Víctor Grippo y sus preexistencias en una muestra que revela vida y obra del artista conceptual

Fuente: Télam ~ Con curaduría de Florencia Battiti y Diana Wechsler, la muestra «Víctor Grippo. Preexistencias» podrá verse en el Hotel de Inmigrantes hasta el 9 de octubre.

¿Cómo abordar y comprender la obra de un artista conceptual como Víctor Grippo fallecido hace 20 años que es considerado uno de los grandes exponentes del arte argentino? Tal vez esa respuesta se encuentra alojada en la muestra «Preexistencias» que le dedica Muntref Centro de Arte Contemporáneo en el Hotel de Inmigrantes a partir de una idea de su hija Paulina que se articula en un recorrido mágico a la intimidad del taller con las herramientas, bosquejos, frases y libros que dimensionan las reflexiones del artista y cobran vida en obras e instalaciones.

Con curaduría de Florencia Battiti y Diana Wechsler, directora artística de Muntref, la muestra que se titula «Víctor Grippo. Preexistencias» y podrá verse hasta el 9 de octubre, surge a partir de una idea de la hija de Grippo, Paulina Vera, y de los escritos del artista, desde donde se dan indicios sobre su proceso creativo.

Foto Downes Florencia
(Foto: Downes Florencia)

Situado en el tercer piso del Hotel de Inmigrantes, el recorrido inicia con el tránsito por el amplio pasillo para acceder a la parte posterior del salón, que introduce al hábitat y la atmósfera de cientos de historias del edificio, y que trae la voz e imagen del propio Grippo (Junín, 1936-Buenos Aires, 2002) proyectada, la del hijo de inmigrantes, como antesala.

Al traspasar la blanca puerta, un primer pensamiento sustenta obras, textos y la intimidad del taller mostrados y la excusa que acerca su práctica al presente: «Todo acto creativo se apoya en algo preexistente y ordena, construye algo que implica un recorrido, que va más allá», escribe el artista en un texto recuperado por su hija.

Foto Downes Florencia
(Foto: Downes Florencia)

En una sala pequeña, las fotografías muestran a un Grippo sonriente captado por Gian Paolo Minelli, algo que «no es muy frecuente» explica la curadora. Mientras que otras fotos reflejan el edificio de departamentos antiguo de la calle Juncal donde vivía y trabajaba, así como instantáneas del taller donde se combinaba el arte y la química, o los oficios como el de orfebrería que práctico.

Entre los muchos elementos amorosamente dispuestos, un código QR permite viajar a «La asombrosa excursión de Zamba al mundo de la alimentación – Encuentro con Víctor Grippo», una producción que le dedica la señal televisiva Pakapaka.

Foto Downes Florencia
(Foto: Downes Florencia)

«En un tipo de obra que se va leyendo por capas, el propósito de esta muestra es poder ofrecer las claves para desentrañar esa lógica de pensamiento que está en la base de todas estas obras», explica Wechsler en diálogo con Télam.

En el esfuerzo curatorial compartido, la idea de las preexistencias y el texto de Paulina que lo retoma fue el punto de partida para «pensar con los propios textos de Grippo y encontrar la manera de traer a la sala esto, porque tampoco se trataba de reconstruir el taller o de hacer una puesta en escena, sino en dar indicios de cuáles eran esas preexistencias y poder recorrer la muestra identificándolas», señala la curadora.

Foto Downes Florencia
(Foto: Downes Florencia)

La idea de preexistencia surge no sólo del texto encontrado por Paulina y su madre en el taller, sino en esa «pendulación que él hacía desde la cocina que era su ambiente cotidiano más habitado y el taller, el espacio más grande la casa. En ese ir y venir empecé a pensar en este texto de lo preexistente, que en él eran todas sus investigaciones, búsquedas, pensamientos, dibujos, anotaciones, que después cristalizaban como en sus grandes obras», dice Vera.

Y agrega: «Víctor decía que uno no elige ser artista, sino que elige una vida artística y esos objetos que va construyendo en ese devenir que forman parte de un universo, de una cosmovisión, se convierten en obra».

Foto Downes Florencia
(Foto: Downes Florencia)

Por otra parte, según la hija del artista, «mostrar estas preexistencias tiene que ver con que todo acto creativo conlleva algo preexistente».

«Empezamos a pensar que formaba parte de la obra y era interesante que se vea porque mostraba todo ese otro espacio y trabajo de Víctor que además muestra otro costado también como artista de Víctor que era un gran dibujante, una persona que reflexionaba mucho por escrito, que manejaba muchas técnicas plásticas», explica Vera.

Foto Downes Florencia
(Foto: Downes Florencia)

«Víctor trabajaba en todo momento con esta idea de la transformación. Intuyo que fue por cosas que dice de su infancia y del vínculo con sus padres que es una idea que lo atravesó toda su vida. Por algo elige estudiar bioquímica. Dice en una entrevista que él llega a la alquimia haciendo el camino inverso de la humanidad, pasa de la ciencia a la alquimia que tiene que ver con la transformación, pero está sostenida en lo espiritual», añade Vera.

Es así que, entre los objetos mostrados hay una mesa con materiales «que hacen al día a día de su trabajo», acuarelas, papel metalizado, lápiz, pintura, hasta una alacena con vasos de precipitado y productos varios, diseños en joyería y alguna de sus fotografías experimentales. Y en «este Grippo inesperado que queremos mostrar rescatamos algunos de sus dibujos que no son del Grippo que conocemos», dice por su parte la curadora, así como libros de su biblioteca donde conviven los de cocina como «Ciencia y arte modernos de la alimentación» o las recetas inéditas de «El glotón» de Ugo Tognazzi, un libro de cocina para hombres, hasta las de otro tipo de conocimiento como «El Tao de la física» del austríaco Fritjof Capra o alguno de Paracelso.

Foto Downes Florencia
(Foto: Downes Florencia)

Entre las fotos de las piezas de joyería que no se conservan, están unas pequeñas figuras de madera talladas, sencillas, que en su base sellada dicen «hechos en Rusia». Grippo las compraba al quiosquero del barrio, relata la curadora, tal vez, como un anticipo de esas configuraciones de anónimos previos de pan o las otras pequeñas piezas que componen «Cercando la luce» (Buscando la luz).

¿Cómo era entrar al taller? «Tenía que ver con entrar a un territorio habitado que estaba como detenido en el tiempo, porque Víctor era un artista de otra época, era un hacedor. Cocinaba y construía y escribía y dibujaba, leía y pensaba y se sentaba a charlar todo como en la misma dimensión, dando igual importancia con quién charlaba y cuál fuera la situación del diálogo», describe Vera. Y agrega: «Entrar al taller era encontrarse con él haciendo y con él dialogando, tanto conmigo como con los materiales, como con algunos autores con los que había estado pensando, o con las ideas de sus obras o con sus tomates madurando en su maduradero. Entrar al taller era eso: entrar a un momento detenido en el tiempo».

Foto Downes Florencia
(Foto: Downes Florencia)

La exposición es habitada por sus anónimos, figuras amorfas, blancas como secuela de esas otras en pan de su taller, u otras paradigmáticas como «La comida del artista» (1991) y «Naturalizar al hombre, humanizar la naturaleza» (1977), «Vida, muerte y resurrección» o «Analogías I» con sus papas -similar a la que se encuentra en el Museo de Bellas Artes-, que buscan responder a ese hermetismo de procesos «alquímicos» de la materia.

Y como rememorando esa acción en la vía pública de compartir el pan en el marco de la exposición Arte e ideología, «Construcción de un horno popular para hacer pan» (1972), realizada con Jorge Gamarra y un trabajador rural en la Plaza Roberto Arlt de Buenos Aires y que sólo duró 48 horas, un nuevo horno se encuentra instalado en la planta baja del museo. Esta acción que se detalla también con los documentos y fotos expuestos en la sala fue recuperada el año pasado en San Juan durante Bienalsur, una obra que sitúa a Grippo como referente temprano del conceptualismo en el mundo.

En la exposición las curadoras buscan esa latencia «que habita» en el trabajo del artista y devuelve «en cada pieza, un fragmento de la condición humana, simple, íntima, frágil, efímera, sensible«, tal como describen.

«La importancia del trabajo de Grippo es la de haber instalado un tipo de obra donde el concepto es tan fuerte como claro, en el sentido de poner este lugar político del arte pero de manera menos obvia y de forma más intensa al poner el acento de su trabajo en el lugar de la transformación». Y agrega: «pensar en la transformación es un concepto políticamente muy intenso y toda su obra está montada sobre este concepto, sobre aquello que cambia, es inestable», indica Wechsler.

«El arte descubre las relaciones ocultas o encubiertas. Si una de mis obras ´redescubre´la capacidad energética de la papa, de ese alimento tan común, que se ingiere casi sin verlo porque no hay ´día sin papa´ en cualquier habitante del planeta, es porque intento proveer una imagen totalizadora que destruya o debilite esa especie de ceguera que la ha vuelto casi invisible para la mayoría», cierra el texto de Grippo la muestra.

Con entrada libre y gratuita, la muestra podrá visitarse de martes a domingos de 11 a 18 en Muntref Centro de Arte Contemporáneo, en Avenida Antártida Argentina sin número (entre Dirección Nacional de Migraciones y Buquebús, con entrada por el Apostadero Naval de Puerto Madero), Ciudad de Buenos Aires.

Reconocida artista comparte la experiencia de poner en valor a grandes grabadores

Fuente: SI San Juan ~ Se trata de Silvina Martínez, quien se sumó al ciclo de microentrevistas que lleva adelante el Museo Provincial Franklin Rawson.

Microentrevistas con artistas y curadores es un ciclo que presenta el Museo Franklin Rawson para visibilizar el trabajo de las hacedoras y los hacedores culturales que exponen en salas temporales, a través de una narración en primera persona.

En este segmento, la artista sanjuanina Silvina Martínez comparte la experiencia de recuperar y poner en valor a grandes grabadores de San Juan, en el marco de la muestra “Develando Huellas”.

En un breve relato, Martínez brinda detalles de la producción y montaje de la muestra y describe sus procesos creativos, invitando al espectador a encontrarse en vivo y directo con la obra en el museo.

“Develando Huellas” se exhibe en sala 2 del MPBAFR; puede visitarse hasta el 26 de junio inclusive, de 12 a 20 hs. La entrada general es de $100, jubilados y estudiantes $50, niños menores de 12 no abonan y el domingo es gratis.

Microentrevista con Silvina Martínez

¿Cómo surgió la iniciativa de recuperar y reeditar grabados de artistas sanjuaninos?

S.M: Gran parte de mis trabajos de investigación van, desde hace años, en dirección a difundir la obra de los artistas sanjuaninos. Es por ello que en el 2002 inicié un programa más abarcador y sistematizado, dentro del ámbito de Fundación Exedra que presido, el Gabinete de Estudios de Historia del Arte Sanjuanino. En el seno del mismo, comencé a desarrollar el Proyecto “Relevamiento y Banco de Datos de Artistas Plásticos Sanjuaninos”, en el cual y alternativamente participan otros docentes y/o estudiantes.

Paralelamente, en esos primeros años de la década del 2000, la familia Raffo me solicitó hacer un tiraje de las obras de Nello Raffo, de las cuales se conservaban las matrices.

Varios años después, con motivo de la muestra en el MPBAFR, “Continuidad y ruptura del Arte en San Juan”, de la que tuve a cargo a la curaduría junto a Eduardo Peñafort , en el año 2017, incluimos en una vitrina, algunas antiguas matrices, entre ellas, una de José María Pineda. Fue Ariel Aballay quien se entusiasmó con que hiciéramos un tiraje de esa obra; se trataba de “Silueta de suburbio”.

La plancha estaba muy deteriorada y tuve que hacer un largo proceso de recuperación del metal hasta poder reeditarla. Redoblé la apuesta y les propuse a Ariel y a Facundo González que hiciéramos un proyecto más amplio e intentáramos conseguir matrices de otros grabadores ya fallecidos.

Le dimos forma al plan y así el taller de reedición comenzó a rodar en el ámbito del museo.

– ¿Qué representan en la escena artística local los grabadores incluidos en la muestra “Develando Huellas”?

S.M: Si bien en principio, el trabajo se ha concentrado en artistas fallecidos, decidimos incluir a dos creadoras que aún están presentes en la vida cultural sanjuanina, pero que por diversas razones no pudieron dedicarse a imprimir en los últimos años.

Todos los artistas incluidos, han tenido destacada relevancia en la escena cultural del medio. Muchos de ellos, no solo como productores de arte, sino también como importantes agentes culturales que bregaron por el desarrollo y la difusión del arte en San Juan, fueron parte de la creación del MPBAFR, integraron diversos grupos de artistas impulsores de la cultura y se destacaron como docentes, siendo algunos responsables de la sistematización de la enseñanza del arte en San Juan, a partir de sus clases en talleres libres y, posteriormente, de la creación del Instituto Superior de Arte, la Universidad Provincial Domingo Faustino Sarmiento y la Universidad nacional de San Juan.

– ¿Cómo fue la experiencia de ser parte de la propuesta artística Proyecto Grabado 2022?

S.M: Estoy comprometida desde el primer momento con esta propuesta artística y no he dejado de trabajar ni un instante durante varios meses previos.

Fui curadora junto con mis colegas del taller de reedición de la muestra Develando Huellas, eligiendo las estampas entre un corpus de mucho más de cien obras que venimos realizando desde 2007.

También participé del dictado como profesora de los tres talleres de grabado que se dictaron en el museo y fui parte de la organización del taller de Grabado en relieve que se dictó en Rodeo. Por otro lado, fui una de las conferencistas del Seminario de Grabado; coordiné y monté con los integrantes de La Nello- Grabado y Estampa, grupo al cual pertenezco, el stand de ventas para la Feria del Grabado.

Así mismo fui la generadora de la Performance Grafica, desarrollada por los integrantes de La Nello; además de llevar a cabo varias visitas guiadas de la muestra Develando Huellas y colaborar con la difusión de la misma en redes sociales y otros medios de comunicación.

En conclusión, una experiencia intensa, agotadora por momentos, pero altamente enriquecedora y significativa por la relevancia de todo lo realizado y la poderosa repercusión que ha tenido en la escena cultural sanjuanina, especialmente en los jóvenes creadores.

«El arte no puede cambiar el mundo pero puede dar entidad material a metáforas del futuro»

Fuente: Télam ~ A partir de algunas obras de arte icónicas, la docente, ensayista y narradora reflexiona en «Lo que no vemos, lo que el arte ve» sobre la creación y su capacidad para reflejar el desastre ecológico.  

El nuevo libro de la ensayista, narradora y crítica Graciela Speranza, «Lo que no vemos, lo que el arte ve», toma un puñado de obras de arte simbólicas para reflexionar sobre la creación y su potencial de visibilizar lo que la autora define como un «Armagedón climático» tan intrincado en el paisaje cotidiano que ya es difícil de discernir, tal como graficó la ópera-performance las artistas lituanas «Sun & sea» para la 58 Bienal de Venecia, una playa en verano repleta de gente con los más variados artículos de plástico, alegoría de nuestro letargo frente al desastre ecológico.

Tal vez haciendo honor a la frase del pintor alemán Gerhard Richter, quien decía que el arte es la forma más elevada de esperanza, es que la autora plantea un itinerario por creaciones contemporáneas -como Agnes Denes, Tomás Saraceno, Hito Steyerl o Forensic Architecture- para demostrar la potencia inagotable del arte para volver visible la invisibilidad frente a, ya no solo la crisis ambiental, sino también la inmersión cada vez más inquietante en un mundo digitalmente administrado, los dos tópicos centrales del libro publicado por Anagrama.

«El arte no puede cambiar el mundo pero puede dar entidad material a las metáforas, la reconstrucción del pasado y la imaginación del futuro. O puede convertirse en un campo de entrenamiento, un laboratorio vivo de inmersión en un mundo abierto a la convivencia con los otros y con otras especies», analiza Speranza en una entrevista con Télam.

Pero -advierte la autora- «también hay artistas y escritores que simplemente responden a las agendas de las instituciones, las bienales o incluso el mercado con obras meramente ilustrativas que no agregan mucho a la conciencia ambiental ni al arte. No es muy difícil distinguirlos».

Si hablar de la crisis climática está de moda entonces se vuelve más urgente la lectura de este reflexivo trabajo que a través de datos científicos, obras y artistas, toma como disparador la idea de «un futuro posible: un mundo sin nosotros». El arte como una lente privilegiada indaga en aspectos preocupantes, como que la vigilancia es el precio a pagar por el servicio gratuito de Google y las redes sociales, que la inmensa masa flotante de desechos plásticos que se mueve a la deriva en los océanos tiene un peso estimado de siete millones de toneladas (lo llaman el séptimo continente) y que vivimos oficialmente en una nueva era: «hashtag, el Antropoceno».

«El colapso ya llegó y cuesta desentenderse de una amenaza tan grave», dice Speranza, consciente también de que es importante hablar del clima en un lenguaje que no siempre sea pesimista y fatalista, confiada en la potencia inagotable del arte para volver visible la invisibilidad resistente a las amenazas que se ciernen sobre el hombre y el planeta en el siglo XXI.

Crítica, narradora y guionista de cine, Graciela Speranza (1957) enseña Arte Contemporáneo en la Universidad Torcuato Di Tella y es autora de los libros «Guillermo Kuitca. Obras 1982-1998», «Manuel Puig. Después del fin de la literatura», «Fuera de campo», «Atlas portátil de América Latina», «Cronografías» y de las novelas «Oficios ingleses» y «En el aire». Dirige junto con Marcelo Cohen la revista de letras y artes Otra Parte.

-Télam: Planteas que la imagen apocalíptica del fin del mundo es hoy -a diferencia de lo que uno esperaría en el cine catástrofe- una playa en verano repleta de gente rodeada de elementos de plástico, como se vio en la ópera-performance las artistas lituanas que crearon «Sun & sea» para la Bienal de Venecia. ¿Este es uno de los más claros ejemplos de «Lo que no vemos, lo que el arte ve»?

-Graciela Speranza: Efectivamente, entre las obras que recorro en el libro me parece un ejemplo claro de cómo el arte puede figurar hoy el descalabro ambiental a partir de una experiencia conocida pero inusual para una ópera -un día de playa-, con un raro equilibrio de imaginación, sutileza formal y gracia. Montando una escena colorida y muy animada que incluía al público entre los performers, la obra conseguía acercarnos y al mismo tiempo nos invitaba a tomar distancia de esa «lenta violencia» naturalizada de la crisis ecológica y hacernos ver, sin ningún didactismo, nuestra indolencia frente a futuros desastres. Claro que la imaginación apocalíptica no nació en el siglo XXI, pero la amenaza de una catástrofe ambiental es menos espectacular que las del siglo pasado -una guerra nuclear, una mega tempestad solar o una invasión extraterrestre- , tiene un origen y efectos más complejos, y por lo tanto resulta difícil volver visible el cuadro completo de una destrucción progresiva que se dispersa en el tiempo y en el espacio. De ahí la sutileza formal de Sun & Sea. Nos reconocemos en los veraneantes que, como al pasar, van computando los daños que se cuelan en la vida cotidiana, y a la vez tomamos distancia desde el entrepiso abalconado, como frente a un diorama, reflejados en nuestra negligencia. Porque ¿quién piensa en los millones de partículas de microplásticos con que hemos contaminado los océanos, en los corales blanqueados o el deshielo de los polos en un día de playa?

-T: Algunos artistas que mencionas realizan trabajos donde las otras especies cobran protagonismo o las personas no están: el meteorito de Faivovich y Goldberg en una sala oscura que da una imagen del mundo futuro sin nosotros; las telarañas de Tomás Saraceno o el dispositivo creado por Eduardo Navarro para escuchar la naturaleza en la Bienal de San Pablo. ¿Un ejercicio para tomar conciencia del desastre ecológico que se avecina sería imaginar escenarios sin la presencia humana?

-GS: Sí, creo que los atajos de muchos artistas para figurar lo inconmensurable o, como decíamos, para correr al hombre del centro de la escena y darle protagonismo a otras especies, pueden ayudarnos a recalibrar nuestro lugar en el planeta. Confrontado con los cuatro mil millones de años de un meteorito, o con los ciento cuarenta millones de años que las arañas llevan en el planeta, el tiempo del hombre se vuelve efímero, y el futuro lejano relativamente próximo. Imaginar el mundo antes y después de nosotros puede ser un buen ejercicio para desandar nuestro recalcitrante antropocentrismo. Aunque el efecto perturbador duró muy poco y volvimos muy pronto a la carrera ciega de la producción y el consumo, las imágenes de las ciudades completamente desiertas durante la pandemia trajeron un atisbo de ese futuro posible, un mundo sin nosotros. Estas obras dejan imaginar un pasado anterior a la lenta destrucción de la naturaleza o un futuro sombrío, invitan a salir de uno mismo y redimensionar nuestro lugar en el universo.

-T: Avanzamos hacia un mundo totalmente atravesado por la inteligencia artificial. Pero la IA es un cálculo matemático que no maneja ambigüedad o intuición y cualquier inteligencia artificial carece de interpretación para decir que el cuadro «Esto no es una pipa» de René Magritte, en efecto, no lo es. Entonces ¿cómo debemos imaginar ese futuro? ¿Cómo cambiarlo?

-GS: Creo que hay transformaciones sociales y culturales ya definitivas y quizás irreparables. Las grandes corporaciones del Silicon Valley avanzan hacia conquista integral de la vida y la organización numérica del mundo. Los usuarios de las redes sociales, por caso, ya no reparan en los daños colaterales: la adicción, la banalidad, la autopromoción, la información falsa y, sobre todo, las prácticas de extracción de datos, predicción y comercio con que colaboran alegremente. Los algoritmos eligen por nosotros en Netflix o en Spotify, y hasta pueden producir textos creativos «originales» con un estilo determinado, según un informe reciente bastante escalofriante del The New York Times. Deberíamos al menos intentar hacer un uso soberano de lo que ofrece el mundo digital. El arte también puede ayudarnos a tomar distancia, desvelar el funcionamiento de esa maquinaria ya muy eficiente y escapar del panóptico virtual.

Al cruce del arte y la militancia, la muestra de Pérez Esquivel inaugura a principios de julio

Fuente: Ámbito ~ Bajo el título «Senderos de arte de ayer y de hoy», la exposición presenta un recorrido por los distintos períodos del artista, a través de unas 40 obras que ponen en escena una trayectoria que enlaza arte, historia y militancia.

La muestra del Premio Nobel de la Paz y artista visual Adolfo Pérez Esquivel, que reúne dibujos, pinturas, grabados y esculturas realizadas desde 1950 hasta el presente y propone una mirada sobre América Latina, sus culturas y sus preocupaciones sociales, cambia la fecha de su inauguración para el próximo sábado 2 de julio en el Museo Lucy Mattos de Vicente López.

Bajo el título «Senderos de arte de ayer y de hoy», la exposición presenta un recorrido por los distintos períodos del artista, a través de unas 40 obras que ponen en escena una trayectoria que enlaza arte, historia y militancia.

Dice el propio Pérez Esquivel a propósito de la muestra: «Quiero contar la historia de América Latina. Primero soy artista, después militante. Las dos cosas se funden, todo mi arte tiene que ver con la vida, con lo que realizo y creo que eso es importante».

Curada por Laura Casanovas, en la muestra se exhiben «escenas que vislumbran identidades y culturas, la vida urbana, las luchas sociales, la fe religiosa de los desamparados, la guerra, el límite por momentos demasiado lábil entre vida y muerte, las dictaduras y las desapariciones, las manifestaciones artísticas de los pueblos, la mujer y los afectos familiares», adelanta la responsable de la curaduría.

«Nunca hubo escisión, en su caso, entre arte y lucha. Los dibujos en tinta y grafito, las xilografías, las pinturas en acrílico y las esculturas en bronce, madera, mármol y cemento descubren distintas etapas estilísticas con propuestas plásticas cercanas tanto al realismo como a las vanguardias, sobre todo de raíces latinoamericanas, pero con soluciones formales propias», describe Casanovas.

Pérez Esquivel nació en Buenos Aires el 26 de noviembre de 1931, aprendió a tallar madera en el Patronato Español de Colegiales donde estuvo de pupilo. Su abuela Eugenia, hablante de guaraní, le transmitió la historia y tradición de los pueblos originarios. Se formó en la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano y en simultáneo despertaron sus inquietudes sociales. Su intensa actividad artística se concentró en la pintura, los murales y monumentos, entre los que se destacan el «Vía Crucis Latinoamericano» y «Paño Cuaresmal» realizados en 1992 en conmemoración a los 500 años de la conquista de América.

Como militante, sufrió detenciones y torturas y fue dejado cesante de sus cargos docentes por la última dictadura cívico militar después de agosto de 1977. En 1980 recibió el Premio Nobel de la Paz en reconocimiento a la lucha por los derechos humanos en un contexto de violencia y dictaduras en América Latina.

Fue presidente del Consejo Honorario del Servicio Paz y Justicia de América Latina y es miembro del Tribunal permanente de los pueblos, del Comité de Honor de la coordinación internacional para el decenio de la no-violencia y de la paz.

La muestra se inaugura el sábado 2 de julio a las 13 en el Museo Lucy Mattos, ubicado en avenida Del Libertador 17426, Beccar- Partido de San Isidro, provincia de Buenos Aires, y puede visitarse de miércoles a sábado de 11 a 19 y domingos de 10 a 18.

Carla Gimbatti y Natalia Abot

Fuente: Arte-Online ~ Sus Formas en Cecilia Caballero

Carla Gimbatti y Natalia Abot Glenz no se conocían y, sin embargo tienen mucho en común. Reunidas por Cecilia Caballero para la DE- Formas, muestra en su galería que puede visitarse hasta el 15 de junio

Carla Gimbatti y Natalia Abot Glenz, crearon en de-formas, códigos espaciales para que el espectador decodifique a medida que recorre el espacio expositivo. La diversidad de los materiales y de las formas escultóricas expuestas invitan a comprender que somos una masa, un cuerpo tridimensional en un espacio. Sin embargo, la clave y la riqueza de la propuesta es entender que el espacio puede no ser un lugar real o lógico dentro del cual las cosas están ubicadas, sino un ambiente en donde la posición de los objetos es posible, y que nuestra relación con lo circundante tiene el poder de alterar nuestra percepción.

En de-formas, las artistas trabajan con diversos materiales creando esculturas que invitan a pensar cuál es la relación que establece un cuerpo orgánico con la idea de movimiento, a cuestionarnos si hay un orden intrínseco en los objetos y cuál es la relación existente entre la naturaleza y los humanos.

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Obras de Natalia Abot Glenza

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•••Natalia Abot Glenz abordó el universo del movimiento a temprana edad a partir de la danza. Esto le permitió comprender la espacialidad desde su propia corporalidad, gesto que traslada a sus esculturas de diferente formato y materialidades. Su maestría corporal y su lenguaje parecen no tener límites. Una de las características más interesantes de su trabajo, es cómo logra a partir de su habilidad plástica, transformar materiales de procedencia industrial (sólidos, pesados y robustos) en obras con movimiento constante, livianas y etéreas.

Por su lado, Carla Gimbatti presenta Cuerpos Magnéticos, una serie que nace de interrogar la relación que existe entre la naturaleza y nuestros cuerpos. Influenciada por diversos paisajes, la presencia de sus esculturas en sala crea visiones de rocas, huesos, estructuras con flexibilidad, atracciones, espacios, vacíos, luces, sombras, movimientos y quietud.Cuerpos Magnéticos es una obra dinámica donde cada pieza refleja la individualidad del objeto; y a su vez cambia la percepción cuando entran en relación con las demás. La obra nunca es la misma, dependiendo el espacio en el que se encuentre se adapta y re-configura, se decodifica.

En ambos casos,  la luz, es un componente esencial de sus trabajos, a partir de un juego de luces y sombras, sus obras adquieren una dimensión espacial y temporal única.

De-formas, resalta una de las principales características de la escultura: el gesto de trabajar con diversos materiales expandidos en el espacio físico del espectador. Las artistas tienen la habilidad de experimentar con materiales poco convencionales que dan una impresión de liviandad y buscan un punto de contacto con el observador donde a partir de la metáfora de lo formal es posible reflexionar y decodificar su propia presencia física en un aquí y un ahora.

Milo Lockett: «No niego las élites pero me interesa lo popular»

Fuente: Perfil ~ El destacado artista plástico habló en Modo Fontevecchia y resaltó que el arte tiene que «ser accesible» y que «todo el mundo pueda tener una obra original». Cuáles son sus motivaciones profesionales y su nuevo proyecto de NFT. Mirá la entrevista completa.

El reconocido pintor Milo Lockett dialogó con Jorge Fontevecchia en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9), y contó por qué decidió «ser un artista masivo». Además destacó que si bien no reniega de las élites, le interesa más lo popular. También contó detalles sobre su lanzamiento de NFT y reveló detalles de su proceso creativo.

Los pintores creen que el valor de sus obras está relacionado con la regla económica de la escasez. ¿Hiciste algún cálculo al respecto? ¿Tuviste un impulso incontenible de producción?

Mi carrera empezó de una forma bastante romántica y después arrancó el proyecto de vivir del arte, que son cosas distintas. Siempre tuve la idea de que el arte tenía que ser accesible. Me parece interesante que todo el mundo pueda tener una obra original, por eso siempre trato de masificar y llegar a todas partes.

No tolero la idea de que alguien no pueda acceder a un cuadro mío. Entre el 2008 y el 2009 pude elegir el tipo de carrera que quería. Siempre tuve mucha producción, pero se me abrieron puertas internacionales y tomé la decisión de ser un artista popular y masivo. No creo que si hay mucha obra se pierde valor. Tengo gran demanda, que sigue creciendo y eso no tiene que ver con la cantidad. Cuando tenés más obras, hay mayores oportunidades.

Hay una teoría artística que es la de agujero, que dice que, cuanto más se saca, más grande es. ¿Compartís esa idea?

Estoy lanzando unos NFT donde trabajé con muchos artistas digitales porque era un mundo nuevo para mi. Lo armé con gente que conocía por su obra pero no teníamos. Tampoco eran fanáticos míos. Lo pensamos por la masividad y lo democrático que es. Van a ser 11.111 obras y parece una cantidad enorme, pero salís al mundo, es nada. Quería que todo el mundo tuviese una obra de arte y yo necesito desprenderme de lo que pinto.

Algunos sostienen que cuando alguien tiene una idea, la está dando y se queda sin algo. Otros piensan que es al revés. ¿Qué sensación tenés con respecto a eso?

Siento que, cuando doy, la creatividad avanza. No hago cuadros iguales, puedo pintar paletas parecidas, pero el ejercicio de trabajar es maravilloso. Lo hago con ayudantes, en promedio, no menos de ocho horas por día. Empezamos a las 10 de la mañana y terminamos a las siete de la tarde.

Milo Lockett

¿Qué hacés en tu tiempo libre?

Hoy tengo un esquema muy armado en el Tigre. El taller está a la vuelta de mi casa, me restructuré por la pandemia. Tengo mi mesa de café para juntarme con amigos y distraerme para hablar de otras cosas. Los domingos los dedico a mi familia. Tengo el pensamiento enfocado en el trabajo, quiero pintar hasta el último día de mi vida.

Vos sos de Chaco, ¿cómo era tu vida ahí?

Viajé mucho por el interior del Chaco y ahora vuelvo para pintar una escuela. Recién ahora tengo una vínculo más lindo con el agua y planté muchas palmeras que me recuerdan a Resistencia. No es una cuestión de abundancia y me siento bien cuando hago algo que le hace bien al otro. No niego las élites pero me interesa lo popular. A todos nos gustan los premios pero el reconocimiento de la gente es lo mejor.

“Siempre traté de incorporar el arte textil al Malba”, asegura la curadora Verónica Rossi

Fuente: Clarín ~ La especialista, que tuvo a su cargo la muestra “Tejer las piedras” y además explora archivos de escritores y artistas, habla de la actual influencia del textil en la creación.

Algo en el tono suave y calmo de las obras de Ana Teresa Barboza que integran Tejer las piedras, su muestra en el Malba, reverbera también en la voz de su curadora, Verónica Rossi.

​Barboza realiza en Perú un trabajo de corte casi etnográfico, investigando modos de vida y oficios ancestrales. En paralelo a su desempeño como curadora en el museo, Rossi explora archivos de escritores y artistas desde hace veinte años.

Conoció la obra de Barboza en un taller sobre arte textil al que iba a aprender puntadas y terminó debatiendo con colegas las (todavía muy) complejas diferencias entre arte y artesanía. Así prendió el germen de esta muestra, que tiene la suavidad de las fibras y el rigor de la piedra.Verónica Rossi explora archivos de escritores y artistas desde hace veinte años. Foto Fernando de la Orden

Verónica Rossi explora archivos de escritores y artistas desde hace veinte años. Foto Fernando de la Orden

–Barboza hace un trabajo arqueológico para sus obras, algo que resulta muy afín a tu trabajo en los archivos.

–Ana Teresa hace un racconto del pasado y de las clasificaciones y del archivo de todo el arte textil peruano que está muy relacionado con mi trabajo de revisar catalogar y archivar. Pero también ese trabajo está relacionado con el workshop Formosa, que durante diez años llevó adelante Guillermina Baiguera.

En paralelo a esta muestra y a mi trabajo de archivo e investigación en Malba siempre traté de que se incorporara el arte textil en el museo. Cuando hicimos con Gabriela Rangel y Florencia Malbrán la nueva puesta pensamos mucho la colección en términos de lo que faltaba y para mí una prioridad era la compra de artistas textiles de Latinoamérica.

–Que es una técnica a la que se está acudiendo mucho en el arte contemporáneo.

–Y es algo que acá se inició de una manera sistemática en el estudio Guillermina, pero es algo a nivel mundial. En Perú si bien hay artistas contemporáneos que trabajan con el textil recién ahora están investigando mucho, conocen mucho el arte textil que se hace en Argentina y es Ana Teresa quien está estimulando el diálogo con nuevos lugares.La artista peruana Ana Barboza.

La artista peruana Ana Barboza.

–Resulta paradójico con la tradición de textiles que hay en Perú.

–Tienen la tradición más antigua de América. Los primeros restos de cestos encontrados debajo de las piedras son de hace diez mil años. Cuando estuve en Lima hablé mucho con Natalia Majluf, una gran investigadora muy reconocida allá.

Ella trató por mucho tiempo el tema del arte popular y su posición en el arte del siglo XX. Es importante que personas como Natalia estén trabajando esto, y pensando las relaciones entre el arte contemporáneo y el arte textil ancestral en Perú, de donde vienen también los estudios que hace Ana Teresa.

–¿Por qué pensás que vuelve con tanta fuerza el textil en el arte contemporáneo?

–Podemos usar como ejemplo el caso de Ana Teresa. Ella se hace preguntas en torno a su entorno y a cómo cuidar el medioambiente, y cree que la mejor forma es acercándose a lo que nos da la tierra y a estas antiguas comunidades (antiguas porque vienen de hace muchas generaciones) que trabajan con la naturaleza que los rodea y dependen de esa naturaleza.

Cuando ella registra el humedal, estudia todo en cuanto al humedal y la comunidad que lo habita: de qué vive, cómo vive, cómo potabilizan el agua, porque utilizan esas totoras y juncos y no otras. Su aproximación al textil es desde el conocimiento ancestral para poder dialogar de una manera poética con un problema ambiental. Creo que el textil tiene mucho que ver con la tierra y con esta representación más cercana a la naturaleza.

Como decían Ani Albers o Sheila Hicks, “si vos querés hablar del color real en un paisaje no hay mejor transmisor que el arte textil”. Me interesa mucho cómo esta nueva generación de artistas trabaja con materiales que vienen de la tierra.Naturaleza, volumen y la historia detrás de los materiales y sus hacedoras, en la obra de la peruana Ana Teresa Barboza, expuesta en Malba.

Naturaleza, volumen y la historia detrás de los materiales y sus hacedoras, en la obra de la peruana Ana Teresa Barboza, expuesta en Malba.

–Y con cierta recuperación de los oficios, ¿no?

–Los oficios que se transmiten de generación en generación. Desde una perspectiva de estudio, pero con la intención de que lo material prepondere sobre todo lo demás.

–Después de muchos años en que lo material fue completamente secundario.

–Esto también pasó en los años 70. En ese momento el movimiento feminista estuvo de la mano del arte textil, era como una especie de lucha política a través de la materialidad del textil, y eso también se da ahora. Una mujer que hace textil lo hace desde lo ancestral femenino.

Pero me gustaría aclarar que Ana Teresa no se siente representada con ese movimiento de tejedoras. Su trabajo está ligado a las comunidades y al medioambiente. De hecho, no solo trabaja con mujeres. Para ella lo primordial es recuperar y cuidar saberes ancestrales. Cuidar esos ecosistemas es cuidar esas comunidades que subsisten allí desde hace siglos.

–En lugar de contraponer cultura y naturaleza lo integra.

–Ese es el objetivo de su trabajo, y ese es el objetivo de todo trabajo textil: la memoria. Por eso es muy interesante pensar cómo ella empieza con el textil, siendo una estudiante de Bellas Artes, cuando al fallecer su mamá retoma sus pedazos de tela y sus hilos y comienza a hacer patchworks, que es la técnica relacionada al cuidado de la memoria familiar. Entonces ella siempre trabajó con la memoria, pero ahora se abrió a la naturaleza y la comunidad."Para mí, una prioridad del Malba era la compra de artistas textiles de Latinoamérica", señaló Verónica Rossi. Foto Fernando de la Orden

«Para mí, una prioridad del Malba era la compra de artistas textiles de Latinoamérica», señaló Verónica Rossi. Foto Fernando de la Orden

–¿Cómo se inscribe esta muestra en la agenda de un museo para el que las artistas mujeres vienen ocupando un lugar central?

–La muestra está muy en línea con la idea del museo de poner en foco la labor de muchas mujeres, una idea que instaló Agustín Pérez Rubio, que después el museo continuó, y que fue tan importante para todos los que trabajamos alrededor de él. Y también esta otra idea que nos dejó Gabriela Rangel de abrirnos a otros artistas de Latinoamérica, no quedarnos solo con lo nuestro.

Y si vamos a hacer muestras sobre textiles no podía faltar Perú. Para Ana Teresa también es muy importante, porque es su primera muestra individual en una institución. Estábamos trabajando con Marita García en la muestra de Yente y Del Prete que puede verse ahora en el segundo piso, y yo le comentaba a Marita que Yente era eximia en todas las técnicas de bordado.

Ahí pensamos en recuperar el arte textil de la mano de estas piezas tan icónicas de Yente. Porque no nos olvidemos que el MoMa, de esta artista compró justamente una pieza de arte textil.

–Volviendo a tu labor en los archivos: ¿es el gran legado del museo del siglo XX al del siglo XXI?

–Para mí, por la forma en que trabajo desde hace veinte años y de todos los archivos que atravesaron mi vida, no existe obra sin un archivo. Ya sea el de Remedios Varo o el de Ana Teresa Barboza cuyas obras integran registros. A mí me parece que el archivo es el aparato crítico de toda obra. Pero no necesariamente toda exhibición necesita su archivo. Sí es clave para comprender la obra de cualquier artista o escritor, porque ahí se nos revelan realmente artista y obra. Es indispensable.

–¿Hay una suerte de aura de obra que se desplazó hacia el archivo?

–Hay que ponerla en su lugar. Si bien yo soy una apasionada de los archivos no creo que tengan que tener más protagonismo que la obra. Entiendo que hubo un fulgor de archivo, pero creo que su lugar es la retaguardia. Es el trabajo por detrás: es sutil y esencial, pero no protagonista. Una muestra como esta habla de hacia dónde estamos yendo en ese terreno, hacia que el archivo, que fue protagonista durante varias décadas, encuentre su lugar en el rompecabezas. Creo que hay una evolución en ese sentido.

–¿Qué tienen en común la lógica del textil y la lógica de los archivos?

–El tiempo lento. Es el hilo conductor entre las dos disciplinas: en ambas tenés que tener mucha paciencia para no perderte ni en ningún punto ni en ningún documento. También, la necesidad de cercanía. El arte textil es más lindo tocarlo que verlo en una pantalla… y el archivo también.

El príncipe atrevido: una muestra celebra la osadía y el arte de Federico Klemm

Fuente: Clarin ~ “Telecristales y homoerotismo” es el primer episodio de la exhibición que reúne su legado artístico.

Tenía apenas 60 años cuando falleció el 27 de noviembre de 2002. En la Argentina de transición post 2001 se buscaban chivos expiatorios para explicar la salida abrupta de la convertibilidad, el fin de la ilusión, de la fiesta dorada.

En ese país bastante parecido al actual –la tapa del diario da cuenta de aumentos de tarifas por pedido del FMI y los conflictos en la interna del PJ– Klemm era mirado con recelo.

Él, que había surgido del Instituto Di Tella, que había heredado millones y que había puesto su fortuna al servicio del arte, que había llevado las artes visuales a la calentísima pantalla de televisión de los ‘90, ahora moría en el Hospital Alemán de la Ciudad de Buenos Aires con miradas de indiferencia.Federico Klemm, la obra es él mismo. Foto Lucía Merle

Federico Klemm, la obra es él mismo. Foto Lucía Merle

La crónica del día después contaba la preocupación de Valeria Fiterman por el futuro de la Fundación Klemm. El espacio había surgido en 1992 para albergar la colección propia de Klemm.

Hoy, 20 años después, esta sentada en el privado de la Fundación junto a su coequiper, Fernando Ezpeleta. Lejos de cerrar, el espacio se mantuvo activo, continuó con la realización del Premio Klemm, hizo muestras, expandió sus metros cuadrados e ideó nuevos guiones para su colección.

A dos décadas de la desaparición del artista, se inició un año de homenajes con la exposición Encantador de la noche, con obra del propio Klemm, que se dividirá en tres episodios curados por Feda Baeza, Guadalupe Chirotarrab, y Santiago Villanueva.

Hay foto-pinturas y foto-collages, se podría decir que son la especialidad de la faceta artista de Federico; objetos, documentos de archivo, los muebles que decoraban su casona en la calle French y obras de arte de su colección.

El primer episodio, el actual, Telecristales y homoerotismo, revisa la representación del cuerpo masculino en el compendio de obras escogidas. Cuerpos que fueron sexualizados, puestos a modo de deseo detrás de vitrinas o pensados para su adoración. Se camuflan entre mitos, relatos religiosos y un surrealismo que tras recorrer completa la fundación solo puede ser acompañado por el adjetivo klemmliano.Federico Klemm. A dos décadas de la desaparición de Federico se inició un año de homenajes con la exposición "Encantador de la noche", con obra del propio Klemm, que se dividirá en tres episodios. Foto Archivo Clarín

Federico Klemm. A dos décadas de la desaparición de Federico se inició un año de homenajes con la exposición «Encantador de la noche», con obra del propio Klemm, que se dividirá en tres episodios. Foto Archivo Clarín

Las obras fueron pintadas a mediados de los ‘90 y se distingue el estilo de época de esos cuerpos trabajados en el gimnasio con el único objetivo de ser deseados. Musculosos, con su cabellera larga y rubia; los hay también con cara aniñada, de pelo corto, como el joven Klemm que se paseaba por la manzana loca en la época del Di Tella.

A esos hombres los viste de curas, los coloca en escenas que recuerdan a la crucifixión de Cristo, los hace emerger de las aguas doradas entre lunas asombrosas.

Telecristales y homoerotismo es la primera entrega de tres. A mediados de año llegará El cisne en llamas donde los curadores harán foco en la relación entre amistad, intimidad e intercambio que mantuvo Klemm con la artista Mildred Burton.

Prometen piezas como un gran lienzo para techo pintado en conjunto, una serie de imágenes del departamento de Federico intervenidas por Burton o un retrato que Klemm hizo de ella.

Hacia fin de año llegará Opera madre donde se desandará la relación del artista tanto como con este género musical como con su madre. La ópera y sus imaginarios constituyen uno de los pilares del mundo Klemm; Federico intentó ser un cantante lírico, incorporó las prácticas de la ópera en sus performances, adoró a María Callas al punto de comprar el sillón que le había pertenecido en un remate tras su muerte; se obsesionó con el bailarín ruso Rudolf Nuréyev con quien se vinculará y, tras su muerte, también comprará objetos que le habían pertenecido.Una recorrida por la Fundación Klemm promete el encuentro con collages, pinturas y fotos. Foto Lucía Merle

Una recorrida por la Fundación Klemm promete el encuentro con collages, pinturas y fotos. Foto Lucía Merle

El año de homenajes tiene también un episodio extramuros que se puede visitar en Para vos Norma Mía, el espacio de Fernanda Laguna, en Villa Crespo. El Príncipe atrevido: Federico Klemm en Norma Mía nos presenta al artista en su juventud con un conjunto de estudios y ejercicios de formación que consistían en copias de artistas modernos. El título de la muestra lo ideó el mismo Federico cuando a los 13 años escribió una obra teatral que llevó ese nombre y que hoy se conserva en el archivo personal.

Klemm había nacido en Checoslovaquia e inmigrado a la Argentina con sus padres. Hijo de un industrial alemán con buenos negocios, a la muerte de sus progenitores fue el único heredero de esta pareja de la alta burguesía de Europa del Este. Volcó sus millones a la compra de obras, al mecenazgo y a celebrar el arte.

Con sus adquisiciones formó una colección exquisita de obras de artistas modernos y pop que envidia más de un museo y que se puede visitar con entrada libre: Joseph Beuys, Yves Klein, Jeff Koons, Andy Warhol, René Magritte, Marc Chagal, Man Ray, Christo, Pablo Picasso, Giorgio De Chirico, Roy Lichtenstein y lo más consagrado del arte argentino, desde Xul Solar hasta Marta Minujín.

Como parte también del homenaje Baeza, Chirotarrab, y Villanueva intervinieron la puesta de la exposición permanente, cuyo guion habían repensado tiempo atrás. A la colección de Federico se le incorporaron algunas obras ganadoras del Premio Klemm a lo largo de estos años.

Son artistas que en su momento estaban iniciando sus carreras y que hoy exhiben muestras individuales en los principales museos de Buenos Aires. Max Gómez Canle, Lucio Door, Laura Códega, Ad Minoliti, Elba Bairon, Ana Gallardo, algunos nombres que se sumaron.Colección inédita. Klemm volcó sus millones a la compra de obras, al mecenazgo y a celebrar el arte. Con sus adquisiciones formó una colección exquisita. Foto Lucía Merle

Colección inédita. Klemm volcó sus millones a la compra de obras, al mecenazgo y a celebrar el arte. Con sus adquisiciones formó una colección exquisita. Foto Lucía Merle

Los custodios del legado físico de Klemm son Fiterman y Ezpeleta. Trabajaron codo a codo con él por lo tanto también son los guardianes de los recuerdos.

Son quienes colaboran para identificar escenas, eventos y personas que aparecen en el extenso archivo que actualmente se encuentra en proceso de catalogación. Sentados en el privado de la fundación conversan con Clarín Cultura sobre este espacio que conocen desde su nacimiento.

En la mesa somos tres; a pocos metros la fotografía que Marcos López tomó de Federico donde asoma por detrás un cuadro de Antonio Berni se erige como el tercer invitado a este café. A 20 años de su muerte Federico esta más vivo que nunca, con una revalorización de su persona como gestor y artista tras quedar injustamente asociado con la frivolidad menemista. “Federico se murió hace 20 años y estamos acá reflexionando sobre la colección», comenta Ezpeleta. Y acota su compañera: “Todo con su plata, la tenía clarísimo”.

La fundación se sostiene gracias a un fideicomiso ciego que Klemm ideó en vida y que mes a mes deposita en las cuentas argentinas el dinero para sostener los gastos. Si algún día ese dinero se acaba, la indicación de Federico es que sus obras pasen a formar parte de museos nacionales.Estilo.

Estilo.

Esa promesa de donación hecha durante los ‘90, sumada a la masiva difusión de su figura y de su programa El banquete telemático – hoy en proceso de digitalización-, le valieron una plaqueta conmemorativa de Carlos Menem y el recelo del mundo del arte cuando la fiesta menemista acabó.

“Iba al programa de Tinelli, al de Mirtha Legrand, al de Maru Botana. Iba a donde lo invitaban, le parecía que todo era importante”, comentan los guardianes del legado Klemm. “Le decíamos: ‘¿Por qué no tenés cierto rigor en los espacios a dónde vas e intervenís con reportajes o performances como invitado?’. Señaló el televisor y dijo: ‘Todo lo que sale de ahí es lo mismo. Lo importante es el mensaje dicho donde sea en el contexto que sea’. Y Federico tenía un mensaje, ideas fuerza, que era lo que lo motivaban”.

¿Si estuviese vivo, qué estaría haciendo? “Si Federico estuviese vivo estaría todo el día en TikTok e Instagram”.

Ficha

Telecristales y homoerotismo, primer episodio de la exhibición Encantador de la Noche.
Dónde: Fundación Klemm, Marcelo T. de Alvear 626.
Cuándo: lunes a viernes de 11 a 19. Hasta fines de junio.
Entrada: gratis.

Con su mundo a Bs. As.

Fuente: Diario de Cuyo ~ Con dos series, el artista tendrá su primera muestra fuera de San Juan.

De raíces profundamente jachalleras, Iván Manrique trascenderá las fronteras para aterrizar en Buenos Aires y mostrar dos series sobre el paisaje sanjuanino en una muestra que se inaugurará el próximo jueves 23 en la Casa de San Juan en Buenos Aires, que quedará abierta hasta el 13 de julio. Bajo el nombre Archipiélagos de adobe-Vestigios de Ischigualasto, el autor exhibirá acrílicos con pincel y aerógrafo sobre lienzo, acuarelas y tintas sobre papel y dibujos sobre papel con tintas, acuarelas, grafismo, sepias y sanguinas.

El pintor descubrió su pasión en la infancia, en su Jáchal natal, donde vivió hasta los 11 años. «Me acuerdo que fue en la Escuela Normal Fray Justo donde vi al profesor Hugo Aguado haciendo un retrato gigante de San Martín con tinta y me dibujó un granadero en la carpeta, eso me produjo una explosión en la cabeza», evocó el padre de 4 hijos -Ivo, Tobías, Mara y Mía-, que incursionó en dibujo para continuar en murales con aerosoles, siendo parte del Proyecto Puentes en 2018; y profundizar en el lienzo, siempre con un concepto autóctono y tradicional, con aires de nostalgia.

Así, «Archipiélagos…» nació en antiguas postales de su pueblo tomando casonas de adobe, típicas de San José de Jáchal; el Molino de Huaco, compuertas de riego y postes de electricidad. 

«Cuando vi una casa demolida debido al paso del tiempo, sentí que algo se iba. De ahí, me nació la intención de arrancar casonas, elevarlas para universalizarlas ubicándolas en islas», sostuvo el creador que estudió Diseño Gráfico y también Artes Visuales en la UNSJ, carrera en la que se encuentra en las instancias finales de su tesis.

En tanto que en «Vestigios…», volcó sus impresiones del Parque de Ischigualasto, poniendo en valor fósiles, restos de construcciones, piedras con marcas de arriero y petroglifos de pueblos originarios, como parte de una ardua investigación. 

«La expectativa es muy grande. Es muy importante mostrar mi obra en la Casa de San Juan. Es mi primera salida fuera de la provincia y para los artistas emergentes esto es vital. Tengo mucha ansiedad», confesó quien, a lo largo de una década como artista visual, tuvo su primera exposición en 2020 en Galería Artify y en el presente trabaja «en bocetos para hacer grabados y en dibujos de figura humana de gran formato» con vistas a próximas metas.

Martín Ron convirtió canchas públicas de Buenos Aires en obras de arte

Fuente: Infobae ~ En el marco de una campaña de Fila Argentina para fomentar el deporte, el artista plástico intervino espacios urbanos dedicados al ejercicio físico.

Transformar las áreas deportivas y motivar a los vecinos a vivir una vida más saludable, amable y alegre. Ese es el objetivo de la nueva campaña de la marca de indumentaria y calzado deportivo Fila, que convocó al reconocido muralista Martín Ron para que intervenga con su arte espacios públicos de la Ciudad de Buenos Aires.

Los tres espacios urbanos que se transformaron fueron las canchas de street basket en Plaza Almagro y de la Plaza de la Unidad Latinoamericana, y un innovador circuito de training en esta última. Para el diseño de este espacio, Ron trabajó en conjunto con el profesor de educación física Lucas Martino, con el fin de que no sólo sea colorido y atractivo, sino que facilite la práctica de deporte y sirva para las personas entrenan solas o en grupos, sin la necesidad de contar con elementos.

Martín Ron y el Escuad-Ron, su equipo de trabajo, diseñando sus intervenciones para la campaña de Fila para promover el deporte y la vida sana (Crédito: Prensa Fila Argentina)Martín Ron y el Escuad-Ron, su equipo de trabajo, diseñando sus intervenciones para la campaña de Fila para promover el deporte y la vida sana (Crédito: Prensa Fila Argentina)

“La obra que realicé junto a Fila me llenó de satisfacción porque fue la primera vez que diseñé obras que se resignifican con su uso deportivo”, declaró el artista urbano. “Por un lado, el utilizar una cancha de básquet como soporte para la realización de un mural y que luego jóvenes jueguen sobre ella. Por el otro, diseñar un nuevo concepto de obra mural sobre un piso para que cualquier deportista pueda interpretar sus formas y apropiarse de la obra para hacer sus actividades”.

El proyecto es el puntapié inicial de un circuito urbano de intervenciones artísticas que se irán extendiendo a otros municipios. La ciudad y sus espacios públicos son cada vez más los lugares elegidos para entrenar y practicar deportes que no paran de sumar adeptos como el street basket o el running. Fila propone, a través del arte de Martin Ron y su Escuad-Ron, llenar de color y movimiento estos lugares y seguir convocando a las personas a llevar una vida saludable.

Martín Ron y equipo convirtieron la cancha de street basket de la Plaza Almagro en una obra de arte (Crédito: Prensa Fila Argentina)Martín Ron y equipo convirtieron la cancha de street basket de la Plaza Almagro en una obra de arte (Crédito: Prensa Fila Argentina)

“En conjunto con Fila y Martín Ron creamos algo nuevo y distinto en la Ciudad de Buenos Aires. Una combinación de movimiento al aire libre y arte. Un circuito compuesto por estaciones donde cada persona puede realizar diversos entrenamientos ya sea con su impronta o la de un entrenador personal”, declaró Lucas Martino, Profesor de Educación Física que colaboró con el diseño del circuito. “Estas estaciones ‘depoartísticas’ (así las bautizamos) brindaron una estética hermosa a una zona que estaba oscura y abandonada, y sumaron un nuevo espacio deportivo que antes no estabas delimitado, convirtiéndose en una herramienta más para los entrenadores personales que trabajan en la zona”.

El Escuad-Rón en acción: así transformaron las áreas deportivas de la ciudad (Crédito: Prensa Fila Argentina)El Escuad-Rón en acción: así transformaron las áreas deportivas de la ciudad (Crédito: Prensa Fila Argentina)

El proyecto es parte de la campaña “Change The Game”, que tiene como objetivo inspirar autenticidad, reconociendo y valorando a las personas y acciones que buscan romper los estándares establecidos para así expandir sus propios límites. Con eso en mente, Ron y su equipo de artistas urbanos crearon esta historia para incentivar a cambiar las reglas del juego.

“Fila es en su esencia una marca desafiante, que a lo largo de sus 110 años de historia se caracterizó por ser representada por personas excepcionales, que marcaron la diferencia en lo que hacían. En su honor es que creamos este proyecto regional, reforzando a través de acciones inspiradoras, que FILA es la marca que propone cambiar el juego,” resume Camila Rouco Oliva, responsable de comunicación de Fila Argentina.

El resultado final de la intervención de Martín Ron en la Plaza Almagro (Crédito: Prensa Fila Argentina)El resultado final de la intervención de Martín Ron en la Plaza Almagro (Crédito: Prensa Fila Argentina)

Como novedad, todo el proceso de este proyecto fue documentado, desde la idea en un boceto, los artistas involucrados, el antes de los spots elegidos y el proceso hasta llenarlos de vida y color. La intención es poder llegar a la mayor cantidad de personas para que conozcan estos nuevos lugares de la Ciudad, y que puedan disfrutarlos. Se puede ver en el canal de YouTube de Fila Argentina.