Fuente: Ambito – En la galería Calvaresi (Defensa 1136) se expone la muestra “Bombonera”, con obras del marplatense Daniel Basso, piezas de diseño coleccionable de Edgardo Giménez y de Ricardo Blanco, en conjunto con el estudio de arquitectura Estudio Florida. La exposición tiene la curaduría del propio Basso y el mencionado estudio, dirigido por las arquitectas Agustina Servide y Sofia Calvaresi. La exposición surgió a partir del interés de la galería en el diseño coleccionable, con obras que representaran el límite entre el arte y el diseño mobiliario, con una fuerte impronta pop.
“Siempre consideramos que el arte de Daniel Basso tenía una fuerte relación con la arquitectura, y que sus piezas podían transformarse en mobiliario”, dice a este diario Sofía Calvaresi. “Así que nos pusimos a trabajar y generamos, desde el principio, gran parte de lo que sería la muestra, como la mesa Ariston, de Basso, que toma la estructura del parador Ariston de Mar del Plata, que fue construido por el arquitecto húngaro Marcel Breuer, profesor de la Bauhaus, que es el único proyecto suyo en Latinoamérica. Eso también tiene que ver con que Basso es marplatense, y yo, como curadora, la pondría en paralelo con obras emblemáticas como la Casa del Puente, por ejemplo. Es un homenaje a una obra de arquitectura tan bella. También están los “Macaron”, una tradicional galleta ítalo-francesa que acá se transforma en asiento porque Basso también tiene mucha relación con lo que es la repostería. Y por último lo que diseñamos fue la que llamamos ‘Lámpara checa’, que tiene más que nada una relación con elementos arquitectónicos y decorativos. Basso suele tomar elementos inspirados en Mar del Plata, y esa lámpara era la de la entrada de una casa, que tenía esa forma. De modo que, con estas tres cosas, nos propusieron en la galería hacer el montaje y crear una muestra de diseño.
Periodista: ¿La muestra es un diálogo entre el diseño contemporáneo y la nostalgia por el arte pop?
Sofía Calvaresi: Es una combinación entre ambas cosas, es así. Desde luego, buscamos artistas que tengan vínculo con el diseño, el arte de Basso, las lámparas de acrílico de Edgardo Giménez, las mesas y sillas “amigables” de Ricardo Blanco; esa combinatoria no sólo se avenía perfectamente sino que hasta tenía algo de humor. Por eso también le pusimos “Bombonera” a la muestra, porque encerramos todos los objetos dentro de un mismo recipiente pero cada uno de ellos destaca, y arma una caja de bombones.
P.: ¿Sin ninguna connotación futbolística?
S.C: Tiene que ver un poco, pero siempre a través del humor. Lo mismo que los colores que se eligieron, que fueron el amarillo y azul. También se buscó jugar con eso, generar una experiencia lúdica.
P.: ¿Está faltando hoy ese elemento humorístico, o lúdico, en el arte que vemos? En los 60, desde luego, predominó en casi todo. Los 70 en cambio politizaron mucho al arte, elemento que desde entonces, con mayor o menor grado, estuvo siempre presente, y por último la abstracción, donde es difícil hallar humor.
S.C.: Lo que vemos es que hoy día el diseño tiende a lo simple, a lo minimalista, a los tonos claros. Apunta a otro lado. Por eso mismo, la idea de esta muestra, y de convocar a Basso, fue hacer algo distinto. La convocatoria a un artista como él, que tiene relación, como dije antes, con la repostería, necesariamente desembocaría en una muestra que transmitiera placer. Es distinto por completo de lo que se hace hoy día. Él es un artista contemporáneo pero que tiene muchas cosas del arte pop, que entra en diálogo, por ejemplo, con la “Lámpara de acrílico con aro de néon” de Edgardo Giménez, realizada en 1968, ques se comercializo en Fuera de Caja, el local de diseño de Romero Brest, y es un ejemplo de que Giménez se adelantó algunos años al Grupo Memphis, el colectivo italiano de arquitectura y diseño industrial de fuerte influencia en los 80.