Fuente: Clarín – Amalia Amoedo es mecenas, coleccionista de arte, empresaria y artista. O más sencillamente, “una persona que mira el mundo a través del arte”, según se autodescribe en conversación con Clarín. La elegida del árbol genealógico para llevar el nombre de pila de su abuela, la “dama del cemento”, a modo de honra, y de quien heredó no sólo un legado filantrópico indiscutible sino también el compromiso y la pasión por el arte.
Nació en Buenos Aires, donde se formó en disciplinas como el canto y la danza cuando adolescente, y luego en artes visuales con destacados como Marcia Schwartz, Jorge Gumier Maier, Nicola Costantino y Miguel Harte, entre otros. A su vez, con la curadora Laura Batkis en Historia del Arte.
Coleccionista referente de arte argentino, tanto moderno como contemporáneo, la primera obra que adquirió fue una pintura de Graciela Hasper que le regaló su hermano Alejandro Bengolea cuando tenía 18 años. Expuso sus trabajos como artista visual por primera vez en 1999 en el Centro Cultural Borges, y luego en espacios como el Centro Cultural Recoleta, Palais de Glace, Fundación Proa, Ungallery y el Museo de la Historia del Traje.
Ahora, ¿por qué es actualmente una figura fundamental para el desarrollo, o la subsistencia, del arte visual argentino y sudamericano? Es gracias a su aporte que un gran número de artistas, instituciones y agentes culturales de Argentina y el continente, tienen la oportunidad de producir, exhibir, llevar a cabo sus propuestas y darse a conocer en el mundo. “El arte tiene el poder de unir a las personas”, afirma.
Arte argentino en la mira del mundo
“Uno de los programas dentro de la fundación es el de Apoyo a Exhibiciones. Este año apoyamos la 60° edición de la Bienal de Venecia, titulada Stranieri Ovunque–Foreigners Everywhere (o Extranjeros en Todas Partes), curada por el brasilero Adriano Pedrosa”, cuenta Amoedo. “Esta edición brindó una oportunidad única para promover la presencia de nuestros artistas en la escena internacional”.
Los argentinos que con sus obras integran la mencionada exposición –en la Bienal más antigua e importante del mundo-, tras la selección de Pedrosa –el primer latinoamericano en ocupar este rol en el evento– son: la mendocina Chola Poblete, las salteñas Claudia Alarcón y María Martorell, la santafesina Mariana Telleria, el platense Emilio Pettoruti, la chaqueña Lidy Prati, Juana Elena Diz, Kazuya Sakai y Raquel Forner de Buenos Aires; y los nacionalizados y/o radicados en Argentina Líbero Badíi, Elda Cerrato, Victor Cúnsolo, Juan del Prete, Clorindo Testa, Kim Yun Shin y Bibi Zogbé.
“Me interesan los proyectos que invitan a la reflexión, a la experimentación y presentan un compromiso profundo con la práctica artística”, dice cuando se le pregunta acerca de su criterio de selección.
La Fundación Ama Amoedo –desde la cual en 2021 empezó a oficializar estos apoyos que, según narra, brinda desde hace más de 25 años–, integra un programa de becas que este año, por segundo consecutivo, otorgará 10 de ellas –con $10mil dólares cada una– a artistas, proyectos de arte y compromiso social, publicaciones y organizaciones sin fines de lucro.
Todavía –y hasta el 30 de julio– se puede aplicar a la convocatoria para participar. En 2021, la Fundación le encargó a Edgardo Giménez diseñar su más reciente proyecto: Casa Neptuna. Se trata de un espacio ubicado en medio del bosque y a metros del océano en José Ignacio, Uruguay. De estructura y colores vibrantes que apelan a la paleta pop de Giménez, fue pensado para recibir a artistas de Centro y Sudamérica, el Caribe y la diáspora latinoamericana en FAARA: la emblemática residencia artística de la fundación.
En contraste con la fachada despampanante, el interior de la casa es blanco y minimalista, para “fomentar la concentración”, y funciona como laboratorio de ideas y experimentación. La residencia busca dar tiempo y espacio a los artistas estimulando sus investigaciones, a través también de un plan de actividades y visitas personalizado para cada uno. La fundación cubre los gastos de viaje y otorga a cada artista –de los seis residentes por año– una beca al finalizar el programa. Este año, los elegidos pertenecen a distintos contextos de producción en puntos diversos de las Américas: Alejandro Cesarco (Uruguay), Venuca Evanán (Perú), Dulce Gómez (Venezuela), Nina Kunan (Argentina), Andrés Pereira Paz (Bolivia) y Luiz Roque ( Brasil).
Amoedo fue la primera mujer en presidir la Fundación arteBA en 2020, tras la crisis provocada entre otros factores por la pandemia y, actualmente, integra el Comité Internacional de la feria. Es miembro de la Asociación de Amigos del Moderno del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y del Consejo de Administración de la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat. Colaboró en la gestación de más de 50 exhibiciones en la Colección Amalita, en Puerto Madero, de argentinos como Marcelo Pombo, Nicola Constantino, Marcia Schvartz, Luis Felipe Noé y Rómulo Maccio. Como miembro del Consejo, impulsa el área de Acción Social con donaciones a ONGs y distintas instituciones de salud y educación.
Es además miembro del Comité de Adquisiciones del Círculo Internacional de América Latina del Centre Pompidou, París; del Comité del Fondo de Arte Latinoamericano y del Caribe del MoMA, Nueva York; del Comité Internacional y del Consejo Asesor Internacional del Presidente de la Americas Society, Nueva York; y posee una colección propia con más de 450 obras hechas por artistas argentinos y sudamericanos, que presta a exposiciones en todo el mundo, sumando apoyo económico y divulgación