Fuente: Cronista ~ Más de 20 piezas originales en instalaciones site specific del diseñador catamarqueño que triunfa en Europa/Lo híbrido entre arte y diseño, entre arte y artesanía, entre lo artesanal y lo industrial, entre lo propio del norte de nuestro país y lo del sur/¿Por qué se convirtió en una de las exposiciones del año?/Un salón espejado con mates increíbles, la obra de los artesanos y de los artistas invitados/¿Hasta cuándo puede visitarse?
2 años de producción, 10 provincias, más de 30.000 kilómetros recorridos y un equipo de trabajo con alrededor de 30 personas. Territorio híbrido (hasta el 6 de marzo de 2022) es una muestra completa que da cuenta de nuestra identidad nacional a la vez que se inserta y dialoga con el diseño europeo.
¿Quién es Cristián Mohaded? Artista y diseñador catamarqueño que vive y trabaja entre Buenos Aires y Milán. Su obra además es reconocida en otras mecas del diseño, como París y Londres. Ciudad en la que participó, este año, de la Bienal de Diseño representando a nuestro país con Monte abierto, una serie de objetos realizados en simbol (planta silvestre de los Valles Calchaquíes de Catamarca.)
Su intención y objetivo en sus creaciones es dar cuenta del vasto imaginario creativo que compone nuestra cultura a la vez que resalta el valor de la artesanía y del artesano. «Al pensar Territorio híbrido lo que me motivaba es entender a la Argentina sin fronteras», comentaba en la inauguración. Mesas, sillas, alfombras, mates, lámparas, biombos, bibliotecas, candelabros son algunas de las pizas que se encuentran emplazadas dentro del Palacio Errázuriz Alvear. Todas organizadas – de la mano de Wustavo Quiroga, su curador -, en módulos temáticos: Campo de Torres, Especies Híbridas, Jardín de estrellas, El encuentro y Bitácora de Viaje.
«Al pensar Territorio híbrido lo que me motivaba es entender a la Argentina sin fronteras», comentó Mohaded. Mesas, sillas, alfombras, mates, lámparas, biombos, bibliotecas, candelabros son algunas de las pizas que se encuentran emplazadas dentro del Palacio Errázuriz Alvear…»
Cada espacio se compone de las instalaciones de la exposición, junto con elementos de la decoración original del Museo, creado en 1911, en estilo neoclásico francés. Esta relación se puede apreciar en el Grand Hall donde las esculturas de tamaños monumentales de Mohaded, toman por completo el espacio, recordándonos por su material y forma, los valles de su provincia natal. «Es interesante ver cómo el diseño argentino toma un Museo Nacional y dialoga con su patrimonio», decía emocionado Martín Marcos, director del MNAD.
Cristián crea piezas con resultado híbrido. Este concepto es la clave para recorrer la muestra que ocupa toda la planta baja del Museo. Lo híbrido entre arte y diseño, entre arte y artesanía, entre lo artesanal y lo industrial, entre lo propio del norte de nuestro país y lo del sur. Un claro ejemplo de esto son los sillones que forman parte de la instalación Especies híbridas ubicada en el Salón Comedor. Estos fueron creados a partir del mobiliario del hotel Llao Llao. Mohaded logra combinar este diseño patagónico con el trabajo propio de artesanos norteños. Otro cruce interesante, donde parecerían que las barreras desaparecen, es en las mesas de la misma sala. Realizadas en granito boreal -material que solo se encuentra en Córdoba-, donde se combina un proceso semi industrial y un acabado artesanal.
«Al pasear por el salón espejado, nos encontramos con un mate lleno de púas en metal, que simula un erizo de los hermanos Fernando y Humberto Campana, directo desde Brasil; con un mate casi volador, sostenido en el aire por las características cintas del -argentino, residente francés -, Pablo Reinoso; o la versión del italiano Roberto Sironi que se ocupó de investigar la cultura mapuche para luego traducirla a un mate…»
«El proyecto cruza la barrera entre lo artístico y el diseño. Espero que se empiece a contar nuevas historias y que empecemos a entender el valor que tenemos. Que corramos la mirada de ese pequeño objeto que vamos a comprar en una feria de artesanías y que le demos una segunda posibilidad», dice ilusionado mientras mira con emoción las alfombras con motivos que imitan los cortes de la rodocrosita, piedra nacional muy explotada al punto de llevarla casi a su desaparición, en la década de los 90.
Quiroga señalaba la importancia del trabajo de todas las personas que intervinieron en el proyecto. «Fue un trabajo en equipo con mucho esfuerzo y mucho amor.» El cuál Cristián se ocupó de liderar. No solo él trabajó en la creación de los diseños del mobiliario, piezas y objetos, sino que invitó a artistas y curadores extranjeros a participar. «Realizamos una curaduría colectiva – describía Mohaded -, para poner en la escena internacional la mirada argentina a la vez que logramos vernos desde otro lado, con ojos desde afuera.»
Las obras de los artistas invitados se encuentran en el Salón de Baile. Allí está emplazado El Encuentro, donde 5 vitrinas de vidrio se apropian del lugar y presentan 5 mates. Elemento base de nuestra identidad cultural que fue tomado e interpretado por grandes artistas de la escena.
«Lo híbrido entre arte y diseño, entre arte y artesanía, entre lo artesanal y lo industrial, entre lo propio del norte de nuestro país y lo del sur. Un claro ejemplo de esto son los sillones que forman parte de la instalación Especies híbridas ubicada en el Salón Comedor. Estos fueron creados a partir del mobiliario del hotel Llao Llao…»
Al pasear por el salón espejado, nos encontramos con un mate lleno de púas en metal, que simula un erizo de los hermanos Fernando y Humberto Campana, directo desde Brasil; con un mate casi volador, sostenido en el aire por las características cintas del -argentino, residente francés -, Pablo Reinoso; o la versión del italiano Roberto Sironi que se ocupó de investigar la cultura mapuche para luego traducirla a un mate. El producto de Celina Saubidet y María Molinelli – cabezas detrás de Cabinet Óseo -, hipnotiza por su esbeltez y brillo; así como las formas redondeadas del mate del propio Mohaded.
Pero no solo Cristián invitó a grandes personalidades a participar de Territorio híbrido, sino que les hizo un lugar a los artesanos, figuras generalmente olvidadas tras las artesanías. Ellos son los protagonistas de la última sala del recorrido. «Dentro de lo híbrido aparecen personas e historias que valen la pena contar», afirmaba el artista con lágrimas en los ojos al llegar a Bitácora de viaje. En ella se muestra el detrás de escena, se pueden ver los distintos materiales, las pruebas y errores que fueron surgiendo, los diferentes procesos creativos. Se pueden apreciar algunos de los más de 500 bocetos que el diseñador catamarqueño realizó y conocer a los artesanos detrás de las piezas expuestas. Hay una serie de pantallas que proyectan sus caras, presentan su trabajo, talleres y metodologías. «Dentro de cada una de estas piezas hay sueños y personas que dedican su vida a esto», decía con pasión.
Cristián Mohaded nos acerca al proceso de creación, nos involucra con nuestra identidad y nos hace parte. Territorios híbridos funciona como una invitación a conocernos.