Fuente: La Nación – El artista suizo-estadounidense participará desde mañana del Festival No Convencional; inaugurará en PROA21 su primera muestra en América del sur y presentará también en otras locaciones obras vinculadas con la música
Botellas, plásticos, ollas, vasos, papel. Eso es parte de lo que busca desde hace días en las veredas de Buenos Aires y en el Ejército de Salvación Christian Marclay, artista suizo-estadounidense ganador del León de Oro en la Bienal de Venecia de 2011 por su obra The Clock. Suele hacerlo en distintas ciudades del mundo para crear obras musicales con objetos reconocibles por el público local, solo que en la Argentina encontró un desafío: “Hay mucha gente viviendo en la calle –observó, en diálogo con LA NACION- y levantan las cosas enseguida”.
Esos objetos encontrados formarán parte el sábado 4 de Found in Buenos Aires, una de las presentaciones de la tercera edición del Festival No Convencional, dirigido por Martín Bauer y organizado por el Ministerio de Cultura porteño. “Para usar un instrumento –explica-, hay que saber hacerlo. Pero si usás un vaso para interpretar música, todos saben qué es y que pueden hacer lo mismo. Se identifican con las posibilidades, y la próxima vez que vean un vaso lo van a ver de forma distinta”.
También es probable que muchos comencemos a escuchar una verdadera sinfonía al observar paquetes o carteles con onomatopeyas después de ver su obra Zoom Zoom (2007-2022), una de las que integrarán su muestra Partituras gráficas en PROA21, que se inaugura mañana a las 16. Si bien continuará hasta enero, ese día a las 18 se realizarán activaciones con músicos, como parte de la programación del festival. La acción performática vinculada con la exposición se retomará el domingo 5 cuando Ensemble Babel interprete Walking Venezia.
“Trabajo con ellos desde hace unos diez años”, dice Marclay sobre este grupo suizo que –como él- disuelve los límites entre la música escrita y la improvisación. “Yo no soy un compositor sino un organizador –agrega este hombre que comenzó a hacer música experimental en los años 80, operando como DJ con discos de vinilo rotos y reensamblados- organizo una estructura que proveo a los músicos, y ellos crean la música”.
Esas estructuras o partituras, como podrá comprobarse en PROA21, pueden ser collages realizados con recortes de cómics -como No! (2020), su forma de protestar contra “la amenaza a la democracia en todo el mundo”-, las onomatopeyas de esas historietas aisladas y reconfiguradas en un rollo de varios metros, o cartas con imágenes que cualquiera puede elegir al azar e interpretarlas (o simplemente imaginar los sonidos) bajo sus propias reglas.