“Latinvol”, un viaje entre la danza y el arte por Argentina, Brasil, Chile, Perú y Colombia

Fuente: Infobae – El show gratuito, creado e interpretado por el artista y abogado Daniel Goytia, incluye coreografías, narraciones, canciones y pinturas en la Galería El Socorro. También se presentará el proyecto social Capacitor de la ONG ‘Un corazón’.

Creado e interpretado por el artista y abogado Daniel Goytia, el espectáculo Latinvol recorrerá la cultura de Argentina, Brasil, Chile, Perú y Colombia a través de la danza, la literatura, la plástica y la música en la Galería El Socorro. El show se presentará desde el lunes 19 de agosto al lunes 2 de septiembre.

Des de la organización comentaron que la idea es “profundizar en hechos icónicos de diferentes países de la región, a través de una performance multidisciplinaria, que incluye coreografías dirigidas por Marina Svartzman”.

Como continuación de Maldito Tango! (Damm Tango!), espectáculo que se presentó con éxito en 2019 y 2020, en la Contemporary Art Gallery de Nueva York y en la Galería Soleil de Tokio, donde los japoneses bailaron al ritmo del tango argentino, Latinvolse exhibirá en la Galería del Socorro, donde también ensayarán el show en inglés, japonés, francés italiano y portugués, antes de su gira.

Latinvol se presentará en la Galería El Socorro en Buenos Aires desde el 19 de agosto al 2 de septiembreLatinvol se presentará en la Galería El Socorro en Buenos Aires desde el 19 de agosto al 2 de septiembre

En el marco de Latinvol, Goytia presentará el proyecto Capacitorde Un corazón, la ONG en la que auspicia, entrena y acompaña personas en situación de pobreza de Buenos Aires para impulsarlos a reinsertarse en el mercado laboral.

El viaje por Argentina, Brasil, Chile, Perú y Colombia, será representado por las narraciones y pinturas de Daniel Goytia y los bailarines Tomás Barrionuevo y Mailén Bisso, coordinados por Svartzman y el vestuario, que exhibirá las banderas nacionales, será de Mariana Torrecilla. Daniel Goytia interpretará, además, composiciones originales de canciones locales como “La flor de la canela”, de Perú, “Eu sei que vou te amar”, de Brasil, “Gracias a la vida”, de Chile, “La pollera colorá”, de Colombia y “Adiós” (Cerati) y la zamba “Para qué volviste”, de Argentina, entre otras.

“Los visitantes podrán introducirse en la cultura de cada país con pinturas, danzas, cuentos y canciones que crearán el viaje directo a momentos como el de La Fiesta Nacional de la Flor, en Argentina, el Carnaval de Brasil, el impacto que tuvo en Chile la caída del vuelo 571 en los Andes, un viaje por el Machu Picchu y la esencia de la colombiana Cartagena de Indias”, adelanta Goytia.

Latinvol sumará ensayos en inglés, japonés, francés, italiano y portugués antes de su gira internacionalLatinvol sumará ensayos en inglés, japonés, francés, italiano y portugués antes de su gira internacional

Abogado especialista en propiedad intelectual, Daniel Goytia explora su faceta artística con propuestas innovadoras que recorren el mundo, sin olvidar su misión social. Latinvol será, además, escenario de la presentación oficial del proyecto Capacitor, que lleva adelante en su ONG Un corazón, en la que, junto con sus hijos, ha asistido a más de 450 personas en oficios con habilidades blandas.

Al final de cada show, se contará la labor de la ONG en busca de voluntarios y se producirá un “remate” de los cuadros, para el que quiera colaborar con el proyecto.

El espectáculo, que tiene una duración de cincuenta minutos, se desarrollará en agosto, los lunes 19 y 26, los miércoles 21 y 28, los viernes 23 y 30 y el lunes 2 de septiembre, a las 19:30, en la Galería El Socorro. Suipacha 1331, CABA. La exhibición de las pinturas de Latinvol se podrá visitar desde las 17.00.

Fotos: Gentileza de Daniel Goytia.

Horizontes de pintura insumisa y resistente

Fuente: Página12 – Un despliegue pictórico de obras de los últimos años que no habían sido seleccionadas para exposiciones anteriores. Ahora es momento de verlas.

El enorme despliegue de esta exposición de Eduardo Stupia reúne obras de los últimos años que habían sido descartadas o, más precisamente, no seleccionadas, para exposiciones anteriores. Primer dato atractivo; luego vienen todos los demás. 

La exhibición contiene el magma y la inquietud de algo que hasta ahora no se adaptaba a formatos expositivos previos. Estamos ante una potente galería de (trabajos) inadaptados e insumisos que esperaban ser exhibidos en el momento apropiado. En este despliegue y este magma se dirime la muestra, que de manera especialmente lúcida y oportuna reivindica la categoría de lo resistente.

La directora de la sala y curadora, Cecilia Cavanagh, explica en la presentación de la muestra, que las composiciones de color del artista “aluden a la búsqueda de una relación íntima con los elementos y fenómenos naturales, o con su cosmovisión del mundo ‘de este lado del horizonte’: el color tierra firme, emerge en variadas mezclas de rojos, amarillos y grises; la distinción del pigmento azul que utiliza Stupia en diferentes tonos de intensidad, transmite una marcada sensación de libertad, como la que nos permiten soñar los cielos; y con la energía radiante del rojo, acentúa la vitalidad de la existencia. En una serie de tintas en blanco y negro, Stupia impulsa rasgos, paleteadas, brochazos, o simples pinceladas, con el ímpetu de disturbios y tempestades, tal vez mundanas”.

Toda obra supone, entre otras cosas un manual de instrucciones que va modulando, sugiriendo, (conjeturando también) el lugar y la distancia del espectador. Cuando hay perspectiva, ese lugar remite a un punto o a un sector puntual. Cuando no la hay, y la hipótesis es el horizonte, ese lugar sugiere una distancia pero no un punto, sino una línea, sobre la que podemos desplazarnos horizontalmente, pero de todos modos ambas implican al espectador. Porque la perspectiva está trazada desde un punto de vista y el horizonte desde una línea de vista. Esa línea, ¿piensa? En principio, sugiere: un movimiento lateral y una distancia, que a medida que se acorta o aleja, lo hace con el horizonte.

El horizonte es un límite, una línea imaginaria que se extiende para separar aparentemente tierra y cielo.

Y esto es motivo de las pinceladas, manchas y trazos de los polípticos pictóricos, con los que Stupia se sumerge, más que nunca en esta muestra, de lleno en la pintura.

Dos de los conjuntos de pinturas (uno, de siete metros de largo por dos metros diez de alto; 2015, compuesto por 21 piezas de 70 x 100 cm; y el otro compuesto por nueve piezas de 50 x 70 cm, realizada entre 2015 y 2024), proponen, construyen/diluyen posibles paisajes de un horizonte evocado con total intensidad a partir del cual se derivan todo tipo de fenómenos visuales, y desde lo imaginado, toda clase de atmósferas en mutación, de una pieza a otra.

Según describe el artista algunos aspectos de su exposición: “Por un lado, la disposición de las piezas, instaladas bajo el sistema de polípticos, dameros y grillas, examina la relación del motivo en continuidad y contigüidad y no tanto según la presunta supervivencia y pregnancia del cuadro, singular y autónomo. Por otro, aquí no hay perspectiva lineal ni la lógica centralidad mandataria de ningún eventual punto de fuga, pero sí un punto de vista donde el horizonte no es sino una latencia apenas compositiva que, en el mejor de los casos, se debate enredada en una irregular modulación de trazos, pinceladas, manchas y grafismos”… y sigue: “Este incómodo espectador dual mira cobijado en la razón perspectivista y es al mismo tiempo virtualmente emplazado a verse ‘a si mismo’, en ese punto virtual donde lo ‘onírico’ ya no es una cualidad poética del objeto sino una constatación fenoménica. Un momento único y conjetural en que el sujeto contemplativo queda alterado, extrañado, transitoriamente ‘fuera de lugar’, aunque inexorablemente ‘de este lado’.»

Es de una bienvenida justicia poética la propuesta expositiva, cuando gran parte del paisaje del país está abatido, sin perspectiva y sin horizonte.

* La exposición “De este lado del horizonte”, de Eduardo Stupía, se exhibe con entrada libre y gratuita, en el Pabellón de las Artes de la UCA, Alicia Moreau de Justo 1300, de Puerto Madero, de martes a domingo, de 11 a 19, hasta el 22 de septiembre.

Maradona, la Coca Sarli, Charly y Spinetta: el arte itinerante de los fanáticos del collage

Fuente: Clarín – “El agua, con su paciencia y su constancia, puede horadar las piedras y mostrar las propiedades de sus minerales”. Así explica Sandra Wasilewski, nativa de Caseros y miembro fundadora del Colectivo Collage Oeste, el significado de la hidrofanía. Sobre ese concepto el grupo armó su última exposición para el Vagón de Castelar, ubicado en la calle Los Incas al 2537 de la localidad homónima.

La Coca Sarli como sirena, una mujer buceando sobre el techo de una ópera, un anciano sonriente que espera la llegada de una ola y un carro del siglo XIX transportado por un pez. Estas piezas y otras 20 podrán verse hasta el 18 de agosto en el centro cultural moronense.

Los artistas son un grupo de 16 vecinos del Oeste del Conurbano de entre 20 y 50 años que hacen obras de arte con la técnica analógica del collage.

Si bien la agrupación es nueva -el año pasado se presentaron en la Biblioteca Alberdi de Tres De Febrero- están organizados hace tiempo. “Nosotros formamos parte de la Sociedad Argentina de Collage (SAC) y hace tres años armamos este colectivo que tiene la virtud de ser itinerante y anda de acá para allá llevando las distintas muestras que vamos organizando”, relata Sandra.El collage de Alejandro Ferrín a la entrada de la última muestra titulada Hidrofanía.El collage de Alejandro Ferrín a la entrada de la última muestra titulada Hidrofanía.

Para cada una de las exposiciones, se presentan las piezas de algunos de los artistas quienes previamente consensuan la temática. Pero, como afirma Sandra, la convocatoria para recibir nuevos participantes siempre está abierta. “El collage es un tipo de arte muy integrativo porque todos pueden hacerlo con las cosas que tienen cerca”, detalla.

También se trata de una técnica que depende de lo colaborativo y lo circular. “Cuando nos reunimos para planear los trabajos lo hacemos en parte para acercar a los compañeros el material necesario. Tal vez uno necesitaba una imagen de la tierra vista desde la luna y en la siguiente juntada se la llevamos”, dice la fundadora. La Coca Sarli como sirena en la última exposición de Collage Oeste.La Coca Sarli como sirena en la última exposición de Collage Oeste.

Si de intercambiar se trata, cualquier papel puede servir: fotos, boletos, entradas para conciertos, cartulinas, etc. Reciben donaciones de las bibliotecas, como enciclopedias viejas o revistas y de esta manera las salvan de su destino, que puede ser “la basura o un asado”.Una de las piezas producidas por Luz, una de las fundadoras de la agrupación. Una de las piezas producidas por Luz, una de las fundadoras de la agrupación.

La inspiración es fiel a la lógica del grupo porque viene de lo que está a mano. “Empecé a crear durante la pandemia a partir de imágenes de Luis Alberto Spinetta, Eva Perón, Olmedo y otras figuras nacionales”, cuenta Sandra.

Poeta, docente de Lengua y tallerista, su primer serie de collage se llamó “Íconos Argentos”. Se trata de una oda a la cultura popular argentina, donde aparecen desde Charly García, la tanguera Tita Merello y Diego Maradona. “Armé las figuras en base a los círculos de la artista japonesa Yayoi Kusama”, afirma.El grupo está compuesto por artistas del Oeste. La obra pertenece a Antonelía Manazzone.El grupo está compuesto por artistas del Oeste. La obra pertenece a Antonelía Manazzone.

Una de sus creaciones convocadas para ser parte de Hidrofanía fue la de la Coca Sarli como criatura marina. En el cuadro, la actriz predilecta del director Armando Bo aparece con una cola de sirena sobre el fondo de una flor naranja.

Actualmente la artista se encuentra trabajando en un libro que combinará sus dos pasiones: el collage y la poesía. Con respecto al futuro de la agrupación, adelanta que quieren armar otra exposición para fin de año en espacios públicos de la Zona Oeste.

Andrea Allen: un arte que invita a asomarse más allá de lo visible

Fuente: Ámbito – En «Rastros de abundacia», que inauguró en la galería Rubbers, la prestigiosa artista argentina, radicada en Barcelona, se vale de materiales no convencionales para su expresión.

En el testimonio sobre su obra, Andrea Allen escribió que “comenzó a trabajar en 2014 en una serie titulada ‘Territorios’, formas irregulares, algunas de gran formato, que luego dibujaba sobre manchas improvisadas. Un dibujo abstracto que se fue convirtiendo en figurativo y con inclinación a reflejar la naturaleza”.

Las formas escultóricas fueron cambiando también para dar paso a nuevas formas en las que incorpora polifan, polieturano y polifropilenos que se funden con papel, aserrín y cola. La pintura es acrílico, el dibujo con tintas, lápiz y bolígrafo. ¿Por qué hacemos esta descripción de la técnica empleada y los materiales?

Porque hoy no hay límites en el empleo de materiales no convencionales y porque estamos ante la obra de una artista que obliga a descubrir lo que se esconde detrás de lo visible.

Obra de no fácil clasificación, objetos escultóricos, formas ovoideas, algunas como piedras encontradas en sitios arqueológicos, otras como tótems que colapsan, gráfica paisajística, negros que se mezclan con blancos purísimos y los colores del bosque que convocan a lo ecológico pero sin atisbos panfletarios.

Andrea Allen (Buenos Aires, 1967), estudiò artes visuales y se graduó como profesora de escultura en 1991. Concurrió a los talleres de los destacados escultores Enrique Valderey y Oscar Stáffora.

Realizò seminarios de análisis de obra con Luis Felipe Noé a quien asistió para su instalación “Entreveros” (2017), Museo Nacional de Bellas Artes, así como para “Facetas, Proyecto a la Humanidad” (2015) y “Coherente Oxímoron” (2014). Se radicó en Barcelona y, paralelamente a su labor artística, trabajó en escenografía y vestuario para cine, teatro y publicidad. Es asimismo docente de danza contemporánea. Ha realizado exposiciones en el Pabellón de las Artes (UCA), Ministerio de Educación, el Consulado Argentino en Barcelona, la Embajada Argentina en París y en “La línea piensa” (Centro Cultural Borges).

Actualmente vuelve a exponer en Rubbers “Rastros de abundancia”, muestra que atrapa al espectador por su dibujo sutil, sus volúmenes que se ensamblan con otras formas, y que como señaló el teórico estadounidense Arthur Danto, fallecido en 2013, en su libro “Qué es el arte”, describe la obra de arte como un sueño en vigilia…destinado a ser compartido…y la posibilidad de disfrutar de las mismas visiones que experimentan los artistas….”

(Av. Alvear 1640. Planta baja. Clausura el 16 de agosto.)

Street art marketing: la ciudad y el mensaje de las marcas

Fuente: BAE – Una tendencia que evolucionó para convertirse en una herramienta poderosa. Orígenes y perspectivas.

El street art se afianzó con fuerza como forma de expresión urbana en muchas grandes capitales y Buenos Aires no es la excepción. Con grandes exponentes locales con proyección internacional como Martín Ron y circuitos turísticos que recorren estas galerías a cielo abierto, es una disciplina cuyas obras son muy valoradas. Desde hace un tiempo, también está en el radar de las marcas. 

El street art ha evolucionado para convertirse en una herramienta poderosa dentro del marketing. Así lo indica un estudio de la agencia Another, que relata antecedentes de esta tendencia. En todas las grandes urbes de América Latina, el street art marketing ha generado una alianza entre artistas, gestores culturales, municipalidades y marcas para plasmar en paredes, edificios, techos, lonas e incluso la propia calle en arte vivo con una duración que promete cautivar a más de un potencial cliente.  

Las paredes hablan

El grafiti moderno, tal como lo conocemos hoy, surgió en las décadas de 1960 y 1970 en grandes ciudades como Filadelfia y Nueva York. Lo que comenzó como vandalismo rápidamente se convirtió en una forma de arte única que requiere una gran habilidad técnica y un ojo agudo. En la época del Muro de Berlín, los manifestantes salpicaron el lado oeste de la muralla mientras que el lado este permaneció en blanco, hasta que cayó en 1989, abriendo nuevos lienzos de la noche a la mañana, indica Visit Berlin.

Cuando el grafiti surgió por primera vez en Estados Unidos, los grafiteros lo consideraban una competencia para ver quién podía ver su nombre más veces alrededor de la ciudad. Originalmente comenzaron con marcadores permanentes antes de pasar a la pintura en aerosol.

 La evolución del arte con pintura en aerosol enfrentó una «guerra de estilos» en los 70 y principios de 1980. Durante este tiempo, comenzó a surgir el grafiti que conocemos hoy. Los artistas empezaron a expandir sus estilos y a retratar temas políticos y sociales, según información del Straat Museum, el museo de arte callejero y grafiti más importante del mundo.  

Ciudad de México, Sao Paulo, Buenos Aires, Bogotá y más ciudades en la región están tapizadas de arte callejero. El mundo de las galerías tomó nota sobre la popularidad del street art, pero fue el auge de las redes sociales y la fama de artistas como Banksy, Vhils y Lady Pink lo que impulsó a una audiencia más amplia.  Ahora, el grafiti como forma de arte se ha vuelto popular gracias a Internet, las redes sociales y Banksy.  

En América Latina hay una enorme lista de muralistas que comparten su arte a través de campañas, desde Mariana Lorenzo una ilustradora mexicana conocida como Maremoto que ha colaborado con diversas marcas hasta el artista argentino Martín Ron, que fue nombrado uno de los 10 mejores muralistas del mundo, según la revista neoyorkina «Art Democracy». 

Consejos para atraer clientes

La agencia compartió algunas estrategias efectivas para utilizar las redes sociales en la promoción del street art marketing: 

  •  Mostrar el proceso creativo: A los espectadores les encanta ver a los artistas en acción. Publicar videos o fotos del proceso de creación del arte urbano o grafiti.
  • Compartir la historia personal: Es importante compartir fragmentos de la historia del artista en las redes sociales. Esto puede incluir la inspiración detrás de su trabajo, sus desafíos y logros. Compartir estos detalles hace al artista más cercano y añade profundidad a su marca. 
  • Interactuar con la audiencia: Responder a los comentarios ayuda a construir una comunidad alrededor de la marca y el artista. 
  • Usar hashtags de manera efectiva: Usar hashtags populares relacionados con el arte, así como crear un hashtag único para la marca del artista. 

Neuquén: las esculturas que transformaron a Cutral Có en una galería de arte al aire libre

Fuente: Infobae – Camuzzi estrena un nuevo episodio de su serie Bitácora de Viaje con historias de vecinos que aportan valor a sus comunidades. En la nota, el capítulo completo para ver.

La provincia de Neuquén siempre ha sido un lugar de historias fascinantes. En la nueva temporada de “Bitácora de Viaje”, una docuserie presentada por Camuzzi, se revelan estos relatos a través de los ojos del periodista Leandro Vesco. El noveno capítulo se centra en Cutral Có, una ciudad que supo reinventarse a base de la creatividad y el arte.

Reconocida por su vínculo con la industria petrolera, esta localidad ha experimentado una metamorfosis cultural sorprendente. Su nombre, que en lengua mapuche significa “agua de fuego”, alude a sus orígenes y la energía que caracteriza a la región. En esta nueva edición, el programa invita a conocer la historia de Aldo Beroisa, un escultor local reconocido por sus obras que poseen cierta particularidad a partir de sus grandes tamaños.

El artista se identifica por crear esculturas gigantes que ahora adornan la población de Cutral Có, lo que la transforma en una verdadera galería de arte al aire libre para visitar. Las estatuas, que alcanzan hasta 15 metros de altura, cuentan historias y reflejan la identidad cultural de la región patagónica.

Camuzzi estrena un nuevo episodio de su serie Bitácora de Viaje con historias de vecinos que aportan valor a sus comunidades

“Tengo el rótulo de artista, pero soy un artesano de la vida. Cuando era más chico, en la escuela, hacía mis propios juguetes. No podíamos comprarlos, así que los fabricamos”, revela el escultor que llegó este lugar junto a su familia porque su padre había conseguido un trabajo allí.

El impacto del arte en la comunidad

El capítulo dedicado a Cutral Có no solo destaca las obras del escultor, sino también el impacto que el arte ha tenido en la comunidad. Sus obras se han convertido en puntos de encuentro para los vecinos y en atractivos turísticos que han comenzado a atraer visitantes de diferentes lugares.

Quienes visiten Cutral Có podrán apreciar el arte de Aldo Beroisa (Camuzzi)Quienes visiten Cutral Có podrán apreciar el arte de Aldo Beroisa (Camuzzi)

Sin dudas, el aporte de Beroisa ha conseguido impulsar el desarrollo económico y social de la localidad. Su historia se alinea con los valores que promueve Camuzzi: esfuerzo, sencillez, esperanza y alegría.

“Quería que la gente viera lo que yo veo en este lugar: belleza, fuerza y potencial”, comenta emocionado el artista. Sus palabras resuenan con el espíritu del programa, el cual busca destacar historias de personas que, con su esfuerzo y dedicación, contribuyen al desarrollo de sus comunidades.

Las estatuas se destacan por tener un tamaño mayor a 15 metros (Camuzzi)Las estatuas se destacan por tener un tamaño mayor a 15 metros (Camuzzi)

Historias que inspiran

Durante las charlas íntimas que caracterizan a la docuserie Bitácora de Viaje, los habitantes de la región comparten cómo estas esculturas los han inspirado a ver su ciudad desde otra perspectiva, con nuevos ojos. El arte se convirtió en un refugio, además de ser un motor de cambio y un símbolo de orgullo para la comunidad.

“Cutral Có es un crisol de personas que hemos venido de distintos lugares para buscar trabajo. Y aquí encontramos esta zona petrolera que es distinta a lo que son las demás ciudades de la provincia”, sostiene Yamile Temi, directora de Turismo.

A lo largo de este viaje, el programa entrevista a mujeres y hombres que son verdaderos agentes de cambio y que siempre abren sus casas para contar sus historias. El ciclo ha pasado por Villa El Chocón, Santo Tomás, Piedra del Águila, Villa La Angostura, San Martín de los Andes, Junín de los Andes, Los Catutos y Chos Malal. El último episodio será en Añelo.

Las obras están expuestas en distintos puntos de la localidad (Camuzzi)Las obras están expuestas en distintos puntos de la localidad (Camuzzi)

“Neuquén brilla en el mapa de la Patagonia; lo tiene todo. Cruzamos su estepa, sus bardas y nos asombramos con su cordillera, sus lagos, cascadas, arroyos y ríos. Visitamos localidades consolidadas que son destinos internacionales y pequeños pueblos escondidos”, comparte Vesco, el conductor del programa, al recorrer Cutral Có.

El noveno episodio de Bitácora de Viaje 3 se lanza el lunes 5 de agosto y se puede ver en el canal de YouTube de Camuzzi, así como en las cuentas de la empresa en Instagram y Facebook. Para más información, hacer clic acá.

Patrimonio del Palais de Glace: Un aleph histórico de premiados

Fuente: Clarín – A todo trapo y para todos los gustos, el arte se apropia del Centro cultural Borges con Experiencias Contemporáneas de Arte Argentino, la flamante puesta desembarcada desde el Palais de Glace –cuya sede está en reforma desde hace años y que solo funciona como reserva en sus oficinas de la Manzana de las Luces–. La expo genera emociones al instante mismo de ingresar al universo propuesto, una amplia sala con el festín sensitivo de las 75 obras exhibidas. Colma todos los rincones disponibles. Las hay tiernas, osadas, intrigantes, polémicas, de estilos clásicos o vanguardistas, en todas las dimensiones posibles. La heterogeneidad de las piezas reunidas es el factor dominante: todas ellas pertenecen a la centenaria colección del Palais de Glace, que otorga el Salón Nacional, el más alto premio del país, y que cuenta con un acervo voluminoso.

La creación más antigua data de 1910-15, es Torso de hombre, de autoría desconocida. De 1943, y con la firma de Onofrio Pacenza, Paisaje de Barracas. En el resto predominan las obras adquiridas en los últimos 80 años de premios del Salón Nacional de Artes Visuales (SNAV), el certamen artístico más antiguo del país. Una minoría de obras son donaciones.Autorretrato, fotoperformance de Nicola Costantino. Una maternidad con porcino (arriba, a la izq.). Autorretrato, fotoperformance de Nicola Costantino. Una maternidad con porcino (arriba, a la izq.).

La exhibición condensa el recorrido y carácter multidisciplinario del SNAV, en un despliegue coral en el que las cerámicas, esculturas, textiles, pinturas, grabados, dibujos y fotografías convergen articulando nuevos sentidos.

Con 263 m² en la Sala Bon Marché, la expo resulta inmersiva en sentido literal. Las obras se distribuyen por todos los lugares de la enorme sala e invitan al público a vincularse con las piezas con una cercanía inusual. “Para esta muestra fue fundamental indagar en el concepto de experiencia; y, al tratar sobre esta categoría, fue primordial pensar la noción de espectador» –cuenta a Ñ Danila Desirée Nieto, del equipo curatorial del Palais–. “A menudo las instalaciones artísticas ocupan toda una sala, que el visitante debe recorrer para abarcarla plenamente. Es por ello que buscamos constituir una experiencia completa, en la que el espectador abandona el lugar pasivo de mero observador y se convierte en protagonista” .Sin título, escultura de Vilma Villaverde. Sin título, escultura de Vilma Villaverde.

La pared principal está colmada de obras. Parece buscar el estilo expositivo típico del siglo XIX, sin espacio vacío. Si el muro estuviera pintado de un color vivo, evocaría la sala “Guerrico” del Museo Nacional de Bellas Artes, y por lo tanto, los salones franceses e ingleses decimonónicos. Los cuadros –varios, de gran tamaño– incluyen Autorretrato (2007), fotoperformance de Nicola Costantino, quien sostiene un cerdo en su falda alterando radicalmente el género pictórico de la maternidad. En otra foto, aunque sin título, un perro salta y parece sonreír en la imagen de Hugo Aveta. Los acompañan «Totempicololo» (acrílico sobre tela, 1993), de Kenneth Kemble; Sonido memorial, trama humana (tinta y laca sobre papel, 2015), de Carolina Antoniadis. En Tomorrow (2001), de Fernando “Coco” Bedoya, asoman rostros de políticos –algunos, nefastos, vistiendo uniforme militar–: cada uno lleva la frase “Argentina país del mañana”.

Solitaria, como escombros hecha de yesos y ladrillos refractarios, es la creación horizontal de la gran escultora Elba Bairon. Sobresale desde otra parte el Jarrón con figuras (1966) por Rodolfo Eduardo Curcio, junto a una pieza de Juan Pablo Marturano con montañas talladas sobre una placa en granito rojo. Cercanos, en cuatro atriles bajos, más cuadros; uno con el aguafuerte Sonatas y destrucciones. Sombras que crecen y alas que tiemblan… (1962), de Liliana Porter.

Dentro de una columna surge una pecera: la originalidad brilla en la instalación, de Isabel Chedufau. Junto a ella, dos desnudos: una pintura sin fecha de Miguel Victorica; la otra, una “toma directa” en blanco y negro (1986), donde Alicia Sanguinetti captura el cuerpo femenino de espaldas, cuya similitud visual en la pose remite a las formas del test de Rorschach. "Figuras en el patio" (lápiz color sobre papel, 1955) de la eximia Aída Carballo. «Figuras en el patio» (lápiz color sobre papel, 1955) de la eximia Aída Carballo.

Superando las disciplinas

Eugenia González –otra de las curadoras de la muestra– explica: “El Premio Salón Nacional de Artes Visuales abarca nueve disciplinas: artes del fuego, dibujo, fotografía, escultura, instalaciones y medios alternativos, gráfica, pintura, arte textil y espacio no disciplinario. Este esquema se basa en una idea de compartimentación disciplinar del arte. Sin embargo, desde hace años, también se entiende al arte como una práctica que atraviesa las estructuras y lenguajes de las diversas disciplinas, superando la maestría sobre una técnica específica o incluyéndolas. En ese sentido, la construcción de esta exposición nos pareció una buena manera de congeniar ambas posturas en debate. Permite exhibir piezas de todas las disciplinas, donde es posible apreciar cada una de ellas y cómo se afectan entre sí».

Como una contorsionista en pose circense, emerge una figura femenina: porta mingitorios reales por glúteos, pechos al aire y sus piernas en v como un –imposible– doble développé de ballet, su autora Vilma Villaverde (chamote esmaltado, sin título ni fecha) mereció el 1° premio del IV Salón Nacional de Arte Cerámico, 1979. Al centro del espacio, todo tipo de creaciones escultóricas de gran o mediano porte: sobresale un nadador desde Vértigo (cerámica, 2001), de Adriana Cerviño; la dulce y bella Maternidad (yeso, 1958), de Antonio Devoto; la vertical Galaxia en torbellino (tejido en red con pintura, 2015), de Susana Bredt; la pareja Acróbatas (bronce, 1958), de Ferruccio Polacco –Premio a Extranjeros edición del año 58-; y Negrita (2012), de Ernesto Arellano, una figura multicolor semejante a a una muñeca descomunal, con una mano de garfio.

El montaje se quiere disruptivo. Nieto señala que se hallan obras “muy poco exhibidas” junto a “lecturas novedosas” desde la curaduría, “ante piezas históricas, dispuestas a partir de un montaje instalativo que produce encuentros y disonancias. Frente a esa dialéctica, las obras se potencian y se resaltan diferencias y similitudes que anteriormente no habían sido investigadas”.

Más al fondo, El futuro de la humanidad no está en el guerrero sino en el libro/ Libro IV (2016), de Myriam Jawerbaum compuesto de materiales diversos, incluso ventanillas de autos vandalizados recogidas de la calle y papel artesanal.Negrita, de Ernesto Arellano, 2012. Negrita, de Ernesto Arellano, 2012.

Mariposas posadas sobre varias estructuras integran Dulce feromona (alfarería, gres y porcelana; serie Primavera, sin fecha), de Carlos Leporace, que fue el Gran Premio Adquisición de 2007.

La gestión actual del Palais

Se aprecia en esta ambiciosa muestra la firma de un equipo que viene de estrenarse para la dirección actual en la institución con entusiasmo, y pese a sus vaivenes inciertos. Así, María Paula Zingoni –hoy responsable del Palais de Glace– remarca la profesionalidad del quinteto encargado de la curaduría, que integra distintas áreas del organismo. “Aquí acentuamos la fuerza del conjunto. Nuestra invitación es a recorrer la muestra como una gran obra coral, en la que cada pieza potencia la totalidad. La propuesta es abordar el arte argentino con una mirada poliédrica, donde cada pieza no se concibe aislada sino formando las distintas caras de un mismo prisma”, enfatiza.

El equipo del Palais de Glace a cargo de la curaduría incluye además a Cecilia Martínez, Carlos Badillo y Nora Lobo. “La exhibición es una oportunidad valiosa para mostrar la riqueza del acervo institucional. Se exhiben obras sin ningún tipo de jerarquía, de diferentes disciplinas, lo que permite al visitante ir hilvanando una trama de lo que hoy llamamos arte argentino”, resume su directora.

Nieto, describe: “La noción de instalación remite a una práctica artística cuya materialidad principal es el espacio y el tiempo; por lo tanto: un aquí y ahora. Puede estar compuesta por objetos de la vida cotidiana o por piezas diseñadas y creadas por un artista. No se trata de una mera agrupación de objetos individuales, sino de esa interacción entre sí y con su contexto”. Sugiere, al recorrerla “prestar atención a los vínculos que se crean entre las distintas piezas en el espacio; es decir, a las nuevas lecturas que se presentan en la cercanía de obras que en un principio parecen disímiles en tiempo, forma, tema y técnica pero que, en su disposición coral, amplían los universos de significación”.

“Más que un guión, pensaría en la idea de un ejercicio curatorial, una forma más elástica que se ve afectada constantemente. En el montaje, te encontrás con la obra física. La contingencia del proceso del arte se ve en los materiales, cuando te enfrentás a la obra y deja de ser una imagen abstracta de representación para convertirse en realidad”, sostiene González.

Entrada: libre y gratuita

Experiencias Contemporáneas de Arte Argentino

Lugar: Viamonte 525, 2º piso, CABA

Horario: mié a dom, 14 a 20

Fecha: hasta el 1 de septiembre

La deriva en espiral de Antoni Tàpies

Fuente: Clarín – Hay abstracción, hay enfermedad, hay color, hay transparencias, hay monumentalidad, hay política, hay dolor, hay órganos sexuales. La mayor cantidad de obras de Antoni Tàpies reunidas hasta ahora impactan en un espectro de emociones que requiere transitar con detenimiento. O dejarse llevar por las salas con la intuición como única guía. Leer los títulos a golpe de vista y dejar que el rodeo y el rumor hagan su parte. Una entrega a lo que las imágenes puedan despertar. La práctica del arte, la gran retrospectiva del artista y escultor organizada por la fundación que lleva su nombre, en homenaje por el centenario, permite reubicar la obra de Tàpies en la historia del arte más reciente. Pero es el acercamiento afectivo, a través de los vínculos entre la vida y la obra del artista que se plantean en la exposición, los que ponen cuerpo a una trayectoria descomunal –Tàpies llegó a producir 9000 piezas, en diferentes registros, lenguajes, en casi 70 años–. Siempre con una búsqueda marcada por lo inasible de la condición humana.

“Intento que mi pintura sea útil… La pintura es mi terapia. Es mi forma de aprender a vivir conmigo mismo, de entenderme a mí mismo, de entender el mundo que me rodea y también de ayudar a los demás. Sin embargo, no puedo evitar sentirme abrumado por las tragedias que tienen lugar en el mundo y que parecen empeorar cada vez más… Y, guerras aparte, no puedo ignorar el hecho de que nuestra denominada sociedad del bienestar es, por encima de todo, una sociedad de consumo que hunde sus raíces en la destrucción de la naturaleza, en injusticias incontables y en un sufrimiento generalizado. Tiene una importancia vital que la gente se dé cuenta de ello”. Se lo dijo el artista a Manuel J. Borja-Villel, uno de los mayores expertos en su obra y esta vez el curador de la monumental retrospectiva. También dirigió el museo del artista en Barcelona entre los años 1990 y 1998, donde hoy se exhibe la muestra hasta enero de 2025. Antes, pudo apreciarse en el BOZAR-Palais des Beaux-Arts, en Bruselas, y más tarde pasó por el Museo de Arte Reina Sofía de Madrid, donde las instalaciones del Edificio Sabatini habilitaron la mayor cantidad de piezas, unas 220 llegadas de colecciones de todas partes del mundo.Evolución de elementos en la obra de Antoni Tàpies. Terra Negra, 2003, con incrustaciones estilo collage.Evolución de elementos en la obra de Antoni Tàpies. Terra Negra, 2003, con incrustaciones estilo collage.

Abarcar una vida-obra así implica cierto sistema. “La evolución no se fundamenta en una progresión, en un quemar etapas, en un desarrollo lineal; sino en las superposiciones, repeticiones y ritornelos”, destaca en el catálogo el curador. El paso del tiempo, que para Tàpies transcurre en espiral, se advierte por las mutaciones que marcan su obra desde las materias de los años cincuenta a los barnices de los ochenta. Las salas se suceden con un marcado sentido político y, a la vez, poético.

Antoni Tàpies (1923-2013) fue un auténtico autodidacta, que se acercó al arte a través de la enfermedad. Postrado en la cama a los 18 años, con tisis, se replanteó su vocación hasta decidirse a ser artista. Esa afección pulmonar lo mantuvo además convaleciente entre 1942 y 1943, período que aprovechó para copiar dibujos y pinturas de Van Gogh y Picasso. Ambos maestros interfirieron en su su lenguaje plástico, que también incluyó símbolos como la cruz, caligrafías autorreferenciales, incisiones, paisajes y la ambigüedad del cuerpo y la sexualidad. En cama comenzó a hacer autorretratos, el primer recurso de experimentación para muchos artistas, pero el trabajar a partir de sí mismo se extendió a la repetición de su propio lenguaje en los muros, con la cruz/T tanto de su apellido como del nombre de su esposa (Teresa Barba) o con las burbujas, en un acto de situarse en el mundo y entender las relaciones con los demás y con el entorno, con algo de humor. Aunque llegó a enojarse cuando le preguntaban si era figurativo o abstracto: era las dos cosas a la vez.Y el barniz, que otorgaba transparencia e incertidumbre, en Antoni Tàpies, Vernís i insectes, 1991. Y el barniz, que otorgaba transparencia e incertidumbre, en Antoni Tàpies, Vernís i insectes, 1991.

Representante distinguido del informalismo de la posguerra en Europa, en 1948, junto a otros pintores, poetas y teóricos fundó el grupo de vanguardia Dau al Set, clave en la renovación artística tras la Guerra Civil. Fue la época del lirismo en los títulos, los elementos geométricos y el color. Tras conocer a las vanguardias internacionales en París, comenzó a impregnar sus creaciones de carácter político y literario. Entonces llegó la experimentación con la materia que no abandonaría hasta el final; antes tuvo gran reconocmiento internacional.

Con 38 años, realizó una gran antológica en el Museo Guggenheim de Nueva York, fue fichado por importantes galerías como Martha Jackson en Nueva York o la Galerie Maeght de París, y tras la invitación a participar en documenta III de Kasel, donde los curadores le pidieron obras en un formato más grande, comenzó a trabajar en las monumentales obras que hoy están en las principales colecciones públicas .Autorretrato de Antoni Tàpies, 1945-1947. Autorretrato de Antoni Tàpies, 1945-1947.

Sus dibujos, collages, pinturas, objetos y esculturas, compuestos por papel, cartón, madera, polvo de mármol, bronce o barniz, entre otros muchos elementos, plantean nuevas formas estéticas para pensar el mundo contemporáneo, desde una perspectiva basada en la materia y la existencia.

Liberado de los prejuicios académicos, se animó a experimentar con el papel y el cartón, una de las facetas menos conocidas de su obra que recién el año pasado se destacó en una exposición, Tàpies. Maderas, papeles, cartones y collages, en el rebautizado Museu Tàpies.

De su compromiso político antifranquista, la exposición destaca un recorte de diario de 1959, con un artículo titulado “No muestren mis obras”, que el artista utiliza para hace pública su negativa a participar en exposiciones organizadas por el régimen. En 1962 emprende acciones legales en defensa de su derecho a decidir sobre a la difusión de su propia obra. Ganó el juicio celebrado en Londres y tuvo gran repercusión como gesto político.La muestra pasó antes por Bruselas y Madrid.  La muestra pasó antes por Bruselas y Madrid.

Con obras que abarcan de 1943 a 2011, se puede hacer un recorrido cromático por la exposición, con un arranque copado por colores vivos, mayor vitalidad y energía, que poco a poco va dando mayor protagonismo a tonos más ocres y apagados. La dicotomía vida-muerte se acentúa con el paso de los años, hasta llegar a su cénit en los 90. Nada era al azar para el artista que escapaba a las etiquetas y explicaciones de sus obras, el que reivindicaba la gestualidad de los afectos con detalles como objetos, colores o mensajes cifrados en sus obras. Concebía el lienzo como huella del cuerpo ausente, de alguien que estuvo allí. Y al mundo como un espacio a descifrar, aunque parezca no tener sentido, a través del arte.

Un viaje estético con los hermanos Pilone

Fuente: Clarín – Aunque lejos aúlle un silencio. Así de poético es el título de la muestra de los hermanos Alberto y Ester Pilone, curada por Sebastián Vidal Mackinson en la galería Calvaresi contemporáneo. Alude al fragmento de un poema escrito por Ester a raíz de su exposición de 1962 en la Galería Lirolay. Reúne 40 obras escultóricas y pictóricas realizadas por ambos artistas desde la década de 1960. La exposición evoca la muestra Ester Pilone pinturas. Alberto Pilone esculturas, que realizaron en la Galería Van Riel en 1969, pero en esta oportunidad, el recorte temporal llega a piezas producidas por Alberto en la década del 80.

La atractiva puesta realizada por el artista Sebastián Mercado realza las obras de ambos. Domina el centro de la escena un semicírculo azul cobalto, con una tarima que exhibe la impactante serie de esculturas en cemento coloreado de Alberto, para quien la naturaleza se podía expresar por el cubo, el cono y el cilindro. Sus primitivas formas escultóricas, aludiendo a las palabras que prologan el exquisito libro Meditaciones de un escultor, que recoge pensamientos del artista y fue publicado por sus hermanos Ester y Jorge, “parecen nacer de la naturaleza y se transfiguran hasta llegar a una suerte de símbolo, que nos revela mundos geomorfos, fitomorfos o zoomorfos, extraños elementos de un mundo sagrado”. En diciembre de 1961, Alberto escribía: “alguien me preguntó de dónde saco estas cosas que hago. Me salen de auscultar silenciosamente mis entrañas, me salen de lecturas que me han herido en lo vivo: Rilke, Kafka, Camus, Guide. Me salen de ver a los hombres patéticos e infantiles desgarrarse entre ellos. De no saber por qué, a un para qué. De ver asomar el absurdo a cada instante, me salen de mi angustia, de mi desesperación.”Alberto Pilone. Sin título, circa 1970. Cemento, 37 x 27 x 8 cm. (Calvaresi)Alberto Pilone. Sin título, circa 1970. Cemento, 37 x 27 x 8 cm. (Calvaresi)

Alberto Pilone nació en Buenos Aires en 1914 y se trasladó siendo niño en 1919 con su familia a Italia, donde vivió por cerca de 20 años. En Turín se recibió de agrimensor y bajo la guía del escultor Cellini empezó a practicar escultura. Regreso a la Argentina en 1937, y desde entonces se dedicó a su profesión a la par que continuaba su labor de escultor. Falleció en 1984.

En diálogo con Ñ, Vidal Mackinson puso énfasis en el fuerte lazo afectivo que unía a los hermanos, más allá de la ligazón de sangre. “Existía un gran entendimiento entre ambos. Resulta interesante la movilidad física de los hermanos entre Italia y Argentina, el viaje estético que realizaron juntos por Europa y la exposición conjunta de obras en la Galería Van Riel; así como también la asistencia de ambos al taller de la escultora Cecilia Marcovich, aunque en distintos momentos. Más allá del fuerte lazo afectivo, existía un interés de ambos en ciertas representaciones de imágenes que fluctúan entre la abstracción y lo figurativo. Ambos son deudores de ciertas prácticas del informalismo y el trabajo con la materia y las texturas.”Ester Pilone. Sin título, 1977. _Óleo sobre tela, 60 x 60 cm. (Calvaresi)Ester Pilone. Sin título, 1977. _Óleo sobre tela, 60 x 60 cm. (Calvaresi)

Cabe destacar que el escultor (cuya obra, al igual que la de Ester, forma parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires), integró junto con su hermana la Asociación Nuevo Arte. Ambos fueron artistas activos en la escena cultural posterior a la Revolución Libertadora del 55, hasta los 60. Durante este período se promovieron determinadas expresiones del arte y el pensamiento, que sirvieron de base para el florecimiento cultural que tuvo lugar en la década de 1960 y años siguientes. En 1963, con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes, Alberto realizó un viaje estético junto a Ester por España, Francia e Italia, experiencia que repitió en los años 70.

Se destacan en la sala las obras de Ester Pilone. El recorrido comienza con un autorretrato de la artista, clásico ejemplo de un retrato modernista que deja al descubierto el período figurativo de la artista en los años 40. A su lado, un dibujo de Alberto sobre fondo negro, que consolida el volumen de una forma antropomórfica característica de sus esculturas. “La muestra continúa con la obra informalista de los años 60, dominada por una paleta de colores tierras, ocres y anaranjados, obra que en años posteriores derivó hacia un estilo más personal, cargada de empastes matéricos y gestuales. Le sigue una breve etapa metafísica y un último período en los 90 con obra muy actual, donde predominan fondos de colores planos rojos, azules, violáceos, verdes y amarillos con formas abstractas geometrizadas, y un toque informalista”, refiere Guido Calvaresi, director de la galería, en recorrido por la muestra. Y sostiene su apuesta a dar visibilidad a destacados artistas argentinos, en particular, artistas modernos que hayan estado fuera de la escena durante mucho tiempo.

Ester Pilone. Fin del recorrido, 1975. Óleo sobre tela, 57 x 75 cm. (Calvaresi)Ester Pilone. Fin del recorrido, 1975. Óleo sobre tela, 57 x 75 cm. (Calvaresi)

Ester Pilone nació en Italia, en 1920 y llegó a la Argentina en 1939. Se formó en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y luego realizó varias muestras individuales en la Galería Lirolay (1961-1962), Van Riel (1965-1994) y el Museo de Artes Visuales de Buenos Aires (1976). Murió en Buenos Aires en 2010.

“Desocultar lo invisible es lo que realiza el arte cuando alcanzó la condición de tal. Por que el artista más que un creador es un desocultador de verdades por él intuidas y cuando consigue su propósito, el espectador recibe el impacto de una verdad que se manifiesta, que existía en el mundo pero que él no había visto y que el artista desoculta. El arte lo entiendo como una indagación profunda del mundo y de la vida, como un ejercicio permanente de depuración, de elevación, que tiene que redundar en un ejercicio de una superación espiritual. El objeto de la vida es el conocimiento; no tiene otro fin la vida. El conocimiento de todas sus formas, conocimiento del mundo, de nosotros, de Dios”. Son las palabras finales de las Meditaciones… de Alberto Pilone.

Entrada: gratuita

(aunque lejos aúlle un silencio, Alberto y Ester Pilone)

Lugar: Calvaresi, Defensa 1136.

Horario: mar a sab de 13 a 18; dom de 10 a 17

Fecha: hasta el 10 de agosto

Lanzan concurso nacional de arte con premio de u$s10.000: todos los detalles

Fuente: Ámbito – El concurso de arte, organizado en alianza con el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y la Fundación Azcuy, seleccionará y premiará una obra inédita de sitio específico para ser instalada de manera permanente en Donna Vita, un edificio que se encuentra en construcción.

A partir del miércoles 17 de julio queda abierta la convocatoria para participar de la sexta edición del Premio Azcuy, reconocimiento que la compañía de real estate desarrolla en alianza con el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y su fundación.

Lanzado en 2019, el Premio Azcuy es un concurso anual de alcance nacional que busca ofrecer a los artistas visuales la posibilidad de realizar y materializar proyectos artísticos a gran escala, concebidos especialmente para los edificios de la serie Donna, diseñados y desarrollados por Azcuy en la ciudad de Buenos Aires. Este año, siendo su sexta edición, será para intervenir el edificio Donna Vita.

¿A quiénes está dirigida la convocotaria?

La convocatoria está dirigida a artistas individuales o colectivos argentinos o extranjeros con un mínimo de tres años de residencia en el país. Su misión es reconocer, difundir y fomentar la producción artística local, estimulando la puesta en valor del arte nacional.

¿Cómo inscribirse?

Desde el 17 de julio al 11 de septiembre los interesados deberán ingresar a www.premioazcuy.com, para conocer las bases y condiciones, y acceder a la documentación necesaria para el proceso de inscripción.

¿Qué premios ortorgan al ganador?

Al cierre de la convocatoria, un jurado de expertos integrado por artistas, curadores, representantes del Museo Moderno y de Azcuy seleccionará 5 finalistas a quienes se les otorgará un premio estímulo de $1.000 dólares (según cotización dólar MEP) para desarrollar sus propuestas con mayor profundidad que, luego, volverán a exponer al jurado. De esta presentación surgirá un único ganador, que se dará a conocer fines de noviembre.

El artista ganador recibirá un premio de u$s10.000 (según cotización dólar MEP) más los costos de producción de su obra, que se pondrá en marcha apenas concluido el certamen bajo su dirección y supervisión y con la asesoría técnica y curatorial de los equipos de Azcuy y el Museo Moderno.

¿Quiénes integran el jurado?

El jurado de la edición 2024 está conformado por Jimena Ferreiro (Curadora del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires), Mariana Obersztern (Profesional del arte y directora de teatro), Nicolás Bacal (artista visual), Sol Juárez (Gerente de Proyecto Creativo e Innovación y Gestión Cultural AZCUY) y Gerardo Azcuy (Fundador y Director General de AZCUY).

¿De dónde surgió la iniciativa?

La iniciativa nació en 2019 con la convicción de que el arte representa un aporte de valor, no solo para los edificios de la desarrolladora, sino también para la comunidad.

“Para mí, el Premio Azcuy es una gran oportunidad para todos los artistas argentinos de mostrar su creatividad en diálogo con la arquitectura. Es un ejercicio muy interesante para imaginar y pensar obra a gran escala en un espacio no convencional. Pienso que es un concurso único, que vale la pena aprovechar esta oportunidad y quiero invitar a todos los artistas del país a participar de esta nueva edición”, dijo Sol Juárez, co-creadora del Premio Azcuy.

¿Quiénes fueron los ganadores de ediciones anteriores?

De las ediciones anteriores, se encuentran inauguradas Mutanti, del artista Diego Bianchi (Donna Terra, 2019); Mundo Imaginal, de Adriana Bustos (Donna Acqua, 2020); La montaña concreta, de Fabián Bercic (Donna Reggia, 2021), y Sonos, de Hernán Soriano (Donna Magna, 2022).

En tanto, la obra ganadora de 2023, de Nacha Canvas, Suave Star, se encuentra en pleno proceso de materialización para ser instalada en Donna Fiore.

Esperamos que este año sean muchos artistas con propuestas interesantes y novedosas, para hacer crecer el premio y sorprender a nuestros clientes, a los usuarios y a toda la comunidad a la que pertenecemos, subrayó Gerardo Azcuy, CEO de Azcuy.

Al tiempo, el empresario que resaltó la importancia de revalorizar y potenciar el trabajo de la comunidad artística y su creatividad afirmando que el premio es un lugar de reflexión y producción de obras de arte, donde cada persona que participa puede tener una conexión con la libertad que nos propone el pensamiento y el arte en toda su magnitud”.

Jimena Ferreiro, curadora del Museo Moderno y jurado de esta edición, sostuvo: “Creo que el valor que tiene este premio es desafiar la producción artística más allá de los límites convencionales, la posibilidad de pensar la convivencia en un espacio residencial, como son los edificios del Estudio Azcuy, y en un público potencial, que son las personas que van a habitar esos espacios. Estas piezas, que muchas veces están cerca del espacio público, impactan también en los transeúntes».

“Invito a toda la comunidad de artistas visuales de nuestro país a que apliquen, ya que es una oportunidad única para pensar una obra de sitio específico a gran escala e incluye la financiación y el acompañamiento en el desarrollo del proyecto”, agregó.

El Premio Azcuy es una oportunidad única para que artistas de todo el país imaginen proyectos que pueden llevar su práctica a nuevos escenarios y escalas.

La iniciativa, que sigue expandiéndose año tras año para llegar a más artistas de todas las provincias, tiene el objetivo de que el arte forme parte de nuestra cotidianeidad, salga de los espacios tradicionales y se instale en lugares no convencionales.