Fuente: Cronista ~ Más conocida como Rosa Bonheur, Marie-Rosalie Bonheur, nació en la ciudad de Burdeos, Francia, en 1822, de familia de artistas, su padre Raymond y sus tres hermanos, Auguste, Isidore y Juliette, fueron pintores y escultores dedicados al tema de los animales.
Cuando cuenta 6 años, la familia se muda a París donde el padre abre una Academia de dibujo sólo para mujeres. Ya a los 14 años Rosa trabaja en la misma institución y comienza un romance que se extendió por 40 años con una alumna de su padre.
Se vestía como un hombre y fumaba habanos. Y cada seis meses solicitaba permiso en la policía para usar pantalones, ya que los utilizaba para ir a los mataderos donde estudiaba la anatomía de los animales para sus trabajos.
Con tan sólo 19 años es admitida en el Salón de pintura. Admiraba a Poussin y a Rubens y los copiaba visitando el Museo del Louvre. Y fue la primera «pintora» reconocida internacionalmente en la historia.
Una de sus obras llamada «Feria de caballos» fue comprada en una suma récord por el millonario americano Cornelio Vanderbilt. Mide como cinco metros de largo y fue donada al Museo Metropolitan de Nueva York, la cual se encuentra expuesta a continuación de los impresionistas.
Gozó de fama y éxito que le permitieron comprar un castillo, donde tenía una especie de zoológico hasta con leonas.
A la muerte de Nathalie, su primer compañera, y con 67 años, comienza una relación con otra pintora norteamericana llamada Anna, 30 años menor que ella, a quien le deja todos sus bienes.
Cuando fallece en el año 1899 se vendió todo el contenido de su taller en unos 8 millones de dólares de hoy.
Fue muy prolífica y sus obras se venden en 25 mil dólares promedio, aunque algunas han superado los 600 mil dólares. Recibió toda clase de honores en vida y nunca fue discriminada por su orientación sexual.