Fuente: Clarín – Londres, 1944. En plena Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Brasil envió 25.000 soldados para unirse a las fuerzas aliadas, con lo que se convirtió en el único país de la región en combatir en ese conflicto (1939-1945), precisamente en Italia. Pero además, 70 artistas modernistas brasileños donaron 168 pinturas. Sus obas viajaron en barco para ser exhibidas y subastadas en instituciones del arte en el Reino Unido, entre ellas, la Royal Academy of Arts londinense: un gesto diplomático cultural y solidario sin precedentes que sirvió para afianzar los lazos afectivos entre ambas naciones y marcar la postura brasileña en contra del nazi-fascismo.El arte de la diplomacia, pelicula en el Malba. Fotos: Martín Bonetto.
La muestra pasó por 24 galerías públicas londinenses, recorrió ocho ciudades y fue visitada por más de 100.000 personas en el Reino Unido. Fue la más importante de la historia del arte moderno brasileño en el extranjero, al punto que la Reina Isabel II (1926-2022) pudo disfrutarla en una visita no oficial. Los medios se hicieron eco de este asunto debido a la repercusión que tuvo la exposición del modernismo brasileño en el suelo británico.
Rescatado del olvido
Pero, durante décadas, este singular episodio quedó en el olvido hasta que Hayle Gadelha, actual agregado cultural de la embajada de Brasil en la Argentina, reconstruyó esta historia, puso en valor la visión del modernismo a través del arte brasileño y la convirtió en una tesis de doctorado en Relaciones Internacionales para graduarse en el King’s College de Londres.
En 2018, también la embajada de Brasil en Londres recordó el suceso al cumplirse el 65 aniversario de la exhibición. Allí se encontraba el cineasta brasileño Zeca Brito, que quedó impactado por la historia. Primero, leyó la tesis de Gadelha (también curador de la muestra) y después decidió realizar el documental El arte de la diplomacia, cuyo estreno oficial ocurrió en el Festival Internacional de Cine Documental de Buenos Aires (FIDBA), en octubre de 2023.
El documental volvió a proyectarse por única vez el jueves pasado en el Malba, en Buenos Aires, en un encuentro que contó con la presencia de Julio Glinternick Bitell (embajador de Brasil en la Argentina), Hayle Gadelha, Zeca Brito y autoridades diplomáticas del país vecino.
Este film de 90 minutos resulta esencial para comprender la historia del modernismo del arte brasileño durante la Segunda Guerra y por qué existía tanto prejuicio en el establishment artístico británico.El documental se vio en el Malba, con la presencia de Julio Glinternick Bitell (embajador de Brasil en la Argentina), Hayle Gadelha, Zeca Brito. Fotos: Martín Bonetto.
Basado en la tesis de Hayle, propone investigar y descubrir los entresijos de esta historia diplomática y cultural en busca de nuevos significados para el arte brasileño de las primeras décadas del siglo pasado, cuya idea consistía en posicionar a Brasil en la escala internacional a través de sus creadores para elevar la imagen de su cultura en el exterior.
Los artistas brasileños querían demostrar su solidaridad frente a la guerra y a la vez presionar al gobierno brasileño a alinearse con los Aliados
“Los artistas brasileños querían demostrar su solidaridad frente a la guerra y a la vez presionar al gobierno brasileño a alinearse con los Aliados en la lucha contra el nazi-fascismo”, explicó Hayle Gadelha a Clarín Cultura.
Acerca de El arte de la diplomacia
El film es un encuentro entre el lenguaje escrito con el audiovisual. Contiene material artístico relevante de la época, con datos, historias y anécdotas de pintores brasileños como Augusto Rodrigues, José Moraes, Lasar Segall, Candido Portinari, Alfredo Volpi, Iberé Camargo y Lucy Citti Ferreira, entre otros.
Todos ellos donaron sus cuadros más representativos. También hay testimonios de profesores, maestros, historiadores, investigadores, curadores y críticos del arte británico y brasileño.
A través de una nutrida cantidad de entrevistas enlazadas con un minucioso proceso de investigación, el documental busca recopilar historias y conocer el destino de las pinturas.El arte de la diplomacia, pelicula en el Malba. Fotos: Martín Bonetto.
Una de ellas es la de Tarsila do Amaral, cuyo cuadro «Abaporu» se encuentra en la colección permanente del Malba. Según los especialistas, probablemente sea la obra más importante del arte moderno brasileño.
Pero El arte de la diplomacia rescata la historia de otra pintura de Tarsila, una obra que se perdió en las colecciones particulares, pero fue reencontrada después de muchos años. Algo parecido sucedió con 88 de las 168 pinturas donadas que más tarde fueron vendidas. Sobre otras, se desconoce su destino.
“La película busca el paradero de las imágenes. Algunas son conocidas debido al resguardo de las instituciones pero hubo muchas que se perdieron ya que están en manos de colecciones particulares. Este lugar del arte entre lo público y privado también es un tema de la película”, explica Brito.
El modernismo brasileño exhibía entonces vanguardismo y técnicas diversas. La diversidad y la capacidad de desmarcarse entre un pintor y otro es algo que los británicos no lograban entender.
“Los artistas brasileños podían cambiar de estilo. Es una característica de la antropofagia, que es incorporar la cultura que viene de afuera.
“Los artistas brasileños podían cambiar de estilo. Es una característica de la antropofagia, que es incorporar la cultura que viene de afuera y cambiar en algo autoral, único y desde adentro pero, al mismo tiempo, con varios estilos provenientes de las escuelas europeas”, detalló Brito.
Fuera de las expectativas
“Había una divergencia entre la expectativa de los británicos sobre lo que era el arte brasileño y lo que Brasil deseaba mostrar afuera. Por ejemplo: En ese momento, el Tate adquirió su primera obra brasileña, una obra que respondía mucho a los estereotipos de Brasil en aquel entonces. Mientras, los cuadros importantes como esta pintura de Tarsila do Amaral no encontraron compradores en aquel momento”, recordó Gadalha.
Según Brito, “la comunicación del arte cumple la función de llevar un pueblo al mundo, independientemente del gobierno de turno. Es algo muy importante para pensar las relaciones diplomáticas, incluso, las comerciales. Antes se llevaba la cultura, después, los negocios”.
En ese sentido, el modernismo brasileño en todas sus manifestaciones contribuye a resaltar los valores democráticos que acentúan su engranaje entre la cultura y la sociedad, como método para combatir sistemas antidemocráticos como el nazi-fascismo.El arte de la diplomacia, pelicula en el Malba. Fotos: Martín Bonetto.
En definitiva, “el arte es una manera muy efectiva de crear un ambiente favorable para las relaciones entre países desde el punto de vista económico, militar, comercial. Es una diplomacia que se hace -no entre gobiernos-, sino con una sociedad en el extranjero”, aseguró Gadelha.
“Humanismo contra la barbarie. La diplomacia puede y debe utilizar el arte como una transmisión de mensajes políticos que favorecen mucho al ambiente de las relaciones sanas, duraderas, políticas, comerciales, militares o económicas, siendo el arte la manera más fácil, efectiva y afectiva de alcanzar al otro en el extranjero entre un gobierno de una sociedad y otra”, concluyó.