Fuente: Clarín – El Museo Reina Sofía de Madrid compró dos pinturas al óleo de la artista argentina Alicia Herrero, pertenecientes a la serie Huacos Eróticos, en la feria ARCOmadrid 2024.
Temprano esta tarde, el nuevo director del Museo, Manuel Segade, reconfirmó a Cultura la compra de CV Laboral, una pieza de audio satíricade la rosarina Ana Gallardo, en la galería Ruth Benzacar. Ésta abre la gran muestra de Gallardo en el Centro de Arte CA2M de Móstóles, reseñada esta semana en estas páginas. En ella detalla, en un tono neutro pero demoledor en su enumeración, las cuitas laborales de una artista en el accidentado camino hacia el arte.
Y como logro desde el estribo –muy festejado en la recepción en la Embajada argentina esta noche–, ARCO compró para su colección, de la Comunidad de Madrid, tres piezas centrales de la peruana Violeta Quispe, en la galería Vigil Gonzáles, que participó en la sección latinoamericana «Nunca lo mismo». Quispe ha sido seleccionada para la Bienal de Venecia.
Las tres piezas se titulan «Bienaventuradas: madre e hija luchado por política justa». Se trata de pinturas sobre hojas de cabuyas secas. Esta galería del microcentro porteño tiene, además, sedes en Cuzco y Santo Domingo. Esta compra testimonia tanto el feminismo como la ola en favor de la revisión de los dominios imperiales y la descolonización del arte, que hoy empujan en un país como España.
Más allá del valor de las obras y de sus creadores, estas compras parecen destinadas a sostener y alentar el esfuerzo por la continuidad de las galerías argentinas, en momentos en que la participación en una feria europea se hace más cuesta arriba que nunca. 2024 quedará, paradójicamente, como un año estelar para los artistas argentinos y su internacionalización.
Huacos para un giro en la lectura del arte
Los dos óleos de Alicia Herrero son de 1992, un año clave en los planes del Reina Sofía, pues alude a los festejos de la conquista de América en España, que celebró la llegada de Cristóbal Colón como si esa gesta no hubiera tenido sus claroscuros. Ahora Herrero se incorpora al acervo impresionante del museo madrileño, el que sigue más de cerca que nunca el arte producido en América Latina, en un giro historiográfico.
Se trata de dos componen dípticos bautizados Erotismos, y en ambas obras aparece un huaco -la tradicional pieza de cerámica característica de la cultura cuzqueña- junto a frutillas, un elemento reiterado en la obra de Herrero y que simboliza el alimento del deseo.La obra de Herrero.
La serie Huacos Eróticos deconstruye mediante diversas pinturas, objetos y dibujos, una arqueología de signos que cruza elementos culturales occidentales y latinoamericanos en cuanto a las formas de representar el erotismo.
Por un lado, las frutillas suelen aparecer junto a otros frutos en situaciones orgiásticas de la pintura europea, y puntualmente son una referencia directa a varias obras de El Bosco. En contraposición, las jarras de cerámica andinas con escenas de sexo explícito.
Alicia Herrero nació en Buenos Aires en 1954 y es graduada de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón (actual Artes Visuales) de la Universidad Nacional de Arte (UNA) con títulos en Pintura y Grabado. Expuso de forma individual por primera vez en 1986 y desde entonces ha participado en numerosas exhibiciones.
Recibió el Premio Konex 2022 (instalación), Premio Nacional a la Trayectoria Artística 2021; Primer Premio Fundación Fortabat 2019 y el Primer premio 103º SNAV – Nuevos Soportes e Instalaciones 2014, entre otros.