Más inclusión en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires

Fuente: Perfil ~ El arte es un patrimonio del que todos podemos disfrutar pero hay personas que padecen algún tipo de discapacidad que les impide apreciar determinadas obras. 

Con perspectivas de inclusión el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires pensó en aquellos que tiene alguna incapacidad visual y por eso lleva adelante su proyecto de museo accesible.

La Gerente de Operaciones y desarrollo institucional del museo, Marina Von der Heyde, le dijo a RePerfilAr: “Con la ampliación del edificio incorporamos distintas instancia de mejoras al edificio«. En este sentido, explicó que «una de ellas la elevadora para personas con discapacidad, que contribuye a darle la bienvenida a muchas personas que antes no podían acceder al museo porque tenemos una rampa bastante empinada”.

 “Trabajamos en articulación con varias organizaciones como la Fundación Nínawa Daher que ya nos acompaña desde hace varios años y nos ayuda a acercarnos a la comunidad de ciegos«, expresó Von der Heyde. Luego completó: «Gracias a ellos instalamos los planos hápticos y recientemente impresiones 3D de algunas obras de la colección que van a permitir que personas ciegas puedan tocar las obras«.

El proyecto lleva cinco años de trabajo, capacitaciones y planes para brindar la accesibilidad que el público necesita.

Además de realizar actividades para personas con discapacidad el museo convoca a las personas discapacitadas para que ellos sean los protagonistas de esas acciones. De esa manera también se construye un aprendizaje dentro del equipo de educación al acompañar y pensar las actividades en conjunto.

El objetivo es pensar una experiencia accesible no solo para los visitantes sino también desde del ámbito laboral.

Por ello la gerente de operaciones aseguró que hay, “actividades pautadas y visitas guiadas especiales para, por ejemplo, personas ciegas, personas con autismo o personas con alguna dificultad auditiva». Además,  «se están incorporando distintas posibilidades porque cada comunidad tiene su particularidad y hemos trabajado con organizaciones que nos han permitido darle la bienvenida a algunos grupos”.

Asimismo, el 4 y 5 de diciembre se llevarán a cabo actividades especiales enfocadas en la accesibilidad para conmemorar el Día Internacional de las Personas con discapacidad.  

La Casa de la Provincia rinde homenaje al pintor Robert Matta con la muestra ‘DonQui. El Quijote de Matta’

Fuente: La Nación ~ La Casa de la Provincia de la Diputación de Sevilla rinde homenaje, con motivo del centenario de su nacimiento, al gran pintor chileno Roberto Matta a través de la exposición ‘DonQui. El Quijote de Matta’, una representación de la obra que realizó Matta inspirándose en El Quijote, organizada por el Instituto Cervantes y el Otoño Cultural Iberoamericano, que se podrá ver en la Sala Romero Murube hasta el 23 de enero.

Según ha detallado este miércoles la institución provincial en un comunicado, Matta es una de las figuras «más significativas» del arte del siglo XX por su relevancia como miembro del movimiento surrealista y por su «enorme influencia» en el desarrollo del expresionismo abstracto americano.

La muestra está compuesta por una treintena de litografías en tres series, firmadas y numeradas, que el artista realizó inspirándose en El Quijote, además del óleo titulado ‘Sois un grandísimo bellaco*’, de 1998, que no había sido expuesto antes de esta exposición. Las obras giran en torno a episodios y capítulos diversos de la obra de Cervantes, de la que Matta era gran conocedor y que creó a modo de traducción gráfica de la novela, en las que resalta la voluntad de justicia y el amor a la libertad que representa este personaje.

La primera serie, ‘Don Qui’ (1985), se compone de quince obras muy coloristas, que son propiedad de la viuda del pintor. La segunda, ‘Don Q’ (1985), contiene diez litografías blancas realizadas sobre papel craft en color havanne. Por último, la serie ‘Qui E’Eux’ (1990) cuenta con diez litografías en múltiples colores y dimensiones algo mayores que las anteriores y son propiedad del Instituto Cervantes, gracias a una donación del propio artista que había formado parte del Patronato de esta institución desde su creación, en 1991.

Por su originalidad, destacan las piezas ‘Don Quixote de la Mancha de Matta’ (1991), una edición de pequeñas litografías unidas en acordeón, y ‘Don Qui’ (1985), compuesta de 90 litografías en una caja de puros de madera.

La formación de Roberto Matta como arquitecto, su «extraordinaria» fantasía, su compromiso político y su constante evolución a lo largo de su vida lo llevaron a experimentar distintas formas de expresión artísticas, incluyendo ilustraciones, pinturas al óleo, murales, producciones de vídeos, fotografías y tantos otros medios de expresión.

Se trata, ha defendido la Diputación, de un artista «completo, visionario y precursor de las relaciones del arte con la ciencia y la naturaleza y del papel primordial de éste en el desarrollo integral del ser humano». La característica principal del conjunto de su obra es «la complejidad», que pone de manifiesto a través de una infinidad de temas, motivos, formas, colores y medios.

Presentaron en La Boca un mural en homenaje a Quinquela Martín

Fuente: Nueva Ciudad ~ El artista urbano Alfredo Segatori presentó “El Sueño de Quinquela” en el barrio de La Boca y además recibió la distinción de personalidad destacada de la cultura porteña.

Alfredo Segatori presentó su mural “El Sueño de Quinquela” en La Boca, en un homenaje al pintor emblema del barrio porteño y recibió, por parte de la Legislatura porteña, la distinción de personalidad destacada de la cultura, indica Infobae.

El artista realizó su intervención en Silos Areneros Buenos Aires, en el que mezcla todos sus estilos, el “Exabrupto de Color”, la figuración y el reciclaje a través de la incorporación de materiales de desechos. La obra se encuentra ubicada, frente a Arenas Studio, sede este año de arteBA quienes festejaron allí su 30° aniversario.

“La obra forma parte de la serie “Exabrupto de Color”, que revaloriza algunos de los conceptos del expresionismo abstracto, como la improvisación total, la mancha, el gesto. Lejos de la abstracción geométrica, y mucho más expresivo. Inspirado en Siqueiros, Pollock, pero aplicado a la pared, sobre grandes estructuras minimalistas y experimentando con distintas máquinas de pintura. El nombre lo define por sí solo, exabrupto ‘gesto brusco e inesperado que se manifiesta con enfado y viveza’”, explicaron en un comunicado.

El artista además está interviniendo las columnas del bajo autopista y las paredes perimetrales de la arenera, logrando un paisaje onírico lleno de color, alcanzando una superficie total de 6000 m2 de pintura aplicada de manera personal. Silos Areneros está ubicado desde hace casi 70 años en el dique cero del puerto de Buenos Aires, junto a la autopista Buenos Aires – La Plata.
 

Esta obra se suma a la realizada el año pasado por Segatori, en homenaje a Diego A. Maradona, llamada “San Diego del Barrio de La Boca”, ubicada en Aristóbulo del Valle 50, entre Caboto y Pedro de Mendoza, a metros del Paseo De Las Artes. Por otro lado, la Usina del Arte albergó Lunática 2020, una muestra de apoyo y promoción a las artes visuales organizada por Fundación Cultural Anden 2222, bajo la dirección artística de Segatori.

El diseño propio, todo vidriado, permitió en plena pandemia el recorrido de la muestra desde el exterior sin necesidad de ingresar a las salas. Lunática fue la primera muestra que se pudo recorrer desde el espacio público y de forma virtual a través de una plataforma online. Esta muestra colectiva reunió a 680 artistas, entre los cuales 63 de ellos son grandes maestros premiados del Salón Nacional.

Desde 1989, Segatori trabaja en la pintura mural utilizando la técnica del aerosol a mano alzada free hand. Pionero del arte urbano, fue uno de los primeros en salir a pintar las paredes de la Ciudad de Buenos Aires, llevando el arte al espacio público. Como presidente de la Fundación Cultural Anden 2222, profundiza su compromiso con las causas ambientales y sociales, contribuyendo a la concientización sobre el modelo consumo actual y el cuidado del ambiente a través del arte.

El próximo 18 de diciembre, Segatori, junto a la Fundación Cultural Andén 2222 y Paseo de las Artes inaugurarán una nueva edición de Lunática. Además, frente al Paseo de las Artes, realizarán Muraleada, una acción de la original Universidad del Arte Urbano que creo Segatori, que constará con varias intervenciones urbanas individuales y grupales a lo largo de dos manzanas. En dicho marco, durante varios días, un grupo de artistas urbanos emergentes armados de pinturas, aerosoles y otros elementos darán color y formas a paredones y edificios del barrio.

El Centro Cultural Recoleta se consagró como la fábrica del arte argentino joven

Fuente: Perfil ~ Fue cárcel, convento, huerta, asilo de ancianos e incluso jardín botánico hasta convertirse en la plataforma de lanzamiento de varios artistas argentinos que no encontraban otro espacio para darse a conocer. Por esta usina del arte joven y rebelde pasaron Yoko Ono, David Bowie, Gustavo Ceratti y Charlie García, entre muchos más.

El 1 de diciembre de 1980 se inauguró el Centro Cultural Recoleta, llamado originalmente Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires. Situado en Junín 1930, barrio de Recoleta, ocupa una de las construcciones más antiguas de la ciudad de Buenos Aires. Actualmente, funciona como un espacio para la cultura y el arte donde se desarrollan distintos tipos de actividades relacionadas a la música, la pintura, el diseño y el arte en general. 

El Centro Cultural Recoleta fue convento, huerta, asilo de ancianos, jardín botánico, escuela de agricultura y cuartel. Hoy es un icono de reivindicación para los artistas jóvenes que, durante los últimos años de la dictadura militar, habían creado espacios clandestinos y construyeron una cultura underground transgresora. 

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El Centro se encuentra junto a la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, que perteneció a los franciscanos.

El Centro Cultural Recoleta fue uno de los primeros Centros oficiales en incluir en sus salas estas expresiones artísticas logrando darle más visibilidad a las nuevas generaciones. 

De Recoleta al centro

Construido en 1732, en terrenos donados por Don Fernando de Valdez e Inclán y su esposa, Doña Guerrera y Hurtado, el Centro Cultural Recoleta fue diseñado por los arquitectos Juan Kraus y Juan Wolf. El italiano Andrea Bianchi intervino en la construcción de la fachada y el acabado de los interiores. 

En 1822, tras la reforma del orden eclesiástico, lo que era un convento pasó a manos del Estado. Para 1859, mientras funcionaba allí un asilo, el arquitecto Juan Antonio Buschiazzo agregó nuevos pabellones.

Centro Cultural Recoleta 20211130
En 1822, el convento pasó a manos del Estado argentino.

En 1948, fue declarado Monumento Histórico Nacional para promover su conservación. 

Finalmente, en 1978 y luego de que el edificio haya pasado por largos y diversos cambios, se proyectó el Centro Cultural. Fue entonces que los arquitectos Jacques Bedel, Luis Benedit y Clorindo Testallevaron acabo las reformas necesarias respetando la estructura original. 

Actualmente, el Centro Cultural Recoleta cuenta con 27 salas de exposición, un microcine, un anfiteatro y un auditorio donde se desarrollan numerosas actividades que van desde exposiciones de artes plásticas, recitales, conciertos, presentaciones literarias y obras teatrales. También cuenta con un área de formación que ofrece cursos y talleres, y un laboratorio de investigación y producción musical equipado con tecnología de avanzada.

Centro del arte y la cultura

El Centro Cultural Recoleta, logró influir en los inicios de grandes artistas.  En varias ocasiones, sus carreras fueron impulsadas por la exposición que les daba este espacio cultural. 

Casos como el de Liliana Maresca, artista emblemática de la escena de las artes visuales, Ana Gallardo, la artista que manifiesta la violencia en el arte, Duilio Pierri, gran pintor argentino, y Luis “Búlgaro” Freisztav, escultor autodidacta, son tan solo algunos de los nombres de quienes encontraron aquí un espacio. 

Asimismo, en esta sede, se presentaron importantes obras que marcaron la historia del arte tanto nacional como internacional. La escultura El pibe Bazooka de Pablo Suárez, que reveló el submundo porno-gay de fines de los 80, Naturaleza de la naturaleza, de Luis Felipe Noé y Mitominas I, coordinada por Monique Altschul, exhibida en 1988, que canalizaba los discursos de reivindicación de las mujeres.

Para los 90 el Centro Cultural Recoleta se convirtió en el epicentro de grandes artistas internacionales, ya que fue sede de las ediciones de ArteBA entre 1991 y 1997. En 1997, David Bowie se presentó en vivo en la mítica capilla del Recoleta y cantó Always Crashing The Same Car, Can´t Read y The Superman acompañado por una guitarra de doce cuerdas en un breve concierto acústico. 

Centro Cultural Recoleta 20211130
Un remanso del arte para todos.

En 1998, Yoko Ono, pareja del ex-Beatle John Lennon, arribó con su muestra En Trance, en la que cien ataúdes se ubicaban en un enorme galpón y del interior de cada uno de ellos crecía un árbol. Durante la muestra, Charly García y Gustavo Ceratti se acercaron a saludar a Yoko Ono en un encuentro inolvidable para el archivo del Centro Cultural.

Sin duda, el Centro Cultural Recoleta a lo largo de los años se ha convertido, más allá de un lugar para ver arte, en un espacio de inspiración, hecho para descubrir, crear, investigar, pensar y sentir. Una gran fábrica cultural del arte argentino, en suma. 

Eugenio Cuttica. “En la Argentina estamos viviendo un momento muy psicópata en la cultura”

Fuente: La Nación ~ El artista y maestro de artistas, que reside en Nueva York junto con con su familia, estará en Buenos Aires por varias semanas; advierte sobre una crisis de espiritualidad en el país, que genera inversión de los valores y miseria económica.

El pintor que considera sus obras “entes enérgeticos”, que vive en una mansión en Long Island con su familia de artistas, que pinta un promedio de doscientas pinturas por año y que, según dice, no necesita de curadores ni de galeristas para vender su trabajo está en Buenos Aires. En su megaestudio de Barracas, que estará abierto al público este viernes en el marco del programa Talleres Abiertos de Par en Park (en el edificio conocido como Central Park, en California al 2000, a metros del Puente Pueyrredón), Eugenia Cuttica (Buenos Aires, 1957) reflexiona sobre arte, cultura y política. Para él, la constante crisis económica de la Argentina se explica por una crisis espiritual. “La miseria económica que existe, el hambre en el país de la comida, proviene de una miseria espiritual, de un abandono de la verdad filosófica y un abandono de la conexión con lo sagrado con la que todos nacemos -dice a LA NACION-. De ahí proviene la miseria económica”.

Eugenio Cuttica, en su taller del edificio Central Park en Barracas
Eugenio Cuttica, en su taller del edificio Central Park en Barracas PATRICIO PIDAL/AFV

Acompañado por sus asistentes y decenas de pinturas de gran formato -para Cuttica, las obras deben tener el tamaño de una puerta para impactar mejor en “el plexo” de los espectadores-, cuenta que se hospeda en San Telmo. “Hago canjes con hoteles y restaurantes. Les presto cuadros y ellos me dan tantas cenas por mes o alojamientos en habitaciones. Hoteles muy buenos y restaurantes muy buenos”. El dinero es la obra. En Long Island, vive en la mansión que compró a la familia de la artista estadounidense Gloria Hirsch, “en una propiedad que ahora se llama Campo Cuttica, una finca de veinte hectáreas aproximadamente que tiene tres lagos; Hirsch hizo ese predio para convertirlo en un lugar de sanación a través del arte y la naturaleza”. Cuttica creará un parque de esculturas monumentales abierto al público y una escuela para artistas jóvenes.

Las obras de Cuttica están bien cotizadas y suelen tener gran tamaño
Las obras de Cuttica están bien cotizadas y suelen tener gran tamañoPATRICIO PIDAL/AFV

El hecho de residir fuera del país le proporciona una mirada sin prejuicios sobre la sociedad argentina que, en su opinión, “vive un momento de inversión de los valores, de disfuncionalidad del lenguaje, como llamar a algo por el antónimo; eso produce ensañamiento”. El ejemplo más a mano se lo brinda el presidente Alberto Fernández, cuando festejó como una victoria la derrota en las urnas del Frente de Todos el pasado domingo 14. “Vendría a ser como una ceniza volcánica que lo cubre todo, que se mete en todos lados -ejemplifica-. Yo lo puedo ver, pero la mayoría de los argentinos no lo puede ver porque es como el pez que está en el agua pero no sabe lo que es el agua. Para saber lo que es el agua hay que salir del agua. Y como constantemente estoy viajando, me doy cuenta muy fácilmente de esos temas”.

El artista y "Luna", el personaje femenino que reaparece en sus pinturas
El artista y «Luna», el personaje femenino que reaparece en sus pinturas PATRICIO PIDAL/AFV

Sin temor a ser señalado como “políticamente incorrecto”, es crítico del feminismo. “Lejos de hacer que disminuyera el machismo, hizo que el machismo se extienda a los dos extremos. Porque el feminismo pelea contra el machismo y establece una batalla contra el hombre con armas machistas, a tal punto que prácticamente hoy en día es casi imposible formar relaciones heterosexuales y todos extrañamos ese yin que conocían nuestras abuelas y bisabuelas”. La fuerza de la feminidad -el yin– es un motivo recurrente en sus pinturas. “Pinto eso, pinto un tema tabú del que no se puede hablar en la actualidad”, agrega. Cuttica está casado con Ruth Keudell, su “cable a tierra”, y tiene dos hijos, Franco y Lautaro, que son artistas. Incluso sus nueras son artistas.

-¿Hacía mucho que no volvía al país?

-No pude venir por dos años por la pandemia. A mucha gente le pasó. Por suerte, tengo dos asistentes ejemplares que hicieron que el taller continuara trabajando: mi secretaria Irina y Sebastián, que es artista y vino cuando tenía quince años. Hacía pasacalles, vivía haciendo pasacalles, yo vi su potencialidad y ahora es un gran pintor.

-¿Trabajaban por Zoom?

-No. Yo tengo mucha obra acumulada y los asistentes me preparan los fondos. Después vengo, y hago la piel del cuadro. Ellos construyen el cuadro, hacen los fondos y yo le doy todo lo que es la parte más sensible del cuadro. Trabajo como se trabajó siempre en arte, desde el Renacimiento, cuando los artistas tenían cientos de asistentes.

-Entonces, ¿pinta en simultáneo distintas obras?

-Todo el tiempo. Yo produzco unos setenta cuadros grandes de tres metros por dos por año, y medianos y chicos otros ciento veinte. Más o menos hago doscientos cuadros por año entre los dos talleres. Por suerte hay una demanda, es milagroso, porque yo no hago una pintura espiritual y no requiero de todo el epifenómeno que rodea al cuadro de especialistas.

-¿Cómo describiría su pintura?

-Recurre a la parte emocional, sobre todo a la parte del tórax del espectador, es una pintura de alma a alma que no requiere de intermediarios. Es de muy fácil lectura y al mismo tiempo vendría a ser como una forma de hacer el amor con los espectadores a través del lenguaje de la pintura.

El taller del artista, situado en Barracas, se podrá visitar este viernes
El taller del artista, situado en Barracas, se podrá visitar este viernesPATRICIO PIDAL/AFV

-¿Tiene temáticas?

-Hace dieciocho años estoy haciendo a una niña que se llama Luna, que está de pie sobre una silla en distintas situaciones. La niña es un ícono: representa la feminidad en estado puro sin ser transculturada, algo que todos extrañamos. Por eso la pinto. Porque todo es yang y nadie quiere ser yin.

-¿Qué significa que no ha sido transculturada?

-El tema del feminismo, y ahora me voy a poner en un terreno un poco resbaladizo. El feminismo, lejos de hacer que disminuyera el machismo, hizo que el machismo se extienda a los dos extremos. Porque el feminismo pelea contra el machismo y establece una batalla contra el hombre con armas machistas, a tal punto que prácticamente hoy en día es casi imposible formar relaciones heterosexuales y todos extrañamos ese yin que conocían nuestras abuelas y bisabuelas. La feminidad de las mujeres cómodas en su piel de mujer.

-¿Pero es consciente de que el feminismo tiene sus argumentos?

-Las mujeres en las últimas décadas han elegido una estrategia de poder y han logrado muchas cosas, pero yo pinto mujeres que miran hacia el observador del cuadro como en un estado de perplejidad porque presienten que han logrado grandes objetivos a un costo muy alto. Y no sospechan qué es, ni siquiera lo saben.

-¿Cuál sería el costo?

-El costo que tienen que pagar por eso, que vendría a ser, para hablar en términos religiosos, la redención que conquista, que tiene más fuerza que la del hombre, y que es lo que conocían nuestras abuelas, que está unido al amor incondicional que siempre termina conquistando.

-También pinta grandes retratos.

-Hago grandes retratos que llamo “los familiares de un segundo”. Ante una multitud, en una ciudad como Manhattan o Buenos Aires, me rijo por el aura que tiene la gente, porque puedo percibir la energía que emana de la gente. Cuando percibo a alguien que es atravesado por esa frecuencia, me acerco y casi siempre son artistas; les pido tomar una foto sin ningún personaje, sin estar apoyados en la personalidad ni en ninguna máscara. Retrato la identidad de la consciencia que está detrás de la máscara. Es una mirada frontal completamente sin ninguna actitud, la frontalidad total unida a la verdad ulterior. Uso esos retratos y voy haciendo mi propio ejército de terracota china de La familia de un segundo. Te debe haber pasado que a una persona que conocés hace un segundo sentís que la conocés de hace mucho tiempo: yo pinto a esas personas, solamente a esas personas. La verdadera familia.

-¿El comprador de la obra conoce este trasfondo?

-Se vende. El comprador intuye que esa es una persona especial. El mismo cuadro trasunta esa energía.

-¿Es usted un artista bien cotizado?

-Depende de lo que se considere eso. Para Buenos Aires creo que sí, para el mercado argentino creo que sí. No te puedo decir los valores pero son muy altos. Y tengo la gran satisfacción de que un sesenta por ciento de los coleccionistas compran cuadros míos por primera vez. Y un cincuenta por ciento de ellos a los dos años me vuelve a ver porque quieren otro cuadro. Es una satisfacción tremenda porque significa que no se cansan de la obra y que por el contrario necesitan más de ese ente energético que tienen colgado en su vivienda. Yo no pinto figuras, pinto entes energéticos.

-¿Entes energéticos?

-Pongo la materia, que es tela, pigmento y madera, en un punto que trasciende la materia. Está hecho de determinada forma que contiene una energía que los chinos llaman chi, la pulsión vital. Si no se llega a ese punto, las obras no salen de mi taller. Para los chinos es una energía vital que no tiene explicación y está guiada por el Tao. Medito mucho antes de empezar a pintar.

-Es decir que hay un trasfondo espiritual en sus obras.

-Estudié budismo en la universidad de Nueva York. Mi trabajo es establecer puentes entre las filosofías orientales, la meditación y el arte. Tuve profesores que eran monjes tibetanos y una vez en el aula magna pregunté si era lo mismo pintar o escribir o meditar y me dijeron que es exactamente lo mismo, uno se conecta con la belleza y la idea de divinidad con la que todos nacemos, y la única diferencia es que al meditar uno la visita y la deja ahí dentro, y al pintar o escribir uno la pone afuera en un soporte para que la vean los demás. Ahora, esa divinidad, ese espíritu sublime puesto en el soporte cumple la misión social de tener un poder sanador. Es como una tregua al dolor y al sufrimiento, y por lo menos por cinco minutos hace que la persona que lo vea cambie, porque recuerda lo importante. Esa es para mí la misión del artista. Puede ser que incluso se cambie para toda la vida si uno es atravesado por una obra que lo conmueve. El arte siempre tiene que conmover, de lo contrario no es arte.

-Sin galeristas ni curadores, ¿cómo se las arregla para vender sus obras?

-Me manejo por fuera, no los necesito. No me jacto de eso, es a pesar mío. Por eso muchas veces me creo enemigos, porque los colegas intuyen que no necesito de nada y ellos necesitan estar todo el tiempo negociando y negociando para poder vender, y yo no necesito nada. La gente ve la obra y la desea adquirir.

-¿Y cuando quiere exponer?

-Me invitan a museos. Últimamente, los últimos diez años estoy exponiendo casi nada más que en museos y quiero de aquí en adelante hacer exposiciones solo en museos.

-¿En la Argentina le gustaría volver a exhibir después de aquella exposición monumental en el Museo Nacional de Bellas Artes?

-Absolutamente, yo nunca dejé de exponer en la Argentina; tengo mi corazoncito acá también. Y esto me voy a aventurar a decirlo porque siempre dije todo lo que pienso sin medir ninguna consecuencia, yo no soy un diplomático que pinta, soy un artista que dice lo que piensa y lo que siente, y a pesar de que estamos viviendo un momento muy psicópata en la cultura voy por seguir exponiendo aquí. Es un momento de inversión de los valores, de disfuncionalidad del lenguaje, como llamar a algo por el antónimo. Eso produce ensañamiento.

-Como se dice ahora, la posverdad. ¿O es peor que eso?

-Es peor. Este momento es peor. Como somos lenguaje, se invierte la polaridad de los significados y las definiciones. Están invirtiendo nuestro ser y eso produce ensañamiento. Vendría a ser como una ceniza volcánica que lo cubre todo, que se mete en todos lados. Yo lo puedo ver, pero la mayoría de los argentinos no lo puede ver porque es como el pez, está en el agua pero no sabe lo que es el agua. Para saber lo que es el agua hay que salir del agua. Y como constantemente estoy viajando, me doy cuenta muy fácilmente de esos temas.

-¿En Estados Unidos pasa algo similar?

-Sí, pero hay una metáfora que adoro decir y es una buena oportunidad para citar: todo se realiza con mezclas, como leche y tinta, pero no es lo mismo una gota de tinta en un vaso de leche que una gota de leche en un vaso de tinta. Las dos son mezclas. En los dos países existe esa mezcla de las cosas, pero en uno se da un extremo y en el otro, otro. O sea que pasa pero en una medida muchísimo menor.

-¿Además de Cristina Kirchner otros políticos compraron obra suya?

-Sí, bueno, eso es lo paradojal, porque yo no comulgo con el peronismo, pero debo decir algo. Que los peronistas irrumpieron aquí una vez, eran de La Cámpora y me ofrecieron exponer en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), que depende de la presidencia y de ningún otro organismo institucional, por orden de Cristina, que me venía siguiendo durante años y yo no lo sabía. A ella le gusta mucho la pintura. Me preguntaron si quería exponer en el MNBA. Acepté y al día siguiente el director del museo llegó en un auto con chofer, con la invitación firmada por él, e hicimos la muestra que fue un éxito tremendo, en 2015. Fueron más de 150.000 personas y hubo que extenderla por pedido del público. Algo inédito porque en las exposiciones e inauguraciones de plástica la cantidad de gente es la que entra en un ascensor y a mi muestra fue más gente a la sala en que yo exponía que a todo el resto de las salas del museo juntas de todos los pintores muertos. La gente entraba al museo para ir a mi exposición y evitaba el resto de las salas.

-¿Por qué cree que sucede eso?

-Vuelvo a repetir: la gente lo siente como un golpe energético en el tórax, ese lugar donde se aloja el alma. Yo hago una pintura espiritual, no una pintura intelectual, aunque me he preparado mucho intelectualmente considero que es un estamento mucho más llano que no llega a cierta altura que tiene la espiritualidad.

-¿Este es un momento de vacío espiritual?

-Están las dos cosas. La aridez de espiritualidad es tan grande que provoca en mucha gente un cambio de consciencia, y está bien un cambio de consciencia porque estamos tocando fondo. Porque la miseria económica que existe, el hambre en el país de la comida, que es un absurdo total, proviene de una miseria espiritual, de un abandono de la verdad filosófica y un abandono de la conexión con lo sagrado con la que todos nacemos. Por eso es tan importante el problema de la psicopatía. Es una inversión semántica del lenguaje, como cuando a uno le dicen que tiene que estar contento porque fracasó. Lo que dijo el presidente Alberto Fernández es el epítome de lo que digo, pero esto viene sucediendo desde hace mucho tiempo. Imaginate que si hay que estar contento por el fracaso, ¿cómo vas a salir del fracaso? Y triste por el éxito, o sea que estás condenado al fracaso sempiterno.

-¿Usted colecciona obras de arte?

-Compro mucho a pintores jóvenes. Tengo una colección increíble, porque a lo largo de cincuenta años tengo el ojo entrenado. Y te diría que nunca me equivoqué. He puesto el ojo en artistas jóvenes que luego han trascendido. Amo estar rodeado de obras de arte. Es como estar en una fiesta. Me levanto rodeado de obras de arte y es como darles la mano a los amigos en una fiesta.

-¿Escribe sus reflexiones sobre arte y cultura?

-Escribo mucho. En realidad, creo que escribo mejor que pinto. Publico mucho en Facebook y en Instagram. Hice un libro en la pandemia, que se llama “Como me aburriría sin mí”, que todavía no está publicado. Y el epígrafe es “Historias de un pintor para leer en una confitería vacía”. Creo que el título funciona bien. Escribo muchos ensayos, pensamientos, y a raíz de eso tengo algo así como 70.000 seguidores entre todas las redes. Es gente a la que le gusta leerme y yo disfruto tanto escribir, entro en éxtasis total cuando estoy escribiendo. Corrijo los textos veinte veces, cuarenta veces, amo escribir, amo la literatura. He estudiado literatura y escritura creativa, poesía. En realidad, es otro lenguaje de una misma energía.

-¿Por qué afirma que muchos artistas argentinos tienen una relación controversial con el dinero?

-Me tendría que remitir a una historia un poco larga pero voy a tratar de resumirla. El arte como lo conocemos es un fenómeno de mercado desde el Renacimiento, desde hace quinientos años. Arte de autor y la banca surgieron juntos. Son dos extremos de una misma filosofía que es la exaltación del individuo por encima de las instituciones de poder y por encima del Estado. Entonces, la relación controversial con el dinero surge de que vivimos en una sociedad de consumo y es casi imposible no consumir. No consumir nada en una sociedad de consumo produce alteraciones graves y los artistas se desenvuelven dentro de ese universo de creencias que niega el capitalismo a la vez que se dedican a una actividad capitalista.

-Sus opiniones sobre el feminismo, la izquierda y la política pueden generar escozor.

-Exactamente, pero no puedo dejar de hacerlo porque es la condición del artista verdadero. El artista que sigue lo políticamente correcto es un ilustrador de otro pensamiento, no es un artista.

-¿Sus padres eran artistas?

-No, pero mi padre era joyero y trabajaba para Cartier de París y Van Cleef de Nueva York, y no poseía educación pero sí una gran intuición por descubrir la belleza. Mi familia vivía de eso, de su poder visual. Eso para mí siempre fue un misterio, tal vez yo me he dedicado al arte por eso. Descubrir el poder que hay en la vista, en la visión. En la visión hay un poder tremendo.

-¿Y sus maestros quiénes fueron?

-Carlos Alonso, Antonio Berni, del que fui asistente, y también Freddy Martínez Howard. Son estrellas de un arte de maestría, porque presiento que hoy en día para ser un artista ya no hace falta ser un artista. Los artistas de hoy son parecidos a los cantantes que son como productos enlatados que tienen que tener ciertas actitudes y que se autoproclaman y son proclamados artistas y solamente es su actitud y no tienen obra que los respalde. Creo en algo que siempre creyeron los artistas de maestría: el contacto personal con un maestro es contagioso, la maestría es contagiosa; siempre creí en eso desde muy jovencito y en mi caso sucedió, la gente me llama maestro aunque jamás en mi vida pedí que me llamen de esa manera.

-¿Qué les diría a los jóvenes que quieren ser artistas en la Argentina?

-A los artistas argentinos jóvenes les diría que si tienen ese llamado no duden en acudir a él. Es un doble trabajo: uno tiene que cumplir con los mandatos de la vida cotidiana como cualquier otro, y a la vez uno tiene que vivir en esta otra dimensión. Ese doble trabajo, que es titánico, es encontrar la funcionalidad del lenguaje disfuncional. Pero una vez que se logra eso la recompensa es infinita y uno entra en el flujo de la abundancia en todo sentido, porque el hecho de poder pensar correctamente hace que podamos tomar decisiones correctas y apartarnos del dolor y el sufrimiento, y poder entrar en el flujo de la abundancia, del amor, la libertad, la verdad y la belleza. Podemos vivir en el universo que queremos vivir: es mentira que tenemos que ajustarnos a la realidad, porque el arte tiene el poder de transformar la realidad en donde sea, ese es el poder mayor y es la riqueza mayor y es el tesoro mayor que podemos tener. Mi recomendación para que los que tengan ese llamado, esa urgencia de conexión con la metafísica, es que lo sigan, que no lo traicionen, que no le suelten la mano al niño interior. A los 64 años, estoy pasando uno de los momentos más felices de mi vida: me rodea mi familia y me rodea la gran familia de los artistas jóvenes y eso me hace inmensamente feliz. Esta puede ser la edad de la dicha, como decía Borges. Eso es lo que se logra con el arte.

Para agendar

Talleres Abiertos de Par en Park tendrá lugar este viernes en California 2000 (Central Park), en Barracas. Además del taller del maestro Cuttica, el público podrá conocer en persona los talleres de Eduardo Hoffmann, Eugenio Zanetti, Antonio Seguí, Augusto Zanela, Cecilia Ivancevich, Marino Santa María, Marcela Astorga, Cristina Schiavi, Mónica Van Asperen, Alexis Minkiewicz y la Fundación Arte Inclusivo, entre muchos otros.

Artistas premiados y seleccionados en el 65° Salón de Artes Plásticas Manuel Belgrano

Fuente: Buenos Aires ~ Conocé a las y los artistas que fueron premiados y seleccionados en las categorías Pintura, Escultura, Dibujo, Grabado y Monocopia en el salón que premia a artistas argentinos y residentes fomentando la trayectoria, la continuidad y la práctica en el arte.

Pintura

1° premio

Mariano Sapia
Una noche en Colegiales
Acrílico sobre tela
140 x 200 cm

2° premio

Balbina Lightowler
Paisaje rosa. Serie Paisajes
Técnica mixta sobre impresión al solvente sobre pvc cristal
120 x 200 cm

3° premio

Daiana Martinello
Todo lo que brilla es polvo. Serie Azulejos
Grafito y óleo sobre lienzo
120 x 100 cm

Mención de honor

Carina Winschel
S/t
Acrílico, lápiz, mica plateada sobre tela
120 x 200 cm

Jurados:

Por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: María Haydee Arigos y Sofía Dourron.
Por el voto de los participantes: Jorge González Perrin, Claudio Gallina y María Sola.

Escultura

1° premio

Luis Bernardi
rre…trazos
Metal policromado y oxidado
107 x 185 x 107 cm

2° premio

Mónica Canzio
La Barca de las dos lunas. El Viaje. Serie El equilibrio de la señora Miyuki
Hierro y acero soldado
160 x 80 x 140 cm

3° premio

Marcela Astorga
S/T
Cuero y acero inoxidable
200 x 60 x 24 cm

Mención de honor

Carlos Casigno
S/T. Serie Los Tymbai
Cerámica con chamote, pintada con óleo
220 x 110 x 140 cm

Jurados:

Por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Augusto Zanela y Carola Zech.
Por el voto de los participantes: Claudia Aranovich, Vilma Villaverde y Claudia Fernández Farjat.

Dibujo

1° premio

Gisela Banzer
Araucana. Serie Museum
Base acrílica, tinta, lápiz color y barniz mate sobre lienzo montado en bastidor de madera
160 x 180 cm

2° premio

Mónica Rojas
Arborescentes 2. Serie Desmaleza
Lápiz, birome, tinta sobre tela
150 x 200 cm

3° premio

Gustavo Amenedo
Nos tapó el agua. Serie El sueño de la razón produce marines y otras barbaridades
Papel, grafito, lápices de color, tintas, brillantina
120 x 85 cm

Mención de honor

Jerónimo Veroa
Topofilia
Lápiz color, Grafito y pastel
80 x 116 cm

Jurados:

Por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Cecilia Rabossi y Marcela Giorla.
Por el voto de los participantes: Jorge Meijide, Héctor Destéfanis y Adriana Cerviño.

Grabado

1° premio

Mirta Kupferminc
Habitando en tiempos de plaga
Litografía en chapa impresa sobre polímero termoplástico-carburo de silicio, chinne collè con plata a la hoja impresa con brea
130 x 150 cm

2° premio

María Suardi
Redes y recetas
Gofrado iluminado
60 x 100 cm

3° premio

Matías Amici
Desmoronamientos de la memoria. Serie Litografía Vertical
Litografía, fotolitografía y esténcil
140 x 90 cm

Mención de honor

Consuelo Zori
12 meses del calendario 2021 Mundo globalizado en pandemia. Serie Hábitat
Impresión sobre papel mate fine art. 300 grs
100 x 120 cm

Jurados:

Por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Laura Casanovas y Rafael José Gil.
Por el voto de los participantes: Néstor Goyanes, Carlos Andrés Scannapieco y Adriana Moracci.

Monocopia

Premio único

Silvana Blasbalg
Sintonía natural
Monotipo realizado a partir de descargas de impresiones de matices múltiples
50 x 70 cm

Mención de honor

Claudia Rofman
Rompecabezas Urbano (6). Serie Rompecabezas Urbano
Transferencia directa de toner con prensa calcográfica
60 x 120 cm

Jurados:

Por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: María Pía Landro y Elena Alejandra Davicino.
Por el voto de los participantes: Carla Alejandra Rey, Alejandro Arguelles y Cecilia Guaragna.

El arte argentino pierde a uno de sus más grandes pintores

Fuente: La Nación ~ Tenía 92 años y hacía unos días había sido internado por una repentina enfermedad que lo sumergió esta madrugada en su último viaje, rodeado de afectos, de sus cuadernos y sus lápices.

Guillermo Roux fue el acuarelista más grande del arte argentino, un maestro indiscutible, que con su muerte, esta madrugada, deja un legado de pinturas y murales eternos tan indelebles como su recuerdo en quienes lo quisieron. Hacedor incansable, no dejó de dibujar hasta el último día en que pudo sostener un lápiz. El último año lo pasó entusiasmado con una serie que prometió mostrar en 2022 en el Museo Nacional de Bellas Artes, carbonillas y collages con motivos de balsas de náufragos que hablaban de la vida, la salvación, las migraciones, las luchas, las tragedias, el raro mundo en que vivimos y ese otro mar hacia donde surcaremos cuando ya no estemos más acá.

Roux en su taller, 2009
Roux en su taller, 2009Archivo Guillermo Roux

Frente a la página en blanco siempre sentía lo mismo. “Estoy en el paraíso. Quisiera vivir ahí. ¡Vivir ahí!”, decía. Por eso, cuando hace una semana empezó a sentirse mal y se internó para estudios y controles, lo primero que pidió fueron sus cuadernos y lápices. El arte era su vida, desde el primero hasta el último minuto. Algunas semanas antes había entrado en un ritmo frenético de trabajo y había aumentado su preocupación por el cuidado de su compañera de los últimos cincuenta y cuatro años, Franca Beer. Cuando supo que el cansancio que tenía se debía a una enfermedad avanzada, una leucemia aguda que despertó de golpe, se entregó a su último viaje con sabiduría, sin dolor, rodeado del afecto de los suyos. Anoche, se sumergió en el mundo de sus ensoñaciones y fantasías, donde seguirá para siempre disfrutando del juego de imaginar. Son muchos los que pueden dar testimonio de su generosidad infinita y que podrán despedirlo el lunes, a las 11.30, en un responso en el Jardín de Paz. Su única ambición era tiempo y espacio para crear.

Roux y Franca en la foto titulada a mano "Las medias rojas", 1995; detrás, el mural "La Ronda".
Roux y Franca en la foto titulada a mano «Las medias rojas», 1995; detrás, el mural «La Ronda».Archivo Guillermo Roux

El camino de Guillermo Roux en el arte empezó quizá antes de saber caminar: creció viendo a su padre, Raúl Roux, dibujante de oficio, historietista de profesión. Nació en Buenos Aires, el 17 de septiembre de 1929. De chico espiaba a su padre doblado sobre el tablero toda la noche, y a su madre al lado cebándole mates. Fue ella quien le enseñó a “correr la gotita de agua en la acuarela”, cuando él empezó a empuñar los pinceles en su casa de Flores. Decidió abandonar sus estudios secundarios para ingresar a la escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano, donde fue alumno de Lorenzo Gigli y Corinto Trezzini.

A los quince logró su cometido: vivir entre dibujantes, cuando entró como ayudante en la editorial Dante Quinterno. Ya entonces se destacaba como un colorista excepcional, a quien Quinterno confiaba las portadas de la revista Patoruzito. Fue en aquella redacción donde se descubrió pintor, cuando ante una tormenta no pudo más que traducirla en manchas. “El problema del color es cuál es el que te habla de lo que yo te quiero hablar. No lo podés decir con palabras; lo dice el color”, recuerda en el libro Guillermo Roux en sus propias palabras.

El pintor en "La Cuarta Corbata", film de Martín Serra sobre los largos años de trabajo que le llevó a Guillermo Roux pintar el mural de la torre BankBoston, "Homenaje a Buenos Aires"
El pintor en «La Cuarta Corbata», film de Martín Serra sobre los largos años de trabajo que le llevó a Guillermo Roux pintar el mural de la torre BankBoston, «Homenaje a Buenos Aires»Archivo Guillermo Roux

A los 24 años tuvo su primera exposición en la galería Peuser. En 1956 dejó todo, amores, familia y su vida en la editorial, y viajó a Roma, buscando algo más: el arte. Ahí pasaría los siguientes cuatros años en la bottega de Umberto Nonni, como ayudante en obras de decoración y restauración. Además de aprender y practicar técnicas medievales y renacentistas, este período inaugura una etapa de investigación en bibliotecas y museos, donde se empapó de la historia de pintura. Leer, estudiar, investigar y ver arte fueron una constante en su vida, siempre ávido por estímulos para su mente inquieta, profunda y trascendente. Amaba la filosofía, la historia de las religiones, la historia. Era generoso con los poetas, a quienes ilustró decenas de libros. El último acaba de salir de imprenta: Y seremos como dioses, de Alina Diaconú. Desprendido, siempre retrataba a quienes lo rodeaban, enseñaba todo lo que podía, compartía, regalaba… dibujaba siempre para los demás.

Un muy joven Roux, en el estudio de Jujuy
Un muy joven Roux, en el estudio de JujuyArchivo Guillermo Roux

En 1960 volvió al país y se radicó en Jujuy con su primera esposa, Lina Guccerelli. Allí, nació Alejandra, su única hija, que heredó de su padre y de su abuelo la vocación por el arte. Trabajaba como maestro en escuelas primarias y seguía siempre con pasión buscando encontrarse en su obra pictórica. Primero en Ledesma y después en Villa Cuyaya, en las afueras de San Salvador de Jujuy, pintó animales y paisajes, inspirado por Cézanne.

De Jujuy, voló casi sin escalas a Nueva York, donde vivió un año ganándose la vida con la ilustración, mientras realizaba paisajes y desnudos en tinta. En 1967 tuvo el encuentro que marcaría su carrera: se enamoró de una mujer, Franca Beer, que creó las condiciones para que su arte floreciera y llevó su obra por el mundo. Recién entonces pudo dedicarse al arte a tiempo completo. Al día de hoy, con más de 90 años, ella sigue siendo la férrea defensora de su grandeza, una implacable marchand que nunca aceptó menos de lo que su obra vale y merece.

Acuarela "El abrazo", 1995
Acuarela «El abrazo», 1995Archivo Guillermo Roux

En los 70, psicoanálisis mediante, comenzó una serie de tintas y collages, recortando las figuras que alguna vez su padre habría dibujado. Seguirá con las acuarelas, las tintas, las naturalezas muertas adulteradas por la fantasía. Escribía Ernesto Schoo en 1974: “El rigor de su técnica impecable no se permite el menor exceso; y el pavor casi mágico que suscitan sus creaciones –tal es la perfección evocadora de las apariencias materiales– es detenido también, en el límite de lo soportable, por la armonía absoluta de la composición y el colorido”. Rafael Squirru le dedicó un ensayo: “Porteño hasta la médula, está su obra signada por esa característica nostálgica, por la ambigüedad y la disponibilidad propia de nuestra versátil condición anímica”, escribió.

Un mundo de reconocimientos

Londres, Múnich, París, Roma, Sicilia y Nueva York… Las capitales del mundo se abrieron para que su trabajo llegara a las galerías y museos más prestigiosos: Marlborough Fine Arts en Londres, Buchholz en Múnich, The Phillips Collection en Washington, Galerie Denise Cade en Nueva York, y Galerie Jeanne Bucher París. El reconocimiento, los premios, las distinciones y los homenajes nunca le faltaron. Fue celebrado como uno de los mayores maestros del arte argentino. En 1975 ganó el primer Premio Internacional de Pintura en la XIII Bienal de San Pablo, Brasil. También mereció el Premio Palanza otorgado por la Academia Nacional de Bellas Artes en 1979 y el Konex de Platino. En 1982 expuso seis acuarelas en el Pabellón Internacional de la 40º Bienal de Venecia.

Roux en Roma, 1956
Roux en Roma, 1956Archivo Guillermo Roux

La obra Lector a orillas del Paraná, fechada en 1986, ingresó al Museo Castagnino luego de que recibiera el Premio Rosario otorgado por la Academia Nacional de Bellas Artes y la Fundación Museo Castagnino. Roux se trasladó a París en 1987, donde el Centro Pompidou le financió taller y vivienda. En 1998, realizó una exposición retrospectiva en el Museo Nacional de Bellas Artes. También tuvo retrospectivas en museos como The Phillips Collection, Washington, en 1998; Museo Nacional de Arte Decorativo, en 1998; Museo Staatliche Kunsthalle, Berlín, 1990, y Centro Cultural Recoleta, en 1999.

Roux firma el mural Homenaje a Buenos Aires, 2005
Roux firma el mural Homenaje a Buenos Aires, 2005Archivo Guillermo Roux

Desde 1976, con Juego interrumpido, acuarela de 1976, ingresa en la colección del Museo Nacional de Bellas Artes. La describe Nelly Perazzo en su libro 100 obras maestras de 100 pintores argentinos: “En el mundo de Roux –fluido pero jamás simple– todos los malentendidos son posibles, lo monstruoso parece natural, seres humanos, ropa, cortinados y sillones tienen valor equivalente en una polifonía invadida por un clima de sensualidad profunda y total”. En 2020, el artista donó al museo mayor El paño amarillo(1958), una de las dos únicas obras que trajo de su etapa en Roma. “La pintura es algo que uno quiere decir. Una necesidad de expresión de algo que a uno lo conmovió y quiere compartir. Me parece maravilloso que esté en el MNBA porque significa que la pintura es de todos, y no quedó encerrada en un circuito pequeño. Es lo que siempre he soñado. Algo mío se salvó”, dijo entonces.

Decía Roux: “Quiero la libertad de la vejez para poder encontrar dentro de mí la sabiduría del niño”
Decía Roux: “Quiero la libertad de la vejez para poder encontrar dentro de mí la sabiduría del niño”Alejandro Guyot – Archivo Guillermo Roux

Ajeno a modas y tendencias, siguió en el arte su búsqueda imperiosa, personal y profunda. Nunca pudo unirse a grupos o escuelas. » Igual que cuando tenía 7 años, lo único que puedo hacer es lo que hago”, confió una vez. En los ‘70, Jorge Romero Brest elogió su actitud anacrónica, porque en ese tiempo toda la pintura lo era: “Prueba de su autenticidad –no solo de su honestidad, que no es lo mismo– son los esfuerzos realizados para llegar a su espléndida madurez”. Alberto Giúdici señalaba en 1998 “su solitario quehacer”: “Encontrar un lugar y llegar a ser uno de los mayores artistas argentinos vivientes fue también un largo batallar hasta alcanzar y ejercer el derecho de ser auténticamente él y poder entregarse así a sus semejantes”.

Su amor por la música, que siempre sonaba en su estudio, encontró su expresión en muchas pinturas y también cuando el Teatro Colón le encargó la escenografía de la ópera Il Turco in Italia, de Rossini. Varias figuras se quedaron con él, como centinelas de su labor, en el estudio del primer piso de su casa de Martínez, donde últimamente había mudado su cama: pintaba a cualquier hora.

A los 75 años, Roux y Alonso entusiasmados con renovadas propuestas plásticas
A los 75 años, Roux y Alonso entusiasmados con renovadas propuestas plásticas

Entre otros honores, era miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes desde 1990 y Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires desde 2007. Hay toda una biblioteca de libros y catálogos dedicados a su obra, como los dos de la editorial Rizzoli de Nueva York. Pero lo que a Roux más lo enorgullecía era la labor llevada a cabo en su escuela, que fundó en 1997. Pasaron por ahí centenares de artistas en los que dejó cariño y enseñanzas. También fue Presidente Honorario de la Escuela-Museo Urquiza, a donde Quinquela Martín donó una pintura muy temprana que le compró: el retrato de Josefina, su primer amor. En la estación San José de Flores de la Línea A del subte se ven varias obras suyas, como La orquesta de Blum y El Ángel de Flores.

El artista Guillermo Roux y su hija Alejandra Roux
El artista Guillermo Roux y su hija Alejandra RouxSantiago Filipuzzi – LA NACION

Entre sus murales, se destacan Mujer y máscara, 1994, para Galerías Pacífico, y La ronda, 1993, instalado en 2006 en el Hotel Park Hyatt Palacio Duhau, con más de diez personajes (siempre están entre ellos el artista y su mujer). En 2001 ganó el concurso del Bank Boston, para pintar el mural Homenaje a Buenos Aires, de 5.42 x 12.50 m., destinado al lobby de la torre de César Pelli, en Della Paolera 265, inaugurado en 2005 tras cuatro años de trabajo. También, La Constitución guía al pueblo (2011) en el Palacio Legislativo de Santa Fe, elegido por unanimidad por los legisladores provinciales.

Estas dos últimas obras monumentales fueron epopeyas. La primera comenzó en plena crisis. La segunda lo encontró ya mayor, pero no se achicó: acondicionó un nuevo estudio y se subió a una autoelevadora para llegar a las alturas de sus 3,45 x 6,51 metros. Después le costó recuperarse del esfuerzo, tuvo que aprender de nuevo a caminar, nadaba todos los días y se reencontró con el dibujo de la niñez, mientras pintaba carbonillas en el silencio de la noche. “Yo era un nene que estaba flotando en una pileta y que estaba aprendiendo a vivir”, dijo. Reunió esos trabajos en la muestra Nocturnos del Museo Nacional de Arte Decorativo en el verano de 2014.

“Quiero la libertad de la vejez para poder encontrar dentro de mí la sabiduría del niño”, decía. Instalado en la mesa del comedor, pintaba flores y juguetes. En silla de ruedas, arremetió en 2016 con un mural festivo y desafiante: pinto a una diosa en el fondo de la pileta de su casa, en Martínez (el director Martín Serra registró varias de sus hazañas en películas como El coral que trajimos de Brasil y El día que adornemos un río). Antes, emprendió con Carlos Alonso una serie de dibujos a cuatro manos, que resultaron en una muestra itinerante. Su última exposición, curada por Cecilia Medina, fue en paralelo en la Casa Central de la Cultura Popular Villa 21-24 y en el Museo Nacional de Bellas Artes, Diario gráfico en 2018, con 177 y 290 dibujos realizados con birome en sus cuadernos personales, entre agosto de 2015 y diciembre de 2017. Después de la muestra siguió hasta el último de sus días dibujando y escribiendo en sus cuadernos. Siempre dio conferencias y escribió ensayos sobre arte, conocedor como pocos de la historia del arte universal. Últimamente se dedicaba a los cuentos y relatos autobiográficos.

Vivió un vida aferrada al arte, como a una balsa de salvación en momentos buenos o malos, como esas que pintaba en sus últimos días con la maestría de siempre. “Una obra de arte destinada a perdurar obliga a detenerse y a repensar lo que somos –escribió Tomás Eloy Martínez en un texto de 1996 también imperecedero–. La obra de Guillermo Roux va todavía más lejos: nadie que haya visto uno cualquiera de sus cuadros sale de la experiencia siendo el mismo”. Sus coleccionistas apasionados, sus alumnos devotos, su enorme cantidad de amigos, su familia, cuidadores y sus admiradores lo extrañaremos sin consuelo. Quedan sus trabajos deslumbrantes, el testimonio de su pasión indeclinable por el arte y su hermoso recuerdo.

La autora de esta nota mantuvo cuatro años de charlas y amistad con el maestro para escribir la biografía "Guillermo Roux en sus propias palabras" (Paidós)
La autora de esta nota mantuvo cuatro años de charlas y amistad con el maestro para escribir la biografía «Guillermo Roux en sus propias palabras» (Paidós)

Par en Park, el evento que reunirá talleres de más 30 artistas para mostrar la trastienda de sus creaciones

Fuente: Ámbito ~ La nueva edición de la muestra se pensó, organizó y ejecutó en tan solo dos meses, tras la propuesta de Gustavo Fernández y el acuerdo de quienes componen «Los talleres Abiertos de Par en Park».

Tocar los pinceles, interactuar con los artistas y preguntarles por su obra, perderse en algún pasillo y sumergirse en los rituales creativos de un pintor, de un ilustrador, de un mosaiquista: esto es sólo un menú resumido de lo que ofrece «Par en Park», una experiencia que se abre al público junto a los talleres de más de 30 artistas que reúnen su arte en el edificio Central Park, en el barrio porteño de Barracas.

En el tercer piso del edificio que lleva la firma del reconocido Pérez Celis, se lleva adelante la séptima edición de «Los talleres Abiertos de Par en Park», la reconocida muestra que recobra su potencia tras un 2020 de puertas cerradas por la pandemia, y en la que distintos creadores se prestan a divulgar cómo piensan, crean y despliegan su arte.

La muestra reúne a artistas de distintos estilos pictóricos, diferentes generaciones y en su mayoría de enorme trayectoria: Eugenio Cuttica , Eduardo Hoffmann, Eugenio Zanetti, Juan Lecuona, Mónica Van Asperen, Juan José Cambre, Carlos Gómez Centurión, Marino Santa María, Ana Candioti, Cecilia Duhau, Augusto Zanela, Daniel Corvino, Horacio Sánchez Fantino, Cecilia Ivanchevich, Andrea Allen, Emilio Fatuzzo, Carlos Benavidez, Ernesto Arellano, Gabriela Antenzon, Ernesto Ballesteros, Lux Lindner, Alexis Minkiewicz , Rodrigo Díaz Merlis, Mónica Tiezzi, Charlie Navarro, Cristina Schiavi, Marcela Astorga y María Inés Domínguez, entre otros.

Además del atelier de cada uno de los artistas, «Talleres Abiertos de Par en Park» ofrece un espacio común central en el que se reúne la música de una orquesta, con varios puestos de comida y bebida para disfrutar durante el paseo, y una terraza donde detenerse a contemplar el atardecer sobre Buenos Aires.

Asistentes trabajando en plena obra, tachos de pintura, martillos y tenazas, bastidores y lienzos se funden en la previa en una atmósfera de encuentro y cruce artístico, en donde el lema es volver a disfrutar de compartir el arte tras muchos meses de aislamiento. Los espectadores también tienen la posibilidad de comprar alguna obra y charlar con los artistas.

La propuesta abre sus puertas bajo la curaduría de Fernando Brizuela y está centrada en que los visitantes se sientan parte del mundo del arte. El recorrido incluye el ingreso a los talleres, perderse en pasillos breves que conducen a alguna obra impactante: hay colores y texturas a cada paso que se da. E incluso, (¿acaso la frutilla del postre?) está la posibilidad encontrarse con el enorme artista Luis Felipe Noé dejando un trazo en un bastidor.

«Cada región de América vivió la pandemia y pospandemia de una forma diferente, y desde Central Park queremos trascender las dificultades de las circunstancias para facilitar el desarrollo y la visibilidad de todos los artistas y talleres involucrados», explica Gustavo Fernández, propietario del complejo.

Desde artistas más tradicionales, como Marino Santa María y Juan José Cambre, hasta otros más contemporáneos o rupturistas como Cecilia Ivanchevich, Lux Lindner y Emilio Fatuzzo, el espacio ofrece variedad, colores y texturas que se coronan con una exposición de esculturas de Fernando Brizuela realizadas con material cannábico.

Al final de otro pasillo se encuentra el taller de Cecilia Ivanchevich, prolijamente ordenado. En un rincón sus pinceles y obras terminadas, los bastidores cubiertos por un plástico protector, listos para ser vendidos. Del otro lado y sobre enormes mesas, diferentes piezas de madera colores flúo en los que aún trabaja la artista, que se especializa en arte de geometría libre.

«La idea es mostrar la mano humana en acción, haciendo que sucedan cosas en el momento. Redibujar espacios y mostrar las batallas que los artistas libramos en el interior del taller, el proceso creativo que a veces es lúdico pero también complejo», explica Ivanchevich.

La cita es hoy, viernes 26 de noviembre, entre las 17 y las 21 en California 2000, con entrada libre y gratuita. El ingreso de los visitantes se concretará de acuerdo con el aforo recomendado por la pandemia.

El muro de escalada más alto del país es una obra de arte y estará en Caballito

Fuente: Cronista ~ El ganador de la tercera edición del Premio Azcuy fue Fabián Bercic con su proyecto La Montaña concreta. La obra homenajea al arte concreto y servirá también para ser escalada.

El artista Fabián Bercic fue el ganador de la tercera edición del Premio Azcuy por su proyecto La Montaña concreta, un mural abstracto que homenajea al arte concreto argentino y que servirá también de muro de escalada. El premio fue entregado el pasado jueves durante un acto en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.

El ganador del premio que impulsan la empresa de Real Estate Azcuy y el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires recibirá $1.200.000 pesos y además los costos de producción de la obra.

La obra de Bercic será emplazada en DONNA Reggia, uno de los edificios que la compañía desarrolla actualmente en el barrio de Caballito. Una vez instalada en el hueco central del edificio será también el muro de escalada más alto del país.

«Estamos muy contentos. La escalada estará en una pared de 40 metros. El edificio te da la posibilidad de desarrollar una obra de esas características, pensarla, materializarla y tenerla en exposición permanente de por vida para todos los dueños de las unidades. En el futuro hasta se pueden armar jornadas de escaladores», sostuvo Gerardo Azcuy, al frente de la empresa que lleva su apellido, en diálogo con Clase Ejecutiva.

La Montaña concreta es un mural abstracto que tomará la pared del hueco central del edificio y la transforma en un muro de escalada. A lo largo de ella, sobresalen una serie de formas geométricas que citan obras de arte concreto, un movimiento que nació en Argentina en la década del 40. Cada obra concreta evocada funciona como peldaño de una escalera que lleva hacia el cielo abierto.

La tercera edición del Premio Azcuy se presentó en junio y recibió 250 proyectos de obras de arte. En octubre se conocieron los seis finalistas a los que se les brindó $ 80.000 para que profundicen sus proyectos antes de presentarlos ante el jurado.

«Cada uno puede hacer la propuesta que quiera, es absolutamente libre. Después hacemos la visita a la obra, los artistas pueden venir, se ponen el caso, revisan la obra, entienden la espacialidad y ahí la suerte esta echada. Después todo lo que sucede esta fuera de nuestra dominio, cobra vida propia», explica Azcuy.

En palabras de Azcuy, el premio se trata de «ideas y eso es lo que tiene de lindo: tener una buena idea, poder hacer una combinación». «Una buena idea es una especie de guiño multifacético, en este caso, es el arte con el deporte y con la posibilidad de representación. Después está el uso de esa pared determinada, el juego de que esa es la caja de los ascensores. Vas a ir en el ascensor que es vidriado y viendo la obra a medida que vas subiendo», agregó.

El edificio estará concretado en junio de 2022 y se estima que la obra se inaugurará aproximadamente en agosto.

Con apenas tres ediciones el Premio Azcuy se instaló en el ecosistema argentino por la ambición de los proyectos que resultan ganadores. Bercic se suma así a la incipiente lista de premiados que ya cuenta con los nombrse de Diego Bianchi y Adriana Bustos.

«Te encontras con esta clase de cosas que sino no hay posibilidad de que sucedan. Esto es fantástico, te hace sentir que todo tiene sentido. Si no somos unos autómatas que hacemos edificios y los vendemos; esto le da un giro, un sentido mayor», afirmó Azcuy.

Los planes de Azcuy para el 2022

Según adelantó Gerardo Azcuy a Clase Ejecutiva las próximas acciones que encarará la empresa en materia de arte se harán bajo el paraguas de recientemente creada Fundación Azcuy. Por ahora funciona en un departamento, pero estiman que el próximo año tendrá su propia sede, un espacio de exhibición, en alguno de los edificios que la empresa posee en Caballito.

Además, con los más de 20 finalistas que tuvo el premio en sus tres ediciones trabajarán en conjunto con el Museo de Arte Moderno para proponerles que produzcan algunas obras que la Fundación Azcuy adquirirá para iniciar su colección de arte.

Por otra parte, en los últimos meses Azcuy inició un trabajo de relacionamiento con escuelas, centros culturales, comunas y clubes de Caballito, Boedo, Flores y Parque Chacabuco. El primer proyecto resultado de estos encuentros se llevará a cabo en las escuelas.

«Vamos a hacer unas pequeñas réplicas de Mutante, obra ganadora de Diego Bianchi, y llevarlas a algunos colegios para que tengan una obra de arte en los patios, que puedan tener la compostera que tiene la obra para que vean esa maravilla que es separar residuos orgánicos», detalló.

Además, trabajan en la edición de una revista sobre arte, arquitectura, urbanismo y lifestyle para el primer trimestre de 2022. 

Siete claves para comprender el boom del mercado de arte

Fuente: La Nación ~ Tras las ventas por más de 2000 millones de dólares en las subastas de Nueva York, en las últimas dos semanas, expertos señalan algunos factores que impulsaron el fenómeno.

Ni los martilleros pueden creerlo. Más de 2000 millones de dólares cosecharon los remates neoyorquinos de las últimas dos semanas en Sotheby´s y Christie’s, las principales casas de subastas. Se vendió casi la totalidad de los lotes ofrecidos, se superaron en muchos casos las estimaciones más altas –tras pujas febriles entre ofertantes de distintos continentes, que duraron varios minutos- y se marcaron decenas de récords para artistas. Entre ellos Frida Kahlo, cuya pintura Diego y yo, comprada por Eduardo Costantini por 34,8 millones de dólares, logró también un hito sin precedente para el arte latinoamericano.

“Los martilleros están súper sorprendidos con el apetito del mercado. Es un momento de euforia, no hay suficiente oferta para cubrir la demanda. Rara vez pasa”, señaló a LA NACION Cristina Carlisle, directora de Christie’s en la Argentina y Uruguay. ¿Cuáles fueron las claves de ese éxito? A continuación, algunas posibles respuestas aportadas por ella y otros expertos.

Entre los récords alcanzados en las últimas dos semanas se contó el registrado por el arte latinoamericano gracias a una obra de Frida Kahlo: su pintura Diego y yo fue comprada por Eduardo Costantini, por 34,8 millones de dólares
Entre los récords alcanzados en las últimas dos semanas se contó el registrado por el arte latinoamericano gracias a una obra de Frida Kahlo: su pintura Diego y yo fue comprada por Eduardo Costantini, por 34,8 millones de dólares
  • Obras calidad museo. Divorce, Death, Debt, Deaccessioning: las 4D, por las iniciales de estas cuatro palabras en inglés -que significan divorcio, muerte, deudas y el desprendimiento de obras por parte de instituciones-, marcan las oportunidades que representan para el mercado las piezas valiosas que salen a la venta tras permanecer en colecciones durante décadas. Mientras que parte del acervo acumulado durante medio siglo por el desarrollador inmobiliario neoyorquino Harry Macklowe y su exesposa Linda se ofreció en Sotheby’s tres años después de su divorcio, Christie’s ofreció obras impresionistas adquiridas en ese mismo lapso por el empresario texano y filántropo Edwin Lochridge Cox, fallecido el año pasado a los 99 años. La suma de las ventas de ambas superó los 1000 millones de dólares. “El principal factor del éxito fue la calidad de la oferta. La de Macklowe fue la colección de arte contemporáneo más importante vendida en subastas”, aseguró a LA NACIONAnna di Stasi, videpresidente del departamento de Arte Latinoamericano de Sotheby’s.
Cabanes de bois parmi les oliviers et cyprès, de Vincent Van Gogh, fue vendida en Christie's por 71,3 millones de dólares
Cabanes de bois parmi les oliviers et cyprès, de Vincent Van Gogh, fue vendida en Christie’s por 71,3 millones de dólaresGentileza Christie’s
  • Procedencia. Haber pertenecido a colecciones prestigiosas incide sobre el valor de obras de artistas como Mark Rothko, Alberto Giacometti y Vincent van Gogh, que superaron los 70 millones cada una en las mencionadas subastas. “La unión hace la fuerza. Una colección potencia todo, genera confianza”, dice a LA NACION Sebastián Boccazzi, director de Roldán. Y agrega que su vínculo con un referente del coleccionismo produce en el comprador un “efecto aspiracional”: el deseo de alcanzar algo que se considera valioso.
Le Nez, de Alberto Giacometti, se vendió en Sotheby's por 78,3 millones de dólares
Le Nez, de Alberto Giacometti, se vendió en Sotheby’s por 78,3 millones de dólaresGentileza Sotheby’s
  • Publicidad. Un efecto similar parecen tener los compradores famosos –como Madonna, cuando compró una obra de Frida Kahlo a fines de la década de 1980-, las películas dedicadas a los artistas y las adquisiciones de museos. Así lo señaló el consultor Alberto Barral en una masterclass sobre mercado de arte latinoamericano organizada esta semana por la feria Pinta. Recordó por ejemplo la compra de A Lua, deTarsila do Amaral, por parte del MoMA en 2019. Si bien el cuadro récord de Frida irá a la colección personal de Eduardo Costantini, se trata del fundador de uno de los museos más importantes de la región, al que donó hace dos décadas más de doscientas obras –incluidas dos importantes de Frida y Tarsila- y al que también presta las que compró desde entonces. “El Malba fue el primero en cambiar la museografía en latinoamérica, en expandir los horizontes”, agregó Barral, corresponsal de ArtNexus.
No. 7 de Mark Rothko se vendió en Sotheby's por 82,4 millones de dólares
No. 7 de Mark Rothko se vendió en Sotheby’s por 82,4 millones de dólaresGentileza Sotheby’s
  • Efecto pandemia. Ese mismo deseo se ve fomentado por la transmisión de los remates via streamingcon ofertas simultáneas desde distintos continentes, un formato lanzado el año pasado en plena cuarentena global. “Las ventas son cada vez más largas, llegan a durar varios minutos. Los chinos se toman su tiempo para decidir, y ver a muchos pujando en vivo genera más efervescencia”, observa Carlisle. “Las plataformas virtuales generaron que los valores subieran, porque hay más participación. Ya no hay necesidad de viajar y sentarse en la sala, podés vivirla como si estuvieras ahí. Es la nueva forma de comprar, llegó para quedarse”, coincide Boccazzi. Y agrega el factor de que, justamente ante las limitaciones para viajar y la tendencia del home office, “la gente presta más atención a mejorar y disfrutar la propia casa. Hay un valor simbólico, afectivo, estético, que tuvo que ver con el encierro”. También Di Stasi opina que “este momento postpandemia es ideal para el mercado de arte, porque hay mucho entusiasmo por volver a coleccionar”.
"Fue como estar en el epicentro de una producción cinematográfica", dijo Oliver Barker, presidente de Sotheby’s en Europa, tras dirigir el año pasado una subasta intercontinental transmitida por streaming
«Fue como estar en el epicentro de una producción cinematográfica», dijo Oliver Barker, presidente de Sotheby’s en Europa, tras dirigir el año pasado una subasta intercontinental transmitida por streamingArchivo/Gentileza Sotheby’s
  • Nuevas tecnologías, audiencias y compradores. No se sabe qué fue primero, si el huevo o la gallina. El boom de los NFT llegó este año no solo de la mano de audiencias online conformadas por decenas de millones de personas; también de inversiones millonarias con pagos en criptomonedas, realizados por compradores jóvenes que a su vez recibieron muchos beneficios por haber invertido a tiempo en ese medio de pago. El comprador del collage digital deBeeplevendido en marzo por 69,3 millones de dólares, que se convirtió en la tercera obra más cara de un artista vivo, fue un misterioso inversor de criptomonedas que se hace llamar MetaKovan. “Hay gente que se hizo muy rica en menos de un año –señala Boccazzi-, y volcó ese dinero a inversiones como el arte. El mundo del arte genera relaciones que de otro modo no conseguís y para pertenecer a ese ‘club´, hay que armar una colección”.
Everydays: the first 5000 days, obra de Beeple vendida en marzo por 69,3 millones de dólares
Everydays: the first 5000 days, obra de Beeple vendida en marzo por 69,3 millones de dólares
  • Reserva de valor. Las criptomonedas, sin embargo, tienen su punto débil: la fluctuación de un valor que puede bajar tan rápido como sube. Las obras calidad museo, en cambio, son “activos que no van a perder valor ante ninguna crisis”, señala Boccazzi. “En el mercado argentino –agrega- la obra premium es más fácil de vender, es como un cheque al portador. Ante la fluctuación de las criptomonedas y los mercados turbulentos por la pandemia, implica un menor riesgo”. “¿Qué tipo de inversión puede dar un resultado así?”, se preguntó Barral en el mismo sentido, al recordar la valorización del legado de Frida Kahlo a través de los años.
Human One, la obra de Beeple vendida en Christie's por 28,9 millones de dólares
Human One, la obra de Beeple vendida en Christie’s por 28,9 millones de dólares
  • Sin límites. La integración del arte latinoamericano dentro de las subastas de arte global también fue un factor que contribuyó al récord de Frida, según Barral y Di Stasi. Mientras que antes se remataban por separado, recuerda esta última, desde hace unos tres años Sotheby’s decidió “presentar el arte latinoamericano dentro de un contexto internacional; obras de calidad sin limitación geográfica. Eso impulsó precios más altos para el arte de la región”. Barral, que tuvo un puesto destacado como consultor para la región en Christie’s, coincide en que hay “una revalorización del mercado latinoamericano a un alto nivel, que seguirá seguramente a futuro”.