Bellas Artes adquirió una obra de Mildred Burton

Fuente: El Litoral – El cuadro fue comprado a la galería Calvaresi Contemporáneo, durante la última edición de ArteBA. Su presentación oficial se hará en mayo, durante la edición 2024 de ArteCo. 

La obra “Lectura olvidada de infancia”, de la artista argentina Mildred Burton (1942-2008) pasará a formar parte del patrimonio del Museo de Bellas Artes “Dr. Juan R. Vidal”. El cuadro fue comprado a la galería Calvaresi Contemporáneo, durante la última edición de ArteBA, en el marco del Programa de Adquisiciones. La presentación formal se realizará durante la próxima edición de ArteCo, que será en mayo en el predio del puerto de Corrientes.

La Fundación arteBA es una ONG sin fines de lucro que desde sus inicios en el año 1991 apoya la creación artística en las artes visuales, impulsando el desarrollo y difusión del arte argentino, local e internacionalmente.

Mediante el Programa de Adquisiciones de Museos, arteBA ofrece un fondo de inicio gestionado a través de mecenas individuales, para ser completado con la contraparte del museo participante y adquirir una o más piezas durante la feria, con el fin de aumentar su patrimonio institucional.

En anteriores ediciones de la feria el Museo Provincial de Bellas Artes Juan R. Vidal estuvo presente con stand institucional, adquiriendo en esas oportunidades cuatro obras que integran sus colecciones: “Polinya”,1967 de Carlos Silva; “0154 Serie apertura”, 2011” de Raúl “Pájaro” Gómez; “Burbujas y flores”,2007 de Leo Chiachio y Daniel Giannone y “Boceto” de Antonio Berni.

En esta oportunidad, la obra adquirida es “Lectura olvidada de infancia”, un óleo sobre papel de 1976.

Sobre la artista

Mildred Ethel Azcoaga Burton supo llevar a la plástica las huellas de su imaginación y su bagaje literario. Logró confundir los límites de lo visual a través de influencias surrealistas, como las de René Magritte y Max Ernst, que le permitieron lograr escenarios fantásticos plagados de fábulas, ribetes cómicos y ternura.

Mediante sus pinturas y dibujos, la artista construyó un mundo doméstico alocado y opresivo, para develar la animalidad agazapada en los cuerpos humanos. Así, creó un imaginario fantástico que narra de un modo silencioso los ecos del último tercio del siglo XX en la Argentina.

Estudió en la Escuela Provincial de Bellas Artes de Entre Ríos y en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova. Integró el grupo Posfiguración junto con Diana Dowek, Norberto Gómez, Alberto Heredia, Jorge Alonso y Elsa Soibelman. En la década del ochenta, realizó performances junto a Federico Klemm y colaboró con las Madres de Plaza de Mayo. 

Durante cuarenta años de producción, Burton combinó las referencias más variadas: la tradición inglesa de las artes decorativas del siglo XIX, como el movimiento Arts & Crafts, el surrealismo de Max Ernst y René Magritte, y el realismo político de la pintura argentina de los años setenta y ochenta. Pero sus referencias más perdurables fueron la literatura fantástica y los cuentos populares infantiles, a partir de las cuales creó una gran novela visual sobre el ámbito familiar y sus conflictos.

Con estas herramientas, Burton ejerció una crítica directa a lo cultural al invadirlo con lo salvaje, y entendió que el mejor modo de encontrar sus tensiones era haciéndolos convivir en el centro mismo del hogar. Fusionó en su obra dos mundos aparentemente contrapuestos como la naturaleza y la civilización, poniendo en contacto las formas humanas con las animales al punto de su transformación bestial. Al mismo tiempo, inyectó vida fantástica en los objetos más cotidianos, como un banco o una taza, para producir un extrañamiento dentro de la realidad más corriente.

Al hacer foco en la tradición de la familia occidental y el clima que la resguarda, pero abriéndole grietas con estas mixturas entre humanos, animales y objetos vivientes, Burton hizo de sus personajes vehículos simbólicos que cargan en su cuerpo la identidad nacional, llena de exuberancia natural y crueldades sociales. Así, su obra ofrece un espiral delirante que se despliega desde la quietud del hogar hasta la totalidad de la sociedad argentina que le dio origen. Esto la ha convertido en una pieza excéntrica de su generación y en una referencia ineludible de los sentires contemporáneos.

Expuso en más de 400 salones nacionales, municipales, provinciales, bienales, museos y galerías, entre otros, de América Latina, Europa y EE.UU. Obtuvo el premio internacional “J. Miro” en Barcelona, Bienal de México y el Museo de Arte Contemporáneo, Madrid.

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