Fuente: Clarín Cultura by March Mazzei – La feria de arte contemporáneo, que cuenta con auspicio de Clarín y Ñ, abrió sus puertas para coleccionistas e invitados especiales. Pese a los vaivenes del dólar, ya se concretaron las primeras ventas. El público general podrá asistir entre el viernes y el domingo.
Al minuto de abrir sus puertas, cierta exaltación recorría los pasillos del Centro Costa Salguero. La edición 2023 de arteba, que cuenta con el auspicio del diario Clarín y de revista Ñ, abrió este miércoles al mediodía la primera de sus dos jornadas para coleccionistas e invitados especiales, y se respira cierto optimismo y distensión, a pesar de la incertidumbre por el precio del dólar, moneda en que están cotizadas todas las obras.
Son 58 galerías de quince ciudades que apostaron a la feria organizada por la Fundación arteba, que abrirá las puertas al público el viernes 1 de septiembre, y permanecerá hasta el domingo 3 con una oferta muy diversa y tentadora de arte contemporáneo. Cómo resistirse.
«Lejos de tener una actitud conservadora frente a la dificultad de contexto, los galeristas han apostado a todo, a valores altos», señaló a Clarín Cultura Sonia Becce, curadora independiente e integrante del comité de selección de los espacios. «Veo ese espíritu de resistencia, incluso entre coleccionistas que hablan del compromiso de querer comprar, porque son compradores, y hay una red de contención deseando que vaya bien», agregó.
https://ee58a92da0a870477655d797c0443a8a.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.htmlBuena asistencia de especialistas en la primera jornada de arteba. Foto: Fernando de la Orden
«La expectativas es buena porque hay un consumo postergado y el deseo sigue intanto», contó a Clarín Cultura Mauro Herlitzka, director de la galería Herlitzka & Co, que el lunes ya había vendido a un coleccionista europeo dos obras de Elda Cerrato.
La artista recientemente fallecida será la única argentina en la Bienal de San Pablo, que inaugura los primeros días de septiembre. «El tamaño de la feria está bien para el mercado actual y los galeristas, además de expectantes, están relajados». agregó.
«En la última hora pasaron ya todos los que vienen siempre», reconoció Lucía Evangelista, directora de la galería Moria, presente en el espacio Utopia, para galerías con trayectorias más jóvenes. Ya había vendido dos pequeñas pinturas de Laura Ojeda Bär. Tiene obras desde 600 dolares a 3300, y mientras el pago sea en dólares billete se puede hablar de cuotas («pesificado es una lotería»).
A diferencia de otras ediciones, este año hay solo dos secciones, aunque se replican espacios institucionales. Destaca la disposición de las obras en Arte y sustentabilidad, curado por Lara Marmor, y el proyecto de los videos que el coleccionista Gustavo Bruzzone filmó durante los 90, con curaduría de Lolo & Lauti.
El dólar, esa pesadilla
Este año la pesadilla se llama Suba intempestiva del dólar. Sin embargo, en las primeras horas ya había habido ventas, reservas y muchas consultas, a diferencia de otros años en que las ventas sucedían a último momento.
«Al evaluarlo en este contexto muy dinámico y donde el mercado del arte está más tranquilo apuntamos a subir la vara de la calidad de los proyectos, porque todos los que están acá tienen virtudes, emocionan o llaman la atención», contó a Leopold Mones Cazón, director de Isla Flotante. «Es revelador que Argentina siga estando a la vanguardia de los espacios sin importar la crisis», agregó.
El diseño expositivo fue decisivo en la selección de los proyectos. Destaca como es habitual W, muy cerca de la entrada, con un espacio central bien diferenciado de la trastienda. Al frente hay una muestra de la expo que se despliega en el espacio de más de mil metros cuadrados que abrió el sábado pasado en San Telmo, con la peruana Chonon Bensho, que replica en textiles y dibujos la cosmovisión de la comunidad Shipibo-Konibo; y unas esculturas de la artista salteña Florencia Sadir. En un momento de alto tránsito por el amplio stand, llegó Marcia Schvartz, reciente incorporación de la galería y posó delante de una importante pintura collage valuada en más de 50 mil dólares.El dólar también es obra de arte. Foto: Fernando de la Orden
El nuevo rumbo que tomó la obra del misionero Andrés Paredes se puede ver bien de cerca –y dan ganas de tocar!– en Cott. Pinturas del apariencia orgánica entremezclada con materiales como tierra. «Soy un pintor», dice satisfecho.
Dos dípticos de esta serie ya habían sido vendidos muy temprano, a 3500 dólares cada uno, a un particular y al Museo de Arte Contemporáneo de Salta. Tiene obras de diferentes formatos, de entre 1500 y 9000 dólares. Los comités de selección de los museos estuvieron muy activos en las primeras horas, con definiciones.
Mucho movimiento y promesas de compra en el stand de Barro, que acaba de incorporar dos artistas aunque no están presentes en arteba: la Chola Poblete y Max Gómez Canle. Asociada a un perfil más comercial, el espacio de la Boca trajo una selección de obras que manifiestan cierta crítica social: los dólares de Mondongo, los enormes suéters de Lucrecia Lionti, «Todo turbio» de Agustina Woodgate y una joya: un Nicanor Aráoz vintage, de los primeros 2000. Inteligencia artificial y arte. Foto: Fernando de la Orden
Como esta, hay obras que atraen como un imán: los Bernis de la galería Sur de Uruguay, los Gumier en Roldán Moderno, el atuendo fabuloso de Marina de Caro en Ruth Benzacar (entre otras muchas joyas), y los incunables de Miguel Harte, de la época de Harte Pombo Suárez, el kick off del Rojas, allá a fines de los 80
Atrae el enorme textil del joven Gonzalo Hernández con una proyección famosa de la estadounidense Jenny Holzer: Protect me from what i want (Protégeme de lo que quiero), junto uno de las mismas dimensiones que alude a otros artista que admira: Emilio Hernández. Gonzalo es el artista más joven de la galería Vigil Gonzáles, espacio que con sedes en Cuzco y Santo Domingo es una de las pocas extranjeras en esta edición de arteba.
Apuestan por Buenos Aires
Tomás Redrado Art nació en la pandemia como un showroom en Miami, cuando su fundador se mudó a esa ciudad. Su primer proyecto fue una expo curada por Diego Bianchi en la que había obra de Marta Minujín.
Período de gestación mediante, en 2022 nació como galería con la pintora Mariana Ferrari como primera artista representada. Hoy gestiona en el espacio una residencia de artistas y trabaja para inaugurar su espacio en la porteña zona de Corrientes y Paraná, para noviembre.
En arteba, su stand está liderado por pinturas de épocas anteriores de Ferrari, esculturas de Benjamín Felice (tucumano como Ferrari), más una trastienda con el escultor Luciano Garbatti y Jessica Trosman, nueva artista de la galería. Volcada al arte por completo, Trosman abrió su archivo para vestir al staff de TRA en arteba. Digno de ver.La feria arteba abre al público general el viernes y se extiende hasta el domingo. Foto: Fernando de la Orden
«Buenos Aires es un mercado difícil de permear si no trabajas con artistas argentinos pero me ha ayudado mucho a profesionalizar la galería», cuenta a Clarín Cultura Arístides Gonzáles Vigil, director de la galería que tiene a Javier Barilaro como el único argentino en su staff.
«La mayoría de nuestros clientes están en Estados Unidos y me preguntan qué hago en la Argentina y es verdad que aquí no se vende como en Perú pero tiene un intangible, por el contacto con coleccionistas, por la escena; es algo valiosísimo que nos ayudó a expandir el alcance de la galeria a nivel institucional», agrega. Además de su segunda vez en arteba, mañana jueves 31 inaugura su sede en el corazón de Buenos Aires: Diagonal Norte y Florida.
Los temas políticos y sociales que abordan sus artistas, todos latinoamericanos, los hacen también atractivos a las instituciones. Es el caso de la ecuatoriana residente en Nueva York Karina Skvirsky, que el museo Withney acaba de adquirir varias de sus obras, sobre la única ruina incaica que hay en Ecuador, Ingarapica. Esta es la primera vez que se muestran en Latinoamérica. Adquire actualidad la fotografía de Adrián Balseca, alusiva a las repúblicas bananeras de las que tanto se habla. Aunque muy joven, está en el MALI y en la Colección Patricia Phelps de Cisneros.
Quizás aleatoriamente le haya tocado a la puesta de videoarte y videoinstalación del Rolf Art ser tan actual. Desde la represión policial a los manifestantes, con la intención de atacar a la mirada. Basada en los conceptos de resistencia y manifestación, el espacio reúne trabajos de los artistas del staff sobre este tema, incluyendo a la colombiana Clemens Echeverri, por primera vez en la galería.
A 30 años de la serie Bocanadas de Graciela Sacco, una nueva versión ya estaba vendida cuando se colgó en la parte más visible del stand, en la sección principal. El primer día habían sido vendidas obras de Adriana Lestido y Santiago Porter, también muy actuales en su abordaje de arte y memoria, cuando se cumplen 40 años de democracia.