Fuente: El Litoral – En agosto de 1970, una galería santafesina acogió diez obras del rosarino. La reseña de Jorge Taverna Irigoyen en El Litoral resaltó la elegancia de sus obras, ventanas a un mundo de paisajes y emociones.
En agosto de 1970, en una galería santafesina, se concretó una muestra a cargo de Carlos Enrique Uriarte, artista rosarino nacido en 1910 y fallecido en 1995. Al principio, utilizó como inspiración calles, puertos y personas. Más tarde se inclinó hacia los paisajes rurales y los ríos y luego por espacios del litoral, tanto en acuarela como en témpera y óleo. El día 9 de agosto, el crítico de El Litoral Jorge Taverna Irigoyen publicó una reseña bajo el título “Acuarelas de Uriarte”. A continuación, se reproducen los párrafos más salientes.
“La acuarela -ya lo hemos destacado en más de una oportunidad- es un género aparentemente sencillo, pero al cual pocos pintores pueden entrar con soltura y la necesaria «diafanidad» expresiva. Sin duda, también, la acuarela se adapta más para reflejar los espacios abiertos que las composiciones de interior: tal vez esto en razón de los más amplios juegos de luces, así como la posibilidad de cielos y aguas, junto a los efectos de horizonte y lejanía”.
“En nuestro país hay excelentes acuarelistas que a partir de la maestría indudable de Jorge Larco, han expresado con personalidad sus obras. No son muchos, pero es honroso destacar que los más valiosos son santafesinos: desde Francisco C. Puccinelli, portador de un justo liderazgo en la materia, hasta Juan Grela, Ricardo Supisiche y Carlos E. Uriarte. Precisamente, este último artista presenta una serie de diez trabajos en la galería Finuart, que merecen ser estimados por el público”.
“Grupos de pescadores con sus canoas, ante playas y cielos inmensos, constituyen la temática de estas obras. Una temática que, por cierto, es sustentáculo de la mayor parte del quehacer del artista antes y después de su consagratorio premio Palanza, que obtuviera en 1965. Al abordarla con las aguas cromáticas de la acuarela, el artista deja que el pincel deslice sobre el papel una sensación de aquietada inmensidad, fundiendo las gamas – espacios con indiscutible dominio de factura. Sus trabajos adquieren así una emotiva sugerencia, controlada por la fijación a pincel más seco, dentro de un toque «comilla» que recuerda formulaciones orientales, el ritmo preciso de unos caballos, un carro, canoas o cajones de pescados. Si bien en estas acuarelas hay algunos cielos con amarillos timbrados, es en las gamas de azules y grises apizarrados donde obtiene una mayor sugerencia y ese sentido de inmensidad adquiere su entero realce”.
“Hace varios años, en la desaparecida galería Libretex, el público santafesino tuvo oportunidad de apreciar un buen conjunto de acuarelas de Uriarte. La muestra que ahora ofrece Finuart lo revela en un plano de madurez realizativa”.