Fuente: La Nación – En el Centro de Arte Contemporáneo, que impulsó el artista cordobés radicado en París, se inauguró la muestra homenaje “Con el tiempo suspendido”, que exhibe 42 obras emblemáticas; a partir de ahora, el espacio llevará el nombre del maestro
CÓRDOBA.- Antonio Seguí, uno de los artistas argentinos con más trayectoria internacional, se instaló en París en 1963 pero nunca se fue del todo de su Córdoba natal. Ayer regresó, con su obra, al que fue su sueño, el Chateau Centro de Arte Contemporáneo (CAC),cuya creación impulsó hace 35 años.Durante un tiempo estuvo dolido porque el proyecto había perdido vigor, pero se reconcilió en sus últimas visitas. A casi un año de su muerte, se inauguró la muestra Con el tiempo suspendido. Antonio Seguí, obras 1960-2000 con 42 pinturas emblemáticas. Anoche se anunció que, a partir de ahora, el espacio incorpora el nombre de su fundador y pasa a llamarse Centro de Arte Contemporáneo Antonio Seguí.
La exhibición -que podrá visitarse hasta marzo con entrada gratuita- tiene curaduría de Clelia Taricco, la viuda de Seguí, que se reunió hace unos meses en París con el gobernador cordobés Juan Schiaretti para avanzar en el desarrollo de la muestra homenaje.
“Es muy conmovedor -dice Taricco a LA NACION-. Es un doble homenaje, a los 35 años del centro y a Antonio. Para él fue un gran dolor, estaba enojado, lo había pensado como un centro de arte contemporáneo donde se pudieran encontrar los artistas, donde se pudieran establecer ciertos diálogos que veía que no sucedían pero con el tiempo se fue quedando. En los últimos años se fue muy contento porque las cosas empezaban a cambiar, había gente con otras ideas, con ganas de modificar hábitos, más entusiasta”.
A mediados de los años 80, cuando Seguí empezó a motorizar su idea, en la ciudad de Córdoba existían solo los museos Genaro Pérez y Caraffa. Él veía que los artistas jóvenes no tenían dónde manifestarse y desde la administración del entonces gobernador Eduardo Angeloz le ofrecieron algunas alternativas y él eligió la casona del Chateau. Es una construcción de 1890, que fue de David Carreras Ponce y León y que en 1972 había sido expropiada para convertirse en Casa de Gobierno, alguno que nunca se concretó.
Seguí reunió a un grupo de “notables” cordobeses y creó la Fundación Centro de Arte Contemporáneo y el 12 de noviembre de 1988 inauguró las salas. Con donaciones propias y de terceros consolidó una colección de 490 obras de distintos movimientos artísticos.
Con el tiempo suspendido propone una “mirada transversal, desde la década del 60 hasta los años 2000″ de la obra de Seguí,cuenta Taricco. Hay cuadros que nunca se vieron en Córdoba; la curadora agradece a los coleccionistas privados queprestaron las pinturas. “Es una manera de redescubrir la obra y a Antonio -continúa-. Para él, Córdoba fue siempre su corazoncito; ante todo era cordobés; esta ciudad era su alimento, muy importante con sus dolores y sus alegrías. Su gran referencia”.
Seguí murió en febrero de 2022 en Buenos Aires; pocos días antes había estado en Córdoba y recorrió el CAC, donde empezó a diseñar una muestra propia. Pese a haberlo creado, solo expuso una vez en vida en el centro. En ese momento volvió a rechazar que el centro llevara su nombre, una idea que Schiaretti había planteado en 2020. Su velatorio, hace casi un año, fue en el CAC.
El director de la Agencia Córdoba Cultura, Raúl Sansica, dice a este diario que la muestra es un homenaje a un artista que “es parte de los cordobeses; dejó su impronta con su propuesta artística, que mezclaba el humor típico de esta ciudad con su universo”. Asegura que también es un “broche de oro” para la recuperación de espacios culturales realizada en esta gestión: “Es un reconocimiento al artista, pero también el compromiso de sostener este espacio de arte que él forjó”.
Pocos artistas logran lo que Seguí en Córdoba, ser conocido “hasta por los que no lo conocen”, como apunta Taricco. Sus esculturas La familia urbana -integrada por “La mujer urbana”, “El hombre urbano” y “Los niños urbanos”- está distribuida en distintos puntos de la ciudad y son “hitos” para todos, mojones indicativos. También donó una escultura de 12 metros de alto que representa a un “compadrito” a la pizzería San Luis, una de las más tradicionales y a la que iba siempre que visitaba Córdoba.
Juan Pagano, director del CAC, insiste en ese “vínculo popular” logrado por el artista. “Es parte de la identidad popular con sus relatos, con sus hombrecitos, con su ironía y humor”, repasa y ratifica el agradecimiento a los coleccionistas de Buenos Aires, Córdoba y Rosario que permitieron montar la muestra. El CAC tiene cinco obras de Seguí como parte de su patrimonio, tres pinturas y dos grabados; además hay una en el Caraffa y otra en el Poder Judicial provincial. Por supuesto, hay más en manos de coleccionistas cordobeses.
“La muestra estuvo pensada con Antonio, él dio su Ok -sintetiza Taricco-. Estuvo de acuerdo en hacerla. Es una manera de mantenerlo con nosotros”.