Fuente: Clarín – Hay propuestas que incluyen un ciclo de performance y una creciente presencia de arte digital. La gran feria porteña crece con galerías de todo el país.
Fundada en 1991, arteba supo ser la feria más importante de América Latina, y pudo sortear las vicisitudes del país sin dejar de crecer, convirtiéndose en el camino en una de las mayores citas del público general de cada año. Con el telón de las vicisitudes económicas en estas dos décadas, acompañando la pulverización de la moneda nacional con un ancla propia, es para celebrar que se haya recreado con brillo y sustento curatorial.
Este año, el último en Costa Salguero, habrá más de 400 artistas, 58 galerías y proyectos que proceden de 15 ciudades. La selección de galerías y espacios participantes estuvo a cargo de los galeristas César Abelenda, Carla Barbero, Sonia Becce, Leopol Mones Cazón y Marina Pellegrini. Al igual que en 2022, en su nuevo formato y sede, la feria se divide en dos partes, la Selección Principal –que reune a galerías ya establecidas– y Utopia, con las galerías abiertas en los últimos años.
A diferencia de otras veces, las galerías no trajeron solo shows de un único artista, sino un abanico de creadores, buscando diversificarse. Al cierre de esta edición, la feria no había abierto al público general; desde hace unos años los precios son solo indicativos, el punto de partida para una negociación que contempla un dólar, digamos, adaptable.
Buenos Aires sigue siendo un imán, la carnada que llama al visitante. Los sponsors de arteba comprometieron la presencia de curadores del Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO; de hecho su curador, Eugenio Viola, tiene un papel central), del Museo Tamayo de Ciudad de México, el siempre atento Fine Arts de Houston, el Denver Art Museum de Colorado; el Ludwig de Colonia y el MALI de Lima, entre otros.A su lado, óleo de Rómulo Macció, de 1989, Macció integró el histórico cuarteto de la Nueva Figuración. En Galería Vasari.
Más allá de ellos, nuestro comercio exterior vive en arteba quizá su capítulo de parodia. No debe haber región tan distante para los países limítrofes como Argentina… Hay en esta edición apenas tres galerías extranjeras que se aventuraron al rompecabezas monetario. Sombrero para las audaces: Sur, de Uruguay, Vigil Gonzales, de Rep. Dominicana, y la barcelonesa El sielo. Los desbarajustes del dólar, la necesidad de ingresar divisa a la cotización oficial y luego pagar los costos en siderales montículos de pesos, volvieron la feria inviable para ellos.
Entre clásicos y bien asentados
Algunos cambios en arteba son sustanciales: uno de ellos ha sido el empeño en pos de federalizar sus espacios, dando cabida a espacios de todo el país. Es que del interior viajaron casi 20 galerías, muchas de ellas en la sección Utopia y 6 de las cuales están subvencionadas por el Ministerio de Cultura de la Nación, mediante el Programa MICA (Mercado de Industrias Culturales), a cargo de Lucrecia Cardoso. Desde hace pocas semanas la Cámara de galeristas, Meridiano, está presidida por el marchand Diego Obligado, un porteño con años de trabajo en Rosario. En febrero último, su esfuerzo de hacerse presente en ARCOmadrid fue recompensado con la visita de los reyes españoles al stand. También están en la Selección Principal la rosarina Subsuelo y la cordobesa The White Lodge.
Vuelven algunas galerías clásicas que ofrecen a maestros y artistas de media carrera, cuyo valor está fuera de discusión hace rato. Algunas habían discontinuado su presencia en arteba en los últimos años de torbellino. Es el caso de Palatina y de Daniel Maman Fine Arts.Grafía de Sarah Grilo, en la galería Mara-La Ruche
Jorge Mara-La Ruche lleva a sus artistas estelares, como Sarah Grilo y Ana Sacerdote; los bosques de garabatos y tachaduras de Eduardo Stupía –solo la fusta acariciadora del galerista pudo convencerlo de internarse en el color; de resultado deslumbrante–. Y para más tonos, las acuarelas de Carlos Arnaiz y Juan Lecuona.
Es para destacar, luego de tres años de distancia, la vuelta de Daniel Maman Fine Arts. Ofrece “objetos” antológicos del cordobés Luis Wells, uno de los fundadores del informalismo (junto a Alberto Grecco), fallecido este año. Además de piezas de su serie “Toys”, de los años 60, se exhibe uno de sus “techos” de gran tamaño, de 1964. Es una obra histórica que fue expuesta en 2012 en la muestra El arte de contradicciones: pop, realismos y política, en el Malba. Acompañando a Wells, encontramos obra informalista de Heredia y de Hlito. Y un bonus, un “Autorretrato” de Guillermo Kuitca de 1986, perteneciente a la serie Las siete últimas canciones.
Algunas galerías han crecido y ya se presentan en esta sección. Es el caso de Pasto, que debuta allí con la fotoperformance del chileno Francisco Casas (del binomio Yeguas del Apocalipsis, que integraba con el escritor Pedro Lemebel). Sus imágenes de “Donde más duele” están en el patrimonio del Malba; fueron la última adquisición de la curadora venezolana Gabriela Rangel.A su lado, “Sin título”, de Diego Vergara; dibujo en lápiz de color sobre papel. En la galería rosarina de Diego Obligado, que hoy preside Meridiano..
Por segunda año en el corredor central, Gachi Prieto ofrece pintura del rosarino Daniel García y de Andrés Waissman, junto a los perturbadores paisajes de Lula Mari y los intrincados collages de Nora Aslan. Los tapices del mendocino Guido Yannitto son otro punto fuerte de este stand. En la última arteba, el Museo Sívori compró una de sus piezas en telar, de la serie Interferencias.
Cosmocosa, por su parte, tendrá media docena de obras de Oscar Bony, dos de ellas para que todos las disfruten (el cielo y el disparo que ilustran nuestra tapa), y el resto en la trastienda. Además ofrecen obra de Luis Frangella y una pintura de A. Berni (una de las más costosas, U$ 200.000). Más dos dólares literales y aumentados de Emiliano Milliyo, artista conceptual nacido en 1970 –acuarelas en rojo sangre y en azul–.
Dos galerías ingresan directo en la sección principal sin haber pasado antes por la pasarela joven. Una es Cott, con su coqueto pisito en la calle Berutti. Ofrece las bellas acuarelas biológicas del misionero Andrés Paredes (promedio U$ 5000), los herbarios de Lucila Gradín y las tintas de César Núñez. Entre los tres, despliegan un inventario de la vida natural en el planeta. La segunda es Tomás Redrado Art. El hijo del economista lleva unos años actuando en Miami. Es este su aterrizaje en el mercado local, con obra de Mariana Ferrari, Benjamín Felice y Luciano Garbatti. Este último ha sido elegido para ingresar en el Collect Pond Park, un proyecto en el sur de Manhattan. Redrado también trajo los rutilantes volúmenes de la diseñadora Jessica Trosman: difícil reprimir el impulso de hundir la mano en su corazón, mullido solo en apariencia.
“Moon explorer”, 2009. Acrílico sobre lienzo del brillante artista rosarino Daniel García. 200 x 150 cm. En el espacio de Gachi Prieto.
El Programa para Coleccionistas y Profesionales estuvo a cargo de la Fundación Santander, que cuenta con un stand y videos de arte de los años 90 del coleccionista Gustavo Bruzzone, presentados por el binomio Lolo & Lauti. Entretanto, el premio “En obra” cumple 15 años. En la sección Utopía lo elegirán el artista Raúl Flores y las coleccionistas Nicole Moises y Claudia Akian.
Brotes tiernos
Retrato del artista Omar Schiliro tomado por Alberto Goldenstein en 1993. En la galería Nora Fisch.
En Utopia, las galerías tiernas deparan sorpresas. Se trata del espacio preferencial para iniciarse como coleccionista, donde se puede conseguir piezas por U$ 600). Entre aquellas que más entusiasman están Hipopoety y Aura TV. Muchos de sus artistas, nacidos y criados en la cultura virtual, ya trabajan exclusivamente en la pantalla como soporte. Frenetik, por ejemplo, realiza collages sobre fotografías digitales y se sirve de la inteligencia artificial. ¿Cuántos años más pasaremos combinando los dos mundos, el analógico y el digital, hasta que éste colonice por completo el mundo de la materia?
A continuación, algunas ventanas sobre las obras y programas que más nos impactan de la edición. El mix, claro, podría recombinarse con otro, y con otro… Tantas son las posibilidades.