Fuente: Telam – El congreso, con entrada gratuita, tendrá siete sedes porteñas donde artistas, investigadores y educadores de todo el mundo desarrollarán ponencias, charlas, talleres y shows que reflexionarán sobre el presente, en el marco de los 40 años de democracia en Argentina.
El 3° congreso internacional Revueltas del Arte se llevará a cabo del 10 al 12 de octubre en siete sedes porteñas donde artistas, investigadores y educadores de todo el mundo se darán cita para desarrollar ponencias, charlas, talleres y shows que reflexionarán sobre el presente, enmarcados en los 40 años de la recuperación de la democracia en la Argentina, y con los derechos humanos, la producción de saberes y la ciencia en su vinculación con la tecnología como ejes rectores.
La investigación, la formación artística y el pensamiento de destacados referentes internacionales podrá seguirse a lo largo de esos días, con entrada gratuita, en distintos puntos de la ciudad de Buenos Aires a partir de actividades que no dejan de lado a las infancias, y que incluyen presencias como la de las actrices Rita Cortese y Lola Berthet, las y los escritores Félix Bruzzone, Monica Zwaig y Raquel Robles; la ex directora del sector de Actividades Públicas en el Museo Reina Sofía de España, Ana Longoni, y el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel.
El arte: fuerza de trabajo y potencia gozosa
Lo atípico y uno de los puntos vitales de Revueltas del Arte, el congreso organizado por la Universidad Nacional de las Artes (UNA), es su condición abierta a la comunidad, «lo hemos trabajado para que circule la gente, que se acerquen a ver qué es lo que sucede con el arte, invitándolos a participar en forma gratuita de más de 300 actividades, todas muy heterogéneas -señala María Valdez, curadora del encuentro-. La universidad no solo desarrolla capital simbólico, sino que hace un arte entendido incluso en un sentido de disfrute y como fuerza de trabajo: hay mucho cuerpo, territorio y construcción hecha a través del arte».
Esas propuestas incluyen invitadas como la escritora, investigadora del Conicet y catedrática argentina Ana Longoni, exdirectora de Actividades Públicas del Museo Reina Sofía de Madrid entre 2018 y 2021, quien presentará «Giro Gráfico, como en el muro la hiedra», un trabajo colectivo expuesto en ese museo, uno de los más importantes de España, en el 2022 de post pandemia.
También la mexicana Cristina Hijar, miembro del grupo Arte y política de Clacso y del Colectivo Híjar, dedicado a acciones estético-políticas por la memoria histórica; y la artista visual argentina Gabriela Golder, quien dará el presente con el proyecto «Arrancar los ojos», actualmente exhibido en la porteña Fundación Andreani, donde reflexiona sobre la violencia institucional, la represión y el trauma colectivo centrándose en el patrón de ataque ocular por parte de las fuerzas de seguridad del Estado chileno y colombiano.
Habrá además un Recital de poesía a cargo de Jaime Huenún y Silvia Mellado y numerosa actividades dirigidas a las infancias. La programación completa está disponible en este link.
Una propuesta atípica y vital
«Es fundamental entender que este congreso es el primero que se hace después de la pandemia, tras un parate desde 2017, y se hace en un momento coyuntural complejo donde además se pone en jaque el derecho a la cultura y a una educación inclusiva, de calidad e interseccional donde quepan ‘todes’ por igual. Por eso es una apuesta sustantiva», remarca Valdez.
Por eso también «la expectativa más grande es demostrar que las universidades sostenemos básicamente la lógica de tener derechos que son, entre muchos otros, los derechos humanos y el derecho al trabajo», dice sobre el congreso que se inaugurará el martes 10 de octubre a las 17.30 en el Teatro Picadero, de mano de la rectora de la UNA, Sandra Torlucci, junto a Pérez Esquivel, Robles y Berthet, tras lo cual Rita Cortese presentará «Con el alma en suspenso», un espectáculo de tangos, poemas, canciones.
El congreso se extenderá del martes al jueves próximo en distintos puntos de la ciudad de Buenos Aires como el Centro Cultural Borges en el microcentro o la Casa de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes en el norte, pero tendrá un preámbulo el lunes próximo, 9 de octubre, en la cúpula del Centro Cultural Kirchner (CCK), con una intervención colectiva del grupo «Danza abierta», curada por Susana Tambutti.
Danza Abierta no sólo fue un fenómeno cultural sino también un hecho social, comunitario y político. Participantes de la agrupación entre 1981 y 1983 compartirán sus vivencias, memorias, testimonios (y también olvidos) de un hecho artístico que afectó a todo el campo de la danza argentina. Y esta intervención intenta rescatar algo de esa memoria no documentada que no solo va a ser siempre inconclusa, sino que nunca va a ser la misma.
Surfear la coyuntura
El principal desafío del evento, a ojos de Valdez «es estar surfeando sobre la coyuntura: estamos a muy pocos días de una elección, fue un año sumamente complejo y apostar a seguir desarrollando actividades de ciencia, tecnología y arte, sobre todo artísticas desde la investigación, es casi una patriada. Mientras muchas actividades reculan, decidimos seguir actuando con el territorio -subraya- como todas las universidades nacionales».
Las propuestas del Congreso, articuladas a través de los 40 años de la recuperación democrática, tienen que ver con objetivos urgentes de la agenda nacional y global: los desarrollos tecnológicos 4.0 y 5.0, desarrollo sostenible, medio ambiente, género, feminismos, disidencias, diversidad, etnicidad, la cuestión marrón y los pueblos originarios y su presencia como actores fundamentales de esta cultura.
«Se trata de construir un tejido democrático amplio donde quepan todes. Esto es clave, los temas de agenda nuestros son los temas urgentes que piden una revisión democrática, una inclusión y una toma de conciencia por parte de la ciudadanía», asegura Valdez.
La inteligencia artificial (ia) va a tener un lugar en este congreso porque «estamos inmersos en un montón de utilizaciones de la ia en dispositivos muy pequeños y desde las artes tenemos que hablar de ella, no para demonizarla, sino para pensar qué hacemos con esto, siempre desde la práctica, no pensar desde la elucubración especulativa, sino desde una acción situada», sostiene la curadora.
«El desarrollo tecnológico opera casi desde el inicio de la humanidad, el punto no es en sí mismo el dispositivo, con la complejidad que esto tiene, sino los matrices ideológicas, las postulaciones que se hacen en torno a eso, cómo es utilizado, por ejemplo, por los grandes capitales; reflexionar si esto construye un nuevo tipo de hegemonía a la que hay que prestarle atención para ver dónde están los intersticios donde podemos erosionarla», subraya.
La clave, acota, «es pensar nuestro modo de construcción de conocimiento, de vivencia y de relación con el entorno, por eso nos gusta hablar de tejido, de cuerpo y de esfuerzo colectivo. Se trata de una posición ideológica que en este momento es sumamente urgente».
Y, más allá de eso, se trata también de ir «discutiendo y pensando entre todos cómo propiciar una investigación situada que hable de una práctica artística como capital simbólico, desarrollo de trabajo, desarrollo de industrias culturales y creativas, aumento del PBI y todo aquello que tracciona el hecho de hacer artes».
¿Dónde?
El congreso se realizará en la Fundación Sagai, en 25 de Mayo 586; en la sede UNA de Mitre 1869; en el Borges, Viamonte 525; el Museo del Banco Provincia, sobre Sarmiento 364; en la Casa de la Cultura de Rufino de Elizalde 2831; el Teatro Picadero, situado en Pasaje Santos Discépolo 1857; y el CCK, ubicado en Sarmiento 151, «instituciones que apuestan a que la cultura siga siendo un remanso para pensar el presente y apostar al futuro, un remanso de trabajo colectivo», resume Valdez.
«Suena a contradicción -advierte- que diga remanso en un congreso que se llama Revueltas del Arte, porque lo lógico es pensar que el arte siempre es una revuelta, porque moviliza, porque no hay nada que no quede reverberando desde el afecto cuando algo te emociona, pero al mismo tiempo lo pensás, lo catalizás, lo rememorás, lo volvés a pensar una y otra vez y posiblemente transforme en algún lugar tus prácticas».
«Entonces, las revueltas del arte son casi una construcción en una discursividad histórica, desde que empezaron en el 2014, donde siempre la Universidad Nacional de las Artes está diciendo que seguimos revolviendo, es decir, seguimos repensándonos en la función que tenemos dentro de un contexto social. Y es eso, revolverse para verse y apostar al futuro. Trabajar y pensar siempre es un esfuerzo colectivo», se despide.