Fuente: TN – Agostina Mauro fue convocada por una empresa para exponer dos obras que incluyen los retratos de Lionel Messi, Diego Maradona y Mario Alberto Kempes. La historia de la mujer que descubrió el arte en su peor tragedia.
En el marco de los Juegos Olímpicos que se llevan a cabo en París, una artista nacida en la localidad bonaerense de San Vicente fue convocada por una empresa para exponer sus obras en la Embajada Argentina en Francia. Se trata de Agostina Mauro, quien antes del Mundial de Qatar le regaló uno de sus cuadros a Lionel Messi.
La mujer de 29 años recibió la propuesta de ser parte de una muestra que durará hasta el 22 de agosto y que tendrá un retrato de la capitán de la Selección argentina junto a otra obra en la que la artista unió al propio Messi con Diego Maradona y Mario Alberto Kempes.
“Messi está en el centro porque él ocupa la centralidad de nuestra atención. Kempes y Maradona conforman junto a él el Olimpo de los Dioses, así se llama la obra, porque son parte de la historia argentina al ganar los primeros dos mundiales”, contó Agostina a TN.
En 2020, Agostina sorprendió con un enorme mural dedicado a los y las trabajadores esenciales que murieron a causa del COVID-19. El trabajo sobre el puente ubicado en Ruta 6 y 210 (San Vicente), llamado “Héroes de la pandemia”, le dio un salto inesperado a su carrera.
Tras aquel suceso, la cantidad de seguidores en sus redes sociales creció exponencialmente y sus pinturas comenzaron a viralizarse. Se incrementó la lista de pedidos y también su imaginación para ir más allá. “Esta pintura, particularmente, tuvo un tratamiento de ‘superhombres’. Es por eso que poseen capas y el dorado está presente junto a la bandera de nuestro país de fondo”, indicó.
“En cuanto a la obra de Messi: se llama ‘Coronado de Gloria’ y hace referencia a un fragmento del himno, en donde justamente Messi tiene una corona dorada de laureles”, agregó Agostina.
La artista reveló que comenzó a pintar las obras hace aproximadamente tres meses: “Trabajé los cuadros bastante rápido, porque son obras que llevan mucho tiempo. Todas las que hago, al estar trabajadas de forma hiperrealista, llevan mucha dedicación. Estas las hice en tiempo récord”, sostuvo.
En una entrevista que Agostina le brindó a TN en noviembre de 2022 relató la tragedia que le tocó vivir cuando era pequeña con la muerte de su papá: “Era dueño de una fábrica en San Vicente, a una cuadra de mi casa. Un día le entraron a robar y lo asesinaron. Yo tenía cuatro años. Fue lo más duro que nos tocó vivir, y creo que a partir de eso empecé a dibujar por necesidad”, explicó en aquel entonces.
Agostina manifestó que encontró en sus dibujos y pinturas la forma de expresar y canalizar el dolor: lo que no podía manifestar con el habla lo hacía a través de sus imágenes. “Pintaba rostros, eran obras muy tristes. Yo tenía 11 años y estaba obsesionada con eso. Me pasaba horas pintando”, dijo en aquel entonces.
Cuánto cuestan las obras que expone en París
En cuanto a su presentación en París, la artista precisó que recibió la invitación de los aéreos, la estadía y los viáticos durante el tiempo que permanezca en la capital francesa. Si bien Cancillería se ocupó de trasladar sus obras, la empresa que la contrató, Guardian of the Ball (GOB), se hace cargo de todos sus gastos.
“Por lo general lo que más hago son retratos y figuras humanas. Me especializo en eso. La verdad es que tengo muchos pedidos en este momento, estoy tomando trabajos recién para noviembre o diciembre de este año. Antes tengo todo ocupado”, indicó.
En cuanto a los valores de los cuadros, Agostina detalló que cada uno cuesta 5500 euros: “Fueron creados bajo una técnica mixta, en donde predomina el óleo sobre lino. Después tiene un agregado de un dorado muy particular que justamente es el color oficial de los Juegos Olímpicos. Es un agregado de lámina de oro”, destacó Agostina.
“Uno de los más caros que vendí está referido justamente a Messi. Son obras que superan los 10.000 dólares”, recordó Agostina, que detalló que las obras tienen un precio específico y que no es común que quien quiera adquirir una abra una negociación por el valor.
“La verdad es que a mí mucho no me gusta eso (que me pidan rebaja) porque sé lo que vale mi trabajo y sé que me lo gané también, entonces es un poco complejo. A veces si el otro no lo entiende es difícil. De todas maneras creo que el que por ahí va a comprar un cuadro es difícil que pide una rebaja, la verdad que no me sucede. Se trata con un público específico que posee un cierto poder adquisitivo para querer encargar arte”, explicó Agostina.
Visita al papa Francisco en el Vaticano
En 2017, la artista visitó Roma y dejó una carta en la urna de la plaza San Pedro expresando su deseo de conocer al Papa y obsequiarle un trabajo suyo, relacionado a la temática de La Piedad. Su carta fue correspondida y en 2018 fue parte de una audiencia pública en la que hizo emocionar al Sumo Pontífice.“Me dijo que era una gran artista, estaba muy contento”, contó.
“En aquel viaje me enamoré de Italia y siempre pensé en irme a vivir allá, por eso estoy haciendo la ciudadanía. Aunque me va muy bien acá y no me quiero ir ya. Yo agradezco todo el tiempo poder dedicarme a esto, que no es algo fácil, pero mi sueño es viajar y pintar. Que mi trabajo me abra puertas para seguir pintando”, confesó.
“Me decían que me iba a morir de hambre”
Cuando era pequeña, su mamá advirtió su talento y la anotó en un taller de Alejandro Korn para que perfeccionara su técnica. “Ahí descubrí la verdadera pintura y me enamoré por completo. Me llamaban para exponer mis trabajos en el municipio de San Vicente, en la Casa de la Provincia, en museos. Así fue toda la secundaria, aunque cuando comencé a hacerlo profesionalmente me decían que me iba a morir de hambre”, agregó.
Si bien su familia apoyaba la idea de que persiguiera su sueño, también dudaba de que el futuro le brindara una oportunidad de progreso. “Llegó a afectarme. Me anoté para estudiar Bellas Artes en La Plata. Apuntaba ser docente en una escuela, aunque a los 16 ya daba clases en el ámbito privado”, sostuvo Agostina.
Tras culminar la carrera, comenzó a darse cuenta de que sus obras trascendían más allá de sus aspiraciones y que los encargos no paraban de llegar. Claro que para eso debió viajar con ellas en el tren, visitar galerías en Buenos Aires y sumar kilómetros de errores y equivocaciones.
“Hoy agradezco todo eso porque me sirvió de experiencia. Siento que me equivoqué mucho porque hubiese sido mejor enfocarme en mis redes sociales y crecer por ahí. Me pasaba de llegar a lugares y darme cuenta de que los eventos no buscaban difundir los trabajos sino lucrar con los artistas”, completó.