Fuente: Infobae – Durante cuatro días, la segunda feria de arte del país tuvo su regreso tras tres años en un nuevo espacio. En esta recorrida, los cambios, los desafíos y los premios
El Mercado de Arte Contemporáneo (MAC) de Córdoba concluyó su décima edición, en la que se produjo un relanzamiento de su marca y con una apuesta a un nuevo espacio, el Complejo Ferial, con críticas positivas por parte de los galeristas, ventas desiguales -se vendieron unas 168 obras por más de $51.000.000- y una afluencia de público que fue de menor a mayor.
La mudanza al Complejo Ferial significó varios cambios y a su vez propone nuevos desafíos hacia el futuro. El espacio, sin dudas, posee una infraestructura más acorde a lo que es una propuesta profesional, con un espacio más amigable para la apreciación de las obras y otorga un mejor colgado.
En ese sentido, los pabellones celeste y violeta, “las cúpulas”, permitieron una distribución galerística más ordenada, con mucho más aire con respecto a lo que sucedía en sus versiones anteriores con las carpas en la Plaza San Martín y el Cabildo.
“Las carpas en las que se hacían antes eran las mismas que se usaban para la Feria del Libro. Se hacía un dos por uno ferial en un mismo lugar y si bien en el mundo del libro ese tipo de estructura funciona, no pasa lo mismo con el del arte, que necesita otro tipo de distribución para desplegar las obras”, reflexionó un galerista local con Infobae Cultura que prefirió mantener el anonimato.
El MAC estrenó nueva sede en el Complejo Ferial de Córdoba
En ese sentido, varios protagonistas comentaron que la disposición muestra una búsqueda de que la Feria, la segunda más importante del país después de arteba, se presente mejor ante los coleccionistas que son, a fin de cuentas, quienes realizan el grueso de las compras.
“Esto es una feria de arte, no hay que perder eso de vista, y las galerías vienen a vender obras. Pero era importante también que los visitantes puedan disfrutar de la experiencia, ver los proyectos, y el Complejo tiene una muy buena disposición para eso”, comentó Roberto Echen, curador de esta edición.
Tras la cancelación por parte de la organización en 2022, recuperar la presencia del evento en el calendario, que encima estaba asociado al centro neurálgico de la ciudad, fue uno de los grandes desafíos. Y allí, quizá, uno de los puntos que se irán reforzando en ediciones venideras.
“La Cultura de Córdoba no atraviesa su mejor momento, eso es algo cíclico de la provincia. Hoy hay una apuesta muy fuerte a todo lo que es show público, lo que está muy bien, con grandes eventos en las calles, como pasó con Kusturica. Pero también faltan políticas de ‘cultura silenciosa’, un apoyo a lo que sucede en el día a día, un proyecto que se mantenga en el tiempo”, comentó Elián Chali, artista cordobés, quien fuera curador del MAC en 2018, a este medio.
Se presentaron 60 espacios, entre galerías y proyectos en las «cúpulas» celeste y violeta del complejo
En ese sentido, más allá de lo positivo del espacio ferial, el Mercado de este año se vio reducido en cantidad de participantes y espacios. Si tomamos, por ejemplo, la cancelada de 2022 que también se iba a realizar en el Complejo Ferial, allí iban a participar 84 espacios; en 2021 tuvo una versión mixta; en 2020 se realizó de manera virtual por la pandemia, y en 2019 y 2018 participaron 65. En esta edición fueron 60.
Por otro lado, se suprimieron los metros cuadrados de la Zona Editada, coordinado este año por Julia Levstein —artista, editora y gestora— y Huenú Peña —artista y editora—, que realizaron una curaduría delicada, dando lugar a productos editoriales, en su gran mayoría, independientes y, por ende, propusieron un aproximación a otras manera de gestar lo artístico, desde contenido y estética. De hecho, por lo reducido del espacio idearon el proyecto Audioguía, ya que al no poder haber representantes de las casas editoras se creó un QR para que se conozca en una página online las claves de cada proyecto en la voz de sus responsables.
Tampoco hubo un país invitado, como en ediciones pasadas, en lo que se llamaba Frontera Abierta, ni la Zona Germinal, que tenía propuestas expositivas y actividades para el público infanto-juvenil. “Creo que esta edición es como un volver a empezar. Todavía faltan muchos detalles que la van a ayudar a mejorar, como los espacios que no están, y que también se acerquen sponsors que puedan otorgar financiamiento privado para ampliarse un poco más”, comentaron algunos galeristas al ser consultados sobre qué podría mejorarse a futuro.
El público participó con mayor afluencia durante el fin de semana
De acuerdo a la Secretaría de Cultura de la Ciudad asistieron 30 mil personas al encuentro. En ese sentido, el cambio de locación también produjo una dinámica diferente. El Complejo se encuentra a la afueras de la ciudad, a la que se conecta por dos líneas de colectivo, frente al estadio Mario Alberto Kempes. Eso produjo que los primeros días (jueves y viernes) el número de visitantes fuera menor de lo esperado, algo que cambió durante el fin de semana, ya que además el espacio es cercano a dos grandes parques recreativos, como el Parque del Chateau y Parque del Kempes, por lo que se pudo observar una circulación mayor moviéndose de un lugar a otro.
En cuanto a lo expositivo, el Mercado tuvo una variedad interesante de artistas y un muy buen nivel. Hubo presencia de nombres icónicos como León Ferrari, Carlos Alonso, Antonio Seguí, Eugenio Cuttica y, por supuesto, Carlos Crespo, y también muchos jóvenes que de a poco se van haciendo un nombre en el circuito. Esto se produjo, más allá de la decisión de cada galería, por la combinación de sus dos zonas: Crespo y Bonino. En la primera, con espacios consolidados y de países limítrofes, mientras que en la segunda se presentaron galerías con menos de tres años, que pudieron hacerlo debido a que fueron subsidiadas por la organización.
Ambas se presentaron compartiendo cada una de las cúpulas y no por separado, estanos los espacios de Crespo en el centro y los de Bonino formando un anillo a su alrededor, generando así una mixtura interesante.
Por ejemplo, la cordobesa Satélite, un proyecto “que nació en pandemia”, dijo su director Pablo Martínez, presentó a Soledad Sánchez Golder (bordado) y Manuel Pascual (fotografía), cuya imagen panorámica de Córdoba de 2010, que tomaba el mismo punto de vista que la pintura de 1895 del italiano Honorio Mossi, una obra fundacional del Palacio Ferreyra, fue seleccionada para los Premios Adquisición para el flamante Museo Metropolitano de Arte Urbano.
El Museo Municipal de Bellas Artes “Dr. Genaro Pérez”, por su parte, se quedó con Predicción la manta Pablo Peisino de The White Lodge, galería local que este año cumple 10 años.
“Pablo hizo apenas seis de estos trabajos, que surgen a partir de mantas que había tejido su mamá. Cuando ella muere, él recibe todo este material de su mercería, por lo que trabaja con eso, sin comprar nada. En el caso de las mantas son obras muy cercanas a él, a las que interviene” comentó su directora, Georgina Váldez, a Infobae Cultura y adelantó que el artista tendrá su propia muestra en la sede de Buenos Aires de la galería, abierta hace menos de un año.
«Predicción», de Pablo Peisino
También para el Bellas Artes cordobés irá el video A la sombra de un granado en flor de Leticia Obeid, de la porteña Hache, una pieza de 15 minutos, mezcla de ensayo y relato, que “entrelaza varias líneas de tiempo, cruzando la historia del Museo Marqués de Sobremonte, con la historia de la ciudad de Córdoba”.
Por el Premio IN SITU se otorgaron dos premios incentivo (no adquisición) destinados a Zona Bonino a Mercedes Resch de Cresteo.red y Nehuén Moyano Cortéz y Maximiliano Venturini de Espacio Barraco.
Collages digitales de Julia Romano
Más allá de las piezas galardonadas, la rafaelina Luogo galería presentó una triada de artistas que atravesaron lo paisajístico desde distintas técnicas: collages digitales Julia Romano, en la que se mixturan vistas cordobesas, libros de botánica, con segmentos de obras del Renacimiento, el clasicismo y el Romanticismo alemán junto a fantasías de su propio jardín, con los paisajes a lápiz de Miranda Sarkis y acuarelas de Gabriela Culzoni.
Para la rosarina eSTUDIOG, entre otros artistas, se seleccionó una serie de fotografías digitales y analógicas del día de los festejos por el Mundial de Fútbol con “una fuerte impronta de testosterona” de Sol Marinozzi y de Sol Quirincich, unas delicadas máscaras de alpaca repujada de retratos y autorretratos del acervo del Museo Castagnino para presentar una “mirada de referentes con los que convivimos para crear”.
Piezas de Sol Quirincich
Una característica común de esta edición fue la presentación de solo shows por parte de diferentes galerías, como sucedió en el caso de la porteña Moria con Denise Groesman. “Es una reflexión sobre su práctica artística a partir de la pandemia -explicó su directora Lucía Evangelista– en los que comenzó a trabajar con materiales reciclados, compost, semillas”.
Así, entre pinturas de gusanos bajo tierra, se encontraba El oído sobre la tierra, una pieza en la que se presentaba una remake de La anunciación de El Greco rodeada con colgantes mazorcas y de semillas y , en especial, el fruto delTimbo, la oreja de negro, promoviendo así una lectura entre lo religioso y la leyenda sobre este árbol sudamericano.
Obras de El Keni y Denise Groesman
Entre los proyectos nuevo se encontró Departamento 112, que tuvo su presentación en público ya que recién tendrá un espacio físico en junio/julio en Martínez (PBA), con una instalación (pintura y pequeñas esculturas en piedra) de El Keni sobre personas en situación de calle, una investigación sobre la basura realizada en Córdoba (piezas recolectadas de la calle, más un video performance y los sonidos de los desperdicios arrastrándose por la calle) de Mía Fite más otras piezas con el grafitti interviniendo pinturas.
El MAC es organizado por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Córdoba junto a la Agencia Córdoba Cultura, Faro (Asociación Civil de Galerías de Córdoba), Fundación Pro Arte Córdoba, Universidad Nacional de Córdoba y la Universidad Provincial de Córdoba.
Este año tuvo un regreso con una puesta que busca recuperar terreno dentro de la escena nacional luego de una ausencia prolongada, ya que no hasta hace mucho tiempo se colocaba solo detrás de arteba y en los últimos años le aparecieron “competidores” con arteCo (Corrientes), +Feria de Santa Fe, MicroFeria Rosario y 3500 Chaco. Por supuesto, cada una tiene sus propias características, pero ante un mercado interno en el que no abundan los compradores y en medio de una crisis ecónomica -y con los precios de las obras dolarizados- el camino a transitar debe ser tanto el de la profesionalización local como apuntar a robustecer ese mercado acercándose a un público que no precisamente busca, a priori, comprar una obra de arte. A fin de cuentas, un mercado no solo se robustece a partir de los movimientos económicos de los asiduos, sino también generando un circuito que atraiga a otros sectores sociales (y por ende tentando al privado) y en eso, la participación del Estado con políticas que se mantengan en el tiempo resulta esencial.