Fuente: La Nación – La enorme estructura metálica es uno de los íconos más reconocidos de la Ciudad; el Gobierno porteño trabaja con una empresa especializada para realizar un diagnóstico y determinar los pasos a seguir.
El temporal de diciembre de 2023 que azotó el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y que dejó cientos de destrozos, también se cobró una escultura icónica en el barrio porteño de Recoleta.Floralis Genérica (conocida por muchos como “La Flor”), una obra realizada en acero inoxidable y aluminio -que en su totalidad pesa aproximadamente 18 toneladas y mide 20 metros- amaneció el 17 de diciembre con uno de los pétalos caídos, producto del fuerte fenómeno meteorológico en la Ciudad. El Gobierno porteño brindó detalles a LA NACION de cómo continúan las tareas, aunque no hablaron de una restauración total.
Según la cartera de Espacio Público e Higiene de la Ciudad, durante enero y febrero se trabajó junto a una empresa especializada en ingeniería y estructura de gran escala para hacer un diagnóstico integral de todos los daños “a fin de poder tener un cuadro de situación y evaluación que nos permita determinar los pasos a seguir de cara a la reparación”.
Según el Gobierno de la Ciudad, el trabajo de diagnóstico y evaluación sobre los daños generados incluyeron cateos en altura, la apertura de las láminas de los pétalos de acero y el análisis de la estructura para evaluar daños internos. Fue el ministro de Espacio Público e Higiene Urbana, Ignacio Baistrocchi, quien supervisó las tareas.
Además, se revisaron los componentes electromecánicos y electrohidráulicos de las piezas que generan el movimiento de apertura y cierre. Desde la cartera indicaron que este proceso está acompañado de un “registro fotográfico detallado que servirá como soporte visual del informe técnico”.
Si bien en base a este informe se establecerán los pasos a seguir, ante la consulta de LA NACION de una fecha estimativa para su reparación o si efectivamente continuarán con las tareas de restauración luego del diagnóstico, no respondieron. Informaron que se trata de un estudio de ingeniería y no de una obra.
“Las mejores posibilidades y los costos de una puesta en valor los definiremos teniendo en cuenta la importancia del conjunto y el contexto económico actual”, agregaron esas mismas fuentes.
En abril de 2002, el arquitecto argentino Eduardo Catalano donó la obra a la Ciudad, en un “homenaje a todas las flores”. Ubicada en la plaza Naciones Unidas, sobre la avenida Figueroa Alcorta 2301, el monumento tiene 20 metros de altura y se sostiene sobre un espejo de agua de 40 metros de diámetro.
En un principio, la idea era que -a través de un mecanismo hidráulico y de células fotoeléctricas- la flor abriera sus seis pétalos cuando saliera el sol y los cerrara progresivamente al atardecer. Sin embargo, esto sólo pudo funcionar correctamente durante los 10 meses posteriores a su inauguración, ya que, debido a desperfectos técnicos, el sistema se rompió y la flor permanecía inmóvil y con los pétalos semiabiertos desde hace mucho tiempo.