Carlos Montani: el agua como una de las bellas artes

Fuente: Ámbito – El próximo viernes, la monumental obra del artista, «Aqua Planetae», cumple 12 años. Se trata de una instalación «in progress» donde coinciden más de 1900 botellitas provenientes de los más distintos lugares del mundo.

El próximo viernes, 22 de marzo, día mundial del agua, la obra “Aqua Planetae” del artista Carlos Montani celebra su 12° aniversario. La original instalación se compone por botellas con aguas que fueron extraídas de las más distintas partes del mundo por personas de los más diversos ámbitos.

La instalación consta de una estructura modular que puede ir creciendo indefinidamente. Posee efecto lumínico que imita las ondas del agua y sobre este soporte se exponen las muestras previamente envasadas en frascos esterilizados, sellados y rotulados con el lugar, la fecha y el nombre de la persona que donó el agua. Dialogamos con él:

Periodista: “Aqua Planetae” no tiene un lugar fijo de residencia.

Carlos Montani: No. Esta es una obra itinerante. El año pasado estuvo expuesta en la Casa de la Cultura, en Avenida de Mayo, y en los próximos días podremos informar en qué lugar podrá ser visitada este año. El 22 de marzo, que es el día internacional del agua, cumple 12 años. Desde su creación, estuvo en Paraguay, en Brasil, en Estados Unidos, en Ginebra, en el Vaticano.

P.: ¿Cómo fue el germen de la idea?

C. M.: Muy diverso. Fue una sumatoria de cosas que, en un momento dado, encuentran un catalizador que las une y concreta. Mi primera experiencia con el agua fue a los cinco años, en el Chaco. Mi padre tenía un campo allí, había hecho un par de molinos, había puesto una especie de tanque australiano para las vacas, y entonces, cuando empezó a salir el agua de uno de los molinos, la cara que puso el hijo del encargado, que tenía mi misma edad, todavía la recuerdo. Nunca había visto esa cantidad de agua cristalina brotando de un caño.

P.: El asombro inicial como punto de partida.

C. M.: Exacto. Muchos años después, ya como ingeniero mecánico, yo trabajé en una empresa que tenía mucha conciencia ambiental. Cuando me fui de allí sentí que, al seguir trabajando con agua, me faltaba la pata social, de responsabilidad, y fue entonces cuando decidí utilizar el arte, que ya venía practicando, como una herramienta para comunicar lo social. De modo que la conjunción de arte y ambientalismo era la mejor vía para potenciar el esfuerzo.

P.: ¿Cuál fue su primera obra como artista?

C.M.: “Boya hídrica”, que es un piso donde uno va caminando y aparecen los consumos de agua que cada producto tiene, y después desaparece porque es un piso como de gel. Ya desde ese momento tenía pensado hacer una colección de aguas del mundo, que tuvieran identificados el lugar, la fecha y hasta la persona que la cedió para esa colección. Todo eso junto resume una historia, compuesta por muchísimas historias. Quería organizar eso y fue cuando me contactó una persona de la empresa donde trabajaba, que tenían un proyecto llamado Hydros, y necesitaban embajadores en toda América Latina. Así se unieron las dos cosas: el proyecto de ellos y el mío, porque cada embajador tendría su botellita de agua, a las que se sumarían otras y otras.

P.: Las primeras botellitas.

C. M.: Sí, fue el 22 de marzo de 2012, y arrancamos con 300 botellitas.

P.: Y ahora llegó a 1912.

C.M.: De 72 países, de todos los continentes. Empezamos con organizaciones, luego con eventos, y con botellitas más exclusivas en algunos casos.

P.: Entregadas por celebrities, porque vi que entre los donantes aparecen Marta Minujín, Julio Bocca, Joan Manuel Serrat, Patricia Sosa, Elena Roger, Mirtha Legrand, Facundo Arana, Carola Reyna, Boy Olmi, Nicolás Pauls y hasta el Papa Francisco.

C. M: Bueno, sí, pero curiosamente eso es lo que menos llama la atención del visitante. Y eso lo aprendí mucho con los colegios. Lo que más les interesaba era la procedencia del agua y no quién la cedió. En las etiquetas que lleva cada botella el nombre más grande es la persona que la entregó, pero todos se fijaban de dónde venía. Eso me llevó a otro paso que tuvo la obra, y es el mapa con todas las botellitas geolocalizadas.

P.: Y cada una tiene su historia.

C. M.: Sí, algunas las conozco, otras no. La del Papa Francisco representó toda una movida, porque primero instalamos la obra en el Vaticano, después extrajimos el agua de la fuente que está frente a Santa Marta, que es su lugar de residencia, le dimos luego la botellita y él nos la cedió a su vez. Pero no es el único caso tan personalizado, hay cientos de historias, por eso la obra es casi como una estructura literaria a través del agua.

P.: ¿Qué dimensiones tiene y cómo se la expone?

C.M.: Tiene dos metros de alto y casi siete metros de ancho ya, y sigue creciendo. A mí me gusta retroiluminarla, ponerla en lugares oscuros para que sea la misma luz, a través del agua, la que atraiga.

P.: ¿Hay distinta coloración o todas las aguas tienen el mismo tono?

C.M.: Hay algunas que son un tanto distintas, pero todas son aguas potables. Y esto es interesante: una persona me entregó agua de un arroyo de Colombia, y la botella estaba marrón. En primer lugar, yo se la rechacé, pero por la noche decantó toda la tierra y a la mañana estaba límpida, con la tierra en el fondo. Él me explicó que es el agua que los pobladores de esa región toman porque no tienen ningún sistema para filtrarla. Y están sanos. En la instalación, yo le dí una iluminación especial, para evidenciar el movimiento de las sustancias.

P.: La semana pasada, con las lluvias que hubo, el agua se convirtió en muchas zonas del país en una enemiga.

C.M.: El agua puede serlo, claro que sí. En Cedar Rapids, Ohio, Estados Unidos, donde una vez la crecida del río se llevó medio centro histórico, se hace todos los años un evento conmemorativo. Yo envié en 2013, un año después de la creación de la obra, una reproducción en escala para sumarme a ese recuerdo. Fue la primera participación internacional de Aqua Planetae. Pero recordemos que, en muchos casos, la irresponsabilidad ecológica del hombre produce efectos no deseados.

P.: Y esta es una “obra inacabada”, como diría Umberto Eco.

C.M.: Exacto, una Work in Progress. Estamos abiertos a todas las aguas que faltan del mundo.

2 thoughts on “Carlos Montani: el agua como una de las bellas artes”

  1. Que propuesta innovadora que multiplica esfuerzos, convoca a la concientización del uso y cuidado de nuestros recursos naturales.Sumado a la experiencia escolar que la visite!!! Felicitaciones!!!Hace unos años partícipes en una intervención en las márgenes del rio de Unquillo , éramos variasss s artistas cada uno con su propuesta sobre El Agua, pero ahora la imagino enormee!!!.

  2. Que propuesta innovadora que multiplica esfuerzos, convoca a la concientización del uso y cuidado de nuestros recursos naturales.Sumado a la experiencia escolar que la visite!!! Felicitaciones!!!Hace unos años partícipes en una intervención en las márgenes del rio de Unquillo , éramos un grupo de artistas cada uno con su propuesta sobre El Agua, pero ahora la imagino enormee!!!.

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