«El arte, si no lo acercamos a la gente, no va a funcionar»: Melisa Boratyn, curadora y autora de la nueva y preciosa Bitácora de Arte

Fuente: Cronista ~ Apasionada, versátil y multifacética en la escena del arte/ Melisa Boratyn fue curadora y coordinadora de muestras en galerías y ahora lidera proyectos que abren la escena artística a más personas/ Nos cuenta de su primer libro: «Bitácora de Arte» junto a Fera/ ¿Cómo está transformándose el consumo de arte con los cambios tecnológicos? ¿Cómo deben adaptarse las instituciones?/ ¿Hay más inclusión en la escena artística?/ ¿Hay más inclusión en la escena artística?

Ya desde muy chica y motivada por las visitas a los museos con su papá, Melisa Boratyn sabía que este mundo tan atractivo y desafiante, como lo es la escena del arte, iba a ser parte de su vida diaria. Y así lo es, desde el día en que empezó la carrera de Curaduría y Gestión de Arte. Trabajó casi una década produciendo y coordinando ferias y muestras en las galerías de Buenos Aires, hasta que se volvió independiente y decidió fragmentar su trabajo en distintos proyectos que tuvieran más llegada al público en general. Porque ese es el pensamiento central de toda su carrera: el arte tiene que ampliar su llegada a todos, no importa si saben o si no. Convivir con el arte es una necesidad.

Melisa (gran redactora de la sección arte en MALEVA desde siempre) dirige «Homenajes Urbanos», junto a su pareja y artista Ale Giorgga, donde empapelan la ciudad con citas de artistas fallecidos, y acercan sus nombres a la gente. A su vez, es codirectora de Tienda Quorum, en San Telmo, donde venden prints, telas, libros, pañuelos, stickers y más objetos de artistas directo al público. Su último gran proyecto, que sigue en línea con esta ideología, es la Bitácora de Arte, que lanzó hace muy poco junto a Fera; un libro amigable y cercano que te guía por los museos, galerías y centros culturales, acompañándote con ejercicios prácticos para que generes una experiencia propia y personal con el arte.

Entre las vibrantes obras de su tienda, nos recibió para contarnos de su nueva creación – su propia obra que la llena de orgullo -, y de cómo ve la transformación de la escena del arte en una sociedad más digital, más abierta y (lentamente) más inclusiva.

Contame de tu primer libro, la bitácora de arte que lanzaste hace tan poco con Fera. ¿De dónde surgió la idea?

Es algo que quería hacer hace un montón. Empecé editando libros de artistas en el 2017 con una editorial que después no funcionó, pero el gustito de hacer un libro quedó. La bitácora es algo que existe hace un montón, pero no tanto en las artes visuales. Y yo sentía que el contenido, si es que acá lo había, no era tan profundo. A Vicky, que es una de las editoras – junto con Mara tienen «Fera Editorial» que es un proyecto hermoso – la conocí dando un taller, la contacté en verano del 2021 en plena pandemia y le dije: tengo la idea de hacer este libro. Empezamos a hablar y me llevó un año hacerlo. Opino que es la primera bitácora de arte que, para empezar, es actual. No importa donde estés en el mundo, la idea es que lo agarres y lo utilices donde quieras. Y siempre con este pensamiento central que tiene que ver con toda mi carrera: al arte si no lo acercamos a la gente no va a funcionar.

¿Por qué elegiste a Fera?

Me parecía muy importante no ir a una editorial que ya se dedicara 100% a la curaduría, sino a un lugar más expansivo, porque las chicas de Fera tienen otra mirada. Ellas toman ese interés que tienen y esa persona que «sabe» pero lo redireccionan a personas que, primero se compran una agenda, un cuaderno, y de golpe la bitácora y van al taller de escritura, y así se interesan y se meten en este mundo.

Sería apta para todo público entonces.

¡Si! La bitácora es lo más amigable que vas a ver. Evitamos estadísticas, números o citas complejas. El objetivo de los ejercicios es que vos desarrolles un criterio completamente independiente con respecto al arte. De hecho, yo menciono en el libro a un artista y teórico, Luis Camnitzer, que escribió un texto, «El Fraude en el arte». Él viene de la enseñanza, y trabajó con el MoMA, haciendo ejercicios para que la gente se acercara a las obras de otra forma. No llegar y decir: «esto es un Frida Kahlo excepcional», sino «esto es una obra». Mirala, apreciala, fijate qué sentís y después vas trayendo información. Es re importante que sepas de quién es, pero no es lo más importante.

¿Qué otras personas formaron parte del proyecto bitácora?

Las ilustraciones las hizo Juliana Vido. Ella recibía a través de las chicas lo que yo escribía e ilustraba. Y cuando vi la maqueta, ¡casi me muero! Mucho tiene que ver con el mundo privado, hay una ilustración mía y de mi hija, una obra que hizo Ale Giorgga en el Recoleta en una muestra de arte urbano, las galerías de las que a mí me gusta hablar y un pasteup de Homenajes Urbanos – el proyecto que tenemos en común -, entre otros guiños.

Otra cosa súper importante son los aportes, las invitadas. Son todas amigas de hace muchos años, colegas con las que yo me siento muy cercana y representada. Vic tolomei que habla de la pata de arte y tecnología. Con ella fui a la facultad y también con Luz Peuscovich, que da su testimonio en la sección de ateliers. Ro Villani, mi socia y amiga trabaja mucho con colecciones por eso habla del cuidado de una obra de arte. Con Lu Seijoo nos conocimos en un momento en la pandemia, cuando había hecho un video para el museo de arte moderno donde hablaba de cómo adueñarte con los espacio a través de ejercicios físicos, y me gustó replicarlo en el libro, en el capítulo de arte urbano. Y después Ale, la persona con la que más me peleo por arte tenía que estar.

Me gusta el concepto de acercar el arte a la gente, ¿de qué forma lo estás haciendo vos, además de con la bitácora?

Con esa idea existe esta tienda – Tienda Quorum – que la gestaron mis socios, Santiago Carrera, María y Oli; y yo me sumé hace casi 2 años. Lo que buscamos es justamente eso: vení, entrá, agarrá, tocá, mirá, todo tiene precio atrás, sentite cómodo.

Después está el proyecto que llevo con mi pareja, Homenajes Urbanos, un proyecto de arte urbano donde llevamos un poco de historia del arte argentino a la calle. Te doy una herramienta, vos después googleá, pensá, dudá. Porque a veces los museos no lo proponen y las galerías no lo están proponiendo. Les pregunto a ustedes, ¿van a esos lugares y se sienten realmente cómodos? No está bueno suponer que «hay que saber» para entrar. Yo puedo ir a una carrera de autos si quiero, no «tengo que saber» nada en esta vida. Pero el que está generando y proponiendo tiene que abrir y decir: el que quiera puede abordarlo. Porque sino, ¿cómo se sigue construyendo?

Y no hay artista en el mundo que diga: «yo solo hago esto para fulano, fulano y mengano. El resto no lo puede mirar». Eso no existe. Por eso, ingresar en la comunidad de arte urbano a través de mi pareja sí me ayudó a pensar más esa necesidad de hacerlo más cómodo.

Decís que las galerías hoy en día no están siendo tan inclusivas, ¿por qué es eso?

Yo trabajé 8 años en galerías y me encantó ese proceso, son espacios que valoro muchísimo. Las galerías tienen que existir y están en un lugar muy importante y necesario en el mundo del arte. Están haciendo a veces trabajos de gestión que no hace ni el Estado. Hay muchas galerías jóvenes que empezaron hace 10 años o menos y han logrado internacionalizar a sus artistas, Piedras, por ejemplo, acompañó a Monica Heller que fue la artista que quedó en la Bienal de Venecia. Pero son equipos muy chicos que tienen que hacer un montón de cosas; salir a buscar financiamiento, vender las obras, mover a los artistas. Entonces esa pata de «¿y cómo hacemos para que más gente venga o para empezar a armar una generación que te compre dentro de 20 o 30 años?» no la tienen. Ahí para mí está la falencia.

Otra limitante es el tema de los precios de las obras de arte…

En Argentina muy poca gente compra arte. Porque, si bien el arte argentino a nivel mundial es muy barato, en la situación en la que estamos, si una obra sale 4 mil dólares, no la puede comprar alguien que gana 500. Es muy difícil. Por eso existe esta cosa intermedia de la tienda de arte – pienso en IDLB, en Sach, en nosotros -, acá sí un montón de gente que nunca había comprado nada se compra algo y a veces ni siquiera terminan de ser tan conscientes de que están comprando arte.

No digo que todo lo que está acá sale dos pesos. Tratamos de ser lo más coherentes con el mercado y tratamos de explicar por qué una cosa vale lo que vale. Si bien es un cliché lo que digo, a veces ni dudás en pagar 50 mil pesos unas zapatillas que en 5 años no vas a usar más. Y el cuadro o la obra muy probablemente te siga acompañando en 5 años. Si te enamorás de algo que tenés en tu casa vas a generar una relación.

Encontrar que no esté todo dirigido a ese uno por ciento y lentamente ir fragmentándolo o agrandando el panorama: cuanto más grande sea, más rico va a ser para nosotros.

Claro, si más gente conoce de arte, explora, visita galerías y aprende, más público o más potenciales clientes va a tener el mercado.

Exacto. Podés no comprar pero ir con tu clase de 2do grado a una galería. En la educación inicial y en la educación primaria no puede no haber un abordaje de las artes en general. No podemos no saber quiénes fueron nuestros artistas y qué pasa hoy en el mundo del arte. Hay 800 millones de artistas en el mundo y las puertas se abren al infinito. Tener gente especializada que quiera abordar eso me parece fundamental. Que todo el tiempo convivamos con las artes, yo creo que esa es la necesidad.

Hiciste una diplomatura en Género y Movimientos Feministas. ¿Qué lugar ocupan hoy las minorías en el mundo del arte?

Seguimos sin conocer a muchas artistas mujeres o artistas de la comunidad LGBTIQ+. Todavía hay un montón de desigualdad. Hay muchos museos que les están les están otorgando más lugar pero otros que no tienen eso en agenda. Y, en el mercado secundario, las obras de los artistas hombres siguen saliendo mucho más que las artistas mujeres o de la comunidad. Son diferencias muy grandes todavía.

¿De a poco va cambiando?

Naturalmente se está ablandando un poquito, aunque ya no debería ni ser una cuestión. Acá en Argentina hay museos, por ejemplo el MALBA, que desde el 2017 viene haciendo un trabajo muy sólido al traer exposiciones individuales de artistas mujeres. Así es como se vio la primera muestra individual de Mirta Dermisache – que es una artista argentina que ya había fallecido – y la primera gran muestra en el país de Alicia Penalba. Este año 2023 van a tener tres muestras grandes de artistas mujeres, incluyendo a Cecilia Vicuña, una artista chilena que ganó el premio máximo en la Bienal de Venecia.

Otros museos, o no tienen la intención de hacerlo o lo hacen muy lento. Irónicamente en todo lo que es gestión, hay muchas curadoras en este país, brillantes, que trabajan muy bien. De las carreras salen muchísimas artistas mujeres, mujeres gestoras… ni quiero hablar de mujeres, son seres humanos.

¿Estás con algún proyecto relacionado con la inclusión de minorías?

Con dos colegas estamos haciendo un libro donde vamos entrevistando a artistas de 80 para arriba. Y hay algunas que nunca tuvieron una profunda conversación acerca de su obra, una buena entrevista. Algunas son muy conocidas y tienen carrerones, otras no tanto. ¿De qué todavía no se está hablando? ¿Qué todavía no se está discutiendo? Si yo puedo proveer ese tipo de contenido me genera mucha más satisfacción que caer en el lugar común.

Con el cambio social que trajeron las redes sociales, la instantaneidad, la virtualidad, ¿cómo se están adaptando los museos?

Hay espacios que abrazan todo lo que está cambiando tecnológicamente y lo potencian. Hace unos años, museos como el MoMA ofrecían charlas en Youtube o vivos en Instagram. Las redes sociales son una gran herramienta para conocer más de la escena. Ya con que sigas a instituciones, fundaciones o museos en Instagram, si te dedicás 5 minutos por día vas a aprender mucho.

Después hay muestras que apelan a lo que el público hoy quiere. Yo no sé si soy fan de la muestra inmersiva pero sí soy fan de todo lo que puede hacer un pasito más. Sé que tengo amigas que no van a ir al museo, pero a la inmersiva de Van Gogh van felices. Y te dicen que les encantó, que también aprendieron y que llevaron a sus hijos. Bueno, buenísimo, si de alguna forma sirve, ¡hacelo!

El arte salió más a la calle también, ¿no? Por fuera de museos y galerías.

Si, ahora hay hasta marcas de ropa que trabajan con artistas. Hace poco Paola Vega trabajó con Ay Not Dead para hacer toda una serie de vestidos, remeras y medias, ¡y están buenísimas! Te ponés un Paola Vega y salís a la calle. Eso es legendario, lo han hecho marcas como Nike y Adidas, pero si lo hacés acá con alguien como Paola vos te estas poniendo a una artista que tiene 30 años de carrera en un vestido. Sí hay un aceleramiento en la sociedad, pero el arte se está acoplando.

La calle, con su furia, su acelere, su todo. Andando en el colectivo seguramente vas a pasar por un mural, vas a ver un cartel pegado, vas a ver un sticker. Si le prestás un segundo de atención, está ahí. No importa quién lo hizo, después hay mil etapas. Podés investigar más, menos, sacarte una foto, que te guste o no, pero está ahí. ¡Los tatuajes! Los tatuadores son artistas. Y esa obra la cargás con vos a todas partes. Capaz no lo comprendemos así pero lo estamos haciendo.

Por último, y para que empecemos a armar concretamente un mapa, ¿Me contás un poco las distintas categorías de galerías que hay en Buenos Aires?

Para mi el ecosistema del arte hoy a nivel local está creciendo y, en ese sentido, está buenísimo. Hay una generación que tiene muchas ganas de hacer, y que está mucho más profesionalizada; entra sabiendo lo que quiere. Mencioné a «Piedras» y lo voy a mencionar siempre, porque creo que es un proyecto que va muy para adelante y se mantiene muy constante con sus metas y con la relación con los artistas. «Hache» es otro proyecto que siempre quiero mencionar, son dos galeristas que también se mueven mucho y se nota cuando hay vínculos reales con les artistas. «Isla Flotante» no es una galería con la que no tengo tanta familiaridad, pero la veo ya hace un montón de tiempo llegando a lugares que muy poca gente logra llegar.

Y después hay galerías más «grandes» en el sentido de que se conforman de otra forma, como puede ser «Barro» o «Ruth Benzacar» que existen hace muchos años. Galerías que uno se olvida que tienen más de 60 años como puede ser «Aldo de Sousa» o «Van Riel«, ¡con tres generaciones de galeristas! Yo a veces hablo más de los proyectos más chicos y no hay que olvidarse de estos que siguen ahí de alguna forma u otra.

Y después siempre mirar proyectos jóvenes. Como «Pionera», la nueva galería que abrió en Pinamar y MALEVA le hizo una nota. Siempre qué salgan de Buenos Aires, está bueno ver qué galerías hay afuera; «La Arte» en Salta, «Diego Obligado» en Rosario, en La Plata también hay galerías que están buenísimas; podés ir a un montón de lugares. Si googleas vas a encontrar. Hay que tener siempre el espíritu curioso.

Marta Minujín: el arte por encima de todo

Fuente: Hoy Día ~ Históricamente subvalorada, por mujer, por contemporánea, por incontinente e incontenible, o sencillamente por artista, Marta Minujín demuestra que es uno de los grandes íconos del arte argentino. Pocas personalidades tienen un caudal nacional e internacional tan importante. Y ninguna una historia de vida similar.

Abandono y sobreestimulación

Nacida en una familia formal, madre católica, padre médico, tuvo una infancia marcada por la muerte de su hermano -estudiante de medicina- y el posterior abandono de sus padres.

Ella misma definiría su niñez como “horrible”. Su carácter, al comienzo retraído, floreció en fuego desde la adolescencia. Incontenible y atravesada por un rayo creativo, estudió arte desde los 12 años. Con la personalidad en proceso de modelado, sus primeros amigos -mayores que ella- fueron quienes compartían el aula en Bellas Artes: Le Parc, Polesello, Pérez Celis y otros precursores. Eran tiempos convulsionados desde todo punto de vista: el arte, la política y el pensamiento constituían una masa que hervía a borbotones de colores.

Su familia hubiera querido una carrera para que se ganase la vida, pero ella eligió “trabajar para ganar la inmortalidad”.

El amor constante

Viviendo con intensidad adolescente, se enamoró. Impredecible, eligió un compañero completamente fuera de cuadro. Con sólo 16 años y un documento falsificado, se casó con Juan Carlos Gómez Sabaini -con quien compartió una inusual pareja de 50 años- hasta 2021, cuando la viudez los separó.

Gómez Sabaini, encumbrado economista, no era un actor de reparto: directivo de la OEA, el BID, y otros organismos internacionales, fue un reconocido colaborador en temas tributarios en el período de Alfonsín. “El amor es como el arte: libre”, una frase para explicar su pareja.

Marta no es la mamá del actor Juan Minujín, es su tía. Su hijo es Facundo Gómez Minujín, actual presidente del JPMorgan para la Argentina y el Cono Sur, y ex presidente de la Fundación ArteBA. Su otra hija es Gala Gómez Minujín, experta en relaciones internacionales, también colaboradora de ArteBA.

Poco después de casarse su vida comenzó a vibrar entre distintas partes del mundo. A los 18 años ganó una beca del Fondo Nacional de las Artes y se radicó en París, donde se vinculó con los grandes artistas de los 60, como Lebel o Christo, y pensadores como Sartre. Este último la influyó sustancialmente con sus ideas existencialistas. En esa época se edificarían dos pilares interiores de la artista: el arte lo es todo, y la obra es trascendente al objeto. Desde entonces sacrificaría su persona cediendo todo para la creación, aunque le consuma. Como el fuego. Lo mismo con sus piezas: convencida que las obras tienen alma, se despojaría de la materialidad como recurso y se aferraría a las ideas de cada trabajo.

Una llamarada conceptual

Enfocada en producir, eligió vivir en un galpón sin las condiciones mínimas de habitabilidad. El baño y la calefacción eran lujos innecesarios. La fábrica Minujín requería espacio y la persona tuvo que resignar las comodidades mínimas para tener un sitio capaz de albergar, por ejemplo, los colchones que usaría en sus instalaciones desde entonces.

Su primer happening -paradigmáticamente- consistió en la quema de toda su producción artística. Nacía la artista conceptual, la creadora interesada en relacionar y darle sobrevida a la obra dentro de los asistentes.

Pasarían los años, las décadas, y los trabajos de Minujín serían comidos o regalados entre los participantes. En esa época también comienza un cambio formal en su obra y persona: deja atrás la angustia existencial -y su correspondiente aspecto oscuro- y adopta una lógica más pop y estridente. Esa condición global y social del movimiento sería la gramática de toda su obra posterior. “El pop me salvó la vida. Los colores influyen en ella… así como la risa tiene color”.

Soy mi mejor obra

Menos existencialista y más conceptual, Minujín conduce su trayectoria hacia Estados Unidos a finales de la década de los 60, donde la movida la acoge como una actriz necesaria. Simultáneamente, en el país produjo “La Menesunda”, un trabajo demencial que, en 1965, impulsó el Instituto Di Tella. La instalación era recorrida por grupos de personas que transitaban 17 zonas con neones, un video wall de televisores, una habitación con una pareja en una cama, un consultorio odontológico, o una cabeza femenina habitable donde una maquilladora atendía a los visitantes para que luego fueran trasladados a un canasto giratorio (no perdamos de vista que es 1965). También había un cuarto de espejos, luces negras y papel picado con olor a fritura.

Abraza los 70 con estadías en diversas partes del mundo y miedo en la Argentina. Adopta los lentes oscuros para no ser reconocida en el país (ahora dice que se los tiene que sacar para pasar desapercibida). Las grandes gafas siguen puestas por la noche y la acompañan en las performances del desenfreno, cuando atraviesa la nocturnidad mundial en limusina junto a figuras como Dalí o Warhol. Idealmente hacían un escándalo.

En la década de los 80 Minujín hace pie en Argentina. En 1982 recibe un premio Konex, al igual que lo haría en 1992, 2002, 2012 y el 2022 (parece que la Fundación sí la valora).

El regreso de la Democracia a la nación (con mayúscula deliberada) se celebra con una obra de su autoría. A días de haber asumido Alfonsín, la artista creó un Partenón de libros prohibidos que fueron distribuidos entre los visitantes, una acción que sintetizaría la edificación y madurez de sus investigaciones previas. Grandes obras, que dialogan con el paisaje y la ciudad, producidas con equipos de colaboradores dirigidos por su liderazgo energético, conceptuales (nos referimos al arte de las ideas y no de los objetos), y que se vinculan e interpelan a los asistentes. Tragarte, llevarte, divertirte, dormite o mancharte integran al arte de forma trascendente en la vida de quienes participan.

La dimensión política, presente en instalaciones como el Partenón, continúa durante esta década con “Pago de la deuda externa argentina” (1985) a Andy Warhol, una performance en la que entregó choclos “el oro latinoamericano” de forma simbólica.

Los 90 son un período borroso para la artista y su producción. Sus trabajos son menos reconocidos y se diluyen en un tiempo marcado por el consumo de drogas, que la misma artista reconoce como “de encierro”. En 2004 la detuvieron por tenencia de cocaína, una instantánea que recuerda como un punto sin retorno para reinventarse y llegar a hoy: “sólo tomo café”.

En la década siguiente (2010-2020) despeja todas las dudas sobre la potencia de sus trabajos, que ingresaban sonoramente a los grandes museos del mundo. Marta hace un “Lobo marino de alfajores Havanna” (2014) para inaugurar el nuevo Museo Mar, acá, y comenzamos a entender que tenemos entre nosotros a una de las artistas más relevantes del mundo.

La Documenta de Kassel lo certifica en 2017 al invitarla. Entonces, reconstruye “el partenón de libros prohibidos” allí donde los nazis quemaron un millón de ejemplares. 15.000 periodistas del todo el mundo, así como el establishment del coleccionismo, lo celebran.

Sigue sin haber público en sus acciones, hay participantes como en su intervención acá, en Córdoba, cuando montó su “Galería blanda” (2017) en la extrañada Casa Naranja. El trabajo fue donado, luego, al Museo Caraffa. También fue el tiempo de recibir el Premio Velázquez, que tiene una interesante dotación en euros.

Entonces se le preguntó “¿Qué vas a hacer con los euros? Trabajar también los sábados”, respondió.

Arte hasta la eternidad

Alguna vez dijo que se suicidaría a los 40, a los 60… Con otro marco y perspectiva, al ser contactada con motivo de su cumpleaños número 80, aclara “no voy a hablar de mi cumpleaños, al menos hasta que pase. Tampoco es tanto… es un casamiento con la eternidad. Nada más”.

Si cortara mi vida a la mitad, en la primera parte, cuando era nada más que un joven, compartí una noche con Minujín. Una parte de la noche. Todos esperaban, ilusionados, un escándalo. Pero no sucedió.

Creo que era su período excesivo, pero, en una cena divertidísima (donde tampoco se rompió nada) y con la compañía de Dolores de Argentina, tomó algunos platos del restorán y los transformó en “arte arte arte”. Siento que es un pequeño pecado tener, justo en frente mío ahora, esa pequeña obra que aclara de su puño y letra “Córdoba – 1999”. Porque la artista que no cabe en una nota, que merece una tesis doctoral, que muchas veces ha sido tildada de tilinga, está más viva que nunca y sigue exigiendo que todo lo suyo expanda la cabeza de quienes la habitan. Regalar experiencias, sembrar el cambio.

No lo entendí entonces porque ni yo -ni gran parte del mundo- estábamos listos. Pero hoy, mientras completo este texto voy a poner estas palabras picadas en el plato y, desde el HOY DÍA CÓRDOBA, se las vamos a soplar a la gente. Ojalá terminen dentro de las personas. O al menos en escándalo.

De artista a artista con Mauricio Nizzero (PARTE 2)

Fuente: Argentina.gob ~ Entrega final de la entrevista realizada al artista plástico Mauricio Nizzero para la sección de La Bitácora. Sus obras reflejan el compromiso social, cultural y político. A través de esta entrevista buceamos en los conceptos de la escuela que acuñó su desarrollo profesional.

7-Contáme un poco ¿Cómo nace el homenaje a Eva Perón que estás presentando actualmente en el Ministerio de Economía de la C.A.B.A.?

Hace bastante tiempo fui convocado desde La Fundación Evita para participar de una muestra colectiva, ese fue el primer disparador, meterme en el mundo de Eva fue iniciático ya que alguna vez me enfrenté a las contradicciones de un país dividido entre el amor y el odio, entre la justicia social y la desesperanza histórica, dividido por los desencuentros y las desigualdades donde la mentira y la violencia es lenguaje cotidiano, entonces confronté la mirada de la opulencia frente a las del hambre y la pobreza, creo que así supe con certeza en qué lugar quería estar con mi trabajo.
Para mi Eva no es solo la imagen de la remera o el poster de la foto mil veces repetida, tiene que ser la metáfora plástica que dice algo más, algo que trasciende, un lugar a donde llegar, la poesía de la otredad, si puedo aproximarme a eso, la tarea será cumplida.

8- ¿Como ves el circuito de comercialización de pintura argentina?

No hay un verdadero estimulo del estado y una puesta en valor de las artes plásticas como tal. El mercado legitima cualquier cosa que le sea funcional, es una trampa muy frecuente y hay diferencias entre valor y precio, pero una cosa es focalizar tu energía en el mercado y en sus intereses y otra cosa es tener en cuenta el valor de un trabajo, sus implicancias y la llegada a los otros, que esos otros sean “conmovidos”, la imagen dice y da batalla cultural, creo que hay una responsabilidad del estado para dar esa batalla cultural que hasta el momento no parece asumir plenamente. Es una elección, y no hay que temerles a esas elecciones si estamos convencidos desde la acción y el pensamiento.

9-¿Como te llevas con la comercialización de tus obras? ¿Te auto-gestionas o armaste un equipo para esa actividad?

Claro que todos queremos vivir de nuestro trabajo y…Arte es trabajo, y los artistas tienen que poder vivir de su trabajo, pero prefiero hacer otras cosas que vivir desesperado por vivir de esto, hasta ahora me permití hacer lo que quería sin ese condicionamiento. Vendí trabajos por mucho y regalé otros por casi nada, si tengo que hacer un balance digo que no me fue nada mal, entre premios y adquisiciones tengo una movilidad que me permite tener trabajos en muchísimas paredes que no son las mías, supongo que dependerá de la importancia que le demos a esas producciones, a lo que creemos de ellas o a lo que esperamos que ellas hagan por nosotros.

10- Tus series de grabados tienen unas líneas bien definidas y un diseño de personajes muy particular, donde las miradas y las manos son de una gestualidad muy fuerte. Contame como nació toda esa producción.

Todos los trabajos tienen algo de autorreferencial porque trabajo sobre lo que me importa, lo que me atraviesa o interesa. En mi trabajo está siempre presente el sujeto, el paisaje es el hombre, en palabras de Yupanqui “El Hombre es paisaje que anda” y me interesa representarlo de una u otra forma, el hombre o la mujer están siempre presentes. Si hago una revisión de todos los trabajos que hice hasta hoy, puedo decir que se tratan de trabajos donde intento poner en imagen aquello que me preocupa, una forma de transformar el dolor, las angustias, las tristezas y porque no el amor, en actos de creación, resolver el conflicto con una acción creativa… la psicología afirma que ante el conflicto se debe poner en palabras aquello que nos perturba, darle entidad para abordarlo, darle forma reconocible y discursiva. En nuestro caso, una manera es ponerlo en imagen, convertir esa reflexión, dolor o insatisfacción en imagen.

11- En algunas ocasiones tuviste la oportunidad de ser jurado en concursos artísticos. ¿Qué experiencia te llevaste de esa faceta?

Participar de un Salón implica riesgos, para quien desea ser seleccionado entre una cantidad de obras en una compulsa de calidad, apreciada en condiciones desfavorables y dependiendo de las subjetividades de los otros “el jurado”. Esos que evalúan, en el mejor de los casos, debatiendo y confrontando lecturas del lenguaje Estético Plástico con diferentes discursos derivados de una imagen. En un salón no puede aparecer el “me gusta o no me gusta”. Evaluamos entre otras cosas, originalidad, coherencia, temporalidad, riesgo, intencionalidad, lenguaje, profesionalismo, recorridos, discursos, sensibilidad… no es poco.
Cuando convocamos a ese jurado ya estamos eligiendo una mirada estética, es una forma indirecta de empezar a elegir y en ese acto se transfiere la responsabilidad, la seriedad y el compromiso de la tarea. En definitiva, al final de ese recorrido selectivo entre una pieza y otra, se encuentra el resultado, hacer con las propuestas de los participantes un salón digno de recorrer, en esa etapa se verá la capacidad de un buen jurado.

12-Cuál es tu técnica preferida?

Trabajo por series temáticas, eso me permite ordenar el trabajo y abordar una técnica específica para eso. Trato de no aburrir ni aburrirme repitiendo el mismo recurso, se pueden hacer muchas propuestas diferentes con la carbonilla, pero también con la tinta, el lápiz, el color, la pintura… los soportes diferentes condicionan el resultado y las maneras de resolver con el material elegido.

13- ¿Cómo seguís planeando tu futuro inmediato? ¿Proyectos?

Si no tienes proyectos es porque llegaste al final del recorrido, creo que eso es peor que el pánico al vacío de una tela en blanco. De momento estoy trabajando en varios proyectos, en simultaneo mientras continúo produciendo trabajos de esta serie, se van intercalando unos y otros, dibujos, pinturas, tintas, grabados, etc. Ya estoy cerrando una serie “LOS MISERABLES”, se trata de imágenes
que representan la miserabilidad de una parte de la sociedad, una suerte de instantánea sobre los responsables de la miseria humana.

Hace rato quiero trabajar sobre cuentos de escritores argentinos, imágenes sobre textos de Borges, Quiroga, Arlt, Discepolo, Cortazar. También trabajar sobre refranes populares, dichos populares, pero cambiando la mirada o evidenciando el absurdo… “en boca cerrada… no entre nada” … “más vale un pájaro volando que cientos en la mano…” “un buen entendedor, necesita palabras…”

Su Trayectoria:

Artista Plástico argentino, nacido en Buenos Aires en 1.958 (64 años)

Un artista con un amplio recorrido académico y artístico que abarca desde técnicas de orfebrería, pasando por la escultura, el dibujo, el grabado, el mural y la pintura.
Fue docente y directivo de Educación Media y Técnica del Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Poseen Obras Suyas Importantes Colecciones Privadas Y Oficiales en El País:

Magistratura De La Municipalidad De Vicente López – Bs. As.-
Fundación Rómulo Raggio – Vicente López – Bs. As.-
Museo De Artes Visuales – Santa Rosa – La Pampa. –
Sec. De Cultura – Municipalidad De Avellaneda – Pcia. De Bs. As. –
Museo De Artes Visuales – V. Roberano – Quilmes – Pcia. De Bs. As. –
Sec. De Cultura – Municipalidad De Azul – Pcia. De Bs. As.-
Casa de la Cultura San Andrés de Giles, Pcia. De Bs.As. –
Museo De Bellas Artes Ciudad De Tandil – Pcia. De Bs. As. – MUNBAT
Museo De Artes Visuales de General Roca, Víctor Roberano – Río Negro. –
Museo López Claro De Artes Visuales de la ciudad de Azul, Pcia de Buenos Aires. –
Museo Guamán Poma de la Pcia de Entre Ríos. –
Museo de Bellas Artes F. F. Amador de Luján Pcia de Bs. As. –
Museo Quinquela Martin CABA –
Sala E. Saraco – municipio de Neuquén. –
Museo de Bellas Artes de Lincoln. MACLA
Municipio de Trenque Lauquen

Sus obras han sido exhibidas en innumerables sitios del País, y también ha exportado su arte fuera de Argentina a espacios oficiales y privados en Países como: JAPÓN, FRANCIA, PERÚ, URUGUAY, BRASIL, CHECOSLOVAQUIA, E.E.U.U, PANAMÁ y ECUADOR.

Con más de 200 exposiciones colectivas e individuales, Mauricio Nizzero continúa en constante actividad desde su taller ubicado en el barrio porteño de Saavedra, es allí mismo donde nos recibió y nos brindó ésta amena charla.

El Museo Nacional de Bellas Artes estrena la segunda temporada de “Pensamiento de artista”

Fuente: Argentina.gob ~ El ciclo reúne entrevistas a once referentes de las artes visuales del país, que puede verse en el canal de YouTube y la web del Museo.

El Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) presenta la segunda temporada de Pensamiento de artista, el ciclo original de entrevistas audiovisuales a creadores argentinos de relevancia y trayectoria que están disponibles al público en distintas plataformas digitales de la institución.

En esta oportunidad, el ciclo producido por el Museo Nacional de Bellas Artes incluye diálogos en profundidad con once grandes hombres y mujeres que han dejado su huella en la historia visual del país: Dalila Puzzovio, Luis Felipe Noé, Tulio de Sagastizábal, Leopoldo Maler, Pedro Roth, Elba Bairon, Diana Dowek, Elda Cerrato, Marta Minujín, David Lamelas y Fermín Eguía.

“Se trata de un ciclo de entrevistas inéditas a grandes artistas argentinos que nos brindan su enorme experiencia, sus reflexiones y su visión acerca del arte y la creación artística”, explica el director del Museo, Andrés Duprat.

En estos videos, de unos siete minutos de duración, los y las entrevistadas expresan sus ideas sobre diversos temas relacionados con su profesión, y responden preguntas del tipo para qué sirve el arte, qué significa ser artista o cuál es el vínculo entre arte y política, o arte y género. También reflexionan sobre cuestiones como el arte argentino, la formación y la enseñanza, la crítica, el éxito y el rol del espectador frente a la obra. En esta edición, además, cada autor rememora su vínculo con el Bellas Artes, elige su obra favorita y la comenta.

Las nuevas entrevistas de Pensamiento de artista están disponibles para el público en el canal institucional de YouTube y en la página web del Bellas Artes. También se compartirán en todas las redes sociales del Museo (Instagram, IGTV, Facebook y Twitter).

Esta segunda entrega del ciclo se suma a la edición de 2020, estrenada en el contexto de emergencia sanitaria global a causa de la pandemia, que tuvo a Julio Le Parc, Juan Carlos Distéfano, Norberto Gómez, Sara Facio, Marie Orensanz, César Paternosto, Eduardo Stupía, Delia Cancela, Manuela Rasjido y Roberto Jacoby como protagonistas.

Julio Le Parc y Guillermo Kuitca, dos maestros argentinos en Punta del Este

Fuente: Copyright Clarín by Mercedes Pérez Bergliaffa ~ El Maca (Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry) es una institución ubicada cerca de Manantiales, en Punta del Este (Uruguay). Comprende un conjunto de edificios construidos en torno a un parque escultórico de 40 hectáreas, y al taller del creador y dueño del museo y predio, el escultor Pablo Atchugarry, reconocido artista plástico que vive la mitad del año en Italia y la mitad en Punta, especializado en escultura en mármol.

Inaugurado por el artista en 2022, el museo –diseñado por Carlos Ott–, es impresionante: los espacios arquitectónicos de cada pabellón integran el paisaje a las muestras. Se trata, por lo tanto, de al menos dos registros actuando en paralelo, el de cada exposición y el de los paisajes, con fondos de colinas y esculturas interviniendo el horizonte, el cielo.

Es en los espacios principales del Maca –ubicados en una de las alas del complejo, en la otra puede visitarse el maravilloso estudio de escultora de Atchugarry y una exposición permanente con sus obras–, en donde pueden observarse actualmente tres muestras de gran formato: Entre dos líneas tenues, de Emil Lukas, más dos exposiciones de grandes maestros argentinos, Quintaesencia, del gran Julio Le Parc, y Desenlace, del conocido pintor Guillermo Kuitca.

El recorrido

La primera de las exposiciones comprende las tres primeras salas del Maca. Son obras en su mayoría bidimensionales, vinculadas a la imagen fotográfica pero con base en el dibujo y sus técnicas.

Sin embargo, algunos de estos trabajos fueron realizados sobre vidrio, tal como si se tratara de fotografías del siglo XIX o de placas de negativos del mismo siglo.

Con la atención puesta en la expresividad de las líneas y en las oscilaciones perceptivas entre los diferentes planos espaciales de las composiciones, Lukas explora la profundidad compositiva y hace un guiño a los lenguajes y disciplinas. Sin embargo, lo único importante sigue siendo la línea, siempre.

Siguiendo el recorrido del museo, la segunda exposición que puede verse es Quintaesencia, del mendocino Julio Le Parc: una exposición antológica con más de 80 de sus obras.

Curada por el Atelier Le Parc y bajo la dirección artística de Yamil Le Parc, la muestra comprende las series más significativas del artista. Se trata de la segunda exposición de Le Parc en Uruguay luego de aquella de 1967 en el Instituto General Electric (IGE), a un año de que el artista recibiera el Gran Premio en la Bienal Internacional de Arte de Venecia.

¿Pero de dónde proviene el nombre de la muestra? De Lorenzo Gigli, el profesor de Dibujo que tuvo Le Parc mientras cursaba tercer año de la Escuela preparatoria de Bellas Artes. Gigli comentaba a sus compañeros, cuando no estaba Le Parc: “Le Parc no dibuja los modelos, él dibuja su quintaesencia”.

El artista sostiene hoy en día que durante aquella época, ese comentario lo llenaba de orgullo. “Todavía hoy sería una inmensa satisfacción oír a lo lejos, a mis espaldas, la voz brusca del arcángel Lorenzo Gigli diciendo: ‘Las obras de Le Parc son la misma quintaesencia'».

Ahora, en el Maca, la primera sala de la muestra de Le Parc contiene sus obras cinéticas, realizadas con movimiento y con luz: los Desplazamientos, los Relieves, las Contorsiones y siempre la luz como rectora de las piezas: su espíritu.

De hecho, es el gran Continuel lumière mobile (1963-2013) el que recibe a los espectadores en la entrada de la muestra, junto a otrosContínuos-móviles como Continuel lumière boite N°3 (2/3 + 1AP, 1959-1965).

Y sí: hay que mencionar el inmenso y bello Continuel lumière cylindre (1962-2022), esa superficie circular en donde las luces crean efectos gracias al movimiento y al tiempo; gracias a la experiencia.

Las Modulaciones I y II (pinturas en blanco y negro y pinturas en color), las Alquimias y especialmente los Continuels-mobiles (Contínuos-móviles), abren y cierran el recorrido por la trayectoria profesional y vital de este artista experimental, inquieto, curioso, disruptivo y especial, agudamente inteligente.

Es posible observar la inmensa Esfera naranja (2019) en el hall del pabellón del museo, de 4,50 metros de ancho, conviviendo con la ondulación de las colinas uruguayas y los muros curvos del maca.

La exposición de Le Parc se completa con un área dedicada a la realidad e inmersión virtuales, paseos digitales por dentro de sus obras, en un pabellón del museo ubicado del otro lado del parque escultórico.

Kuitca, por primera vez

Mientras, la muestra Desenlace, de Kuitca, expone, también, una comprensión profunda y abarcativa sobre el artista. Se trata de la primera exposición de este artista en Uruguay.

Abarca series importantes dentro de su producción, como Nadie olvida nada, El mar dulce y Siete últimas canciones (pertenecientes a los años 80); obras de la serie El idiota de la familia (2018); y trabajos surgidos durante la pandemia, en los que aún continúa trabajando.

De todo el inmenso e importante conjunto de obras del artista presentes en Maca, vale mencionar la presencia de Siete últimas canciones (1986), una de sus obras más conocidas, y también de dos o tres momentos del recorrido por la muestra en los que es necesario, quizás, detenerse: los pequeños planos arquitectónicos desarmados, deshechos, como Congreso, 2 cámaras (2002) o L’Encyclopédie (seis partes, 2002) y Sin título (2019), vinculados al Teatro Colón.

La apenas esbozada serie de monocopias realizadas con óleo sobre papel, representando manos, manchas o árboles invernales, esqueletos tristes de madera seca (Sin título, 7 partes, de 2020). La vitrina conteniendo escenas pequeñas: lunas de eclipse doble, mares, océanos embravecidos, costas nocturnas, planos minimal de habitaciones (¿dormitorios?); la cargada paleta de pintor, y dos autorretratos: de frente y de perfil.

De frente, Kuitca superpuesto a un esquema, a un plano. Se trata, quizás, de un Kuitca nocturno que mira a los ojos concentrado, cansado. De perfil: un Kuitca reciente, prácticamente atisbando el mundo por el rabillo del ojo sin querer torcer el cuello. Es en esta vitrina de universos diminutos, en donde reside el secreto diario, las preocupaciones de un pintor huidizo, escondido: aquí están, las claves de aquello que lo desvela, que lo alucina o preocupa.

Pesadillas y sueños, a lo que tema y lo que lo alumbra: táctica y resumen de la vida de un pintor, su relación íntima y desafiante con la materia; décadas de recorrer y saber. Por eso, es en Sin título (El teatro de la pintura) de 2017, en donde es posible percibir el camino del artista, sus años de oficio, los kilómetros de tela pintada, la pesadez e intensidad de la pintura, la opresión, la mente, las estrellas y el ejercicio: un viaje al bosque y abismo de la pintura y la identidad de un artista. Es la intensidad de la materia que se cierra, se cierra. Y la cortina que indica: hay que salir a escena.

Semana del Arte

Las muestras del Maca se inauguraron como parte de la Semana del arte en Punta del Este, cuyo evento central es la feria de arte Este Arte. Con su edición novena, el evento –desarrollado este año en el Pavilion Vik de José Ignacio, un espacio de arquitectura contemporánea de líneas nítidas y materiales cálidos, con salida y vista al mar y a los maravillosos atardeceres de la zona, parte del exquisito proyecto La Susana–, dio lugar a galerías nacionales e internacionales que apostaron por artistas trabajando en claves contemporáneas.

Con mucha obra reciente y una menor presencia de trabajos históricos, la feria ofreció este año multitud cuidada de opciones para observar y comprar. Todas las galerías presentes –como Xippas, María Casado, Elsi del Río, Reginar collections, Zielinsky, Bensignor gallery, entre otras–, son interesantes, pero podríamos destacar, por su originalidad, dos proyectos: el de La Pecera, una galería uruguaya creada por un colectivo de artistas; y Artbag, estrella de la feria con las Fancy Monas–NFTs de Edgardo Giménez.

La solidez de Xippas –cuyos espacios y depósitos ubicados en medio de las colinas de Manantiales pesan por lo creativos y simples (sello de identidad local)–, corona una selección de galerías y obras completamente profesional.

El programa de charlas de la feria brindó un panorama internacional y culto: Cecilia Alemani explicó su trabajo como curadora de la Bienal Internacional de Arte de Venecia, Barbara London –fue curadora de video del Moma– habló sobre arte audiovisual, y Joanna Warsza comentó su trabajo como co-curadora del pabellón polaco-romaní en la última Biennale.

Desde Punta del Este, Uruguay

Antonio Seguí, el gran embajador del arte argentino

Fuente: Argentina.gob ~ El escultor, artista plástico e ilustrador cordobés nació el 11 de enero de 1934. Uno de los más importantes artistas argentinos del siglo XX, falleció el 26 de febrero de 2022.

El 11 de enero de 1934 nació en Villa Allende, Córdoba, Antonio Seguí, inventor de un universo único. Representó a nuestro país en la Bienal de Venecia, ganó decenas de premios internacionales y sus obras forman parte de casi 100 colecciones públicas en todo el mundo, entre las que se encuentran las del MOMA, en Nueva York; y las del Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou, en Francia.

Antonio Segui- Donación de sus obras al Museo Nacional del Grabado

A los diecisiete años emprendió su primer viaje a Europa, donde asistió como alumno libre a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid) y a la École des Beaux-Arts de París. Al visitar los museos europeos recibió influencias de Goya, Daumier y Gutiérrez Solana, entre otros.

Antonio Segui- Museo Nacional de Bellas Artes

Radicado en París, desde 1963, fue nombrado allí Caballero de la Orden de las Artes y las Letras por el gobierno y miembro de la Academia Europea de Ciencias, Artes y Letras de Francia.

Antonio Segui- Pintor- Carbolitografia- Museo Nacional del Grabado

Los hombres con sombrero son característicos de su obra integrada por litografías, fotograbados, aguafuertes, aguatintas, serigrafías, carbolitografías, linograbados y carborundum.

Antonio Segui-De la non violence- Litografia Color- Museo Nacional del Grabado

Algunas de esas obras, incluida una serie de 16 carborundums, fueron donadas por el artista al Museo Nacional del Grabado, donde integraron la exposición “Antonio Seguí. Grabados del patrimonio, colecciones y donación” presentada en el año 2020.

Antonio Segui- Hombre Urbano- Serie de esculturas La Familia Urbana- Imagen Jonathan Lewis

En 1988 creó el Centro de Arte Contemporáneo en el Chateau Carreras, Córdoba, Argentina. La serie de esculturas La Familia Urbana, realizadas en los años ’90, son un hito urbano de Córdoba y se encuentran emplazadas en distintos puntos de la capital provincial. Esculturas similares del artista también pueden encontrarse en espacios públicos en Colombia, Italia, Marruecos, Francia, Bélgica y Portugal.

Imagen portada: El Ojo del Arte. Foto: María Paula Zacharías

La vida en espiral de la artista Anna María Maiolino

Fuente: Copyright Clarín by Belén Papa Orfano ~ Nació en Italia, pero vivió en Caracas y en Buenos Aires, donde estuvo en pareja con Víctor Grippo. Hizo feminismo desde los márgenes y contra los cánones. Su muestra antológica permanece hasta febrero en el Malba.

Anna Maria Maiolino ha sido muchas cosas a lo largo de su vida, pero siempre artista. En el juego del fondo y figura buscó siempre ser figura. Con 80 años inauguró una muestra antológica dedicada a su obra en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba). Adelante, conozcan a la mujer que a su manera hizo feminismo desde los márgenes y contra los cánones.

Curada por Paulo Miyada, curador en jefe del Instituto Tomie Ohtake y curador de arte latinoamericano del Pompidou, la muestra es el resultado de tres años de investigación y muchas horas de conversación con la artista. Además, es un reencuentro, y para las generaciones más jóvenes una primera aproximación, de la artista con Buenos Aires donde vivió durante la década de los ‘80.

La artista ha pensado su vida como una espiral, con temas y problemas que fluyen y se retoman a lo largo de los años. Desde ese punto de partida se pensó la organización de la muestra que le escapa a la cronología, aunque resulta inevitable conocerla para que los porteños entremos en su mundo.La artista Anna María Maiolino. Gentileza La artista Anna María Maiolino. Gentileza

Anna nació en Italia en 1945, en el pueblo de Scalea. En medio de la pobreza de la posguerra la familia migra a Venezuela. En Caracas estudió en la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas donde adquiere una formación académica tradicional. Pero fue recién con la mudanza a Brasil en la década del 60 que conoce las tendencias y entra en contacto con la currícula de las vanguardias.

En Río de Janeiro se vincula con los artistas de la Nueva Objetividad Brasileña, aquellos que asumieron el compromiso de crear un lenguaje de opinión crítica a la dictadura que gobernaba. La expresión de ideas comprometidas nacerá en esta instancia y se mantendrá durante toda su carrera. Adopta tempranas posturas feministas que necesitarían décadas para ser comprendidas.

Miyada abre la muestra poniendo el énfasis en el «Yo», que aparece como una constante a lo largo de la carrera de Anna. Las obras a las que bautiza ‘mapa’s reproducen sobre en cuadrículas palabras claves de su vida. También crea los mapas del pueblo en el que nació, de la Italia quemada, desgarrada por la guerra que debió dejar y de Brasil partida.Entrevisdas, 1981. Las dificultades de la existencia, en una bellísima metáfora en blanco y negro. De Anna María Maiolino Entrevisdas, 1981. Las dificultades de la existencia, en una bellísima metáfora en blanco y negro. De Anna María Maiolino

Reafirmarse como artista, como mujer y como ciudadana de varios lugares son conceptos que aparecerán a lo largo de toda la exhibición. “El mapa es también territorialidad de vida, de cuerpo y espacio mismo”, comenta el curador.

Según Miyada, la predisposición de Anna de enunciarse como artista, madre, esposa, nómade, hija, abuela, amiga, brasileña, italiana, y tantos otros roles no siempre fue visto con buenos ojos por la crítica en Brasil. A mediados de los ’70 le destacaban que era una buena artista, pero le achacaban que no se involucrara con las narrativas de crítica política en tendencia.

La mujer «atrapada»

Anna se casa con su colega Ruben Gerchman. Cuando su marido consigue una beca se instalan con sus dos hijos en Nueva York. Allí ya no es Anna la artista, sino la esposa, la ama de casa, con un trabajo temporal. Un amigo le advierte que se está enfermando por no producir arte y la empuja a empezar a hacerlo en el escaso tiempo libre que le queda.

Surgen así sus trabajos con lapicera, composiciones de pocas líneas donde recrea escenas que tocan en algún aspecto su vida diaria. La mujer preocupada porque envejece, la mujer que es musa, el hombre como el portador de la mirada, la mujer atrapada como alegoría son algunos de los temas que aborda. “Son trabajos muy poéticos y testigo de las diferencias de género en un matrimonio heteronormativo tradicional”, explica Miyada.

La experiencia neoyorquina dura poca y a principio de la década del 70 Anna se separa y regresa a Brasil con sus dos hijos. Si hasta entonces había trabajado en temas políticos desde lo individual a partir de generar empatía desde una experiencia propia que permita una visión más compleja de la realidad colectiva, ahora se volcará a los problemas macropolíticos. El hambre, la pobreza, la dictadura, la violencia, la represión ingresan en sus obras y también abordará otros formatos como la fotografía y el cine.“Por un hilo”, la fotografía más conocida de la serie Fotopoemacciones de 1976. Foto: Regina Vater. “Por un hilo”, la fotografía más conocida de la serie Fotopoemacciones de 1976. Foto: Regina Vater.

Con el tiempo se enfoca en el aspecto manual del trabajo artístico y pasa a utilizar casi exclusivamente la arcilla. Desarrolla proyectos e instalaciones con gran presencia de este material dónde se observa la repetición de un gesto y la huella de la energía concentrada en la materia.

En la década del 80, Anna se instaló tres años en Buenos Aires. Llega al país por amor al ponerse en pareja con el artista Víctor Grippo, pero no consigue conectarse con el sistema artístico de la Argentina.

De esta época sobresalen dos cuestiones: por un lado una instalación inspirada en Madres de Plaza de Mayo, cuya historia le recuerda a la dictadura brasileña que también le tocó vivir; por otra parte, las obras que mezclan objetos y arcilla donde se distingue la influencia de su entonces pareja.

A modo de cierre Malba recreó la instalación Terra Modelada, una obra que la artista ha montado in situ en distintas ocasiones y que en cada lugar que se emplaza adquiere diferentes formas según el espacio.

Las pequeñas esferas aplastadas toman las paredes, forman líneas que escapan hacia distintas ángulos, se concentran y se expanden al mismo tiempo. «Es un trabajo que deja muy clara la preocupación de Anna por los gestos más sencillos y simples”, apunta el curador.

Ficha

Schhhiii…, de Anna Maria Maiolino
Dónde: Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415.
Cuándo: de jueves a lunes, de 12 a 20. Miércoles, de 11 a 20. Hasta el 20 de febrero.
Entrada: $900 (general).

Dieron a conocer a los ganadores bonaerenses de Arte Joven y Molina Campos

Fuente: Télam ~ Los Salones Provinciales bonaerenses de Arte Joven y Florencio Molina Campos dieron a conocer los ganadores del certamen anual impulsado por el platense Museo Pettoruti que celebra su centenario y que tendrá en febrero el acto de premiación e inauguración de la muestra de las obras premiadas.

Los ganadores de la edición 2022 recibirán tres premios adquisición de 300 mil y 450 mil pesos en cada categoría respectivamente, que se incorporarán al acervo del Pettoruti y que, así como las menciones, serán otorgados por el Instituto Cultural y las cámaras de Senadores y Diputados bonaerenses.

El Salón de Arte Joven -donde participaron artistas de 18 a 30 años con un jurado formado por Lucía Engert, Pablo Pérez Torres y Pierina Nochetti-, busca difundir y estimular la producción y la experimentación en artes visuales contemporáneas a partir de formatos innovadores.

Las obras premiadas fueron «Las ruinas de un imperio», de Julieta Reinaud Pavón; «Pared blanda», de Jael Caiero; y «Debajo de mis uñas, debajo de tu piel», de Eliana Quilla Sonko Juchani.

Mientras que las tradicionales menciones de honor Raquel Forner, Ernestina Rivademar y Edgardo Antonio Vigo correspondieron respectivamente a Pilar Cuevas por «Te quiero, pintura», Kevin Gastón Montenegro por «Me han velado tres veces y aún estoy aquí» y Alan Irastorza Jofré por «Souvenir»; al tiempo que hubo y dos menciones del jurado para «Se puede romper», de Ezequiel Chiodi, y «Traducciones vernáculas: relatos de renuncia», de Catalina Di Césare.

El Salón Molina Campos, que mira a las artes visuales desde una perspectiva ampliada de la diversidad del arte contemporáneo bonaerense, tuvo como jurados a Natalia Giglietti, Andrés Labaké y Clara Martínez. Los premios adquisición fueron para «El estanque», de Julieta Barderi; «Formas de Romper-Una Cuchara», de Mari Sanguinetti; y «Radar», de Valentín Asprella Lozano. Las menciones de honor recayeron sobre «Fui matando esta pasión», de Ale Tierno; «Piel», de María Santi; y «Eclipse», de Candelaria Palacios. 

Radar de Valentn Asprella Lozano
«Radar», de Valentín Asprella Lozano

El artista que hizo un mural de Messi en Palermo: «Supe que tenía que pintarlo levantando la Copa del Mundo»

Fuente: Copyright Clarín by Mara Resio ~ Es Maximiliano Bagnasco, que se hizo famoso por sus pinturas de Maradona. Su nueva obra está en la esquina de Darwin y Gorriti.

Cuando la Selección argentina de fútbol ganó el Mundial de Qatar, a más de 13.000 kilómetros, en Buenos Aires el artista Maximiliano Bagnasco (41) no salió a la calle a festejar porque quería ver las imágenes de los jugadores para elegir la que iba a pintar.

«Supe que tenía que pintar a Messi, con el bisht, levantando por primera vez la Copa del Mundo apenas lo vi, porque se diferenciaba de los otros mundiales. Es indiscutible que Messi ganó el Mundial de Qatar 2022″, cuenta Bagnasco en diálogo con Clarín.

El artista porteño, nacido en Saavedra, reconoce que recibió todo tipo de comentarios. «Hay gente a la que no le gustó porque no se ve la remera blanca y celeste», sostiene. Es que el bisht, una capa semitransparente fabricada con algodón de Japón e hilo de oro alemán, fue protagonista también de ese momento.

En territorio asiático, esta prenda se utiliza para rendir homenaje y demostrar aprecio a una persona de alto estatus. Su valor ronda los 2.000 dólares y hasta el abogado y miembro del parlamento de Omán, Ahmed Al Barwani, ofreció un millón de dólares por la capa.

Esa imagen de Messi con el bisht fue tan importante para Qatar que después de que Maxi empezó el mural el martes 20 de diciembre, no paró de recibir mensajes desde ese país. Además, lo entrevistaron de medios de allá y un jeque lo sorprendió poniéndole una capa que le trajo de regalo junto a un turbante.

«Me gustaría hacerle más cositas al mural, pero no se cuándo voy a poder. Por ahora queda así. Lo podría haber terminado el jueves pero se retrasó, porque fue mucha prensa de todo el mundo», dice. Este viernes logró agregar unos detalles.

Ya lo felicitaron miembros de la AFA y por ahora no habló con los jugadores. Confiesa que todavía se sorprende por el gran reconocimiento que le dan personas que «veía en la tele, miembros de bandas importantes y famosos». 

La locación que eligió Maxi para el mural fue la esquina de Darwin y Gorriti, en Palermo Hollywood. El dueño de un corralón de materiales se la ofreció y ya aparece como «esquina Messi» en Google Maps. En ese mismo lugar, en marzo pasado, había pintado a una mujer ucraniana herida durante el conflicto bélico con Rusia junto a la frase «No a la guerra».

Maxi Bagnasco cuando hizo una pintura contra la guerra en Ucrania. Foto Juan Manuel Foglia

Un mural soñado desde antes de ganar el Mundial

«Este año me preguntaban sobre el Mundial y un posible mural. Por lo que habia pasado en la Copa América, todos los argentinos sabíamos que íbamos a ganar, por eso me volví de Miami para ver la final acá y poder pintar», explica.

Maxi comunica a través de sus murales. Los que hace porque quiere, los financia él, que paga desde los materiales hasta el equipo que lo ayuda. Su fama mundial explotó desde el primer mural que hizo de Diego Maradona. Lo empezó el día que falleció, el 25 de noviembre de 2020. Desde entonces, puede elegir qué trabajos hacer.

Maxi Bagnasco frente a uno de los murales que pintó de Diego Maradona, en el Patio de los Lecheros. Foto Germán García Adrasti

«No me paran de llegar mensajes, tengo tantos desde que hice el mural de Messi que todavía no puedo contestar. Debo ordenar la agenda y solo tomar lo que me interesa y me suma como artista», reconoce. Cree que los próximos trabajos serán abocados más a la Scaloneta y al capitán argentino.

Futuros clientes ya le mostraron imágenes de Messi y Maradona con la Copa para que las pinte. «Diego siempre está presente para los argentinos, pero yo no quería pintar al 10 con Maradona para evitar las comparaciones. Son los mejores jugadores del mundo, pero diferentes», sostiene. 

Lo contratan para pintar murales y cuadros, y eso lo llevó a trabajar en Rusia, Kosovo, Estados Unidos e Italia. En la ciudad italiana de Pompeya hizo un mural de 12 metros de alto por 5 de ancho de Maradona joven, rezando y con la remera de la Selección. Maxi Bagnasco frente al enorme mural de Maradona que hizo en Canning. Foto Luis Robayo / AFP Maxi Bagnasco frente al enorme mural de Maradona que hizo en Canning. Foto Luis Robayo / AFP

«Vivo solo cerca de mi taller, que está en Villa Crespo. No tengo animales ni plantas. Preparé mi mundo para pintar y viajar. Tengo mi vida adaptada a mi arte», dice el muralista que empezó a dibujar a los 9 años.

Cuando sus padres se dieron cuenta de su interés por el dibujo lo llevaron a un taller de pintura de su barrio, Saavedra, al que él califica como un lugar lleno de arte. «A los 9 reproducía pinturas de Van Gogh y llegué a ganar un concurso. Después se publicaron mis dibujos en el diario de la zona. Fui a escuelas de dibujo conocidas, como la de Garaycochea, y sumado a eso, mis papás siempre me incentivaron«, explica sobre su largo recorrido profesional. 
El mural de Lionel Messi en Palermo El mural de Lionel Messi en Palermo

No sabe si soñó alguna vez con el éxito que tiene. Lo único que siempre tuvo en claro es que quería dibujar y se exigió para aprender más. Maxi dice que al principio dibujaba caricaturas y no pensó que iba a hacer murales. Se fue dando mientras hacía lo que le gustaba: «Siempre fui cambiando en el ámbito del arte», asegura.

Y reconoce: «Cada vez que hice algo me iba muy bien, como cuando daba clases presenciales y venían a estudiar personas del extranjero. O cuando armé el curso de Domestika (un portal de cursos ofrecidos por creativos) que se tradujo a seis idiomas. Ahora los murales superaron mis expectativas«.

La pasión, la constancia y luchar por su sueño lo impulsaron a este artista argentino a lograr sus metas. Y al igual que Messi, empezó desde muy chico a trazar quién quería ser y qué quería hacer. 

NS

Increíble: Una obra de arte de un árbol quemado en el campo

Fuente: InfoNews ~ Un objeto instalación del casi centenario Luis Felipe “Yuyo” Noé busca advertir sobre la peligrosa depredación de la naturaleza.

A menos de 100 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, exactamente 65,9 km, en parte de 35 hectáreas del Museo Campo Cañuelas, el artista Luis Felipe “Yuyo” Noé levantó su obra “Compleja Esperanza”, un objeto-instalación con un ejemplar forestal recuperado de la tierra y que se presenta en forma invertida con las raíces abiertas en la parte superior utilizando conceptos sobre su teoría del caos.

En el parque donde se emplazará la obra además de una abundante flora autóctona hay especies animales como pavos reales y ovejas. 

Noé, quien el próximo 26 de mayo cumplirá 90 años, llama caos a aquello “inasible que cambia más allá de nuestra consciencia”.

En su obra teórica desarrollo el concepto “Caos” teniendo en cuenta que el orden de lo vital es  “un estado permanente de transformación y en el momento en que parece instalarse en el tiempo como orden comienza un nuevo cambio”.

El objeto instalación de Yuyo Noé que ahora está en el interior, en el futuro va a convivir en el exterior con obras emplazadas en el parque escultórico como las de Gabriel Chaile, conocido por «Mamá Luchona» y Alexis Minkiewicz, quien trascendió por la obra de la afroargentina María Remedios del Valle, entre otros.

Un espacio cerrado que también contiene obras inspiradas en la botánica de las flores, es la sala temporaria con piezas de Adriana Bustos y Marcela Cabutti.

Desde el sábado último se incorporó un espacio nuevo de 1600 metros cuadrados donde se reúne la colección de la Fundación Tres Pinos con obras históricas de Carlos Alonso, Antonio Berni y Lineo Enea Spilimbergo, icónicas del siglo pasado.

En la presentación de “Compleja Esperanza” Noé contó que se sintió “desafiado” por esta nueva producción desde el comienzo, donde juega con las formas invertidas, los colores desafiantes y la mixtura de materiales donde rescata el bronce de las antiguas esculturas.

Karina El Azem, una de las artistas que trabaja para sumar su obra durante el 2023 en Museo Campo Cañuelas, dijo a Infonews: “Va a ser un mural con la técnica característica de mi trabajo a partir de patrones realizados con cuentas de plástico que escaneo y luego multiplico, combino y distorsiono por medios digitales indagando en distintas formas de geometría fractal e hiperbólica, con la computadora como herramienta de construcción. Por su textura, remite al telar, al trabajo típicamente asociado a las mujeres y al engaño fundacional de un elemento atractivo a la vez un artificio”.

El origen de Museo campo Cañuelas hay que buscarlo en la tarea del médico y coleccionista Ricardo Cádenas, quien pasó casi medio siglo comprando y apoyando al arte argentino y latinoamericano.

Cárdenas, su esposa Alicia y su hijo Rodrigo, desde la Fundación Tres Pinos, ya tienen en funcionamiento el Museo de Arte Contemporáneo de La Boca (Marco) y están construyendo el nuevo Museo de la Ilustración. Además, siguen trabajando para tener en Cañuelas el próximo año, un hotel-residencia para apoyar a los artistas emergentes, un programa educativo para acercar el arte a las niñeces.