Juan Lecuona pinta los contornos de una urbe iluminada

Fuente: Clarín – Entre San Pablo y Buenos Aires, el argentino pinta profusamente esos paisajes en capas que ahora exhibe en la galería Jorge Mara – La Ruche.

Juan Lecuona (1956) llegó hace cinco días de San Pablo, donde fijó su residencia hace varias décadas, pero no el domicilio de su taller, que montó en el edificio Central Park en Barracas. Vive entre Brasil y Argentina, va y viene. Cuando está en el país pinta y mucho. Las obras que exhibirá entre octubre y noviembre en la galería Jorge Mara – La Ruche fueron realizadas durante varios meses en el último año. Mientras ajusta detalles de la iluminación recibe a para conversar sobre estos últimos trabajos, que no pertenecen a una serie específica ni tienen nombre. La muestra se llama simplemente Obras recientes.

Para adentrase en las obras de Lecuona se requiere unos segundos frente a ellas. Hay que observarlas con un mínimo de atención para desasociarlas del estilo que quedó eternamente asociado a Mark Rothko. A Lecuona se lo ubica entre los artistas argentinos que retomaron la pintura en la década del ‘80, un segmento que ha sido poco revisitado por la historia del arte, que prefirió por ahora estudiar con más detalles las explosiones culturales de la primavera alfonsinista que se daban en el underground, mientras en la superficie se volvían a poner de moda las técnicas clásicas y el movimiento expresionista.Juan Lecuona en la galería Jorge Mara-La Ruche. Foto: Enrique García Medina. Juan Lecuona en la galería Jorge Mara-La Ruche. Foto: Enrique García Medina.

En el conjunto de las obras recientes se esconden múltiples detalles que el artista desarma para Ñ. En primer lugar, el soporte. Lecuona utiliza la técnica del marouflage, que consiste en fijar una superficie ligera, en su caso papel, sobre una más sólida, como un lienzo. La absorción del material es distinta y esto impacta en el tratamiento de la luz en sus obras, elemento clave en la composición. “La técnica que yo uso consiste en darle muchas pasadas (de pintura), entonces le doy luz o le saco luz. Son pequeñas variaciones de colores, la luz la conseguís por capa o menos capa”, explica. “Yo tomo la idea del aguado, de la acuarela que la luz tiene que venir del papel”, añade. Mientras señala un punto específico de la obra, donde el color se revela ante el visitante como alterado, Lecuona revela qué sucedió durante la ejecución. “Si vos lo mirás bien está como raspado. Esto es para recuperar la luz, para no ponerle un paquetón de blanco”, detalla.

El conjunto de obras que se exhibe en Jorge Mara – La Ruche se inscriben en sus ya históricos trabajos sobre estructuras. En los ‘80, mientras tomaba clases de pintura, miraba por la venta los horizontes tanto porteños como paulistas, caracterizados por la continua línea de edificios, que hoy se rastrean en sus trabajos recientes. En los ‘90 la obra de Lecuona se había caracterizado por el uso de moldes para confeccionar textiles, inspirados en observar a las mujeres de su familia, quienes producto de su época sabían confeccionar su propia ropa.Juan Lecuona.Juan Lecuona.

En el texto que acompaña la exhibición Pablo Gianera aporta una nueva lectura sobre las estructuras que ocupan un espacio menor dentro de una gran composición. “La rigurosidad geométrica de las pinturas de Juan Lecuona depara una firmeza aparente: estas formas –bloques de presuntas edificaciones urbanas– son como las formas del sueño al despertar: se está seguro de sus contornos, pero la propia intensidad de lo soñado vuelve neblinoso el recorte nítido de la figura”, sostiene.

Gianera refuerza la idea de que a las obras de Lecuona se les debe dedicar algunos segundos para detenerse en los detalles, en los aparentes errores que el mismo artista incluye, como un corrido de pintura que no fue producto de un roce fortuito, sino de que él mismo tomó un trapo y lo realizó. También se descubren las distintas tonalidades de un mismo color, los contornos de las figuras rectangulares que de cerca pierden su nitidez, la materia que en algunas obras sobresale de la superficie.

¿Trabajas por series o trabajas por momentos?, le pregunta Ñ. “Yo empiezo tres rojos y se tienen que secar. Entonces hago tres azules, tres amarillos, y se van. Vuelvo con el rojo. Si se me da con el rojo hago tres rojos más, entonces después tengo más rojos que otros”, describe.

Hay un elemento constante en Lecuona y es el tamaño de sus obras. Si bien en pandemia trabajó estructuras en grafito en formato pequeño porque tomó lo que tenía a mano, prefiere los cuadros de tamaño mediano a grande. En la galería cuelgan obras con un metro y treinta centímetros de alto como máximo y uno de ancho. Pueden funcionar como dípticos o trípticos, todo depende del montaje o de quien quiera adquirir la obra.

Obra reciente, de Juan Lecuona se puede visitar de lun a vie de 15 a 19, hasta el 29 de noviembre en la Galería Jorge Mara – La Ruche, Paraná 1133

La pintura hecha por el robot humanoide con Inteligencia Artificial fue vendida en más de un millón de dólares

Fuente: Infobae – La subasta de “A.I. God” resalta la transformación del mercado artístico y desafía percepciones tradicionales, reflexionando sobre el papel de la tecnología en la expresión creativa

En una subasta que ha capturado la atención de coleccionistas y críticos de todo el mundo, un retrato del pionero informático Alan Turing fue vendido por más de 1,08 millones de dólares en la renombrada casa de subastas Sotheby’s. Lo sorprendente de esta venta no es solo el precio millonario, sino que se trata de una obra creada completamente por Ai-Da, un robot humanoide equipado con inteligencia artificial avanzada. En una transacción que superó con creces las expectativas previas, esta pieza marca un momento de quiebre en el mundo del arte, evidenciando cómo la tecnología y la creatividad se entrelazan en un mercado que, hasta hace poco, había sido exclusivo para los seres humanos.

La pieza, titulada “A.I. God”, representa a Turing en un estilo inspirado por grandes figuras del arte moderno, y fue descrita por la casa de subastas británica como una “nueva frontera en el mercado mundial del arte”. Creada a través de un complejo proceso en el que Ai-Da capturó imágenes de Turing y las interpretó visualmente, la obra se inscribe en un tríptico que explora la vida y el legado del matemático británico, considerado como el padre de la inteligencia artificial. Este retrato se vendió en una puja intensa que incluyó 27 ofertas y alcanzó un valor histórico en el arte generado por IA, reflejando una creciente fascinación por el papel de la tecnología en el mundo creativo.

“Es un momento único para el arte contemporáneo”, declaró Michael Bouhanna, jefe de arte digital de Sotheby’s en una entrevista. “La combinación de arte y tecnología está ganando más interés, especialmente entre una generación más joven de coleccionistas”. La subasta de esta obra ha avivado el debate sobre los límites y el potencial de la inteligencia artificial en la creación artística, así como sobre el impacto ético y social de estos avances en el arte.

El nacimiento de una obra: el papel de Ai-Da en la creación del retrato de Turing

Ai-Da, el robot humanoide que realizó este retrato, fue desarrollado en 2019 por el galerista británico Aidan Meller en colaboración con especialistas en inteligencia artificial de universidades inglesas, como Oxford y Birmingham. Inspirada en Ada Lovelace, la matemática del siglo XIX considerada como la primera programadora, Ai-Da representa la vanguardia de la tecnología aplicada al arte. Este robot, con apariencia femenina y equipado con cámaras en los ojos, es capaz de observar imágenes y generar interpretaciones artísticas a partir de algoritmos avanzados que analizan tono, textura y estilo.La obra "A.I. God" refleja dilemas de inteligencia artificial anticipados por Turing en los años 50La obra «A.I. God» refleja dilemas de inteligencia artificial anticipados por Turing en los años 50

La obra de Alan Turing se generó tras largas sesiones en las que el equipo creativo discutió con Ai-Da sobre las características del retrato. La inteligencia artificial de Ai-Da permite que el robot elabore conceptos complejos; en este caso, decidió enfocarse en una representación “etérea e inquietante”, un estilo que evoca los dilemas que Turing ya vislumbraba en los años 50 sobre los riesgos y posibilidades de la inteligencia artificial. “Los tonos apagados y los planos faciales rotos”, señaló Aidan Meller, evocan “los problemas que Turing advirtió que enfrentaríamos para gestionar la IA”.

La venta de A.I. God por más de un millón de dólares no solo significa un récord para el arte generado por IA, sino que es un reflejo de un mercado en transformación. En los últimos años, el arte digital ha ganado terreno, en parte gracias a la popularidad de los NFTs y las obras de artistas como Refik Anadol y Jason Michael Allen, quienes exploran la inteligencia artificial y el aprendizaje automático en sus creaciones. Pero lo que distingue a Ai-Da es que, al tratarse de un humanoide, plantea preguntas sobre la capacidad de una máquina para trascender el mero algoritmo y expresar conceptos, emociones y crítica social a través de su obra.

Para Sotheby’s, la subasta de A.I. God fue un evento histórico. La casa de subastas, que desde 2021 cuenta con un Departamento de Arte Digital, ha generado más de 200 millones de dólares en ventas de obras de este tipo, y esta es la primera vez que un robot humanoide vende una pieza en sus filas. En palabras de Cuba Elliott, curadora especializada en IA en industrias creativas, el enfoque de Ai-Da “ayuda a ampliar aún más la definición de arte de IA”. Esta transacción coloca a la IA en el centro de la conversación artística, transformando tanto la producción como el consumo del arte.

Esta noción de un “dios de la IA” parece señalar una era poshumana, donde los algoritmos y la inteligencia artificial tomarán decisiones antes reservadas para los humanos. En el fondo del retrato, el robot incluyó patrones que recuerdan a la máquina de Turing, un diseño que ayudó a descifrar los códigos nazis durante la Segunda Guerra Mundial y simboliza tanto el ingenio como la advertencia de Turing sobre el potencial de la IA.

La obra de Ai-Da ha reavivado el debate sobre la legitimidad del arte generado por IA y su impacto en la industria artística. Mientras algunos críticos como Alastair Sooke de The Telegraph ven este arte como una versión sofisticada de experimentos previos con animales pintores, otros, como Meller, consideran que el arte de IA “es una especie de espejo de lo que está ocurriendo en la sociedad”.

“Es inevitable sentirnos desconcertados”, declaró Meller en una entrevista para CNN, refiriéndose a la creciente “agencia” de la IA en la creación artística. Y añadió que este cambio es comparable al impacto que tuvo la invención de la cámara en el arte. La venta de A.I. God simboliza no solo el ascenso de un nuevo tipo de creatividad, sino también el desafío de aceptar un arte que ya no es solo humano.

De Pettoruti a Berni: los cuadros más valuados de los artistas argentinos


Fuente: El Día – La obra de pintores como Guillermo Kuitca, León Ferrari y muchos otros es celebrada y coleccionada. Al mismo tiempo, se consolida el legado nacional en la escena global de la cultura

El arte argentino ha dejado una huella imborrable en la historia del arte mundial, con varios artistas que han alcanzado el reconocimiento internacional y cuyas obras se han convertido en piezas de gran valor en el mercado del arte. Entre ellos, destacan figuras como Emilio Pettoruti, Antonio Berni y León Ferrari, cuyas obras han alcanzado precios récord en subastas y se consideran tesoros nacionales.

Emilio Pettoruti es uno de los pioneros del modernismo en Argentina y su obra “Concierto” (1941) se vendió en Christie’s (Nueva York) por 794,500 dólares en mayo de 2012. Otra de sus obras, “El cantor” (1934), también alcanzó un precio impresionante de 782,500 dólares en la misma casa de subastas en 2008. Pettoruti es conocido por su uso innovador de la luz y el color, y sus obras reflejan una profunda comprensión de la estructura geométrica y el movimiento.

La gallina ciega (1973) de Antonia Berni / Web

Antonio Berni, otro gigante del arte argentino, ha logrado precios elevados con su obra. Su pintura “Ramona espera” (1962) se vendió en Sotheby’s (Nueva York) por 717,500 dólares en 1997, y su obra “Desocupados” (de los años 30) alcanzó los 800,000 dólares en 1995, el precio más alto registrado para una obra de un artista argentino en ese momento. Berni es conocido por su compromiso con las temáticas sociales y su estilo distintivo que combina elementos del realismo social con el expresionismo.

También resaltan los cuadros de Guillermo Kuitca. Por caso, Diarios (2000-2005) fue vendido en 2022 a 567.000 dólares por la casa Christie’s (NY). Exactamente seis años antes, Deng Hagg Praha (1989) totalizó una operación de 511.500 dólares vía Christie’s (NY).

Concierto (1941) de E. Pettoruti vendida en 2012 por U$s 794.500 / Web

León Ferrari, reconocido por su enfoque crítico y provocador, ha dejado una marca significativa en el arte contemporáneo. Aunque no se dispone de datos exactos sobre las cifras de venta de sus obras, su pieza “La civilización occidental y cristiana” (1965) es ampliamente reconocida y le valió el prestigioso León de Oro en la Bienal de Venecia en 2007. Ferrari utilizaba su arte para cuestionar el poder y la religión, y sus obras a menudo provocaban debates y controversias.

El Cantor (1934), de Emilio Pettoruti / Web

Las pinturas de Andrés Aizicovich en Sendrós

Fuente: Página 12 – Aizicovich retrata episodios de la historia universal como si hubieran sucedido a la vez, en un tiempo primitivo. En la exhibición conviven celulares y herrerías junto a una Eva escuchando el llamado de la tentación. Las obras parecen tener como referencia a Carpani y a Guayasamín, lejos del arte contemporáneo.

En la mitología griega, Cronos era uno de los principales titanes de la primera generación, es decir, de los que descendían directamente de Gea –la tierra– y de Urano –el cielo–. Durante siglos y siglos fue considerado el padre del tiempo, capaz de controlarlo y manipularlo a su antojo. Generalmente, se lo representaba con una hoz –¿habrá sido Cronos el primer comunista, antes de que los comunistas existieran?– ya que se creía que había usado ese arma para: separar el cielo de la tierra o, imagen menos feliz, castrar a su padre. Esta deidad todopoderosa podía mover acontecimientos históricos de lugar, adelantar el futuro hasta convertirlo en presente o retroceder el tiempo hacia atrás, todo según su capricho. Alrededor de él no había una temporalidad precisa; todo podía suceder en simultáneo. Algo de este espíritu, de esta percepción del tiempo, aparece en Nunca caminarás solo, la reciente exhibición del artista Andrés Aizicovich en la galería Sendrós.

Con una muestra compuesta de 24 pinturas, Aizicovich retrata diferentes episodios de la historia universal como si hubieran sucedido a la vez, en un tiempo primitivo. En esta exhibición conviven atriles, celulares y herrerías junto a una versión de la Cueva de las Manos y una Eva escuchando el llamado de la tentación, frente a un árbol con manzanas. Como si el propio Cronos hubiera orquestado la sucesión de eventos, Aizicovich superpone siglos y siglos de historia en este conjunto de pinturas que en algunas ocasiones parecen hasta rupestres. La historia del mundo fue encerrada en una caverna, devenida galería de arte, gracias a este artista.

Esta es la primera muestra individual que Aizicovich realiza en Buenos Aires después de tres años y luego de participar en distintas residencias en diferentes países del mundo, como Francia, Estados Unidos y Alemania. Pero antes de estos tours internacionales, este artista desarrolló su carrera en la escena local, desde comienzos de los años 2000. Se formó en la Universidad Nacional de las Artes, participó del programa de Artistas de la Universidad Di Tella y realizó muestras en diferentes espacios –como la galería Jardín Oculto, Inmigrante y el Centro Cultural Recoleta–. Además fundó, junto a los artistas Leopoldo Estol y Liv Schulman, una de las publicaciones más populares dentro de la escena cultural: el diario El Flasherito. Durante todos estos años, con su trabajo fue inventando distintas tecnologías que tenían la intención de intervenir en las condiciones materiales y poéticas del mundo, pero sobre todo buscaban establecer nuevas formas de comunicación.

En la mayoría de las obras que presenta en esta nueva muestra se puede ver a dos personas interactuando entre sí o a través de diferentes objetos. Los cuerpos de estas personas están un poco deformados: tienen manos gigantes, algunos llevan sobre sus caras unos ojos saltones y otros tienen orejas de diferentes colores. Cada uno con su marca, con su particularidad, pero humanos al final de cuentas. Algunos trabajan y otros se divierten –estos últimos son los que se dedican al arte–.

Nunca caminarás solo es un manual ilustrado de la historia del mundo y, sobre todo, de su tecnología. En casi todas las pinturas se ve una anécdota del mundo, a la vez que se muestra la manera en la que un invento establece y condiciona la relación entre dos personas. También podría ser un libro de comunicación social, un apunte de semiología o lo que realmente es: una muestra de arte contemporáneo.

Comunicación paralela

Durante siglos, los mitos han servido para dar explicaciones del mundo que nos rodea. Cada vez que alguna civilización quiso dar cuenta del origen de alguna cosa o tratar de entender el funcionamiento de algo, se inventó un mito. Muchas veces, estas historias de ficción trataron de clarificar los grandes misterios de la vida y los grandes acontecimientos históricos de cada sociedad. A pesar de que se construyen oralmente, los mitos siempre tienen –en algún momento– su representación visual: desde el gran nacimiento de Venus, pintado por Botticelli, hasta la creación de Adán que hizo Miguel Ángel en la Capilla Sixtina –las reinterpretaciones siguen hasta nuestros días y ahora hasta son memes, como ocurre con los dos ejemplos mencionados–. Las 24 pinturas que Aizicovich preparó para Nunca caminarás solo también tienen un carácter mitológico y en cada una de ellas se retrata un acontecimiento particular, muchos de los cuales son fenómenos de nuestro tiempo, como las selfies.

Dos de las obras que se encuentran en exhibición en la galería Sendrós muestran a una dupla de parejas fotografiándose a sí mismas. Caras y culos que se asoman a la pantalla de los celulares para después navegar por los ríos de Internet ¿Son acaso estas las representaciones de las primeras selfies del siglo XXI? Aizicovich, con estas obras, hace un registro doble: por un lado, representa esta práctica que inunda las redes sociales; por otro lado, ofrece una mirada sobre la relación que tienen las personas con ese dispositivo que todo el tiempo se lleva encima, cual tobillera electrónica. En numerosas oportunidades, Aizicovich trabajó con la relación persona-tecnología, de hecho en la muestra que realizó en 2019 en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires este vínculo también aparecía. En aquella oportunidad, este artista mostró una serie de esculturas que podían ser manipuladas por el público y cuya utilidad era “enviar un mensaje hacia una civilización distante”.

Las formas de comunicarse son una constante en la obra de Andrés y, en definitiva, todas las pinturas incluidas en esta muestra también refieren a eso mismo, dado que en casi todas hay dos personas que interactúan –o se comunican– a través de algo. La pregunta entonces es de qué manera se pueden enviar y recibir mensajes por fuera del lenguaje oral o escrito. Desde la perspectiva de Aizicovich, el baile, la pintura y la música son capaces de transmitir mensajes y de establecer un vínculo entre dos personas. Lo que parecen estar indicando estas obras es que diferentes disciplinas artísticas pueden ser pensadas como tecnologías para generar una comunicación, un intercambio. La prueba empírica de esto mismo podría ser una obra anterior de Aizicovich, “Relación de dependencia” –la misma que lo hizo ganar el premio Braque en 2018–. En esa instalación una persona pedaleaba en una bicicleta fija, el movimiento hacía girar un torno de alfarería y una segunda persona, al mismo tiempo, moldeaba una vasija. La obra era la tecnología –o el canal o el soporte– que garantizaba una comunicación entre dos personas y cuyo resultado final podía ser un objeto de arcilla.

El conjunto entero de pinturas que expone en esta ocasión puede funcionar también como una serie de objetos que transmiten mensajes hacia los espectadores que aparezcan; lo que tratan de decir y mostrar estas obras es completamente transparente y el relato que arma Andrés en cada una de las pinturas está en la superficie de las mismas, no hay nada ambiguo en ellas, de hecho casi ni son metafóricas y es que, si de mitos se trata, la gracia está en que sean comprendidos popularmente. A la hermeticidad del arte contemporáneo, las 24 pinturas parecen darle la espalda para sacar a relucir la vieja y tradicional función de una obra de arte: intentar decir algo y que eso que se enuncia se entienda.

Contra el arte

Para triunfar en el mundo del arte contemporáneo habría que hacer todo lo contrario a lo que hizo Andrés Aizicovich en Nunca caminarás solo. Ante la avanzada de obras que no se entienden, hechas de cemento, tubos de luz blanca y acero inoxidable, este artista presenta 24 imágenes figurativas y pequeñas, que parecen tener como referencia a Ricardo Carpani –el histórico pintor peronista de la Argentina– y, por qué no también, a Oswaldo Guayasamín –pintor, dibujante y escultor ecuatoriano–. Con esta exposición Aizicovich abraza la tradición más relegada de la historia del arte –una tradición que a algunos hasta les puede dar cringe–. Sin embargo, este movimiento encierra una pequeña astucia: esquivar los grandes temas y desentenderse de cualquier polémica. Las pinturas podrían tratar de infinidad de otras cosas, atender la agenda de los titulares que día a día generan grandes pronunciamientos, pero en vez de eso, se fijan en detalles periféricos del mundo de hoy. Parecería ser que este artista se hartó de las lógicas del arte contemporáneo y, al abandonarlas, solo pudo entregarse a un proyecto sin curador, sin texto de sala, sin obras complejas, grandilocuentes, opacas y sin todas esas cosas que alguien espera encontrar cuando entra en una exposición de arte contemporáneo.

En este sentido, Nunca caminarás solo es también una pequeña digresión en el trabajo de este artista que desde hace varios años cumplió con el check list del arte contemporáneo. Sus producciones más recientes no apuntaban a un espacio seguro, apto para todo público, sino más bien a la complejidad de los tiempos que aquejan al mundo del arte. Además también significan la vuelta del color, después de años del negro, el gris y el brillo inocuo del acero. Las pinturas de esta muestra son la combinación del joven Aizicovich que posteaba pinturas coloridas en Flickr y el artista que hace grandes instalaciones en museos y gana becas para recorrer el mundo.

La apuesta es interesante porque es una apuesta hacia la moderación, es decir, es un movimiento que va en contra del imperativo de la polarización. La búsqueda de estas obras avanza por la ancha avenida del medio, trazando un recorrido sumamente personal y caprichoso. Aizicovich no parece interesado en nada que vaya a generar un revuelo o que responda a algunos intereses de coyuntura: solo quiere revisitar su propio mundo propio. Si bien en términos formales estas obras no se conectan demasiado con sus últimos trabajos, si guardan una relación con las investigaciones con las que trabaja, ya mencionadas. Así, esta es una exhibición que apuesta por algo diferente, pero que en el fondo, en lo profundo de la cuerina negra sobre la que se imprimen estas pinturas, habla de lo mismo que aqueja a Aizicovich desde hace años, es decir, de los esfuerzos que hacemos para entendernos.

Nunca caminarás solo se puede visitar de miércoles a viernes, de 14 a 18, en la Galería Sendrós, Wenceslao Villafañe 584. Hasta el 9 de noviembre. Gratis.

Katy Bainotti: La Búsqueda de la Esencia a Través del Arte

Fuente: Noticias – La artista plástica Katy Bainotti nos comparte su inspiradora trayectoria y su enfoque multifacético hacia el arte, donde la intuición y la creatividad son las protagonistas.

Katy Bainotti encontró en el arte una forma de comunicar ideas y emociones, un camino que no siempre fue sencillo. Durante décadas, se vio obligada a seguir mandatos sociales y familiares que relegaban su capacidad creativa. Sin embargo, en los momentos más difíciles de su vida, surgió la necesidad de replantearse la esencia de su ser, permitiendo que la intuición y la sensibilidad tomaran el control.

Su estilo, definido como abstracto, vibrante y multifacético, es el resultado de una constante experimentación con diversas técnicas y medios. Desde la pintura hasta los objetos escultóricos, Bainotti utiliza el color como herramienta esencial para expresar sus ideas y emociones. Su proceso creativo es guiado por la intuición, donde la técnica y el conocimiento son fundamentales para el desarrollo de sus obras.

El espacio de trabajo de Bainotti no se limita a un taller físico. Prefiere trabajar al aire libre, donde la libertad de elección la conecta con su creatividad y le permite delinear el proceso creativo de manera más orgánica. Esta conexión con la naturaleza se refleja en sus proyectos actuales, que incluyen una serie de obras inspiradas en sus experiencias de trekking en la montaña.

Además de sus exposiciones de arte, Bainotti está entusiasmada con la idea de compartir sus conocimientos a través de clases virtuales, inspirando a otros a transformar sus vidas a través del arte. También está desarrollando diseños abstractos para una marca de indumentaria, expandiendo así el alcance de su arte más allá del lienzo tradicional.

Actualmente la artista se encuentra en la producción de una serie “las catalinas” nueva inspirada en mujeres, teniendo como eje de la búsqueda de transmitir los diferentes estados de ánimo, los sentimientos y lo que pensamos. El desarrollo de esta nueva serie, la artista lo explica en 3 etapas: Fondo, Rostro y Pelo.

En cada parte de la obra, la artista se define, el fondo de la obras Bainotti utiliza diferentes técnicas para generar efectos visuales, en el pelo utiliza materiales en desuso y para el rostro define la postura de la figura y con la paleta de colores define emociones.

Inició su participación en la muestra de arte junto a Rodarte – Gallery, en una exposición llevada a cabo en Globant, Córdoba. En esta ocasión, se están exhibiendo seis obras en la muestra «Caleidoscopio», ubicada en el Centro Cultural de Dean Funes, en la provincia de Córdoba. Además,la artista tiene programadas diversas presentaciones en distintas provincias durante los próximos meses, extendiendo así el alcance de mi trabajo a nuevas audiencias y escenarios. “Este recorrido por diferentes provincias no solo me permite compartir mi arte con una variedad de públicos, sino también enriquecer mi propia perspectiva creativa a través de estas experiencias” concluye Bainotti.

Katy Bainotti nos demuestra que el arte es una forma de vida, una herramienta poderosa para la introspección y la transformación personal. Su pasión y dedicación son un ejemplo inspirador para todos aquellos que buscan expresar su esencia a través de la creatividad.

Un misterio que duró 120 años: el enigma de la inscripción hecha en “El Grito”

Fuente: Clarín – ¿Quién escribió en el famoso cuadro de Edvard Munch la frase: ¡Sólo podría haber sido pintado por un loco!?. Un misterio que nadie podía resolver desde 1893.

El propio Edvard Munch fue el autor de la misteriosa frase oculta en el fondo de la primera versión de su famosa pintura El grito, de 1893: «¡Sólo podría haber sido pintado por un loco!».

Las primeras imágenes de Munch crearon indignación y debate en su época, hace unos 120 años. La primera vez que se menciona la inscripción fue en relación con una exposición en Copenhague en 1904, once años después de que Munch pintara El grito.

En ese momento, un crítico de arte danés pensó que lo había escrito un miembro del público. Es fácil imaginar a un espectador indignado, frente a El grito, tomando un lápiz y expresando su opinión tanto sobre la obra de arte como sobre su creador. Pero ese no fue el caso.Inscripción oculta en El Grito de Munch (Nasjonal Museet/Borre Hostland).Inscripción oculta en El Grito de Munch (Nasjonal Museet/Borre Hostland).

Una investigación en el Museo Nacional de Noruega en 2021 reveló que la escritura pertenecía al propio Edvard Munch.

Mai Britt Guleng, curador del Museo, trabajó extensamente en las obras de Edvard Munch. El Grito es una de varias obras que se han conservado y examinado desde que cerró la antigua Galería Nacional noruega.

Entre otras cosas, la pintura se fotografió con una cámara de infrarrojos, lo que hizo que la escritura se destacara claramente del fondo pintado y, por lo tanto, agregara un nuevo giro a la historia.La pintura se fotografió con una cámara de infrarrojos, lo que hizo que la escritura se destacara claramente (AFP).La pintura se fotografió con una cámara de infrarrojos, lo que hizo que la escritura se destacara claramente (AFP).

No hay duda de que la inscripción es de Munch. La escritura en sí y los eventos que ocurrieron cuando Munch exhibió la pintura por primera vez en Noruega apoyan esta conclusión, dice Guleng en un comunicado.

«Tienes que acercarte bastante para ver la inscripción. Rara vez encontramos tales inscripciones en pinturas, particularmente en una de las más famosas del mundo. Dado que se trata de una obra tan importante en la historia del arte internacional, la inscripción ha recibido una notable pequeña atención».

Versión desechada detrás del lienzo

La versión del Museo Nacional de Noruega de El Grito es la primera. En la parte posterior del cuadro hay una versión parcial con una composición ligeramente diferente. Munch la desechó, dio la vuelta al lienzo y pintó El grito como lo conocemos hoy. El Grito es uno de los cuadros más famosos de la historia (AFP).El Grito es uno de los cuadros más famosos de la historia (AFP).

La fotografía infrarroja de la pintura no reveló bocetos o sobrepinturas desconocidos, pero la inscripción apenas visible se hizo mucho más clara.

«La escritura siempre ha sido visible a simple vista, pero ha sido muy difícil de interpretar. A través de un microscopio, se puede ver que las líneas de lápiz están físicamente encima de la pintura y se han aplicado después de que se terminó la pintura», dice Thierry Ford, conservador de pinturas en el Museo Nacional.

«Elegimos fotografiarlo con una cámara de infrarrojos para obtener una imagen más clara de la inscripción. En una foto de infrarrojos, el carbón del lápiz se destaca con mayor claridad y facilita el análisis de la escritura a mano. Y no tienes que impactar la pintura en sí», explicó.

Agencia Europa Press.

Laurent Schwarz, el ‘mini-Picasso’ alemán de 3 años que triunfa en las redes sociales

Fuente: Perfil – Sus obras han sido descritas como una mezcla de expresionismo y cubismo, lo que lo ha llevado a ser comparado con Pablo Picasso, un honor que pocos alcanzan, y mucho menos a tan temprana edad.

A la sorprendente edad de tres años, Laurent Schwarz ha comenzado a dejar una huella en el mundo del arte. Apodado como el «mini-Picasso» alemán, este joven prodigio ha capturado la atención de críticos, coleccionistas y seguidores gracias a su estilo único, lleno de colores vibrantes y formas abstractas que lo destacan.

Laurent Schwarz, de tres años 20241021

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El talento innato de Laurent Schwarz

Nacido en Berlín en 2021, Laurent Schwarz pinta lienzos, generalmente más grandes que él, en su taller de su casa de Neubeuern. El niño de tres años demostró desde temprana edad una fascinación por el arte, un talento que rápidamente fue notado por sus padres, ambos artistas, ya que su hijo podía sostener un pincel, a una edad en la que la mayoría de los niños apenas comienzan a explorar sus habilidades motoras, y crear composiciones abstractas que sorprendían por su complejidad y uso del color. 

Aunque no solo usa el pincel, sus manos, dedos y rodillos también forman parte de las creaciones que plasma con una pasión increíble que descubrió hace un año, durante unas vacaciones en un hotel familiar que tenía un taller de dibujo.

“Volvimos a casa y sólo quería pintar, pintar y pintar”, aseguró su madre Lisa Schwarz a AFP.  Sus obras han sido descritas como una mezcla de expresionismo y cubismo, lo que lo ha llevado a ser comparado con Pablo Picasso, un honor que pocos alcanzan, y menos a tan temprana edad.

El impacto de las redes sociales y su prometedor futuro

Las redes sociales han sido clave en la rápida fama de Laurent ya que mediante su perfil en Instagram, sus padres comparten las creaciones de su hijo, lo que permitió que el niño pintor gane miles de seguidores a nivel global. «En cuatro semanas, alcanzamos 10.000 seguidores», recuerda Lisa Schwarz, aunque ahora cuenta con 90.000 seguidores, y añadió que inicialmente solo buscaba compartir imágenes del trabajo de su hijo a familiares y amigos.

Esta visibilidad digital no solo contribuyó a la venta de sus obras, sino que también lo posicionó como un símbolo de la nueva generación de artistas jóvenes que aprovechan la tecnología para llegar a una audiencia internacional. Los compradores de todo el mundo pujaron hasta varios cientos de miles de euros por sus obras en una venta celebrada en Neubeuern a finales de septiembre. «Entre los interesados había un famoso actor estadounidense, familias de la realeza (…) Fue increíble», recordó Lisa. Sin embargo, los padres han dejado en claro que el dinero ingresa directamente en una cuenta de banco que crearon para Laurent y que podrá utilizarlo como quiera una vez que sea adulto.

Laurent Schwarz, de tres años 20241021

«Puede estudiar pintura, comprar un coche, tocar un instrumento o jugar fútbol. Él elegirá», aseguró su padre Philippe Schwarz ya que lo “importante es que él esté feliz”.

A sus tres años, Laurent Schwarz ya ha conseguido más de lo que muchos artistas logran en toda su vida. Mientras sigue explorando su potencial creativo, el futuro de este «mini-Picasso» se perfila como prometedor, dejando a todos expectantes sobre cómo evolucionará su arte y qué nuevas fronteras alcanzará.

Primicia en el mundo del arte: subastarán una obra del robot Ai-Da

Fuente: ámbito – Se trata de un humanoide desarrollado con inteligencia artificial creado en 2019 que continúa progresando en sus capacidades de pintura.

El robot Ai-Da, humanoide dotado de inteligencia artificial, realizó una obra que será subastada el próximo 31 de octubre, según anunció la casa de remates Sotheby’s. Se trata de una novedad absoluta en el mundo del arte.

La obra es un retrato del matemático inglés Alan Turing, considerado como uno de los padres de la informática. El lote de la subasta online buscará explorar la «intersección entre el arte y la tecnología» y permanecerá abierta hasta el 7 de noviembre.

Se espera que esta pintura de 2,2 metros de alto, llamada «AI God» («Dios de la IA»), tenga un precio de entre 100.000 y 150.000 libras (entre 130.000 y 196.000 dólares), según los creadores de Ai-Da.

Este robot es uno de los más avanzados del mundo y está diseñado para parecerse a una mujer, de grandes ojos y pelo castaño oscuro.

Ai-Da, el robot que continúa revolucionando el mundo del arte

Ai-Da fue creada en 2019 por un equipo dirigido por Aidan Maller, galerista y fundador de Ai-Da Robot Studio, con especialistas de IA en las universidades de Oxford y Birmingham en Inglaterra. Su nombre está inspirado en Ada Lovelace, la primera programadora de la historia.

El robot artista, que utiliza la IA para crear cuadros o esculturas, se mueve y expresa de manera autónoma, sin intervención humana. Durante los años, perfeccionó su técnica con el pincel e hizo varias obras de arte.

«A través de mis retratos de Alan Turin, celebro sus trabajos y contribuciones al desarrollo de la informática y de la IA», expresó un comunicado atribuido a la artista robot.

El retrato, un rostro desestructurado con tonos oscuros, evoca visiblemente los temores de Alan Turing sobre el uso de esta tecnología y «continúa interrogando hasta dónde nos llevará el poder de la IA», señaló Aidan Maller.

Otras obras de Ai-Da ya fueron expuestas en la Bienal de Venecia, en el Museo del Diseño de Londres, en las pirámides de Guiza o en Naciones Unidas. Esta inteligencia artificial también dio un discurso ante la Cámara de los Lores en 2022.

Descubren en Viena un óleo de William Turner que se daba por perdido

Fuente: Diario El Norte – Se trata de una obra hermana de Venice, seen from the Canale della Giudecca, with the Santa Maria della Salute Church, cuyo propietario sospechaba de su autenticidad. Ahora un estudio confirmó que es original.

Un óleo del pintor inglés William Turner (1775-1851), que se daba por perdido, fue descubierto en Viena, Austria, por medio de una investigación histórica por la galería de arte Artzwina.

El lienzo que se pondrá a la venta, es una versión de la pintura Venice, seen from the Canale della Giudecca, with the Santa Maria della Salute Church que se encuentra en el Victoria & Albert Museum de Londres, detalló la galería en un comunicado.

La información señala que un coleccionista privado vendió la obra enño 2005 al actual propietario, quien, al sospechar de su autenticidad, pidió a la galería Artzwina realizar un estudio.

En la investigación titulada “Joseph Mallord William Turner. Un redescubrimiento”, los expertos señalaron que el pintor británico es su creador, pues “todos los análisis científicos demuestran que sólo puede tratarse de un cuadro de Turner. Es un maravilloso redescubrimiento de una obra maestra en Viena”, afirmó Franz Smola, conservador del museo vienés Belvedere y coautor de la investigación.

Por otra parte, la catedrática de la Academia de las Artes Plásticas de Viena, Katja Sterflinger dijo que el hallazgo permitió conocer nuevas paletas de colores del artista, “Se trata de un nuevo hallazgo en la investigación sobre J. M. W. Turner, que conduce a una ampliación de su paleta y a la necesidad de seguir investigando sobre las pinturas ya conocidas del artista”.

Se informó que el propietario está decidido a vender el cuadro en el mercado internacional del arte. Sin embargo, se desconoce si la obra será subastada.

Descubrimiento sin precedentes | Develan el mayor secreto detrás del arte paleolítico y cambia todo lo que sabemos sobre nuestros ancestros

Fuente: Cronista – Se trata de una investigación de la Universidad de Salamanca que arroja nueva luz sobre el proceso de creación artística de los primeros humanos.

Un nuevo estudio liderado por la Universidad de Salamanca revela el papel clave de las habilidades cognitivas y motoras en el arte paleolítico, un trabajo pionero que ha publicado la revista «Scientific Reports» de Nature y arroja nueva luz sobre el proceso de creación artística de aquellos antepasados.

Este trabajo, encabezado por la Facultad de Geografía e Historia y su Laboratorio de Tecnología Prehistórica (Labtec) en colaboración con la Facultad de Psicología, subraya la importancia del arte como una manifestación temprana del desarrollo cognitivo humano.

¿Cuál es el secreto detrás del arte de los primeros humanos?

El arte paleolítico constituye una de las primeras manifestaciones de creatividad y complejidad cognitiva de los seres humanos anatómicamente modernos, pero a pesar de su antigüedad y de su relevancia en la historia de la humanidad, hasta ahora no se habían llevado a cabo estudios exhaustivos sobre los procesos neurológicos y las habilidades motrices vinculadas a la creación de estas representaciones artísticas.

En este contexto, el Labtec, dirigido por la profesora Olivia Rivero, ha liderado este estudio pionero en el que se analiza, por primera vez, el nexo entre las habilidades cognitivas y las habilidades motoras de los primeros humanos anatómicamente modernos a la hora de la creación del arte.

El trabajo integra la arqueología y la psicología experimental para explorar «cómo los primeros artistas paleolíticos adquirieron las destrezas necesarias para producir imágenes realistas», ha explicado Olivia Rivero en una nota de prensa de la universidad.

El estudio destaca que «el arte paleolítico, lejos de ser simplemente una expresión estética, representa un conjunto complejo de destrezas técnicas y estilísticas» y revela que la experiencia en las artes visuales está vinculada a un mayor rendimiento en las habilidades espaciales, como la visualización y la rotación mental, «lo que sugiere que los primeros artistas también necesitaban entrenamiento especializado», ha indicado Rivero.

¿Cómo descubrieron las técnicas detrás del arte en el Paleolítico?

El trabajo de la Universidad de Salamanca utiliza pruebas psicométricas y tareas de dibujo y grabado monitoreadas por guantes sensores de movimiento para comparar el desempeño de expertos y no expertos en artes visuales cuando se enfrentan a desafíos similares a los de la producción artística del Paleolítico superior.

Aunque se observaron diferencias significativas en las tareas de dibujo entre expertos y no expertos, no se hallaron diferencias notables en las habilidades motoras, lo que apunta a que la técnica de grabado paleolítico requería de un aprendizaje específico.

Por otra parte, el análisis biomecánico del movimiento evidenció diferencias significativas entre las tareas realizadas utilizando herramientas de dibujo modernas y aquellas empleadas con herramientas paleolíticas.

Descubrimiento sin precedentes | Develan el mayor secreto detrás del arte paleolítico y cambia todo lo que sabemos sobre nuestros ancestros. Imagen: archivo. 

Estos hallazgos respaldan la hipótesis de que los artistas paleolíticos necesitaban un entrenamiento técnico especializado, particularmente en el uso de herramientas líticas como los buriles.

El estudio de la USAL sienta las bases para futuras investigaciones sobre cómo las habilidades cognitivas y motrices relacionadas con el arte paleolítico difieren de las que se atribuyen a los artistas contemporáneos. 

Fuente: EFE