Fuente: Clarín – Entre obras de arte surrealistas, expresionistas y del neocubismo en la galería Zero618, ubicada en Av. Caseros al 628, en el barrio porteño de San Telmo, se encuentra la exposición del artista y neurocientífico Ernesto Bongarzone, junto a las obras de sus hijos Sofía y Francisco Bongarzone en la exposición de arte familiar: Revelaciones.
Un recorrido de 29 pinturas entre óleos, técnicas mixtas sobre lienzos y paneles de madera junto a un cortometraje con conceptos surrealistas mezclados con el abstracto e impresionismo, se pueden disfrutar con entrada libre y gratuita hasta elviernes 4 de octubre, de 15:30 a 19. Con su propuesta, la familia de artistas Bongarzone busca “producir diversas emociones” en quienes visiten la exposición.
“La muestra abarca temas icónicos de la Biblia que caracterizaron a toda la humanidad a lo largo del tiempo – dice Ernesto – El Génesis, la crucifixión y el Apocalipsis son algunos sucesos que plasmé en las obras, además de mi visión para el futuro, que es la esperanza. La de que todos podemos mejorar”.
Ernesto vive desde hace un tiempo en Estados Unidos, en la ciudad de Chicago, pero Buenos Aires no le es ajeno. Nació en Lomas de Zamora y su infancia y adolescencia se desarrollaron en la casa de sus padres, en el límite de Lanús y Remedios de Escalada. “Creo que lo primero que aprendí a usar fue un pincel”, recuerda el artista cuando habla de su infancia.
Expuesto desde chico a todo tipo de arte e hijo de un publicista de los años ’50, aprendió dibujo, pintura y diseño artístico en el estudio de ilustración de su padre. Aunque el arte siempre estuvo presente en su vida mientras trabajaba en una imprenta en el barrio porteño de Palermo, su curiosidad innata lo hizo inclinarse por estudiar y recibirse de bioquímico, para luego realizar un posgrado en la Universidad de Buenos Aires (UBA) en neuroquímica.Ernesto Bongarzone, el neurocientífico y artista, junto a sus hijos Francisco y Sofia.
“Cuando uno mira una pintura, en la mente se liberan sustancias químicas que permiten comprender lo que estamos viendo”, menciona el creador de la muestra. Además, agrega: “Es un aspecto que siempre me llamó la atención, cómo el cerebro interpreta las expresiones artísticas. Por eso me especialicé en neurociencias en enfermedades degenerativas del cerebro”.
Ernesto también cuenta que, si bien pinta siempre que lo siente, lo hace todos los fines de semana cuando no trabaja para descargarse y reconectarse. Pone énfasis en la importancia del arte como transmisor de mensajes y lo beneficioso que es para la salud realizar actividades artísticas.
De esta manera, no solo combinó el arte y la ciencia, sino que también logró transmitírselo a sus hijos y los estimuló para que ellos mismos experimenten en el mundo artístico.«Noche porteña», la obra hecha con acrílico por Ernesto Bongarzone, se encuentra en la exposición de harte hasta el 4 de octubre.
Francisco Bongarzone es director de cine y realizó una maestría en psicología. Apasionado por el arte experimental, hace cortometrajes que “expresen emociones y generen en quienes observan una sensación”. En la muestra se expone un corto de más de una hora, realizado a través de distintos videos cortos superpuestos que narran diferentes historias. “Está diseñado para que cuando lo veas puedas seguir recorriendo la galería de arte y, cuando vuelvas a mirar a la pantalla, encuentres una historia nueva”.La entrada es libre y gratuita.
Su hija Sofía Bongarzone, aunque prefiere que le digan “Sof”, es una joven artista plástica que en sus pinturas utiliza conceptos abstractos. Según lo nombró “abstracto orgánico”, usa formas geométricas para representar pensamientos y emociones. “Quiero que cuando miren mis obras les produzca alguna emoción, independientemente de lo que yo vea en la misma pieza de arte. Lo importante es lo que sienten ellos”.
Fuente: Página12 – Jorge Gumier Maier (1953-2021) que le dio su personalidad a la galería de arte del Rojas, fue una figura central del arte y los debates de los años noventa, como artista y curador.
Más que una marca de los años 90, hay puntos de condensación que resumiría en dos: primero, un predominio discursivo en la génesis de la obra que hace que muchas obras se transformen en ilustraciones didácticas, relativamente ingeniosas, de supuestos temas interesantes y que están, de última, pautados por el mundo académico (el arte de género sería un ejemplo). Segundo, una dispersión de las experiencias, que hace que muchos artistas tengan un interés y una fascinación por una nueva relación con los materiales y los objetos. Creo que éstos podrían tomarse como dos polos de la escena de los 90, donde obviamente me interesa el segundo y no el primero.
Soy artista pero más que nada mi aproximación a los 90 fue como curador ya que estuve a cargo de la Galería del Centro Cultural Rojas desde su creación en 1989 hasta 1996. De todas formas mi mirada fue siempre de artista. Así me acerco a la obra de arte abierto y sin saber muy bien por qué me gusta. Me dejo guiar por el gusto -la única certeza en el arte- y después entra la parte curatorial. Lo del Rojas fue bastante casual. Al principio eran los artistas los que colgaban sus cosas, y si bien yo opinaba, no tomaba demasiadas decisiones. El trabajo curatorial lo fui haciendo sobre la marcha, cuando vi que era necesario colgar las muestras de una forma más estricta. Marcelo Pombo, Omar Schiliro, Liliana Maresca, Feliciano Centurión, Miguel Harte, Benito Laren, Sebastián Gordín, Ariadna Pastorini, Cristina Schiavi, Fernanda Laguna, Alicia Herrero, Gachi Hasper, Fabián Burgos, Fabio Kacero, Pablo Siquier y Agustín Inchausti (que dejó de trabajar pero siempre me interesó) son artistas claves para mí de esos años.
Hace poco una persona muy importante de la plástica argentina me dijo que quería hacer una gran muestra y convocar a cuarenta curadores. “Bueno”, le dije, “no creo que los haya, pero si los hay es peor todavía que si no los hay”. Hoy cualquiera se hace curador, así como cualquiera se hace artista (y no es que me parezcan mejores los artistas que los curadores). Por otro lado, estas mega-muestras temáticas lo que hacen es legitimar a un curador y usar a los artistas para refrendar y apoyar una cierta hipótesis del curador. Después, esas mismas obras las agarra otro curador y en vez de lo salado le pone lo dulce y quedan igual de bien, porque las obras son todas polivalentes. Me parece que hubo pretensiones desmedidas e imperialistas de los curadores, donde los artistas se volvieron meros ilustradores de sus tesis. (…)
Me ha pasado muchas veces que debía escribir un texto y frente a una obra no he sabido qué decir. Por ahí es una obra que me gusta muchísimo pero sólo me salen cosas medio básicas como, “qué linda tal cosa». Es que el lenguaje pre-verbal de la plástica a veces no puede ser traducido ni aproximado por el lenguaje verbal. Igual hay gente que dice: «No hay críticos, todos hacen simplemente crónica» y yo creo justamente que lo que hay que hacer es crónica. No digo lo único, pero es muy importante que alguien te cuente, te diga cómo se hicieron las cosas. Además no puede existir siempre la posibilidad de decir algo interesante sobre dos o tres muestras a la semana (no sé a quién le da la cabeza para tanto). Tampoco sé si hay tantos artistas con demasiadas cosas poderosas o nuevas como para estar reflexionando siempre sobre algo.
Finalmente tengo la sensación de que hubo varios 90 con distintas micro escenas, donde en general, me resultan más interesantes los primeros años que los últimos. Me interesa esta cosa de dispersión, de variedad de cosas y propósitos, que aparece y, por sobre todo, es fascinante la dificultad en encontrar grupos, dogmas o escuelas (porque, a veces uno encuentra grupos cuyas colectivas son todos iguales y que más que un grupo son una manada). Lo que sí me preocupa es el intento que tienen algunos artistas de modernización o de estar aggiornados. Por ejemplo: la onda kitsch. Hay una cantidad de gente que comenzó a hacer cosas con generitos y piedritas, y parece ser que simplemente usar esa mítica piedrita o generito ya eleva a cualquier porquería al estatus de obra de arte. Básicamente ese es el peligro de lo discursivo, que no sólo se monta sobre las obras que en sí son discursivas, sino que también le imponen un discurso ajeno e impropio a este tipo de obras, creando seguidores de segunda línea, con un trabajo que queda en lo epidérmico de la obra.
Es imposible prever qué va pasar. No voy a decir la pavada de que el arte tenderá hacia la tecnología y todos esos versos. Me parece que va a haber formas más particulares, tal vez más tribales de producir arte o de producir eventos. En su último reportaje Lévi-Strauss dice que dentro de pocos años gran parte de los animales que el hombre ha domesticado en todo estos siglos volverán a ser salvajes, que «volverán los rebaños salvajes», dice concretamente. Por ahí es un deseo del viejo, porque él nunca quiso vivir en el siglo XX y se toma esa revancha con esta proyección del futuro, pero como yo tampoco nunca quise vivir en el siglo XX, me gustaría y me parece que puede suceder algo por el estilo: que el arte vuelva a un estado más salvaje. Que abandone estos alambrados conceptuales y estos derroteros prefijados.
* Artista y curador (1953-2021) de la galería del Rojas. Texto de 1999 (fragmento) tomado del libro Arte argentino de los años noventa, de Fabián Lebenglik -director del Rojas desde 2002 hasta 2006- y Gustavo Bruzzone -coleccionista del arte del Rojas- (publicado por AH; 2023, 620 páginas), que se presentó el sábado pasado en el Rojas, a sala llena y con gente de pie; en el marco de la celebración de los 40 años del Centro Cultural de la UBA.
La exposición «Pretérito imperfecto», artes visuales en el Rojas, se puede ver hasta el 16 de octubre en el espacio de arte y la fotogalería del Centro Cultural Rojas, Corrientes 2038, con entrada libre y gratuita.
Fuente: Clarín – El talento argentino y su relevancia en el ámbito global abre un nuevo capítulo con las imperdibles exposiciones individuales de artistas nacionales que entre septiembre y octubre inauguran en museos, galerías e instituciones artísticas de ciudades como Copenhague, Milán, París, Lisboa y Madrid. Marta Minujín, la Chola Poblete, Liliana Porter, Guillermo Kuitca, Vivian Suter y Alejandro Puente (1933-2013) son algunos de los artistas argentinos que presentan sus trabajos, desde gigantescas instalaciones inmersivas hasta delicadas reflexiones sobre la identidad y el legado precolombino, a través de los más variados soportes y estilos.
Este puñado de creadores llevan sus raíces argentinas hacia nuevas latitudes y reafirman la relevancia de la cultura argentina en el contexto global, a través de proyectos expositivos diversos.Marta Minujín inaugura en Copenhage su retrospectiva.
La reina del arte pop de Argentina, Marta Minujín, celebra su primera gran exposición museística en Europa con Intensify Life, en Copenhagen Contemporary (CC). Del 11 de octubre de 2024 al 21 de abril de 2025, la artista argentina despliega su prolífica obra en una muestra que recorre su trayectoria de más de seis décadas, desde happenings hasta instalaciones y performances, así como la reconstrucción del laberinto de situaciones “La Menesunda según Marta Minujin”, que se vio inicialmente en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Figura clave del arte pop y conceptual latinoamericano, Minujín sigue demostrando su capacidad para asombrar al público con sus instalaciones inmersivas.
“Minujín es una artista poderosa y una voz única en el mundo del arte. A lo largo de su vida ha sido pionera y ha desarrollado una obra artística profundamente original y totalmente contemporánea, todo ello como parte de su búsqueda de ‘intensificar la vida’. Ver su arte debería, sencillamente, hacer que la vida se sintiera más salvaje, más grande y más intensa. Minujín es un gigante del mundo del arte que el público europeo aún no ha visto. Estamos impacientes por presentarla a gran escala”, declaró la directora del Copenhagen Contemporary, Marie Laurberg. Esta exposición, de carácter itinerante, viajará luego al Museo Reina Sofía de Madrid y a Tate Liverpool.La Chola Poblete, Virgen de la leche.
Luego de brillar en la Bienal de Venecia y en Art Basel,la Chola Poblete presenta la exposición Guaymallén en el MUDEC de Milán. Del 13 de septiembre al 20 de octubre, el Museo delle Culture (MUDEC) de la ciudad italiana presenta un proyecto profundamente personal de la artista, performer y activista por los derechos LGBTQ+, ganadora del premio Artista del Año de Deutsche Bank en 2023. En sus obras, Poblete explora temas como la colonización, la identidad queer y las luchas indígenas, con un enfoque multidisciplinario que abarca desde la acuarela y la escultura hasta la performance. En esta muestra, que toma su nombre de su ciudad natal, en Mendoza, al pie de los Andes, la artista utiliza materiales orgánicos y técnicas inusuales, como la cocción de esculturas de pan, para simbolizar la transformación y resistencia de las culturas indígenas frente a las estructuras coloniales. A través de su arte, la Chola expone las tensiones entre lo moderno y lo ancestral, entre lo personal y lo político, generando una narrativa visual que fusiona belleza y rebeldía.
El argentino Guillermo Kuitca, uno de los artistas contemporáneos más destacados, enfrenta uno de sus mayores desafíos con la creación de una obra site-specific para la capilla del Museo Picasso, ubicado en el denominado Hôtel Salé de París, Francia. Durante seis semanas, Kuitca trabajará en este espacio emblemático, transformándolo con su estilo, en una intervención que mezcla referencias históricas y personales. Esta instalación marca un hito en su carrera, a 50 años de su primera muestra en la galería Lirolay de Buenos Aires. La capilla, que será su lienzo hasta octubre –cuando la obra quede inaugurada– quedará impregnada de su particular enfoque sobre la vida y el arte, donde los elementos oníricos, las formas geométricas y los recuerdos se entrelazan para formar una pieza que desafía los límites de la percepción.Uno de los paisajes tropicales de Vivian Suter, en Lisboa.
La artista argentina Vivian Suter inaugura el 30 de octubre la exposición Disco en el Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología (MAAT) de Lisboa. Curada por Sergio Mah, la muestra reúne 500 pinturas que reflejan la interacción entre el entorno natural de Panajachel, Guatemala, donde la artista reside, y su obra artística. Suter, quien ha vivido gran parte de su vida en la selva tropical, deja que los elementos como la lluvia, el viento y la tierra influyan directamente en sus lienzos, creando una simbiosis entre naturaleza y arte. En esta exhibición, bautizada en honor a su perro Disco, Suter invita al público a sumergirse en un paisaje abstracto, lleno de colores vibrantes y formas orgánicas, que evoca la vitalidad y el dinamismo del mundo natural. Esta exposición en Lisboa sucede luego de su participación en la Documenta 14 y la Bienal de São Paulo (2012).Alejandro Puente, Huincul, 1986. Acrílico sobre tela, 170 x 160 cm. Gentileza Herlitzka& co.
El legado del pintor Alejandro Puente, uno de los grandes representantes del arte abstracto argentino, llega por primera vez a España con la muestra “Estructuras y sistemas amerindios”, que se inaugura el 20 de septiembre en Casa de América, Madrid. Curada por Rodrigo Gutiérrez Viñuales, la exposición recorre la obra de Puente, quien, inspirado por las formas precolombinas, desarrolló un estilo único que fusiona modernidad y ancestralidad. Puente, quien fue parte de la vanguardia neoyorquina en los años 60, regresó a Argentina para profundizar en las influencias del arte prehispánico, buscando una reinterpretación de la abstracción desde una perspectiva latinoamericana. Esta exposición destaca su capacidad para integrar elementos arquitectónicos y simbólicos de las culturas andinas en un discurso visual que trasciende lo temporal y geográfico.Imagen de «Cuentos inconclusos», de Liliana Porter. (Gentileza Ruth Banzacar)
La destacada artista argentina Liliana Porter inaugura Otros cuentos inconclusos en la galería de arte Espacio Mínimo, de Madrid. Esta muestra, que estará abierta hasta el 8 de noviembre, presenta su monumental instalación “La barrendera”, donde Porter continúa con su reflexión sobre la representación, el tiempo y la memoria. La obra combina pequeñas figuras con objetos cotidianos en una puesta en escena que desafía la linealidad temporal. En sus instalaciones, Porter suele colocar pequeñas figuras frente a situaciones o dramas desmedidos, como es el caso de esta minúscula barrendera que tiene por delante la labor de limpiar cientos de objetos inmensos, que la exceden ampliamente. La exposición incluye también piezas de mediano y pequeño formato, así como el video “Cuentos inconclusos” que da, en parte, título a la exhibición.
Finalmente, algunos creadores argentinos presentarán sus trabajos en contextos internacionales, como parte de exposiciones colectivas: tal es el caso del rosarino Adrián Villar Rojas, que integra Forms of the Shadow desde el 20 de septiembre en el prestigioso espacio de arte contemporáneo Secession en Viena (Austria); el santafesino Ulises Mazzucca que conforma La lluvia no viene del cielo en el Collegium de Arévalo (España), desde el 19 de septiembre; y nombres como Marta Minujín, Gyula Kosice y Martha Boto, que se verán en Arteonica: Art, Science, and Technology In Latin America Today, curada por otra argentina, Gabriela Urtiaga, desde el 21 de septiembre en el MOLAA de California (Estados Unidos).
Fuente: Clarín – La National Gallery de Londres expone el lado más «poético» del pintor neerlandés Vincent van Gogh (1853-1890) con una muestra de más de 50 obras que reflejan las «ideas conceptuales» del artista. Van Gogh: Poets and Lovers (‘Van Gogh: Poetas y amantes’), abierta hasta el próximo 19 de enero, se centra exclusivamente en la época del genio en el sur de Francia, donde primero estuvo en Arles para luego mudarse a Saint-Remy-de-Provence, lugares separados por apenas 25 kilómetros.
La curadora invitada de la exposición Cornelia Homburg recordó que fue en Francia donde el artista «dedicó mucho tiempo a pensar en cómo se convertiría en parte del (movimiento) ‘Avant-Garde’ y cómo se haría miembro de aquellos artistas que entonces estaban desarrollando nuevas direcciones en el mundo del arte«.
«Intentamos presentar un aspecto de Van Gogh que no solo se centrara sobre el artista espontáneo, sentimental, y quizá trastornado, sino en alguien muy detallista, con mucha educación, y con mucho conocimiento sobre literatura, arte, música, además de muy vinculado a debates que se celebraban entre artistas, escritores, y músicos en París», explicó.
La parte «poética» de la obra del pintor, uno de los grandes exponentes del postimpresionismo, tiene también un peso particular, según indica la experta, pues «ya solo el título (de la exhibición) revela que no versa solo sobre el paisaje del Sur de Francia y que hay ideas conceptuales o escenarios imaginativos que Van Gogh desarrolló a fin de crear un arte relevante para su tiempo y para el futuro«.Una trabajadora de la galería contempla la obra ‘Autorretrato’ del pintor holandés Vincent van Gogh, de 1889, durante una presentación preliminar de la exposición ‘Van Gogh: poetas y amantes’ en la National Gallery de Londres. EFE/ Neil Hall
Bicentenario de la galería
La exposición coincide con el bicentenario de la galería londinense y marca también el centenario de la adquisición por parte de este museo en 1924 de las obras ‘Los girasoles’ y ‘Chair’ (1888), dos de sus trabajos más venerados y reconocibles.
Precisamente, uno de los cuadros de ‘Los girasoles’ del pintor creado en la época de Arles y que habitualmente se encuentra en el Museo de Arte de Filadelfia (EE.UU.) se puede contemplar en una de las salas, tras haber salido de ese país por primera vez desde que fue adquirido en 1935.Una galerista posa entre las obras del artista holandés Vincent van Gogh «Girasoles» (1888), «La Berceuse» (1889) y «Girasoles» (1889) expuestas como un tríptico durante un avance de la exposición «Van Gogh: Poetas y amantes» en la National Gallery de Londres. (Reino Unido, Londres) EFE/EPA/NEIL HALL
Aquí se expone junto con otra obra de ‘Los girasoles’ (1888) comprada por la National Gallery en 1924. Las dos flanquean la pintura de ‘La Berceuse’ (1889), un retrato de alto valor simbólico cedido por el Museo de Bellas Artes de Boston (Estados Unidos).
Homburg remarca que es la primera vez que esos cuadros de girasoles se exponen juntos desde 1889, cuando aún se encontraban en el estudio del pintor.Un trabajador de los medios de comunicación filma cerca de la obra del pintor holandés Vincent van Gogh «Noche estrellada sobre el Ródano» (1888) durante un avance de la exposición «Van Gogh: Poetas y amantes» en la National Gallery de Londres. EFE/EPA/NEIL HALL
Van Gogh pintó el de la National Gallery en agosto de 1888, mientras que la versión de Filadelfia fue creada en Arles en enero de 1889, reafirmando la fascinación del artista por esa flor.
Al parecer, meses después de crear esas obras, cuando el pintor estaba en Saint-Rémy, ya expresó cómo le gustaría que se dispusieran y, de hecho, envió bosquejos acerca de sus planes decorativos a su hermano Theo en una carta fechada en mayo de 1889.Una galerista posa para un selfie con la obra del artista holandés Vincent van Gogh titulada «Girasoles» (1888) durante un avance de la exposición «Van Gogh: Poetas y amantes» en la National Gallery de Londres. (Reino Unido, Londres) EFE/EPA/NEIL HALL
Sobre su hermano, quien, desde su residencia en París, le mantenía informado constantemente sobre tendencias de la época, la comisaria destacó que se trató de una figura «muy importante para Van Gogh».
Fuente: Ámbito – «Paisajes enigmáticos», en Otto, rinde homenaje al recordado Fernando Maza, que integró el movimiento informalista. «Tierra intensa», de Beatriz Moreiro en Biga, da testimonio de sus preocupaciones ambientalistas.
El 13 de Julio de 1959 se realizó en la galería Van Riel la primera exposición del Movimiento Informalista en la que participaron Enrique Barilari, Alberto Greco, Kenneth Kemble, Olga López, Mario Pucciarelli, Tomás Monteleone, conocido como Towas, Luis Wells y Fernando Maza.
Este movimiento incorporó a las prácticas locales procedimientos reñidos con lo que se llamaba entonces “el buen gusto”. Espontaneidad gestual, materiales de desecho, violentó los géneros artísticos tradicionales y abrió el camino al arte destructivo, las instalaciones, el arte de acción. Movimiento cuya estética produjo un amaneramiento que contribuyó a la rápida deserción del grupo que lo promovió.
En este grupo se menciona a Fernando Maza a quien OTTO Galería le rinde homenaje con la muestra “Paisajes enigmáticos”, acuarelas, óleos y grabados bajo la curaduría de María Cristina Rossi, que ha realizado una intensa investigación sobre este artista argentino nacido en 1936 y fallecido en Francia en 2017.
A principios de los 60 viajó a Nueva York donde se quedó hasta 1973. Aquí obtuvo la Beca de la Unión Panamericana que le permitió estudiar artes gráficas en el Pratt Graphic Art Center. Posteriormente vivió en Londres durante cinco años para después afincarse definitivamente en Francia.
En 1965 Jorge Romero Brest lo invitó a participar en el premio Di Tella en el que presentó cuatro telas y en esa ocasión expresó: “cuando uso caracteres gráficos, soy consciente de dos intenciones, simbolizar un color que no está y al mismo tiempo des-significar ciertas letras y números mediante su yuxtaposición reiterada para lograr un nuevo sentido semántico”. En palabras de Luis Felipe Noé, su gran amigo, “sus paisajes metafísicos son de gran sutileza”. ¿Qué se encuentra en su obra?
Muros, arcadas, escaleras, pilares, monolitos pirámides truncas, “siempre quise ser arquitecto pero nunca logré recibirme de bachiller, todavía quiero serlo pero sin dejar la pintura”, colores armoniosos, ángulos redondeados, letras -estas aparecen alrededor de 1963- fondos manchados, resabios del informalismo, en lo que podría llamarse paisajes desolados. Las letras se apoyan entre sí, aparecen acostadas o en delicado equilibrio, una constante es la presencia del ampersand en lugar de la conjunción “Y” para conectar palabras.
Romero Brest definió su obra “Maza pintaba arquitecturas ficticias, letras que no formaban sílaba, números que no indican cantidad, flechas que no apuntan hacia nada”.
En 1965 integró la representación argentina a la VIII Bienal de San Pablo. Recibió el P remio Guggenheim en 1971, en 1985 obtuvo el prestigioso Premio Palanza y en 1987 el Gran Premio de Honor en el Salón Nacional de Artes Plásticas, compartió con Jack Vañarsky el Premio de Pintura de la Fundación Fortabat en 1994.
En esta muestra se exhibe un conjunto de acuarelas, óleos y grabados realizados entre 1975 y 2007, Rossi señala que dejó de titular sus obras pero también lo enigmático se encuentra en las abreviaturas del lugar donde las pintó, por ejemplo: EC2 de 1974 realizada en Londres.
Entre sus pasiones estaba la música, la literatura, la poesía, fue influido por la cultura visual neoyorkina de los medios gráficos, el arte pop, las obras de Jasper Johns, a quien admiraba.
Para quien busca algún silencio redentor lo encontrará en esta muestra que reivindica a un verdadero artista , constituye un bálsamo ante la avalancha de propuestas sin consecuencia alguna, porque ante tanto tumulto , ruido ensordecedor, banalidad, el uso y abuso de la palabra ¡genial! para definir una obra, todo un exceso.
(Paraná 1158. Lunes a viernes de 11 a 18).
Una de las magníficas obras de Beatriz Moreiro, artista ambientalista radicada en el Chaco, que se exhibe en su exposición.
Beatriz Moreiro
Beatriz Moreiro nacida en Buenos Aires, desde 1978 vive en Chaco en una reserva frente a un estero y al Río Paraná. Desde hace mucho batalla a través de su arte por la conservación de la naturaleza que el hombre avasalla.
Su vasta carrera incluye exposiciones tanto en Argentina como en el exterior, muchos premios como el Primer Premio de Grabado y Gran Premio de Honor del Salón Nacional 2013y 2014, respectivamente.
Moreiro escucha en silencio las armonías de todo lo que rodea, se mimetiza con los árboles del monte, el estero, el río, la tierra, escucha el canto de los pájaros, el canto de los grillos, una suerte de entrega al paisaje como en el poema de Juan L. Ortiz “¡Oh , vivir aquí!”: “Así fuera una vida dulcemente perdida/en tanta gracia de agua, de árbol, flor y pájaro/ de modo que ya nunca tuviese voz humana/ y se expresase ella por sólo melodías/intimas de corrientes, de follajes, de aromas, /de color, de gorjeos transparentes y libres…”.
Moreiro puede pasar de la gráfica en la que usa sutiles matices de blancos y negros, grises a objetos –esculturas. Recordamos su versión de la planta caraguatá, especie nativa con gran presencia de espinas, que en guaraní significa agua, realizada en acero que plantó en troncos obtenidos del desmonte en una muestra “Mientras descansan los árboles” en Praxis (2016).
En ese entonces se refirió a cómo sus ojos, manos y cuerpo, estrecharon profundos vínculos con la naturaleza y su entorno, expresándose a través de del dibujo, el grabado , la instalación. Pudo expresar ese avasallamiento de árboles inerts, inmóviles y cómo entramadas vegetaciones crecían en sus cortezas.
En su muestra actual en Biga, galería no hace mucho inaugurada, presenta “Tierra intensa”, obra gráfica y también elaboradas esculturas-objeto que intensifican su interés por el entorno. Hay notables dibujos de hongos, considerado el quinto reino de la naturaleza, a veces un peligroso enemigo. Los claroscuros conseguidos permiten valorar la profundidad de los volúmenes y los contrastes de grises provocan la gran luminosidad de las imágenes.
Beatriz Moreiro le ha dado una vuelta de tuerca a su interpretación de la naturaleza que, como señala Rodrigo Alonso , “la ha transformado en una marca propia”.
Fuente: Infobae – Hasta el 30 de septiembre se encuentra abierta la convocatoria, para artistas y curadores, de la primera edición del galardón que otorga un presupuesto de producción de hasta USD 40 mil. Los detalles.
Hasta el 30 de septiembre de 2024 permanece abierta la convocatoria para participar del Premio Fundación Santander a las Artes Visuales, dirigida a curadores y artistas, tanto individuales como colectivos, interesados en desarrollar un proyecto expositivo y con un presupuesto de producción que no debe exceder los USD 40.000.
El proyecto se emplazará en la Fundación Santander Argentina en su espacio ubicado en el Distrito de las Artes en la Ciudad de Buenos Aires. Las propuestas seleccionadas serán exhibidas entre abril y noviembre del 2025.
Pueden participar mayores de edad de cualquier nacionalidad siempre que residan en Argentina y cuenten con la documentación correspondiente. La convocatoria excluye a empleados de la Fundación y el Banco Santander Argentina S.A., así como a curadores que deseen presentar proyectos con obras propias.
El proyecto ganador expondrá el trabajo en el interior del espacio, entre abril y noviembre del 2025
El jurado, por su parte, está integrado por Guillermo Tempesta Leeds, Lucrecia Palacios, Nicola Costantino, Carlos Huffmann y Elena Tavelli, quienes evaluarán todos los proyectos recibidos. Los criterios de selección incluyen la trayectoria de los participantes, el concepto curatorial, los contenidos, la museografía, la adaptación al espacio de la Fundación, la racionalidad económica y el uso eficiente de recursos.
Adicionalmente, se valorarán aquellos proyectos que consideren la posibilidad de capacitar y contratar talleres artesanales de la economía social si incluyen la producción de obra.
El proyecto a presentar debe incluir: título, concepto curatorial, diseño de montaje, portfolios del curador y del artista, piezas que formarán parte de la exhibición, presupuesto y plazos para el desarrollo del proyecto. El área expositiva está en la planta baja del edificio corporativo de Santander Argentina, un espacio vidriado y con conexión al exterior, que funcionan como punto de ingreso al edificio y también como área de reunión durante eventos. Este espacio está abierto al público de lunes a sábados de 12 a 18 horas, excepto feriados.
Marta Minujín en Fundación Santander
Desde su apertura en 2019, por la sala de exposiciones han exhibido obras de artistas como Marta Minujín, Leandro Erlich, Gachi Hasper,Elian Chali, Franco Fasoli, Nina Kunan, Sol del Rio, Nicolás Romero, Milu Correch, Nicola Costantinoy Mónica Millán, quien este año intervino el espacio con su muestra Guayra ka’aguy / Pájaro salvaje.
Las personas interesadas deberán enviar un único archivo PDF a través del formulario de aplicación disponible en la plataforma de la Fundación. Este documento debe incluir: Brief del proyecto (hasta 1300 caracteres); Desarrollo conceptual del proyecto expositivo (hasta 3000 caracteres); CV del artista y del curador (máximo 1300 caracteres cada uno); material gráfico que ilustre el proyecto (fotografías, bocetos, renders, etc.); descripción de los materiales y técnicas a utilizar (máximo 3000 caracteres) y plan de producción y cronograma del proyecto
La Fundación otorgará un premio estímulo cuyo principal objetivo es impulsar profesionalmente a artistas y curadores argentinos para que realicen un proyecto expositivo inédito en su espacio. Este premio busca fomentar la creatividad y profesionalización del arte contemporáneo local, ofreciendo una plataforma significativa para que los seleccionados puedan mostrar su trabajo al público.
Fuente: Perfil – Oriundo de Santiago del Estero, creó una colección de diez guitarras eléctricas funcionales, elaboradas con partes de vehículos, máquinas de escribir, relojes, monedas y cadenas de bicicletas, entre otros metales reciclados.
«Soy medio como un músico frustrado, por lo que en algún momento quise juntar las dos cosas: las esculturas y la música. Así se terminó dando lo de los instrumentos que combina todo: el reciclado, la música y el arte«, explicó a PERFIL Andrés Lemos, un escultor y luthier que basa su trabajo en la consigna «arte que genera arte». Es que sus creaciones, entre las que se destacan las guitarras eléctricas, tienen dos particularidades: están hechas con metal reciclado y no se limitan en tener una finalidad estética, sino que también son funcionales.
Oriundo de Santiago del Estero, Lemos, de 34 años, proviene de una familia donde «son todos artesanos», por lo que parte de su conocimiento lo heredó de su padre y su abuelo. «Yo me crié entre motores, herramientas… Ellos se dedican a otro tipo de cosas, a la cuchillería artesanal. Algunas cosas las aprendí de ellos», recuerda el joven.
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Si bien el interés artesanal corría en su sangre, decidió diferenciarse de la labor familiar. En ese sentido, a mediados de 2016, adquirió una antigua soldadora y se decantó por las esculturas en metal, las cuales no solo llegaron a Buenos Aires, sino que trascendieron fronteras. Al respecto, sus obras se encuentran en Miami (Estados Unidos), Auckland (Nueva Zelanda), Málaga (España), Liverpool (Inglaterra) y Glasgow (Escocia). Además, algunas de sus piezas están expuestas en el Museo Internacional de la Discapacidad María Kodama, el Museo de Arte Popular José Hernández y en la Nuu Muse Gallery (Texas, Estados Unidos).
Esa vocación luego lo llevaría a desarrollar instrumentos, teniendo como un pilar la conciencia ambiental. De esa manera, creó una colección de diez guitarras eléctricas que él define como «arte que genera arte». Elaboradas con materiales reciclados, tales como partes de vehículos, máquinas de escribir, relojes, monedas y cadenas de bicicletas, entre otros, desarrolló una serie de violas que no son solo atractivas visualmente, sino que también son completamente funcionales, por lo que invita a otros artistas a crear música con ellas.
Un caso reciente fue el de Ca7riel, quien realizó un solo con una guitarra eléctrica en forma de rifle, creación de Lemos, durante su show en el Movistar Arena donde presentó el disco «Baño María» junto a Paco Amoroso. «Fue un momento buenísimo que en un evento así [Ca7riel] esté tocando una viola mía. Yo estoy acá en Santiago del Estero y él justo vio una de las guitarras que yo hago y se interesó… Todo eso es un ejemplo de que muchas veces hay que tener fe y cariño en lo que uno hace, porque en algún momento las cosas se van a dar, el universo va a conspirar para que te vaya bien», reflexionó emocionado sobre esa ocasión.
—¿Hace cuánto empezaste y por qué decidiste dedicarte a la creación de esculturas e instrumentos en metal? ¿Fue la influencia familiar o algo dentro tuyo «se despertó» y dijo: «quiero hacer esto»?
—Empecé hace más o menos siete años, de los cuales los últimos cuatro o cinco empecé a hacer esto de manera más profesional y dedicarme a tiempo completo. También empecé a mejorar el taller y a dedicarle más horas, lo que hizo que mejorara en lo que hacía. Al principio era como un hobby e iba tratando de aprender técnicas y experimentando. Con el tiempo fui tomándole más cariño y amor. Siempre rescato que al principio es un aprendizaje constante y con los años uno se va mejorando.
Por otro lado, en el arte es complicado lanzarse y decir «bueno, voy a dedicarme a esto», más en Argentina, que es un país complicado para vivir de esto. Al principio estaba un poco con la duda, pero en algún momento dije: «no, esto es lo que me gusta, le voy a buscar la vuelta como sea». Aparte, creía que tenía que funcionar porque ya estaba empezando a recibir cosas positivas: empecé a poder vender más obras afuera del país, también empecé a tener más clientes… Eso fue motivando un poco a que me dedicara más a esto. Ahora me puedo dedicar profesionalmente.
También me motivaba encontrar mi camino, mi estilo. Eso es importante porque muchas veces uno puede imitar o copiar, pero yo quería que realmente vean una obra mía, que digan «la hizo Andrés, es de él».
—¿Cómo definirías tu estilo?
—Me gusta mezclar un poco lo que es la cultura popular con ese estilo como steampunk, retro vintage, porque podés usar materiales como chapa o cosas de ese estilo. Me gusta poner partes de maquinarias, porque le da esa estética como retro futurista que me gusta. También me gusta el rock and roll, la música más vieja, las películas antiguas… Como me gusta esa estética, busco ese estilo.
—Justamente se nota ese gusto del rock and roll, especialmente en la colección de guitarras eléctricas.
—Bueno, esa colección la presentamos este año en el Hard Rock Cafe de Puerto Madero. Ahípude conocer a un montón de leyendas del rock que admiraba. Que vengan a un evento que hacía con guitarras que creé yo fue increíble. Me pasó que le firmaba autógrafos a músicos que escuché toda la vida y pensaba: «No puede ser que le esté pidiendo un autógrafo a él y él uno a mí». Por ejemplo, pude conocerlo a Chowy Fernández, que es uno de los guitarristas más grosos del momento. Que toquen la viola y le saquen el sonido que le sacaron, que no quede solamente como que es una obra linda o que es una escultura, sino que es funcional y que ellos le den su aprobación… La verdad que estuvo buenísimo.
—Es como que hay un doble mérito ahí, ¿no? No solo el haber hecho la pieza, en este caso, la guitarra, sino que encima es funcional y pudiste ver cómo le daba uso gente a la que vos admirás.
—Fue increíble porque realmente si te ponés a pensar, un músico no va a salir con un instrumento que suene mal o que no esté bien hecho. Entonces, que en un lugar así un músico de la calidad de él le dé la aprobación para mí es increíble. Yo me tomé mucho tiempo, fue mucho trabajo para cada guitarra, entonces aprecio que la gente vea que no solamente son bonitas, sino que tienen esa funcionalidad.
—¿Qué propósito tenías en mente cuando creaste la colección de las guitarras?
—La idea era esa: que fueran funcionales, que tuvieran el peso de una guitarra normal, tratar de respetar todo eso. El primer prototipo me llevó como un año. Ahora ya las hago un poco más rápido, pero todas tuvieron mucho trabajo, mucho amor.
Por ejemplo, la del AK-47 [que usó Ca7riel] fue muy loco porque quería buscarle ese ese doble sentido: si la ves es un arma, pero a la vez es una guitarra; no dispara balas, sino que dispara notas musicales. Me pareció interesante jugar con ese doble sentido. El destino quería que la tenga él y se merece tenerla. Por mi parte, más que contento con que él tenga un instrumento mío y que lo lleve por todos lados, mostrando lo que hago y haciendo que la gente se sorprenda por ver un instrumento así.
Las otras que hice también son muy diferentes, de repente tienen un reloj o una cadena de moto. Los músicos las miran de todos lados y está buenísimo ver las reacciones, también cuando las tocan y dicen que tiene un sonido increíble. Yo al principio quería emular y buscar el sonido de una guitarra de madera, pero después me di cuenta de que no era el camino, que mis guitarras van a tener su propio sonido porque los materiales son diferentes. Entonces por ahí tengo que buscar ese sonido distinto más que emular el de una guitarra normal. Incluso músicos de mucha trayectoria me han dicho que tienen algo que no tiene una guitarra de madera, que hay técnicas y cosas que suenan diferentes. Eso está bueno también, hay músicos que buscan tener un sonido diferente, más allá de la estética del instrumento.
—Respecto a los materiales, ¿cómo los conseguís? Por ejemplo, algunas guitarras tienen monedas italianas, otras relojes japoneses… No son cosas que quizás puedas encontrar muy seguido.
—Estos últimos años tengo mucha gente en que me sigue en Instagram y Facebook, entonces a veces me mandan cosas. Después también mis amigos. De repente uno viajó a Italia o México y me trae una moneda. O el relojero de la ciudad donde vivo me dice «mirá, tengo toda esta caja con relojes que no voy a usar o que son de repuesto». Un poco he ido juntando materiales así. Igualmente, no es que yo agarro cualquier cosa y la pongo así porque va. No, voy buscando cada pieza que me guste, que quede bonita, que me parezca interesante y la voy guardando y poniendo donde me parece que puede quedar mejor.
Al principio era más que nada gente del pueblo o iba activamente a buscar los materiales, especialmente a los talleres de motos y autos. Trataba de reciclar de esa manera para darle un doble uso a los materiales que la gente descarta, porque esa es la idea también: reciclar, darle una segunda vida. Entonces un poco empezó con eso.
También es porque la chatarra en general es el material que más abunda y los materiales reciclados son lo que la gente menos usa y hay en todos lados. Yo siempre digo que si hubiera nacido en Florencia [Italia], capaz que estaría cincelando en mármol (Risas). Pero en Argentina lo que más abunda es la chatarra, metal, chapas, así que reciclo eso y voy experimentando. A veces mezclo materiales como vidrio con resinas. Siempre estoy tratando de probar materiales nuevos y ver qué se puede hacer.
—¿Cuál fue el material más raro con el que trabajaste?
—He desarmado máquinas de coser, máquinas de escribir de los años ’60 y ’70, autos enteros prácticamente. Una vuelta un amigo me dice «tengo un Ford Taunus para vos». Uno de los manómetros y los relojes terminaron siendo parte de una de las guitarras eléctricas. Nunca había desarmado un auto entero, pude sacar el motor, la caja. Desarmé tantas máquinas y cosas que ya no tengo ni noción de lo que soldé y corté (Risas). De chiquito me gustaba desarmar las cosas para ver qué tenían adentro, así que un poco siguió quedando esa magia de desarmar cosas.
Yo suelo experimentar un montón con el material, con cobre, bronce… La guitarra que hice para para Ca7riel tiene detalles en bronce, la parte de la culata está toda cincelada, tiene un cráneo. Siempre estoy experimentando, incluso con madera, pero más que nada el metal. Lo que tiene el metal es que es un material muy dúctil. La madera la cortaste y es muy difícil volver a pegarla para que tenga la forma que vos querías de vuelta. En cambio, el metal lo cortaste o se quebró y podés volverlo a soldar y pulir para que recupere la forma. Es decir, podés equivocarte y volver atrás. No es como el mármol, que golpeaste un poquito de más, se partió y ya tenés que hacer la pieza de vuelta.
—Uno de los pilares de tu obra es el cuidado al medio ambiente. ¿La idea de usar materiales reciclados es algo que tenías pensado desde un principio o fue consecuencia de los materiales y circunstancias que tenías para trabajar?
—Fue un 50/50. Siempre me interesó el reciclaje. Por ejemplo, estoy juntando todos los días latitas de aluminio. No se gana un peso con eso, pero me motiva ir, llevarlas y ayudar un poco a no ensuciar la ciudad donde vivo. Quizá pasa que un amigo tira un papel a la calle, entonces lo levanto y lo llevo a la basura, además de que trato de darle el ejemplo. Todos vivimos en este mundo, estamos de pasada, y hay que tratar de cuidarlo lo que más lo que más podamos. Tendríamos que intentar, aunque sea un poquito, tener un lugar más limpio y mejor.
—¿Cómo es tu proceso de trabajo? ¿Qué tomás como fuente de inspiración?
—Yo trato de usar todas las cosas que tengo a mano para inspirarme y también para ayudarme muchas veces. Hay escultores más grandes que se rehúsan a usar la tecnología. Yo por ejemplo uso ChatGPT para que calcule cuánto va a medir cada pie, mano o la cabeza, entonces me da las proporciones. Mi proceso empieza así, con una foto tal vez, y ahí calculo las medidas. Hay algo que no falla y es la vista. Vos podés ver algo y te das cuenta de que no está bien o no cuadra muchas veces. Puede tener las medidas, pero al verlo tenés una pauta de que está bien proporcionado.
También boceteo cuando algo lo amerita. Dependiendo de si es una escultura, lo bosquejo, voy haciendo el contorno con la varilla y le voy dando el cuerpo, para después rellenarlo con piezas y buscarle la forma. ¿Cuál pieza puede encajar, cuál no? Y ahí se va armando de a poquito, como un pequeño Lego gigante de hierro y materiales reciclados.
En cuanto a la inspiración, no es algo que te baja de pronto y de repente aparece cuando estás durmiendo. Yo creo que la tenés que ir buscando, es algo constante. Tomo inspiración de todo, películas, libros… Si veo algo que me interesa lo hago. Capaz hay una película y me pareció interesante un personaje o me llama la atención algo que leo o una foto, entonces tomo inspiración de todo eso. De todo lo que se me cruce voy viendo qué me interesa.
Un poco también es sacar de contexto las cosas. Es muy loco ver una escultura como la que yo hago, porque es rara la forma, las piezas. Tal vez la ponés en un lugar, saca de contexto todo y te saca un poco de la realidad. Quizá estoy haciendo una escultura acá en el taller y viene un amigo o algún familiar, de repente ve un caballo de dos metros y dice «¿qué es eso, de dónde lo sacaste?». Yo busco eso, que cada escultura te saque un poco de la realidad y te haga ver la vida de otra forma, me encanta generar esa emoción. Si bien hago un arte que es más figurativo, yo trato de mostrar mi visión de cada cosa.
—En tus redes sociales publicás bastantes frases referidas al arte. Una de ellas es: «Todos los días se puede encontrar algo de arte en todo lo que nos rodea, un árbol, una plaza, una sonrisa, una melodía, un color». ¿Cómo definirías el arte?
—Hace poco escuché una frase que me gustó, que decía que el arte sirve para que todo lo demás funcione. Pasó muchas veces en pandemia, que por ahí la gente decía «el arte tal vez no sirve para nada», ¿pero qué hubiera pasado si no hubieras tenido música, películas, libros?
Además, todo tiene un poco de arte. Un mueble bien hecho es una obra de arte, el diseño de una bicicleta es una obra de arte. Hay un poco de arte en todas las cosas que hemos hecho los seres humanos. No todos los que nos rodean tiene la misma casa, donde vivís tiene una construcción que también es artística. Yo creo que todos tenemos un poco de artista y hay que dejarlo salir y buscar esa inspiración todos los días. Tienen que ponerse a mirar en detalle y con los ojos de alguien que quiere aprender mucho.
—Esa es una visión más inclusiva del arte, contraria a la que quizá se tenía en el pasado donde el arte era visto como algo más exclusivo para unas élites y que se limitaba a ser expuesto en un museo, por ejemplo.
—Las redes sociales permitieron que todos podamos ser artistas. Ahora un pibe agarra una compu y te puede producir un tema, está democratizado el arte y no es algo a lo que solamente algunas personas puedan acceder. Hoy en día tenés Internet, que es una puerta para aprender lo que quieras.
Por ejemplo, yo no tengo una formación académica estándar por así decirlo ni tampoco aprendí lutería de forma tradicional. Si bien hay gente que me enseñó cosas de lutería que tenía que saber porque son aspectos básicos, yo no estudié en una academia o instituto, sino que fue un poco de aprendizaje autodidacta, prueba y error. Siempre digo que los artistas que a mí más me gustan ninguno estudió, tanto en la música como en la escultura. Jimmy Hendrix no sabía leer una partitura y es uno de los guitarristas más grande de todos los tiempos. Creo que si uno tiene motivación y ganas, puede aprender cualquier cosa.
—Retomando esa idea, ¿cómo sentís esa democratización? Por ejemplo, antes habías mencionado las complicaciones de ser un artista en Argentina. ¿Sentís que te enfrentás a mayores desafíos por ser de Santiago del Estero?
—Si uno quiere algo y se centra en ese objetivo, en algún momento se va a dar. Hay un factor de suerte, hay un factor de talento. También lo que tienen las redes sociales es que podés llegar a más personas y lugares que ni siquiera tenés pensados. Siempre digo que una idea buena te puede llevar lejos, dos te pueden llevar a donde vos quieras. Me pasó, por ejemplo, de mandar trabajos a Asia, Polonia, y en mi vida pensé que iba a mandar algo allá. Las redes sociales abrieron un poco ese abanico.
El ser de Santiago del Estero para algunas cosas te limita, para otras no. Hoy en día tenés que saber de todo: ser fotógrafo, editar, entre otras cosas. Hacer bien tu trabajo es un poco aprender todo y ser multifacético. En la actualidad el rol del artista no es solamente ser artista. Lo vemos con los músicos y artistas en general, que tienen que ser un poco influencer, tienen que aprender un montón de cosas… Es un pack completo como para que puedan darse bien las cosas y yo de a poco lo voy haciendo. A veces es complicado, no sé si todo el mundo se bancaría ese estrés, por eso es difícil y más acá en Santiago, pero de a poco uno se puede buscar un lugar, es cuestión de llegar.
—En relación con ese concepto de ser multifacético, hay una frase que dijiste que es: «La escultura está llena de desafíos. Es un arte multidisciplinario en el que tenés que ser un poco diseñador, un poco pintor, un poco fotógrafo. Nunca dejás de aprender y evolucionás constantemente». ¿Qué rescatás de lo que aprendiste en estos años como escultor?
—Que hay que ser más objetivos. Muchas veces con algunas cosas uno se va por las ramas y cuesta enfocarse. Como venía diciendo, si sos multidisciplinario, al final terminás aprendiendo un montón de cosas. Lo que le diría a la gente es que se especialice en algo. Si te gusta pintar, tratá de ser el mejor pintor que puedas; si te gusta la fotografía, tratá de ser el mejor fotógrafo que puedas. Eso te va a llevar a un punto interesante.
A mí me pasaba que de repente estaba haciendo esculturas y también estaba aprendiendo fotografía y a pintar… Hacía muchas cosas a la vez y eso también estuvo interesante porque fue una academia complicada de terminar. Hoy en día tenés que saber un poquito de todo y eso está bueno. Por ejemplo, si sacan una foto o hago algo, yo ya sé lo que quiero y cómo quiero que se vea mi obra o el resultado final.
También me pasa que ahora las cosas que hago quedan como yo quiero y eso es lo que más me costó. Por ahí al principio decía «no me quedó como lo esperaba», pero hoy en día sí. Es importante no ser tan exigente porque la perfección es algo imposible de alcanzar. Lo decía Salvador Dalí, que es imposible llegar a ser perfecto en el arte. Uno puede armar y tratar de buscar lo mejor que pueda hacer en el momento y con los materiales que tenga. A mí me pasó eso de buscar materiales y tratar de usar lo que tenía a mano para hacer lo mejor que pueda. Tampoco estaba tan mal porque se me dio, así que creo que hice un poco bien las cosas.
—Además de esa búsqueda por la perfección, ¿cuáles son otros desafíos que enfrentaste a lo largo de tu carrera?
—Todos estos años he recibido muchos encargos y han sido cosas muy diversas. De repente me piden una escultura de una mujer y un hombre besándose o un auto o una moto. Entonces como que yo no hago un tipo de escultura estándar o una sola forma con un único motivo. Eso hace que todo nuevo trabajo sea un desafío, porque con cada cosa nueva que hacés se te presentan problemas diferentes y los tenés que ir resolviendo de forma diferente, así que es constante el desafío.
—¿Y el momento más gratificante de tu carrera?
—Cuando hice la presentación de las guitarras eléctricas, que fueron un montón de músicos y leyendas del rock nacional. Que hayan ido a ver lo que hacía fue genial. También lo de Ca7riel es un momento que estuvo buenísimo. Un evento de esa magnitud y él estaba tocando una viola mía. Como dije antes, el hecho de que yo estoy acá en Santiago del Estero y que él justo vio una de las guitarras que hago y se haya interesado… Muchas veces que hay que tener fe y cariño en lo que uno hace y en algún momento las cosas se van a juntar, el universo va a conspirar para que te vaya bien.
Han sido muchos momentos positivos: mandar cosas a galerías fuera del país y que de repente las estén exponiendo en Miami o en Nueva York. Yo vengo de Santiago del Estero y es increíble que se den esas cosas, no es lo normal. Pero me he dado cuenta con los años que con el arte pasan cosas que no son normales siempre, así que eso es lo genial.
Fuente: Clarín – Tranquilamente podría decirse que esta vez el tema central no fue la moda, aunque la entrevistada era nada menos que Ágatha Ruiz de la Prada. Es que en este 2024, la diseñadora española más internacional del planeta está totalmente “argentinizada” y no deja de contarle a quien quiera escuchar que hoy nuestro país está “de moda”. Las causas: la Selección de fútbol, el éxito de la serie El encargado (de la que se declara fan) y el impacto que ha tenido en su país Javier Milei, a quien visitó en la quinta de Olivos.
Ágatha tuvo una agenda cargadísima en Buenos Aires. Presentó su nuevo libro (Mi historia), inauguró una muestra con sus telares y dibujos en la Sala Naranja del Centro Cultural Recoleta (que puede visitarse hasta hoy) y protagonizó la apertura de Bafweek con una charla junto a Iván de Pineda (Mercedes Benz Fashion Talk) en el auditorio del Museo de Bellas Artes. Además, fue nombrada Embajadora Internacional de la Moda por Distrito BAFA, una organización sin fines de lucro cuya madrina es la primera dama porteña, María Belén Ludueña.
La “argentinización” de Ágatha toca extremos sorprendentes. No sólo se tomó un taxi hasta el barrio de Belgrano para conocer el edificio donde se grabó El encargado (otro momento compartido en redes con sus seguidores) sino que atesora un audio que le envió Guillermo Francella, el protagonista de la serie de Disney +, donde le habla como su personaje: “Hola Ágatha, espero que reconozcas mi voz. Soy Eliseo y estoy ahora en Canarias, en tu país, trabajando y comiendo muy rico”.
-Te merecés un cameo para la próxima temporada, por lo menos.
-¿Un cameo? (risas). No he visto la tercera temporada aún, pero me hice de Disney + solo para ver El encargado. El guión es maravilloso, admiro a Francella y la serie, que es tan argentina, con ese encargado que es un genio: inteligente, rápido, manipulador, siempre ahí, limpiando su portería.
Incansable por Buenos Aires
Ágatha Ruiz de la Prada tiene 64 años. Cuenta con títulos nobiliarios de los que no presume en lo más mínimo y de los que prácticamente no habla (es marquesa de Castelldosríus y baronesa de Santa Pau). Inquieta y apasionada, construyó su propio camino. Estudió diseño y moda en Barcelona, a los 20 hizo una pasantía con el modisto madrileño Pepe Rubio y dos años más tarde ya tenía marca propia.
“Mi diseño es conceptual. Si eliminamos todo lo superfluo, llegamos a la conclusión de que la moda ha de ser cómoda: cómoda para el cuerpo y para la mente, cómoda para quien la lleve y la mire, y cómoda de fabricar y destruir”, decía en sus primeras entrevistas. Además de ropa, hoy vende perfumes, sábanas, anteojos y objetos para la casa con sus corazones de colores.Sus desfiles. Ágatha muestra sus diseños en distintas partes del mundo, desde Nueva York hasta República Dominicana. Foto: Matías Baglietto
A principios de septiembre llegó a Buenos Aires de la mano de su gran amiga Carminne Dodero (creadora del evento de moda Six O’ Clock Tea e hija de Marina Dodero, quien fue la mejor amiga de Cristina Onassis) y de su socio Dario Campidoglio. Fue un maratón de actividades y encuentros con gente a la que valora y quiere: “Es muy importante tener amigos en un país, son una gran llave. Y aquí, en la Argentina, está Carminne (Dodero), que siempre me ayudó muchísimo desde que vine la primera vez. Ahora ella vive en Madrid, pero cada vez que estoy acá, organiza todo súper. Recién hablé con Valeria Mazza. Este año estuvimos juntas en España porque ella fue la conductora del Bailando con las estrellas, donde participé, y se ha vestido con mi ropa, es una tía encantadora”.
“Cuando surgió la idea de venir a la Argentina, pensé que haría un desfile, ya que nunca estuve en una semana de la moda aquí, pero luego surgió la posibilidad de una muestra: primero se habló del Museo de Bellas Artes, pero finalmente se concretó en el Centro Cultural Recoleta. Traje mis telares (muchos son de mis casas) y mis dibujos. Estoy encantada”, agrega.
-¿Harías una serie con tu vida?
-Es que eso hay que hacerlo muy bien. Así como me comprometo a hacerte un dibujo en cinco minutos porque lo sé hacer, no me gustaría avanzar en algo que no sé y que la serie fuera una porquería. A mí no me gustaría que me siguieran todo el tiempo las cámaras ni repetir escenas. Yo puedo decirte algo genial o una barbaridad ahora, pero si luego alguien me dice que lo repita como un guión, no lo podría hacer, me olvidaría.
-Pero sos natural e histriónica.
-Sí, pero no soy una actriz. Recuerdo una serie de Valentino, el genial modisto italiano. A él lo siguieron durante seis meses un equipo de doce personas. Lo bonito de la serie es que empieza con sus perros en el avión particular, todo de maravillas. Pero él le agarró odio a la gente que lo filmaba. Luego, la serie ganó el premio al mejor documental del año en Cannes y Valentino se reconcilió con los productores. Fue y los abrazó. Pero todo el día en tu casa con cámaras, grabando mil veces, no lo veo…
-Sos la española más internacional de la moda, pero no tenés herederos.
-Es muy difícil saber por qué. La gente joven se cansa enseguida. En España hicieron una encuesta sobre cuáles eran las empresas en las que a la gente más le gustaría trabajar y Ágatha fue la número 2. Y es verdad que a la gente le encanta trabajar en nuestra marca, pero luego, cuando pasan seis meses haciendo corazones de colores, se pueden llegar a cansar. Lo bueno de todo es que yo no me canso nunca, afortunadamente. Hay que tener siempre ganas de hacer, de soñar.Incansable, en Buenos Aires. Además de la muestra en el CCR, brindó una charla con Iván de Pineda en el Bafweek.
-¿Cómo te reinventás teniendo un estilo tan marcado?
-Me reinvento todo el tiempo. Ahora, por ejemplo, haré un desfile en Madrid por primera vez con un director de arte. Él está desorientado porque le doy libertad. Para mí es un juego que resulta emocionante: seré espectadora. Mucha gente delega cuando se va de una compañía o lo hacen cuando alquien se muere. Yo esta vez quiero ver todo desde afuera. Eso es reinventarse, no estar siempre igual. Para eso es clave que los equipos sean móviles, que no se quede la misma gente por cuarenta años, que haya un refresh.
La diseñadora hace hasta 72 desfiles por año en distintas partes del mundo, desde Nueva York y Madrid hasta República Dominicana. Pero la pandemia la detuvo obligatoriamente y ahora está empezando a hacer girar la rueda de nuevo. “La moda ha cambiado post pandemia, pero creo que aún no soy capaz de decir cómo. Sí, es más comfy (cómoda) y colorida, como dicen todos. Creo que eso se podrá evaluar recién dentro de un par de años, quizás seis”, analiza.
-¿Padeciste mucho la pandemia?
-Bueno, fue algo que lo cambió todo. Tenía un piso en Nueva York que estaba en obra y no podía ir. Llegué a preguntarme: “¿Para qué lo quiero si no puedo viajar?”.
-¿Cómo es Ágatha en versión relajada, cuando no trabaja?
-Bastante parecida. Me encanta leer y, cuando estoy muy bien, leo mucho. Cuando estoy menos bien, un poco menos. ¿La verdad? Me imagino trabajando siempre.
-¿Al estilo Mirtha Legrand?
-Ella es otra argentina genial. Tengo una anécdota sensacional con ella. La primera vez que fui a su programa no lo podía creer: ¡esas señoras con guantes que le traían las flores! ¡Comer en un set televisivo! No lo había visto nunca. Y hace algunos años vine a Buenos Aires a presentar mi línea de sábanas y aparece Mirtha vestida de fucsia en homenaje a mí y con un pañuelo de seda que le había regalado en el primer almuerzo al que fui. Increíble, cómo podía acordarse de eso, no lo sé. Me hice fanática de ella.
-¿Cómo imaginás tu futuro?
-Estoy en pleno cambio, acabo de tener una nieta, estoy mudando mis oficinas, la marca siempre en movimiento. Pero creo que es imposible proyectar. Yo viajaba todo el año y de repente se cerró el planeta. Aprendí la lección: no hago más planes en mi vida.
Fuente: Clarín – Małgorzata Kaźmierczak fue elegida en enero presidenta de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA). No casualmente uno de los ejes de su gestión en los próximos tres años será el tratamiento de la libertad de expresión y la censura. Nacida en Cracovia, en 1979, Kazmierczak es doctora en Historia y se especializa en performance.
De visita en la Argentina (estuvo en Buenos Aires y Rosario) con una activa agenda vinculada a su investigación sobre la performance local y como presidenta de la AICA, la especialista mantuvo encuentros con historiadores del arte y varios de los miembros de la Asociación Argentina de Críticos de Arte (AACA). Presidida por Florencia Battiti (con Fernando Farina en la vicepresidencia), la institución participa de forma dinámica dentro de la organización internacional. La sección argentina, fundada en 1951 por impulso de Jorge Romero Brest, cuenta con 64 miembros activos entre críticos de arte, curadores, historiadores del arte y gestores culturales de todo el país.
En tanto, la internacional se fundó en 1950, tras dos congresos celebrados en 1948 y 1949 en la sede de la UNESCO en París. Hoy, 62 países miembros la conforman. Kaźmierczak conversó con Ñ durante una tarde de sábado sobre la libertad de expresión, la importancia, necesidad y ampliación del concepto de crítica de arte en este siglo, su impacto, en un fluido español.
-¿Qué se entiende hoy por crítica de arte?
-Cada uno tiene su definición, pero para mí es una postura hacia la realidad y hacia el arte, hacia la política cultural de tu país. Eso se puede expresar con una reseña, un texto, una muestra. A veces hay períodos, cuando no se pueden organizar muestras ni escribir reseñas porque hay censura o por problemas económicos, durante los cuales, sin embargo, sí se puede participar en charlas y discusiones sobre arte. El arte es siempre parte de la vida social. Necesitamos seguir cuestionando todo. Para nuestra comunidad en Polonia, la crítica de arte es importante. Incluso después de que aparece un texto crítico en una revista lo discutimos. Es como la crítica después de la crítica.
-¿Está en crisis la crítica?
-Siempre se habla de la crisis de la crítica y que cada vez hay menos revistas. Pero cuando lo analizás históricamente se habla de esta crisis desde los años 50. Claro que es un problema cuando se cierran revistas por motivos económicos, pero eso no significa que no hay crítica de arte o que no es importante. Siempre ha sido importante y va a existir en otras formas tal vez. Ahora es más fácil con las redes sociales. Hay gente que hace crítica en Youtube y comentan sobre muestras en vivo. Hay países en este mundo en donde no se puede hacer de otra manera tampoco. En los años 90, en Polonia, no existía casi nada y cuando pudimos tener Internet todo se mudó a la virtualidad. Y ahora leemos esos textos como clásicos sobre algunas muestras y artistas. La forma no importa.En Polonia, los artistas son silenciados por la Ley de blasfemia, que castiga a los opositores.
-¿Qué impacto pueden tener en el público?
-Si la crítica es inteligente y profunda tiene impacto. En mi caso, después de leer una crítica puedo cambiar de opinión. Por ejemplo, respecto de la Bienal de Venecia yo esperaba la crítica de especialistas de distintos países para saber qué opinaban, porque tal vez no veía algo que otros sí al haber tantas obras de distintos lugares. Para mí es muy importante lo que los críticos escriben y especialmente en relación a eventos internacionales.
-Con frecuencia marcas diferencias entre lo que sucede en Europa occidental y oriental.
-Sí, nosotros que estamos en Europa oriental somos luchadores y por eso tenemos tanto cariño con América latina porque sentimos un poco parecido. Nunca hemos tenido tiempos fáciles para el pueblo, para el país, para el arte. Después de la guerra construimos países nuevos, casi desde cero. Nuestros artistas importantes no son tan conocidos como los de Europa occidental porque falta mercado, falta promoción. Pero el arte sigue siendo más interesante de esta manera porque la gente necesita luchar para poder mostrar y hacer arte en general.«Protejamos a los vivos del fundamentalismo asesino», Marta Frej. Foto: avantgardelawyers.org
-Ser presidenta de la AICA te proporciona una visión global de lo que sucede en distintas partes del mundo. ¿Las artes visuales pueden ser consideradas peligrosas en el siglo XXI?
-La censura y la libertad de expresión son mis temas favoritos. Es muy curioso que los gobiernos tienen miedo a las artes visuales. En Polonia, en los últimos ocho años, tuvimos un gobierno de ultraderecha que nos censuraba por cosas vinculadas a la religión, por blasfemia, en relación a temas como el aborto, los refugiados, la comunidad LGTB. Se cancelaron muestras o se las denunciaron a la policía. Tuvimos un promedio de 300 casos en la justicia por año. Y luego sucedió que hacia el final de ese gobierno no teníamos censura porque nos autocensurábamos. Por eso digo que si hay censura todavía no es tan malo, pero si hay autocensura se acaba todo. Ahora pasa mucho en Eslovaquia y Hungría. Pero también pasa en Europa occidental y en los Estados Unidos por otras razones.
-¿Por qué pensás que se les teme?
-Es interesante pensar por qué esas personas que quieren destruir el arte le ponen tanta atención. Tengo amigas artistas feministas que reciben amenazas de muerte, comentarios locos en redes sociales. Pero no ocurre tanto en América latina, acá hay más discriminación económica en el sentido de que de pronto no se hace algo porque no hay plata. En AICA queremos organizar talleres sobre estos temas. Firmamos un acuerdo para trabajar juntos con la organización Freemuse, que lucha por los derechos humanos en general, pero también por los derechos de autores y la libertad de expresión. Queremos organizar talleres para curadores, críticos, artistas, estudiantes para saber cómo podemos defendernos contra la censura, la discriminación y cuáles son las organizaciones internacionales que nos pueden ayudar. Claro que no podemos cambiar el mundo, pero podemos mostrar una resistencia, podemos cambiar nosotros. Es muy importante pensar en que si hay un artista censurado en una muestra qué deben de hacer los otros artistas. Si tal vez sacar sus obras de la muestra en un gesto de solidaridad. Me pasó cuando un texto mío fue censurado en un catálogo y entonces el otro crítico dijo que retiraba el suyo y no hubo catálogo. Esos gestos son importantes, aunque a veces es difícil decidir porque las cosas pasan muy rápido. Incluso es posible pensar que es culpa de uno, pero no, la culpa es de los censores.«Sus prohibiciones escalaron nuestros derechos».
-¿Cómo aprendiste español?
-La primera vez que vine a Latinoamérica fue en noviembre de 2019, cuando fui a Chile (durante el estallido social) y a Brasil. participé en dos eventos de performance, en Valparaíso y Curitiba. Descubrí que en América latina puedo encontrar el tipo de compromiso e impacto social que busco en el arte en general. Me enamoré del arte latinoamericano. Me matriculé en el curso de la Universidad Jagellónica y empecé por un nivel muy alto, aunque nunca antes lo había aprendido. Fue un gran placer. Luego empezó el Covid-19 y tuve mucho tiempo para ver películas y series en español. Sigo aprendiendo y me encanta descubrir las sutilezas del idioma.
-¿Qué otro eje de gestión te proponés concretar hasta la finalización de tu presidencia?
-Estamos trabajando en incorporar más secciones en América latina, en África y Asia. Quiero descentralizar un poco la AICA porque la mayoría de los socios son de Europa. Y hay secciones que existían, luego desaparecieron, y quiero ayudarles a que vuelvan.
Desde el viernes 13 y hasta el 25 de septiembre, la muestra online para una ciudad nocturna reúne a 29 artistas contemporáneos que transitan la escena de arte urbano y que piensan la ciudad de noche desde sus diferentes y múltiples facetas, ya sea a través de la pintura, la creación de objetos o la organización de fiestas, performances y música.
Curada por Santi Villanueva, en paralelo a la exposición (que se puede visitar en Arroyo 981 de 12 a 19) las obras participan de una subasta online en galeriaazur.art/ar.Dislexical-.-Trendy (galería Azur)
Unos 29 artistas responden con sus obras al género del nocturno, “que tiene que ver no solo con retratar fielmente un momento, sino también con insinuar aquello que no se puede contar o no se puede narrar del todo”, según el curador. “En su relación con las escalas, desde lo monumental a lo pequeño encontrado en la noche, estas obras recuperan algo impensado que puede suceder en ausencia de luz”. ¿Qué es un nocturno? “Es una obra que se escapa de ser narrativa, que le cuesta seguir un hilo, que tiene manchones de olvido, contradicciones y deseos incontables”.
La Embajada del Brasil en Buenos Aires presentó esta semana el Programa Redes nas artes, una plataforma de investigación e intervención en el territorio local para el relevamiento y registro de expresiones culturales brasileñas en Argentina.
El programa busca celebrar la diversidad cultural e impulsar la cadena productiva del sector. En una primera etapa, hasta el 6 de diciembre de 2024, se encuentra abierto el Registro Cultural de expresiones brasileñas en Argentina, se propone mapear, identificar y valorizar los distintos actores de las industrias creativas brasileños en Buenos Aires.
Un formulario online está disponible para artistas, emprendedores, gestores culturales, personas físicas, emprendimientos, colectivos y grupos, asociaciones e instituciones culturales que trabajen con elementos culturales brasileños vinculados a las industrias creativas. El Registro Cultural de Expresiones Brasileñas en Argentina es una herramienta de gestión que permitirá, a partir del cierre del registro, la creación de un Mapa Cultural donde acceder a información georreferenciada sobre la industria creativa brasileña en territorio argentino. Más info @embrasilargentinaEl proyecto “Ensayos por la paz” es una acción Fluxus.
Una vela en cada pantalla
El 21 de septiembre, Día Internacional de la Paz, un proyecto llama a que todas las pantallas (públicas y privadas, grandes y pequeñas) con la imagen de una vela encendida durante cinco minutos. “Sin palabras, ni logotipos, ni asociaciones políticas, solo una vela”, reza la consigna de Ensayos por la paz, la iniciativa del artista argentino Martín Bonadeo, pionero en explorar la intersección entre arte, ciencia y simbolismo. Una vela proyectada como símbolo de unidad se originó en 2004 en el Yerba Buena Center for the Arts de San Francisco.
Desde entonces, ha expandido esta poderosa imagen a múltiples ubicaciones en todo el mundo, culminando en la monumental instalación de 2021 en el icónico Obelisco de Buenos Aires, donde 19 pantallas mostraron simultáneamente.Glenn D Lowry, durante su visita a Buenos Aires en 2019, en el Malba. Foto: Maxi Failla
Glenn Lowry: Adiós al MoMA
Después de 30 años de mandato, el director del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), Glenn Lowry, dejará su cargo en 2025 como el líder con más años de servicio en la historia de la institución. Lowry, de 69 años, hizo revertir la regla del museo por la que “los curadores en jefe y otros gerentes superiores” se deben jubilar a los 65 años.
“Es el momento adecuado para pensar en el futuro del museo y pensé: carpe diem”, dijo Lowry a The New York Times, que tuvo la primicia. “Todo lo que me propuse hacer hace 30 años se ha cumplido o está en marcha de una manera muy positiva”. Bajo la dirección de Lowry, el MoMA aumentó su superficie 2019, junto a una reorganización de la colección y aumentaron los visitantes al museo.
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