Fuente: La Nación – Diferentes historiadores refutaron que una pintura que fue atribuida al genio de Renacimiento por una IA haya sido efectivamente realizada por el pintor; creen que puede ser una copia
Historiadores y expertos en arte cuestionaron que una pintura que a principio de este año fue atribuida a Rafael (1483-1520) mediante un programa de inteligencia artificial haya sido realizada por el artista renacentista, al considerar que se trata de una copia del siglo XIX. Los análisis que ahora se cuestionan fueron realizados por dos universidades del Reino Unido (de Bradford y de Nottingham) que utilizaron reconocimiento facial asistido por computadora e IA, que mostró que el rostro de la virgen y el niño que aparecen en la obra conocida como The de Brécy Tondo eran idénticos a los de la obra maestra de Rafael, La Madonna Sixtina, que data de alrededor de 1513.
Se trata de una pintura que se exhibe por primera vez al público, en la Galería de Arte Cartwright Hall de Bradford en el Reino Unido.
Las vírgenes representadas en cada pintura tenían una similitud del 97%, mientras que el niño tenía una similitud del 86%; una calificación superior al 75% se considera idéntica, consigna The Art Newspaper.
La investigadora de dibujos italianos en el Museo Ashmolean de Oxford, Angelamaria Aceto, manifestó sus dudas respecto a los resultados que brinda la inteligencia artificial en este caso. “Nunca he visto la pieza en persona, pero a juzgar por la fotografía, parecería ser una copia posterior a Rafael. Si bien siempre estoy abierta al uso de nuevas tecnologías y enfoques, no apoyaría una evaluación de la autenticidad que se base en la IA. El verdadero conocimiento se relaciona con el juicio experto del ojo entrenado y es mucho más que combinar mecánicamente pinceladas e imágenes”, consideró.
En tanto, el historiador de arte Bendor Grosvenor, sostuvo: “No se puede saber si es real o no, y tampoco lo saben los medios de comunicación que lo informan. Necesitan llamar a cualquier experto en Rafael. La única forma en que nosotros, es decir, la humanidad, podremos competir con la IA es pensar críticamente”.
En tanto, otro especialista de Rafael que prefirió permanecer en el anonimato aseguró que “la imagen es claramente una copia del siglo XIX” y dijo que “no es extraño que los rasgos faciales coincidan con el original porque fue copiado después”.
En respuesta a las críticas, Hassan Ugail, director del centro de computación visual de la universidad de Bradford, manifestó a The Guardian que al examinar el Tondo con IA habían obtenido resultados sorprendentes. “Lo más probable es que sea de Rafael. En base a mi trabajo anterior usando reconocimiento facial e investigaciones previas de mis colegas investigadores, hemos concluido que el Tondo y La Madonna Sixtina son, sin duda, del mismo artista”.
Además, sostuvo que “la moderna tecnología de inteligencia artificial asistida por el método de aprendizaje profundo ha logrado avances significativos en los últimos años, lo que le permite analizar imágenes, incluso obras de arte, con un nivel de detalle sin precedentes”, sigue Ugail.
“La IA no solo identifica y compara similitudes, sino que puede examinar diferencias sutiles, por ejemplo, patrones de pinceladas, colores, matices y valores tonales. Esta capacidad le permite observar detalles en las obras de arte que escapan al ojo desnudo, revelando matices que pueden ser pasados por alto por la percepción humana”, completó. Si bien reconoció que “la experiencia de los historiadores y académicos sigue siendo invaluable para comprender el contexto histórico y cultural de las obras de arte, la incorporación de IA en el proceso puede proporcionar conocimientos adicionales e información complementaria que enriquece la evaluación general”. “Además, la IA puede aportar un mayor grado de transparencia al proceso, contribuyendo a un enfoque más claro y responsable de la autenticación”, sumó.
El coleccionista y empresario George Lester Winward compró Thede Brécy Tondo en 1981 creyendo que era una copia de una obra de Rafael realizada en la época victoriana. En 1995, Winward transfirió la propiedad de su colección de pinturas al nuevo de Brécy Trust que fundó él mismo, para seguir investigando sobre el Tondo antes de morir en 1997.