Fuente: Infobae – Hasta el 6 de agosto, el Paseo de las Artes Duhau exhibe más de 40 pinturas de la longeva y activa artista santafesina. “Pinta por el solo placer de hacer la obra”, dice la historiadora de arte Andrea Giunta
Las pinturas más recientes de la longeva artista Ides Kihlen, quien a sus 106 años sigue pintando cada mañana de manera prolífica, y que ha trabajado secreta y silenciosamente durante décadas, a espaldas de las modas, las escuelas o los movimientos artísticos locales, se exhiben en el Paseo de las Artes Duhau, la galería ubicada en el subsuelo de este antiguo palacio del barrio porteño de Recoleta que se puede visitar las 24 horas del día.
Si bien en los últimos años Kihlen ha recibido numerosos homenajes –incluida una gran exposición en el Museo Nacional de Bellas Artes–, su historia no deja de sorprender: en el año 1999, un galerista entró a la casa de Ides interesado en comprar una obra que había heredado la familia –de otro artista–, y de casualidad vio detrás de una puerta entreabierta las pinturas de esta santafesina nacida en 1917, así que se ofreció a llevarlas a la feria arteBA, donde al año siguiente se vendieron todas con gran éxito.
Desde entonces, esta mujer nacida el 10 de julio de 1917 –que además toca el piano– ha escrito las líneas de una de las carreras más atípicas e interesantes en la historia del arte local: luego de la primera exposición de su vida, a los 84 años, no ha dejado de exhibir en diferentes museos, espacios y galerías de todo el mundo, pero su pasión no tiene nada que ver con entregas, encargos ni ventas de obras; lo suyo es pintar cada mañana, desde bien temprano, tal como lo hace desde que tiene 6.
La muestra de Ides Kihlen puede visitarse durante las 24 horas en el Paseo de las Artes Duhau, en el barrio porteño de Recoleta (Foto: Télam S. E.)
”Ella pinta todas las mañanas, se levanta bien temprano y empieza. Después se tira a dormir un rato. Luego se levanta, va a la cocina y se queda ahí sentada, sola. Le digo ‘Mamá, ¿qué hacés? ¿Estás aburrida?’, y ella me responde ‘No, estoy pensando qué es lo que voy a pintar’”, cuenta Ingrid, la hija de Ides, durante la recorrida por la flamante exposición. Son más de 40 obras, en diferentes tamaños, que se pueden ver a lo largo del Paseo de las Artes –ubicado en este clásico palacio francés de la Belle Époque de Buenos Aires–, un derrotero visual que permite acercarse a la producción más reciente, realizada entre 2022 y 2023, de esta pintora hija de padre sueco y madre suiza, quien fuera alumna de Juan Batlle Planas, Benito Quinquela Martín y Emilio Pettoruti, luego de estudiar en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y en la Escuela Ernesto de la Cárcova.
”Mamá hace por los menos una obra por día. No tengo idea cuántas obras llevas hechas, porque por ejemplo ella toda su primera etapa, que tenía unos cuadros divinos, los rompió, los quemó, prácticamente los destruyó a todos. Pero deben ser miles. Yo suelo envolver sus cuadros cuando los termina. El otro día vio uno envuelto en papel transparente, de seda, y enseguida lo desenvolvió y se puso a pintarlo encima. ‘Le faltaban cosas. Lo que estoy haciendo ahora’, me dijo cuando la encontré”, contó sonriente su hija Ingrid.
Desde aquella primera exposición, en el año 2000, la artista que cumplirá 107 años en julio próximo ha exhibido en Argentina, Brasil, Madrid, Estados Unidos, y sus obras fueron adquiridas por colecciones de Nueva York, Venezuela, Guatemala, México, Costa Rica, París, Londres, España, Italia, Suecia, entre otros lugares. ”Ides es la expresión superlativa de lo que es un artista, pinta más allá de que se exponga, venda, pinta todos los días, lo demás sucede o no sucede. Es la personalidad de artista que trabaja, trabaja, al margen de lo que opinen. Pinta por el solo placer de hacer la obra. Lo único que quiere es pintar. Y económicamente no ha necesitado vender su obra para poder comer”, señala la historiadora de arte Andrea Giunta, quien se encuentra trabajando en un libro dedicado a la longeva pintora, pronto a publicarse.
Ides Kihlen. asegura su hija, trabaja todos los días en una nueva pintura (Foto: Télam S. E.)
La muestra en el Paseo de las Artes –que se puede visitar en avenida Alvear 1661 con entrada gratuita, las 24 horas del día– recorre los últimos dos años de su prolífica producción, a través de 42 pinturas y collages sobre acrílico, en su mayoría “Sin título”, pero en las que es posible adivinar las series que fueron guiando: algunos recortes sobre la tela, en otras manchas y líneas que se deslizan de arriba hacia abajo, colores predominantes a veces en rojos y otras en ocre, grises o negros, una paleta de colores donde reinan por momentos las figuras geométricas de lo más variadas.
”No sé si hay algo que se pueda sistematizar definitivamente sobre su obra. Sí es claro que el rojo es un color importante en su paleta. Ella usa el collage, usa los contrastes, no es una artista del claroscuro. El fondo puede ser gris pero siempre está ahí la presencia del color, y otras veces no tanto. También ella tiene una propuesta de correspondencia entre notas y colores, entre sonidos y colores. Se pueden ver los ritmos visuales presentes en su trabajo pero no es necesariamente una transposición de la música en la obra”, detalla Giunta sobre la mujer que además de pintar toca el piano siempre que puede.
La muestra de obras de Ides Kihlen puede visitarse hasta el 6 de agosto (Foto: Télam S. E.)
El gran motor de Ides es, en definitiva, la creación artística: “Pio Collivadino fue mi mejor maestro y con Battle Planas estudié muchos años. Me encantaba cómo enseñaba. Cada uno tenía su modo de pintar. Pettoruti también fue mi profesor aunque todavía él no era conocido”, había contado a Télam esta pintora, en una entrevista realizada en este mismo espacio de arte en 2013, con motivo de otra exposición. ”Yo le hacía caso a los maestros siempre. Era una buena alumna”, repetía con calidez la artista que estudió tres meses en París, en 1957, en los talleres del cubista André Lothe, y que desde pequeña se hizo llamar Ides, aunque su nombre real no lo quiso dar a conocer ya que es sueco y no tiene traducción directa al español.
La creación de la artista es una labor continua de más de ocho décadas aunque sea recién en los últimos años que haya logrado visibilidad entre el público, que pudo conocer sus diversas producciones como por ejemplo la “Serie del Tigre”, con tiras que simulan las teclas del piano; la “Serie Blanca”, donde los fondos se iluminan y toman protagonismo; o la “Serie Negra”, en la que hay un juego de colores contrastantes muy potentes sobre fondos oscuros”. ”Yo pinto todo el día”, había dicho la artista durante aquella entrevista que la concluyó agregando: “Ahora voy a casa, tengo la tela en el piso, me pongo el delantal todo sucio y empiezo a pintar”.
*La muestra Ides Kihlen se puede visitar hasta el 6 de agosto en el Paseo de las Artes Duhau (Avenida Alvear 1661), el espacio cultural de Palacio Duhau – Park Hyatt.