual sobre las diversas fases del libertador, propone recorrer nuestra Historia patria con una mirada original e inédita: pinta prometedor.
“Es parte de humanizar la figura del libertador y poder tener toda la película. A su vez considero que este trabajo resuelve el enigma de cómo era San Martín en la época de la Revolución, cuando fue más retratado, ya que aquel cuadro icónico de 1817/1820 es altamente compatible con su daguerrotipo. Además, mostrarlo con meses de edad hasta sus últimos años es un buen ejercicio para ver cómo cambia su fisonomía en sus distintos momentos; la de la niñez es más subjetiva y hacia su juventud el rostro va amoldándose definitivamente”, sostiene Ghigliazza.
La última imagen que se conoce del rostro de San Martín, basada en el daguerrotipo. Fue clave para la reconstrucción del rostro en distintos momentos de su vida.
Él recrea en sus identikits la cara del mítico general, desde los 8 meses hasta los 3 años de forma simbólica; luego y hasta los 72 años, llega a la más fidedigna. “Llevándolo en el tiempo -dice-, hacia la fecha de interpretación de su retrato más preciado, el famoso con la bandera pintado por la maestra de dibujo de Merceditas, cuadro conservado en su habitación hasta el final”. Para lograrlo se valió de personas reales elegidas por casting, cuyos rasgos se asimilaban a la fotografía de San Martín y solo Photoshop como herramienta tecnológica en sus fotomontajes e intervenciones creativas.
Puesta itinerante que después del Cabildo, donde Ghigliazza expone -de forma libre y gratuita- su investigación retrospectiva sobre el prócer, anuncia e invita a verla en varias provincias donde desembarcará y él participará de esas inauguraciones: en San Juan (Centro Cultural Estación San Martín, del 24/4 al 4/5); Neuquén capital (15/5 al 15/6) y en San Lorenzo del 10 al 20 de agosto. En 2022 tras una invitación desde la Embajada Argentina en Francia, a presentarla en Boulogne sur Mer, le surgieron otras en Europa, Barcelona y Cervatos de la Cueza; localmente pasó por Concordia, Paraná, Funes, Junín y Mendoza.
A sala amplísima en la planta baja del antiguo Cabildo porteño comienza esta aventura sanmartiniana, con un video a gran pantalla. Suena en off la voz con acento andaluz de Francisco Romero Fuster, médico español encontrado y elegido por el artista quien interpreta en primera persona a San Martín pues «tiene la voz igual, según las descripciones de sus contemporáneos», aclara Ghigliazza. Durante diez minutos loopea el racconto audiovisual, síntesis de la vida y obra del patriota, contada (imaginación mediante) por él mismo; cuya banda de sonido creó Renato Cavalotto para ese corto
. Un sargento Cabral y combatiente, según el trabajo de Ramiro Ghigliazza.
Lindante aparece una réplica del daguerrotipo –original que resguarda el Museo Histórico Nacional– pegada a otra invertida: Ghigliazza coloca al retrato del prócer en la posición correcta de la toma y desde ahí avanza, trabajando con la tecnología. Según el director del MNCRM, Horacio Mosquera: “Es interesante que al estar fechado sitúa dónde estaba San Martín por entonces, tiene mucha potencia la mirada y no hay que olvidar la centralidad importante que tiene ahora el rostro en nuestra construcción de su imagen: nos lleva a humanizarlo más, a generar cierta afinidad”.
A partir de esa única foto de su vejez se va observando la involución física de SM hasta cerrar el montaje que envuelve al espacio entero, con su semblante de bebé. “Hay cosas que la tecnología tampoco puede precisar… Por ejemplo, qué tipo de barba tenía al momento de París en 1840: asesorado por investigadores e historiadores, siendo Ramiro diseñador y con toda una técnica especial llega a estas imágenes. No dejan de ser una recreación”, amplía Mosquera.
Llama la atención el San Martín adolescente de 13 años, prácticamente integrado al Ejército en 1791 debuta en la guerra. Tras cursar su carrera militar intervino en campos de batalla al norte de África y España, durante las guerras napoleónicas. En 1812 retorna al país a batallar para liberar a Sudamérica: ya es historia que en diez años logró asegurar la independencia de tres países. “Mi objeto desde la revolución no ha sido otro que el bien y felicidad de nuestra patria y al mismo tiempo el decoro de su administración. Mi juventud fue sacrificada al servicio de los españoles, mi edad media al de mi patria, creo que tengo derecho a disponer de mi vejez”, escribió el patriota sobre su lucha y posterior exilio en Europa.
Como curioso u original, Mosquera -historiador y profesor- señala en recorrida con Ñla obra del San Martín con guitarra en mano. «Aprendiendo a tocarla, refleja una personalidad con otras inquietudes y a un hombre integral; con toda una formación, un pensamiento. Demuestra cómo este héroe deja todo de lado habiéndolo tenido; en cierto modo, al irse del ejército español –muy poderoso en ese momento–, con un grado importante ahí. Viene a luchar por esta independencia americana, sino se cree que solamente lo hace por la causa liberal (hay distintas versiones sobre su retorno), es evidente el amor a su tierra”.
El artista Ramiro Ghigliazza.
“Al visitar la muestra atravesamos nuestra propia historia, como país, a través de su vida. Su historia es también la del Regimiento de Granaderos, de las fuerzas americanas luchando para liberarse, con esta audacia, convicción e impronta sanmartiniana, porque él decide dar pelea en otro lugar, aquellos límites de lo que podían ser las Provincias Unidas y mantiene el ataque al centro de mayor poder imperial español en América: Perú -sigue Mosquera-. Además, Ramiro le agrega personajes: María Remedios de Escalada; Cabral, alguien muy presente en el afecto de la gente y la Marcha de San Lorenzo, la propia historia lo ubica en ese lado de dar la vida por San Martín nada menos -el público va enseguida a verlo, lo pide- y Merceditas», otra infaltable.
En medio de los cuadros con sus resplandecientes marcos dorados hay una vitrina con antigüedades, objetos patrimoniales que el museo aporta a la exhibición; relacionados con San Martín por tiempo o espacio. “Un ladrillo y la pequeña escultura de un Cristo antiguo, ambos de su zona natal, Yapeyú; una medalla homenaje a los vencedores de Chacabuco, de una conmemoración muy posterior; un plato de 1910 -etapa importante en la construcción de la simbología, el panteón y que expresa una visión del país- hecho por el Centenario y un bando del Primer Triunvirato -él participó en el derrocamiento de ese gobierno-”, explica Mosquera.
Por su parte Ghigliazza, al concluir, reflexiona: “Es una oportunidad de recordar a esta gran persona que fue nuestro querido José Francisco de San Martín, y que mirándolo a los ojos pensemos que él además de cruzar las montañas más altas y los mares más bravíos para liberar naciones, luchó por la unidad de los pueblos: sabía perfectamente que con esa unión podía lograrse hasta lo imposible”.
FICHA San Martín: la reconstrucción y el enigma de su rostro. Exposición itinerante, por distintas ciudades de América y Europa Dónde: Museo Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo Cuándo: miércoles a domingo de 10.30 a 18 hs. Hasta el 16 de abril.
BÁSICO Ramiro Ghigliazza Morón, Buenos Aires.
Artista gráfico contemporáneo. Diseñador gráfico (UNP) Sus trabajos artísticos exhibidos se inician en diciembre de 2003. Humanizó la imagen y reconstruyó los rostros en calidad fotográfica con extrema fidelidad de distintos próceres -Manuel Belgrano (1812), Remedios del Valle (1820), Justo José de Urquiza, Juana Azurduy; expuestos actualmente de forma itinerante por América y Europa.
Fuente: La Nación – Arquitectos especializados en restaurar el patrimonio histórico cuentan los desafíos detrás de obras monumentales
Capas sobre capas de historia en las paredes, los pisos y los techos. Como un palimpsesto en 3D en el que generaciones sucesivas de administraciones han ido construyendo y reconstruyendo durante décadas –con mejor o peor gusto– la estructura y la superficie de edificios centenarios que han sido recuperados, y que hoy vuelven a la vida como espacios gastronómicos. Algunos ejemplos son las confiterías La Ideal, La Giralda o La Ópera, el Edificio del Molino, el Mercado de los Carruajes, el Club Español o la cafetería La Puerto Rico, entre otros.
Todos albergan historias que hablan de usos y costumbres de antaño. Pero otros relatos que también merecen ser contadas son los de sus arduos y complejos procesos de restauración, que involucran a arquitectos, ingenieros y un gran número de artesanos de distintas especialidades.
“Al rescatar estos sitios que van a tener un nuevo destino gastronómico trabajamos en dos sentidos: darle funcionalidad desde un criterio gastronómico al espacio, pero al mismo tiempo que esa funcionalidad sea compatible con el valor histórico del lugar”, explica Alejandro Pereiro, arquitecto del estudio Pereiro-Cerrotti y Asociados, que se encargó de la restauración de sitios icónicos de la ciudad de Buenos Aires como La Ideal, La Giralda o el Club Español, entre muchos otros.
“Hay incluso aspectos que vale la pena recuperar y que quizá no son tan significativos desde un punto de vista histórico, pero que tienen una importancia en ese lugar particular y con una tradición determinada. Un ejemplo es La Puerto Rico, en cuyo rediseño hay una apelación a ciertos criterios que tienen que ver con el pasado. Una de las características del lugar es que se molía y se tostaba el café a la vista. Y eso a partir de la restauración se sigue haciendo, con otra máquina, de otra manera, pero se mantiene la tradición”, dice al respecto de este bar notable, uno de los más antiguos de la ciudad (fundado en 1887), y que reabrió sus puertas en diciembre.
Desafíos adicionales son los que se presentan cuando el rescate de un edificio histórico se realiza para darle una nueva funcionalidad, como es el caso del Mercado de los Carruajes, que abrió a comienzos de 2022 como patio gastronómico, pero que originalmente funcionaba como cochera presidencial. Allí se guardaban, primero, los carruajes tirados a caballo de presidencia, y luego sus automóviles.
“En este tipo de obras, el mayor desafío es poder transmitir a los diferentes actores la importancia de salvaguardar las partes originales de valor patrimonial del edificio y lograr que todas las operaciones que se realicen, tanto de proyecto como de obra, las respeten”, advierte Marcelo Magadán, arquitecto y Master en Restauración de Monumentos, que estuvo a cargo de los trabajos de restauración del Mercado de los Carruajes.
En el Mercado de los Carruajes, quienes llevaron adelante su restauración tuvieron que enfrentar un escenario que es habitual en muchos edificios centenarios: una combinación de reformas superpuestas con abandono. “El edificio estaba completamente destruido y muy intervenido durante años, sin ningún tipo de miramiento hacia lo que era el patrimonio”, cuenta Santiago Scarabino, director de obra de la remodelación de Carruajes, que llevó adelante la recuperación estructural del edificio y la reconversión de su interior a paseo gastronómico.
“Estamos hablando de una obra proyectada por el arquitecto Emilio Agrelo, que fue construida a fines del siglo XIX, inaugurada en 1900 y que ya para 1912 estaba siendo remodelada y, en 1921, ampliada”, recuerda Magadán, que señala que el cambio de carruajes por autos también contribuyó al rediseño del espacio. “Ese cambio tecnológico en el transporte derivó en múltiples transformaciones a lo largo del tiempo, algunas drásticas, al punto de alterar el diseño original”.
Desde lo estructural, cuenta Scarabino, “nos encontramos con los muros muy intervenidos: algunos tenían revoques, otros azulejos, otros azulejos distintos, y nos preguntamos cómo iba a quedar. Como decisión proyectual decidimos sacar absolutamente todo lo que fueran intervenciones que no tuvieran que ver con el edificio original y su espíritu. A tal punto, que en parte de lo que se demolió recuperamos los ladrillos originales y los utilizamos en otras paredes que estaban a punto de derrumbarse”.
Mientras que el rescate de la estructura corrió por cuenta de los estudios Marcela Chiarelli y McComarck Asociados, Magadán estuvo a cargo del rescate de los elementos de valor patrimonial a ser conservados:
“En el interior, los elementos de valor patrimonial a salvaguardar eran los azulejos subway del acceso y los vitrales –señala–. Estos últimos habían sido intervenidos en varias ocasiones, pero de forma inadecuada. Presentaban una serie de deterioros y las condiciones de la estructura metálica contribuían a agravar su estado. Los paños del vitral tuvieron que ser desmontados y llevados a taller, donde se realizaon tareas de consolidación, se repusieron las teselas faltantes y se reemplazó la tracería de plomo. Luego cada paño fue embalado, identificado, trasladado a obra y vuelto a montar. Además, para salvaguardar los paños, se colocaron cristales de protección”.
Vale destacar que la restauración del Mercado de los Carruajes recibió el Premio Iberoamericano SCA-CICoP a la Mejor Intervención en Obras que Involucren el Patrimonio Edificado 2020.
Ícono de la arquitectura art nouveau en la Argentina, el Edificio del Molino atraviesa desde 2018 –año en que el Congreso de la Nación tomó posesión del inmueble, previamente expropiado– un proceso integral del restauración que no solo abarca a la tradicional confitería que funcionó en su planta baja entre 1916 y 1997.
“El edificio cuenta con dos niveles de subsuelo, la planta baja donde funcionaba la confitería, en el primer piso los salones de fiestas, y luego los pisos 2, 3 y 4, con tres departamentos por piso, y la cúpula y mirador –describe Nazarena Aparicio, una de las arquitectas a cargo de la restauración–. La ley que estableció su expropiación por su valor histórico y cultural también establece que en el edificio tienen que volver a funcionar la confitería y los salones de fiestas respetando el espíritu original, mientras que en los pisos superiores se tiene que instalar un centro cultural y un museo del sitio que cuente la historia del edificio y su vínculo con la comunidad”.
Uno de los grandes desafíos que planteó la restauración –aún en curso– es reconstruir muchos de los elementos (muros, vitrales, ornamentos) que no tenían ningún tipo de documentación o registro fotográfico para tomar como referencia.
“Por eso en cada evento que hemos realizado en el Molino fuimos convocando a la gente que, por ejemplo, haya festejado algún evento social en la confitería o en sus salones, o que haya trabajado en el edificio, para que acercara material gráfico que nos permitiera restituir piezas y elementos faltantes –cuenta Aparicio–. Un ejemplo es la baranda del palco del salón principal, que pudimos reconstruir a partir de fotos que nos trajo una persona que celebró allí un evento”.
Una de las características de los procesos de restauración de sitios históricos es que, si bien se realiza una evaluación inicial, buena parte de las decisiones se toman una vez comenzada la obra. “Uno hace una evaluación que permita trabajar, y después profundiza en el mientras tanto. Siempre hay cosas inesperadas que salen a la luz”, sintetiza Pereiro, y aporta un ejemplo:
“En La Ideal nos encontramos con una fábrica de helados en su último nivel, que sería una precursora de las fábricas de helados, pero que estaba tan deteriorada –eran capas y capas sucesivas de óxido en las bateas– que lo único que pudimos hacer fue relevarla fotográficamente, para que quedara como documento histórico, pues inevitablemente tuvimos que remodelar íntegro el espacio”.
Si bien muchos de los elementos –vitrales, lámparas y ornamentos varios– se trasladan a distintos talleres para ser restaurados, otros deben ser trabajados in situ. “Nos pasó con grandes pinturas españolas del siglo XIX que se encontraban en el Club Español, como una de 7 metros por 3 que recrea la Batalla de Lepanto, que estaba negra, cubierta de una mezcla de tabaco y grasitud, y para cuya restauración tuvimos que montar una carpa dentro del mismo lugar de la obra”, cuenta Pereiro, que actualmente trabaja en la restauración de una villa italiana de 1920 que se encuentra en Adrogué, provincia de Buenos Aires, y que a mediados de año volverá a la vida como espacio gastronómico bajo la marca Croque Madame.
Se dio inicio a las primeras acciones de análisis y diagnósticos de las patologías existentes en el cuadro de Rodolfo Franco “Navegación y Puertos” del año 1936 y que desde el mes de marzo se encuentra en el Taller de Restauración de la Coordinación para su restauración.
Cabe recordar que el cuadro en cuestión es una obra de arte que pertenece a la actual Secretaría de Desarrollo Productivo dependiente del Ministerio de Economía, emplazada en la oficina 26 del citado organismo, donde funcionaba la Presidencia del Tribunal Fiscal, Avenida Julio A Roca 651; y la temática del cuadro es una escena en el puerto de Buenos Aires, en donde se puede apreciar a los trabajadores del puerto cargando diversos bultos. Además de verse en un segundo plano grúas propias de la época y la ciudad al lado de la ribera denotando una mayor ebullición productiva de la época.
El bien cultural a restaurar, es un óleo sobre tela de 156 cts. x 249 cts. La misma está montada sobre un bastidor de madera y en un estado muy deteriorado, se procedió a tomar muestras de diferentes zonas de la obra para su análisis microscópico y estratigráfico en el laboratorio del Taller. El objetivo de estos análisis es comprobar la materialidad y la técnica utilizada en dicha obra, para poder abordar la intervención de restauración de la misma de la forma más adecuada.
Asimismo, se puede señalar que se observaron diversos cortes en el óleo, zonas con materias adheridas, zonas con barniz envejecido, deformación del soporte de la obra, chorreaduras por filtración de agua, las cuales se pudieron observar con luz UV; como así también agrietamiento de la capa pictórica. Estos son algunas de las patologías que presenta la obra en cuestión.
Por lo tanto, el equipo técnico sigue con el curso metodológico establecido para la intervención de acuerdo a las prioridades que se han fijado oportunamente para su abordaje.
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