Chiachio & Giannone: dar puntadas al unísono

Fuente: Clarín – Un museo dentro de otro museo, en esa propuesta y de carácter enciclopédico, se enfocó el curador Leandro Martínez Depietri para Vivir sus vidas, en la Colección Amalita, en Puerto Madero. La muestra que celebra las dos décadas de trabajo de Chiachio & Giannone contó con más de mil visitantes solamente en la tarde de la inauguración y se podrá ver hasta febrero del 2025.

Esta vez, el dúo conformado por la pareja de Leo Chiachio y Daniel Giannone se vuelve a mirar, asimismo, en la labor habitual de los tapices bordados y otras piezas textiles donde cuentan diversas historias que los tienen como protagonistas. Aunque en contraste con el imperativo de la época, acá la autorreferencialidad es un elemento central para aportar contenido a cada obra. Su presencia se vuelve clave en los retratos continuos, donde los artistas toman distintos roles en lejanas latitudes.

Ese afán ficcional es el mismo que le proponen al público, tal cual lo anticipan en el título de la muestra, parafraseado de Vivir su vida, el film de Jean-Luc Godard de la década del 60. Referencia cinematográfica que se suma a la del afiche de la exhibición, de indudable estética almodovariana.Ekeko 6. Tríptico, 2009/10. Objeto de porcelana con gorro de hilo al crochet. 27 x 34 cm. Ekeko 6. Tríptico, 2009/10. Objeto de porcelana con gorro de hilo al crochet. 27 x 34 cm.

Folletín amoroso del arte

Es mediante el bordado, el patchwork y el quilting, entre otras técnicas, que aparece desplegada la amplia gama de personajes en tonos estridentes, por caso, sus propias mascotas, con un homenaje sostenido en el tiempo a Piolín. El perro Dachshund (o “salchicha”) fallecido este año, que incluso, en diciembre próximo, tendrá su propio museo con un revival.

Por un lado, la exposición puede ser pensada como una novela por entregas, como si se tratara de un folletín, más por cumplir con el requisito de ser contada en partes, que por el melodrama que evoca y la popularidad que revisten las piezas. A su vez, y transversalmente, está organizada de acuerdo con diferentes regiones. Y si bien la decisión taxonómica tiene un anclaje geográfico e histórico, también responde a cuestiones temáticas, técnicas y al antojo, tanto del curador como de los autores, ante el voluminoso caudal de trabajos desarrollados durante estos 20 años de labor. A eso se agrega el monumental montaje diseñado por el arquitecto Leo San Juan que invita a retornar a algunas obras ya vistas, como cuando se vuelve hacia atrás al leer un libro o al mirar una película. “Volvemos a pensarnos de otra manera”, expresan los artistas. “La muestra tiene mucho de ese ida y vuelta”, cuentan.

Lo cierto es que, al andar y desandar la extensa sala de la Colección Amalita, sobresalen “La Conquista”, la obra que representa a Chiachio personificado como un cacique y a Giannone haciendo lo suyo en la piel de un conquistador. Lo mismo, “Sebastianos”, aquella pieza que según los artistas nunca será vendida y que ahora fue reversionada en un retablo hecho con mosaicos textiles inspirados en los de origen pompeyano. También, entre las más emblemáticas, está “Próceres”, que nació cuando se toparon con las fotos del film El Santo de la espada en las marquesinas de una estación de subte, y ahí, in situ, emularon a San Martín y Bolívar.“La famille dans la joyeuse verdure”, 2019. Bordado a mano con hilos de algodón, rayón y lana s/tela. “La famille dans la joyeuse verdure”, 2019. Bordado a mano con hilos de algodón, rayón y lana s/tela.

Tampoco hay que perder de vista las nuevas creaciones, realizadas especialmente para esta exhibición, como el número cinco de la serie Comechiffones (presentada en la galería Ruth Benzacar), donde los artistas ensamblan la tradición comechingona advertida en el rastreo ancestral que llevaron a cabo hace unos años y el oficio del chiffonnier francés enfocado en encontrar descartes de tela para trabajar. Se trata de un inmenso tapiz de cinco metros por cinco, desplegado por primera vez en ocasión de esta muestra.

Y las conexiones surgen entre las obras propias, pero también están las que se asocian a las piezas ajenas. En este grupo se hallan las prendas confeccionadas con manteles y cortinas blancas, transformadas en vestidos danzantes, estampados por sublimación, y que dialogan con “Pericón en la estancia de Pedro Figari”, parte de la Colección Amalita. También el manto bordado expuesto en la sección Belleza y orientalismo, que se vincula con “Los mantones de Manila de Fernando Fader”, obra prestada por el Museo Nacional de Bellas Artes.

“El mundo según Chiachio & Giannone”, así con esa expresión, desde el vamos, los autores manifiestan su punto de vista, tributario claro de lo antes dicho, a través de sus obras, tanto por el uruguayo Joaquín Torres García como por el argentino Nicolás García Uriburu.“La conquista”, 2005/6. Bordado a mano con hilos de algodón s/tela panamá. 
“La conquista”, 2005/6. Bordado a mano con hilos de algodón s/tela panamá.

Y lo suyo no solo consiste en invertir el planisferio y plasmar simbología textil en el territorio, sino que además insisten en que esa sea la forma naturalizada, la del sur global arriba y el norte abajo. Esa impronta, la de subvertir, consiste en traer hacia acá lo foráneo para hacerlo propio, tal como queda demostrado en las obras más recientes de la serie Catedrales.

Al mismo tiempo que reafirman su compromiso inicial, al poner en valor el ámbito doméstico, sobre todo mediante el saber hacer del bordado, antes vilipendiado en favor de las artes canónicas, peor aún, circunscripto como habilidad femenina. Y es además la puntada al unísono, de gesto analógico, la que se superpone con la proliferación de pantallas que ya se ocuparán de capturar y viralizar esas manifestaciones.“Paisaje Pompeyano. Los 4 elementos”, 2018 Mosaico textil. Jarrones de cerámica y pie de metal. “Paisaje Pompeyano. Los 4 elementos”, 2018 Mosaico textil. Jarrones de cerámica y pie de metal.

Algo de eso, aunque no tanto por el oficio sino por la austeridad como respuesta al devenir ostentoso, se hace evidente en la disposición de sus primeras obras. Las cortinas de baño blancas, con los retratos en marcador indeleble, ahora expuestas por delante de los ventanales de la Colección, desde donde se divisa Puerto Madero, por ende, la parafernalia urbana que trajo el nuevo milenio.

Esto concatenado a la permanencia de la imagen disidente, de dos papás y un hijo perro, tal como se anunciaron desde el comienzo, cuando se presentaron como dupla de artistas, y como se sostuvieron a través de estos años. Desde un lugar irónico, sin dejar de ser afectivo, en contraposición al más marketinero que en la actualidad abunda en torno a las mascotas. Es que magnificaron esa familia en la genealogía diversa respecto del pasado, con énfasis en el presente y el futuro. Y fue en ese derrotero que, con alusiones más o menos explícitas, procuraron honrar a los protagonistas de la escena porteña de los 90 con referencias a Jorge Gumier Maier, Marcelo Pombo y Omar Schiliro, entre otros. “Siempre nos interesó la historia, para saber qué pasó y dónde estamos parados”, reconocen.

Alcanza con detenerse y contemplar el tramo donde se expone la gran bandera multicolor, “Familia a seis colores”, en sintonía con la que desplegaron en la Marcha del Orgullo en la primavera del 2018 o la que un año antes realizaron en colaboración con el colectivo de Hombres Tejedores de Argentina en el marco de una muestra de la que fueron parte en el CCK. “Hay que seguir diciéndolo, cada uno desde su lugar, nosotros lo hacemos desde el arte”, sintetizan.“Bomberos”, 2011. Bordado a mano con hilos de algodón y efecto joya s/tela Alexander Henry.“Bomberos”, 2011. Bordado a mano con hilos de algodón y efecto joya s/tela Alexander Henry.

MUPI, el regreso

“Si están el Malba, el Met y el MoMA ¿por qué no el MUPI, el Museo Piolín?”, se preguntaron los autores. Esto pasó hace veinte años cuando estaban por montar una exposición en el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (MACRO). Aunque esa pregunta surgió a partir del perro tejido por Juanjo Rodríguez Velandia, fotógrafo colombiano y amigo del dueto. Luego, otros artistas se sumaron al homenaje al desarrollar objetos y fotografías inspiradas en el ya célebre can de los Chiachio & Giannone. Así, a los doce iniciales, se agregaron nuevos y llegaron a ser más de cien. Participaron Laura Glusman y Alberto Passolini, madrina y padrino, respectivamente, además de Flavia Da Rin, Fernanda Laguna, y Cristina Schiavi, entre otros. Esa iniciativa que tuvo una primera edición en 2005 y una segunda, dos años después, en el Centro Cultural Recoleta, ahora retornará, para ser presentada en diciembre en una sala de la Colección Amalita.

  • Vivir sus vidas – Chiachio & Giannone
  • Lugar: Colección Amalita, Olga Cossentini 141
  • Horario: jue a dom de 12 a 20
  • Fecha: hasta febrero 2025
  • Entrada: general $4000.

Caputo le regaló a Javier Milei un retrato presidencial al estilo del rey Carlos III

Fuente: La Nación – El cuadro, que el mandatario compartió ayer en redes sociales, presenta similitudes con la pintura que el británico Jonathan Yeo hizo este año para el monarca; está en Olivos


Una imagen puede contener muchos significados. Ayer, en sus cuentas en redes sociales, el Presidente publicó la imagen de un nuevo retrato suyo que guarda semejanzas con el que el artista británico Jonathan Yeo le hizo al rey Carlos III de Inglaterra para su coronación. A diferencia de la obra de Yeo -que está pintada en vivos tonos rojos y mide 2,5 por 2,5 metros-, la de Javier Milei tiene capas de azul que casi eclipsan el sol de la banda presidencial y mide 1,55 x 1,10 metros. Tanto Carlos III como Javier Milei tienen la misma pose, apoyados sobre un bastón o cetro. En el retrato del Presidente, a diferencia del monárquico, no sobrevuela ninguna mariposa.

La pintura, que se suma a una galería de retratos realizados por artistas nacionales y extranjeros (en su reciente viaje a Madrid, Milei recibió de obsequio un enorme retrato de cuerpo entero, también con la banda presidencial), había sido difundida semanas atrás por el asesor del Presidente, Santiago Caputo, pero alcanzó mayor notoriedad cuando, ayer el Presidente lo compartió en sus cuentas de X e Instagram, donde se presenta como “economista”.

Consultado por LA NACION, el Presidente confirmó que el cuadro se lo había regalado el joven Caputo. Precisó que era un cuadro físico y no una imagen digital. No obstante, el Presidente no pudo corroborar la autoría. “Me regalaron el cuadro, me gustó y lo puse”, dijo. La pintura está en la Quinta de Olivos.

A su vez, en diálogo con este diario, Caputo contó que la autora del retrato es la artista Josefina Salinas. “Se tomó la imagen de la tapa de la revista Time [el Presidente fue portada del prestigioso semanario estadounidense] y nos inspiramos en el cuadro del rey Carlos”. El asesor presidencial informó que Salinas estaba trabajando en una serie de tres retratos presidenciales. “Este es el primero”, señaló. La cuenta de Salinas en Instagram no es pública. Las fotos de Milei para Time fueron hechas por la fotógrafa argentina Irina Werning.

A finales de mayo la emblemática revista Time dedicó su portada al “radical” presidente argentino
A finales de mayo la emblemática revista Time dedicó su portada al “radical” presidente argentinoGetty Images

El columnista del programa de streaming de cultura y humor Finjamos demencia, Santiago Barbeito, había conjeturado que la imagen había sido creada por inteligencia artificial. “Parece que estuviera apoyado sobre un lienzo -estimó el especialista en comunicación visual-. ¿Fue creado por inteligencia artificial? ¿Está pegado sobre una imagen? ¿Lo hizo el propio Santiago Caputo? Para mí es el retrato definitivo de Milei”. Según Barbeito, la imagen de “Milei en blue” se vincula con los “sentidos meméticos”, el anonimato y la “lógica” de las redes sociales.

La investigadora y ensayista Laura Malosetti Costa, autora de Retratos públicos. Pintura y fotografía en la construcción de imágenes heroicas en América Latina desde el siglo XIX, dijo a este diario que el Presidente, al construir su propia galería de retratos -caracterizado como un león vestido de traje y corbata y con banda presidencial, como Napoleón tras la derrota de Waterloo o capturado en un gesto de vehemencia– “pretende emular los grandes gestos y símbolos de la nación”. “Ensaya gestos y quiere pasar a la historia como disruptivo”, señala. El resultado, en su opinión, es “bastante patético y termina siendo una mala parodia, una mezcla rara de animal salvaje con el deseo de parecer serio y tradicional”.

Dos mil años de historia según dos maestros del bordado

Fuente: Ámbito – Leo Chiachio y Daniel Giannone inauguraron en la Colección Amalita la muestra «Vivir sus vidas», un recorrido fascinante por creaciones con agujas en lugar de pinceles y con hilos en lugar del óleo.

«Leo Chiachio (Buenos Aires, 1969) y Daniel Giannone (Córdoba,1964) es una pareja de artistas unidos por su creatividad y también amorosa en 2003, volcándose al textil para volverse otros y dejar atrás los gestos individuales que caracterizaban su pintura y dibujo.»

Así comienza el texto curatorial de Leandro Martínez Depietri que nos lleva de la mano por un recorrido de sus vidas, experiencias, viajes, compromisos de carácter social, histórico, político en la extraordinaria muestra “Vivir sus vidas” que se exhibe en la Colección Amalita.

No es solamente la maestría del bordado con cualquier material posible, mostacilla, perlitas, brillos de todo tipo sobre lanas, telas, pañuelos, repasadores, fundas de almohadones en «petit point», tapices antiguos encontrados, una gran acumulación de materiales que “ponen en pie de igualdad”, a mosaicos pompeyanos, máscaras kabuki, textiles guaraníes, tapices rococó.

La muestra se inicia con una suerte de recorrido museístico que incluye el famoso cuadro de Fernando Fader “Los mantones de Manila”, prestada por el Museo Nacional de Bellas Artes, que fuera Premio del Salón Nacional de 1914; una obra de José Malanca, homenajes que se extienden a una artista pionera cordobesa, Olimpia Payer (1893-1989). En este espacio aparecerá también el homenaje al gran pintor inglés David Hockney (1937) y su famoso “A bigger splash”, pintado en 1967, de su serie “Piscinas”, lugar de intimidad y de reivindicación en las que se ejercía una sexualidad más liberada.

Otra fuente de inspiración fue el Barrio Chino, la cultura japonesa e india, la decoración de porcelanas japonesas al estilo Imari y sus exóticas flores y satsuma de diseños muy intrincados. En 2018 residieron en China y el resultado fue “Comrades in Shanghai” con la que se designaba a la comunidad homosexual en China.

La muestra está plena de citas como por ejemplo cuando vieron el mural de Raúl Domínguez (1918-1999) en la Estación Fluvial de Rosario. Domínguez, “el pintor de las islas”, figurativo, retratista de la región litoraleña, autor de una docena de murales dedicados al Paraná de gran valor etnográfico y artístico. La flora autóctona del litoral está en “La familia en el alegre verdor”, obra ganadora en 2013 en la Cité Internationale de la Tapisserie d’Aubusson.

Exploran la figura del ekeko, símbolo andino de la abundancia, la fecundidad y la alegría. A medida que se recorre la muestra crece la admiración por la obra de Chiachio & Giannone porque no es solamente su destreza manual, humor e ironía, sino la investigación que hay detrás de las obras.

También citan a Ricardo Rojas, “El país de la selva”, y a Horacio Quiroga en “Cuentos de amor, locura y muerte”. Al gran artista salteño Carlos “Pajita” García Bes, conocedor de sabidurías ancestrales que participó de ritos y ceremoniales. Se asumió tapicista y descubrió en el textil la fibra que tramaba la historia americana

«Bomberos» (2011). Bordado a mano con hilos de algodón y efecto joya sobre tela Alexander Henry, de Chiachio & Giannone.

Martínez Depietri señala el interés que se despertó en los 60 y 70 acerca de lo latinoamericano frente al neocolonialismo y el imperialismo norteamericano durante la Guerra Fría.

En el núcleo “Rincón Caribe” se exhiben obras expuestas en Guatemala y Colombia cuyo presupuesto fue destinado a producciones de comunidades locales. Llegaron al pueblo de San Jacinto donde se produce la artesanía de hamacas con flores y hojas nativas.

En 2016 visitaron Pompeya y llevaron a la tela la técnica del mosaico textil mezclado con el diseño de la Bauhaus o el ícono gay de San Sebastián en el paisaje del norte argentino.

En el núcleo “El viejo mundo”, Depietri señala que Chiachio & Giannone amalgaman 2000 años de historia. De allí la cita al historiador austríaco Alois Riegl (1858-1905), considerado uno de los fundadores de la crítica de arte como disciplina autónoma, que analizó la vitalidad sostenida de la ornamentación como necesidad y búsqueda espiritual de la humanidad.

Cierra este recorrido con “La invención de los comechiffones”, alusión a los comechingones, origen de Leo Chiachio. Los «chiffoniers» recolectaban retazos de tela descartados por la industria textil parisina en los siglos XVIII y XIX. También toman prestadas de Anni Albers, una de las más importantes artistas textiles del siglo XX, profesora de la Bauhaus, esposa de Joseph Albers, de Gunta Stölzl, también profesora y directora del taller textil de la Bauhaus, así como del argentino César Paternosto que trató el tema amerindio en sus abstracciones.

Una muestra imperdible de dos artistas que “pintan” con agujas en lugar de pinceles y con hilos en lugar del óleo, un paseo por la historia del arte, una fantasía exuberante, una toma de posición y compromiso con la vida sin eufemismo alguno

(Olga Cosettini 141. Puerto Madero. De jueves a domingo de 12 a 20. Clausura en febrero.)

Lanzan un concurso de pintura sobre Mar del Plata

Fuente: Infobae – El Fondo Nacional de las Artes y el Ente Municipal de Turismo y Cultura presentaron un certamen nacional con motivo del 150º aniversario de la ciudad balnearia. Se distribuirán un total de 6 millones de pesos.

Más de 50 obras de arte serán seleccionadas para el “Primer Salón Nacional Siglo & Medio: Pinturas de Mar del Plata”, un concurso lanzado en celebración del 150º aniversario de la ciudad de Mar del Plata. Este evento busca destacar pinturas que encapsulen la historia, los paisajes y diversos aspectos filosóficos y poéticos de la ciudad.

El concurso, que se realiza en asociación entre el Fondo Nacional de las Artes (FNA) con el Ente Municipal de Turismo y Cultura de Mar del Plata, estará abierta desde el miércoles 11 de septiembre hasta el miércoles 30 de octubre de 2024. Los artistas interesados deberán inscribirse únicamente a través de la plataforma del FNA. Según los organizadores, el jurado emitirá su veredicto a mediados de noviembre, y las obras seleccionadas serán expuestas en el hall principal del Palacio Municipal de Mar del Plata.

La competencia no solo promete un importante reconocimiento para los artistas vencedores, sino también considerables premios económicos. Se distribuirán un total de 6 millones de pesos en premios adquisición, que serán financiados mediante aportes privados. El Primer Premio recibirá 3 millones de pesos, el Segundo Premio se alzará con 2 millones, y el Tercer Premio será galardonado con 1 millón de pesos. Además, se otorgarán Menciones de Honor y diplomas para reconocer la excelencia de otras obras destacadas.

El concurso tiene como objetivo seleccionar pinturas que reflejen la rica historia y los paisajes de Mar del Plata a través de diferentes perspectivas, ya sean históricas, filosóficas, antropológicas, poéticas o metafóricas. Los requisitos, información y preguntas frecuentes estarán disponibles en la página web del FNA para aquellos interesados en participar.

Esta iniciativa no solo celebra el arte, sino que también busca establecer una conexión íntima con la historia y el espíritu de Mar del Plata a través de las miradas de diversos artistas. Se espera que el concurso y la exhibición resultante ofrezcan una rica perspectiva sobre los 150 años de vida de esta emblemática ciudad costera.

Contrastes creativos: pinturas y dibujos en el Paseo del Buen Pastor

Fuente: Cultura.cba – La pintura y el dibujo en grafito son los protagonistas de dos nuevas exhibiciones que, de la mano de Ides Kihlen y Pablo Canedo, podrán versde desde este lunes, en la sala de exposiciones del Paseo del Buen Pastor.

Hasta el 24 de noviembre habrá tiempo para disfrutar de dos muestras recientemente inauguradas en el espacio cultural Paseo del Buen Pastor. Durante la inauguración de las exhibiciones, que constan de las pinturas de Ides Kihlen y los dibujos de Pablo Canedo, estuvieron presentes el presidente de la Agencia Córdoba Cultura, Raúl Sansica, el director del Paseo del Buen Pastor, Ignacio García Vieyra, el artista Pablo Canedo, Ingrid, la hija de Ides Kihlen y María del Carmen Canterna de Becerra, curadora y propietaria de la galería de arte Vía Margutta. Durante la inauguración, Raúl Sansica hizo hincapié en la apertura que el Paseo del Buen Pastor tiene para con sus visitantes y sus artistas: “Este es un espacio con entrada libre y gratuita del que participan las familias, los estudiantes, los jóvenes. Pablo Canedo abrió esta sala por primera vez y hoy expone como artista en un legado de su gestión. Las artes visuales están teniendo una notable influencia en la actualidad en Córdoba, tanto en las galerías publicas como privadas, hay una necesidad imperiosa de mostrar a nuestros artistas en la contemporaneidad”.

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“Retrospectiva” es una exposición que celebra a la artista argentina Ides Kihlen a 107 años de su nacimiento y que plasma un recorrido por siete décadas de trayectoria. Ides nació el 10 de julio de 1917 y, según cuenta, su pasión es pintar cada mañana, desde bien temprano, tal como lo hace desde que era una niña. En su recorrido artístico, ha trazado una de las carreras más interesantes en la historia del arte local: luego de la primera exposición de su vida, a los 84 años, no ha dejado de exhibir en diferentes museos, espacios y galerías de todo el mundo.

Las pinturas de la longeva y activa artista santafesina exploran los caminos de la abstracción, siempre dentro de una práctica personal. El texto de Rosa Faccaro, destaca: “Las manos de Ides son la continuidad corpórea de un estado de disponibilidad perspectiva: lápices, pinceles, trapos, papeles, tijeras, raspadores, son empleados con maestría y fluidez de quien se entrega activamente a la materia cromática”. La muestra recorre los años de su prolífica producción, a través de 75 pinturas y collages sobre acrílico. Al respecto, María del Carmen Canterna de Becerra, la curadora cuya galería de arte Vía Margutta representa a las obras de Ides, señala: “La pintura de Ides es universal y atemporal. Ella es una mujer de 108 años que hace 103 años está pintando, porque empezó a los 5. Esta obra es magnética, atrae a australianos, americanos, japoneses, es universal y nadie se da cuenta de la edad de la artista porque es una pintura totalmente contemporánea. Eso es lo que hace que tenga tanto valor histórico”.

Por otro lado, uno de los artistas más reconocidos de la provincia como Pablo Canedo, presenta “Dibujo” una producción de dibujos realizados en grafito, lápiz y carbonilla sobre papel y tela, pensada y elaborada a fines del año pasado y todo el transcurso del 2024 para ser exhibidos en la Sala del Paseo Buen Pastor. En sus obras se puede apreciar el oficio puro del artista y su lenguaje personal, hecho que lo coloca en un punto importante en el contexto del arte y la cultura de Córdoba. Además de su impronta particular que lo define del resto en cuanto a su imagen, se observa la casi total ausencia del color que sólo es visible en tres trabajos, el manejo de la escala tonal acromática y la línea en todas sus posibilidades. En relación a su obra, Canedo explica: “El título de la exposición alude al dibujo como sustantivo, como disciplina y también como verbo del ‘yo dibujo’ y tiene que ver con una decisión de hacer, por primera vez, una muestra de dibujos recientes de hace 9 o 10 meses atrás. Casi el 80% son obras inéditas. Quien venga a ver la muestra podrá observar a una persona que se expresa a través del dibujo, en algunas oportunidades con un pensamiento previo y otras no. Muchas veces, en el placer de dibujar van apareciendo cosas y esas cosas, tal vez me fascinan o me parecen extrañas y las sigo dibujando para ver si vuelven a aparecer. Esta es una individualidad que siempre se ha expresado a través del dibujo porque me fascina salir a caminar con una línea todas las mañanas”.

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Conociendo a Ides Kihlen

La artista nació el 10 de julio de 1917, en la provincia de Santa Fe. Su niñez transcurrió a orillas del Paraná. La pintura, su compañera de ruta más fiel junto con la música, la siguió desde pequeña. Ya en Buenos Aires, y con catorce años, ingresó en la Escuela de Artes Decorativas, dirigida en aquel momento por Pío Collivadino. Desde entonces, no dejó de perfeccionarse. Fue alumna de Vicente Puig, y frecuentó los talleres de Emilio Pettoruti y Juan Batlle Planas. Durante una estadía en Europa, conoció las colecciones de los grandes museos y, en París, asistió al taller del reconocido maestro André Lhote. A partir de 1961, estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova, donde tuvo como profesor a Kenneth Kemble, uno de los artistas del grupo informalista. En los años 80, continuó sus prácticas de taller con Adolfo Nigro. Completó su formación profundizando el estudio de la historia del arte para comprender los contextos de producción. Todo este bagaje constituyó el germen de una obra original desplegada a lo largo de más de noventa años de carrera, fuera del circuito de galerías y museos.

Acerca de Pablo Canedo

Nació en Córdoba Capital el 5 de septiembre de 1955. Se educó en el Colegio Nuestra Señora del Valle, Colegio Nacional de Monserrat y Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba de donde egresó con el título de licenciado en pintura. Ejerció las cátedras de Dibujo y Pintura en dicha institución. Es dibujante, pintor, grabador y hace trabajos en la tridimensional. Ha sido y es gestor cultural en los ámbitos público y privado. En los últimos años fundó el Museo de Arte Contemporáneo de Unquillo (MACU) en donde, además, vive desde hace 15 años. 

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Johnny Depp presenta sus obras de arte en una exposición inmersiva en Nueva York

Fuente: Infobae – La muestra “A bunch of stuff” llegará a Nueva York el 4 de octubre. Incluirá desde retratos de su madre hasta una sala animada en 360 grados, narrada por el propio Depp.

El actor estadounidense Johnny Depp abrirá el próximo 4 de octubre en Nueva York su primera exposición inmersiva, A bunch of stuff (Un montón de cosas), en la que mostrará sus propias obras de arte, que hacen un recorrido por su vida y su faceta creativa.

El arte de Depp se podrá ver en el edificio Starrett-Lehigh, en el barrio de Chelsea -donde ya conviven muchas galerías de arte gratuitas- y contará con grandes habitaciones “inmersivas”, galerías tradicionales y tiendas temáticas que guiarán al espectador a través de las diferentes fases de la vida del actor, según la página web de la muestra.

Por ahora la organización no ha puesto entradas a la venta, pero los interesados pueden apuntarse a una lista de espera y conseguir boletos una vez se inaugure la muestra.

Johnny ha creado cientos de cuadros que ilustran su trayectoria vital, desde los primeros retratos de su madre hasta series de obras sobre la identidad, la introspección y la fama. Su arte es la historia de su vida”, anota la web.

A bunch of stuff, curada por BAUART –una empresa dedicada a crear museos y exposiciones– contará con varias salas, entre ellas The Black Box (La caja negra), una película animada en 360 grados y narrada por el propio actor que explora su vida y su trayectoria artística.

Su muestra artística contará con The Black Box y The White Box, que presentaran más de 60 obras divididas en capítulos que revelan su trayectoria creativaSu muestra artística contará con The Black Box y The White Box, que presentaran más de 60 obras divididas en capítulos que revelan su trayectoria creativa

La película no tiene un inicio ni un final marcados, por lo que los espectadores “están invitados a entrar, tomar las riendas y marcharse cuando quieran”, de acuerdo con la web.

Por su parte, el espacio The White Box (La caja blanca), expondrá más de 60 obras de arte físicas elaboradas por Johnny Depp a lo largo de tres décadas. Estas piezas estarán divididas en cinco capítulos e indagarán en la faceta del estadounidense como pintor.

La caja blanca también incluirá artefactos del actor “que ofrecerán un vistazo más profundo a las inspiraciones y las historias detrás de cada pieza”.

En declaraciones a la revista People, el protagonista de la saga Pirates of the Caribbean expresó que, “a través de la magia y la locura de la vida” el arte ha sido su “refugio”.

“Estas piezas, nacidas de diferentes etapas de mi viaje, son el residuo de una vida vivida”, aseguró.

Fuente: EFE.

Fotos: EFE/ Facundo Arrizabalaga y archivo.

Dolores Cáceres: Mi arte no es un panfleto

Fuente: La Voz – Es una de las más reconocidas y polémicas artistas argentinas. Le disparó con escopeta al Cucú de Carlos Paz. Sembró soja frente a la plaza España. Puso a discutir al país con su muestra de tres salas vacías en el museo Caraffa.

– Por qué te gusta tanto hacer lío, Dolores?

–No hago lío. Yo lo que hago es arte. Mi obra es siempre una reflexión. Parece que en la mesa de negociación de época no estoy en los planes de nadie: cuestiono, provoco, salgo de lo dado. Es mi resistencia.

–¿Cómo nació tu vocación callejera, de elegir siempre espacios públicos para tu obra?

–Se llama arte público. Empecé con los túneles de los subterráneos de Buenos Aires. Fue una metáfora del pasaje del final de siglo hacia el siglo 21. Experimenté con la velocidad y el movimiento. Más tarde, se convirtió en una manera de ampliar el público del arte hacia la ciudad entera. Además, el arte público tiene esa gran exposición en los medios que potencian la obra, la desnudan, la vuelven polémica, en algunos casos.

–La leyenda urbana dice que al gobernador Schiaretti casi le da un ACV cuando se enteró de que te dejaron plantar soja en el jardín del museo Caraffa, en 2008. Era como una crítica al campo, que él defendía.

–Mi obra no es un panfleto. Toma posición, no partido. El arte no está para tranquilizar, sino para renovar la inquietud y el asombro del mundo, para impedir que las significaciones sociales se estanquen y se apague la magia del sobresalto, la sorpresa, y aun de la alarma y de la maravilla de lo que no tiene una sola respuesta ni una sola lectura. Lo que se afirma más allá de cualquier dogma. Eso escribió Ticio Escobar cuando sembré soja en Brasil.

–¿Cómo sigue hoy tu vocación agrícola? ¿Dónde seguirás arando?

–Soy artista y no tengo otra vocación. El proyecto Que Soy tiene compromiso social y medioambiental. Sembré y coseché soja en los jardines del Caraffa y en los jardines del museo Oscar Niemeyer, en Curitiba, Brasil. Trasladé las semillas desde el Puerto de Rosario hacia el Gran Canal en Venecia para la tercera Bienal de Performance de Buenos Aires en el marco de la Bienal de Venecia. Ahora voy a seguir el camino de la seda. Dejo Occidente para ingresar a Oriente. El país que sigue es Turquía, y por el mar Rojo iré a Arabia Saudita, India, Singapur hasta llegar a Hong Kong y, finalmente, Shanghái, en China.

–Fuiste la artista “más odiada” de Argentina en 2015. En una exhibición dejaste vacías tres salas del Museo Caraffa.

–Decir que fui la artista más odiada reafirma la intolerancia con la que fui tratada. Soy disidente y Las Salas Vacías fue una obra inmaterial que reflexionó sobre el entorno y sus significados. Fue una obra desafiante, abierta, contextual y transitiva que utilizó el vacío como herramienta y se conectó con el espacio virtual a través del hashtag que permitió que la discusión continuara en las redes, convirtiéndose en un fenómeno de comunicación. Me pregunto si poner de relieve cortocircuitos entre las expectativas de un público anestesiado, enunciar los usos de lo estatal y los espacios de exhibición no son acciones que merecen respeto. Fue una máquina de guerra conceptual, es verdad, pero también generó un enorme debate y fue tapa de todos los medios de comunicación del país. Fue elegida como una de las 10 exposiciones más importantes de 2015, un año electoral y complejo, con campañas políticas muy agresivas. Yo trabajo con la realidad y sus temas. Durante semanas, todos los medios locales y nacionales tomaron la exposición de manera obsesiva. Las actitudes reaccionarias y de tanta hostilidad manifestaron que no terminamos de entender cuándo una acción es arte y cuándo no lo es. Ahí es donde quiero comportarme como un experimentador, un analista o un activista.

–¡Y, además, hubo que pagarte por eso!

–¿Les pagan a los artistas por exponer en Córdoba? ¡Qué novedad me estás dando!

Artista Dolores Cáceres (Facundo Luque / La Voz)
Artista Dolores Cáceres (Facundo Luque / La Voz)

–¿No tenías formas más honestas de ganarte la vida, Dolores?

–Las Salas Vacías como proyecto tuvo impacto nacional e internacional. Nunca una exposición de un museo de provincia llegó tan lejos. Aun hoy, años más tarde, la obra puede ser pensada una y otra vez. Al eliminar certezas, hubo quienes se sintieron incómodos o interpelados. Para hablar sobre la muestra, La Voz utilizó la palabra “escatológico” en un texto de crítica de arte. #SinLimite567 fue un gesto de honestidad y las reacciones tuvieron la misma intensidad e incomprensión que la idea de grado cero.

–A casi 10 años de aquella obra en blanco, te pido un breve mensaje para los miles que te putearon a granel en redes sociales y en los medios.

–Me queda una pregunta. ¿Qué nervio toqué para semejante reacción? Con esa obra, fui capaz de contradecir los aparatos del Estado. El museo y la institución, que son aparatos del Estado, no pueden prescindir de conceptos como colección u obra maestra, y asumen un rol legitimador. Una exposición puede ser un dispositivo que rompe ese poder desde su potencia, y lo hice. Renuncié a todas las expectativas y me atreví a caminar por el borde de un abismo. Fue difícil en lo personal porque hasta llegaron a hackear mis cuentas en las redes. Hoy es obra de investigación. Me escriben desde Chile, España, EE. UU. El catálogo, también vacío, ingresó a los archivos del Moma de Nueva York.

–Ya has puesto neones en el cementerio de Recoleta, hiciste fogatas frente al canal de Beagle, marchaste por La Habana enfundada en un vestido de luto, has desaparecido monumentos en ciudades argentinas, participaste en muestras por todo el mundo… ¿para dónde van tus futuros proyectos?

–Quiero hacer una muestra en el Museo Nacional de Bellas Artes. Quiero escribir y publicar un libro con mis trabajos. Quiero pensar, mirar la sociedad desde una distancia crítica, seguir haciendo obras en el espacio público. Apelar siempre a la participación del que mira. También quiero construir un jardín.

–Me gustó cuando le disparaste con una escopeta al Cucú de Carlos Paz, creo que ese artefacto se lo merece. ¿Tenés planeados más atentados de ese tipo?

–Lo mejor de esa performance fue la participación de la Brigada de Explosivos de la Provincia. Ellos llevaron bombas para que los disparos parecieran verdaderos. Tuve que avisar a la Policía de Carlos Paz que mi acción era un simulacro. Si no, seguramente, terminaba presa.

–Seguís en rebelión. ¿No querés madurar, Dolores?

–Mi trabajo no tiene que ver con caprichos ni ocurrencias. No es pueril. Quien lo ve así tiene un problema grave de comprensión del arte contemporáneo. Y yo te pregunto a vos, ¿rebelión es antónimo de madurez?

–Te autodenominás “Dolores de Argentina”. ¿Sos como la Marianne francesa en versión local?

–Dolores de Argentina es un cuerpo de obra con el que comencé a elaborar la tragedia de terrorismo de Estado que sufrió mi familia durante la dictadura. Ese fue el punto de partida. Yo crecí en uno de los momentos más trágicos del país y, como muchas otras familias, la mía vivió la tragedia de aquellos años. Recién en el 2000, usando mi nombre y mi cuerpo como soporte de obra, pude elaborar mi dolor. Borges sentencia que “sólo una cosa no hay, es el olvido”. En ese desenterrar y recordar, utilicé el lenguaje de la memoria no como instrumento para inspeccionar el pasado, sino como el medio por el que esa inspección acontece. Actualmente estoy tramitando la legalidad del cambio de nombre, utilizando la denominación como un derecho y una acción de arte.

El día que Dolores Cáceres le disparó al Cu-cú de Carlos Paz, para reflexionar sobre la caza de aves en las sierras de Córdoba.
El día que Dolores Cáceres le disparó al Cu-cú de Carlos Paz, para reflexionar sobre la caza de aves en las sierras de Córdoba.

–Leí críticas de arte en la que te llaman “narcisista”.

–Las únicas críticas que me enriquecen son aquellas que refieren a la obra. Las críticas personales ni me interesan.

–¿Por qué un artista cordobés se quedaría en Córdoba, existiendo Turismo City? 🙂

–¿Por qué un artista cordobés tiene que sentir que es expulsado de Córdoba?

–¿Cómo se rompe la lógica de satélite con respecto a Buenos Aires?

–Empieza a gustarme ser periférica y trabajar desde la periferia.

–¿Uno se puede enamorar también de las periferias y los rincones?

–Siempre existe el remordimiento de estar en el error, de ser señalado por no haber hecho lo suficiente.

–Tres palabras que definan quién sos como artista.

–DOLORES DE ARGENTINA.

–Tu biografía dice que naciste en una “familia tradicional de Córdoba”. ¡Qué horror!

–Mi familia está formada por intelectuales: sociólogos, abogados, periodistas, publicistas, fotógrafos. Esa estructura me mostró el lugar desde donde salir y volverme libre hasta donde pude serlo. (Toda mi adolescencia y primera juventud transcurrieron durante la dictadura). Conocí a grandes personalidades del mundo del arte, de la moda, directores de cine, artistas de todo el mundo. Ahora, a la distancia, pienso que no estuvo mal y siento muchísimo orgullo de mi familia.

–No sabía que eras abogada. O sea que ya antes buscabas formas non sanctas de vivir. 🙂

–Fue tan rápido mi paso por la Facultad de Derecho que casi no le di importancia porque simultáneamente estudiaba literatura en la Facultad de Filosofía de la UNC. Todo el día entre una universidad y otra. Nunca me interesó ejercer, solo me demoró en mi verdadera vocación, que es el arte en cualquiera de sus formas. Fue imposible romper el mandato familiar.

Dolores Cáceres, cuando presentó en Córdoba la obra "MONEMENTUM Tus ojos". (Archivo La Voz)
Dolores Cáceres, cuando presentó en Córdoba la obra «MONEMENTUM Tus ojos». (Archivo La Voz)

–Destruiste toda la obra que hiciste mientras estudiaste Artes en la UNC. ¿Qué pasó?

–Era un fracaso. No encontraba mi verdadera imagen y no me alcanzaba la pintura como lenguaje. No me gustó la Academia ni la forma de pensar para impartir nociones de arte.

–Tus obras en las que cubrís monumentos para invisibilizarlos y después volver a mostrarlos. ¿Qué sentido último guardan?

–Todo comenzó con la pregunta: ¿qué hacer con el pasado en un presente como este?, y cubrí las musas de la plaza Colón. Dos meses después, propuse invisibilizar el monumento de la plaza San Martin de Buenos Aires. Bajo la denominación La Estrategia del Eclipse y la curaduría de Guillermo Alonso, volví extraño el monumento que se había naturalizado y quedó cubierto por una tela negra durante tres días. Al descubrirse, recuperó su presencia, y traigo con este gesto la acción de visibilizar los valores simbólicos de heroicidad, libertad, gloria, valor y padre de la patria que buscamos en quienes nos dirigen desde los espacios de poder. La intervención se realizó en homenaje a los 40 años ininterrumpidos de la democracia y funcionó como un señalamiento y una protección al héroe enfrentado a este tiempo. Fue un mapa poético y conceptual de la decadencia, como un grito de malestar de época del año 2023.

–¿A cuáles figuras públicas argentinas cubrirías para que no tengamos que verlas?

–Si Hitler fuera argentino, lo taparía para siempre. Con el resto, puedo sobrevivir civilizadamente. De eso se trata.

–Al ser tu obra principalmente conceptual, no dejás “mercancía artística”,

–Algunos gestos son efímeros, pero los archivos y la documentación son de gran valor para los museos y el coleccionismo internacional. El Malba, por ejemplo, compró las fotografías de la acción en Venecia, de Nicolás García Uriburu. Pero aclaro, no todo el arte conceptual y posconceptual es efímero.

–No habrá obras de Dolores de Argentina para poner en el living y mostrar a las visitas.

–Mi obra forma parte de grandes colecciones y estoy trabajando en este momento en reforzar ese aspecto que nunca me preocupó demasiado. Puse mucha energía en la producción. Ahora estoy buscando ese rumbo.

–Cuando murió tu amigo Antonio Seguí, les agregaste lágrimas a las esculturas de la Familia Urbana. ¿Qué habría que hacer cuando mueras?

–Esa acción fue un homenaje a un querido amigo que provocó que la ciudad se movilizara frente a la muerte de uno de sus mejores artistas. Yo tampoco.

Artista Dolores Cáceres (Facundo Luque / La Voz)
Artista Dolores Cáceres (Facundo Luque / La Voz)

–¿Te interesa “dejar un mensaje”?

–El Arte es un mensaje que se transmite como un secreto entre conspiradores, dijo Marcel Duchamp. El mensaje es mi obra. El arte es hacer, y yo quiero dejar obras.

–Artísticamente hablando, ¿qué es lo mejor y lo peor que tiene Córdoba?

–Los cordobeses y las peleas de todos contra todos. Su aislamiento.

–Te llama el papa Francisco y te pide una obra para el Vaticano. ¿Qué le hacés?

–Le pediría que me regale un Fra Angélico, que es uno de mis pintores preferidos.

–¿Qué gesto hacés cuando te dicen que sos la Marta Minujín cordobesa?

–Nadie me llama así, ¿o si? Si lo hicieran, no haría ningún gesto. La conozco bien a Marta. Viajamos juntas a NYC hace años y me mostró la rama del árbol en la que vivió junto a una comunidad hippie en el Central Park. Ella es de una genialidad irrepetible.

Artista Dolores Cáceres (Facundo Luque / La Voz)
Artista Dolores Cáceres (Facundo Luque / La Voz)

–¿Alguna vez pasaste hambre?

–Seguramente sí. Y sed también.

–¿El arte que no molesta es arte?

–El buen arte nunca molesta.

–¿Qué descubriste en la pandemia?

–Descubrí con certeza que pueden parar el mundo.

–¿Cuál es el sentido de la vida?

–La libertad de vivirla.

–¿Estamos solos en el universo?

–Es difícil pensar que estamos solos.

–¿Qué es lo último que va a sobrevivir en el mundo?

–Una idea.

Custodiada por un perro de raza y 39 cipreses

La artista plástica Dolores Cáceres vive en la ciudad de Villa Allende en compañía de “39 cipreses y un perro de raza” que la cuida. Además, tiene dos hijos “maravillosos” y cinco nietos también “maravillosos”. Dice que su mamá, con alzhéimer, vive “entre lo finito y lo infinito”. Ella y toda su familia son nacidos en Córdoba capital. Actualmente, está leyendo al filósofo surcoreano Byung–Chul Han y cuenta que su director de cine favorito es Sorrentino, pero “después de Godard”.

Luciana Lamothe y su credo no binario

Fuente: Clarín – La artista conceptual que representa al país en la 60° Bienal de Venecia cuenta sobre su instalación: emplea materiales reciclados, que lleva al extremo, y la flexibilidad como principio constructivo.

Ojalá se derrumben las puertas, la obra de Lamothe en un pabellón argentino que creció con la luz. Por primera vez no se tapiaron las ventanas.

La Luciana Lamothe (1975) que allá por 2003 desafiaba al mundo del arte con obras como Meadas, un registro del dibujo que su propia orina trazaba al deslizarse por la vereda, es la misma que hoy representa al país en la 60° Bienal Internacional de Arte de Venecia, sólo que amplificada. Cual cirujana de la materia, para su instalación Ojalá se derrumben las puertas –estructuras construidas con andamios de hierro, cintas de fenólico curvado y maderas descartadas intervenidas– examinó a fondo cada elemento y descubrió así su capacidad de cambio.

Nacida en Mercedes, provincia de Buenos Aires, Lamothe comenzó a mostrar performances nacidas en recorridos callejeros, como parte de una escena que batallaba por sus ilusiones recién llegado el siglo XXI, en un escenario de máxima crisis. Estuvo en el programa de artistas conocido como Beca Kuitca, y fue fichada por Appetite, una de las galerías insignia de aquellos primeros dosmil. Una década después, ya participaba de residencias internacionales, bienales y exposiciones, como Spit on the cement floor (2012), en la Galería Alberta Pane de París, donde invitaba a los visitantes a escupir sobre polvo para convertirlo en cemento. Recibió premios, como el de la Fundación Pollock-Krasner, en Estados Unidos en 2019. Y como representante de su generación, en 2023 fue curadora invitada en la exposición Cien caminos en un solo día, en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, donde se pudo ver una de sus estructuras de maderas industrializadas y andamios que extravían la arquitectura de su función, en un ejercicio de extrañamiento.Luciana Lamothe. Foto: Juano Tesone.Luciana Lamothe. Foto: Juano Tesone.

Hasta el 24 de noviembre, con la curaduría de Sofía Dourron, un pabellón argentino totalmente iluminado exhibe el resultado de un trabajo arduo de construcción que la artista primero ensayó en su taller de Quilmes, y luego montó en la ciudad italiana sobre materiales reciclados de otras bienales y rescatados de un pequeño bosque de Eslovenia. Como consecuencia, en la exposición todo parece posible: elementos como la madera se ondulan, simulando la misma suavidad de una tela –por increíble que suene–, jugando a la vez el papel de pared, techo y piso. El público está invitado a perderse en ese espacio, cuyo adentro y afuera no están claros, y donde se pone a prueba el vínculo del visitante con la fragilidad a su alrededor.

En entrevista con Ñ, Lamothe habla de lo que la inspira e inquieta, del valor de la identidad y la relación entre arte y sociedad; mientras repasa su trayectoria desde la inserción, hasta el trasfondo político de su puesta, que hoy representa al país en la más importante de las bienales.

–¿Era para vos una meta, un hito en tu carrera la Bienal de Venecia?

–Definitivamente, un hito. Para todo artista es un momento importante, no fundamental pero sí es un objetivo muy estimulante. Después, el desafío es que el trabajo esté a la altura, que tenga repercusión y provoque. Tiene que ser muy completo y, al mismo tiempo, sentís un compromiso. Es extraño porque el arte es con nombre propio y acá representás a tu país. Pero logré la profundidad, la contundencia y la potencia que quería.Para su instalación, Luciana Lamothe recicló maderas de otras bienales y recogió troncos en un bosque cercano. Para su instalación, Luciana Lamothe recicló maderas de otras bienales y recogió troncos en un bosque cercano.

–Los materiales que usás son siempre protagónicos. En este caso maderas industriales, tubos para andamios, troncos quemados. ¿Qué historia contienen?

–En los últimos años fui reformulando el objeto andamio para entender su sistema constructivo. Empecé a replantearme qué pasa con una herramienta como es (que es de sostén) cuando pierde su función. A la vez, empecé a preguntarme qué les pasa a los materiales de los que está hecho, supuestamente duros, del mundo de la construcción, y llegué a la conclusión de que no existen materiales duros. Todo material es blando. Lo duro o blando está ligado al punto de vista, una mirada si querés antropocéntrica, y hasta te diría patriarcal, porque lo duro está ligado a lo masculino y lo blando a lo femenino. Desarrollé una idea de la elasticidad de los materiales, la resistencia o tenacidad (la capacidad de un material de administrar la energía externa para no romperse). Me interesa generar estructuras grandes y monumentales pero que planteen esa blandura de la estructura, la posibilidad de movimiento y transformación. A partir de estas ideas, me interesé en las identidades: cómo llega el material a ser lo que es. La madera terciada es madera, pero es más que eso; viene del universo natural y de golpe nos llega de esta manera, cortada, feteada, con aglutinantes industriales para que se pegue una capa con otra. Entonces es un híbrido: es natural e industrial a la vez.

–¿Cómo elegiste los materiales?

-En la previa en Buenos Aires, en el taller de Quilmes, trabajé con guatambú, una madera dura del norte argentino que en Europa no existe. Llevarla era carísimo; tuvimos que adaptarnos, y ese ejercicio se volvió parte del concepto. Allá conseguimos maderas de todo tipo para investigar la vida útil del material: desde el tronco hasta que se convierte en mueble, que luego se vuelve desecho, se pudre o se quema. Quise reflejar esos momentos. Fuimos a un bosque de Eslovenia a buscar ramas, también a los bosques alrededor de Venecia donde hay árboles centenarios y uno justo se estaba muriendo. Además, recuperamos maderas de pabellones de Argentina, Finlandia y Alemania, que habían reciclado madera de bienales anteriores. Y espero que alguien me pida maderas en la próxima Bienal para seguir reciclándolas. Mientras recorrés la instalación vas viendo qué le pasa al material, sus distintas identidades. Esa es mi idea de identidad: no es fija ni estática. La identidad se va transformando, es dinámica.Propone cambios sobre el entorno construido. 
Propone cambios sobre el entorno construido.

–La instalación afirma la flexibilidad de todo, puesta a prueba. Como si dijera: “se puede ser esto y a la vez esto otro”. Y a la vez los materiales exhiben rasguños, imperfecciones, algunos están rotos. ¿Hablas de la humanidad?

–No me gusta decir que mi trabajo es metáfora de determinada cosa, pero son inevitables. Me quiero alejar cada vez más de las ideas antropocéntricas. El discurso tiene que ser más amplio, no solamente hablar de lo que nos pasa como humanidad, mirarnos cada vez menos el ombligo. El material tiene mucho para enseñarnos. Obviamente quiero que cada quien se sienta interpelado con la obra, si te pasa es porque está hablando de vos también. Al principio trabajaba con la idea de que un proceso destructivo también puede ser constructivo y viceversa, se retroalimentan. Luego desarrollé la idea de la transformación porque sale de ese binarismo construcción-destrucción abriéndote mucho más las posibilidades y cambios que le pueden suceder a un material o a su destino. Hay algo en la queeridad de los materiales que me interesa plantear porque si empezamos a ver esas cosas en la naturaleza, es que realmente es así la vida. Y las cosas no son de una manera tan determinante que se resuelve en los opuestos. Cuando trabajo en esta narrativa pienso en el punto medio entre la naturaleza y lo industrial, porque justamente en el punto medio es donde hay mayor tensión, la balanza no se va para un lado ni para el otro.

–La posibilidad del derrumbe está en el título, casi en forma de anhelo. También aparecía en otros de tus trabajos. ¿Pensas en la destrucción, o “liberación de la estructura”, como algo a veces tentador? ¿O necesario?

–En la instalación todo cuelga, todo está en tensión. Tiene un peso y está en equilibrio y al mismo tiempo es bastante frágil. El título es una provocación para generar un poco más de tensión en el cuerpo que atraviesa un espacio donde está todo suspendido. Está también el video de una acción en la calle, donde voy quebrando ramas con diferentes puertas del espacio público que uso de palanca. Ese quiebre que se genera contradice todo lo que viene pasando antes en la instalación, con un material muy flexible que estiro pero no se quiebra, y al final te digo: mirá, también se quiebra. Me gusta mostrar las dos opciones: la elasticidad extrema y la no resistencia. Lo siento como una identidad argentina en algún punto, de la tenacidad. Hay un momento en que ya no hay más resistencia y aparece una crisis, un quiebre. El material se trauma y colapsa.Detalle de la instalación, con maderas.  Detalle de la instalación, con maderas.

–En la misma línea, los conceptos de inestabilidad, transformación y límites también están muy presentes en toda tu obra. ¿Cómo se vinculan con el mundo actual?

–Hay un aspecto de la sociedad contemporánea que está ligado a las libertades individuales, que por suerte tienen cada vez más espacio, pero al mismo tiempo la intolerancia avanza con muchísima fuerza. Es un fenómeno dentro del capitalismo global. Nos seguimos peleando pero estamos todos ahí dentro. Además, estamos presos de las redes, una matrix cada vez más claustrofóbica. Parece no haber una salida muy clara, estamos dentro de la misma caja de zapatos discutiendo por la libertad.Otra vista del pabellón argentino. Otra vista del pabellón argentino.

–En este sentido anti jerárquico de que las puertas se derrumben, ¿te inquieta la posibilidad de que el arte contemporáneo no pueda ser leído por todos?

–Me gustaría que mi obra sea leída por un público bien amplio. Hay quienes me dicen que mi trabajo es para entendidos, pero creo que no. Me interesa mucho trabajar con las emociones y sensaciones. No hace falta demasiada especialización para que un espacio te afecte emocionalmente. Todos tienen algo para decir y es lindo cuando el movimiento es de ambas partes, cuando el arte trata de tener más llegada y la gente tiene acceso a la educación para entenderlo.

–Tu trabajo fue y volvió de la escultura a otras manifestaciones, como las acciones vandálicas en la calle, pero sin perder el espíritu provocador. ¿Cómo es el paso de una forma a la otra?

–No es lo mismo trabajar siendo NN en la calle a la noche, haciendo algo que nadie sabe que es arte y que tampoco te interesa que lo vean como arte, que cuando presentás algo en una galería. Lo que vuelve arte a esa acción vandálica es lo que viene después: el registro, la circulación dentro del sistema del arte. En cambio, si muestro en una institución o pienso obra para una galería, ya está mediatizado lo que estoy mostrando.

–¿Cómo te insertaste en la institución del arte, o en el mercado? ¿Qué le dirías a un artista que se quiere insertar?

–Estaba en el proyecto Venus, de Roberto Jacoby, donde pude empezar a relacionarme con artistas y a mostrar mis cosas. Después la galería Appetite; ahí hacíamos de todo, era un espacio de contención y creación. También a través de las clínicas, hice con Pablo Siquier y Ernesto Ballesteros; allí conocí a un montón de artistas y colegas con quienes después fui creciendo a la par. En el certamen Curriculum Cero, que organizaba Ruth Benzacar, me dieron un premio y ahí empezó un recorrido más institucional. Es un camino muy, muy difícil. Y en ese momento, claramente más para las mujeres. Era raro plantearlo pero fue así.

–¿Qué cosas te inspiran actualmente?

–Aunque la ciudad también me inspira, salir a las afueras. Me inspiran las relaciones humanas, su complejidad; es tan difícil relacionarse y comunicarse que ahí veo mucho jugo. Me inspira la arquitectura, el desarrollo tecnológico. La precariedad me genera preguntas. Me inspira preguntarme sobre la comodidad, si es necesaria o lo es más bien escaparle, si es un destino interesante, digamos. ¿Es realmente a lo que todos queremos llegar, la comodidad? ¿No es un poco el comienzo de la muerte? Mi trabajo se hace esa pregunta en las tensiones, en la inestabilidad. En la verdad de los materiales, en su rusticidad. En eso de mostrarlo así, tal cual es.

Las mil maneras de ser Marcia Schvartz

Fuente: Clarín – Una muestra sumerge al visitante en el mundo Marcia Schvartz 360°. Más de 40 años de trayectoria de la artista multipremiada, que representó al país en bienales y exposiciones de todo el mundo.Desde retratos melancólicos, instalaciones rockeras hasta cerámicas y paisajes místicos y archivos de distintas épocas.

Exasperada, en su autorretrato «Déjenme pintar» Marcia Schvartz le grita al mundo que se detenga. Pilas y pilas de facturas de AySA, Edesur o Metrogas, la sofocan a ella y su paleta de colores. La obra, que actualmente cuelga del techo en el piso más alto de W-galería, fue hecha por la artista el año pasado y se exhibe al público por primera vez en contexto de la muestra Soy otras, que abarca más de 40 años de su trayectoria y casi –sino todas– sus facetas artísticas. Hasta el 14 de septiembre, ocupará la totalidad del enorme espacio ubicado en San Telmo.

“Trabajamos con Roberto Amigo y organizamos la exposición por temáticas. Soy otras busca mostrar a todas las Marcia, de distintas épocas y disciplinas”, sugiere el actual co-director de la galería, Federico Curutchet, quien recibe junto a Schvartz a Viva para una recorrida alrededor de la muestra. Piezas de los 80 que la artista hizo al regresar al país, después del exilio en Barcelona durante la dictadura, se intercalan con otras más recientes en las distintas salas.

Un poco más atrás en la misma sala que el mencionado autorretrato está «Boquita, el origen del mal». Fiel al estilo anti establishment de la artista, esta instalación de 2019 parodia al mundo del fútbol, especialmente a los barrabravas como vehículos –o herramientas– de la política en los años 90.Marcia Schvartz, La reina del Bambo, 1982. Carta pesta, guata, tela, lentejuelas, bijuterie y zapatos, 157 x 73 x 90 cm. Foto: gentileza W—galería.Marcia Schvartz, La reina del Bambo, 1982. Carta pesta, guata, tela, lentejuelas, bijuterie y zapatos, 157 x 73 x 90 cm. Foto: gentileza W—galería.

El protagonista de la escena es un barrabrava grotesco que se masturba desnudo dentro de la cama mientras mira revistas con mujeres en tetas y escucha el mismo partido de fútbol una y otra vez desde una televisión rayada que manipula con un palo de escoba. Mauricio Macri, cuyo primer acercamiento al poder político fue la dirección del Club Atlético Boca Juniors, aparece en fotos que este tiene colgadas cual vírgenes en la pared del cuarto. Acumulados alrededor hay rollos de papel higiénico, preservativos usados, cajas con fármacos, una piedra de porro prensado, un cenicero a punto de rebalsar y un gran número de botellas.

Pinceladas desfachatadas

A solo unos pasos está «Preparándose para arteva», donde pintó sobre un cartón a una mujer que se mira en el espejo como gritando, con la cara irritada, quizás por el exceso de productos de desconocida procedencia que unas pinceladas desfachatadas delatan, lleva puestos. Los afiches de modelos de publicidades se intercalan en este baño con billetes.Marcia Schvartz, Soy otras. Foto: Santiago Ortí,  gentileza W—galería.Marcia Schvartz, Soy otras. Foto: Santiago Ortí, gentileza W—galería.

A tono con esta sátira del mundo del arte, está «Beauty & Arts», donde otra mujer se hace los pies y las manos en una peluquería mientras lee chismes de figuras de la alta sociedad argentina en revistas que Schvartz tomó del consultorio de su oculista. Así, el personaje espera que un bodoque caótico de decolorantes y pelos se convierta en la anhelada cabellera rubia de tigresa despampanante.

“Esta obra refleja el panorama de la crítica malvada o cierto sector del periodismo cultural convertido en mundo de business y relaciones públicas, que no tiene nada que ver con el mío”, sentencia.Marcia Schvartz. Preparándose para Arteva, 2011, ensamblaje. Caja de madera, impresiones a color de dólares, tarjeta black VIP, artículos de tocador y espejo, 110 x 165 x 60 cm. Foto: gentileza W—galería.Marcia Schvartz. Preparándose para Arteva, 2011, ensamblaje. Caja de madera, impresiones a color de dólares, tarjeta black VIP, artículos de tocador y espejo, 110 x 165 x 60 cm. Foto: gentileza W—galería.

Pese a que ser honesta y arriesgada le haya costado “muchos quilombos”, según cuenta, y que varios espacios artísticos –sobre todo de fines comerciales– en distintos momentos de su carrera hayan rechazado exhibir sus obras, nada alteró, afortunadamente, sus principios. O su forma de convertir a estos en ese arte fresco, descarado y rockero, que se mantiene eternamente joven. Ese que se ríe a carcajadas de los caprichos del poder y que dio, así, la vuelta al mundo, pasando por muchísimas bienales y exposiciones internacionales.

“En mis retratos siempre están melancólicos los personajes, pero no lo manejo yo”, asegura, mientras recorre la planta baja de la exposición que reúne sus retratos de distintas épocas. En los que hizo en el último tiempo, que se muestran acá por primera vez, los pintados son familiares, jóvenes alumnos de sus clases y otros de la Escuela de Arte Manuel Belgrano que hizo al visitar la institución cuando estuvo tomada por los estudiantes.Marcia Schvartz, Soy otras. Foto: Santiago Ortí,  gentileza W—galería.Marcia Schvartz, Soy otras. Foto: Santiago Ortí, gentileza W—galería.

La relación afectiva con cada uno de ellos, dice, es lo que la hace pintarlos. “No me gusta trabajar con modelos profesionales, no me pasa nada con eso”, cuenta, “me gusta cuando se crea algo con la persona, cuando hablan de la pintura, cebas un mate o lo ceban ellos y no están indiferentes, sino presentes y súper comprometidos con lo que están haciendo”.

Es una tarde de semana y en lo que va del recorrido ya la frenaron más de tres veces visitantes emocionados para saludarla y preguntarle sobre las piezas. “La gente es tan amorosa”, exclama. En el subsuelo de la sede hay obras que tienen más que ver con la naturaleza. Cerámicas con esmaltados brillantes, que hizo en su época viviendo en Tigre, y otras más opacas y terrosas inspiradas en el paisaje del norte.Marcia Schvartz, Soy otras. Foto: Santiago Ortí,  gentileza W—galería.Marcia Schvartz, Soy otras. Foto: Santiago Ortí, gentileza W—galería.

El norte se refleja también en una serie de cactus sedosos que hizo con algodón, por donde unas arañas aterciopeladas caminan y en los cuales mariposas seducidas se introducen y estancan. Los cactus experimentan, incluso en este piso, sus propias historias de amor apasionadas: se besan con lengua bajo la luz de la luna sobre escenarios místicos y abismales donde el tiempo parece detenido.

Los materiales que utilizó desafían la canonicidad: un norte más nocturno es evocado en cuadros hechos con lanas, que tiñó y pegó con poxiran, barro, tierra y troncos que trajo en cajas de estos territorios.

Hay obras en cada rincón de la galería, incluso en los entrepisos y camufladas con las plantas que hay en el patio. Atravesando este, una sala más pequeña con archivo exhibe, entre otros registros, un video donde ella y su hermana juegan con una de sus esculturas en la unidad básica del Abasto en el 83.

Allí se ve cómo se metían dentro de la muñeca llamada «La reina del Bambo» para bailar y cantar con la gente a la hora de la merienda, como hicieron también con la recordada «Doña Concha»; que pertenece ahora a la colección del Museo Reina Sofía de Madrid.

Vivir con Arte, curaduría para incluir obras en tu casa: la iniciativa que presentó Zonaprop en colaboración con Fundación arteba

Fuente: La Nación – Arteba 2024 volvió a ser el epicentro del arte contemporáneo en Buenos Aires. Dentro de las novedades que marcaron esta edición, se encuentra el proyecto que cocrearon con Zonaprop, de asesorías personalizadas y gratuitas para incorporar el arte en los espacios personales.


La feria arteba, uno de los eventos más esperados del año en el calendario artístico de la Ciudad, se llevó a cabo la semana pasada en el Centro Costa Salguero.

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«Con esta iniciativa, buscamos materializar la fusión que existe entre el arte y el real estate, ya que desde hace tiempo veníamos observando una conexión muy orgánica entre ambos mundos. Asimismo, este programa refleja el propósito del Grupo QuintoAndar: ayudar a las personas a amar el lugar donde viven»

Julieta Vilá, directora global de Marketing para Clasificados, Fintech y SaaS del Grupo QuintoAndar, del cual forma parte Zonaprop.

Este innovador proyecto busca democratizar el acceso al arte, ofreciendo asesoramiento personalizado y gratuito para quienes deseen incorporar obras en sus hogares. A lo largo de los tres días de la feria, dos curadoras guiaron a los interesados en la selección de piezas que se adapten a su estilo, espacio y presupuesto. El programa continúa vigente durante todo el año, por lo que quienes quieran acceder, pueden hacerlo desde la sección Novedades en el portal de Zonaprop.

El arte como inversión

Una de las ideas centrales de esta edición es la revalorización del arte como una forma de inversión, una perspectiva que cobra especial relevancia.

Las piezas artísticas no siguen el camino de la oferta y la demanda porque, en muchos casos, se trata de obras completamente únicas y originales realizadas por artistas que, con el paso del tiempo, toman mayor reconocimiento. De hecho, este último punto es uno de los cuales permite que una obra esté en constante revalorización.

Los destacados de la edición

Arteba 2024 se organizó en varias secciones, destacando la Sección Principal, donde se presentaron galerías de trayectoria reconocida como Aldo de Sousa, Alejandro Faggioni-ESTUDIO DE ARTE y Barro, todas ellas de Buenos Aires. Estas galerías ofrecieron una selección de obras que van desde el arte moderno hasta el contemporáneo, brindando un recorrido visual por lo mejor de la escena artística actual.

Por otro lado, el sector Utopía mostró una ventana a los proyectos más recientes y experimentales. Este espacio fue un punto de encuentro para galerías gestionadas por artistas y organizaciones sin fines de lucro, como Atocha, Aura Gallery y Casa Proyecto. Aquí, la vanguardia y la innovación fueron protagonistas, invitando a los visitantes a explorar nuevas formas de expresión artística.

Larisa Andreani, presidenta de la Fundación arteba, resaltó la importancia de la feria como un espacio que no solo promueve la adquisición de obras, sino que también fomenta el conocimiento y el crecimiento de colecciones tanto personales como institucionales. “La feria es un lugar de confianza y calidad, fundamental para el crecimiento de colecciones institucionales y personales”, afirmó Andreani.