»Luva» Luvatti y su clave para vivir del arte (cuánto vale y cuánto cuesta un “buen” mural)

Fuente: InfoNegocios ~ Una de las artistas más reconocidas de Córdoba se profundiza en la precarización del rubro, el plus de las redes sociales y las trabas a la hora de dedicarse full-time a esta profesión. »Es un trabajo difícil porque mucha gente no lo ve como tal, sino como »amor al arte», explica.

Pasaron cuatro años de una cirugía millonaria que le salvó la vida y »Luva» está más fuerte que nunca. Daniela Luvatti, recuperada de un tumor pontocerebeloso, hoy es una de las artistas plásticas urbanas más reconocidas de la provincia de Córdoba y, en una charla con InfoNegocios, explicó cuáles son las claves, los plus y las trabas a la hora de vivir del arte. 

IN: ¿Cómo decidiste lanzarte en el mundo del arte? Imagino trabas y opiniones ajenas de toda índole…

LL: »Vengo de una familia de artistas: tengo abuelo pintor y arquitecto, mi papá técnico constructor y cerca de la música, mi hermana que es fotógrafa, mi mamá que escribe… Estoy en un núcleo familiar muy artístico y eso hizo que desde chica me sea accesible el rubro del arte y que pueda hacerlo extracurricularmente en la escuela. Desde niña hice talleres de manera autodidacta, pero fue mientras estudiaba psicología que me surgió el interés por el arte plástico. Hice algunas materias de la carrera de Artes Visuales de la escuela provincial pero la mayor parte del acercamiento que tuve fue como autodidacta».

»Mucha gente por supuesto que me dijo que era muy difícil dedicarse a esto; mis padres siempre me apoyaron, pero conocidos y amigos que estudiaban carreras con un rédito económico distinto al mío me decían: »Che, fijate si estás segura» o cuando les decía que me dedicaba a pintar me respondían: »Bueno, ¿pero a qué más te dedicás?». A mí nunca me preocupó el rédito, no me lo imaginaba como un recurso para ganarme la vida sino el de explorar y crear. El foco estaba puesto en la inquietud interna. En el principio no lo vi como un negocio, y siento que no lo es, pero con los años y la experiencia pude dedicarme y lanzarme, con miedos e inseguridades, a dedicarme full-time a esto».

IN: ¿Sentís que sos referente de un rubro muy específico y últimamente más demandado en el ámbito privado? 

LL: »No sé si soy un referente, pero sé que mi trabajo es reconocido en la ciudad y estoy agradecida por el apoyo que se me brinda. Creo que el arte mural está en un momento de auge, que hay muchísimo más interés por las disciplinas artísticas en general. Creo que la pandemia hizo que entendiéramos el valor que tiene la profesión del artista y que nuestro trabajo se empiece a visualizar un poco más».

IN: ¿Cómo viviste el episodio viral en torno a tu cirugía? ¿Qué cambios notaste a nivel profesional?

LL: »Yo ya trabajaba y vivía del arte cuando sucedió lo del tumor. Mi cirugía fue millonaria y yo no podía pagarla por obvias razones. Hice una publicación pidiendo un poco de ayuda a mis amigos, se hizo viral y muchísima gente colaboró. Lo cuento y no puedo creer que me pasó a mí porque gente que no me conoció aportó lo suyo. La red se tejió a través de artistas que se pusieron la 10, que tocaron en eventos a beneficio, que pusieron entradas a la venta que iban directamente para la cirugía, etc.».

»Mi historia no tenía nada de diferente con otras historias, pero sí tenía como agregado que era una artista con contactos con otros artistas. Fue muy impresionante. Gracias al apoyo de toda esa gente pude pagar esa cirugía en Buenos Aires, tuve dos años muy intensos de rehabilitación y ahora no puedo trabajar tanto en altura porque soy hipoacúsica. Pero actualmente trabajo con Hernán, que es mi asistente, y es una persona muy responsable, prolijo, fantástico. Me encanta laburar con él. También me estoy dando un poco más de libertades como elegir un trabajo que no quiero hacer porque no estoy cómoda o las condiciones de seguridad no están cómodas porque ya no soy la misma».

IN: ¿Las redes sociales son una herramienta fundamental para impulsar el sector cultural?

LL: »Las redes sociales son una herramienta maravillosa para mostrar lo que hacemos. Todo el mundo puede subir gratis el laburo que hace y la gente puede encontrarlo mucho más fácil. Los portfolios digitales brindan un mayor alcance y es una virtud, pero también demandan mucho trabajo. Quizás la gente ve la foto en Instagram y no sabe que esa foto, trabajo o animación tiene muchísimas horas de esfuerzo y que tener un portfolio o activas las redes sociales demora mucho tiempo, ya que es sólo un medio de comunicación y no pasa por ahí el rédito económico netamente».

IN: ¿En qué situación económica se encuentra el trabajo del artista en la actualidad?

LL: »El trabajo del artista urbano está bastante precarizado. No hay un gremio ni una asociación. Ahora hay un grupo de independientes que se está juntando por provincias, conversando un poco sobre esta falta de regularización. Y la comunidad artística del arte urbano se agrupó de alguna manera para armar un tarifario al cual nos tratamos de adaptar, que se puede ver en la cuenta de Instagram tarifariomuralarg. Está bastante interesante porque se va renovando con el correr del tiempo y el ajuste de la moneda. Es un trabajo difícil porque mucha gente no lo ve como trabajo, sino como »amor al arte». Organizarse y hablar con otros artistas es muy importante para saber cómo se cobran los trabajos, cuál es la demanda y hacerse valer».

»Nosotros no vendemos un producto, vendemos una obra de arte de muchísima preparación. Hay un montón de quién soy, del camino que hice como ser humano y es muy loco darle un valor económico a eso. Más allá de que es un trabajo, creo que lo más difícil para el artista que recién arranca es cómo cobrarlo porque estoy poniendo un montón de mí en esto».

IN: ¿En qué sectores de Carlos Paz se ven hoy tus principales obras?

LL: »Muchos clientes del sector privado piden mis trabajos para decorar sus locales como Cande Pastelería, Todo Pan, Roxana Frigerio, LIV, porque les gusta mi trabajo, lo que hago. Me da mucho placer diseñar o pensar el arte en el urbanismo, el interiorismo y la arquitectura».

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