Fuente: Clarín – Parque Patricios. Una estructura de hierro curvo organiza el espacio en el centro de en un gran galpón iluminado. Allí donde comienzan a ralear los edificios y crece el silencio, desde mayo se desarrolla HITO Cultural, una novedosa iniciativa de apoyo para artistas jóvenes y emergentes. Lanzada la convocatoria, la respuesta fue abrumadora: 600 postulaciones para participar de un programa de 8 meses, con una propuesta tentadora: un espacio gratuito de trabajo para desarrollar un proyecto artístico, clínica de obra con curadores, clases con docentes destacados y un apoyo económico mensual, en dólares.
El intercambio cultural con artistas de otras provincias, la comunidad generada alrededor y el contacto con referentes del ecosistema del arte se suman a las ventajas de este espacio de formación, creado por el arquitecto y empresario Alejandro Gawianski, CEO de HIT Group. “Decidí dedicar el 10 por ciento del tiempo y los recursos a emprendimientos sociales, al bienestar de otros”, concede el desarrollador especializado en espacios de coworking. Es su motivación que los artistas produzcan obra. “En lugar de ir a las ferias a cargar el carrito, prefiero la experiencia de ver el proceso: es una sensación de intensidad que me involucra”. El siguiente paso es crear una “comunidad de mecenazgo, de quienes quieran alimentarse de la mirada fuera de caja que tienen estos chicos”.
El jurado formado por Laura Buccellato, Gachi Prieto, Florencia Battiti, Rodrigo Alonso, Fabiana Barreda y Pablo Caligaris, estos tres últimos docentes del programa, eligió a los 20 artistas que ya trabajan en lugares asignados bajo el altísimo tinglado. Trajeron sus materiales y sus recursos de inspiración. Algunos dejaron el alquiler de sus talleres para instalarse a producir la obra que van a ofrecer en la inminente edición de arteba.Carrie Bencardino en acción.
Las esculturas de Federico Roldán Vukonich (antes tallerista de Pablo Siquier y Marcelo Pombo) parecen pesadísimas gracias a las cualidades materiales de la pintura bicapa que utiliza, la misma que los autos. Acaba de participar en una muestra colectiva en Pasaje 17, en una nueva galería de Córdoba y estará en la sección Utopia de arteba, con la galería Casa Proyecto.
Nacido en Mendoza, Nicolás Rodríguez despliega su trabajo más allá de su cubo. Sobre unas tablas con caballetes reordena los azulejos de adobe hechos a mano. El artista construye con tierras de diferentes orígenes, incluso del baldío al fondo del galpón, estos objetos ornamentales. Remiten a tradiciones de la construcción de la identidad de Latinoamérica, inspirados en los azulejos coloniales españoles y portugueses.Nicolás Rodríguez y sus ladrillos de adobe dibujados a mano.
En este seleccionado están Carli Bencardino, que pinta un enorme mural en el centro del galpón; la talentosa Julia Padilla, con muestras en el Moderno y el CC Recoleta en este momento; las cerámicas con Arduino de Dani Raggio; Victoria Barca hace una traducción visual de los sonidos; desde Bahía Blanca, Carlos Gutiérrez cita a Gordon Matta-Clark; mientras que Natalia Forcada hace videperformances donde cruza tecnología y naturaleza.
Carolina Favre, que en simultáneo participa del programa de artistas de la Universidad Di Tella, construye alegorías del cuerpo femenino con yeso y papel maché; y con bioplásticos un útero a escala donde cabe un adulto. Luisa Lerman, también parte del Proyecto PAC, investiga la luz que surgió de caminatas por la noche.El laboratorio de tecnología, coordinado por Fabiana Barreda.
Sistemas de artificio se llama a las instalaciones de Nana Schlez o cómo se construye un paisaje artificial. Hacen equipo Sofía Kauer y Nicolás Licera Vidal, que vienen de hacer una performance con harina en la Fundación Cazadores, a construir esculturas e instalaciones con chicle globo masticado. Diego Gelatti, desde Tucumán, articula entre el cuerpo y la tecnología, a través de su Proyecto consultorio, que incluye poesía. De aspectos orgánicos y eróticos, los textiles de Lucila Sancinetti. Y con inspiración en el rococó de los años 20 y en los arlequines de Picasso, Julio Hilger crea pinturas y esculturas apilables. Completan el grupo Marina Daiez, Juan Ignacio Cabruja, Mateo Amaral, Penny Di Roma y María Emilia Hendreich.
Entre las 600 postulaciones, otros diez artistas recibieron una mención especial para proyectos de arte, ciencia y tecnología, que cuentan con un espacio para trabajar, clases, una sala para desarrollos con impresora 3D y el acompañamiento de Fabiana Barreda. Allí trabajan Rodrigo Alcón Quintanilha, Joaquín Moreno, Gabriel Rud, Belén Romero Gunset, Eva Moro Cafiero, Florentina González, Gonzalo Silva, Faktor, Gabriela Munguía, Abril Carissimo. Los temas cubren la astronomía, energías alternativas e inteligencia artificial.Paisaje artificial.
“Son artistas emergentes con mucha calidad y con ellos se crea un territorio de construcción de arte contemporáneo, con academia tecnológica, clínica de obra y debates sobre el corpus de obra de los artistas”, explica Fabiana Barreda, artista y docente a cargo del lab de pensamiento digital. “Es una oportunidad para posicionar el arte argentino, a la vez que apoyar el arte experimental”, agrega.
La iniciativa funciona en modo prototipo durante 2024, con la idea de que pueda sustentarse a través de la comunidad de mecenazgos que mencionó su creador, alianzas con organizaciones locales, como el llamado “circuito línea H”, un nodo creativo que incluye a Chela, Planta Inclán y Las deudas.
En los pocos meses que lleva activo, recibieron la visita de la Fundación arteBA, del programa Presente Continuo – de las Fundaciones Bunge y Born y Willliams– y de los artistas de la exposición Espejos de México, en Fundación Proa. Según la coordinadora de HITO, Alexandra Gasparutti, hay eventos en agenda para acercarse a conocer esta usina creativa: un open studio para septiembre, donde mostrarán los avances del proyecto que se expondrá a fin de año, también abierta al público.