Fuente: Copyrigth Clarín Cultura – Plena asistencia de sponsors y fans para la primera «Noche moderna», en el ciclo organizado por la Asociación de Amigos, en apoyo del patrimonio del Museo. Piezas del artista Sergio De Loof le dieron el guiño del under porteño.
Plena asistencia de sponsors y fans para la primera «Noche moderna», en el ciclo organizado por la Asociación de Amigos, en apoyo del patrimonio del Museo. Piezas del artista Sergio De Loof le dieron el guiño del under porteño.
Fue una velada de arte, con un menú de elegante emplatado y vanidades, una noche con esos raros zapatos nuevos. La Asociación de Amigos del Moderno, que preside Inés Etchebarne Mihanovich, ofreció «Una noche en la tierra», parte de su ciclo Noches modernas, en apoyo al Museo y rodeada de obras del patrimonio.
El marco de la cena abría el espíritu a las ondas «under» de los años 80 con piezas de Sergio De Loof, el artista y diseñador de espacios de ocio creativo como la disco Ave Porco, el Morocco y El Dorado, con sus maniquíes de glamour trash. El under no mata al establishment pero lo pellizca, gracias a su mirada satírica sobre el buen gusto. De Loof hacía moda con montajes de prendas conseguidas en el Cotolengo Don Orione de Pompeya. El Moderno le dedicó una retrospectiva, «¿Sentiste hablar de mí?», desde fines de 2019 hasta que la pandemia cerró los espacios públicos. De Loop moría dos días después de establecerse la cuarentena obligatoria, en marzo de 2020.
Previo a la cena, la Asociación ofreció un recorrido por las dos nuevas muestras del Museo. En el sótano, “El lugar del alma”, de la colombiana Delcy Morelos, un laberinto de tierra compactada, raíces y turba fueguina, cuya materialización su curadora, Clarisa Appendino, explicó conservando algunos misterio. El suave perfume de clavo, canela y café, que intervienen en la materia, se había anunciado por las escaleras, antes de que los invitados bajaran a verla. Etchebarne, peluquita de De Loof atrás.
Luego el paseo siguió con “Enlace Querandí”, de la rionegrina Mónica Girón. La artista narró detalles de sus obras, de inspiración ambientalista y marca nómade. Esta muestra reúne una serie de proyectos nuevos junto a obras de diversos períodos de Girón; el recorrido conjuga la nueva sensibilidad planetaria del arte, pero hay que tener en cuenta que despliega su trabajo de cuatro décadas en el arte.
En esta primera “Noche moderna”, que da comienzo al ciclo, estuvieron presentes Amalia Amoedo, ex presidenta de la Fundación Arteba y actual asesora de la feria independiente Mapa, Luis Sessa, hijo y curador del archivo del fotógrafo Aldo Sessa, quien tuvo su gran retrospectiva en el Moderno hace pocos años. Tampoco faltaron galeristas, como Daniel Maman y su esposa, Patricia Pacino, y coleccionistas de arte moderno y contemporáneo. Entre estos últimos, Gustavo Mosteiro explicaba, entre el plato principal y el postre, su regla de oro para formar una colección que testimonie con rigor el presente. A diferencia del comprador vacilante, que solo invierte en piezas consagradas a precios de subasta internacional, él se desprende de una obra no bien fallece el artista.
Hubo solo un discurso de gratitud, a cargo de Inés Etchebarne, acompañada de otros miembros de la comisión directiva de la Asociación de Amigos, como Patricio Supervielle, presidente y CEO del Banco Supervielle, y Édouard de Royère, vicepresidente primero.