Fuente: Cronista – En la Galería Patio del Liceo, se encuentra una de las tiendas de arte ATP más atractiva de Buenos Aires/Hay obras de más de 80 artistas elaboradas con distintas técnicas de arte gráfico y de impresión/Por $700 podés llevarte una postal que se convierte en cuadro/El espacio invita a curiosear, preguntar y recorrerlo todo el tiempo que quieras.
Juli Federico y Romi Choconi se conocieron dentro de la Galería Patio del Liceo. Fusionaron sus espacios en uno que funcionaba a la vez como el estudio de diseño de una y el showroom de remeras estampadas en serigrafía de la otra. Con el tiempo, se transformó en un espacio de talleres lo que sembró la idea de abrir una tienda de arte gráfico. Nada es tan fácil, y menos en el mundo del arte, así que arrancaron con un par de pop-ups medio fallidos y un rumbo bastante incierto, hasta que decidieron empezar a montar obras; las suyas, las de amigas y colegas, y las de algunas alumnas del taller. Así, a fines del 2019, nació Morris: buscando su huequito entre el estudio de diseño de Juli, las clases de Romi y las exposiciones.
Ahora exhiben por lo menos la obra de 80 artistas, la mayoría del palo del diseño. Por eso esa impronta de ilustración y estilo gráfico tan propio del lugar que te hipnotiza apenas ponés un pie dentro. «El espacio físico es como un viaje, la gente se divierte mucho. Aparte es muy lindo ver lo que les provocan las obras», cuenta Julieta. «Es distinto, el venir acá a la tienda y poder tomarte el tiempo de chusmear cada obra y de revolver los cajones, es muy divertido. Y siempre descubrís algo más, porque en la web está casi todo pero no todo; trasladar la experiencia física a lo virtual es muy difícil». Uno puede navegarse Tienda Morris en Internet de arriba a abajo, pero no hay como la sensación fascinante de verse físicamente envuelto en tanto arte, de ir pasando los prints en los cajones cual discos y descubrir tesoros escondidos.
Hay muchas técnicas de elaboración y de impresión en las obras que exhiben. Hay obras impresas en serigrafía, en risografía, prints digitales, afiches impresos con tipos móviles, obras originales en acuarela, en collage, cianotipo, stickers, pins y un poquito de cerámica también. De ahí varían también los precios; no vale lo mismo una obra original (la pintura auténtica) que una reproducción digital, que es mucho más accesible. «Eso se lo contamos siempre a la gente, para que sepan lo que se están llevando», comenta su creadora. Porque, por más de que salgas con las manos vacías, si estás abierto a conocer y curiosear, te podés ir con mucha información. «Nosotras sabemos mucho de la técnica y de quién es cada obra y cómo está hecha, conocemos la historia detrás de casi todas las obras. Si la persona está dispuesta, además del arte se lleva una historia detrás, y eso está muy bueno».
Por $700 hoy podés regalarte una postal que ya funciona como un pequeño cuadro. Y si no te llevás nada, porque no terminaste de conectar con lo que viste, podés volver en un tiempito que van a haber cosas nuevas. Preguntar, pasar un buen rato curioseando, salir con las manos vacías, todo está permitido acá. Pero regalarte el momento para entrar siempre te deja algo lindo: desde un nuevo cuadro para la pared que tenías vacía hasta el nombre de 10 nuevos artistas que te gustan, para empezar a seguirlos en Instagram.