De Mar del Plata al cosmos: una muestra de arte se mete con la industria del turismo

Fuente: Clarín ~ Quienes vayan a “La Feliz” podrán ver obras que piensan qué tienen que ver los viajes con la emergencia climática, la política y la economía. Gratis.

¿Qué expectativas ponemos en juego cuando intentamos un destino vacacional? ¿Cuál es el motor de la curiosidad humana para aspirar salir de la tierra al espacio? ¿Cómo funcionan los sistemas que nos permiten llegar a concretar un viaje, real o imaginario?

Algo de estas cuestiones se abordan en la muestra Destino. Del balneario al cosmos, que exhibe el MAR (Museo de Arte Contemporáneo de la Provincia de Buenos Aires), una propuesta pensada especialmente para la ciudad de Mar del Plata por BIENALSUR y que se transforma en el Km: 383 de esta edición del gran proyecto iniciado por la UNTREF hace unos años. Y que cuenta con el auspicio de revista Ñ.

Se trata una exhibición colectiva curada por Leandro Martínez Depietri y Florencia Qualina que invita a reflexionar sobre los modos de habitar el territorio concebido como foráneo, imaginar futuros más sustentables y enriquecedores para una importante vía de intercambio cultural y de ampliación del mundo como es el turismo, actualmente condicionado por la pandemia.Del Museo Petorutti. Con obras de Roberto Viola, Miguel Burgoa Videla y Augusto Longo. Foto: Prensa

Del Museo Petorutti. Con obras de Roberto Viola, Miguel Burgoa Videla y Augusto Longo. Foto: Prensa

Al interesante recorrido de artistas extranjeros provenientes de países como Dinamarca, Rusia, Finlandia o Chile, se suman artistas locales que trabajan en la ciudad balnearia más importante del país confrontados con otras visiones de épocas muy distintas a la nuestra, con obras de artistas consagrados y fallecidos como Gyula Kosice, Raquel Forner, Roberto Aizenberg, Aldo Paparella y un grupo de artistas de los 40 y 50, que tomaron la idea del ocio como de lo exótico de otros destinos.

La posibilidad de visitar como turistas ciertas zonas de desastres nucleares como Chernóbil (Rusia 1986) o Fukuyima (Japón 2011) tienen presencia en las fotos de la dupla del finlandés Inka y el sueco Niclas, una ventana que nos acerca un grupo de humanos observando un espacio casi sin atracciones en Watching Humans Watching de 2018.

Por el contrario, la joven artista rusa Mariia Fedorova instala en un pie de atril, una tablet donde se pueden ver algunas imágenes borrosas de Fukuyima, mientras dos altavoces vintage permiten escuchar la voz del guía narrando lo que se puede ver.

Un celular instalado debajo que conecta en tiempo real con una ONG que monitorea la vida silvestre reorganizándose, en una curiosa obra denominada Nightingale singing from Fukuyima radioactive forest (Ruiseñor cantando desde el bosque radiactivo de Fukushima).

Una enorme construcción modulada como un castillo de arena de 9 x 9 metros ocupa la Sala 1: se trata de una obra efímera producida con una mezcla de arena y cemento blanco que el artista dinamarqués Adam Jeppensenconstruyó in situ.   En primer plano, Mariia Fedorova "Nigthingale singing from Fukuyima radioactive forest".  Foto: Prensa

En primer plano, Mariia Fedorova «Nigthingale singing from Fukuyima radioactive forest». Foto: Prensa

The Great Filler es una obra pensada bajo una afirmación que el artista hace sobre el mundo contemporáneo: ‘nada es permanente’.

Mientras el artista chileno Gianfranco Foschino despliega en seis televisores un viaje en tren rápido de Japón en Skinkasen.

Sobre otra pared, se agrupan una serie de miradas de otros tiempos, con obras de Francisco Vechioli con Interior mallorquín, Miguel Burgos Videla con Botánico de Río de Janeiro o Emilio Coutaret con Ráfagas de verano y Marina, todas del acervo del Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti.

Viejos registros familiares de vacaciones editados y algunos relatos de lugares comunes al mundo playero completan la primera sala.

Como parte de esta muestra colectiva, pueden verse viejos registros familiares de vacaciones editados.

En la Sala 2, es posible entrar en una dimensión completamente distinta. Un astronauta conectado a una aspiradora sobrevuela sobre un cielo pintado de negro en la instalación de la dupla Pipisherman In the space, de 2011.

Al costado una construcción que parece parte de una escenografía de ciencia ficción, puede atravesarse y sentir que estamos siendo parte de un film del estilo: se trata de la obra construida en base a planos que mandó el artista alemán Stefan Eichhor, I went on board in a evil hour again the 15th of september (Subí a bordo en una mala hora, otra vez el 15 de septiembre).

Cerca, los argentinos Julieta Tarraubella y Pablo Lozano montan una ficción: un viaje a Marte en News from Mars.La instalación del danés Adam Jeppersen, con “The Great Filler”. Detrás, Inka & Niclas, “Watching Humans Watching”. / Foto: Prensa

La instalación del danés Adam Jeppersen, con “The Great Filler”. Detrás, Inka & Niclas, “Watching Humans Watching”. / Foto: Prensa

El impacto de la carrera espacial de la década del 60 reúne una serie de obras poco vistas de Raquel Forner (1902-1988) del acervo de la Fundación Forner-Bigatti. Son de mediano formato y llevan títulos sugerentes como Terráqueos víctimas o Astronauta en problemas.

Hacen contrapunto con otro gran artista como Gyula Kosice (1924-2016) quien no sólo introdujo líquido en movimiento en sus esculturas, sino que trabajó proyectando su sueño de una ciudad aeroespacial de la que puede verse la bella maqueta proveniente del Museo Kosice.

El mismo extrañamiento de algo desconocido en dos figuras que están hechas de restos: bellas piernas de mujer con un bloque edilicio como tronco y cabeza en la obra de Roberto Aizenberg (1928-1996) y otra de Aldo Paparella (1920-1977), cuya corporalidad está abierta como un precario robot.

Una gran instalación que invita a recorrerla como a un laberinto, montada con paneles traslúcidos de cuatro metros de alto, indica un posible desencanto con el resultado, es la obra de Marcos Calvari, Promenade II.

En el final de recorrida Como es arriba es debajo de Miguel Harte, una de sus obras hechas en moldes de resina cubiertos de pintura industrial brillante junto a una gran pieza del mismo autor que confiere otro sentido a esta colectiva pues se trata de Maternidad un raro espécimen que parece volver la mirada al principio de toda vida. Un amplio paseo por territorios reales y simbólicos que pueden verse hasta marzo de 2022 en el gran museo de Mar del Plata.

Ficha

Título: Destino. Del balneario al cosmos

Lugar: Museo MAR, Av. Félix U. Camet & López de Gomara, Mar del Plata Horario: sábados y domingos de 14 a 19.30 Fecha: hasta el 6 de marzo 2022

Entrada: gratuita

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