Fuente: La Nación ~ El arte sigue saliendo a revitalizar la city porteña: hasta la puerta del nuevo centro cultural Arthaus llega ahora un mural pintado en el piso que, como el animal, pierde la cola y busca renacer; se inaugura mañana.
En Bartolomé Mitre y Reconquista una senda blanca con maxilunares azules, rojos y amarillos encandila al peatón. No es para menos: los ojos están adaptados al gris compacto del microcentro. La pintura serpentea hasta desembocar en la puerta de Arthaus, el centro de producción artística fundado por el empresario y músico Andrés Buhar. Sólo una vista aérea permite distinguir en ese errático camino la figura de una lagartija que cubre casi dos cuadras. “El blanco se mancha, es cierto, pero genera más contraste con el fondo”, dice el muralista TEC, creador del reptil. “Hace muchísimos años tomé el piso como una plataforma de trabajo. Me obliga a desapegarme de mi obra. El piso se escupe”.
La elección del medio no es arbitraria. Arthaus, como la flor de loto que nace y se nutre del fango, es un moderno centro cultural ubicado en lo que quedó de la city porteña post Covid. “Justamente porque no hay nadie este es el lugar indicado: si querés que te escuchen, tenés que ir a donde hay silencio”, dice Buhar, que apostó a transformar el edificio de Bartolomé Mitre 434, que funcionaba como sede de un banco en esta zona que busca revitalizarse a través del arte.
La lagartija es el resultado de seis largas jornadas de trabajo por parte de TEC y su equipo, quienes debieron pintar desde la medianoche hasta la madrugada para evitar el tránsito de la zona. La cola del animal se corta justo en la senda peatonal que separa Bartolomé Mitre y San Martín. “Es un símbolo de resurrección del microcentro”, explica el artista, que tomó como punto de partida la gran capacidad regenerativa de la especie.
“Queremos ir hacia la gente, no esperar a que vengan”, dice Buhar, que encomendó el mural hace dos años y tuvo que esperar los permisos de tránsito para intervenir el espacio público. “Por eso también pusimos [la escultura] Mamá luchona de Chaile casi sobre la vereda”.
En su nuevo emprendimiento, Buhar se propone fusionar todas las disciplinas artísticas: teatro, danza, artes visuales y música desde una mirada desprejuiciada a fin de construir una comunidad alrededor de la cultura. “Hay muchas obras de artes visuales que se visitan solo el día de la inauguración; después las salas quedan vacías. Hay que romper con los formatos tradicionales, ponerse a prueba, terminar con el prejuicio de que hay cosas más elevadas que no deben mezclarse. Por ejemplo, estamos poniendo un restaurante para que la gente venga a cenar y se quede recorriendo las muestras hasta tarde. La comida siempre genera momentos de encuentro”.
“En unos meses la lagartija va a estar intervenida por neumáticos y pisadas. Todo irá agregándole vida”, observa TEC. El artista vive hace una década en San Pablo, donde pintó el mural más grande de la ciudad en la pared lateral de un edificio de 18 pisos frente a la autopista Minhocão. “Gracias a las montañas, cuando hago un mural en el piso en San Pablo puedo verlo con perspectiva desde otros puntos. Buenos Aires es más plana, la vista del dron me permite abarcar grandes dimensiones. Es la mezcla de un trabajo artesanal, la pintura que es un arte muy antiguo, con un elemento muy actual, la tecnología del dron”.
TEC cree que el hecho de que el encuentro con la obra sea casual, o que pueda no estar al día siguiente, hace que el momento de disfrutarla sea más especial. Sin embargo, la lagartija no fue concebida como arte efímero: está expuesta a todas las hostilidades del espacio público, pero fue protegida con materiales que garantizan su supervivencia por algunos años.
Para agendar
El viernes 24, a las 19, se inaugura la obra de TEC en Arthaus, Bartolomé Mitre 434.