Subastarán NFT con obras de grandes artistas como Leonardo Da Vinci

Fuente: Ámbito ~ El Museo Estatal del Hermitage, el segundo de arte digital más grande del mundo, junto con la plataforma Binance, lanzarán un área descentralizada de tokens no fungibles (NFT) donde subastarán versiones de las obras de arte emblemáticas de Leonardo da Vinci, Giorgione, Vincent Van Gogh, Wassily Kandinsky y Claude Monet.

Será a través de la colección titulada “Tu ficha se guarda en el Hermitage”. Habrá reproducciones digitales de “La Virgen y el Niño” de Leonardo da Vinci, “Judith” de Giorgione, “Lilac Bush” de Vincent Van Gogh, “Composición VI” de Wassily Kandinsky y “Corner of the Garden at Montgeron” de Claude Monet.

Pero, ¿Qué es un NFT? se trata de un criptoactivo que tiene como base un contrato inteligente. Cuando se trata de obras de arte implica que es un archivo único e irreproducible, es como tener un «original». También hay NFT de fotografías, sonidos o videos.

La subasta comenzó el pasado 31 de agosto y finalizará el 7 de septiembre. Cada obra tiene un precio base de u$s10.000 en BUSD. Hasta el momento las obras de Da Vinci cotizan 18 mil BUSD; Monet con 15 mil BUSD, Kandinsky de 12 mil BUSD y Van Gogh con 11 mil BUSD.

El director general del Museo Estatal del Hermitage, Mikhail Piotrovsky, firmó cada copia de la obra de arte individualmente. En el video, también señala la hora exacta de las firmas para amplificar la singularidad de las NFT.

Según el director general del Hermitage: “Las nuevas tecnologías, en particular blockchain, han abierto un nuevo capítulo en el desarrollo del mercado del arte, liderado por la propiedad y la garantía de esta propiedad. Esta es una etapa importante en el desarrollo de la relación entre persona y dinero, persona y cosa”.

«Arte rupestre en realidad virtual» ganó una convocatoria nacional

Fuente: El Diario de la República ~ Más allá de la cueva. Guillermo Heider, con uno de sus colaboradores. El científico se interesó en el arte rupestre dentro de la provincia y busca que el resto de los habitantes se involucren. Foto: Gentileza.

La provincia de San Luis tiene arte rupestre en gran parte de su geografía montañosa. Esto va desde las cercanías del Desaguadero hasta los Comechingones o desde Luján a Saladillo. Para compartirlo con turistas y puntanos interesados en la historia de los antiguos habitantes de este territorio, la UNSL presentó el proyecto «Arte rupestre en realidad virtual», una muestra interactiva que resultó ganadora de la convocatoria que lanzó el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y que le otorgó un subsidio para que se lleve adelante.

El proyecto, que comenzó a gestarse hace tres años, espera ser presentado en la primavera del año que viene, ya que el equipo de trabajo deberá ajustar todas las medidas técnicas para que la muestra se pueda visualizar en tres lugares diferentes: el Museo Interactivo de Ciencias “Contacto” de San Luis, el Parque Arqueológico Olongasta de La Rioja y el Museo de la Facultad de Filosofía y Letras “Prof. Salvador Canals Frau” de Mendoza.

Cuando se inaugure la muestra, que será coordinada por el canal UNSL TV y la asistencia científica del investigador del Conicet Guillermo Heider, los visitantes podrán observar el patrimonio como si estuvieran en el lugar de origen, sin provocar daños ni conjeturas.

Heider expresó que lo que se diseñó es una experiencia inédita para Argentina en cuanto al arte rupestre. «El modelo permite realizar un recorrido libre por el paisaje, con un guión científico en el que se puede escuchar todo lo que sabemos sobre el arte y se ofrecen marcadores que orientan la visión», agregó el profesional.

Según el científico, el objetivo es «llevar arte rupestre a la gente, a diferencia de la experiencia más común de que las personas vayan hasta él».

Guillermo afirmó que el arte rupestre tiene un valor y un registro muy importante en la provincia. «Hay muchas personas en San Luis que conocen y valoran sus representaciones rupestres. Siempre están atentos a la identificación de nuevos sitios y colaboran en las tareas científicas. Esto incluye al gobierno provincial, pueblos originarios, comunidades educativas, ONG, intendencias y propietarios de los establecimientos donde están los sitios», agregó Heider, quien trabaja desde el 2009 en la provincia y se mostró ansioso de compartir el proyecto con diferentes colegas.

Lanzan el primer concurso de arte que entregará premios en criptomonedas

Fuente: Clarín ~ Argentina lanzó la primera edición del Premio B·Arte, un concurso destinado a artistas de todo el país que ofrecerá 400.000 pesos para las obras ganadoras, con la particularidad de que serán otorgados en bitcoins.

Se trata de una iniciativa que tiene el propósito de insertar a la producción artística local en lo que parece ser una de las grandes transformaciones del mercado de arte, impulsada a partir de la fusión entre las criptomonedas y los NFT, la tecnología que permite certificar la autenticidad de una creación digital y diferenciarla de eventuales copias.

Hace cinco meses, las criptomonedas circulaban fluidamente en los mercados financieros pero permanecían ajenas al ecosistema del arte, tanto como los Token no fungible o NFT, el sistema que certifica la autenticidad de un activo digital y permitió licuar la preocupación que acechaba a los creadores de contenidos virtuales: cómo validar la autoría de una obra que a diferencia de un bien tangible puede multiplicarse en las plataformas sin que sea posible distinguir un original de sus múltiples imitaciones.

Todo cambió en marzo pasado cuando el artista estadounidense Beeple vendió por 69,3 millones de dólares una obra digital propia a través de la tradicional casa de subastas Christie’s, que por primera vez en su historia decidió aceptar criptomonedas como medio de pago para la transacción.

Desde entonces, no dejan de replicarse en el mercado de arte las operaciones concretadas con monedas virtuales y legitimadas a través del NFT que han dado lugar a una oferta heterogénea que alcanza otras expresiones además del arte, como la apuesta del CEO de Twitter, Jack Dorsey, quien validó con esta tecnología el primer tweet de la red que fue publicado el 21 de marzo de 2006 y lo vendió en 2.9 millones de dólares.

El NFT, en crecimiento

La muestra "Quantum", el 4 de junio de 2021. Foto AFP
La muestra «Quantum», el 4 de junio de 2021. Foto AFP

O el famoso meme «Disaster girl», una imagen de 2005 en la que se ve a una niña sonriendo con una casa en llamas al fondo. Esa chica, que se llama Zoë Roth y tiene ahora 21 años, decidió convertirlo en un NFT y obtuvo por su venta medio millón de dólares.

En la Argentina esta nueva experiencia tuvo algunos desprendimientos aislados como un videopoema realizado por Matías Buonfrate que se convirtió en la primera obra tokenizada del país o la criptoferia realizada en mayo pasado por el galerista Diego Trulls- pero se descuenta que se sumergirá en la tendencia, como lo evidencia el flamante lanzamiento del Premio B·Arte, que propone distinguir una obra de arte física y otra digital con el otorgamiento de 400.000 pesos en bitcoins, la criptomoneda fundante de este nuevo universo en el que el dinero pierde su condición tangible pero no su poder de compra.

La otra particularidad del certamen es que las creaciones ganadoras serán transformadas en NFT.

La iniciativa, impulsada por la ONG Bitcoin Argentina, pretende reconocer la producción artística y al mismo tiempo consolidar a las criptomonedas como herramienta de intercambio para las transacciones vinculadas al mercado de arte. Habrá dos categorías: por un lado arte físico -que incluirá esculturas, impresiones 3D, dibujos, pinturas y collages- y por el otro arte digital, es decir, imágenes digitales, videos o animaciones de corta duración máximo de un minuto. Y además de los dos premios de 400.000 pesos en bitcoins se contemplarán 300.000 para menciones.

El concurso​

¿Quiénes podrán participar? Artistas mayores de 18 años o colectivos de todo el país con una obra original que aborde el tema del concurso: «La descentralización disrumpe en el arte«, una consigna que según los organizadores propone «poner en evidencia la irrupción de las nuevas tecnologías que promueven la descentralización y la independencia económica con las artes plásticas como herramienta y lenguaje expresivo».

«El Premio se propone también aumentar la difusión y la comprensión de los NFT por parte de los artistas, de los coleccionistas y para que el público en general empiece a conocer las diversas aplicaciones que esta tecnología tiene para la vida no sólo financiera sino también en los distintos espacios de la sociedad y la cultura contemporánea -señala a Télam la artista Aída Pippo, una de las integrantes del jurado-. Las criptomonedas son una excelente herramienta para el comercio del arte«.

«Los trabajos seleccionados serán expuestos y guiaremos a los autores en la generación del NFT de su obra. Todos estos elementos serán de gran ayuda para que un colectivo, como es el artístico (donde la adopción de la tecnología es muy dispar), logre descubrir que, aunque un artista decida pintar al óleo con técnicas clásicas, la tecnología le abre una ventana a la sociedad global que afianza su independencia y lo conecta con el mundo, independientemente del mensaje o las herramientas propias», apunta la artista e ilustradora, que desde hace unos años investiga las nuevas tecnologías aplicadas al arte y su difusión.

¿Los artistas argentinos tienen interés por explorar estas temáticas o el concurso intenta funcionar como un disparador para que algunos comiencen a aproximarse y a reflexionar sobre un fenómeno que aún está inexplotado o en ciernes? «Los NFT nacieron en el 2017 casi como un juego, de la mano de los memes y del gaming y encontraron un impulso espectacular hace unos meses con la subasta de la obra monumental de Beeple, dicho sea de paso, un artista importantísimo del arte digital y multimedia. A partir de allí han proliferado plataformas, market places y artistas que exploran estos nuevos lenguajes. La Argentina no es la excepción. Tenemos muchos artistas en el país vendiendo sus obras e incluso algunas plataformas de desarrollo local», analiza Pippo.

Otro de los miembros del jurado e impulsores de la iniciativa es Alberto Echegaray Guevara, un empresario y artista que se hizo conocido durante la Bienal de Venecia de 2019 cuando presentó una obra conceptual consistente en tres esferas rellenas con dólares triturados y 250 bitcoins auténticos que fue comprada en esa moneda por un coleccionista y hoy vale más 8.5 millones de dólares. «Las criptomonedas son solamente una resultante de esa revolución exponencial de la tecnología que se está dando en todo el planeta», indica a Télam.

«Beeple ha sido un ejemplo dentro de toda esta locura de los NFT. Es muy interesante porque mucha gente se pregunta por qué un artista que no es conocido puede vender una obra a 69 millones de dólares en una casa de subastas tan importante. Puede no ser tan conocido en ciertos ambientes del arte pero si lo comparamos con un Jeff Koons que tiene de repente menos de 400 o 500 mil seguidores en plataformas de redes sociales, Beeple sobrepasa los dos millones, o sea que representa a una cantidad de nuevos coleccionistas que están revolucionando el arte digital, que es donde no existen límites», señala.

Los premios de B·Arte 2021

En las bases y condiciones del flamante premio se establece que las obras no podrán ser «efímeras», y que no se admitirán «performances, happenings, intervenciones del espacio ni obras realizadas con materiales perecederos, así como no se aceptarán obras que ofendan la susceptibilidad del público ni obras que incluyan imágenes con derecho de autor diferente del autor de la obra».

Estos requerimientos parecen una estrategia para «frenar» muchos de los artilugios que definen al arte contemporáneo y que muchas veces despiertan debates acerca de si lo exhibido responde a una obra artística o es un mero fraude o gesto de provocación, como ocurrió en torno a la obra «Comediante» del artista italiano Maurizio Cattelan o la «escultura invisible» que otro italiano -Salvatore Garau- vendió recientemente en más de 18.000 dólares.

Premio B·Arte
Premio B·Arte
  1. Adquisición de Arte Físico ARS $400.000
  2. Adquisición de Arte Digital ARS $400.000
  3. Dos Menciones no adquisición de ARS $30.000 cada una

La participación es gratuita y para inscribirte y obtener más información se puede ingresar acá.

Criptoarte. Archivos digitales que valen millones

Fuente: La Nación ~ “Una nueva era”. Eso anunciaba el 11 de marzo último Christie’s, una de las casas de subastas más importantes del mundo, tras haber vendido por 69,3 millones de dólares una obra digital asociada con términos hasta entonces casi desconocidos para el público masivo: NFT y criptoarte. En pocos meses se comprobó que no se trataba solo de una estrategia de marketing, y que algo nuevo vinculado con las criptomonedas estaba desafiando las reglas del mercado. Lo que falta todavía es comprender un fenómeno complejo que aspira a cambiar paradigmas y que tuvo este año un crecimiento vertiginoso, cuyos hitos se detallan a continuación.

“Creo que es un momento histórico no solo para el arte digital, sino para todo el mundo del arte”, advirtió el diseñador estadounidense Mike Winkelmann, alias Beeple, autor del de imágenes que publicaba a diario online desde 2007, cuando su obra salió a remate virtual a fines de febrero con una base de cien dólares. En apenas diez minutos, las ofertas alcanzaron el millón. Y se multiplicaron días más tarde desde once países, ante una audiencia de 22 millones de personas que casi hace colapsar el sitio de Christie’s, hasta convertirla en la tercera más cara vendida por un artista vivo.

Poco después se supo que el comprador de Todos los días: los primeros 5000 días era un misterioso inversor de criptomonedas que se hace llamar Metakovan, y que había pagado con ether desde su billetera digital. “Con la blockchain, la tecnología ahora permite garantizar la propiedad y los verdaderos límites del trabajo digital, así que creo que no solo vamos a ver una explosión de nuevas obras, sino también de nuevos coleccionistas”, explicaba Beeple en referencia a la posibilidad de hacer lo que él hizo: asociar una obra con un NFT (token no fungible), una tendencia que viene creciendo desde 2017.

¿Qué es eso? Un certificado de titularidad y autenticidad, único e irreproducible, registrado en la blockchain (cadena de bloques que funciona como un libro contable, público e inviolable, en la que se basan las criptomonedas). La mayoría los crea (o “mintea”, según la jerga de los expertos) en la blockchain ethereum porque permite el uso de contratos inteligentes, cuyas condiciones se activan de manera automática cuando se cumple lo acordado. Esto permite acceder a la historia del NFT: quién lo creó, quién lo posee y todos los movimientos que se hicieron con él desde que fue creado. Incluso se puede estipular por ejemplo el pago de un porcentaje al artiscollage ta cada vez que la obra se revenda.

Con la noticia del récord y la difusión masiva de ese potencial, el FOMO hizo el resto. Es decir, el Fear Of Missing Out o “miedo de estar perdiéndome de algo”. La oferta se disparó ante la creencia de que era posible ganar sumas millonarias vendiendo una obra de arte asociada con un NFT, y hubo también inversores que apostaron a comprar obras con la esperanza de revenderlas por un precio mayor. La especulación se ve favorecida por el hecho de que el NFT es un archivo único –lo que genera “escasez digital”–, cuyo valor está vinculado con criptomonedas que responden a la lógica financiera.

“Al comprar arte se hace también una inversión, porque la obra mantiene el precio en criptomoneda. Cuando yo empecé a vender NFT, hace un año, el Ether equivalía a unos 300 dólares; ahora, a 2000”, señala Clarupan, artista argentina de 24 años que llegó a vender hace diez meses una obra por 1,2 Ether en la plataforma Knownorigin. Para “mintearla” pagó el equivalente a unos 60 dólares.

Esa posibilidad de independencia atrajo a muchos artistas, que fueron generando comunidades para resolver las dificultades que se les iban presentando. Así nació por ejemplo en junio de 2020 Cryptoarg, grupo que integra Clarupan y que surgió de manera espontánea en la plataforma Discord. “Una de las metas es educar sobre el tema, la finalidad es compartir información. Estamos alejados de la intención de venta, no somos una galería ni representamos artistas”, aclara Julián Brangold, artista de 32 años quecomparteconcolegaseseespacio virtual con cuenta en Instagram (@cryptoarg_) y un sitio web en construcción. “Cuando empezás en este mundo en forma individual es muy difícil –advierte-. Muchos pensaron que se metían y se hacían ricos pero no es así, para nada”.

Además de ofrecer sus obras en plataformas como Superrare y Async, donde vendió una hace seis meses por el equivalente en ether a 3528 dólares, Brangold está representado por Diderot.art y fue convocado por esta galería virtual para seleccionar, junto con la curadora Stefy Jaugust, lasobrasnftqueincluiráenoctubre por primera vez en una muestra.

Ferias, museos y hologramas

En la Argentina también se lanzó en mayo una “criptoferia” de arte y la galería Zurbarán ofrece en Opensea una animación NFT de Agustín Viñas, mientras que Ruth Benzacar propone “capitalizar la tecnología segura de Blockchain” de otra manera: para “tokenizar” solo los certificados de las obras físicas.

Incluso hay museos de criptoarte entre los cuales se destaca el MOCA, al que se donaron el mes pasado obras NFT inspiradas en la famosa Cabeza de oso de Leonardo da Vinci, su dibujo más caro. Y este año nació el MALA, dedicado a un centenar de obras de artistas latinoamericanos, que en realidad funciona como una galería. “Tenemos pensado abrir tiendas físicas chiquitas en Miami, Buenos Aires, Lima y Ámsterdam, para exhibir las obras en pantallas gigantes y con realidad virtual –dijo desde Perú a LA NACION Juan Pablo Papaleo, uno de los dos argentinos que participan del proyecto-. También queremos exhibirlas en las pantallas de Nomad, una cadena de hoteles que estamos por lanzar”.

En forma paralela el equipo de Uxart –responsable de proyectos de arte y tecnología como la intervención del Obelisco con obras de Julio Le Parc en 2019, un museo virtual con realidad aumentada y geolocalización lanzado el año pasado junto a IBM y el festival digital Xreal en la Isla El Descanso– trabaja ahora en la creación de su propia colección de arte NFT –que incluirá obras de varios artistas cinéticos, como Gyula

Kosice y Cristian Mac Entyre– y en el prototipo de Holox, un sistema que permitirá convertir arte digital en holograma vía streaming on demand. Eso significa que en la propia casa, como hacemos con Netflix o Spotify, se podrá elegir qué obra ver en forma de holograma.

Esa tecnología promete dar una respuesta a la inquietud de muchos coleccionistas: “¿Para qué voy a pagar por una obra que está disponible online? ¿Para verla también en la computadora?” Esto último preguntó una alumna del reciente curso impulsado por Malba: “¿Qué es el criptoarte? Introducción al arte en la era de la tokenización”. Ese otro interrogante, el del título, fue tal vez el más complejo que enfrentó el profesor, Juan Cruz Andrada, que también da clases en la Universidad de San Andrés y es egresado en Artes de la UBA. “El criptoarte es un concepto en construcción, en disputa. Todavía no hay consenso sobre lo que significa”, señaló a

LA NACION, y observó que sería un error limitar su definición al asociarlo solo con una estética, con un sinónimo de NFT o con un sistema de distribución de obras de arte digitales. “Es un término más de marketing, que ayuda a simplificar conceptos –opina-. Pero las generalizaciones esconden problemas”.

Aunque reconoce que “la discusión sobre su definición concreta aún está activa”, el grupo Cryptoarg arriesga una en Instagram, al definir el criptoarte como “un ecosistema conformado por artistas, coleccionistas y plataformas de compra y venta de obras de arte digital en la blockchain”. Aclara, sin embargo, que también existe “un movimiento estético llamado criptoarte que se autodefine por ser nativo de la blockchain y tratar temáticas relacionadas al cripto”.

Es decir: algunos artistas usan la blockchain sólo como soporte, y otros se inspiran además en ella como tema de sus obras. Y están, también, los que más le interesan a Andrada: aquellos que aprovechan el potencial de esta tecnología para sus búsquedas estéticas o conceptuales. Hay quienes realizan por ejemplo obras que cambian con el tiempo de manera autónoma; como Timeless, de Brangold, que incluye la representación de una escultura que se entierra y vuelve a emerger cada mes.

Mientras se elabora una posible definición consensuada, hay otros problemas más graves a resolver. Entre ellos el impacto ecológico que produce el sistema criptográfico, por la cantidad de energía que consume; esto está incentivando el uso de los Tezos, criptomoneda que demanda un décimo del consumo de ether. También están abiertos los conflictos sobre derechos de autor, ya que hubo casos de copias de imágenes “minteadas” como originales. E incluso la posibilidad de que una plataforma se funda, y con ella el servidor donde se guardan las imágenes “tokenizadas”.

¿Algo de eso podría hacer explotar una “burbuja” similar a la de las empresas puntocom? “El mercado se disparó a principios de año y ahora está a la baja. Pero creo que va a decantar, quedarán las mejores propuestas y traerá cambios de paradigma profundos”, opina Andrada, quien sugiere seguir los movimientos de ventas desde el sitio cryptoart.io. En cuanto a la búsqueda de crear un sistema abierto y descentralizado, sin intermediarios, su opinión también es moderada: “Para vender obras hay dos tipos de mercados: con invitación y sin invitación –señala, en referencia a plataformas como Superrare, Async.art, Opensea y Rarible–. Las galerías que buscan exclusividad terminan construyendo valor. Con lo cual se replican los circuitos de legitimación del arte tradicional, en los cuales no es fácil entrar”.

Premian con casi un millón de pesos un proyecto de arte rupestre virtual gestado en San Luis

Fuente: Ámbito ~ “Arte Rupestre en realidad virtual”, una iniciativa innovadora por su carácter inclusivo y su propósito de proteger el patrimonio cultural de los pueblos indígenas de Cuyo, resultó ganadora de una convocatoria lanzada desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, que otorgará un subsidio de casi un millón de pesos destinados a generar un circuito de turismo sustentable que permita acceder a las culturas originarias sin poner en riesgo la supervivencia de su legado.

El proyecto, que resultó ganador en la región tres -integrada por las provincias de Mendoza, San Juan, La Rioja y San Luis-, consistirá una muestra interactiva, en realidad virtual inmersiva, de sitios arqueológicos con arte rupestre que tendrá lugar paralelamente en el Museo Interactivo de Ciencias “Contacto” de San Luis, el Parque Arqueológico Olongasta de La Rioja y el Museo de la Facultad de Filosofía y Letras “Prof. Salvador Canals Frau” de Mendoza. El desarrollo será liderado por la Universidad Nacional de San Luis y recibirá un subsidio de $993.750.

Cuando se inaugure la muestra, que será coordinada por UNSL TV con la asistencia científica del investigador del Conicet, Guillermo Heider, los visitantes podrán observar el patrimonio como si estuvieran recorriendo las cuevas donde se alojan, sin provocar los daños que la visita humana suele producir en estos sitios de valor arqueológico.

En diálogo con Télam, Heider manifestó que el proyecto, seleccionado entre las 152 propuestas nacionales que se presentaron a la convocatoria “Proyectos de Cultura Científica”, es innovador, «ya que no hay otro parecido en el país y demuestra que desde el interior se puede pensar y ejecutar algo que puede alimentar otras experiencias en el país”.

Además, por su impronta inclusiva que busca “autenticidad en la voz de la comunidades locales” y la suma de lenguajes para hipoacúsicos, la iniciativa promete abrir un campo inexplorado en el turismo sustentable, reclamado por los pueblos indígenas, sin poner en riesgo la supervivencia de su legado cultural.

Para Heider, la idea es “ser capaces de volver a hacerlo, vinculándolo con otros patrimonios y que sea reproducido a cualquier escala, por municipios, provincias o Nación”, partiendo de una “experiencia sólida”.

El científico explicó que el proyecto es de gran valor para la provincia, por la cantidad de sitios con los que cuenta. Del relevamiento se desprende que hay en San Luis “sitios muy conservados y otros no tanto, donde la mano del hombre a través del fuego o las pintadas de consignas políticas han hecho estragos por falta de conciencia patrimonial”.

San Luis cuenta con “variedad de formas y estilos de representación que van desde figuras geométricas que recrean telares, ponchos o guardas hasta figuras antropomorfas y de plantas, todas ellas en dos técnicas que son el grabado y la pintura”, explicó Heider.

“Asimismo hemos podido relevar el remarcado de las figuras de acuerdo a los grupos circulantes sobre pinturas ya hechas, donde varía el color de la pintura entre el blanco y el rojo”, lo que demuestra que los diferentes grupos “conservaban” su patrimonio a través de la remarcación.

Sobre el concurso ganado, la directora de UNSL TV, Silvina Chaves, sostuvo que para el canal es una satisfacción y un desafío ya que “demuestra una potencialidad comunicacional, creativa e innovadora y nos impulsa a continuar trabajando en pos de fortalecer la comunicación de la ciencia que se hace en nuestra Universidad, para acercar la ciencia a públicos diversos”.

“Es muy difícil proteger lo que no se conoce y este proyecto tiene por finalidad acercar el arte rupestre a la sociedad, tanto en el arte público generado en las grandes cuevas como en el privado realizado en pequeñas grutas donde los ancestros pintaban los techos acostados en el lugar”.

Según Chaves, el premio permitirá, además la vinculación con los pueblos originarios de la región, la recuperación de de imágenes que han desaparecido por el tiempo al avistaje del ojo humano y un trabajo científico interinstitucional con el Conicet que le agrega mucho valor al desarrollo”.

El equipo de trabajo está integrado por veinte profesionales y cuenta con la participación de “arqueólogos, fotógrafos, redactores, un locutor, sonidistas, diseñadores y programadores” que utilizarán “la inmersión de la realidad virtual” como herramienta educativa de “alto impacto” para explorar en detalle el arte rupestre de los sitios.

Dibujo digital y tabletas gráficas: un mundo de posibilidades

Fuente: La Voz ~ Las tabletas digitalizadoras son una herramienta muy utilizada a la hora de ilustrar. Estos dispositivos permiten un sin fin de posibilidades para llevar a cabo ilustraciones de todo tipo. Smarts Tienda Tecno presenta algunos de los mejores modelos del mercado. Smarts Tienda Tecnomiércoles, 28 de julio de 202100:00 hs

Miles de pinceles de todos los trazos, grosores y durezas. La posibilidad de cambiar o borrar infinitas veces…. Un mundo de posibilidades se abre paso con las tabletas gráficas o digitalizadoras que en los últimos años se convirtieron en las favoritas de artistas visuales, diseñadores y tatuadores.

Como si esto fuera poco, estas herramientas no son únicamente para uso profesional. Gracias a su fácil conexión, generalmente mediante un puerto USB únicamente, suelen ser utilizados por principiantes, gente que ilustra por hobbie y hasta niños.

Desde Smarts Tienda Tecno, empresa cordobesa especialista en el rubro, destacan que como en todo tipo de insumos tecnológicos, existe una amplia gama de posibilidades a la hora de comprar las tabletas tecnológicas.

Por eso, presentan algunos de los mejores modelos del mercado con sus características técnicas y modos de uso.

XP- PEN STAR G640: es un periférico súper económico con prestaciones excelentes para quienes busquen sumergirse en el mundo de las tabletas digitalizadoras. Con un diseño de apenas 2 mm, se convierte en una herramienta ideal para llevar a todos lados.

Su diseño compacto la vuelve perfecta para trasladar.(Foto Smarts Tienda Tecno)

Posee un área de trabajo activa de 6×4 pulgadas y 8192 niveles de sensibilidad. Uno de los datos más llamativos es que su lápiz funciona como tal ya que no utiliza batería ni carga de ningún tipo.

XP- PEN – DECO 01V2: se trata de una tableta gráfica que viene con un área de trabajo de 10×6.25 pulgadas. El lápiz permite una inclinación de hasta 60 grados lo que ofrece líneas y trazos más suaves y naturales. La diferencia más importante con la DECO 01, es que la V2 admite conexión con Android 6.0 y superiores. Este modelo de XP- PEN presenta ocho teclas personalizables para atajos de comandos configurables en una gran cantidad de softwares.

Sus atajos laterales la destacan en funcionalidad y estética.(Foto: Smarts Tienda Tecno)

XP-PEN DECO PRO MEDIUM: es una tableta digitalizadora profesional galardonada por su estilo, diseño y funcionalidad. Con un diseño sobrio y elegante este modelo tope de gama de XP-PEN es uno de los favoritos de ilustradores y diseñadores de todas partes del mundo.

Con su innovador diseño de doble rueda ubicado en su lateral izquierdo, brinda acceso a un espectacular trackpad con rueda mecánica y digital.

A la XPEN Deco Pro Premium la distingue su puerto USB C . (Foto: Smarts Tienda Tecno)

La Deco Pro es la primera tableta digitalizadora que viene equipada con puerto USB del tipo C. El área de trabajo de la versión Médium es de 16 x 5 pulgadas. En cuanto a la versión Small posee un área de trabajo de 9 x 5 pulgadas.

Smarts Tienda Tecno: Faustino Allende 645. Whatsapp al 3516819000 / 3517403888. www.smarts.com.ar. Envíos gratis a partir de $20.000.

Podrían vender el Coliseo Romano en formato digital

Fuente: La Nación ~ En 1961 el mítico cómico italiano Totó, en una comedia titulada Totótruffa 62, le trataba de vender a un norteamericano la Fontana de Trevi. Hoy, con tecnología digital, podría hacerlo y no sería una “truffa”, una estafa. Ya en junio pasado el Museo de los Uffizi se convirtió en el primero en vender una copia digital de una obra de arte, el conocido Tondo Doni, de Miguel Ángel. Y ahora un grupo italiano propuso hacer lo mismo con el Coliseo, el antiguo anfiteatro Flavio emblema de Roma, según reveló el diario La Repubblica. Y la noticia dio la vuelta al mundo. Lo harían “sin tocar una sola piedra y dejando su propiedad al Estado italiano”, aseguró un colectivo de artistas, filósofos, curadores y políticos, entre los cuales se encuentran Alex Braga, Federico Federico Clapis, Andrea Colamedici, Serena Tabacchi y Alessandro Fusacchia, que aseguró que su objetivo es divulgar e incentivar la hibridación entre arte y tecnología digital. “Estamos en el comienzo de una nueva era y como siempre el arte nos está abriendo un camino. Hagamos del gemelo digital del Coliseo el inicio de una nueva historia económica y cultural”, explicaron en una carta.

¿Cómo podría venderse el Coliseo en forma digital? A través de tecnología NFT, es decir, Non Fungible Token, que garantiza la unicidad de un archivo para “replicar” objetos, una obra o un monumento y que recientemente ha abierto nuevas perspectivas para el arte digital. Fue lo que pasó con Tondo Doni. Entonces, una start up florentina llamada Cinello realizó una copia digital de altísima definición, que luego fue autenticada con Blockchain, la tecnología en la que se basan las criptomonedas, para transformarlo en un NFT, Non Fungible Token. Es decir, una obra única y, por lo tanto, de inmenso valor. Y la copia fue vendida por los Uffizi en 240.000 euros. La mitad de esa suma quedó en manos del museo florentino.

“Los NFT están teniendo un éxito notable para el arte que nace digital”, escribió Riccardo Luna en La Repubblica, que recordó que en marzo pasado la casa de subastas Christie’s vendió por muchísimo más dinero, 69,3 millones de dólares, el NFT de Everydays: The First 5000 Days, obra realizada por un artista llamado Beeple que durante 5000 días, cada día realizó imágenes digitales, que luego compuso en un cuadro. La persona que ganó la subasta no compró ese cuadro, sino el file digital autenticado que dice que esa copia es única.

Lo cierto es que con el inmenso patrimonio artístico, paisajístico y cultural que tiene Italia, comenzar a vender en versión NFT monumentos como el Coliseo o la Torre de Pisa, paisajes como la costa amalfitana, podría convertirse en un enorme negocio. Aunque no existen cálculos confiables, porque se trata de un mercado recién nacido, también presente en otros sectores. En los Estados Unidos, por ejemplo, la NBA vende los NFT de las jugadas más espectaculares del básquet; y en Italia los nuevos sponsors de clubes como Inter y Roma también prometieron comerciar NFT de imágenes de sus futbolistas.

Hace unos días el ministro de Cultura italiano, Dario Franceschini, luego de admitir que los NFT son muy nuevos y que “nadie hasta ahora conocía sus potencialidades”, adelantó que pronto su cartera dará a luz lineamientos como para que todo el mundo, incluso museos, que hasta ahora se movieron individualmente, sepa cómo actuar. “Estamos estudiando cómo dar indicaciones, incluso para futuras licitaciones, para garantizar la máxima transparencia y las máximas entradas para el Estado”, dijo Franceschini. “Hay que entender cómo se puede tutelar el interés público y no daremos exclusivas”.

El grupo que propuso vender el Coliseo no oculta su entusiasmo. “Con los NFT podríamos valorizar el patrimonio artístico sin moverlo de un centímetro, sin cláusulas vejatorias y aumentando la experiencia de lo real con la emoción digital”, escribió. Y preguntó: “¿Nos imaginamos todo lo que un país como el nuestro podría hacer si interceptara y guiara esta revolución?”. Habrá que ver.

No todo son viajes al espacio: el arte crece como inversión alternativa de los millonarios más innovadores

Fuente: Cronista ~ Algunos de los empresarios más importantes del mundo tienen como ocupación «alternativa» la compra de grandes obras, muchas de las cuales donan o prestan a los museos.

En la Argentina lo fueron Antonio y Mercedes Santamarina, que llegaron a vender campos para comprar arte; luego Mario Hirsch, la cabeza del grupo Bunge & Born, que regalaba a la gente que trabajaba con él obras de Molina Campos. 

También Amalita Lacroze quien compró la obra más cara en su momento, en 1980, en 7 millones: el fabuloso Turner que puede verse en Puerto Madero en la Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat.

También formó una extraordinaria colección de impresionistas y de pintura argentina Carlos Pedro Blaquier y en los últimos años Eduardo Costantini ha iniciado una importante colección de arte Iberoamericano que se puede ver en su Malba.

Hoy las grandes galerías de arte y las casas de subasta buscan pinturas y esculturas que les dejen buen margen de ganancia, y en general son obras que superan los 50 millones. Luego de tenerlas en consignación comienzan a ofrecerlas a unos 30 compradores que están dispuestos a invertir esa suma en una sola obra de arte.

La mayoría de estas operaciones se realizan privadamente y no se conocen, pero otras que van a subasta sí permiten saber el vendedor y el comprador en muchos casos.

La señora Alice Walton, heredera con sus dos hermanos de Walmart, compra tanto para su colección privada como para el museo que ha formado en Texas. Ella compró una obra de Rauschenberg en 88 millones y una «Flor» de Georgia O’Keeffe en 44 millones.

El creador de Amazon, Jeff Bezos, acaba de donar 200 millones al Museo del Arte y Espacio en Washington y se compró un Ed Ruscha en 52 millones. Además parece que está comprando mucha obra de autores americanos.

Francis Bacon realizó 26 trípticos en su vida, y uno que tenía como personaje a su amigo y colega Lucian Freud, ofrecido en 2014, lo compró Elaine, ex esposa del magnate de los casinos Steve Wynn, en 145 millones. Este año salió a la venta uno que era de una colección noruega y se vendió en 85 millones.

Hay grandes compradores que viven en Suiza y Turquía, pero permanecen en el anonimato. El Señor Patrick Drahi no sólo compró en 3500 millones de dólares la casa de subastas Sotheby’s, sino que también está comprando obras de importancia, como hace también François Pinault, el dueño de Christie’s. Es lógico ya que aquellos que vendemos arte debemos dar el ejemplo y siempre comprar.

Kenneth Griffin compró en 500 millones un Pollock y un De Kooning, pero no los llevó a su casa, los prestó al Instituto de Arte de Chicago.

El japonés Yusaku Maezawa compró dos Basquiat en precios récord, de 103 millones y 50 millones, luego desapareció del mapa y a fines del 2019 vendió su parte en su empresa, en 2800 millones, y ha vuelto a comprar obras de arte.

El más fuerte comprador chino, vive en Taiwán y se llama Pierre Chen. Muchas operaciones privadas realiza Steven Cohen, que no sólo compra sino que también vende en valores que superan los 100 millones. Otro fuerte comprador es Leon Black quien pagó 120 millones por «El Grito» de Munch.

En los ochenta los grandes compradores fueron los japoneses, como el señor Saito, que en dos días invirtió 180 millones en un Van Gogh y un Renoir, siguiendo los pasos de la compañía de seguros Yasuda que pagó 40 millones por unos girasoles del artista, que creo fueron el puntapié inicial de estas décadas doradas del mercado de arte.

Hoy los grandes compradores son los árabes y los chinos, que son los que sostienen el mercado de arte.

El espectador de la obra de arte, de rodillas ante un “nuevo dios”: la tecnología

Fuente: La Nación ~ Hay algo de ritual y de misterio en esta acción. Una mujer se ubica en el reclinatorio. Sus rodillas están sobre el almohadón y su mirada, atenta y elevada, se dirige al frente. Un mensaje escrito para una sola y específica destinataria se escribe a toda velocidad en un tablero digital, similar al de los aeropuertos donde se anuncian los arribos y las partidas. “Ningún hombre vivirá plenamente para ser útil a los demás”, arroja el algoritmo en la pantalla. ¿De qué modo interpretará la visitante el efímero aforismo que pronto se esfumará? ¿Lo asociará a su vida? ¿Creerá que una señal yace bajo esta idea o, escéptica, la desechará? El artista Mario Klingemann (Alemania, 1970), pionero en la utilización de la inteligencia artificial (I.A.) en las artes plásticas, propone esta instalación en el espacio Colección SOLO donde nuevos públicos se acercan a esta expresión que genera debates entre apocalípticos e integrados, entre puristas y desprejuiciados.

En la Puerta de Alcalá, a metros de uno de los principales accesos al Parque del Retiro, un museo privado, de entrada gratuita, ofrece la experiencia multidisciplinaria llamada Still Human. ¿De qué modo reaccionamos ante la novedad? Klingemann es uno de los artistas que integra esta exhibición, un recorrido guiado por una excelente guía argentina, que comienza con Appropriate Response [Respuesta adecuada], la videoinstalación interactiva del creador alemán que pone en evidencia cuál es el poder de las palabras. La pieza explora la idea de autoría, en este caso, artificial.

“La obra, que hace un guiño al espectador pidiéndole que se arrodille ante ese «nuevo dios» que es la tecnología, defiende que sin las personas al otro lado, la tecnología no tiene sentido. De ahí el gran valor de las reacciones a la obra. Ha habido todo tipo de actitudes ante las frases que muestra la obra: sorpresa, emoción, incluso de reflexión profunda. Es interesante ver cómo adaptamos el sentido de la frase a nuestro contexto y bagaje personal. Es cada visitante quien da un sentido único a la obra cerrando el mensaje y la propia experiencia artística”, explica Oscar Hormigos, director de desarrollo de Colección SOLO y responsable del programa Onkaos, dedicado al apoyo de artistas new media, donde Klingemann es residente y donde ha concebido obras de I.A. para este espacio.

El artista alemán Mario Klingemann, en Madrid, posa delante de "Appropriate Response"
El artista alemán Mario Klingemann, en Madrid, posa delante de «Appropriate Response» Gentileza Onkaos

Las artes y la cultura se han preguntado desde temprano cuál es el vínculo entre la máquina y el hombre, entre lo artificial y lo mortal, entre la tecnología y el alma. Mary Shelley creaba a su famoso monstruo y luego Carlo Collodi, a un adorable Pinocho, seres de una naturaleza difícil de clasificar que se hermanaban a los hombres por su deseo de ser amados. Las películas I.A. Inteligencia artificial (2001), Robot y Frank (2012), la serie Raised by Wolves (2021) o la más reciente novela Klara y el sol (Anagrama) del premio Nobel Kazuo Ishiguro son apenas algunos ejemplos de estas aproximaciones. En el caso de Klingemann, la inteligencia artificial no tiene una estructura antropomorfa, sino que su imagen, su proyección, es una obra de arte.

¿Es posible que el espectador se conmueva, es diferente la experiencia del sujeto ante un objeto de arte “artesanal” en comparación a otro producto de la I.A.? “La experiencia debería ser la misma. En Colección SOLO subrayamos siempre que lo importante es la obra, el resultado y no la técnica. La I.A. se ha revelado como una nueva herramienta para expresar nuestra creatividad y se ha sumado a otros hitos de la historia del arte en los que se han ido incorporando técnicas y tecnologías. Me gusta recordar las palabras de Mario Klingemann que define la I.A. como a un pincel: «Yo pinto con código». Por esta razón, la experiencia del sujeto suele ser con la obra y lo positivo es que la obra adopta nuevas expresiones gracias a una herramienta hasta ahora inexistente”, destaca Hormigos.

Klingemann ha expuesto su trabajo en Nueva York (MoMA y Metropolitan Museum, entre otros), en Londres (British Library y en Photographers), en París (en el Centro Pompidou) y fue artista residente en Google Arts and Culture. Su instalación Memories of Passersby I [Memorias de un transeúnte], una propuesta que se encuentra en la misma sala madrileña que Appropiate Response, fue la primera máquina de inteligencia artificial autónoma que se subastó, en 2018, en Sotheby’s, por 46.450 euros y además obtuvo en 2020 la Mención Especial en Ars Electronica. ¿En qué consiste este algoritmo? En tiempo real una computadora dentro de una caja arroja, a través de dos pantallas, la imagen de rostros de personas que no existen, una combinación infinita que logró Klingemann a partir del modelo de los diseños de grandes artistas de todos los tiempos. Una eterna novedad, una infinita creación, una combinación coherente –como lo son las palabras que forman los aforismos de Appropiate Response– de elementos que se convierten en significado según el tamiz de quien lo observe o lea y de la interpretación que elabore.

"Memories of Passersby I", la primera máquina de inteligencia artificial que se subastó, en 2018, en Sotheby’s
«Memories of Passersby I», la primera máquina de inteligencia artificial que se subastó, en 2018, en Sotheby’s

Still Human es un juego de palabras que podría traducirse como ´aún humano´ o ´naturaleza humana´ [Still Life es naturaleza muerta en inglés]. En octubre, Colección SOLO se mudará a un espacio más amplio para compartir una nueva propuesta. En El Matadero, en el sur de la ciudad, un complejo integrado por varias naves recibe a diario un público amplio que visita su cine, la Casa del Lector, La Casa del Reloj, o sus dos salas de teatro, entre otros espacios. El jardín de las delicias, de El Bosco, tendrá una muestra dedicada a este tríptico con las versiones de múltiples artistas y grupos (la propuesta del colectivo holandés SMACK, Speculum, es realmente hipnótica) será el hilo conductor de la exposición en la que Klingemann también estará presente con su propuesta de I.A. Su lectura digital sobre la obra de El Bosco ya puede apreciarse en SOLO, una estética y un estilo nítidamente identificables con esta célebre obra expuesta en el Museo del Prado.

"Yo pinto con código", dice Mario Klingemann, pionero de la utilización de la inteligencia artificial en el arte
«Yo pinto con código», dice Mario Klingemann, pionero de la utilización de la inteligencia artificial en el arteGentileza Onkaos

Colección SOLO se encuentra fuera del denominado “Triángulo del arte” o “la milla de arte”, cuyos vértices son el Museo del Prado, el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo Reina Sofía, un epicentro que incluye también, de modo más reciente, a la Caixa Forum (a menudo trae exposiciones del British Museum). Fuera, pero a 900 metros del Prado, desde 2017, funciona este espacio impulsado por dos empresarios y artistas, Ana Gervás y David Cantolla, creador de Pocoyó y quien colaboró con la compañía Las Fura del Baus, donde reúnen 800 piezas de arte contemporáneo.

El encuentro entre lo clásico y la tecnología, a veces irreverente, otras veces más respetuoso, algunas veces fiel, y otras veces innovador, crea una nueva expresión. Hormigos, por ejemplo, destaca el caso del artista Egor Kraft, a través de Deep Portrait Studies. “Utiliza la inteligencia artificial para, desde una mirada crítica, volver al canon de belleza griego. En ese sentido, definiría la relación como enriquecedora y de bienvenida a todo aquello que nos permita explorar nuevas expresiones creativas y que nos lleve a lugares nunca antes recorridos, explica Hormigos. Aunque quizá algunas pupilas más conservadoras les den la espalda a estas pieza la combinación entre tecnología y creatividad imanta nuevos públicos hacia una expresión que crece con cada temporada.

Lanzaron una plataforma de arte contemporáneo y en pandemia vendieron un 140% más

Fuente: La Nación ~ Lucrecia Cornejo y Angie Braun se conocen desde primer grado. Siempre les apasionó el arte, pero no encontraban en las galerías tradicionales la posibilidad de comprar lo que les gustaba. Por eso en 2017 crearon Diderot.Art, el primer e-commerce de arte contemporáneo argentino. “No solo los artistas están exhibidos los 365 días del año, sino que para la gente es una nueva forma de a conocer arte contemporáneo. El arte siempre fue visto como algo de nicho, para expertos. Nosotras queremos borrar esa barrera y los prejuicios. Si quieren una obra para decorar con el sillón, está perfecto”, señalan.

Durante la pandemia creció la cantidad de clientes interesados en el sitio (más de 300.000 usuarios únicos) y aumentaron la facturación un 140%. Además, se expandieron en la región y abrieron Diderot Art México, con artistas y obras mexicanas. “Con la cuarentena hubo una explosión extraordinaria en todo el mundo digital. Al estar encerrados en casa, se volcó un presupuesto importante a la decoración y el arte no fue la excepción”, explica Lucrecia.

¿Cómo lo hicieron?

Primero, establecieron su diferencial en la curaduría y sumaron al equipo a la asesora de arte Stefy Jaugust. “Para llegar a un público no especializado era muy importante que hubiera una guía, que el cliente sepa que hay un trabajo profesional detrás”, afirman. Luego, fue el turno de convencer a los artistas. “Cuando lanzamos fue sumamente disruptivo. Poner los precios a la vista era algo a lo que no estaban acostumbrados”.

Para probar la idea, contactaron a periodistas especializados y coleccionistas, que encontraron muy oportuna la propuesta. Así empezaron con 38 artistas y 400 obras.La tecnología nos ayudó a cumplir el objetivo principal que era democratizar el arte. Siempre fue un proyecto federal”, asegura Angie.

Crecer en tiempos de pandemia

Las obras cuestan desde 10 mil pesos hasta más de un millón.
Las obras cuestan desde 10 mil pesos hasta más de un millón.

Hasta la pandemia siempre se habían apoyado en experiencias por fuera de la plataforma para conectar con sus clientes: eventos, visitas a talleres de artistas, charlas. Pero con el aislamiento tuvieron que pensar nuevas ideas. Armaron una exhibición digital interactiva, pero el fuerte fue el crecimiento exponencial del negocio. “Teníamos previsto que el 2020 fuera un año de expansión, por lo que estábamos preparadas para atender la demanda. Íbamos a invertir para crecer y ganar visibilidad, pero esa expansión la terminó dando la pandemia. El arte fue un bálsamo ante tanta incertidumbre”, señala Lucrecia.

Además, expandieron el negocio a México. “Siempre pensamos Diderot Art como un proyecto regional, pero queríamos consolidarnos en Argentina primero. A diferencia de otras experiencias que existen en el mundo, armamos plataformas separadas para cada país. Buscamos no solo darle visibilidad a los artistas, sino desarrollar nuevos compradores y coleccionistas”, concluyen.

Los consejos de Lucre y Angie

  • “Elegí bien tus socios. Al final del día son como un matrimonio. Es súper importante la confianza y buscar a alguien que te complemente. No emprender sola te ayuda a tomar decisiones.”
  • “Identificá tus mentores. Aquellas personas que admirás profesional y personalmente, que tienen una trayectoria emprendedora. Es armar tu propia red de contención de gente con experiencia que te pueda apuntalar en el camino.”
  • “Profesionalizate. Es clave seguir educándose y aprendiendo. Si querés emprender en el mundo digital, tenés que entender ese ecosistema y capacitarte.”
  • “Desarrollá tu producto mínimo viable. Es importante hacer esa inversión y desarrollo mínimos para testear tu idea antes de lanzarte con todo. Vas a validar si le das una solución al mercado realmente, si tenés demanda.”

En números

  • Inversión inicial: U$S 180.000
  • +140% facturación anual en 2020
  • Desde $10.000 hasta más de $1.600.000 es el precio de las obras de arte
  • + 800 obras en venta
  • $2.000 cuestan los prints de artistas de edición limitada
  • + 80 artistas en la plataforma
  • 300.000 usuarios únicos al año
  • 45.000 followers en Instagram