Fuente: 0223 ~ Licenciada de Bellas Artes e Historia del Arte, con una especialización en restauración de obra estudios que realizó en España, Natalia Minuchín fue la encargada de restaurar los dos grandes murales de Juan Carlos Castagnino en el exCine San Martín y el Mural Fundacional de Mar del Plata.
Miles de mujeres quedaron inmortalizadas a través de las diferentes expresiones artísticas. Con el paso de los años, se le dio a la mujer un lugar como productora de obra, aunque solo podía expresarse en “temas para mujeres” -naturalezas muertas y escenas domésticas- y, de a poco se les permitió abordar rubros que en otra época era totalmente impensado. Si pensar en producir obra en igualdad de condiciones temáticas era considerado un acto de rebeldía; trabajar como aprendiz restaurando grandes obras clásicas, era literalmente una locura.
La tarea de restauración estaba dedicada exclusivamente al universo masculino y, hasta la fecha es poco común encontrar mujeres que se dediquen a rescatar obras clásicas y devolverles su esplendor. En Mar del Plata una de ellas es Natalia Minuchín, quien durante el último año tuvo a su cargo los proyectos de restauración de los murales «Despedida de Uspallata» y «Homenaje al libertador» del maestro Juan Carlos Castagnino (1908-1972) y el Mural fundacional de Mar del Plata de Fausto Eliseo Coppini. Las tres obras, de grandes dimensiones, hicieron que el nombre de la restauradora comenzara a ser familiar para los marplatenses.
«Siempre supe que quería ser restauradora», cuenta a 0223. Minuchin es responsable del Taller de Restauración del Museo Castagnino, Licenciada de Bellas Artes e Historia del Arte, con una especialización en restauración de obra estudios que realizó en España, donde vivió casi una década y trabajó como aprendiz en la restauración de obras en palacetes ibéricos.
Según explica la artista, lo que le interesó de la restauración fue el trabajo del detalle de recuperar las obras de arte «que quedan como testimonio de una época» y remarca que tanto su trabajo como el de sus colegas permiten recuperar la memoria del arte. «La conservación es una gran responsabilidad y el proceso al momento de restaurar un cuadro lleva varios pasos», precisa. En todos los casos, para empezar, la mujer que desde que comenzó a trabajar en el Museo Castagnino intervino y restauró obras de diversos artistas, realiza una investigación alrededor de la obra en la cual va a trabajar.
«Cada restauración lleva un proceso de investigación histórico en un principio y también una investigación química, porque dentro de la restauración tratamos de no intervenir demasiado las obras», explica y se esfuerza por no caer en tecnicismos.
De acuerdo a las estadísticas oficiales, las matrículas de las escuelas de arte de Mar del Plata están integradas en su mayoría por mujeres. Sin embargo, son las que en menor escala llegan a hacerse un nombre entre los artistas plásticos de la ciudad. La mayoría de las egresadas se dedican a la docencia y tienen a la pintura como una expresión artística que toman como hobbie. En esta línea, Minuchin reconoce que para «hacerse un nombre» en Mar del Plata tuvo que transitar un camino más largo. «No digo que me cerraron puertas por ser mujer o por haber estado en el exterior casi una década, pero me costó mas que me conozcan y poder empezar a trabajar de manera continua. Fue un camino más largo», resume.
Pero ese largo recorrido le permitió ingresar al Museo de Arte Castagnino y ser convocada para dirigir la restauración de los murales «Despedida de Uspallata» y «Homenaje al Libertador», las dos obras ad frescum de grandes dimensiones realizadas en el interior del excine San Martín. «Esos murales estaban muy deteriorados. Junto a María Bruzzone y Juan Pablo Corti trabajamos en la protección y apuntalamiento en una primera etapa y después en la restauración estética, propiamente dicha», recuerda sobre los murales que sobrevivieron al incendio de 2021.
«Mar del Plata 1861-1873”, es un es un óleo sobre yeso de 4,20 por 1,65 metros realizado con la perspectiva vuelo de pájaro y refiere a un retrato visual del entonces Puerto Laguna de Los Padres y del Saladero. «Es es el primer mural histórico de la ciudad y refleja los orígenes. Por eso la importancia como fuente documental y artística”, explica.
Desde que volvió a Mar del Plata, Minuchín estuvo encargada de restaurar no solo las obras mencionadas, sino también la ora completa del Museo Castagnino y piezas que le encargaron de manera particular. «Cada obra que llega es diferente y nos permite acercarnos un poco a la historia» cierra.