Fuente: Clarín – Pertenecía al escultor Alberto Heredia, que la legó al Moderno tras su muerte.Se abrió así el primer espacio de este tipo para una institución pública en el país.
“Por acá rondará el fantasma de Alberto Heredia”, afirmó el ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro. El funcionario acababa de inaugurar la Casa Alberto Heredia. Residencia de artistas, un espacio restaurado por el Museo de Arte Moderno con fondos privados, a ocho cuadras de su sede en la avenida San Juan, donde hasta el año 2000 vivió el artista y que a su muerte la legó al museo.
El departamento en la avenida Caseros, entre Tacuarí y Piedras, formó parte del acervo que Heredia le dejó al museo cuando falleció. El lote incluía también 517 obras, su archivo, su biblioteca y obras de su colección personal. La relación entre el artista y el museo había comenzado en 1960, cuando sus obras fueron adquiridas por el Moderno y comenzaron a formar parte de las exhibiciones.
Pero fue el estrecho vínculo con la ex directora del Moderno, entre 1997 y 2013, Laura Buccellato, la que terminó de darle forma a la donación. Buccellato era amiga de Heredia, impulsó su carrera, compró sus obras y empujó a otros a también hacerlo.
En 1998 fue curadora de la retrospectiva que exhibió el museo. “Esto es un sueño cumplido para Heredia. Fue su idea donar la casa para que sirva para otros artistas”, contó Buccellato durante la inauguración del restaurado departamento.
Buccellato reconoció que el diseño moderno y funcional al trabajo de los residentes dista de la lógica de acumulación que tenía Heredia en su casa. “Pero le hubiera encantado el espíritu porque él siempre iba a muestras de jóvenes”, sostuvo. “Él no tuvo hijos y decidió que su familia fuera la del arte y sus hermanos los artistas”, agregó.
Heredia es uno de los exponentes más importantes de la escultura en Argentina. Fue contemporáneo a las prácticas que proponían ampliar los límites del arte alejándose de la belleza armónica, apelando a materiales descartables y a los gestos del horror y la violencia con un toque de ironía y humor.El escultor Alberto Heredia (1924-2000). Foto: Museo Moderno
El espíritu del departamento se mantuvo con la conservación de las molduras de las paredes, las aberturas, los pisos, los azulejos y la pileta de la cocina, así como la herrería del pasillo que la casa tenía originalmente. El mobiliario moderno, en contraste con estos elementos de época, busca generar un diálogo entre el pasado y el presente.
“Estamos aquí por el enorme gesto de Alberto Heredia y su estrecha relación con Laura Buccellato”, sostuvo la directora del museo, Victoria Noorthoorn, durante la inauguración. La curadora precisó que el legado que les dejó el artista fue el más grande que se haya hecho en materia de arte moderno.Heredia falleció en el 2000, pero el pase de la vivienda a manos del museo tardó casi dos décadas. Foto: Luciano Thieberger
Heredia falleció en el 2000, pero el pase de la vivienda a manos del museo tardó casi dos décadas. Se requirió un trabajo minucioso de la Procuración General de la Ciudad de Buenos Aires para que el museo pueda tomar posesión de la vivienda en 2022.
Una vez dentro, el estudio Azcuy tardó un año en revivirla ante la precariedad de la infraestructura y las limitaciones para trabajar en un edificio de 100 años donde llevan su vida cotidiana vecinos muy alejados del mundo artístico.Los trabajos de recuperación incluyeron la renovación del sistema eléctrico y sanitario y la incorporación de ventilación para aire acondicionado. Foto: Luciano Thieberger
“Él creyó que la vida puede expresarse a través del arte y tuvo el valor para expresarse a través del horror”, destacó Noorthoorn, así como su “búsqueda para alejar al espectador de la superficialidad”.
Los trabajos de recuperación incluyeron la renovación del sistema eléctrico y sanitario y la incorporación de ventilación para aire acondicionado. Se crearon baños donde antes no existían: se tiraron paredes para lograr espacios amplios y compartidos, como el living y comedor que servirá también para que los residentes puedan hacer presentaciones de su trabajo allí.La Casa Alberto Heredia fue pensada para alojar a dos profesionales por vez. Foto: Luciano Thieberger
La Casa Alberto Heredia fue pensada para alojar a dos profesionales por vez. Cuenta con dos habitaciones con baño privado, amplio espacio social, cocina-comedor y taller de trabajo.
En las habitaciones y en el taller Cattarossi apeló a paletas neutras, en tanto que en la gran cocina-comedor se mantuvo el verde original de los azulejos y se potenció agregando azul en los muebles y rojo en las banquetas con el propósito de lograr un lugar alegre y convocante. En el centro, una mesa para invitar al encuentro y el intercambio.Todas las instalaciones fueron restauradas. Foto: Luciano Thieberger
La segunda premisa de la diseñadora fue incorporar diseño argentino con el objetivo de que los residentes, especialmente los que provengan del extranjero, conozcan las tendencias locales.
El Museo de Arte Moderno será la primera institución pública del país en ofrecer residencias a artistas, curadores y profesionales del mundo del arte gracias al financiamiento del centro de creación contemporánea ArtHaus.
Los beneficiarios recibirán tiempo y espacio para ejecutar sus proyectos. Aunque aún resta definir cómo se seleccionarán los participantes y cuando comenzará a funcionar, se estima que para 2024 ya este en plena actividad.Enrique Avogadro junto a Victoria Noorthoorn. Foto: Luciano Thieberger
El programa de la Casa Alberto Heredia ofrecerá residencias de producción e investigación para artistas de distintas regiones del país; residencias de formación e intercambio profesional para profesionales de las artes visuales de otras regiones del país que se integrarán al trabajo diario del Museo Moderno; residencias para artistas e investigadores invitados a desarrollar un proyecto de mediación comunitaria; residencias de investigación para curadores de otras regiones del país.
A su vez, la Casa Alberto Heredia alojará un programa de intercambio con organizaciones internacionales interesadas en impulsar el diálogo intercultural, que incluirá la visita de artistas, curadores y otros expertos del campo de las artes visuales y afines.
Que un museo, aloje y cubra necesidades de artistas, parece una maravillosa realidad. Tambìen aplaudo el intercambio de organizaciones internacionales.
Felicito a todos, pero un agradecimiento, al màs allà, al artista Carlos Heredia.
Seria maravilloso poder jubilarnos, y cobrar una pensiòn digna.-
Pintar fue siempre para mi, la antorcha que iluminò y aun continua iluminando mi vida.-
saludos. atte Leonor