Fuente: Clarín – El artista más demandado por la burguesía porteña de mediados del siglo XIX y un osado. Su genio creativo no lo privó de nada: desnudos, gauchaje, paisajes locales, brasileños y europeos, retratos en poses y trajes pacatos de aristócratas nacionales e incluso de gente ya fallecida, a requerimiento de los parientes. Todo ello quedó inmortalizado por “nuestro pionero” en materia pictórica, explican las curadoras de Prilidiano Pueyrredón. Un pintor en los orígenes del arte argentino, muestra libre y gratuita del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA). También fue ingeniero, urbanista, paisajista, productor rural y arquitecto: su trabajo más reconocido es la Quinta de Olivos. Cruzó tres veces el Atlántico, hablaba seis idiomas, era culto, cortés, elegante; aficionado a la naturaleza, la ópera, el arte, los carruajes y la caza. Tal lo refleja un autorretrato del campo junto a su setter, rifle en mano. Con asesoría de estancieros invirtió en 1500 vacas lo obtenido al vender su finca de San Isidro, al familiar Manuel Aguirre en 1856. Herencia para el único hijo del brigadier Juan Martín de Pueyrredón y aliado de San Martín en pos de la independencia.
Es la segunda retrospectiva que protagoniza Pueyrredón (1823-1870) en el museo, desde 1996. La puesta curada por Florencia Galesio, Patricia Corsani y Paola Melgarejo tiene 40 obras acervo del MNBA: clásicos y paisajes poco exhibidos, costas rioplatenses de Olivos, San Fernando; bosques palermitanos. La completa, a préstamo: “La temprana ‘Pescador’, del Museo de Bellas Artes Emilio Pettoruti de La Plata, posiblemente de su tiempo en Cádiz (por 1840). Además, dibujos a lápiz de soldados, héroes en la Guerra de la Triple Alianza como el Dominguito Sarmiento de su principal discípulo Fermín Rezábal Bustillo, del Museo Histórico Nacional (MHN)”, relata Galesio, jefa de Investigación y Curaduría.Más homenajes: «Celebramos Prilidiano», exmuestra del Museo Pueyrredón de San Isidro (2023).
También, materiales (varios vía QR): epígrafes, fotos, facsímiles de publicaciones de antaño y más. Al montaje lo nuclean cinco ejes: Costumbrismo/ tradición; Un pintor profesional; Los retratos y el círculo del artista; Los viajes: América y el Grand Tour europeo y La costa y las afueras de la ciudad. A dos salas, más un sector compartido con panorámicas de Cándido López, el nexo son los guerreros del Paraguay.
Hombre de mundo
“Prilidiano pasó de los 12 a 26 años en el exterior, eso le permitió formarse en contacto con los movimientos culturales locales. Al adquirir Juan Manuel de Rosas poderes extraordinarios, el 7 de marzo de 1835, su familia se exilia a vivir en Río de Janeiro; Francia y España, además de recorrer Italia o Inglaterra, viajes educativos llamados ‘el grand tour’. Presenció la conformación de museos públicos: la National Gallery en Londres, el Museo del Louvre en París y el del Prado en Madrid; entonces, artistas reconocidos como William Turner abrieron sus galerías de arte. En Brasil funcionaba la carioca Academia Imperial de Bellas Artes con puestas anuales”, detalla Melgarejo. Corsani, agrega: “Un mapa QR detalla las ciudades confirmadas donde estuvieron y lo narra una cronología. Señalan sus intereses obras e influencias recibidos de colegas, al ir por museos y urbes europeas”.Sacada de la red, Buenos Aires. Acuarela sobre papel 28,5 cm x 59,3 cm.
Es imposible, según las curadoras, afirmar cuáles fueron los espacios artísticos de su formación pictórica. La certeza: para 1850 llegó a Buenos Aires con amplia formación intelectual y profesional e incorpora temas y modalidades, evidente en sus piezas rurales con cosas típicas de la campiña. “Prilidiano incluye aspectos de cada lado: características de la pintura costumbrista española en sus piezas pequeñas; del academicismo de la escuela francesa en retratos y la modalidad de pintar paisajes al aire libre, innovación de artistas de la Escuela de Barbizon mientras cursaba arquitectura e ingeniería en la École Centrale de París”, detalla Melgarejo.
Coinciden las expertas en que su investigación sobre el maestro experimentado –puesta inaugurada a fines de 2023 por el bicentenario del nacimiento– les permitió bucear en aristas menos conocidas: su pericia, gestión de obra profesional, divulgación, variedad de géneros abordados y el rol de sus aprendices. Enfoca el perfil pictórico y todo en torno a eso, del llamado primer pintor argentino. “A nivel académico –Cátedra de Dibujo (UBA)– lo precede Carlos Morel, retratista y pintor de escenas costumbristas durante 1830/40”, señala Galesio.Parece otra. Retrato de Manuelita Rosas (estudio). Donación José Prudencio de Guerrico, 1896.
“Se lo presenta como un conocedor de la materialidad trabajada y las técnicas: soportes como papel, cobre, lienzo; al óleo y acuarela lo demuestran”, apunta Corsani. Evidentes en sus pinturas bonaerenses con lavanderas trabajando, o las actividades diarias en un patio porteño; así como los grandes óleos donde “Pueyrredón garantiza la semejanza –contrasta Melgarejo–. Junto a sus acuarelas de paisajes hay piezas de 1861, gauchos y al fondo nuestra pampa; sus grandes óleos ‘Un alto en el campo’ y ‘El rodeo’, pensados para el Salón de Londres”.
El primer artista visual argentino del género erótico, gran pena y desgracia: solo quedan dos cuadros pero ninguno aquí; los demás se destruyeron a mano propia o de parientes avergonzados, tal difieren las versiones. “Sabíamos que ‘El baño’ (único desnudo del Bellas Artes) integraría la exhibición del Museo Pueyrredón de San Isidro”, señala Corsani. Instituido en 1944, en su exfinca familiar, lo homenajeó por el 200° aniversario en diciembre. Allí, topless con sonrisa pícara desde la bañera; junto a “La siesta”, sobrevivientes al contrabando nudista y escándalo.Un alto en la pulpería. c. 1860. 24 x 32,6 cm.
Grandes retratos patrios
Son centrales casi una decena de personajes, sus “daguerrotipos hechos pinturas” de contactos ligados a estrechos vínculos paternos. En “Retrato de Santiago Calzadilla” (1859) muestra el interior de su céntrico atelier, próximo a la Plaza de Mayo actual. Ironía o profesionalidad en juego, hizo su cuadro emblema: “Con 28 años recibió el primer encargo importante, ‘Retrato de Manuelita Rosas’ (1851) evidencia un artista con todas las características de profesional”, sostiene Melgarejo. Dueña de fotos y miradas, reina del salón y anfitriona: su imagen de la hija del político Juan Manuel; siempre expuesta –junto a piezas maestras del siglo XIX– desde los años 30, llegada del MHN. A su izquierda un pequeño cuadro, parece otra joven de 34 años en su ensayo para la versión final. Es la misma que asoma un fragmento al frente del billete de ¡20 pesos! (rediseño del año 2000) junto a la faz de su progenitor.
Manuela posó una hora, previa consulta y autorización de su “tatita” para su primer retrato (antes se había resistido) con los detalles definidos por tres miembros de Comisión protocolar. El vestido con miriñaque e insignia federal en peinado, acorde a la moda regional de la divisa punzó –simbolizaba una idea política, invento local e irrepetible en el mundo–, todo en rojo a pedido. “Confirmamos que la pintura viajó de Buenos Aires a Londres cuando la familia de Rosas se exilió tras la derrota en la Batalla de Caseros. Además, conocimos el modelo iconográfico que inspiró al artista para posicionar a la retratada donde la ubica”, cuenta Corsani.Retrato de Santiago Calzadilla, 1859. 122,5 x 102,5
En broma decía ser “un pobre pintor, que pinta por pocos pesos”; de buen carácter, alegre, según sus contemporáneos, su amigo Leonardo Pereyra; Rezábal Bustillo y Nicolás Granada, sus discípulos. El último dijo que al salir a pintar, su maestro canturreaba “retazos de óperas favoritas o alegres girones de canciones andaluzas”. Consensúan las curadoras: “Para difundir su pintura, esa labor pedagógica fue clave: eran alumnos y a la vez ayudantes”.
A mitad del siglo XIX él surge dentro de la escena porteña, cubierta por trabajos de colegas extranjeros. Sin espacios expositivos, museos ni galerías de arte; exhibía en los almacenes Fusoni y su taller, circulaban allí prensa y personalidades. Organizó una Exposición Nacional de Arte y su estatuto específico, trunca por la Batalla de Cepeda (1858). Pensó un Museo y una Academia, ambos de Bellas Artes. Todas inquietudes que con su calidad artística, le dan un lugar relevante y antecedentes a los artistas de la Generación del ‘80.Ciego popular en Cádiz. Acuarela sobre papel. 26,5 x 17,5 cm.
Corsani, concluye: “Pueyrredón perdura y atraviesa generaciones. Es parte de nuestra identidad, fundamental para entender el arte argentino del siglo XIX, siempre interesado por la educación”.
Quedan misterios. ¿Por qué su firma es con triple P ?, ¿si su apellido es francés, va sin tilde? Prilidiano falleció con 47 años, su vista deteriorada por diabetes; soltero y sin descendencia, dejó más de 200 creaciones. Al elegir Francia como escuela, Eduardo Sívori advirtió por 1883 que “Si los demás países artísticos están en decadencia es debido a los gobiernos que no se ocupan nada de arte”: podría ser de 2024 y la diferencia, nula.
- Prilidiano Pueyrredón. Un pintor en los orígenes del arte argentino
- Lugar: MNBA, Av. del Libertador 1473
- Horario: mar a vier 11 a 20, sáb dom 10 a 20
- Entrada: libre y gratuita