Fuente: Telam – La feria celebró sus 10 años desde este jueves en el pabellón verde del predio ferial de La Rural con la presencia de 300 artistas consagrados y emergentes que ofrecerán obras a precios accesibles.
Bajo la consigna de democratizar el arte y diluir las mediaciones entre artistas y coleccionistas, la feria BADA celebra sus 10 años desde este jueves y hasta el domingo en el pabellón verde del predio ferial de La Rural con la presencia de 300 artistas consagrados y emergentes que ofrecerán obras a precios accesibles, además de una oferta de actividades educativas que intentarán explicar algunas de las nuevas dinámicas que empujan este mercado, como el caso de los NFT.
«Tenemos en la entrada el caballo de Troya gigante hecho por Santi López«, cuenta Ana Spinetto, directora de BADA en Argentina, México y Madrid, sobre una novedad que se puede encontrar en esta nueva edición de la feria.
«Es su primera obra en formato gigante y la empezó a hacer durante la pandemia con maderas y se mandó un caballo de cinco metros espectacular que tiene espacio para que la gente entre y lo visite», detalla con emoción Spinetto en diálogo con Télam durante las primeras horas del evento en La Rural.
El recorrido inaugural comienza con una invitación de la directora a repensar «el arte y la manera de comunicarnos». En la entrada, cerca del Caballo de Troya, una escultura de una niña azul, de Pablo Salvador Rocha, le da la bienvenida al público.
Luego de cortar un lienzo con los colores de la bandera argentina y de los aplausos sostenidos, los primeros visitantes accedieron al predio a través de un túnel de hierro elaborado por Fernanda Díaz, que constituyen una obra llamada «Portales».
Participan 300 artistas
La Feria BADA despliega una gran variedad de stands en las que conviven diferentes tipos de técnicas artísticas, soportes y propuestas, desde materiales clásicos hasta la incorporación de las nuevas tecnologías en los procesos artísticos. «Parte del trabajo que hacemos es que todas las propuestas sean súper variadas, entonces nunca se pierde la atención, de un stand al otro, todo es diferente», relata Spinetto.
Entre los primeros stands, se encuentra la exposición de Fabiana Barreda, artista y psicoanalista, que se distingue principalmente por una fuerte articulación entre el campo de la tecnología y las artes. Además, la artista acompaña sus obras con videos explicativos que sube a su cuenta de Instagram @fabianabarreadatheory.
«Gran parte de mi obra trabaja sobre la noción de cuerpo y hogar. Estoy trabajando proyectos multimedia, como collage digital y haciendo una arqueología de los sistemas decorativos de la década del ’50», explica.
Por ejemplo, un cuadro de su autoría llamado «La señorita mantel» que es «un homenaje a Doña Petrona desde una reversión contemporánea» porque la relaciona «con la feminista Martha Rosler» y desarrolla «la perspectiva género y una reapropiación de lo que sería hoy ser mujer».
«Me interesa la unión entre arte y tecnología como estrategia política. A partir de las nuevas generaciones que ya trabajan sobre desarrollo de programas, hago una versión femenina para desarrollar objetos en 3D», explica la artista.
El arte digital y los recursos que surgen a partir de las nuevas tecnologías atraviesan toda la propuesta artística de BADA. «El Mercado de los NFT se está consolidando y creemos que va a ser un mercado de autenticidad de las obras. También, cuando se vende un NFT, el artista sigue cobrando un porcentaje cada vez que se venda una obra, cosa que no pasaba antes», explica la directora de BADA a propósito de la inclusión de esta temática en la feria.
Ya desde el primer pasillo, donde se pueden apreciar instalaciones hechas con materiales reciclados, como plástico y vidrio, hay códigos QR que invitan a acceder a las redes sociales de los expositores y a material teórico sobre las obras. Pero también, como es el caso de la ilustradora Carolina V. Garber, la tecnología se complejiza al punto de jugar con la realidad virtual. En este caso, la artista desplegó sus obras de manera digital en una galería ubicada en una playa que las personas pueden visitar colocándose los anteojos y manejando un control remoto. «Ahí ves todos los retratos digitales», adelanta Garber.
Carolina V. Garber, además de artista, es astróloga y tarotista. Sus obras, pintadas en óleo, juegan con estas temáticas y muestran criaturas que representan los distintos signos del zodiaco. «Me inspiro en los saberes y simbologías de la astrología y del tarot para crear. Y también, creo cartas inspiradas en los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU. Todos los cuadros están hechos en NFT», explica sobre los distintos abordajes de su exposición.
«Cuando alguien compra el NFT está donando para organizaciones y comedores. En este caso, para niños que padecen desnutrición infantil», cuenta y agrega que su vinculación con el mundo digital surgió «por curiosidad».
«Me encanta pintar con óleo y lo clásico pero también todo lo que tiene que ver con el meta verso. No podemos no mirarlo porque es lo que viene», advierte Garber.
Durante las primeras horas de la feria, algunos artistas todavía se encuentran terminando el armado de los stands. Tal es el caso del muralista Alfredo Segatori, quien sitúa un living intervenido en el espacio de exposición.
«‘Exabruptear’ es una serie que vengo trabajando hace varios años, al margen de la figuración con aerosol y murales con reciclaje, que tiene que ver con el ‘action painting’, como revalorización de un expresionismo abstracto que antes se hacía con el bastidor sobre el piso, que viene de Pollock o Siqueiros, si se quiere», explica Segatori.
Por un lado, abordar lo que está más relacionado con «lo espontáneo», permite que el artista plástico pueda plasmar su obra en diferentes soportes, muchas veces de grandes tamaños, como areneros. Por otro lado, para él, el término de exabrupto de color, está relacionado con su situación actual: «Pasando la quinta década, necesité una cuestión de libertad total. Quería sacarme el gusto de trabajar con la premisa de los colores, con unas máquinas que me armé como escopetas que tiran pintura para todos lados. Es una suerte de catarsis», cuenta Segatori quien, en esta oportunidad, no estará haciendo murales sino intervenciones sobre diferentes elementos que traigan los visitantes.
La feria BADA celebra sus 10 años desde este jueves y hasta el domingo en el pabellón verde del predio ferial de La Rural con la presencia de 300 artistas
Como parte de los nuevos y nuevas artistas invitadas que aterrizan por primera vez en BADA se encuentra Proyecto Calle, una propuesta fotográfica por personas que estuvieron en situación de calle. En el stand, participan Emilio Donato del Río, Damián Martín Génova, Roberto Palermo y Guillermo Galina.
«Jorge Mazzinghi comenzó con esta iniciativa solidaria hace como 17 años porque veía a gente en situación de calle y les dio una cámara. Así, a través de estas pequeñas y simples cámaras, nos hizo continuar una vida interrumpida», recuerda el fotógrafo Donato del Río y agrega: «A todos nosotros por A o por B, se nos cortó el sentido de la vida y gracias a la foto y a Jorge, pudimos encontrarle otro».
«Si vos no le das sentido a la vida en la vida no hay nada», reflexiona Donato del Río mientras saluda a las diferentes personas que se acercan a ver el stand. «A través del ánimo de Jorge, pudimos empezar a jugar. Alguno con más técnica, otros con menos pero lo importante era qué mirábamos en una situación de auxilio. No pensábamos en el que dirán», acota el expositor.
Damián Martín Génova, por su parte, explica que para fotografiar, «hay que captar el momento». «Salir a la calle y no pensar qué foto vas a sacar, sino dejar que sorprenda. Uno trata de mejorar la visión y que a la gente le guste lo que uno presente, más que hoy es el primer día en BADA», señala.
Antonella Aiassa también aterriza en BADA por primera vez, luego de vivir en Barcelona donde tiene una muestra fija en Casa Olea. «Uno de los propósitos de mi obra es generar paz», cuenta la artista y diseñadora.
Para ella, su obra «se integra muy fácil y muy bien» en cualquier tipo de espacio porque al tener una presencia sutil, trabajada con paletas neutras, «hace fácil apropiarse de la obra», cuenta sobre sus pinturas minimalistas que las personas pueden llevarse en formato lámina o en cuadros.
«Todos los artistas tienen por lo menos 10 a 15 mil pesos (además de los precios que cada artista coloca) y las modalidades de pago pueden ser en efectivo, tres cuotas sin interés con el Banco Francés y 12 cuotas con todas las tarjetas, por lo que se incentiva la compra de obras a partir de estas facilidades. Es súper accesible la propuesta», según detalla la directora de la feria y agrega que este año esperan «muchísima gente».
«El año pasado fue la primera feria post pandemia y nos visitaron 80 mil personas, fue una locura. La gente ahora se anima más y valoramos mucho el encuentro. Venir acá, hablar con los artistas, que cuenten que los inspiro a hacer la obra, como fue el proceso, es muy lindo», señala Spinetto en el marco del primer día de la feria BADA.
Gracias a Info arte por elegir una fotografía de mi stand para ilustrar la nota de BADA.
Claudio Bassetti
@artebassetti
Estuve, hay cosas muy interesantes. Los cuadros con geometrías formadas con cápsulas de Nespresso, de Bruno Maraude, me parecieron geniales.